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Boletim - Academia Paulista de Psicologia

 ISSN 1415-711X

     

 

HISTÓRIA DA PSICOLOGIA

 

 

Honorio Delgado (1892 - 1969), un repaso histórico sobre su vida y su obra: a propósito de los 100 años del psicoanálisis en el Perú

 

Honorio Delgado (1892-1969), an historical review about his life and work: about a hundred years of psychoanalysis in Peru

 

Honorio Delgado (1892-1969), um panorama histórico sobre sua vida e sua obra: no marco comemorativo dos 100 anos da psicanálise no Peru

 

 

Walter L. Arias Gallegos1

Universidad Católica San Pablo, Arequipa, Perú

 

 


RESUMEN

El presente artículo se avoca a la vida y obra de Honorio Delgado Espinoza, psiquiatra arequipeño, que ocupa un importante sitial en la historia de la psicología peruana y la psiquiatría latinoamericana. Hacemos una breve revisión de su vida y sus aportes a la filosofía, la educación, y principalmente, a la psicología en el Perú. Se analiza su concepción espiritualista y fenomenológica de la psicología, su contacto con Freud, en relación con la difusión del psicoanálisis en el Perú a partir de 1915, y su separación de esta escuela. También se muestra su contribución como introductor de la psicofarmacología en el Perú, su labor docente y sus formulaciones teóricas sobre las enfermedades mentales. Consideramos también su labor académica y editorial en base a varias de sus publicaciones, a nivel nacional e internacional. Con este trabajo se pretende mantener en la memoria de los psicólogos latinos a tan insigne figura que ha sido un pionero en diversos aspectos de la psicología y la psiquiatría.

Palabras clave: Honorio Delgado, historia de la psicología, psicología peruana, psicoanálisis.


ABSTRACT

This article focuses on the life and work of Honorio Delgado Espinoza, a psychiatrist from Arequipa who occupies an important place in the history of psychology in Peru and psychiatry in Latin America. We briefly review his life and contribution to Philosophy, Education, and mainly for the Psychology in Peru. His spiritual and phenomenological conception of psychology, his approach to Freud, regarding the dissemination of psychoanalysis in Peru since 1915, as well as his separation from this school are analyzed in this article. It also presents his contribution as introducer of psychopharmacology in Peru, his role as a teacher and his theoretical formulations about mental illness. His academic and editorial work is also considered on the basis of several of his publications at national and international levels. This work aims to preserve in the memory of psychologists in Latin America this outstanding character, who was in many ways one of the psychology and psychiatry pioneers.

Keywords: Honorio Delgado, history of psychology, Peruvian psychology, psychoanalysis.


RESUMO

Este artigo enfoca a vida e obra de Honorio Delgado Espinoza, psiquiatra de Arequipa que ocupa um lugar importante na história da psicologia no Peru e da psiquiatria na América Latina. Revisamos brevemente a sua vida e contribuição para a Filosofia, a Educação e, principalmente, para a Psicologia no Peru. Sua concepção espiritualista e fenomenológica da psicologia, sua aproximação com Freud, a respeito da divulgação da psicanálise no Peru desde 1915, assim como sua separação desta escola são analisadas neste artigo. Apresenta também sua contribuição como introdutor da psicofarmacologia no Peru, seu papel como docente e suas formulações teóricas sobre a doença mental. É considerado também o seu trabalho acadêmico e editorial com base em várias das suas publicações em níveis nacional e internacional. Este trabalho tem como objetivo trazer à memória dos psicólogos da América Latina este personagem, que foi em muitos aspectos um dos pioneiros da psicologia e psiquiatria.

Palavras-chave: Honorio Delgado, história da psicologia, psicologia peruana, psicanálise.


 

 

Introducción

A lo largo de la historia de la psicología, y de la psicología peruana en particular, la filosofía ha acompañado su más temprano desarrollo, a través de corrientes del pensamiento de corte espiritualista, fenomenológico y descriptivo, que bien pueden considerarse especulativas. Aunque con orígenes diversos, todas ellas eran herederas del idealismo hegeliano característico de la Alemania del siglo XIX. Entre sus principales variantes se destacan la psicología comprensiva de Wilhelm Dilthey (1833-1911), la psicología descriptiva de Franz Brentano (1838-1917), la psicología intuitiva de Henry Bergson (1859-1941), la psicología fenomenológica de Edmund Husserl (1859-1938) y la psicología espiritualista de Eduard Spranger (1882-1963).

Es importante destacar que aunque la psicología filosófica se ubica en algunos casos, en franca oposición con la ciencia constituye un paso previo a la aparición de la psicología científica, y por tanto tiene un importante sitial en la historia de la psicología. Esta psicología de orientación espiritualista llega al Perú con Alejandro O. Deustua (1849-1945), catedrático de estética y filosofía subjetiva de la Universidad Mayor de San Marcos, que también fue decano de la Facultad de Letras y rector de esta casa de estudios. Años más tarde, Ricardo Dulanto (1894-1930), Humberto García Borja (1895-1925) y Pedro Zulén (1889-1928) tomarían la posta de la psicología filosófica de Deustua, pero es Honorio Delgado Espinoza (1892-1969) el peruano más encumbrado que defendió la psicología espiritualista y desarrolló sus propuestas teóricas dentro de esta línea del pensamiento (Alarcón, 1994).

Honorio Delgado nace el 26 de septiembre de 1892 en Arequipa. Fue hijo de Don Juan Ramón Delgado y de Doña Luisa Espinoza, quienes tuvieron nueve vástagos, siendo Honorio Delgado el menor de los varones. Su infancia y su adolescencia transcurren en la ciudad de Arequipa enmarcadas por una enseñanza tradicional que era reflejo de la influencia hispánica propia de la Arequipa de inicios del siglo XX. Recibió una educación estricta y de alto nivel, ya que su padre, un próspero molinero, le brindó tempranos estímulos sociales y culturales. Estudió en el Colegio San Vicente de Paúl, dirigido por el lazarista Hipólito Duhamel, donde aprendió francés y latín, rodeado de hermosos paisajes urbanos y rurales. Luego siguió sus estudios secundarios en el Colegio de la Independencia Americana hasta 1908 (Mariátegui, 2002; Arce, 2007).

Desde su preparación escolar Delgado fue un estudiante sobresaliente. Gustaba de la lectura y frecuentaba la Campiña de Chilina los fines de semana, con admiración por la naturaleza y reflexivo sosiego. Sus estudios universitarios los inicia en la Universidad Nacional de San Agustín en la especialidad de Ciencias Naturales, graduándose de bachiller en 1914 con una tesis de 114 hojas que llevaba por título "Grandes cuestiones de la herencia". Dos años antes, siendo estudiante de la UNSA, publica un artículo sobre la neurosis en la revista Pequeño Mundo (Mariátegui, en Delgado, 1989). Conoció por entonces a un joven que le presentó la filosofía de Nietzsche, y que años más tarde le motivaría a estudiar psiquiatría.

Tras culminar sus estudios universitarios de premédicas en Arequipa, se traslada a Lima para estudiar medicina en la Facultad de San Fernando en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde obtuvo su título de médico el 24 de abril de 1918 con la tesis "El psicoanálisis" y el 3 de enero de 1920 obtuvo su doctorado en medicina con la tesis "Naturaleza elemental del proceso de la función" (publicada como folleto ese mismo año). El 29 de diciembre de 1923 obtuvo finalmente su grado de Doctor en Ciencias Naturales con la tesis titulada "La rehumanización de la cultura científica por la psicología". Esta tesis comprende cuatro capítulos: las causas psicológicas de la crisis de la cultura, los aspectos de la naturaleza humana, la psicología como desiderátum de la renovación de la cultura científica y la psicología y el humanismo. En ella se aprecia el inicial pero creciente interés de Delgado por la aplicación de la fenomenología a la psicología y la psicopatología (Teodori, 2008).

