Diversitas
ISSN 1794-9998
Valores en un grupo de policías de tránsito de la ciudad de Lima, Perú
Transit police´s values in the city of Lima, Perú
Mirian Pilar Grimaldo Muchotrigo*
Universidad de San Martin de Porres, Instituto de Investigación de la Escuela de Psicología, Perú
RESUMEN
Este estudio tiene como objetivo identificar y comparar la jerarquía de valores en policías según el sexo. La muestra estuvo conformada por 203 policías entre varones y mujeres, cuya edad promedio fue 34 años de edad, de Lima Metropolitana. Se aplicó la Escala de Valores de Rokeach. Para el análisis de los datos se utilizaron tablas de distribución de frecuencias y porcentajes, media aritmética, desviación estándar y U de Mann Whitney. Se concluye que los policías, varones y mujeres jerarquizaron los siguientes valores terminales: amor maduro, religión, armonía personal y respeto. En los valores instrumentales jerarquizaron: alegría y amor. En cuanto a la comparación, en la jerarquía de valores cada grupo mantiene una independencia en los valores terminales e instrumentales.
Palabras clave: Valores, Jerarquía de valores, Policías.
ABSTRACT
This research has as objective to identify and compare the value hierarchy in polices. The sample was composed of 203 policemen among men and women, whose average age was 34 years old, from Lima Metropolitana. The instrument used was the Rokeach Value Scale. To analyze the information were used distribution tables, frequency and percents, arithmetic media, standard deviation and Mann Whitney U. It concludes that policemen group ranked the follow terminals values: Mature love, Religion, Personal harmony and Respect. About the instrumental values: Happiness and love. In comparing about value hierarchy it is seen that each group has independence in terminals and instrumental values.
Keywords: Values, Values hierarchy, Polices.
Introducción
Los valores constituyen una guía para nuestra conducta y nuestras decisiones. Son un complejo fenómeno que guarda relación con todas las esferas de la vida humana, ya que están vinculados con el mundo social, cultural, histórico y se relacionan con las personas y las instituciones.
Actualmente, esta variable es recurrente en diversos foros y citada por diferentes actores sociales (maestros, padres de familia, empresarios, estudiantes, políticos); en parte, esto se debe al avance del pensamiento posmoderno en nuestra sociedad, el cual cuestiona seriamente la validez, los motivos y los fundamentos últimos o trascendentales de las acciones emprendidas (Romo, 2004). Es así como el término valor ha venido a ser en la actualidad uno de los más usados y los menos rigurosamente estudiados (Sánchez-Migallón, 2003).
Schwartz & Bilsky (1987) analizaron las definiciones presentadas por varios autores y derivaron en cinco los elementos o características asignados a los valores:
• Principios o creencias;
• Relativos a estados de existencia o modelos de comportamientos;
• Trascienden objetos, grupos de personas y situaciones específicas;
• Orientan la selección o evaluación de comportamientos y acontecimientos; y
• Expresan intereses individuales, colectivos o mixtos.
Sobre la base de este análisis, los valores pueden ser definidos como aquellos principios transituacionales, organizados jerárquicamente, relativos a estados de existencia o modelos de comportamientos deseables que orientan la vida del individuo y expresan intereses individuales, colectivos o mixtos (Tamayo, 1993).
Para la presente investigación, tomaremos la definición propuesta por Rokeach (1973), quien considera que el valor constituye una creencia relativamente permanente de un modo de conducta particular o un estado deseable de existencia, que es personal y socialmente preferible a modos alternos de conducta o estados deseables de existencia. Este autor plantea la existencia de dos tipos de valores: los instrumentales, los cuales se relacionan con modos de conducta, y los valores finales o terminales referidos a estados finales de existencia.
A su vez, los valores instrumentales pueden ser morales, cuando tienen un foco interpersonal, por ejemplo, la honestidad, la responsabilidad o ayuda; también pueden ser de suficiencia, cuando el foco es individual, orientado al comportamiento autoreforzante, como, por ejemplo, la intelectualidad, la laboriosidad, independencia, entre otros. Los valores terminales pueden ser de dos tipos: valores personales, cuando están centrados en el yo (como por ejemplo la armonía personal, dignidad personal, o realización personal) y los valores sociales, con foco interpersonal, como la igualdad, el progreso o la transformación social.
