Psicologia para América Latina
ISSN 1870-350X
Entrevista con el Dr. Saúl Ignacio Fuks
Lic. Mario J. Molina*
Asociación de Psicólogos de Bs. As.
Al Dr. Saúl Ignacio Fuks
Profesor ordinario de psicología clínica de la UNR, psicólogo clínico y comunitario de Rosario, Argentina, ha desarrollado su actividad profesional intentando integrar en sus prácticas y en sus tareas docentes estos dos campos del conocimiento psicológico.
Ha escrito publicaciones sobre abordajes clínicos basados en una concepción apreciativa del sujeto y de sus redes sociales, así como sobre la psicología comunitaria y sus complejidades actuales. En sus prácticas en Salud Comunitaria ha intentado construir la confluencia de la psicología clínica con la psicología comunitaria, coordinando desde hace 24 años el programa “CeAC” Centro de Asistencia a la Comunidad de la Universidad Nacional de Rosario (www.ceac-unr.blogspot.com) donde algunas de esas integraciones se han generado.
Como investigador ha dirigido proyectos sustentados en la epistemología de la complejidad basados tanto en la línea metodológica de la IAP (investigación acción participativa) como en las variantes hermenéuticas más recientes.
Es profesor y consultor permanente en Brasil, Suiza, Francia y Alemania y ha escrito artículos y libros tanto en cooperación como de su propia autoría.
1. Cómo visualiza UD. desde su experiencia a la psicología comunitaria en Argentina y en Latinoamérica?.., hay desarrollos teóricos, experiencias de trabajo, una real participación en el marco de la psicología académica y profesional?
La psicología comunitaria en Argentina y en menor medida en América del Sur ha surgido asociada a tres campos de prácticas que impulsaron a las reflexiones teóricas: lo “social”, la “salud” y la “ciudadanía” y dependiendo de la época histórica y de la región de la que hablemos, las inequidades, las temáticas de género o étnicas, o las cuestiones de los derechos humanos se han ido turnando como focos de interés.
En algunos países, la producción epistemológica, teórica, y/o metodológica adquirieron tal densidad y complejidad que se ha podido llegar a hablar de una Psicología Comunitaria Latinoamericana. En mi visión este desarrollo fue posible en aquellos países en los que la interconexión entre las “practicas” y los centros académicos era fluida y equilibrada, como en Venezuela, Puerto Rico, Brasil, Chile para nombrar algunos donde ha sido más evidente lo que planteo.
En Argentina las “experiencias” en terreno han exhibido más originalidad y profundidad que los desarrollos teórico-epistemológicos académicos, lo cual, probablemente, haya sido potenciado por la carencia de tradición de investigaciones en la psicología académica.
2. Cree Ud. que hay problemas propios del hombre latinoamericano que la psicología tiende a darles respuestas?. cuáles son esos problemas y cuál la tendencia en las respuestas?
Creo que, en ciertos momentos históricos de Latinoamérica, la psicología comunitaria contribuyó con aportes sustanciales; lo hizo -en los orígenes- a partir de un esfuerzo de integración de las dimensiones subjetivas con las sociales que trascendían lo producido por la psicología social académica o por la clínica; también fueron notables los aportes generados en su asociación con los movimientos sociales de los 60’ y 70’ y, más recientemente los aportes a la cultura del dialogo y la convivencia como temáticas de finales del milenio. Hablar del “hombre latinoamericano” es un tema que parece trascender la ilusión de apropiación de cualquier disciplina científica y, si esta pareciera una afirmación transdisciplinaria y postmoderna, deberíamos volver a leer a Rodolfo Kusch!!!1.
No creo que la psicología comunitaria -como subdisciplina psicológica- pueda dar respuesta a una temática tan compleja, aunque creo que en una mesa donde estén sentados los antropólogos, filósofos de tradición latinoamericanista, sociólogos y algunos “transdisciplinarios”…. en ese contexto, los psicólogos comunitarios tendríamos algunas preguntas para compartir.
3. En Argentina, la psicología comunitaria está asociada a algún desarrollo o movimiento social o académico?. Es decir, la psicología comunitaria tiene una presencia coyuntural o no?..
Considero que en nuestro país la psicología comunitaria estuvo y está más asociada a las inquietudes de las prácticas que al saber compartimentado del mundo académico2.
