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Psicologia para América Latina

On-line version ISSN 1870-350X

Psicol. Am. Lat.  no.33 México July 2020

 

Encuentros sanadores, realizando las tareas de la psicología latinoamericana para la liberación1

 

Healing meetings, performing the tasks of Latin American psychology for liberation

 

Reuniões de cura, realizando as tarefas da psicologia latino-americana para a libertação

 

 

Laura Daniela López PeinadoI

IUniversidad Santo Tomás, Bogotá

Contato com a autora

 

 


RESUMEN

Esta investigación retoma las tareas de la psicología latinoamericana reclamadas por Martín-Baró (1998) para realizar un aporte a la construcción de paz en Colombia. Para ello, se diseñó, implementó y analizó una estrategia metodológica: "Encuentros Sanadores", que a través de 9 encuentros, fomentó procesos de concientización y reconciliación entre jóvenes excombatientes y jóvenes de las zonas rurales, a partir de la narración de sus historias de vida y la creación artística colectiva, usando como herramienta artística la radio comunitaria y fotografía. La estrategia promovió procesos de reflexión – acción sobre la cotidianidad, materializados en piezas sonoras y visuales creadas por los jóvenes. Los resultados evidencian que recuperar la memoria, desideologizar la cotidianidad y potenciar las virtudes de los jóvenes desde preguntas orientadoras y creaciones artísticas colectivas fomentó procesos de concientización y reconciliación, promoviendo la participación y organización de los jóvenes para recuperar el poder local.

Palabras clave: Psicología de la liberación, Concientización, Reconciliación, Construcción de paz, Arte, Jóvenes.


ABSTRACT

This research takes up the tasks of Latin American psychology claimed by Martín-Baró (1998) to make a contribution to the construction of peace in Colombia. For this purpose, a methodological strategy was designed, implemented and analyzed: "Healing Meetings, which promoted awareness and reconciliation processes between young ex-combatants and young people in rural areas, based on the narration of their life stories and collective artistic creation, using community radio and photography as an artistic tool through 9 meetings. The strategy promoted reflection processes - action on everyday life, materialized in sound and visual pieces created by young people. The results show that recovering memory, deideologizing everyday life and enhancing the virtues of young people from guiding questions and collective artistic creations promoted awareness and reconciliation processes, promoting the participation and organization of young people to recover local power.

Keywords: Liberation Psychology, Awareness, Reconciliation, Peacebuilding, Art, Youth.


RESUMO

Esta pesquisa retoma as tarefas da psicologia latino-americana, reinvidicadas por Martín-Baró (1998) para realizar uma contribuição para a construção da paz na Colômbia. Para esse fim, uma estratégia metodológica foi projetada, implementada e analisada: "Reuniões de cura" que, por meio de nove encontros, promoveu processos de conscientização e reconciliação entre jovens ex-combatentes e jovens em áreas rurais, com base na narração de suas histórias de vida e criação artística coletiva, usando a rádio comunitária e a fotografia como ferramenta artística. A estratégia promoveu processos de reflexão - ação no cotidiano, materializados em peças sonoras e visuais criadas pelos jovens. Os resultados mostram que a recuperação da memória, a desideologização da vida cotidiana e a potencialização das virtudes dos jovens por questões norteadoras e criações artísticas coletivas fomentaram processos de conscientização e reconciliação, promovendo a participação e organização dos jovens para recuperar o poder local.

Palavras-chave: Psicologia da Libertação, Consciência, Reconciliação, Construção da Paz, Arte, Juventude.


 

 

Introducción

Colombia, un complejo escenario psicosocial que bajo la dominación capitalista, colonialista, y patriarcal ha construido un sistema cultural legitimador y naturalizador de la violencia como modo de interacción en la relación humana (Le Blanc, 2016, López y Toloza, 2016), o en este caso deberíamos decir, deshumanizada. Un territorio con un conflicto armado interno de más de 50 años, precedido por varias guerras, que ha sido marcado por la exclusión del "otro" (López y Toloza, 2016; Quintero, 2016), del diferente, aquel que ha sido torturado, desplazado, reclutado, asesinado y silenciado, un exterminio no solo de personas y comunidades, también de proyectos políticos alternativos, de ideas culturales transformadoras. Una eliminación en el plano de lo físico y tajantemente, una eliminación simbólica de la otredad, de la alteridad (Barrero, 2011; Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas et al., 2015).

