Revista Mal Estar e Subjetividade
ISSN 1518-6148
AUTORES DE OUTROS PAÍSES
ARTIGOS
Ocio transformacional y contrahegemónico: "disoñando" un mundo sustentable
Ocio transformacional e contra hegemônico: "desenhando-sonhando" um mundo sustentável
Resignified and counter-hegemonic leisure: "dreamdesigning" a sustainable world
Loisir transformationnel et contre-hégémonique: ''disoñando'' un monde durable
Rodrigo Elizalde
Doctor y Máster en Educación con mención en Aprendizaje Transformacional, Especialista Universitario en Educación Ambiental y Globalización, Licenciado en Psicólogo. Profesor Substituto de la Universidade Federal de Minas Gerais y Co-lider del Grupo de Pesquisa Otium: Lazer, Brasil & América Latina (CNPq/UFMG). E-mail: roelizalde@gmail.com
RESUMEN
El objetivo de este texto es situar la temática del ocio en la actualidad, vinculándola con la necesidad de un profundo cambio paradigmático, epistemológico-político-educativo, que logre hacer frente a algunas de las alarmantes realidades sociales y ecológicas del presente. Se realiza un recorrido en el cual se vinculan la transformación y "evolución" social con una nueva educación, basada en el aprendizaje transformacional, donde el ocio se abre como un potencial aporte para este salto evolutivo que se requiere. Diseñamos máquinas, tecnologías, mapas, planos, ciudades, mundos. Ahora se plantea el soñar y diseñar juntos, esto será disoñar, como una estrategia esencial para revitalizar nuestras sociedades y atrevernos a soñar con otros mundos posibles. Desde aquí se postula que, potencialmente, la relación entre el ocio resignificado y el aprendizaje transformacional, nos puede ayudar a atrevernos a disoñar nuevas utopías hacia donde producir la transformación social. En este sentido, paradojalmente, el ocio puede contribuir, y de hecho lo hace, a mantener el status quo y el orden social vigente, reforzando estereotipos y valores excluyentes, consumistas y alienantes. Pero, a su vez, puede abrir posibilidades para la construcción de sociedades más humanas, justas, inclusivas, participativas y solidarias. Tales consideraciones revelan que, en nuestras sociedades, el ocio es un fenómeno dinámico, complejo y lleno de conflictos, tensiones, ambigüedades y potencialidades.
Palabras-clave: Ocio, ocio contrahegemónico, aprendizaje transformacional, cambio de paradigma, transformación/evolución social.
RESUMO
O objetivo deste texto é discutir a temática do lazer, vinculando-a com a necessidade de gerar uma mudança paradigmática, epistemológica, política e educativa que permita fazer frente às alarmantes problemáticas sociais da atualidade. Busca-se relacionar a transformação e "evolução" social com uma educação baseada na aprendizagem transformacional, na qual o lazer representa um potencial aporte para o salto evolutivo que essas problemáticas requerem. Planejamos máquinas, tecnologias, cidades e mundos. É necessário planejar e sonhar ao mesmo tempo, isto é, "desenhar-sonhar", enquanto uma estratégia essencial para revitalizar nossas sociedades e poder sonhar com outros mundos possíveis. Aqui se abre uma relação entre o lazer ressignificado e a aprendizagem transformacional, impulsionando novas utopias comprometidas com a transformação social. Neste sentido, paradoxalmente, o lazer pode contribuir, e de fato o faz, com a manutenção do status quo e da ordem social vigente, reforçando estereótipos e valores excludentes, consumistas e alienantes. Mas, também pode abrir possibilidades para a construção de sociedades mais humanas, justas, inclusivas, participativas e solidárias. Estas considerações revelam que, em nossas sociedades, o lazer é um fenômeno dinâmico, complexo e cheio de conflitos, tensões, ambiguidades e potencialidades.
Palavras-chave: Lazer, lazer contra hegemônico, aprendizagem transformacional, mudança de paradigma, transformação/evolução social.
ABSTRACT
The objective of this paper is to place the issue of leisure in the present, linking it to the need for a profound paradigmatic, epistemological-political-educational change, which manages to cope with some of the alarming social and ecological realities of the moment. It is a review linking social transformation and "evolution" with a new education, based on transformational learning, in which leisure appears as a potential contributor for this required evolutionary leap. We design machines, technology, maps, plans, cities, worlds. Now arises the idea of dreaming and designing together, a "dreamdesigning", as an essential strategy to revitalize our society and allow us to dare and dream other possible worlds. From this starting point, it is postulated that the relationship between resignified leisure and transformational learning can, potentially, help us to dare and dreamdesign utopias from which we can produce social transformation. Paradoxically, leisure can contribute to preserve and, in fact it does, the status quo and the current social order, the stereotypes and the exclusionary, alienating and consumerist values. From another perspective, leisure can open the possibility for more humane, just, inclusive, participative and solidary societies. These considerations show that leisure, in our societies, is a dynamic, complex phenomenon, full of conflicts, tensions, ambiguities and potentialities.
Keywords: Leisure, counter-hegemonic leisure, transformational learning, paradigm shift, social transformation/evolution.