Entre sus laboriosas actividades intelectuales y sus viajes a Arequipa, Delgado se encuentra nuevamente con aquel joven que le sugiriera la lectura de Nietzsche, pero esta vez, su amigo se hallaba abatido por el asomo de evidentes síntomas de esquizofrenia. Este hecho le tocó tan hondamente a Delgado, que desde entonces, decidió dedicarse a la psiquiatría. Su ingreso a la psiquiatría empero, lo efectúa de la mano de grandes figuras como Sigmund Freud.

El primero de enero de 1915 aparece en El Comercio su primer artículo intitulado "El psicoanálisis" (Delgado, 1915), el primer trabajo sobre psicoanálisis que se publicó en el Perú, por lo que este año se cumple un centenario de la introducción del psicoanálisis en el país. En este breve artículo, Honorio Delgado expone los principios fundamentales del psicoanálisis con tono histórico y reflexivo, dejando ver desde entonces, su aprobación a las posturas de los disidentes como Adler y enfatizando las conexiones ideológicas entre Freud y Nietzsche. Es por aquellos años que inicia un periodo de acercamiento hacia el psicoanálisis, y aunque si bien es cierto, el chileno Germán Greve (1869-1954) fue el primero en hablar de psicoanálisis en Latinoamérica2, sería Honorio Delgado el más connotado y activo de sus difusores latinos (Alarcón, 2002). Así por ejemplo, en un estudio bibliométrico realizado por Ramón León (1982) los trabajos de Delgado constituyen el 67 por ciento de las citas que hacen los psicoanalistas europeos de los autores latinos en la Internationale Zeitschrift fur Psychoanalyse (Revista Internacional de Psicoanálisis).

El interés de Delgado por el psicoanálisis sería empero, una cuestión temporal, ya que años después se convertiría en uno de sus críticos más contundentes.Toda esta etapa de su producción ha sido calificada por Francisco Miró Quesada (1957) como una fase psicológico-filosófica que abarcó sus intereses por la psicología y la psiquiatría con un marcado trasfondo filosófico de corte espiritualista que acompañaría toda su obra. Y es que la formación académica y cultural de Delgado comprende desde sus años juveniles a autores como Aristóteles, Cervantes, Shakespeare, Goethe y Jaspers entre otros (Hercelles, 1957), que forjaron su sello humanista.

En San Marcos, Delgado tuvo como profesor a Hermilio Valdizán (18851929), médico huanuqueño que realizó estudios de psiquiatría en Italia con Sante de Sanctis, Aldo Mieli y Augusto Murri, entre otros destacados especialistas de la época. De modo que con justa razón, Delgado diría de su profesor que: "es el primer médico peruano que haya realizado la adquisición de la especialidad psiquiátrica en la escuela sistemática de una clínica con tradición científica y bajo la dirección de un alienista de categoría" (Delgado, citado por Mariátegui, 1981).

Ya en sus años de formación como psiquiatra, Delgado introdujo ciertas innovaciones en el tratamiento de sus pacientes. En 1916, junto con Carlos A. Bambarén ensayó el tratamiento de la dementia praecox, hoy conocida como esquizofrenia, con soluciones de nucleinato de sodio en inyecciones subcutáneas e intramusculares (Saavedra, 1957). Esta experiencia le llevó a publicar un artículo en la revista Crónica Médica, donde también aparecen sus ensayos "Una explicación de la inferioridad del primogénito", "Génesis y tratamiento de la demencia precoz" y "Un caso más de quiste hidático del hígado". Otras publicaciones suyas aparecen en la revista Reforma Médica como "La locura de Don Quijote" y "Tratamiento de la manía por nucleato de soda", en la revista Anales de la Facultad de Medicina ("Algo sobre etiología y profilaxia de la locura: A propósito del movimiento estadístico del Hospicio de Insanos de Lima") y en el diario El Comercio, del cual era asiduo colaborador.

Por esos años un tema recurrente en las publicaciones de Delgado era el psicoanálisis. Delgado compartía opiniones con los seguidores del freudismo y mantuvo correspondencia con Sigmund Freud (1856-1939), Alfred Adler (18701937) y Karl Abraham (1877-1925), al punto que el propio Freud le menciona como el único latinoamericano representante del psicoanálisis en su monumental Historia del Movimiento Psicoanalítico (León, 1992). Existen válidas razones para considerarle como tal, ya que como se dijo anteriormente, Delgado fue el autor latino más citado en la Revista Internacional de Psicoanálisis. Funda también con Hermilio Valdizán, la Revista de Psiquiatría y Disciplinas Conexas en 1918, que sería durante su existencia hasta 1924, el principal órgano de difusión del psicoanálisis en el Perú y América Latina. Además, Delgado publica el primer volumen escrito en castellano sobre psicoanálisis en 1919, que fue en realidad su tesis de médico que sustentó en 1917 a la que dio formato de libro. En él expone los fundamentos del psicoanálisis, sus métodos, sus aplicaciones a la psicopatología y sus vertientes disidentes, particularmente las de Jung y Adler (Delgado, 1919).

Este libro fue bien recibido por la comunidad psiquiátrica internacional y colocó a Delgado en la escena mundial. En el American Journal of Psychology, el Journal Medicine of Bordeaux y The Psychoanalytic Review se publicaron honrosas menciones a su libro (Mariátegui, 2002). Asimismo, Delgado envió varios de sus trabajos a Freud, quien los recibió con especial atención y les dio lectura. Incluso le anticipó la publicación del libro El Psicoanálisis que acabamos de mencionar, como consta en las cartas que Delgado recibía de Freud. A continuación hemos transcrito un fragmento de la primera carta que Freud le envía a Delgado fechada el 20 de octubre de 1919:

Fue una extraordinaria alegría recibir sus trabajos, los que demuestran tanta comprensión y valorización del psicoanálisis, y finalmente su carta (del 27 de julio), la que contiene demasiada adulación hacia mi persona. La respuesta la he pospuesto hasta estar en posesión de la foto deseada por Usted en la que reconocerá, como consecuencia de los difíciles tiempos, a un hombre viejo y amargado sin ninguna característica especial. La pequeña foto adjunta de 1909 le demostrará el cambio sufrido en la última década (…) Espero con impaciencia su libro anunciado pues yo mismo leo el castellano.

Lamentablemente el correo es muy lento y Sudamérica queda, por otro lado, tan lejos. Le he dado orden al Dr. Otto Rank, nuestro principal redactor y escritor que le envíe regularmente un ejemplar de nuestra revista. La reseña de sus trabajos en el Int[ernationale] Zeitsch[rift], así como en el futuro [International] Journal of A[nalysis], será para nosotros un agradable deber que cumplimos con satisfacción... (Freud, 1919, citado por Rey de Castro, 1993, pág. 185-186)

Honorio Delgado intercambió fotografías con Freud así como elogios y no pocas opiniones sobre el psicoanálisis. De hecho se sabe que le obsequió un huaco retrato, sabiendo de la afición del checo por las antigüedades. También publicó un artículo en el que expone una explicación psicoanalítica del por qué los ojos son la parte predilecta del rostro femenino. Este artículo se titula "Der Liebereiz der Augen" y aunque se publicó en la Internationale Zeitschrift fur Psychoanalyse en 1921, no aparece en el Perú hasta 1926 en la revista Amauta. Este trabajo, es sencillo en su composición y breve en su propuesta, la cual se centra en la hipótesis de que el gusto por los ojos femeninos deviene de la contemplación del rostro de la madre durante la lactancia (Delgado, 1926a).