Es por todo lo anterior que es necesario preguntarse ¿quién ha contado el pasado? ¿desde las voces de quienes se ha narrado la memoria?, cuestionarse ¿qué tanto de las condiciones históricas de la realidad están al descubierto? ¿se reconoce la experiencia de aquellos que pertenecen a comunidades rurales, indígenas, negras?, interrogarse ¿de qué se es capaz como pueblo? ¿cuál es el poder individual y comunitario que se tiene sobre la memoria e historia?, pues quienes dominen la historia, controlen el pasado y narren la memoria, tienen el poder de controlar lo que somos (Middleton y Edwards, 1992).

Estas preguntas pueden responderse a la luz de las tareas urgentes de la psicología latinoamericana que Martín Baró (1998, p. 301) reclamó: "la recuperación de la memoria histórica, la desideologización del sentido común y de la experiencia cotidiana y la potenciación de las virtudes populares". Estas tareas están interrelacionadas, pues recuperar la memoria implica comprender crítica e históricamente por qué se viven las condiciones actuales, esto contribuye a desideologizar la cotidianidad, que exige liberar la experiencia real de los latinoamericanos, reconociendo las características esenciales de la misma, todo lo anterior permite regresar a las raíces históricas, comprendiendo el contexto que se habita y generando acciones para la transformación desde las propias capacidades y habilidades, esto es potenciar las virtudes de los pueblos, lo cual significa poder, poder de los pueblos para hacer y vivir su propia liberación.

Acudir a cada una de las tareas de la psicología latinoamericana permite dar cuenta de las herramientas que se deben implementar en el trabajo social, comunitario y político. Una psicología que ha desarrollado su saber de espaldas a las condiciones sociales, políticas, económicas, culturales y éticas que se generan en los territorios y afectan a los sujetos, sometiéndolos a permanecer en relaciones de dominación y opresión, debe reivindicarse con ellos y preguntarse no solo ¿Cómo llegar al conocimiento?, sino también ¿Para qué el conocimiento?, y ¿Para quién el conocimiento?, a lo que muchos teóricos latinoamericanos han respondido: para la humanización y liberación del ser humano, de los oprimidos y dominados, en memoria y justicia de quienes han sido eliminados (Fals Borda et al., 1991; Martín-Baró, 1998).

La recuperación de la memoria (Martin-Baró, 1998), proceso denominado por Freire concientización (Freire, 2005; Ovejero, 1997), brinda la oportunidad histórica de redimir el pasado violento para la construcción de un futuro digno y verdadero, es un esfuerzo por "hacer verdaderas aquellas realidades políticas que constituyen el horizonte de los pueblos latinoamericanos" (Martín-Baró, 1991, p. 38), pues no se puede concebir la realización de las utopías políticas de espaldas a un pasado que asentó necesidades específicas, de ahí que la memoria es un campo en disputa por la dominación o liberación de los sujetos y pueblos, además "... hacer memoria ayuda en la consolidación de las redes de solidaridad rotas por la violencia, y permite la generación de nuevos lazos desde el reconocimiento de la otredad..." (Quintero, 2016, p. 242).

La desideologización de la vida cotidiana (Martin-Baró, 1998), brinda la posibilidad de comprender el conocimiento como vía hacia la justicia, permitiendo que los oprimidos ejerzan su poder, desde el autoconocimiento sobre sus situaciones específicas y de qué forma actuar para superarlas (Fals Borda et al., 1991). La potenciación de las virtudes de los pueblos (Martin-Baró, 1998), deviene de la realización de las dos tareas anteriores, quien ha recuperado su memoria histórica y desideologizado su cotidianidad, cambia su pasado de opresión al reconocer sus capacidades para actuar y transformar el presente, creando un futuro de liberación.

A partir de estas reflexiones, emergen inquietudes, las mismas que aparecieron en la teoría y práctica de Martín-Baró, y sus palabras brindan herramientas para actuar, "¿cómo hacer para que la palabra pase de ser un signo verbal identificado con una imagen concreta a ser una palabra crítica, objetivadora y así creadora? Evidentemente, sólo hay un camino: la reflexión mediante el diálogo" (1971, p. 183). Diálogo que solo es posible en el encuentro "Cara - a – Cara", y que se convierte en puente para el reconocimiento de la Otredad (Lévinas, 2002; López y Toloza, 2016). Es allí donde este proyecto participó, en el diseño, implementación y análisis de espacios de encuentro para enunciar el lenguaje crítico y creador, donde a partir de la reflexión – acción se reconocieron los contextos que habitan los sujetos en un proceso de concientización, reconciliando las relaciones humanas de los actores sociales y las comunidades en el trabajo solidario desde la creación, fortaleciendo la cultura de paz.