Estuvo asociado, en los 60’ a las perturbaciones que planteaban las nociones de “desarrollo social”, en los 70’ a la “liberación nacional” y lo “popular”; en los 80’ al final de un mundo dividido entre dos imperios, y con el comienzo del “fin de las ideologías”; en los 90’ al triunfo de la “sociedad de consumo” y a fines del milenio al “mundo líquido”…. es decir que en mi visión, la psicología comunitaria intentó dar soporte a las preguntas que las prácticas (educativas, de salud, sociales, de derechos ciudadanos, minorías, etc.) proponían en un mundo cada vez más globalizado.
Estoy tratando de decir que es coyuntural, en tanto que su conexión con las “practicas” le dio una gimnasia reflexiva notable; pero que no es coyuntural en tanto se ha vuelto una referencia para aquellos que han encontrado en ella un intersticio entre lo “político” y lo “profesional”.
4. Por lo general, los planes de estudio de las carreras de psicología no tienen su fuerte en la mirada comunitaria. Ud. coincide con esto?, desde su experiencia esto tiene causas visibles?, y si es así pueden revertirse?. Es necesario?.
En la Universidad Estatal Argentina, la casi inexistencia de programas académicos de psicología comunitaria es más un producto que una causa; una situación generada por un conjunto de circunstancias entrelazadas con la historia de la Psicología Argentina.
La enseñanza de la Psicología en la Argentina ha sido sustancialmente diferente del resto de Latinoamérica, debido a la presencia hegemónica de la psicología clínica en desmedro del resto de las subdisciplinas: en Argentina ser psicólogo, es sinónimo de ser psicoanalista. Que la corriente clínica hegemónica haya sido el Psicoanálisis, significo la impronta que esa corriente del pensamiento clínico impuso al tratamiento de los temas. En ese sentido -en la Argentina- el estudio de lo”social” estuvo filtrado por una visión psicopatológica (como sostuviera Eduardo Menéndez3 y por el desconocimiento de la existencia de otras concepciones acerca de lo colectivo. Cuando digo desconocimiento no me refiero -solamente- a desconocer en el sentido de la ignorancia, (que también la hubo) sino a negarle la condición de conocimiento científico que podría ser estudiado.
La carencia de estudios universitarios de psicología comunitaria es -entonces- un producto del doble desconocimiento, de la ignorancia y de la descalificación de todo conocimiento que no sea el propio.
Como sosteníamos en un reciente trabajo acerca de las paradojas del empowerment4, un basamento imprescindible para construir y potenciar alternativas en aquellos con quienes trabajamos (tal como sostuviera Paolo Freire5) es el de presuponer que los “otros” (personas, grupos, comunidades) tienen recursos, posibilidades, capacidades y herramientas que provienen de su propia historia.
El pensamiento clínico dominante en la Argentina ha venido sosteniendo una concepción psicopatológica enfocada en la detección de incapacidades, imposibilidades, inhibiciones e impotencias; perspectiva que ha conducido a los profesionales al desconocimiento (también en el doble sentido) de los recursos y a posicionarse con escepticismo frente a las posibilidades, condiciones saludables y competencias positivas de aquellos con quienes trabajan.
La pregunta acerca de si se puede revertir esa situación, es una pregunta difícil ya que me obliga a separar lo que sería mi deseo de que eso suceda, de mi mirada escéptica acerca de las posibilidades de que ese cambio pueda ocurrir.
Mi deseo se fundamenta en la convicción de que la psicología comunitaria tiene mucho para aportar a las otras subdisciplinas, y que sería de gran utilidad para aquellos psicólogos que, trabajando en salud pública, en educación, en ciudadanía, se ven obligados-por desconocimiento- a tener que “descubrir” herramientas y métodos que ya hemos inventado hace mas de 30 años.
Mi escepticismo de que el cambio pueda suceder, (a pesar del riesgo de generalizar hablando de “la Argentina”), se basa en mi -penosa- sospecha de que los cambios en nuestro medio académico se producen a consecuencia de profundas crisis desatadas por cambios en los contextos externos, y que eso frecuentemente tiene efectos destructivos sobre las estructuras institucionales rigidizadas. Dudo que las rígidas estructuras cambien de motus propio una forma de ver la enseñanza de la Psicología que -por tan naturalizada- pareciera la única posible.