Rokeach (1973) refiere que todos los valores tienen tres componentes fundamentales:
• Un valor es una cognición acerca de lo deseable. Decir que una persona tiene valor, es decir, que cognitivamente él conoce la manera correcta de comportarse o el correcto estado final para esforzarse.
• Un valor es afectivo en el sentido que puede generar una emoción acerca de él.
• Un valor tiene un componente conductual, en el sentido de que es una variable interviniente que conduce a la acción cuando es activada.
Los valores, como uno de los determinantes básicos de la conducta, se constituyen en la formación de un sistema de valores, los cuales son convicciones profundas a partir de las cuales el individuo decide de acuerdo con la situación que se le presenta. Los valores son jerarquizados en el individuo en función a una escala de valores, en el que los valores más importantes se encuentran en los primeros lugares y los menos importantes, en una posición inferior.
Rockeach (1973) define el sistema de valores de una persona como la organización de reglas aprendidas para resolver conflictos y escoger alternativas entre dos o más modos de conducta o dos o más estados de existencia. Los valores son entendidos como representaciones cognitivas de los requerimientos básicos de la vida humana y regulan de manera general el acercamiento a ésta. Los cambios en la experiencia personal, cultural y social permiten un reordenamiento de prioridades, gracias a la flexibilidad del sistema.
El sistema de valores es diferencial de una cultura a otra y depende de las características funcionales de los individuos: edad, sexo, parentesco, estatus y ocupación. El modelo teórico conceptual que asume el presente estudio constituye el planteado por Rokeach, quien, desde una perspectiva psicológica, estudia los valores. Con respecto a las investigaciones internacionales relacionadas con la variable estudiada, se pueden mencionar las siguientes. En primer lugar, Umek, Musek y Mesko (1996) investigaron los valores y los ideales profesionales de detectives eslovenos en una muestra conformada por 292 detectives, de los cuales veintiséis eran mujeres, con promedio de tiempo de trabajo de nueve años. Los instrumentos psicológicos utilizados fueron la lista de veintidós valores individuales de Pogaenisk, una lista de 33 características personales y competencias importantes para el trabajo del detective y el Cuestionario de Personalidad de Eysenck. Los estadísticos utilizados fueron el método descriptivo estadístico, el coeficiente de correlación de Pearson, análisis de varianza y el análisis discriminante canónico.
Entre los principales resultados se encontró que los detectives tienen una clara valoración de las jerarquías, una clara imagen del ideal profesional, valoran los cambios con la experiencia dependiendo de los años de servicio, los ideales profesionales cambian con la experiencia durante los años de servicio y los detectives con estructura de personalidad diferente priman ciertos valores.
En segundo lugar, Zhao, He y Lovrich (1998) estudiaron los valores individuales en 199 policías americanos, entre varones y mujeres, en comparación con los valores encontrados por Rokeach en 1968 y los resultados obtenidos en 1991. El instrumento utilizado fue la Escala de Valores Terminales de Rokeach. Los resultados indican que los valores se han mantenido estables en el tiempo, aunque el cambio más notable entre estos dieciocho valores es en mundo en paz. Del mismo modo, en relación con la ubicación del valor Seguridad Nacional fue ubicado en un lugar más bajo que sus homólogos hace veinte años. Adicionalmente, menores diferencias se identificaron en los siguientes valores: vida confortable, libertad y verdadera amistad. Es particularmente importante señalar que el ranking del valor igualdad es casi idéntico en los tres estudios. Por último, en relación con el sexo, sólo se obtuvieron diferencias significativas frente al valor felicidad.
Es necesario señalar que en nuestro medio no se han realizado investigaciones referidas a la variable estudiada en muestras de policías. Por ello resulta importante conocer los valores de los policías, en la medida en que constituyen un importante sector de nuestra población, como modelos de conducta para nuestra sociedad.
Los valores que los policías de tránsito tengan orientarán su conducta hacia situaciones personales o sociales. Dependiendo de esto, interpretarán el objeto o situación y, en consecuencia, le otorgarán una importancia significativa (importancia asignada por sus valores). Identificar la jerarquía de valores, permitirá explicar muchas de las conductas y situaciones que experimentan los policías de tránsito.
Se trabajó con una muestra de policías de tránsito en la medida en que diariamente se ven expuestos a una serie de situaciones violentas y agresivas por parte de los conductores de las unidades de transporte. Otro aspecto que motiva el presente estudio radica en que cotidianamente se escucha que algunos policías de tránsito anulan una multa si el chofer que cometió la infracción le entrega un billete por lo bajo, en lo cual la coima y el soborno resultan prácticas que evidencian el manejo corrupto de esta instancia del poder. De allí, la necesidad de conocer la jerarquía de valores en un grupo de policías de tránsito, tanto en varones, como en mujeres.
