Editorial

Fue en La Habana donde se celebró el II Congreso de la Unión latinoamericana de entidades de Psicología (ULAPSI). Hasta "la capital de las ilusiones", como la llamara alguna vez Armando Bauleo, llegaron psicólogas y psicólogos de casi todo el continente. Sus experiencias, trabajos profesionales y científicos, y también sus preocupaciones y angustias, conformaron un extenso programa de presentaciones que se realizaron en diversas sedes de la Ciudad. Una de ellas fue el Instituto Cubano de Arte e Industria cinematográfica, conocido en todo nuestro continente como el ICAIC.

El lugar era especialmente propicio para pensar de conjunto, tomando como base las contribuciones de un importante grupo de especialistas, el universo abarcable bajo la denominación de "Psicología y Medios" (Mídia e Psicologia). Recuerdo que al final de los debates que se produjeron, en una suerte de asociación libre, recordé – seguramente con alguna dislocación -  el título de un texto que alguna vez leí: "Cómo vivir entre pantallas y no morir en el intento". ¿Cómo llegar a ser yo, o seguir siendo yo, en este universo mediático que nos engulle?. Sentí que en aquella elaboración semionírica se expresaba buena parte de lo que había sucedido allí aquél septiembre de 2007. Acordamos en aquél momento hacer nuestra la propuesta de la Asamblea de ULAPSI de organizar un número especial de la Revista Psicolatina en el que se incluyeran buena parte de las contribuciones que se presentaron entonces.

El acuerdo fue cumplido, al menos parcialmente. Aquí está la edición la Revista que se ocupará de esta temática. Pero, como lamentablemente sucede con mucha frecuencia, la publicación de los trabajos que realizamos ocupa un lugar de escasa dedicación en nuestros esfuerzos profesionales. Es algo a lo que damos poca importancia, o se la damos a nivel de "pre-ocupación" y no de "ocupación". No fueron muchos los que nos hicieron llegar sus presentaciones para armar este número especial de la Revista. Y justo aquí esta una de las claves, claro que no la única, del tan criticado hegemonismo mediático de la globalización en su peor vertiente: la globalización del pensamiento retrógrado, imperialista, benefactor de las minorías ricas y ocultador de las mayoría pobres, la mundialización del "pensamiento único", al decir de Ramonet, que nos roba nuestra identidad, nuestra esperanza, nuestro futuro. Parafraseando a Galeano: los medios muestran lo que el poder quiere que ocurra; y nada ocurre si los medios no lo muestran.

Si no lanzamos y esparcimos en el espacio mediático nuestras voces, nuestros pensamientos, nuestras miradas diversas y múltiples, el mediático seguirá siendo un espacio de subyugación y colonización cultural, política, social y económica de quienes hoy ostentan el poder. Entonces, contra las desidias, el pasotismo, el colonialismo cultural, el ingerencismo mediático, también contra el olvido y a favor de la asimilación, de la apropiación crítica de la modernidad (y de la posmodernidad) en este número especial de Psicolatina se sumaron participantes y no participantes de aquél encuentro habanero, latinoamericanos de Uruguay, Argentina, Chile, México, Bolivia, Cuba para alertar e invitar, para deconstruir y aportar a una nueva construcción, para incrementar el diálogo, el intercambio de ideas, que favorezca una comprensión más cabal, desmitificadora, emergente, operativa y enriquecedora de nuestras relaciones (personales y profesionales) con el universo mediático y lo que este supone hoy para los latinoamericanos. 

Manuel Calviño

Coordinador de este número

Facultad de Psicología
Universidad de La Habana
(Cuba)