5. El programa CeAC que se desarrolla en una universidad tiende a modificar la estructura académica rígida o naturalizada que describió?.., ha generado impacto entre los alumnos en cuanto a mostrarles un campo de trabajo?..
El programa CeAC surge en los primeros años de retorno a la democracia cuando en el país se diseñaba un Plan Nacional de Salud Mental basado en la Estrategia de Atención Primaria de la Salud, surgida en Alma Ata en los 70’ donde se priorizaba la atención rápida en lugares próximos al hábitat de los consultantes y con participación comunitaria.
El obstáculo que se planteaba era que después de casi 10 años de dictadura no existían profesionales preparados para esa estrategia, y tampoco recursos en condiciones de desarrollar rápidamente las formaciones necesarias para ese objetivo.
Esa coyuntura hizo factible montar un programa (desde la concepción de extensión universitaria) inserto en la comunidad, orientado a la atención en crisis, con enfoque familiar y de redes y con equipos entrenados en metodologías participativas.
La originalidad que proponía el “modelo”, respecto a los enfoque individualistas y de larga duración y a-históricos, generó el interés de los estudiantes deseosos de conocer otras modalidades de trabajo. El mismo interés trajo aparejada una reacción defensiva de los sectores que tenían montadas “escuelas” y “grupos” privados que movían importantes sumas de dinero, y que comenzaban a descubrir en la Universidad un mercado cautivo potencial.
La experiencia del CeAC desde el inicio, se definió como interdisciplinaria y orientada al fortalecimiento de la comunidad; en un enfoque donde se conjugaban la Salud Comunitaria, el Desarrollo Organizacional, el trabajo en redes, y un enfoque clínico de terapia familiar breve. Al no tener el soporte de una formación universitaria coherente, necesitó “inventar” su propio sistema de capacitación de equipos, donde se respetaran las especificidades disciplinarias y se promoviera la complementariedad y la transdisciplina.
La experiencia de 15 años de docencia interdisciplinaria (psicología, trabajo social, abogacía, medicina, comunicación social, enfermería, antropología, arquitectura y artes) permitió crecer en los intersticios de las limitaciones con las que el dogmatismo dominante en la Facultad de Psicología intentaba cercar y controlar el mercado interno.
A medida que los estudiantes mostraban la necesidad de ese tipo de formación, los defensores de la fe mostraban su alarma. Sin embargo quienes defendieron al CeAC como programa de los intentos de control y/o de destrucción, no fueron los “padrinos” políticos sino la propia comunidad que una y otra vez salió a proteger lo que era suyo.
A 24 años, podemos decir que hemos impactado en la formación de los psicólogos, mostrando que es posible “otra” formación centrada en los desafíos de las prácticas, pero -desafortunadamente- eso ha tenido poco impacto en el diseño curricular de la formación de los psicólogos, como lo ha hecho en otras disciplinas (medicina, trabajo social, abogacía, antropología).
Buenos Aires, marzo de 2008
BIBLIOGRAFIA
Libros y capítulos
* en Saforcada, E. ; Cervone, N.; Castellá Sarriera, J.; Lapalma, A. y de Lellis, M. - “Aportes de la psicología comunitaria a problemáticas de la actualidad latinoamericana”; Saùl I. Fuks, Reflexiones acerca de la paradoja del empowerment (Reflections about the paradoxes of the "empowerment") - pp. 19-50- Buenos Aires, JVE ediciones 2007
* en Reich, S.M.; Riemer, M.; Prilleltensky, I.; Montero, M. (Eds.) “International Community Psychology History and Theories”, Chapter 4: Community Psychology in the River Plate Region (Argentina-Uruguay). Enrique Saforcada, Víctor Giorgi, Antonio Lapalma, Alicia Rodríguez, Ana Gloria Ferullo, Susana Rudolf, and Saúl Fuks. Springer Ed. 2007. (ISBN: 978-0-387-49499-9).
* en Castella Sarriera, J.;Pissinato, A. y Meneses Rancel, M.P. (Comp). “Manual de Psicología Comunitaria”. Colección Tramas Sociales. Paidos. Argentina. (en prensa). Saforcada E.; Lapalma,A.; Parajon, A.G. y Fuks, S. “La Psicología Comunitaria en la Argentina”.