Résumé
Le but de cet article est de placer le thème de loisir d'aujourd'hui. Loisir est analysé dans son rapport avec la nécessité de promouvoir un profond changement de paradigme, épistémologique, politique et éducatif, qui parvient à résoudre certains des problèmes sociaux et écologiques alarmants d'aujourd'hui. Il entreprend un voyage dans lequel reliant la transformation sociale et de l'évolution avec une nouvelle éducation basée sur l'apprentissage transformationnel, où le loisir est ouvert comme une contribution potentielle à ce saut évolutif qui est nécessaire. Maintenant se pose le rêve et le design, comme une stratégie essentielle pour revitaliser notre société et rêver d'autres mondes. En ce sens, paradoxalement, les loisir peuvent contribuer, pour maintenir le statu quo et l'ordre social, de renforcer les stéréotypes et les valeurs consuméristes et aliénantes. Mais, à son tour, peut ouvrir des possibilités pour la construction de sociétés plus humain, juste, inclusive, participative et solidaire. Ces considérations montrent que, dans nos sociétés le loisir est complexe, est dynamique, et pleine de conflits, des tensions, des ambiguïtés et des potentialités.
Most-clés: Loisirs, loisirs contre-hégémonique, apprentissage transformationnel, paradigm shift, transformation/evolution sociale.
Introducción
Este texto busca repensar otras formas de entender el ocio en nuestro contexto latinoamericano, para hacer frente a los alarmantes conflictos humanos-sociales y ecológicos-ambientales del presente. Este texto intenta encontrar pistas desde donde poder disoñar1 con la anhelada transformación social en el camino de la construcción de sociedades solidarias, equitativas, democráticas, participativas, sustentables y felices.
Muchas veces creemos que nuestra capacidad de imaginar, soñar y construir lo nuevo y las utopías está limitada por una realidad que se muestra como imposible de cambiar. Esta es la forma más efectiva de volver real la imposibilidad del cambio, la inercia y la desesperanza. Justamente por esto la necesidad de atrevernos a disoñar con otros futuros posibles es una responsabilidad histórica, epistemológica, educativa y política.
Transformación y "Evolución" Social
Al hablar de transformación, básicamente se hace alusión a la idea de cambio desde un estado existente a otro distinto. Es así que todo, tanto lo inerte como lo vivo, aunque sea de forma imperceptible, siempre está en constante transformación. La "evolución" va más allá y se refiere a un cambio que apunta a mejorar, perfeccionar, eso que está desfasado en relación a lo que se necesita, o que es necesario de mudar en ese momento específico. Entendida así, la evolución busca satisfacer la solicitud que impone lo nuevo.
En el universo todo es dinámico y está en constante cambio, nada es estático y la fuerza de lo nuevo va abriendo caminos a la innovación, lo incierto e impredecible que de forma inevitable va surgiendo. Aunque no lo notemos, las tensiones entre las fuerzas antagónicas, de lo viejo y lo nuevo, de la continuidad y la alteridad, están luchando de forma permanente, hasta que finalmente se produce esa impostergable transformación y alteración de ese anterior orden existente.
En lo humano ocurre algo similar, y así en el transcurso de la historia hemos visto como se han producido colapsos de culturas y sociedades completas, pero a su vez transformaciones impensadas, las que en muchos casos han posibilitado la sobrevivencia de esa cultura y el desarrollo de la humanidad en su conjunto.
La Necesidad de un Cambio de Paradigma
Para mantener el orden de lo preexistente tal parece que existe una fuerte tendencia humana a aferrarse a lo conocido, a lo anterior, a la certeza y a eso ya habitual presente en lo antiguo. Si se aceptan cambios, estos son solo como continuidad de lo anterior, pero no como una ruptura radical con lo previo. Lo cual, en nuestro caso humano, puede deberse principalmente a razones culturales, ya que en la historia de la humanidad si han existido algunas culturas que alcanzaron a ver lo apremiante y necesario de transformar sus estilos de vida. Ellos se abrieron a la innovación encontrando formas de incorporar las mudanzas significativas que posibilitaron la evolución y sobrevivencia de su sociedad, venciendo la muerte y el colapso en cuanto cultura (Diamond, 2006).
Como punto de partida se postula que nuestras sociedades humanas actuales, de forma global, requiere de un urgente y profundo cambio de paradigma, ya que existen problemáticas que dan cuenta de una situación de "crisis global" y de "emergencia planetaria".
Algunos ejemplos a nivel ecológico-ambiental son las variadas formas de sobreexplotación, contaminación y degradación ambiental, que abarcan prácticamente a todo el planeta. Se entiende que el fenómeno es mucho más amplio y complejo, solo a modo de ejemplo se señala: el cambio climático, con todas sus impensables alteraciones; las variadas formas de mutaciones y pérdidas de la biodiversidad en ecosistemas marinos y terrestres; la alarmante disminución de agua dulce a nivel global, sumada a la desertificación y erosión de amplios territorios; los desastres ecológicos que generan la creciente muerte de la naturaleza y de la vida planetaria a nivel global, entre tantos otros problemas (Vilches & Gil, 2003; Elizalde, 2008b).
En lo social la situación es igual de trágica y alarmante, ya que hemos llegado a niveles lamentables de degradación valórica. En cuanto expresión de violencia y exclusión, la pobreza material, que vive una parte importante de la humanidad, se contrasta con el extremo nivel de concentración de riqueza económica en que viven otros pocos privilegiados sobre consumidores.
Sin duda, tanto a nivel ecológico/ambiental y humano/social los ejemplos pueden ser muchos más. Con lo señalado solo se pretende hacer una breve visión general que muestre lo global de la crisis actual y lo urgente de realizar cambios para buscar superar estas alarmantes y crecientes problemáticas.