Como reconocimiento al compromiso que Delgado tenía para con el psicoanálisis y de su labor proselitista en esta parte del continente americano, Freud invita a Honorio Delgado a un Congreso Psicoanalítico con las siguientes palabras:

Por la presente le comunico que he traducido al alemán su interesante trabajo. Al mismo tiempo le informo que el Congreso Psicoanalítico que debía tener lugar este año se realizará en otoño de 1922. Todos nosotros esperamos, pues, poder complementar a Ud. en esta ocasión como el primer representante de nuestra ciencia en Sud-América. (Freud, 1921, citado por Rey de Castro, 1993, pág. 190)

Tanto Freud como Delgado deseaban conocerse personalmente, y el Congreso Psicoanalítico parecía ser el evento ideal. Efectivamente, dicho encuentro se produjo el 16 de noviembre de 1922 en Weimar3. Conoció en esta oportunidad a Carl Jung, Alfred Adler, Ernst Jones, Otto Rank, Oskar Pfister, William White y Hanns Sachs, entre otros. Tras ese encuentro, Delgado quedó impactado por el genio de Freud a quien describió con epítetos de hiperbólica admiración. Sin embargo a partir de 1923 Delgado vuelca su interés por la psiquiatría, ya habiendo fundado la Revista de Psiquiatría y Disciplinas Conexas en 1918 junto con Hermilio Valdizán, con quien formaría el dueto académico más importante de la psiquiatría en el Perú (Valdivia, 1964). Aunque varios de sus artículos referidos al psicoanálisis ("El psicoanálisis y sus aplicaciones extrapsiquiátricas", "El psicoanálisis en la escuela", "Sigmund Freud y el movimiento psicoanalítico", "Documentos psicoanalíticos: Onirograma de un individuo normal" y "La instrucción psicoanalítica como tratamiento de la alienación mental") se publican en esta revista, que se había convertido desde su fundación, en el espacio de divulgación del freudismo en el Perú, no escribió nada sobre psicoanálisis hasta 1926.

El mismo Freud se sintió preocupado por la ausencia de sus publicaciones, de modo que le escribe una carta el 20 de marzo de 1925, en la que le pide una explicación por su disminuida producción psicoanalítica. Hasta que en 1926 se publica el libro Sigmund Freud, como resultado del homenaje que Delgado le rinde a Freud por su cumpleaños número 70 en la Academia Nacional de Medicina el 6 de mayo del mismo año. En este libro, Delgado desarrolla la biografía de Freud con algunas imprecisiones (Delgado, 1926b), que el mismo Freud le hace notar en una carta del 22 de mayo de 19284.. Delgado realizó las correcciones en una segunda edición que se publica en portugués en 1933 con el título A vida e obra de Freud y bajo el sello editorial de una casa editora de Río de Janeiro.

También publica un número dedicado íntegramente a Freud y al psicoanálisis en el Mercurio Peruano. Este número contiene un artículo que escribe con Valdizán: "Significado de la obra de Freud" y otro sobre "La rebelión de la libido sexual en la vejez". En "Significado de la obra de Freud", Delgado (1925) reconoce los aportes del padre del psicoanálisis a la medicina, pero muy sutilmente ya critica su determinismo pansexualista, hecho que deja entrever su paulatino distanciamiento de la doctrina de Freud.

Es a raíz de este homenaje que Delgado organiza para Freud, que es invitado en 1927 a ser formalmente miembro de la Sociedad Británica de Psicoanálisis, invitación que le cursa Ernst Jones con la venia de Freud. Delgado se convierte así en el primer psicoanalista peruano. Lo paradójico es como indica Rey de Castro (1993), que este era el momento en que Delgado inicia su distanciamiento del psicoanálisis. Y es que en realidad, Delgado nunca fue un psicoanalista a carta cabal. Su interés por la escuela psicoanalítica se debió en parte porque en aquellos años, el psicoanálisis era adoptado por muchos psiquiatras como modelo terapéutico. Por otro lado, el psicoanálisis comparte con las corrientes psicológicofilosóficas, el carácter especulativo de sus teorías, de modo que siendo Delgado, cultor de la psicología espiritualista existía cierta afinidad entre ambas posiciones. Además, en las producciones de Delgado, se revela un eclecticismo teórico respecto de las diversas variantes del psicoanálisis, que incluso el mismo Freud le hace notar con estas palabras: "…me han llegado sus dos escritos y han despertado mi asombro de que Ud. esté familiarizado con todo y lo haya comprendido todo. Salvo en un punto, el que Ud. subestima las diferencias de nuestra escuela con las de Jung y Adler" (Freud, 1920, citado por Rey de Castro, 1993, pág. 187).

Así pues, otra hipótesis válida con respecto al distanciamiento del psicoanálisis, sería que Delgado se sintió ofendido por las observaciones hechas por Freud -que no fueron pocas-, ya que al parecer el psiquiatra arequipeño era sensible a la crítica, como lo era también el mismo Freud. En ese sentido, quienes han conocido a Delgado, decían que tenía una personalidad muy particular pues era petulante, autoritario, despectivo y racista. De hecho se pronunció a favor de algunas medidas eugenésicas (Orbegoso, 2012). Asimismo, si consideramos que su producción en contra del psicoanálisis se hace notoria en 1940 (un año después de la muerte de Freud), se puede colegir fácilmente -aunque podemos estar equivocados-, que Delgado esperó que muriera Freud para desatar su lado crítico contra el psicoanálisis, y el propio Freud. Ante los porqués, diríamos que siendo Freud como era, hubiera arremetido furibundamente en contra de Delgado, con posibles consecuencias en su trayectoria académica. Posiblemente, Delgado quiso evitarse estos impases. Quizá por respeto a Freud no lo hizo, aunque el tono mordaz de sus opiniones dejaría entrever cierto resentimiento hacia el patriarca de la psicología dinámica.

No podemos afirmar a ciencia cierta qué fue lo que generó que Delgado se aleje del psicoanálisis, pero tal alejamiento ocurrió, de modo que mientras que al principio calificaba al psicoanálisis como un "instrumento integral" o un "novun organum" de investigación e interpretación, cargado de "verdades tremendas" (Delgado, 1918), o como una "ciencia médica revolucionaria" (Delgado, 1920); pasaría después a señalar las limitaciones del psicoanálisis (Delgado, 1940a), y a remarcar que ha tenido varios precursores. De modo que en Main de Biran, Dilthey, Carus, Hartmann, Nietzsche, Leibinz, Krafft-Ebing y Havelock Ellis, entre otros; las ideas de Freud ya estaban presentes, por tanto, éste es solamente un sintetizador de los planteamientos de otros autores (Delgado, 1950, 1956a). Leahey (2006) expresa al respecto, que los estudios históricos actuales apuntan hacia una aparente falsificación de casos, en concreto, los relativos a su teoría de la seducción de Freud; así como a la apropiación de las ideas de Breuer, Charcot, Fliess, etc. y que el distanciamiento de Freud de estos personajes, obedecía más que nada a un esfuerzo por ganar originalidad como autor al desvincularse con los promotores de dichas ideas.