* en Fried Schnitman, D. & Schnitman,J. (Ed) “New Paradigms Culture and Subjectivity”. Hamptom Press. Inc. NJ. 2002.
Artículos
* Fuks, S.I.: “La relación de pareja como organización social: desafíos y oportunidades.” Sistemas Familiares. 23 (1) 2007. ISSN 1668-7124
* Fuks, S.I.: “Reflexiones y aportes a un Intercambio sobre Crisis”. Sistemas Familiares. 21 (1-2) 2005. ISSN 1668-7124
* Fuks, S.I.: “Die Herausforderung der Globalisierung in Sudamérica: im Spannungsfeld zswichen globales und lokalen Dynamiken” Rundbrief Gemeindepsychologie, Band 10, Heft 2. 2004.
* Fuks, S. I.: en “Human Systems . Special Edition: CMM. Extensions and Applications”. Guest Editors, W. Barnett Pearce and Jeremy Kearney; Fuks, S. I.: Craftmanship of Contexts; an as unfinished story of my connection with CMM. KCC Ed. London. UK. (ISSN 0960-8930). Vol. 15 issues 1-3. 2004
* Fuks, S. I.: (colab) en “La Investigación Acción Participativa y el debate epistemológico en el marco de las incertidumbres postmodernas” Rivarola, T. Publ. del Postgrado de Gestiòn en Servicios Sociales. Univ. Complutense de Madrid. Setiembre 2003.
* Fuks. S, I.:(colab) en Perspectivas Bioeticas. FLACSO. Nùmero Monografico: “Consentimiento Informado en Psicoterapia”.Editor Invitado: Josè E. Nesis.Año 8. Nº 15. 2003. ISSN 1575-8443.
* Fuks, S: “As Complexidades da Terapia”. Nova Perspectiva Sistémica ISSN 0104-7841. Publicaçao do Instituto de Terapia de Familia. Río de Janeiro. Brasil. Año IX Nº 17. Agosto 2000.
* Fuks, S: “Una Perspectiva Cooperativa en la Resolución de Enfrentamiento y Disputas”. Pensando Familias. Publicação Científica. DOMUS -Centro de Terapia de Casal e Familia. Año 2 Nº 2. Outubro de 2000.
*Mario José Molina. Coordinador Editorial. Contacto: editor@psicolatina.org. Licenciado en psicología, egresado de la Universidad de Bs. As., Magister en Salud Pública (UBA), con tesis en elaboración. Es especialista en Educación y Nuevas Tecnologías (FLACSO) y profesor de psicología (UBA). Fue presidente de la Federación de Psicólogos de la República Argentina hasta el 2005, y es actualmente presidente de la Asociación de Psicólogos de Bs. As. (APBA). Ha desempeñado numerosos cargos y funciones en entidades profesionales, como el Colegio de Psicólogos de Bs. As., y la Confederación de Profesionales de la República Argentina. Ha participado y presentado numerosos trabajos en diferentes Congresos y encuentros profesionales, referidos al ejercicio profesional del psicólogo. Es socio fundador de la ULAPSI y de la Federación Iberoamericana de Asociaciones de Psicología (FIAP). Actualmente se desempeña como sub director de la Dirección de Psicología Comunitaria y Pedagogía Social del Ministerio de Educación de la Provincia de Bs. As.
1 Kusch Rodolfo, Obras completas (vol. 1), Indios, porteños y dioses, Buenos Aires, Editorial Fundación Ross.
2 Fuks, S. “El lugar de lo comunitario en el Siglo XXI”. Ponencia inaugural de las Jornadas Científicas de Salud Comunitaria. 6/8 septiembre 2007. Salta R. Argentina
3 Menéndez E.: “Cura y control, la apropiación de lo social por la práctica psiquiátrica”. Nueva Imagen. México. 1979
4 Fuks, S. : Reflexiones acerca de la paradoja del empowerment; en Saforcada, E. ; Cervone, N.; Castellá Sarriera, J.; Lapalma, A. y de Lellis, M. - “Aportes de la psicología comunitaria a problemáticas de la actualidad latinoamericana. Buenos Aires, JVE ediciones 2007.
5 Freire, P.. Pedagogia da autonomía. Saberes necessários à prática educativa. Rio de Janeiro: Paz e Terra. 1997