A su vez, en el área del conocimiento, y específicamente de la ciencia y la tecnología, la teoría de la complejidad viene mostrando lo inadecuado de los arcaicos modos de actuar desde el campo del saber. Es así que las formas clásicas de la ciencia mediante la disyunción, parcelamiento, reduccionismo y simplificación de los conocimientos, no solo afectan la posibilidad del conocimiento de los conocimientos, sino también nuestro conocimiento de nosotros mismo y del mundo. El crecimiento de saberes separados y de disciplinas cerradas, hace que cada cual, especialista o no, ignore cada vez más el saber existente, surgiendo un nuevo oscurantismo y una mutilación del saber (Morin, 1988). Lo cual se manifiesta en una ciencia que en muchos casos está cada vez más ligada ciegamente a la tecnología, perdiendo en así la conciencia de los efectos negativos, no deseados, o impensados que sus acciones generan. Por esta vía existe a una creciente mutilación de la vertiente ética del saber humano.
Por lo anterior se postula que requerimos de urgentes transformaciones y cambios, que nos ayuden a enfrentar los emergentes conflictos socio/ambientales de la actualidad, pero a la vez que nos ayude a tomar las riendas de la ciencia y de las tecnologías, para dotarlas de conciencia, ética y prudencia.
Al constatar que vivimos una crisis global es necesario responder la pregunta ¿Qué es una crisis? Attali (1982) la entiende como la larga y difícil reescritura que separa dos formas provisionales del mundo, aquella que es necesario abandonar por haberse mostrado incapaz de resolver los problemas, y otra distinta que precisamos encontrar. Esa nueva visión al ir planteando alternativas innovadoras, y nuevas formas de valorar y de construir sociedad, puede posibilitar la evolución y las transformaciones necesarias que se requieren y que muchos anhelamos. Al ver que en gran medida nuestra crisis actual es producto de falsas creencias que se traducen en determinadas formas de producción y consumo, es indispensable realizar una verdadera revolución educativa que posibilite este cambio paradigmático.
La Educación que Anhelamos: Educar para la Transformación y re-Evolución Social e Individual
¿Qué entendemos por educación? ¿Cuáles serán los elementos esenciales de la educación que precisamos para generar una transformación social?
Se parte de la convicción de que existe una profunda insatisfacción con el actual sistema educativo formal, por mostrarse poco efectivo en la constitución de seres humanos críticos, cuestionadores, propositivos, creativos y transformadores. Frente a esta insatisfacción actual, un primer sueño es construir una educación que parta desde lo subjetivo llegando a lo colectivo. Una educación centrada en el sujeto que aprende algo ya tantas veces dicho, pero tan poco aplicado.
A su vez el sistema educativo reproduce, en muchos casos, un modelo de sociedad insustentable al no criticar un ideal de hiperconsumo y al naturalizar la lógica de la competición, la exclusión y el individualismo.
Partiendo desde otro lugar y otro foco, la premisa básica será concebir a los humanos como seres inherentemente sociales. Concebir que en nuestro ADN más que existir un gen egoísta e individualista, lo que prima es la sociabilidad, expresada en la necesidad de otros, como un impulso a la búsqueda del amor, la empatía y la solidaridad (Olson, 2008).
Partiendo de esta premisa, educar para otros mundos posibles es educar desde y para la cooperación y solidaridad, desde el amor, el respeto y la valoración de los otros similares, pero a la vez distintos, únicos y singulares.
Según Maturana (1990), el educar se constituye en el proceso en el cual el niño o el adulto convive con otro y al convivir con el otro se transforma espontáneamente, de manera que su modo de vivir se hace progresivamente más congruente con el otro en el espacio de la convivencia.
En esta perspectiva se buscará que las personas se desarrollen como seres humanos que se aceptan y respetan a sí mismas y a los otros, en un espacio de convivencia en el que los otros a su vez se aceptan y respetan a sí mismos y a los otros. La negación del otro será un error detectable que se puede y se quiere corregir, ya que el modo en que la persona aprende a aceptarse y respetarse a sí mismo es al ser aceptado y respetado en su ser, porque así aprenderá a aceptar y respetar a los otros. Entonces si una persona no puede aceptarse y respetarse a sí mismo, no podrá aceptar y respetar al otro (Maturana, 1990).
Así, educar para la solidaridad y la cooperación, la libertad y el ser auténtico, para la capacidad de elegir basados en principios éticos y estéticos propios, es educar para optar apelando a nuestros valores y utilizando nuestro pensamiento creativo y capacidad crítica, y no solo por hábitos, modas, órdenes o estereotipos, ajenos a nuestra esencia y nuestra conciencia. Estos serán algunos elementos que potencialmente podrán ser vinculados al ocio desde una nueva mirada. Pero ¿Qué tiene que ver el ocio con la educación? ¿Qué tipo de ocio es este al que nos referimos?
Lo primero es entender que el ocio necesita ser resignificado porque, en general, es subvalorado y cargado de prejuicios, perdiendo así su potencial aporte para el desarrollo humano. Además, el ocio al no estar limitado a los productos del mercado que estimulan la pasividad, el consumismo y la alienación, debe ser comprendido desde otras perspectivas ampliando la forma en que es vivido. Así, un ocio resignificado podrá volverse fuerza contra hegemónica al cuestionar y problematizar las visiones limitadas que se tienen sobre el propio ser humano.