Por otro lado, la información referida a este sector poblacional es limitada, de allí la necesidad psicóde tener un mayor número de datos que faciliten una mejor comprensión de la situación. Es así como en el Perfil del Policía peruano, publicado por el Instituto de Defensa Legal (2003) identifica el perfil en función del nivel socio económico, y pone énfasis en variables demográficas. Sin embargo, se dejan de lado variables psicológicas.
Método
Participantes
La muestra estuvo conformada por 203 policías de tránsito, entre varones y mujeres, cuya edad promedio fue treinta y cuatro años de edad, de Lima Metropolitana. En la tabla 1 se observan la distribución de la muestra según sexo y edad. Los criterios de inclusión de la muestra fueron la condición de estar en actividad en la actualidad y el tiempo de servicio, el cual fue como mínimo seis meses de permanencia en la unidad.
Instrumentos
Se utilizó la Escala de Jerarquía de Valores de M. Rokeach, forma E; sobre esta escala se realizaron algunas modificaciones, lo que amplió los valores terminales de 18 a 20 y se modificaron dos ítems de los valores instrumentales. Entre los ítems introducidos se encuentran justicia (equidad moral) y transformación social (cambio social, liberación). En relación con los ítems modificados se ubican: seguridad nacional por progreso y salvación por religión.
Para esta investigación se realizó un estudio piloto, con la participación de veinte policías entre varones y mujeres, quienes luego de contestar al instrumento inicial dieron respuesta a un cuestionario de preguntas abiertas, orientado a probar la inteligibilidad del instrumento, la relevancia-irrelevancia de los ítems propuestos, la detección de términos ambiguos o de difícil comprensión y el tiempo de aplicación.
No se realizó ninguna modificación y dicha versión fue sometida a Validez de Contenido a través del método de Criterio de Jueces, utilizando el Coeficiente V., de Aiken. Para lo anterior se consultó con ocho especialistas, cuatro de los cuales eran psicólogos con el grado de maestría y cuatro oficiales de la Policía Nacional. El resultado obtenido de este proceso fue una validez altamente significativa del instrumento a un nivel de significancia de 0,05.
Con respecto a la confiabilidad, se aplicó el Coeficiente de Concordancia de Kendall (W), a fin de determinar la confiabilidad. En la tabla 2, se presenta el valor p con un nivel altamente significativo, lo cual indica que los ítems (valores) se encuentran asociados entre sí, tanto para los valores terminales como instrumentales.
Procedimiento
Se realizaron las coordinaciones previas con las autoridades responsables, de tal manera que puedan dar las facilidades para la administración del instrumento. Luego se aplicó el instrumento a un grupo piloto conformado por veinte policías de tránsito, con el propósito de mejorar la inteligibilidad del instrumento. No se realizó ninguna modificación al instrumento, ya que fue muy bien entendido. Posteriormente, se procedió a establecer la validez de contenido.
Se aplicó el instrumento y se controló la interferencia de posibles estímulos externos que pudieran interferir en sus niveles de atención y concentración. Esta etapa estuvo dirigida por la responsable de la investigación, con el apoyo de una asistente de investigación. Seguidamente, se procedió a elaborar la base de datos para su posterior análisis estadístico, utilizando para ello el paquete estadístico SPSSSS para Windows (Versión 13.0).
Resultados
Identificación de la jerarquía de valores y afectos
En la tabla 3 se observa un mayor porcentaje de policías varones que eligieron el valor amor maduro y religión en las primeras ubicaciones. Con respecto a la segunda elección, jerarquizan el valor armonía personal. También se aprecia que un mayor porcentaje de varones eligen el valor terminal vida interesante en la tercera ubicación y el valor conocimiento en la cuarta elección.
En cuanto a los valores terminales priorizados por la muestra femenina, se observa que el valor que fue ubicado en primer lugar fue el respeto. En segundo lugar fue armonía personal. En tercer lugar, vida interesante y en cuarto lugar, el valor realización personal, tal como se presenta en la tabla 3.
En la tabla 4 se presentan los resultados con respecto al valor instrumental más elegido en primer lugar por el grupo masculino, el cual fue alegría. En segundo lugar, se encuentra también la alegría. En tercer lugar, fue ayuda y en cuarto lugar, se ubica el valor capacidad.