A pesar de todo, Delgado nunca dejó de reconocer el mérito de Freud de haber cambiado el pensamiento contemporáneo (Delgado, 1936, 1940b). En resumen su visión sobre el psicoanálisis pasaría a ser crítica, llegando a expresarse de la siguiente manera: "la doctrina psicoanalítica entraña un sistema, elástico y ambiguo en extremo, de conceptos, proposiciones y fórmulas que todo lo explica a su modo, escamoteando por igual la prueba científica de la predicción y el principio lógico de contradicción" (Delgado, 1989). Puede decirse que Honorio Delgado era antes que un psicoanalista, un defensor de la psicología, no de aquella que requiere de laboratorios y estadística, sino de una psicología que está por encima de lo material, que se eleva sobre la generalización y descubre su camino en el alma de cada persona. Delgado era espiritualista, y su espiritualismo era un legado de fenomenólogos de la talla de Husserl, Dilthey y Spranger. Precisamente, su aproximación a Jaspers y Binswanger, a partir de su cultura psicoanalítica y su vocación por la filosofía favorecieron su tránsito al análisis existencial (Mariátegui, en Delgado, 1989).

Ahora bien, aquí tenemos también que hacer otra aclaración, pues si bien Delgado promovió la psicología en el Perú, no estaba interesado en promover a los psicólogos, pues él no veía la necesidad de que una nueva especialidad como la psicología se hiciera cargo de temas que ya eran menester de los médicos. Sus esfuerzos se movilizaron más bien a que los médicos tengan una formación psicológica, en la medida que tratan con personas (Delgado, 1952). Sin embargo, la obra de Delgado fue significativa para el avance de la psicología en el Perú, porque más indirecta que directamente, generó espacios para el despliegue de temáticas psicológicas.

Por ello, es correcto decir que Delgado alentó el desarrollo de la psicología en el Perú con su prolífica producción escrita, que sumados sus libros y artículos de investigación empírica y documental sobrepasa la cifra de 300 trabajos publicados, de los cuales una tercera parte están dedicados a la psicología (Chiappo, 1957). Además, fundó importantes revistas que se convirtieron en espacios abiertos para la publicación de trabajos psicológicos. Por ejemplo, en 1938 funda con Julio Oscar Trelles Montes (1904-1990) distinguido neurólogo peruano, la Revista de Neuro-Psiquiatría tras haber presidido las Jornadas Neuro-Psiquiátricas del Pacífico en 1937 que tuvieron lugar en Santiago de Chile (Sánchez & Reyes, 2002). En esa revista publica diversos trabajos relevantes para la psicología como: "Psicología general y psicopatología de las tendencias instintivas", "Psicología general y psicopatología de la voluntad", "Psicología general y psicopatología de la inteligencia", "El concepto de personalidad anormal", "Acerca de la psicopatología general de Jaspers", "La asistencia del enfermo mental", "Personalidad y delincuencia", etc.

También funda en 1918, junto con Hermilio Valdizán, la Revista de Psiquiatría y Disciplinas Conexas que aunque funcionaría hasta 1924, le permitiría publicar diversos artículos: "Los problemas nacionales de la sanidad mental", "La enseñanza de la psicología en nuestra Universidad Mayor", "La formación de la personalidad y el carácter", "La psiquiatría psicológica", "Psicología y fisiología", "Programa sintético para la organización del servicio de higiene mental escolar" y "La negación de la paternidad como síntoma psicósico". La Revista de Psiquiatría y Disciplinas Conexas alcanzaría llamativo internacional, ya que hasta el propio José Ingenieros (1877-1925), psicólogo argentino de gran prestigio mundial, auguró parabienes a dicha publicación, y se expresó de sus editores, Valdizán y Delgado, con estas palabras: "Estos dos hombres jóvenes, preparadísimos, con la mente serena para el estudio y el corazón henchido de entusiasmo, dan un alto ejemplo a la juventud de América" (Ugarte y Chocano, 2005).

La dupla Valdizán-Delgado tiene un importante sitial en la historia de la psiquiatría y la psicología peruanas, pues además de dirigir la Revista de Psiquiatría y Disciplinas Conexas, en 1919 fundan un Seminario Psicopedagógico con el objeto de orientar a los maestros sobre los fundamentos psicobiológicos del desarrollo infantil, tanto en sus regularidades como en sus alteraciones (Alarcón, 2000). En este mismo campo, presentan un informe sobre la problemática de la infancia anormal en el Perú en la Primera Conferencia del Niño Peruano que se celebró en 1922, y que dio paso a la formación de la Liga Nacional de Higiene Mental (Mariátegui, 1981). El trabajo de Delgado y de Valdizán constituye una propuesta programática que abarca la investigación psiquiátrica, la salud mental y la higiene mental en el ámbito escolar (Delgado, 1922). Y es que Delgado y Valdizán no son sólo discípulo y maestro, sino que son amigos.

La labor conjunta de estos dos insignes psiquiatras se ve interrumpida por la temprana muerte de Valdizán el 25 de diciembre de 1929, momento en el que Delgado le sucede en la cátedra de psiquiatría de la Universidad Mayor de San Marcos. En ese sentido, la labor docente de Honorio Delgado inicia en 1918 con la Jefatura de Clínica Propedéutica de la Escuela de San Fernando (Medicina) de la Universidad Mayor de San Marcos, hasta 1920 en que se hace cargo del curso de Patología General. En 1924 enseña en la Facultad de Ciencias el curso de Biología General y en 1928 toma a su cargo el curso de Psicología en la Facultad de Filosofía, Historia y Letras. Hasta que en 1930 sucede a Valdizán en la cátedra de Psiquiatría y Neuropatología.

A la par de su trabajo como docente y sus publicaciones académicas, Delgado desempeña una destacada labor como psiquiatra. Sus innovaciones comprenden el tratamiento de la esquizofrenia, la epilepsia y el alcoholismo entre otros desórdenes. Así por ejemplo, la solución de nucleinato de sodio que usó para tratar la esquizofrenia en 1916, la empleó también en siete casos de manía en 1917, de los cuales remitió sólo uno. En 1919 introdujo el luminal como fármaco para tratar la epilepsia y en 1922 hizo una notable contribución al tratamiento de la parálisis general progresiva, mediante la malarioterapia, que fue aplicada originalmente por Wagner von Jauregg en 1917. Delgado fue el primer psiquiatra en aplicar esta técnica en América del Sur. Luego, en 1937 utilizó la terapia convulsiva para tratar la esquizofrenia según el método establecido por Ladislaus von Meduna (1896-1964). También ensayó la cura cardiazólica en pacientes con parálisis general progresiva en 1937 y un año después hizo su primera publicación sobre el tratamiento con insulina de pacientes esquizofrénicos. Este trabajo lo desarrolló con Carlos Gutiérrez Noriega y Juan Francisco Valega, y se publicó en la Revista de Neuro-Psiquiatría con el título "Contribución al tratamiento de la esquizofrenia con insulina". Entre otros de sus logros, en colaboración con Francisco Alarcón introdujo en 1943 el choque acetilcolínico en el tratamiento de la esquizofrenia y desde 1947 trabajó con Andrés Carrillo en el tratamiento de la depresión con clorhidrato de d-desoxiefedrina. Finalmente, en 1950 reveló los resultados obtenidos del tratamiento del alcoholismo crónico con el disulfuro de teraetil thiuramina (antabus) mediante las técnicas de condicionamiento pavloviano. Así, entre 1915 y 1950, Honorio Delgado estuvo muy dedicado a los tratamientos físicos además de la psicoterapia, ya que interpretó diversos casos aplicando la teoría y los métodos psicoanalíticos (Saavedra, 1957).