De este modo, el ocio resignificado otorgará identidad y sentido de pertenencia a quién lo viva, ya que básicamente será expresión de un tiempo propio, conquistado, tiempo de permitirse ser y hacer. Desde aquí una educación basada en un aprendizaje transformacional vinculada a un ocio resignificado podrá, para los participantes, entregar la posibilidad de vivenciar los procesos educativos como algo propio y no como algo externo e impuesto por otros (Elizalde, 2010).
Entonces el desafío de resignificar el ocio precisa de ser asumido por la educación como algo propio. Vinculado a esto, como se ha visto, el modelo educativo formal requiere cambios radicales en sus lógicas más profundas, como la ubicación temporal y espacial en el aula, las modalidades de ordenamiento disciplinario, la posesión de la autoridad, e incluso más radicalmente las formas de evaluación, la determinación de que es lo necesario y útil de enseñar y aprender, etc. Yendo incluso más allá, se requiere preguntarse constantemente por qué y para qué de la educación y de eso que se debe enseñar y aprender. Por lo anterior se considera necesaria una "revolución educativa" que abra sus puertas para el ocio y que critique así la lógica exclusivamente reproductiva y acumulativa inherente al modelo educativo actual, la que en parte es copia de un modelo economicista global.
Todas estas consideraciones resaltan la importancia de la resignificación del ocio en su vinculación con la educación, para movilizar experiencias innovadoras y alternativas, en el sentido de concretar una educación transformacional. Así por intermedio de diferentes lenguajes - como la música, la poesía, el graffiti, la pintura, la escultura, la danza, las vivencias y expresiones corporales, la fotografía y el teatro, entre muchas otras que incluyen incluso los cotidianos encuentros del día a día - será posible (re)elaborar valores y caminar en dirección al proceso de (re)construcción de las sociedades desde el prisma de la cultura. Y no solo de la "alta" cultura sino al entender que todo ser humano es formado por su cultura y a la vez formador y transformador de su cultura, desde una lógica recursiva.
Siendo así al ser entendido el ocio como una dimensión de la cultura y una necesidad humana, este es un fenómeno que puede estimular nuestras sensibilidades (sensibilidad que está relacionada al plano sensorial, pero que debe ser también sensibilidad social, política, ecológica, y otras) y ayudarnos a conectarnos con nuestro cuerpo y nuestro contexto histórico, ambiental y social, incentivándonos a pensar sobre nuestra sociedad, para transformarla y reflexionar sobre cuestiones más amplias, pues este está estrechamente vinculado a los demás planos de la vida social (Gomes, 2010).
Entonces, disoñar una nueva educación es un imperativo pedagógico, político, social y cultural, y una necesidad apremiante si queremos acceder a esta profunda transformación que requerimos y anhelamos. Tal como indica Calvo (2007), será necesario realizar ese viraje radical en la forma de concebir la educación formal, al decir que:
La escuela (actual) no puede aceptar que los procesos educativos sean paradojales, holísticos y sinérgicos, contradictorios, ambiguos e inciertos. Tampoco comprende que además de racionales, son emocionales; que si bien mucho se puede explicar sobre su naturaleza en relaciones causa efecto, hay muchísimo más que no es posible de explicar debido al carácter fortuito, ocasional y circunstancial que poseen los procesos educativos. (p. 23)
Por todo lo anterior se entiende que el ocio resignificado y contra hegemónico puede ser uno de estos elementos decisivos e innovadores que posibiliten esta "revolución" educativa de conciencias y prácticas, revolución paradigmática que requerimos como humanidad para acceder a construir otras formas sociales solidarias y sustentables.
Ocio y transformación social
Como se señaló, para hablar de ocio vinculándolo con la transformación social, se hace necesario desarrollar una definición que resignifique este concepto. Esto es especialmente importante en nuestro contexto latinoamericano donde el ocio, en muchos casos, está cargado de prejuicios negativos y lleno de distorsiones en las formas de entenderlo. Siendo así, generalmente, el ocio es banalizado, subvalorado y, muchas veces, cargado de connotaciones negativas.
Así, casi siempre el ocio es concebido en oposición abierta al trabajo, y entendido como lo contrario de este, con lo cual se limita su comprensión y no se reconocen todas sus potenciales. Sumado a esto, al ser confundido e identificado con la ociosidad, la pereza y holgazanería, es considerado nocivo para el desarrollo de la sociedad, siendo subvalorado y abiertamente rechazado. A su vez, como indica Magnani (2000) en muchos casos, el ocio es visto como algo no serio y por lo tanto, erradamente, entendido como algo no digno de ser estudiado por la academia o por las ciencias humanas. De aquí quizá el que en muchos países de Latino América, de habla hispana, muchos estudiosos de estas temáticas prefieran hablar de recreación, esparcimiento, diversión e incluso de tiempo libre, antes de mencionar al ocio, lo cual ha generado una gran confusión conceptual, y una errada homologación de conceptos (Elizalde & Gomes, 2010).