Si bien, debido al panorama colombiano la comunidad académica y social ha desarrollado diversas iniciativas para construir una cultura de paz, estas iniciativas han evidenciado que se necesita mucho más. Desde la psicología, específicamente, existe la obligación de diseñar y fortalecer estrategias metodológicas que respondan a las necesidades que el contexto expresa, profundizando colectivamente en la construcción de un proyecto de nación -y de conocimiento- acorde con lo que somos y necesitamos. Por ello, se diseñó, implementó y analizó una estrategia metodológica para fortalecer la cultura de paz, desde las tareas de la psicología latinoamericana, con el objetivo principal de fomentar el desarrollo de procesos de concientización social y reconciliación entre jóvenes ex combatientes y jóvenes de comunidad, a través de la narración de sus historias de vida y la creación artística colectiva.

Pero esta narración no se basa en un monólogo, sino ciertamente en un diálogo con el Otro, y es en ese encuentro para el diálogo donde cobra vida la práctica liberadora. Martín-Baró manifestó, en relación con las ideas de Freire (1970), se ha dado "en unos (...) la cultura opresora del lenguaje, en los otros la cultura oprimida del silencio" (citado en 1971, p. 172). Por ello el lenguaje liberador no fue simplemente verbalización, fue acción y creación (Bruner, 1997; Freire, 2005). La capacidad narrativa del ser humano, herramienta para organizar y expresar la vivencia individual y comunitaria desde el lenguaje, crea significados culturales en torno a la cotidianidad, es decir, que existe una conexión entre la historia pública y la memoria personal que converge y emerge en la narrativa (Bruner, 1997; 1998; 2013).

Por lo anterior, al generar la estrategia metodológica de "Encuentros sanadores", entre jóvenes ex combatientes y jóvenes de la comunidad, se utilizó el arte como vía de expresión y fortalecedor de los espacios de encuentro para el diálogo y la re-construcción del tejido social (Le Blanc, 2016), pues los jóvenes intercambiaban experiencias desde sus historias de vida y las plasmaban en creaciones artísticas colectivas, de esta forma se orientaban procesos de concientización social y reconciliación entre ellos. Estas narrativas emergentes en los encuentros, fueron analizadas posteriormente, para reconocer si a lo largo del proceso los jóvenes se habían movilizado hacia la concientización y reconciliación.

 

Método

Lo cotidiano: laboratorio infernal de alienación, (...) explotación, manipulación, agresión, (...) colonización... y único principio real y práctico de liberación (Herrera y Martínez, 1980, p. 27).

Esta investigación cualitativa, tuvo un interés emancipador y liberador, desde una metodología dialógica, y reconociendo la necesidad de actuar en la coyuntura colombiana por la defensa de la implementación del acuerdo de paz, con el principio de que "El conocimiento colectivo emancipador y la ciencia popular se convierten así en herramientas para la búsqueda de la justicia" (Martin-Baró, 1991, p. 197; 1998; Fals Borda et al., 1991; Freire, 2005), de allí nace el afán al investigar por el conocimiento, para construir con él un escenario transformador. Por lo tanto, como psicóloga asumí un compromiso para crear escenarios de encuentro, diálogo y creación, generando estrategias para reconocer y analizar críticamente la historia y la actualidad, facilitando el cambio social desde la participación de los sujetos y estimulando la autogestión comunitaria, a través de herramientas formativas para la emancipación (Arango, 2006).

Generando procesos en los que los sujetos dialogaron, participaron y se organizaron comunitariamente desde una estrategia que fomentó un reconocimiento colectivo, desarrollando acciones para resolver problemas psicosociales, movilizándose desde el pensamiento y la acción crítico creativa frente a la realidad (Martín-Baró, 1971). Donde la psicología fue el modo "para abordar un aspecto de los problemas que enfrentan las mayorías populares latinoamericanas" (Martín-Baró, 1991, p. 36). De ahí que buscar la verdad desde el conocimiento emancipador, es buscar la afirmación histórica del poder popular, este es un "hacer verdadero", pues "de la realidad problemática a la realidad solucionada solo media la praxis del hombre, praxis que implica acción y reflexión" (Martín-Baró, 1971).