 

 

Muchos de estos estudios Delgado los realizó en el por entonces Hospital de Enfermos Mentales de Magdalena, hoy conocido como el Hospital Víctor Larco Herrera. Precisamente, sería el propio Víctor Larco Herrera, miembro de la Beneficencia Pública que tenía a su cargo la inspección del mencionado nosocomio, quien tras haber recibido las mejores referencias de Honorio Delgado en un viaje a Buenos Aires que realizó en 1920, le designó una jefatura en el Hospital de Magdalena (Losada y Puga, 1957). Es curioso que fuera por un grupo de médicos argentinos a 3000 km. de Lima que Larco Herrera y Honorio Delgado pudieran conocerse, y es que Delgado era bastante conocido en Argentina porque colaboraba regularmente con la Revista de Criminología, Psiquiatría y Medicina Legal que dirigía José Ingenieros.

Pero Honorio Delgado también publicaba sus trabajos en revistas estadounidenses (como A Psychiatry Journal of Adolescence, Psychoanalytic Review, Journal of Nervous and Mental Disease, etc.) y otras tantas de Europa (Scientia, L'Hygiène Mentale, Annales Médico-Psychologiques, Psychiatrisch-Neurologische Wochenschrift, Revista de Psiquiatría y Psicología Médica de Europa y América Latina, Archivo Iberoanamericano de Historia de la Medicina y Antropología Médica, Verbum, Universitas Zeitschrift für Wissenschaft, Kunstund Literatur, Imago y claro el Internationale Zeitschrift fur Psychoanalyse); sin hacer a un lado las revistas peruanas Mar del Sur, Las Moradas y Letras Peruanas; u otras de América Latina como la Revista de la Universidad de Buenos Aires, Acta Neuropsiquiátrica Argentina, FinisTerrac y El Diario Ilustrado de Chile.

Delgado fue un hombre sumamente culto. Siempre estuvo al tanto de los últimos avances en medicina, psiquiatría, psicología, filosofía y biología. Leyó a Freud, Adler, Jung, Abraham, Rank, Stern, Pavlov, Piaget, Khöler, Watson, James, Ribot, Klages, Bleuler, Kraepelin, Russell, Minkowski, Nietzsche, Kierkegaard, Loeb y Morgan, entre otros. Pero sus preferidos serían Jaspers, Bergson, Spranger y Hartmann (Delgado, 1957, 1958). Así también escribió sobre S. Freud, Stanley Hall, José Ingenieros, Erwin Liek, George Leibniz, Wolfgang Goethe, Johannes Lange, Ivan Pavlov, Eugene Bleuler, Otto Rank, Eduard Spranger, Antonio Raimondi y Hermilio Valdizán. Delgado leía y escribía en varios idiomas, ya que además del español, aprendió inglés, francés y alemán, con sus profesores, Edward Steane (australiano), Daniel Simounet (francés) y Phillip Voigtel (alemán); respectivamente.

La erudición de Honorio Delgado empero, no se hizo de la nada. De hábitos rigurosos y de intelecto brillante fue miembro desde sus años formativos, de diversos grupos de estudio. Uno de ellos funcionaba en la casa de Víctor Andrés Belaunde, jurista y diplomático connotado que a pesar de ser arequipeño, no conocía a Honorio Delgado, hasta que le fue presentado por Cristóbal de Losada y Puga en 1919 (Losada y Puga, 1957). Con Víctor Andrés Belaunde se reunían José Gálvez, José María de la Jara, Carlos Ledgard, José de la Riva Agüero, Guillermo Leguía y Mariano Iberico; para compartir animadas conversaciones intelectuales que Belaunde llamaba "protervas" (Arce, 2007).

De este grupo se derivan al menos tres hechos: 1) se forma otro grupo de amigos con Alberto Mora Químper, Alberto Ibarra, Cristóbal Losada y Puga -y claro, Honorio Delgado-, que se reunían en el Palis Concert, para tertuliar sobre diversas cuestiones personales y sentimentales propias de los jóvenes estudiantes. 2) Honorio Delgado empieza a escribir en el Mercurio Peruano, revista que dirigía Víctor Andrés Belaunde, y cuyo primer artículo se titulaba "Docencia magna: Enseñanza de la filosofía de la vida fundada en la psicognosia". 3) Conoce también a Mariano Iberico, con quien escribiría años más tarde un libro de psicología general que sería a decir de Ramón León (1992) el texto más exitoso de psicología que se haya escrito en el Perú. Publicado originalmente en 1933 se reeditó en 10 oportunidades en 70 años. Este libro estaba dividido en 30 capítulos y refleja muy claramente la posición espiritualista de Delgado. Propone por ejemplo que un método fundamental para el estudio de la personalidad es la intuición.

El libro inicia indicando que la ciencia no es suficiente para explicar diversos fenómenos de orden psicológico y es constante en todo el texto un estilo propio de H. Delgado, así como una conceptualización de los hechos psíquicos a la luz de la psicología espiritualista. Así por ejemplo, define la atención como "el esfuerzo integral del espíritu que limitando una región determinada en el campo de la conciencia, ilumina vivamente el contenido de ese campo y lo mantiene así" (pág. 110), mientras que el juicio "es un acto del espíritu por el cual afirmamos o negamos algo" (pág. 214).

En Psicología se estudian pues, diversos fenómenos como el instinto, los hábitos, la atención, la voluntad, la emoción, las pasiones, las sensaciones, la percepción, la memoria, la asociación de ideas, la abstracción, el juicio, el razonamiento, la imaginación, la inteligencia, el carácter y la personalidad. Todas ellas distribuidas en tres categorías: extensión de la vida activa, extensión de la vida afectiva y extensión de la vida intelectual (Delgado & Iberico, 1953). El capítulo final que titula: "El espíritu objetivo y la actividad anímica", recoge su análisis sobre las relaciones entre el espíritu y la psicología, ya que como se dijo, es muy característico del libro la posición filosófica de Delgado, que trata un séquito de autores de similar orientación. Así por ejemplo, el autor más citado por Delgado en la primera edición de este libro es Henry Bergson, seguido por William James, Theodule Ribot y Sigmund Freud (León, 1992).

Como dice León (1989) el libro de Delgado e Iberico llenó un vacío en la literatura científica nacional. Y es importante destacar que el renombre de los autores, era pieza clave que permitió que dicha obra se convierta en un trabajo harto leído por los interesados en la psicología y citado frecuentemente por los historiadores de la psicología incluso hoy en día. Y es que así como Delgado era el abanderado del psicoanálisis en América Latina, Iberico tenía fama por la calidad superior de su producción, en asuntos referidos a la caracterología, tema que ya le cautivó desde 1913. Asimismo, esta obra también representa el viraje que da Delgado del psicoanálisis a la psicología espiritualista, que cultivaría hasta el final de sus días. A tal punto que en la última edición no aparece citado ningún psicoanalista, a excepción de Freud.

Así pues, Psicología (Delgado & Iberico, 1953) es junto con El psicoanálisis (Delgado, 1919), La formación espiritual del individuo (Delgado, 1933), La personalidad y el carácter (Delgado, 1943), Ecología, tiempo anímico y existencia (Delgado, 1948) y Contribuciones a la psicología y la psiquiatría (Delgado, 1962); un grupo de libros que exponen diversos contenidos psicológicos sobre los que escribió H. Delgado (Alarcón, 2000). En La personalidad y el carácter revisa diversas perspectivas acerca de estos constructos. Analiza profusamente las tipologías de Kretschmer, Jaensch, Pfahler, Jung y Spranger. Asimismo, también reflexiona sobre la intervención de los factores genéticos y ambientales en la formación y el desarrollo de la personalidad, siempre desde un enfoque espiritual. Precisamente a partir de la cuarta edición de este libro incluye un capítulo final: La Personalidad y la crisis de la cultura (Delgado, 1966). En este acápite critica el alejamiento del hombre de la naturaleza, lo cual le conduce a la pérdida de su base moral y a un retraso en el crecimiento del espíritu. Este tema es también abordado en el libro Ecología, tiempo anímico y existencia, y atribuye estos desmanes del espíritu al desordenado avance de la modernidad. Toca varios temas como la sinergia ecológica entre diversos seres vivos, los instintos, la conciencia del tiempo, la existencia humana y su relación con la naturaleza. En resumen, Delgado encuentra en la naturaleza el espacio de comunión entre los instintos y las más altas formas del espíritu: "…las manifestaciones del instinto tienen polaridades y gradaciones que en cierto modo van al encuentro de las formas más delicadas de la vida espiritual. Por eso no vacilamos en considerar a las tendencias instintivas como conexión vivificante del alma con la naturaleza" (Delgado, 1948, pág. 97).