Avanzando un poco más en esta otra forma de entenderlo, se constata que el ocio puede llegar a generar una experiencia de apertura marcada por una actitud que rompa y transgreda con lo permitido y con lo supuestamente lícito, mostrándose muchas veces al borde de lo socialmente adecuado y aceptado. Justamente a esto se debe uno de los grandes temores, así como peligros que representa el ocio para el mantenimiento del status quo. De aquí surge, en parte, el intento de acallar y prohibir la disruptividad, contracorriente, alteridad e innovación subversiva, y todo aquello que pueden expresar un ocio creativo, caótico y transformacional. No está demás decir que los "locos" (en el sentido de ser quienes se atreven a tener otras miradas sobre el mundo y la realidad) y los revolucionarios siempre han estado fuera del orden establecido, siendo excluidos, encarcelados o castigados, ya que en muchos casos son ellos los que originan algunos de los significativos cambios culturales y sociales vividos por toda sociedad. Con esto, el ocio a su vez puede permitir el desarrollo de una nueva identidad, más auténtica, y un sentido de pertenencia más abarcador, posibilitando la generación de una sensación de libertad, autorreconocimiento y apertura a la transformación personal y social (Elizalde, 2010).
En relación a lo que se señala, de forma paradojal, se constata como en la actualidad la concepción del ocio va adquiriendo cada día una visión más positiva, ya no siendo identificado únicamente con el descanso, los feriados, y la diversión, y ampliando su significación al ser considerado como una experiencia humana necesaria, capaz de proporcionar autorrealización, en cuanto necesidad humana y elemento que aporta a una mejor la calidad de vida.
Siguiendo estas reflexiones, en el presente lo que diferencia al ocio de otras prácticas sociales y culturales son las siguientes características:
• un tiempo vivido en el momento presente, y que no se limita solo a los períodos institucionalizados, como los fines de semana o las vacaciones;
• un espacio/lugar del cual los sujetos se apropian, en el sentido de transformarlo en punto de encuentro... consigo mismo, con otros, con el mundo... y de convivencia social;
• manifestaciones culturales con actividades o contenidos vivenciados como disfrute y goce de la cultura, sea como posibilidad de diversión, de descanso o de desarrollo;
• una actitud fundamentada en lo lúdico... entendido como expresión humana de significados de la/en la cultura vinculados al jugar, disfrutar, gozar y tener buen humor, consigo mismo, con los otros y con la realidad (Gomes, 2004, p. 124).
Entendido así el ocio es una de las múltiples dimensiones de la cultura, así como también lo son el trabajo, la educación, la familia, el arte, la ciencia, entre otras. Continuando en esta línea argumentativa se comprende que:
... el ocio es constituido conforme a las peculiaridades del contexto histórico y social en el cual se desenvuelve e implica una "producción cultural" - en el sentido de reproducción, reconstrucción y transformación de diversos contenidos culturales vivenciados por las personas, grupos e instituciones. Estas acciones son construidas en un tiempo/espacio de producción humana, dialogan y sufren influencias de las demás esferas de la vida en sociedad, y nos permiten resignificar, continuamente, la cultura. (Gomes, 2007, p.30)
En este sentido, esta consideración resalta la necesidad de promover una educación crítica/creativa por y para el ocio, esto es considerándolo en su doble aspecto, esto es como un vehículo o herramienta educativa y, a su vez, como un objetivo de la educación (Marcellino, 1987), una vez que este representa una posibilidad de reflexionar sobre la sociedad en que vivimos, asumiendo las contradicciones y tensiones existentes en ella.
Basado en otro trabajo (Elizalde, 2010), se postula que potencialmente el ocio resignificado, revalorado, contra hegemónico y transformacional puede:
• Ser un campo de producción de nuevos conocimientos, individuales y colectivos.
• Dar la posibilidad de una nueva forma disfrute del tiempo, ampliando la capacidad humana de elegir sobre lo que nos afecta y de soñar con mundos distintos.
• Facilitar el pensar en una vida diferente (individual y colectiva), llena de sentido, abriéndose a la alteridad y al cambio.
• Brindar una nueva forma de acceso a una mayor calidad de vida.
• Entregar la posibilidad de repensar críticamente las sociedades actuales y el lugar de los seres humanos dentro de ellas.
• Ser un tiempo y espacio para la rehumanización de la vida individual y colectiva.
• Otorgar una apertura a lo creativo, a la búsqueda de la libertad y a la creación de identidad.
• Abrir potencialmente una nueva forma de vivenciar la educación y el trabajo.
• Posibilitar un tiempo y espacio para encontrase con uno mismo y con los otros, aceptándose y aceptándolos.
Por todo lo expuesto, se postula que el ocio resignificado, potencialmente, puede ser un elemento decisivo en este viraje existencial como especie humana, ya que se requiere con urgencia de un cambio de paradigma para lograr hacer frente a esta época actual de decadencia y degradación socio/ambiental, desafíos que de no ser superado se avizoran tiempos de mucho sufrimiento y de grandes colapsos ecológicos y humanos.
Ocio transformacional: "Disoñando" un Mundo Sustentable
El estado actual de la ciencia, casi como un espejo de lo que son nuestras sociedades y culturas, nos indica que a nivel global, como postula Morin (1988), estamos transitando desde una época de certezas a un tiempo de crecientes incertezas e incertidumbres, en que ya no existen verdades absolutas.
A nivel social avanzamos casi como un barco horizonte claro, transformando nuestra casa planetaria y nuestras sociedades, en un verdadero Titanic navegando en un rumbo claro de insustentabilidad y pronto a caer en el abismo del colapso. Por lo cual en esta época de pérdida de certezas y fin de los modelos confiables, reelaborar, crear y recrear nuestros sueños y anhelos comunes, casi como buscando encontrar luceros que orienten nuestro transitar en esta noche de la transformación, es una necesidad urgente de empezar.