Participantes

Grupo 1

Conformado por 13 jóvenes, así: - 4 jóvenes ex combatientes, 2 hombres y 2 mujeres; - 4 jóvenes hombres familiares de ex combatientes; - 5 jóvenes de la comunidad cercana, 3 hombres y 2 mujeres.

Grupo 2

Conformado por 26 jóvenes, así: - 5 jóvenes ex combatientes, 3 hombres y 2 mujeres; - 3 jóvenes de comunidades cercanas, 1 hombre y 2 mujeres; - 17 jóvenes, 9 mujeres y 8 hombres, estudiantes de un internado educativo presente en la comunidad cercana y - 1 joven profesora del internado educativo.

Todos los jóvenes hicieron parte del proceso gracias a su propio interés por participar y formarse en radio comunitario y fotografía.

Instrumentos

Se diseñó, implementó y analizó la estrategia "Encuentros sanadores", que consistió en 9 encuentros entre jóvenes ex combatientes y jóvenes de comunidad, los encuentros tenían el objetivo de fomentar la concientización y la reconciliación desde la formación en una herramienta artístico cultural -radio comunitaria y fotografía-, a jóvenes ex combatientes de dos zonas rurales de Colombia que tenían un lugar constituido por el acuerdo de paz llamado "Espacio territorial de capacitación y reincorporación (ETCR)" y jóvenes de las comunidades cercanas.

Procedimiento

La estrategia metodológica "Encuentros Sanadores" buscaba brindar un encuentro formativo desde expresiones artísticas, entre jóvenes ex combatientes  y de comunidades cercanas, para orientar procesos de concientización y reconciliación y posteriormente analizar el proceso. Luego de realizar una aproximación al contexto, y una familiarización con las comunidades, estas expresan la necesidad de recibir formación en medios de comunicación, gracias a mi experiencia siendo miembro de Localízate, colectivo radial y cultural, se dio una gran afinidad que permitió que los "Encuentros Sanadores" brindaran formación en radio comunitaria y fotografía, como herramienta artística para convocar a los jóvenes de distintas zonas rurales a encontrarse para aprender juntos.

La formación artística en radio comunitaria y fotografía fue desarrollada desde preguntas orientadoras, las cuales incitaban a la reflexión crítica sobre la realidad y a la acción desde la creación colectiva, consolidando redes de solidaridad. Preguntarse sobre la cotidianidad, indagar en la historia pública y la memoria personal, fue clave para generar el diálogo de los participantes consigo mismos y entre sí, movilizándolos hacia la concientización y reconciliación (Fals Borda et al., 1991; 1978; Freire, 2004; Martín-Baró, 1971). Como lo dijo Fals Borda et al., en 1991, "hacer una pregunta en el terreno conlleva un compromiso para con la acción: impulsa el movimiento" (p.203).

Luego de la pregunta, de la reflexión y el diálogo, venía la creación artística colectiva, desde la radio comunitaria y la fotografía los jóvenes realizaban en cada encuentro una creación, una obra (Bruner, 1997), un modo de actuar con el otro para promover una transformación social, y de esta manera recuperar el poder local a partir de la narración y re-creación de su propia historia, reconociéndose a sí mismos y al otro.

En cada encuentro de la estrategia metodológica, los jóvenes transitaban por 3 momentos: familiarización, en la cual se generaba un clima de confianza en el grupo, sensibilización / concientización: en la que se presentaba una información que emergía del diálogo entre las historias de vida y las condiciones de existencia y se motivaba  a su análisis a partir de preguntas orientadoras, lo cual movilizaba hacia un diálogo crítico en el que se intercambiaban historias, memorias, saberes y creación: en la cual los jóvenes se reunían para expresarse a partir de la radio comunitaria y la fotografía, enunciando su propia voz en el mundo y dejando una obra tangible como memoria de cada encuentro.

Al iniciar los encuentros los jóvenes y sus representantes, en caso de ser menores de edad, fueron informados del propósito de la investigación y aceptaron participar en la misma mediante la firma del consentimiento y asentimiento informado. Los productos de los "Encuentros Sanadores", es decir, las voces e historias de los jóvenes, fueron emitidos en diferentes emisoras comunitarias y universitarias en Colombia. Por último, durante los 9 encuentros se grabaron los diálogos de los participantes para su posterior transcripción y análisis narrativo, análisis que se realizó mediante indicadores que permitieron identificar las narrativas de concientización y reconciliación que emergieron dentro del proceso, narrativas con las cuales se creó una síntesis narrativa que entretejía las voces de los jóvenes con la de la investigadora, exponiendo los resultados de la investigación.