La psicología de Honorio Delgado es eminentemente espiritualista. El núcleo de la psicología de Delgado no está en el psiquismo, la conducta, la cognición o en el inconsciente, sino más bien en el espíritu. En ese sentido, la psicología de Delgado sigue el molde de la psicología aristotélica con su clásica división de alma vegetativa, animal y racional. Ubica la vida instintiva y la racional en un continuum que desemboca en un proceso de armonización del hombre con la naturaleza, entre su ser instintivo y su ser racional. Reconoce asimismo, que a veces existen contradicciones entre estas dos esferas del alma humana, contradicciones que se revelan consciente o inconscientemente en un flujo de tendencias que denominó psicomaquia.

Delgado se opone a una psicología exclusivamente científica en el sentido positivista, pues postula que los fenómenos psicológicos no están al alcance absoluto de la ciencia. Entiende al hombre como una totalidad, como un ser integral en el que confluyen tanto las dotes hereditarias como las influencias ambientales, dentro de las que destaca la educación. Pero toma siempre como punto de partida la constitución orgánica del hombre. En ese sentido, admite al igual que Hartmann la existencia de cuatro planos capitales: 1) físico-material, 2) orgánico-biológico, 3) anímico y 4) espiritual-histórico (Luza, 1857). La psicología de Delgado se alinea entonces con las corrientes espirituales en abierta oposición con el asociacionismo, el positivismo y el conductismo por considerarles atomistas, reduccionistas y mecanicistas.

Como psiquiatra, aborda los desórdenes mentales desde un punto de vista clínico y funcional (Luza, 1957) analizando su organización estructural así como su devenir psicomáquico (Delgado, 1953, 1962). Por ello la psicología de Honorio Delgado es también psicodinámica, pero no en el sentido freudiano, sino más bien fenomenológico. La psicología de Delgado se centra en la actividad noética del sujeto, en su devenir, en su estructura anímica y en sus manifestaciones conscientes e inconscientes, es decir, en su significación caracteroplástica. De hecho, Delgado introduce el término caracterografía que tiene por fin lograr una imagen lo más definida e inteligible que se pueda de la idiosincrasia. En ese sentido, estudia a la persona en el terreno ético, teleológico, metafísico, axiológico y hasta teológico (Chiappo, 1957). También introduce el término "Enantotimia" para referirse a la melancolía como síntoma patognomónico de diversos desordenes mentales, así como el concepto de "Bioneurosis" que incluye al trastorno de pánico y al trastorno obsesivo compulsivo; y otros términos más como onirocricia, ergoanarquía, etc.

En materia de psiquiatría escribió diversos libros, entre los que destacan: "Lo esencial en el tratamiento de la esquizofrenia", "Tratamiento de la melancolía" y "Curso de psiquiatría"; que se convirtió en libro de lectura obligada para los psiquiatras durante muchos años. En este último libro, se abordan la psicopatología de la percepción, el pensamiento, los sentimientos, la voluntad, la conciencia, la memoria, la atención, la inteligencia y la personalidad; así como la etiología y clasificación de los desórdenes mentales, las psicosis (sintomáticas, involutivas, tóxicas y maniaco-depresivas), la epilepsia, la oligofrenia, las anormalidades psicosexuales, la psicoterapia, la higiene mental y la psiquiatría forense (Delgado, 1953).

Como resulta evidente, aunque psiquiatra de profesión, Honorio Delgado era un psicólogo por vocación. Pero no se puede obviar su labor como filósofo. En ese sentido, publica diversos artículos destacando la vida y obra de figuras insignes de la filosofía en los Archivos de la Sociedad Peruana de Filosofía ("Introducción a la filosofía de Jaspers" y "Goethe y la filosofía"), en la revista Letras Peruanas ("Eduardo Spranger y el genio Alemán"), la Revista de Filosofía y Derecho ("Stefan George y Karl Jaspers"), Nueva Revista Peruana ("La psicología según Aristóteles"), Las Moradas ("Marcel Proust y la penumbra anímica"), en el Mercurio Peruano ("La filosofía de la existencia según Karl Jaspers") y Verbum ("Leibniz: el psicólogo"). Esta fase de la producción de Delgado coincide a decir de Francisco Miró Quesada (1957), con su producción humanista literaria, ya que también publicó trabajos que podrían enmarcarse dentro del campo de la psicología del arte, entre los cuales tenemos: "Reportaje acerca de Cervantes y su obra" (en El Comercio), "La locura de Don Quijote" (en Reforma Médica), "El enigma psicológico de Hamlet" (en Crónica Médica), "Psicología de los cuentos de Hadas" (en la Revista de Filosofía), "Una paradoja de la creación genial" (en Stylo), "Producción artística de los esquizofrénicos" (en Bellas Artes), "El dibujo de los psicópatas" (en Anales Hospitalarios) y "La pintura en la esquizofrenia" (en Centauro).

Delgado se pronuncia también en materia de educación, pues se involucró en varios eventos y actividades de profilaxis mental en la escuela, y escribió diversos artículos referidos a la educación: "Los factores biológico y social en la evolución psicológica" (en la Revista de Filosofía),"El psicoanálisis en la escuela", "El desarrollo psíquico del niño" (en la Revista de Psiquiatría y Disciplinas Conexas), "La inspección médica en las escuelas", "A propósito de las reformas de la instrucción pública: Necesidad de un Instituto de Psicopedagogía Experimental del Indio" y "La renovación del criterio pedagógico por la psicología" (en El Comercio), "La selección universitaria" (en el Mercurio Peruano), "Decadencia mental senil y analfabetismo" (en los Archivos de Medicina Legal), "La reforma integral de la enseñanza" (en La Prensa), "La cultura superior y las etapas de la educación" (en la Revista de la Universidad Católica del Perú), "Filosofía y educación" (en la revista Educación).

Así como con la educación, se interesó en mejorar el sistema penitenciario del país. De modo que entre 1926 y 1933, Delgado aceptó el cargo de psiquiatra de la Dirección de Justicia y Prisiones, sirviendo ad honorem a la comisión del gobierno para el estudio del sistema carcelario, que motivó que realizara un viaje a Europa en 1927 para estudiar la reorganización de los sistemas carcelarios en el viejo continente. Aprovechó también esta ocasión, para acudir en calidad de delegado del Perú, al X Congreso de Psicoanálisis que se llevó a cabo en Innsbruk. En esa oportunidad Delgado realiza su última visita a Freud, en su casa de Semmering y en compañía de su esposa y de la princesa Marie Bonaparte (Delgado, 1956b).