En este intento por encontrar alternativas es interesante considerar que el ocio contra hegemónico y transformacional representa un tiempo/espacio optado y libremente elegido, que potencialmente puede ser una forma de protesta y rebeldía frente a un modelo (económico, político, cultural) que se pretende plantear como superior, universal y válido para todas las sociedades. Esto es el revelarse frente a la idea de una globalización capitalista neoliberal como modelo único de sociedad. No aceptando la hegemonía e intento de homogenizar todas las sociedades del planeta a este modelo supuestamente superior se abre la posibilidad de imaginar otras formas de organización social, política y económica. Así lo importante será entender que justamente la aplicación de este modelo, consumista y basado en el crecimiento económico, es una de las principales causas de la actual crisis global actual. Crisis que como se dijo, se manifiesta tanto a nivel ambiental y ecológico, como humano y social, mostrando señales claras de insustentabilidad.
De esta forma el ocio contra hegemónico y transformacional puede representar una de las múltiples alternativas que se requieren para transitar desde lo viejo a eso nuevo, alternativo y emergente que precisamos construir. En este sentido este nuevo ocio potencialmente puede ayudar a cambiar la lógica inherente de este modelo neoliberal capitalista de despilfarro, concentración de la riqueza y exclusión social, que en muchos casos adquiere la forma de una verdadera religión incuestionable y que se postula de forma falaz como el único y más evolucionado modelo de sociedad posible.
Es así, que en un intento por conocer el estado actual de nuestras sociedades, surge la pregunta ¿Qué pueden expresar de nuestras sociedades las diversas formas de vivir el ocio? Se considera que la forma en que se vive el ocio podrá darnos pistas sobre los tipos de sociedades actuales y a su vez ayudar a encontrar posibles alternativas y formas de transformación social desde los propios sujetos sociales del presente. Desde esta perspectiva se constata que en muchos casos el cómo es vivido el ocio, en el presente, tiene marcados rasgos de ser consumista, alienado y evasivo, lo que será acorde con el mantenimiento de este sistema que requiere de esta masa ciega de consumidores compulsivos, pasivos y acríticos, que no se pregunten nada sobre la sociedad en la que viven y sobre su lugar dentro de ella.
Aquí surge la necesidad de resignificar al ocio, ya que en cuanto medio y fin, podrá colaborar, significativamente, con la transformación social, en el sentido de potencialmente tener la capacidad de ser una forma de expresión de las tensiones y contradicciones existentes en una sociedad y un camino abierto para soñar con otros mundos posibles. Enfrentando esta tendencia al consumismo ciego y a la evasión a través del situar al sujeto humano en conectado a su ser, se abre la posibilidad de la transformación social desde el propio sujeto, desde ese ser humano individual y singular, que junto a otros, muchos otros, podrá generar los radicales cambios que requieren nuestras sociedades.
Al posibilitar una visión crítica de la realidad social y una perspectiva alternativa al hegemónico y homogéneo estilo de vida actual, se estará abriendo un potencial de transformación frente al modelo vigente. Así las preguntas ¿Quién soy? ¿Qué quiero hacer con mi vida? ¿Cuál es mi lugar en el mundo? Pasan a tomar una vigencia esencial para ese sujeto individual y social que rompe con su pasividad y se abre a la posibilidad de elegir sobre lo que lo afecta y sobre las formas de acceder a la construcción de sus anhelos individuales y colectivos. Esto dará la posibilidad de atreverse a vivenciar el ocio con una actitud contra hegemónica y transformacional para hacer frente al modelo social y cultural actual, que por un lado nos condiciona, determina y, también, limita nuestra posibilidad de libertad de conciencia y elección.
Es así que el ocio es un elemento a través del cual podremos reflexionar sobre la sociedad en que vivimos, con sus grupos, sus formas de organización temporal/espacial, sus estilos de sociabilidad y sus variados conflictos.
En este sentido, siendo el ocio un soporte de múltiples significados, puede ofrecer una vía de acceso al conocimiento de los límites y de las posibilidades que se abren en nuestra realidad (Magnani, 2000).
En síntesis, el ocio es un fenómeno que, a partir de sus peculiaridades, también nos permite pensar sobre nuestra sociedad y reflexionar sobre cuestiones más amplias, pues está estrechamente vinculado a los demás planos de la vida social. En este ámbito, esta nueva forma de entender y vivir el ocio puede ser reconocido como un principio de construcción de ciudadanía - planetaria y no excluyente - elemento base para la implementación de acciones comprometidas con la inclusión y participación social en la construcción de otros futuros posibles, solidarios y sustentables.
Por lo anterior se postula la urgente necesidad de encontrar nuevos referentes teóricos y prácticos que posibiliten hacer frente a todas las patologías ecológico-ambientales y sociales e individuales presentes en nuestras sociedades contemporáneas, que como se señaló presentan una tendencia clara de insustentabilidad ambiental, ecológica y social.
Para esto, será necesario volver a aclarar que el ocio no deberá ser entendido desde una visión mesiánica, en el sentido de ser visto como un elemento que solucionará todos los problemas sociales actuales. Lo que no quita que al ser vivenciado de forma distinta, podrá ser un aporte para acceder a las necesarias mudanzas que el presente de la humanidad requiere.