 

Resultados

A partir de los indicadores de análisis narrativo de los encuentros sanadores, se reconocieron las narrativas presentes en los diálogos y creaciones entre jóvenes ex combatientes y jóvenes de las comunidades cercanas, y se organizaron en una matriz de análisis que permitió identificar las movilizaciones individuales y colectivas desde las siguientes categorías: proceso concientizador, proceso reconciliador y la imbricación de ambos procesos. Estas narrativas se entretejen con la narrativa analítica dando cuenta de la transformación personal y comunitaria que se dio a lo largo del proceso, para efectos del artículo, se resaltan algunas de ellas a continuación.

Desde el primer encuentro los jóvenes vieron la oportunidad de hacer "lazos de amistad", "cables para comunicarnos", reconciliando las relaciones entre los diferentes actores; un joven ex combatiente manifestó: "es muy importante porque ahí nos damos cuenta todos los integrantes, los ex combatientes y las personas (...) civiles que vienen a reincorporarse aquí con nosotros, a mirar cómo es lo de comunicaciones". Esta narrativa reúne a todos los sujetos como participantes de un mismo proceso: la construcción de paz, al apoyar la reincorporación, lo que genera sentimiento de unión.

En el segundo encuentro los jóvenes manifestaron "no importa la raza, ni el color, ni de a donde sea, lo que importa es que si todos nos unimos, somos un cable de comunicación, y cuando nos unimos todos podemos formar un equipo o una comunidad o lo que sea y podemos salir del problema en el que estemos".Esto es un reconocimiento crítico de su poder local, sus capacidades para actuar y transformar.

En el tercer encuentro dialogaron problemáticas comunitarias, concientizándose en la similitud de las necesidades, "qué necesitan todas las comunidades: Es agua potable, (...) luz, (...) una vía", "educación", "salud", un joven expresó "uno no se fue pa las FARC y no fue a empuñar un arma porque uno haya querido (...) fue la necesidad", de ahí surgió esta narrativa de reconciliación: "cogernos de la mano y bregar todos correr en un mismo compás". Al realizar un noticiero comunitario como obra del encuentro una joven afirmó "Como una periodista, me siento importante", y prosiguió "tenemos derecho a la opinión y a que el gobierno nos cumpla". Los jóvenes movilizan su conciencia hacia el pensamiento crítico y creativo, expresando "Somos voces jóvenes unidos por una misma causa", "Juntos podemos, noticia veredal".

El cuarto encuentro evidencia que los jóvenes están reconociendo críticamente y creativamente su poder "esto de radio es una cosa muy bonita, porque hay muchas inquietudes en las veredas, nos da esa oportunidad de nosotros aprender, para que nos escuchen" expresaron. Se resalta "la unión", como lugar común "la unión hace la fuerza, (...) nosotros si nos unimos logramos algo". Al reconocer la historia pública y la memoria personal mediante el diálogo reflexivo y la creación artística los jóvenes encuentran nuevas maneras de relacionarse con el otro y construir su comunidad.

En el quinto encuentro los jóvenes imaginaron aquello que no es, pero quieren que sea, "una Colombia libre, (...) de paz, (...) donde haiga igualdad de derechos", donde "los fusiles se silencien para siempre". Los jóvenes soñaron con un país digno que garantice derechos, y con vínculos nuevos "poder algún día levantarnos sin miedo a ser juzgados por alguien, el poder ser libres y encontrar la felicidad". Los jóvenes narraron su sueño de paz, reconociendo un futuro común basado en la solidaridad.

En el sexto encuentro, con más intimidad, se realizaron narraciones de la historia de vida "tenía unos sueños de ir a un colegio cuando tuve que venirme para una vereda y  no pude estudiar más, porque en ese tiempo venían bajando un grupo de paramilitares y toda la comunidad estaba huyendo". Estos fenómenos violentos han sumido a los jóvenes en injusticias y ellos lo quieren cambiar "la comunidad donde habito es un pueblo pequeño, lleno de problemas de toda clase, es pobre, (...) esto es lo que cada día me hace más fuerte porque quiero ayudar al pueblo", gracias al Acuerdo de paz es posible no solo imaginar una vida más digna: "con  el proceso de paz he visto más oportunidades para mi territorio", "me ha transformado porque me ha brindado el estudio, la vivienda, he tenido mucha oportunidad de aprender cosas que en mi vida no había visto", "la gente se ha unido un poco más y la paz fue algo muy bonito". Los jóvenes aprovecharon el espacio para pedir algo: "seamos felices, desarmemos nuestro corazón del odio, el rencor, la tristeza, amargura, resentimientos y todos esos sentimientos negativos que nos roban la calma", esto es convocar a la paz.