Otro de los servicios que prestó al país fue el de participar en la reconstrucción de la Biblioteca Nacional en 1943 (Mariátegui, 2002). Pero su más alto cargo fue el de Ministro de Educación. Cargo que desempeñó lealmente en 1948. Resulta que ante su admirable interés por la educación y sus elevadas cualidades académicas, el 17 de junio de 1948 tomó la cartera de Educación Pública bajo el gobierno del presidente y paisano suyo, José Luis Bustamante y Rivero (1894-1989). Lamentablemente, su gestión duró breve tiempo, hasta el 27 de octubre del mismo año, cuando el General Manuel A. Odría dio un golpe de Estado (Hercelles, 1957). Sin embargo, Delgado no cesó en sus intenciones de mejorar la educación. Habiendo publicado diversos trabajos sobre la formación universitaria, y en particular sobre la necesidad de introducir la psicología en la formación de los médicos (Delgado, 1952), a través de la creación de cátedras de Psicología general, Psicología del niño y el adolescente y Psicología aplicada a la educación5., presenta junto con Raúl Porras Barrenechea, Alberto Hurtado y Luis E. Valcárcel, un anteproyecto de estatuto universitario. Tras ser Director del Departamento de Psiquiatría y Neuropatología hasta 1961, fue elegido Decano de la Facultad de Medicina de la UNMSM. Pero debido a que el 18 de julio de 1962 las Fuerzas Armadas dan un nuevo golpe de Estado, aduciendo esta vez, fraude electoral, faltando diez días para que el presidente Manuel Prado Ugarteche entregue la banda presidencial a su sucesor; Honorio Delgado junto el Dr. Alberto Hurtado y otros catedráticos de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos renuncian a sus cargos ante la inminente politización de la Facultad de Medicina por parte de los militares (Villanueva, 1995). Delgado y sus colegas renunciantes, forman la Unión Médica Cayetano Heredia, que daría lugar a la Universidad Peruana de Ciencias Médicas Cayetano Heredia, de la que Honorio Delgado sería rector desde 1962 hasta 1966 (Arce, 2007).

La Universidad Peruana Cayetano Heredia, no sería la única institución que se crea por los méritos de Honorio Delgado. Así pues, dentro de su vasto trabajo como médico sanitarista, Delgado coincide con el científico japonés, Hideyo Noguchi, en el tratamiento de enfermedades como la gripe española y el morbus amarílico. En reconocimiento a su abnegada labor, se crea en 1982 el Instituto Nacional de Salud Mental Honorio Delgado-Hideyo Noguchi, que es hasta la actualidad uno de los más importantes nosocomios donde se brinda tratamiento a los enfermos mentales. En este centro se integran diversos departamentos que abarcan la geriatría psiquiátrica, la salud mental comunitaria, las farmacodependencias, la psiquiatría biológica, a neurología, la radiología y la psicología. Años más tarde, la revista Anales de Salud Mental aparece en 1984 como un espacio de divulgación de los trabajos de investigación que se realizan en su seno institucional.

En su labor como docente, Honorio Delgado ha tenido destacados alumnos para quienes fue fuente de inspiración y admiración, tanto en el campo de la psiquiatría como en el de la psicología. En el primero de los casos, el psiquiatra Segisfredo Manuel Luza Buroncle cambió la gastroenterología por la psiquiatría a raíz de un consejo que le diera Honorio Delgado, cuando le sugirió que leyera el libro Psicopatología General de Karl Jaspers (1996). Desde entonces, Luza se decidió por la psiquiatría e inició de la mano de Delgado su formación en dicha especialidad en el Hospital Larco Herrera. Se graduó de médico en 1955 con el primer puesto de su promoción y en 1957 obtuvo su grado de Doctor en Psiquiatría en la Universidad Alemana de Heidelberg, con el calificativo Suma Cum Laude. Lamentablemente, en 1966 su brillante trayectoria académica dio un viraje de 180 grados por un hecho dramático que afecta profundamente su carrera y su vida personal.

En el segundo de los casos, Leopoldo Chiappo Galli (1924-2010), otro discípulo de Honorio Delgado, se graduó como doctor en filosofía en 1951 por la UNMSM y después obtuvo la licenciatura de psicología en la Universidad Cayetano Heredia. Realizó estudios de posgrado en la Universidad de Texas (Sánchez & Reyes, 2002) y a su regreso al Perú, desarrolló una importante labor como psicólogo clínico, siendo pionero, al igual que su maestro, en la psicología del arte con obras como Dante y la psicología del infierno, en la que analiza psicológicamente la obra de Dante Alighieri. Fue creador, en 1955, de una de las primeras pruebas psicológicas hechas en el Perú: El Test Noético Perceptivo, que es utilizado para evaluar pacientes afásicos (Alarcón, 2000).

A pesar de que tuvo varios discípulos, no puede decirse que Honorio Delgado haya fundado escuela psicológica en el Perú, aunque sí se puede reconocer una escuela psiquiátrica, ya que como introductor de Rorschach en el Perú tuvo muchos seguidores. En ese sentido Delgado era heredero del legado de la psiquiatría alemana, mientras que Humberto Rotondo seguía los lineamientos de la psiquiatría estadounidense. Ambos eran representantes de dos escuelas que generaron polémica en el campo de la psiquiatría y el psicodiagnóstico de Rorschach, que protagonizaron una importante confrontación académica por aquellos años en nuestro país.

Aunque la psicología de Delgado se enmarca dentro de la corriente espiritualista y mantiene una identidad muy particular y plenamente reconocible, con la llegada de Walter Blumenfeld (1882-1967) al Perú, la psicología filosófica que era cultivada por el psiquiatra arequipeño, fue sustituida por la psicología experimental que introdujo Blumenfeld (Alarcón, 1994). Según Ramón León (1998), las diferencias que tenían Honorio Delgado y Walter Blumenfeld sobre la visión de la psicología, con respecto a sus métodos, sus fines, sus principios rectores y su trasfondo epistemológico; les llevaron a rivalizar incluso en el plano personal. Mientras Delgado proponía la intuición como método psicológico, Blumenfeld defendía los métodos experimentales. Mientras Honorio Delgado desarrolló una psicología filosófica y descriptiva, Blumenfeld abogó por una psicología objetiva y cuantificable. De esta manera, Blumenfeld posicionó la psicología científica en el Perú y sentó las bases de la psicología peruana a futuro, en tanto que la psicología espiritualista de Delgado se vio desplazada por el auge global del positivismo (León, 1993; Arias, 2011).

Este panorama no disminuye empero, la trascendencia de Honorio Delgado, pues es sin lugar a dudas un pionero y uno de los hombres más renombrados del Perú que alcanzó prestigio mundial por su innovadora labor como psiquiatra y su vasta producción intelectual. Honorio Delgado fue a decir de Ramón León (1992) un "hombre de mundo", que se codeó con grandes figuras del más elevado nivel académico. No sólo entabló amistad con Freud y con otros psicoanalistas, sino que tuvo la oportunidad de conocer a W. Gordon Allport, Víktor Frankl, Ludwing Binswanger (Criado, 1993), y a Julius Ritter Wagner von Jauregg (1857-1940), ganador del Premio Nobel de Medicina en 1927 por la introducción de la malarioterapia como tratamiento de la parálisis general progresiva, que Delgado aplicó con éxito en nuestro país. Por esa razón, Wagner von Jauregg le invitó a su residencia junto con otros psiquiatras como Goldstein, Stiefer, Kirschbaum, Gamper, Dreyfus y Jelliffe; que también habían aplicado su técnica (Mariátegui, 2002).