Entonces, el desafío es no idealizar al ocio casi como una fuente de sanación de todos los males y problemáticas del presente, más allá de que sabemos que el ocio dialoga con el contexto cultural y social en el cual está inserto y que refleja las ambigüedades y contradicciones de ese contexto. En este sentido, paradojalmente, como se indicó, el ocio puede contribuir, y de hecho lo hace, con mantener el status quo y el orden social injusto, reforzando estereotipos y valores excluyentes, consumistas y alienantes. Pero, a su vez, también puede abrir posibilidades para la construcción de sociedades más humanas, justas, inclusivas, participativas y solidarias (Gomes, 2004; Gomes & Elizalde, 2009). Justamente esta es la diferencia radical entre un ocio alienado y consumista, y otro transformacional y contra hegemónico.
Buscando una nueva forma de vivenciarlo es imprescindible reflexionar críticamente sobre, por ejemplo, su uso como posibilidad de evasión de la realidad, válvula de escape, quiebre de la rutina y fuga de los problemas, mediante un ocio alienado y exclusivamente consumista, el que claramente será contrario a lo que se postula en cuanto actitud y vivencia contrahegemónica. Por lo cual, basados en la Teoría del Desarrollo a Escala Humana (Max-Neef, Elizalde, Hopenhayn, 1986), será muy importante estudiar los posibles tipos satisfactores de la necesidad de ocio, en especial aquellos que podríamos entender como inadecuados, tales como los satisfactores destructores o violadores, inhibidores y pseudos-satisfactores.
A su vez, al entender y vivenciar el ocio como necesidad humana y al ser satisfecho de modo sinérgico2 , se podrá experimentar una nueva forma de vivir el tiempo, como algo propio, más libre y conquistado. Lo cual puede parecer simple y sin mayor importancia, pero si constatamos que tiempo y espacio son dos de las categorías humanas existenciales básicas, por esta vía se podría estar dando un salto significativo en el sentido de dotar de libertad y capacidad de decisión, y así potencialmente de desarrollo de conciencia política individual y, a su vez, de autonomía en la toma de decisiones a cada ser humano (Elizalde, 2010).
Desde aquí, el encontrar satisfactores sinérgicos para la necesidad de ocio, abrirá la posibilidad de comprenderlo y vivirlo de forma nueva, abarcando otras dimensiones de lo humano. Un ocio no aislado de las otras dimensiones de la cultura, será capaz de estar aliado con la satisfacción de otras necesidades humanas tales como la participación, el entendimiento, el afecto, la creatividad, la identidad y la libertad. Entendido así los satisfactores sinérgicos son aquellos que por la forma en que satisfacen una necesidad determinada, a su vez estimulan y contribuyen a la satisfacción simultánea de otras necesidades. Se destaca que el principal atributo de los satisfactores sinérgicos es el de ser contra hegemónicos en el sentido de que revierten racionalidades dominantes tales como las de competencia y coacción (Max-Neef et al., 1986).
Avanzado un poco más, sabemos que un ejemplo clásico de satisfactor sinérgico, será la lactancia materna (en su tiempo adecuado) que satisface la necesidad de Subsistencia, pero a la vez estimula la satisfacción de las necesidades como la Protección, Afecto, Identidad. Otro ejemplo, en el ámbito social, son las organizaciones comunitarias democráticas las que satisfacen la necesidad de Participación, pero a la vez estimula la satisfacción de las necesidades de Protección, Afecto, Creación, Identidad, libertad e incluso de Ocio. Otro ejemplo, puede ser la meditación, la que satisface la necesidad de Entendimiento, pero a la vez estimula la satisfacción de las necesidades de Identidad, Creación y Ocio. La televisión cultural que satisface la necesidad de Ocio, y a la vez estimula la satisfacción de las necesidades de Entendimiento e incluso las necesidades de Identidad y Participación. Los movimientos culturales y artísticos alternativos que satisfacen la necesidad creación y participación, pero a la vez estimulan la satisfacción de las necesidades de entendimiento, afecto, libertad, ocio e incluso las necesidades de protección y subsistencia (Elizalde, 2008a).
Es así que el revalorar y resignificar al ocio en cuanto necesidad humana fundamental satisfecha de forma sinérgica posibilitará, a su vez, por ejemplo, que se enriquezcan de sentidos los espacios educativos, laborales, comunitarios, familiares, etc., abriendo la posibilidad de preguntar: ¿Cómo sería incorporar ocio en las formas de entender la educación? ¿Cómo sería romper con el antagonismo existente entre educación, trabajo y ocio, entre deber y placer? ¿Qué ocurriría al llenar de ludicidad y al incorporar ocio y recreación en la educación formal? ¿Qué papel pueden ocupar las organizaciones comunitarias, gremiales, políticas y sociales en general, en una nueva forma de vivir el ocio desde una perspectiva transformacional y contra hegemónica? ¿Cuál es el papel que el ocio puede ocupar en una educación ambiental para la sustentabilidad? Con todo esto se intenta poner en cuestión la profunda pregunta del porque se hacen las cosas. ¿Para qué, por qué y para quienes se hace lo que se hace?
Consideraciones Finales
Plantear la relación ocio y transformación social no es algo simple, pero sin duda puede significar una tendencia hacia la cual avanzar, en el sentido de hacer que lo trascendente y la satisfacción personal, empiecen a ser parte esencial de la vida. Con el entendido que esto será buscando, explícitamente, la humanización del ser humano y de la sociedad en su conjunto, que se presenta hoy, en muchos casos, como alienada y alienante.