En cuanto a los valores jerarquizados por el grupo de mujeres policías, se observa que el valor más elegido fue el valor amor. En segundo lugar, se seleccionó la alegría. En tercer lugar se eligieron los siguientes valores: ayuda, capacidad y comprensión y en el cuarto lugar se optó por el valor instrumental capacidad.
Comparación de la jerarquía de valores
En la tabla 5 se presentan las comparaciones de los valores terminales según género. Es importante señalar que cada grupo mantiene una independencia en los valores terminales que jerarquiza; sin embargo, se aprecia una diferencia altamente significativa sólo en el valor justicia (Z=4,248; p=0,000), a favor de las mujeres.
En la tabla 6, se presentan las comparaciones de los valores instrumentales según género. Se observa que cada grupo presenta su propia jerarquía; sin embargo, se aprecia una diferencia significativa sólo en el valor tranquilidad (Z=1,999; p=0,046), a favor de los varones.
Discusión
Identificación de la jerarquía de valores
Los resultados anteriormente mencionados reflejan algunas de las características de la etapa de adultez media, en la que principalmente se ubica gran parte de la muestra masculina de policías. En esta etapa de la vida, el adulto se replantea sus objetivos de vida, experiencias personales y responsabilidades con otros. Los posibles cambios que debe de enfrentar pueden afectar el matrimonio y la estructura familiar. De esta manera el amor maduro y la armonía personal se constituyen como valores importantes, en la medida en que la experiencia pasada y el futuro los orienta a considerar la importancia del presente.
Zacarés (1998, citado por Hoffman, París & Hall, 1996) señala que alrededor de los 45 años se produce una etapa de autoevaluación, en el que el sujeto empieza a valorar hasta qué punto se ha acercado al cumplimiento de sus metas. Según Ericsson, cuando las personas llegan a la mediana adultez se deben enfrentar a una lucha entre la generatividad y la tendencia a estancarse y encerrarse en sí mismos. Por su parte, Levinson, planteaba que entre los 40 y los 45 años, se presenta una etapa de transición a la mediana edad. Las personas suelen re-evaluar sus vidas y llegar a la conclusión de que sus sueños de juventud se encuentran fuera de su alcance.
En el caso del amor maduro, esto es esperable en la medida en que mayoritariamente la muestra masculina está conformada por varones con un rango de edad entre 40 a 49 años. Como es sabido, el paso de los años cronológicos contribuye a la búsqueda de la satisfacción de esta necesidad psicosocial, en la medida en que su gratificación hace posible el logro de la seguridad. Según las teorías del español Villa Landa (citado por Barrios, s.f, 2006), el amor, así como otros eventos psíquicos, es el resultado de un proceso de diferenciación, de concentración y de intensificación de los sentimientos, con etapas de desarrollo en la infancia, la adolescencia y la madurez, y cuya forma más acabada resulta en amor marital.
De la misma manera se prioriza la religión, lo cual se une de forma probable al riesgo diario al que se enfrenta la muestra estudiada. La situación de violencia y de agresión cotidiana que se vive, los hace vulnerables a ser objeto de situaciones de peligro, muchas veces al límite de su propia vida. Es así como la religión, al parecer, se torna como una fuente de soporte que le brinda seguridad y sentido a su existencia.
Rojas (2003) señala que los valores religiosos llevan a la reflexión sobre los problemas que el hombre se ha planteado: la muerte, el sentido de la vida, entre otros. Desde la misma perspectiva, Gómez (2002) señala que el hombre es un ser que participa de tres dimensiones. Ante todo la somática orgánica; después la psíquica mental (en el sentido estricto), y finalmente la espiritual, considerada como la verdadera dimensión del ser humano. Es justamente, allí donde su ubica la religión. Para este grupo de policías varones, la religión se constituye como una fuente de soporte y esperanza que hace posible enfrentarse a los riesgos, presiones y problemas de la calle, el tránsito y demás exigencias del medio.