Por otro lado, siendo pionero en el uso de psicofármacos, fue fundador junto con otros 30 psiquiatras de todo el globo, del Collegium Internationale Neuro Psychopharmacologicum (Colegio Internacional Neuropsicofarmacológico) en 1957 en Zurich, donde se encontraba con motivo del II Congreso Internacional de Psiquiatría que se desarrollaba en esa ciudad (Mariátegui, 2002). Otros eventos en los que participó Delgado fueron el de las Jornadas Neuropsiquiátricas Panamericanas en 1939, el Congreso Internacional de Filosofía en 1951, ambos realizados en el Perú. Fue también Director de la Segunda Sesión del Congreso Mundial de Psiquiatría, que se celebró en París en 1950 y en 1958 fue Presidente del Tercer Congreso Latinoamericano de Salud Mental (Arce, 2007).

En sus numerosos viajes por Estados Unidos y Europa, así como por Latinoamérica fue distinguido con altos honores. En 1934 fue nombrado Miembro de Honor de la Academia Nacional de Medicina de Madrid, fue galardonado con la Orden del Sol del Perú en 1936, ese mismo año fue nombrado miembro honorario de la Sociedad Chilena de Neurología, Psiquiatría y Medicina Legal. Un año más tarde fue Miembro Honorario de la Sociedad Médica de Valparaíso. En 1940 fue Vicepresidente de la Sociedad Peruana de Filosofía así como Socio Honorario de la Sociedad de Bellas Artes. En 1941 fue Miembro de Honor del Ateneo de la Historia de la Medicina de Buenos Aires y Consultor Asociado del Journal of Abnormal and Social Psychology. También fue Miembro Honorario de la Sociedad de Psiquiatría y Medicina Legal de Mar de Plata. En 1942 fue Miembro de la American Psychiatric Association y de la Asociación Médica Argentina y en 1944 fue Miembro de la Sociedad de Psicopatología, Neurología y Medicina Legal de Colombia. En 1948 es Miembro de la Sociedad Cubana de Neurología y Psiquiatría y un año después recibe la Gran Cruz de la Orden de Alfonso X el Sabio. Ese año es Miembro de la Sociedad Chilena de Filosofía y del Instituto de Cultura Hispánica de Madrid.

Además fue Presidente de la Sociedad Peruana de Filosofía de 1949 a 1951, fue también miembro de la Akademic der Wissenschaftenund der Literatur en 1951. Un año después lo nombraron Miembro Honorario de la Universidad Católica de Chile. Fue Doctor Honoris Causa de la Universidad de Salamanca en 1954, de la Universidad Nacional de San Agustín y Miembro de Honor de la Sociedad de Psicología de España. En 1956 realiza un viaje a Colombia y recibe múltiples condecoraciones como ser Miembro de la Academia Nacional de Medicina de Colombia, de la Sociedad de Psicopatología, Neurología y Medicina Legal y es nombrado Doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional de Colombia. Recibe las Palmas Magisteriales el mismo año y es nombrado Profesor Emérito de la Universidad Central del Ecuador. Recibe también la Condecoración Comendador de la Orden Hipólito Unanue y fue Miembro Extraordinario de la Sociedad Argentina de Medicina Psicosomática y un año más tarde fue nombrado Miembro Honorario de la Sociedad de Psiquiatría de Uruguay.

Con 70 años en sus hombros, dedicados la mayoría de ellos a una ardua y fructífera labor intelectual, Honorio Delgado se fue retirando paulatinamente de la vida académica y la enfermedad que padecía le obligó de igual manera, a dejar su práctica profesional privada.

Para Luis Trelles (hijo de Oscar Trelles), quien conoció a Delgado desde su infancia, se trataba de un personaje adusto, serio, formal y pulcramente vestido que incluso para su época llamaba la atención, por sus guantes, su bastón y su sombrero, que hacían de él un quijote del siglo XX (Trelles, 1989). Aunque para otros era un hombre arrogante, Cristóbal de Lozada y Puga, amigo personal de Delgado, resuelve que tras su porte elegante y aristocrático, descansa un hombre firme y afectivo, que es leal y correcto en todas las esferas de su vida.

Honorio Delgado es parte de un capítulo importante en la historia de la psicología peruana, que con talante humanista e incansable tesón; contribuyó al desarrollo de la filosofía, la educación, la medicina, la psiquiatría, la biología, la lingüística y claro, la psicología. Fundador de prestigiosas instituciones, editor de revistas, brillante profesor, infatigable escritor y pensador fascinante; fue admirador de la cultura alemana y de sus más grandes pensadores: Jaspers, Spranger y Hartmann (Delgado, 1954, 1957, 1958, 1960) (de este último escribe un breve libro de 39 páginas en 1956 con el título "Nicolai Hartmann y el reino del espíritu"). Desarrolló como nadie de su tiempo, la psicología y la psiquiatría en el Perú, colocándolas en la órbita de los últimos avances teóricos de los países más desarrollados.

Lamentablemente la muerte le alcanzó el 28 de noviembre de 19696., y dejó tras él una estela de ideas y trabajos psicológicos así como de innovaciones terapéuticas para la psiquiatría; que siempre debe ser recordada y valorada por todos los peruanos y en particular por los profesionales de la salud. Con él se apagó la luz de una psicología que pudo aportar mucho a la psicología presente como lo hizo en el pasado la psicología fenomenológica. Pues Delgado reconoció las limitaciones de la ciencia y tomó de la filosofía en justa medida, todo aquello que podía aportar al desarrollo de la psicología de su tiempo. No somos exagerados, cuando decimos, que Delgado es y seguirá siendo todavía, una de las más insignes figuras que ha tenido el Perú. No en vano es considerado hasta la fecha como el psiquiatra más importante de América Latina.

 

Referencias

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Recebido: 16/09/2015 / Corrigido: 22/09/2015 / Aceito: 28/09/2015.

 

 

1 Psicologo - doctarando por la Uni.Nacional de San Agustin (UNSA) Arequipa, Perú. Maestro en Ciencias de la Educacion por la Univ. Nacional Pedro Luiz Gallo. Profesor del programa Profesional de Pscicologia y investilgador de la Uni. de San Pablo. Editor de revista de Psicologia. Contactos: email: warias@ucsp.edu.pe . Universidad Católica San Pablo Urb. Campiña Paisajista s/n, Quinta Vivanco, San Lázaro, Arequipa (Perú).
2 G. Greve, hace una breve defensa de la sexualidad infantil y elogia los beneficios de la terapia psicoanalítica en los síntomas obsesivos en 1910 dentro del marco del Congreso Médico Internacional que se llevó a cabo en Buenos Aires. Una mención a este suceso se puede encontrar en Zeitschrift fur Psychoanalyse (Mariátegui, en Delgado 1989).
3 Aunque Honorio Delgado fue llamado a participar del VII Congreso Internacional de Psicoanálisis del 23 al 25 de septiembre de 1922, el barco que le traslada no llega a tiempo, de modo que el encuentro se produce recién el 16 de noviembre de ese mismo año.
4 Algunas de estas imprecisiones serían con respecto al número de matrimonios de su padre (que fueron sólo dos pero Delgado añade uno más), la edad de sus padres (que Delgado consigna como 42 y 22 años, siendo en realidad 40 y 20, para su padre y su madre, respectivamente), la 292 fecha del matrimonio de Freud con Martha Bernays, entre otras (Rey de Castro, en Delgado, 1989).
5 Véase "La enseñanza de la psicología en nuestra Universidad Mayor", "Necesidad de introducir el estudio de la psicología en la instrucción médica", "Necesidad de un curso de psicología en la Facultad de Ciencias", "Necesidad de un curso psicología en la Facultad de Letras", "El médico y su cultura general", "Acerca del pasado y el futuro de la Universidad Peruana", "La cultura y la ciencia en la Universidad", etc.
6 A la muerte de Delgado queda viuda su esposa Helene Rehe (1901-1983), mujer de origen alemán con quien se casó en 1924. No dejaron descendencia.

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