OFF TOPIC

DOI: 10.7714/cnps/6.2.702

In Memoriam. Archibaldo Donoso Sepúlveda, pionero de la Neuropsicología Chilena

 

 

Felipe Soto-Pérez¹

 

 

 

A principio de Julio de este año, Archibaldo Donoso dejó este mundo. Lo dejó mejor de cómo lo encontró. Apuntó hacia la neuropsicología; hacia el lenguaje, las demencias, y los cuidadores. Dejó una ruta trazada que, con el tiempo, muchos recorreremos reconociendo el aporte de Archibaldo.

Si bien su formación provenía de la neurología, es posible señalar que Donoso fue un gran neuropsicólogo y uno de los pioneros de esta rama en Chile. Desde su trabajo en el Hospital José Joaquín Aguirre; en la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile; en la Sociedad Chilena de Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía; y en la Corporación Alzheimer Chile; Donoso realizó aportes sustanciales para posicionar la neuropsicología en Chile como una herramienta fundamental en la evaluación y rehabilitación de funciones cerebrales. Quien lo haya escuchado, en clases o congresos, reconocerá que a través de la observación clínica, el uso de test, el lápiz y el papel, Donoso logró lo que, en no pocas ocasiones, las costosas maquinarias diagnósticas siquiera llegan a vislumbrar. Quien lo haya escuchado reconocerá que la evaluación clínica y una atenta observación aún no son superadas por los sobreventilados avances de la tecnología.

Su legado se fue sembrado en más de 3.000 alumnos, 200 publicaciones; un programa de Máster en Neurociencias, su trabajo en la Escuela de Fonoaudiología Off Topic de la Universidad de Chile. Entre todo esto, vale la pena recalcar toda la energía que puso en la fundación de la Corporación Alzheimer Chile , una institución pionera en el apoyo a familiares. Asimismo en la fundación de la Sociedad Latinoamericana de Neurología. Archibaldo Donoso formó a más de una generación de trabajadores y especialistas quienes ahora, en su ausencia, deberán tomar el testigo para seguir avanzando en el sendero ya trazado por Donoso.

En su trabajo editorial se destaca por libros como "Cerebro y Lenguaje", "La enfermedad del Alzheimer y otras demencias", "Neuropsicología Clínica y demencias". Incluso este mismo año publicó "Trastornos del Lenguaje en el Adulto", y "Parálisis general sifilítica: presentación de 5 casos". Sus textos abordan por un lado la evaluación de funciones cognitivas, la enfermedad de Alzheimer, el deterioro cognitivo, las afasias y los trastornos del lenguaje en los adultos. Desarrolló textos de un interés más allá de la neuropsicología, que causarían la envidia de Oliver Sacks; tales como alguno de Anosognosia, Somatoparafrenia, Sindrome de Capgras, o de Síndrome de Charles-Bonnet. Asimismo publicó una serie de material psicoeducativo para familiares y cuidadores de personas con demencias que actualmente son de uso y consulta habitual.

En todo ello fue un pionero: en defender la observación; en defender la utilización de test. En utilizar el caso clínico, en proporcionar apoyo a las familias y cuidadores. Particularmente y en los inicios de "Cuadernos de Neuropsicología", Archibaldo Donoso colaboró entregando una de sus joyas: "Deterior y Demencia, orientaciones para médicos no especialistas". Como siempre, su texto fue ameno, casi íntimo; cimentado en el estudio de caso y siempre pedagógico. Con simpleza y una envidiable capacidad de síntesis entregó un compendio de todas las variables que importantes en el tema a tratar. Al leer a Donoso uno pareciera entrar en su despacho, sentarse en una silla a su lado y observar su trabajo, su entrevista y comentar sus observaciones.

Como señaló Arnoldo Hoppe cuando le presentó para dictar la Duodécima Conferencia de la Sociedad de Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía: Archibaldo Donoso fue un profesional de la experiencia. Para mí fue un ferviente seguidor de la comprensión del funcionamiento neuropsicológico a través del caso clínico; un médico basado en la observación y en la valoración clínica. Un ferviente usuario de test, del lápiz y del papel.

Pero por sobre todo lo anterior, Archibaldo Donoso puede ser calificado como un hombre comprometido. Comprometido con la Academia, con la docencia; con la clínica. Siempre abierto a la colaboración, la conciliación y el apoyo de toda iniciativa en donde era convocado. Fue un pionero al enfatizar la valoración clínica, y posicionar los problemas asociados al envejecimiento reconociendo la necesidad de trabajar junto a las familias y cuidadores. Asimismo, vislumbró la necesidad de participar desde el sector no gubernamental para apoyar y favorecer el trabajo investigativo, asistencial y de posicionamiento del tema de las demencias. Su trabajo no solo lo sembró en Chile, también participó de la fundación de la Sociedad Latinoamericana de Neurología, todo ello en un momento en donde el trabajo en red y la colaboración era diametralmente dificultoso debido a la lentitud y carestía de las comunicaciones.

Debo señalar que a Archibaldo Donoso lo conocí en tres vertientes. Primero como lector; luego como familiar, y finalmente como colaborador. En alguna ocasión llegó a mis manos su libro "Neuropsicologia Clínica y Demencias", rebosado en su estilo clínico, observacional, fenomenológico. En ese entonces me llamó la atención cómo un neurólogo se movía con tanta maestría en la neuropsicología. Agradecí la claridad en la presentación de los casos y la utilidad de sus conclusiones. Pasados un par de años de ese encuentro entre autor y lector, como familia conseguimos que mi querida abuela visitara al Dr. Donoso. Ella parecía estar cursando una demencia y queríamos su opinión. La respuesta era algo evidente en una mujer encumbrada en los 87 años. Siguiendo su estilo, el Dr. Donoso recomendó una serie de pruebas de lápiz y papel; asunto que sorprendió a más de alguno de los matasanos de la familia. Creo que la visita al Dr. Donoso fue, sino la última, una de las últimas salidas fuera de casa que hizo mi abuela.

Finalmente, hace unos años intenté contactar a Archibaldo Donoso para invitarle a formar una red iberoamericana en demencias. No esperaba mayor respuesta a un correo electrónico lanzado a la nube. Pasados un par de días Archibaldo me responde; me invita a su casa, me sirve una "Fanta" (que hace años no probaba); y me comenta que ha comenzado su retiro. En su casa, rodeado de sus libros me sugiere contactar al Grupo de Trabajo en Demencias de la Sociedad Chilena de Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía. Y con la energía e iniciativa que le caracterizaba, en el acto llama por teléfono a Lorena Araneda, coordinadora del grupo. Le comenta la iniciativa, le pide su apoyo y me la pasa para que concertemos una cita. Terminando nuestro encuentro y al momento de darle las gracias tomó uno de sus libros azules; escribió unas palabras y me lo regaló. El libro era "Neuropsicologia Clínica y Demencias", esta vez con dedicatoria y conocimiento del autor. Junto con las palabras de rigor para una dedicatoria, Archibaldo escribió: ...

y sigue el camino de la observación...

 

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