Otro valor enfatizado por este grupo de policías varones constituye la armonía personal. Al parecer, la edad preponderante del grupo, orienta sus estados deseables de existencia hacia la búsqueda de un estado libre de conflictos internos, que le permita llegar a la autorrealización. Según Rodríguez (1990), la armonía personal constituye la base sobre la que se desarrollan otras dos dimensiones de la vida armónica. En primer lugar, la armonía personal, considerada como una toma de conciencia de sí mismo, se relaciona con aspectos íntimos de la persona; tales como, el respeto a los demás, la satisfacción de las necesidades lúdicas, el gozo de vivir, el bienestar afectivo, la libertad, entre otros. La armonía personal necesita de otra dimensión, la armonía sociopolítica, que permita la convivencia entre clases y grupos; y finalmente, la armonía con la naturaleza, que busca un equilibrio en el trato con las cosas, con el espacio y con el medio. De esta manera, la situación cotidiana a que se enfrentan los impulsa a valorar la armonía personal, como un aspecto importante en el posterior logro de la armonía social.
En cuanto a la muestra femenina de policías se observa que priorizaron los valores terminales de respeto y armonía personal. Para efecto del primer valor seleccionado, se encuentra correspondencia con diversos casos que han tenido lugar en nuestro medio, en el que no se mostraba respeto por parte de la población, principalmente masculina, frente al trabajo y al rol que desempeña la policía femenina. En el Perú se ha encontrado que desde la creación de la Defensoría del Policía, en 2002, se han atendido aproximadamente 366 casos contra la Policía Femenina de algún tipo de violencia física, sexual o verbal, tanto en sus hogares como en las calles.
En 2004, para seguir con esta idea, se produjeron 95 agresiones contra policías, la mayoría de ellas, contra el personal femenino. Al respecto, el Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social, en unión con el Ministerio del Interior, inició la campaña No más violencia contra la Policía Femenina dirigida a conductores de servicio público. De los 244 efectivos agredidos, más del 80% era mujeres (Fondo de Población de las Naciones Unidad & #91;UNFPA], 2004).
De acuerdo con esto, frente a la idea extendida de una cultura machista y patriarcal, es que las mujeres policías consideran que uno de los valores más importantes constituye el respeto, entendido como la admiración y reputación del que debemos ser objeto. Un segundo valor seleccionado como importante constituye, igualmente, que la muestra de varones, la armonía personal, en la medida en que necesitan vivir, trabajar y actuar, sin la presencia de conflictos internos que interfieran en su diario acontecer.
Con respecto a los valores instrumentales o proximales, es importante señalar que éstos se asocian a modos de conducta. En cuanto a los valores seleccionados por el grupo de varones policías, estos fueron la alegría y el amor. Al parecer, la alegría constituye un valor importante que hace posible enfrentar diversas situaciones difíciles y algunas circunstancias incluso trágicas. La alegría surge, en primer lugar, de una actitud interior, del espíritu con el que se afronta la vida y sus circunstancias. Es probable que para este grupo de policías la alegría, entendida como un estado de buen humor y simpatía, llega a constituir un recurso frente a las adversidades diarias.
Otro valor que destaca la muestra masculina constituye la ayuda, como valor instrumental que orienta su conducta. Este valor es considerado a partir del hecho de trabajar por el bienestar de otro; también es importante destacar que la priorización de este valor se relaciona con la labor que tiene la policía en nuestro medio, lo cual es establecido en Artículo 166 de la Constitución Política del Perú de 1993, el cual a la letra señala que la Policía Nacional tiene por finalidad fundamental garantizar, mantener y restablecer el orden interno. Presta protección y ayuda a las personas y a la sociedad. Garantiza el cumplimiento de las leyes y la seguridad de los patrimonios públicos y privados. Previene, investiga y combate la delincuencia. Vigila y controla las fronteras nacionales. En el caso de la muestra femenina, ellas enfatizaron el amor, en primer lugar, y en segundo lugar la alegría, coincidiendo en este segundo valor con los varones.
Probablemente a pesar de las dificultades diarias, de las tensiones propias del trabajo y de las características del medio, ambos aspectos surgen como factores protectores, que hacen posible que puedan enfrentar las adversidades.
Comparación de la jerarquía de valores
Aquí encontramos una diferencia significativa sólo en el valor justicia a favor de las mujeres, ya que en los demás valores cada grupo presenta su propia jerarquía. Este valor ha sido entendido por la muestra estudiada como una expresión de la equidad moral que debe orientar la conducta. Al respecto podemos señalar que diversos estudios han demostrado que si bien no existen diferencias en torno a los niveles de juicio moral entre los varones y mujeres, las diferencias se encuentran a nivel de contenido, más que en términos de estructura, con respecto a lo masculino (Valdéz, 1996).