En el séptimo encuentro los jóvenes realizaron una cartografía social "ahí entre el medio de la carpa y el cementerio hay una comunidad indígena que llaman Nukak Makú, ellos no cuentan con educación, ni vivienda, ¿por qué no cuentan con eso?", es evidente que en cada encuentro los jóvenes tienen la posibilidad de cuestionarse acerca de su vida, su territorio, su comunidad y de crear juntos para movilizar a la sociedad y propiciar "la unidad entre todas las personas". Los jóvenes sienten la importancia de la unión, la organización y la comunicación para reconstruir la sociedad.

El octavo encuentro, desde la creatividad, permitió estimular la identidad grupal, creando frases representativas del grupo al que están perteneciendo. Los jóvenes manifestaron "Siempre juntos y se verá la paz. Comunica la forma de pensar para lograr la paz". Además, expresaron el compromiso que han asumido, "Si comunicamos con responsabilidad, servimos a nuestra comunidad", "Comunicadores, profesión de corazón, la vida es una canción, la paz es la letra". Ahora los jóvenes son participes del proceso de paz gracias a los encuentros sanadores "Somos una paloma con un micrófono", "reconciliamos nuestros corazones por la paz, con cada latido la paz avanza", "Cabalgando por la paz y la reconciliación desde su noticiero".

Por último, en el noveno encuentro y a modo de cierre se socializaron los aprendizajes, retos y transformaciones que dejó el proceso, los jóvenes expresaron "hemos intercambiado saberes con los de la zona veredal, porque yo antes no me comunicaba con ellos, hemos compartido, hemos convivido con ellos, porque siempre, yo como comunidad en mi comunidad y ellos también, pero entonces, con esto hemos intercambiado, hemos compartido momentos", "aprendí que no debemos de criticar a las personas, primero debemos de investigar su caso, y escucharlas, que si ellos cometieron un error, debe haber una razón o algún motivo", estas narrativas dan cuenta de una transformación en la que ahora es posible reconocer al otro y su historia para construir la paz y sintiéndose protagonistas gracias a la herramienta que han aprendido "a ser unidos, ser bien, amistosos, llevar un proceso que queremos todos para salir adelante" y "tener nuestro propio espacio para comunicar y informar".

 

Discusión

Entendíamos por cultura la creación de cualquier espacio de encuentro entre las personas, (...) los símbolos de la identidad y la memoria colectivas: los testimonios de lo que somos, las profecías de la imaginación, las denuncias de lo que nos impide ser (Galeano, 1978, p. 156).

Diseñar, implementar y analizar una estrategia metodológica para conocer y transformar la realidad, desde los participantes, exigió adentrarse en los postulados latinoamericanos (Arango, 2006; Fals Borda, 1978; Fals Borda et al., 1991; Freire, 2004; 2005; Martín-Baró, 1991; 1998) los cuales fueron principios metodológicos de la presente investigación, en la cual el psicólogo fue un dinamizador de los conocimientos para facilitar el cambio social (Arango, 2006), promoviendo el "espíritu de autodeterminación" (Fals Borda et al., 1991), que surge, como el fénix, al darle vida a las tareas de  la psicología latinoamericana (Martín-Baró, 1998). El ser humano, despojado de su identidad histórica y del reconocimiento de la otredad, se ve destinado a sufrir la dominación y deshumanización (López y Toloza, 2016). Pero al afirmarse en sus memorias e historias, recupera su poder, humanizándose (Fals Borda et al., 1991).