Esta relación deberá ser vivida en los procesos de enseñanza/aprendizaje formal, no formal e informal, pesando en espacios educativos que motiven a los involucrados y que despierten el interés de ellos al mostrar el sentido del aprender y los múltiples significados que pueden construirse a partir de nuevos conocimientos, pero a la vez destacando que todos los espacios sociales son fuentes de aprendizaje y transmisión de visiones de mundo. A su vez incorporar, lo lúdico, lo libremente elegido y el disfrute, en la búsqueda del desarrollo y realización personal, llenando de sentidos profundos los tiempos y espacios sociales, colectivos e individuales, es un desafío de una educación para la sustentabilidad que busque un aprendizaje transformacional con énfasis en las preguntas, el futuro y la innovación. En este sentido se destaca que ya no será exclusivamente a través de la educación formal la única forma de enseñar y aprender. Así los tiempos y espacios de ocio podrán ser momentos privilegiados para el aprendizaje, por ser tiempos no impuestos y al presentar una disposición afectiva y cognitiva marcada por la apertura. Así entendidas las vivencias de ocio podrán ser experiencias significativas y singulares para cada sujeto que las vive, algo ideal para el aprendizaje y para el surgimiento de la creatividad.
Sabemos que sociedades alienadas y carentes de sentidos que den trascendencia a nuestros actos, son mundos muertos e inhumanos. Siendo así, desde esta nueva perspectiva, el ocio transformacional, contra hegemónico y satisfecho sinérgicamente puede ser uno de los elementos innovadores que despierten el preguntarnos por qué y para qué de lo que hacemos, colaborando con la construcción de nuevas utopías sociales, elemento determinante para la transformación y evolución de las sociedades humanas y de los individuos que en ellas viven.
Por lo anterior, esta otra forma de entender y vivenciar al ocio podrá aportar en la superación de los variados prejuicios que existen frente a todo lo considerado como no productivo y desinteresado, o todo lo que esté teñido de gratuidad, posibilitando el quitarle al ocio esta carga negativa que porta hasta nuestros días. Entendido así el ocio podrá transmitir nuevos significados, nuevos valores y nuevos principios éticos y estéticos, los cuales apuntarán a superar la dicotomía entre deber y placer, trabajo y disfrute, estudio y ludicidad. A la vez al ser entendido como dimensión de la cultura y como necesidad, el ocio permitirá, potencialmente, el surgimiento de una percepción de la realidad más amplia y abierta, cuestionadora, crítica y creativa. Dando de esta forma la posibilidad de generar nuevas miradas y perspectivas desde donde entendernos y desde donde existir en el mundo.
Un ocio entendido explícitamente como transformacional y contra hegemónico como herramienta de educación social podrá potencialmente ayudar a mudar muchos de los antivalores imperantes en la actualidad, tales como: el individualismo, la fragmentación social, el hedonismo exacerbado y autorreferido, la apatía, el desinterés por los otros, la falta de solidaridad y la ausencia de pensamiento crítico. Esto será posible al cuestionar el paradigma de la competición, egoísmo y acumulación, inherente al sistema capitalista y al ayudar a que la cooperación y colaboración, así como los valores de la solidaridad y generosidad sean los principios éticos de este nuevo tiempo.
En este sentido se entiende que la utopía deberá ser entendida no como algo imposible, sino como un sendero por el cual avanzar en hacia un anhelo que se puede volver realidad. Así seguimos las ideas de Freire (1980) cuando dice:
Para mí lo utópico no es lo irrealizable; la utopía no es el idealismo, es la dialectización de los actos de denunciar y anunciar, el acto de denunciar la estructura deshumanizante y de anunciar la estructura humanizante. Por esta razón la utopía es también un compromiso histórico.
En la búsqueda de alternativas desde donde avanzar en la construcción de futuros sustentables y solidarios, la propuesta es que la resignificación del ocio y el vivirlo buscando su satisfacción de forma sinérgica, abrirá la posibilidad de cuestionar el modelo vigente generando nuevas prácticas sociales e individuales, para lo cual un aprendizaje transformacional desde una perspectiva contra hegemónica será decisivo y esencial en este proceso de urgentes cambios que el presente requiere.
Sin pretender encontrar respuestas a todas las preguntas planteadas, se postula que esta nueva forma de entender y vivenciar al ocio puede mostrar algunas luces y ser un aporte para encontrar caminos nuevos desde donde disoñar esta nueva cultura que precisamos como humanidad.
Referências
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Recebido em 28 de junho de 2010
Aceito em 26 de setembro de 2011
Revisado em 21 de outubro de 2011
1 Disoñar es un concepto nuevo que se refiere a la capacidad de diseñar y soñar al mismo tiempo, en el camino de realización de los sueños y anhelos. Las utopías están más cerca de lo que creemos.
2 Sinergia significa el comportamiento de un sistema completo, que resulta impredecible a partir del comportamiento de cualquiera de sus partes tomadas aisladamente. Fueron los químicos en reconocer la sinergia, cuando descubrieron que toda vez que aislaban un elemento complejo, o separaban átomos o moléculas de un compuesto, las partes separadas y sus comportamientos singulares jamás lograban explicar el comportamiento de todas las partes asociadas. En este sentido, la sinergia connota una forma de potenciación, es decir, un proceso en que la potencia de los elementos asociados es mayor que la potencia sumada de los elementos tomados aisladamente. (Max-Neef et al., 1986: 45).