Gilligan (1985, citado por Payá, 1996) plantea que el pensamiento moral femenino y, por lo tanto, su desarrollo, se diferencia del masculino, porque se centra en los aspectos relacionados a la intimidad y el cuidado. Asimismo, Gilligan (1977, citado por Cueto & Mueller, 1990) ha sustentado que el desarrollo moral evoluciona de manera diferente en hombres y mujeres, debido a diferencias en la forma en que cada grupo es socializado y en función a diferentes expectativas sociales para cada grupo.
Los estudios anteriormente mencionados, se relacionan con los hallazgos encontrados en el presente trabajo. Estos resultados son importantes, al tratarse de un valor moral que orienta nuestra conducta en las decisiones diarias y, por lo tanto, también en las cuestiones referidas al ámbito laboral. En este caso, para las policías mujeres, como figuras de autoridad, la justicia orienta muchas de sus decisiones y es probable que a pesar de la corrupción que se observa cotidianamente, la misma que se observa en los diversos ámbitos y niveles de la sociedad, para el grupo de mujeres policías la justicia tiene un papel importante en sus decisiones y conductas.
Estos resultados confirman lo que popularmente se comenta en nuestro medio. Es decir, el hecho de valorar a la policía femenina por su labor recta, veraz y orientada hacia la moral. Las mujeres policías son actualmente la imagen de la rectitud y la incorruptibilidad en el Perú (Salazar, 2006).
Por otro lado, en relación con los resultados de la muestra masculina quienes valoran la tranquilidad, esto se justifica frente a las distintas situaciones que le toca vivir; incluso poniendo en riesgo su vida. En un estudio realizado por Ponce sobre el comportamiento de los conductores de Lima, particulares y de transporte público, se revela que un 41% de estos choferes presentan conductas antisociales con rasgos psicópatas. Se señala que la conducta antisocial es un sinónimo de psicopatía. Sucede que muchos choferes que chocan matan a cualquier persona y no tienen ningún sentimiento de culpa. Atropellan a un policía de tránsito y no hay problema para ellos. Eso es un signo de psicopatía (Salazar, 2006).
Conclusiones
El grupo de policías varones jerarquizó los siguientes valores terminales: amor maduro, religión y armonía personal, como valores más importantes y el grupo de policías mujeres jerarquizaron el respeto y la armonía personal, esto probablemente, debido a la situación de violencia cotidiana que enfrentan diariamente.
El grupo de policías varones jerarquizó a la alegría como valor instrumental más importante, mientras que el grupo de policías mujeres jerarquizó los siguientes valores instrumentales: amor y alegría como estrategias de enfrentar las situaciones difíciles que tiene que enfrentar, por las características de su trabajo.
Con respecto a las diferencias, cada grupo mantiene una independencia en los valores terminales que selecciona; sin embargo, se aprecia una diferencia altamente significativa sólo en el valor justicia a favor de las mujeres. En cuanto a los valores instrumentales, igualmente cada grupo presenta su propio orden; no obstante, se aprecia una diferencia significativa sólo en el valor tranquilidad, esto probablemente por el tipo de trabajo que desempeña.
A partir de lo anterior, es posible desarrollar programas de intervención orientados al desarrollo de valores sociales, tales como: la justicia, fraternidad, igualdad, entre otros, así como programas orientados al manejo de emociones negativas. De esta manera se proyecta realizar investigaciones experimentales que permitan validar programas de intervención, para que luego sean replicados en otros grupos de policías de tránsito.
Referencias
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Recibido: 15 de febrero de 2008
Revisado: 29 de marzo de 2008
Aceptado: 5 de mayo de 2008
*Correspondencia: Mirian Pilar Grimaldo Muchotrigo, docente, Universidad de San Martín de Porras, Lima. Instituto de Investigación de la Escuela Profesional de Psicología. Dirección postal: Avenida Tomás Marsano No.242, Surquillo, Lima, Perú. Correo electrónico: mgrimaldo2001@yahoo.com. Este artículo es producto del proyecto ejecutado y financiado por la Universidad de San Martín de Porres, Lima, 2006-2007.
Anexo. Protocolo del instrumento
Instrucciones: a continuación se presenta una lista de veinte valores. Luego de leer cuidadosamente cada uno de ellos, ordénalos de acuerdo con el orden de importancia, escribiendo el número correspondiente en la línea derecha. Recuerda no dejar ningún espacio en blanco.