Diversas investigaciones pasadas han evidenciado que es necesario generar espacios de encuentro entre los diferentes actores de la sociedad colombiana (Barbero, 2006; CINEP & OIM, 2015; Forero, 2017; Le Blanc, 2016; López y Toloza, 2016; Quintero, 2016), promoviendo un compromiso con la creación de la cultura de paz. Sin duda, encuentros sanadores fue una estrategia metodológica que permitió avanzar hacia ese camino, activar el "espíritu de autodeterminación" exigió hacer uso de estímulos apropiados para movilizar a los jóvenes hacia la recuperación de su memoria histórica, la desideologización de la vida cotidiana y la potenciación de sus virtudes. La pregunta orientadora y la creación artística colectiva fueron estímulos apropiados para lograrlo, como los jóvenes dijeron "con opciones como las que ella nos presenta de comunicadores, vamos salvando vidas, vamos ubicando a personas a una sociedad, (...) el reto que me queda hoy es seguir, seguir impulsando, seguir motivando estos chicos, si, ofrecer mi granito de arena y visibilizar cada una de estas problemáticas, seguiré con constancia, tenacidad y amor, dedicando cada minuto, cada segundo que tenga para sacar a los chicos de la violencia".

En los encuentros sanadores se brindaba un escenario de sensibilización, lo que estimulaba la participación de los jóvenes, pues había el respeto y la confianza para expresar sus historias, saberes y memorias. Esta participación fue pieza clave del proceso, participación estimulada por la pregunta orientadora y la creación colectiva (Bruner, 1997; 1998; Fals Borda et al., 1991; Freire, 2004, 2005; Martín-Baró, 1978), desde el encuentro <Cara - a - Cara> (Lévinas, 2002) entre jóvenes ex combatientes y jóvenes de las comunidades cercanas, que se unían para formarse en radio comunitaria y fotografía, herramienta artístico cultural para actuar y cambiar su cotidianidad.

La pregunta orientadora consistía en un cuestionamiento sobre la vivencia propia en el mundo, sobre las condiciones contextuales de la realidad, de la historia, lo que permitía un razonamiento colectivo, esto materializado en la creación colectiva se convertía en una forma de producción de conocimiento popular, este diálogo da cuenta:

"- Investigadora: ¿Por qué esa renuncia al uso de las armas? - Excombatiente: Porque ya no queremos más guerra. - Excombatiente: Porque buscamos la vía política.

- Investigadora: ¿cuántos años llevaba en Colombia el conflicto entre las FARC y el gobierno? - Varios: 56 años. (...) - Investigadora: (...) ¿cuál es el camino que tenemos que tomar ahorita para cambiarlas? - Excombatiente: La vía política, dialogada. - Investigadora: Pero ¿cómo? - Excombatiente: La unión. - Excombatiente:La unión (...) nosotros si nos unimos logramos algo"

Preguntas orientadoras como ¿cuál es su historia?, ¿qué necesidades hay en su comunidad? ¿cómo se pueden solucionar?, ¿cómo sería otra realidad?, fomentaron procesos de concientización y reconciliación desde el reconocimiento del sí mismo, del contexto y del otro, como una de las jóvenes afirmó: "La comunicación que hay, donde nosotros nos reunamos y nos contemos lo que sucede en las veredas. Por ejemplo, lo que hicimos hoy, que cada persona contó las problemáticas que había en sus veredas, (...) ¡para algunos fue sorprendente escuchar lo que dijeron los demás compañeros!".

Además, gracias a que los encuentros estaban atravesados por la formación en una herramienta artístico cultural, para el caso la radio comunitaria y fotografía, los jóvenes tenían una herramienta para actuar en unidad, potenciando las capacidades de los jóvenes. La formación generaba una acción reflexiva que terminaba en una obra (Bruner, 1997), una externalización del saber que da fuerza a la identidad y solidaridad, promoviendo la negociación de modos de pensar, materializándolo en una creación, como refleja esta narrativa "lo que significa la memoria para cada uno de nosotros, porque o sea hay varias voces, o sea no es una la que está hablando sino son todos". Esta creación de gran valor cultural, es producto de diferentes voces jóvenes que han sido atravesados por condiciones históricas que los identifican, en ella la cultura no solo se recrea, sino que se preserva en forma de pieza radial y/o fotográfica (Bruner, 1997).

El arte, utilizado desde la psicología, se consolidó como una herramienta sanadora que potencia la expresión narrativa, la construcción de comunidades emocionales y fortalece las virtudes de los participantes (Salazar, 2011), como lo refleja esta narrativa "ya no somos un grupo ya somos parte de una familia, porque hemos aprendido mucho", generando un sentimiento de común-unidad entre los participantes. Los jóvenes ex combatientes se vieron aún más retados, pues el discurso dominante ha sido tan fuerte en sus narrativas, que en ocasiones llegaron a afirmar "yo no tengo historia", pero gracias a los encuentros y la relación que han consolidado se pueden reconocer como constructores de paz gracias al tránsito que están realizando.

Fomentar procesos de concientización y reconciliación exigió que los jóvenes reconocieran las realidades históricas en la piel de las memorias personales, esto permitió una movilización hacia el perdón y la reconstrucción del tejido social, dejando de alimentar ciclos de violencia que han dominado por siglos la sociedad colombiana, como uno de los jóvenes expresó: "todos tenemos errores, como los excombatientes, o muchas personas tuvieron errores, aprenderlos a escuchar, porque si seguimos en conflictos, que no porque él hizo tal cosa, no vamos a superarnos a sí mismos como personas, aprender a convivir entre nosotros mismos, en una sociedad".

Esto es la humanización, que permite que los jóvenes, comunitariamente, recuperen su poder local, en encuentros sanadores sus saberes fueron validados, sus memorias hicieron parte de la historia del país y se liberaron conocimientos que habían estado acallados y negados durante mucho tiempo, movilizándolos hacia la realización de este sueño "dar al pueblo, como sujeto de la historia, el suficiente peso y control sobre el proceso de generación del conocimiento" (Fals Borda et al., 1991, p. 47), como los jóvenes dijeron "somos voces jóvenes, unidos por una misma causa".

A pesar de que aún hay que seguir trabajando para reconocer claramente qué formas de acción deben asumirse para cambiar directamente las condiciones injustas que afectan su cotidianidad, ha nacido una movilización que se amamanta de la vida comunitaria en la que se descubre el poder local, gracias a la organización como grupo de comunicación comunitaria, esto es el "hacer verdadero" (Martín-Baró, 1991). Al final, ya no son jóvenes de dos zonas rurales, son una comunidad que crea cultura de paz.

 

Consideraciones finales

¿Qué tarea tiene el lector después de llegar a este "final"? Tal vez podría describir diversas preguntas de investigación para dar continuidad, tales como ¿es posible que la psicología llegue a escenarios de justicia para construir la concientización y reconciliación desde la verdad? O ¿cómo permitir que los jóvenes ex combatientes y rurales planteen los proyectos que necesitan para fortalecer su comunidad? Más allá ¿cómo actuar para transformar los modos de producción no solo de conocimiento sino económicos para que los jóvenes tomen el control de sus recursos a totalidad?

Por ahora, existe la seguridad de que es obligación seguir desarrollando escenarios creativos de encuentro para la concientización, la reconciliación, para la humanización y liberación que hagan protagonistas a los sujetos desde la participación. Encuentros sanadores lo hizo desde el arte, desde la radio comunitaria y la fotografía, pero de seguro existen muchas otras expresiones artísticas y culturales que usted puede realizar para construir relaciones sujeto-sujeto, desarrollando conocimiento popular, desde las tareas latinoamericanas que nos legó Martín-Baró y que permiten hacer verdadera una nueva realidad.

 

Referencias

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Contato com a autora:
E-mail: lauralopezpeinado@usantotomas.edu.co
Celular: +57 316 8885976

Recebido em: 28/12/2019
Reformulado em: 24/01/2020
Aceito em: 25/02/2020

 

 

1 Este artículo surge del proyecto "Encuentros Sanadores: una apuesta a la concientización social y la reconciliación", financiado por la Universidad Santo Tomás y Colciencias, gracias a la convocatoria Jóvenes Investigadores e Innovadores por la paz. El docente investigador Jorge Mario Jaramillo Pérez fue docente tutor para la investigación. La Emisora Comunitaria Suba Al Aire, la Emisora Comunitaria Juventud Estéreo y el Colectivo radial y cultural Localízate brindaron apoyo desde la comunicación comunitaria haciendo posible el trabajo comunitario. Las voces y acciones de las comunidades de los Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación en Colombia y comunidades cercanas, le dieron vida.
Sobre a autora:
Laura Daniela López Peinado
Psicóloga de la Universidad Santo Tomás, dedicada al diseño, ejecución y análisis de proyectos comunitarios, que permitan el encuentro con el otro para la transformación social desde un sentido crítico y creativo, haciendo uso de herramientas artístico culturales. Miembro del colectivo radial y cultural Localízate, con énfasis en fortalecimiento comunitario desde la formación en comunicación comunitaria.
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