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Psicologia para América Latina

 ISSN 1870-350X

     

 

ALTERACIONES PSICOLÓGICAS Y PROPUESTAS PSICOTERAPÉUTICAS

 

Dificultades que se presentan en el trabajo terapéutico al emplear imágenes de ascención y descenso

 

Isabel Stange Espínola*

Universidad Autónoma de Puebla - México

 

 


RESUMEN

En este trabajo se presentan una serie de reflexiones acerca del  empleo de imágenes de ascenso y descenso que se pueden presentar en una narración con fines terapéuticos. El emplear imágenes de ascenso es de gran utilidad, cuando se trabaja con hipnosis Ericksoniana y Ensueño dirigido, aunque se requiere que el terapeuta tenga  presente algunos aspectos que pueden impactar de manera negativa en los usuarios y prepararse para una adecuada intervención.  El utilizar imágenes de descenso es más complejo, requiere que el terapeuta tenga muy clara la finalidad para la cual las va a emplear y cuáles son los posibles problemas que pueden presentarse cuando una caída o descenso brusco sorprende al terapeuta el cual detiene la caída, a través de la narración,  provocando un problema mayor en el usuario, en lugar de dejar que el usuario continúe libremente con su proceso. Finalmente se presenta el reporte de un trabajo terapéutico realizado en el Centro Clínico de Psicología (CECLIPSI), con 20 usuarios, empleando imágenes de ascenso.

Palabras clave: Hipnosis, Imágenes, Ascenso, Descenso, Terapia.


ABSTRACT

In this work are presented a series of reflections about the use of ascent and descent images that can be displayed in a narration with therapeutic aims. Using ascent images is very useful, when is used with Ericksonian hypnosis and directed Daydream, although is required that the therapist remembers some aspects that can affect the users in a negative way and be prepared for a suitable intervention. Using descent images is more complex, requires that the therapist have very clear the purpose for using them and the possible problems that can appear when a fall or abrupt descent surprises the therapist who stops the fall, through the narration, causing a greater problem in the user, instead of leaving the user to continue freely with the process. Finally is presented the report of a therapeutic work realized in the Clinical Center of Psychology (CECLIPSI), with 20 users, using ascent images.

Keywords: Hypnosis, Images, Ascent, Reduction, Therapy.


RESUMO

Neste trabalho são apresentados uma série de reflexões sobre o uso das imagens da subida e da descida que podem ser indicadas em uma narração com alvos terapêuticos. Usar imagens da subida é muito útil, quando é usado com hipnose de Ericksonian e Daydream dirigido, embora esteja exigido que o terapeuta recorda alguns aspectos que podem afetar os usuários em uma maneira negativa e ser preparados para uma intervenção apropriada. Usar imagens da descida é mais complexa, exige que o terapeuta tem muito desobstruído a finalidade para usar as e os problemas possíveis que podem aparecer quando uma queda ou uma descida abrupta surpreendem o terapeuta que para a queda, através da narração, que causa um problema maior no usuário, em vez de deixar o usuário para continuar livremente com o processo. É apresentado finalmente o relatório de um trabalho terapêutico realizado no centro clínico da psicologia (CECLIPSI), com 20 usuários, usando imagens da subida.

Palavras-chave: Hipnose, Imagens, Ascensão, Redução, A terapéutica.


 

 

Ante la complejidad humana de exquisitos matices, los sabios, investigadores y estudiosos del ser humano, han sido sobrepasados llegando a percibir con humildad que la aproximación hacia el conocimiento del ser humano es constante, se pueden elaborar teorías, elaborar hipótesis, establecer supuestos pero difícilmente se podrían establecer certezas.

La capacidad de enfrentar y superar situaciones adversas, de asimilar la realidad, de entender el mundo, de dejarse caer ante las dificultades y emprender nuevamente el camino, señalan que la riqueza individual es tan variada que las generalizaciones pasan a ser consideradas como simples aproximaciones, como intentos por entender una realidad y esa realidad del sujeto sólo puede ser entendida a partir de su mundo interior, las interacciones que establece y el contexto en el cual se desenvuelve.

Tres aspectos son considerados por O´Hanlon (2001) como esenciales en el trabajo terapéutico que se realiza basándose en  la terapia de posibilidades:

“1. Validar a la persona y sus experiencia,

  2. Cambiar el hacer del problema

 3. Cambiar el ver del problema.”

Esta perspectiva del trabajo terapéutico, desde la terapia de posibilidades,  en el que se considera al usuario como persona, desde una perspectiva integral, el cual es aceptado con sus experiencias pasadas, realidades presentes y sueños futuros, dentro del cual puede promoverse el cambio  por medio de la creación conjunta (terapeuta y usuario) de nuevos relatos, y la programación, también conjunta,  de posibilidades diferentes de acción. El aspecto central pasa a ser que  la persona recobre la confianza en sus capacidades y recursos para enfrentar las situaciones adversas y salir adelante de manera adecuada, de manera saludable.   En este mismo sentido se ubica la propuesta de Erickson, quien “consideraba que los clientes tienen todos los recursos necesario en su interior, en sus sistemas sociales, o en los dos, para provocar los cambios que necesitan. La tarea del terapeuta es acceder a estos recursos y ayudar al cliente a aplicarlos en las áreas apropiadas de su vida” (O´Hanlon, 2001. p. 28) en términos de Desoille (1973, p. 37) el  proceso que se produce en terapia es de “una colaboración perfecta entre psicólogo y paciente, y es indispensable que el ensueño no provoque el efecto de una intrusión en la intimidad del individuo y que la `directividad´ del terapeuta mantenga un respeto auténtico por la personalidad  del paciente. En consecuencia, nunca deben imponerse imágenes inaceptables para el paciente.” Autores como Desoille (1973),  Erickson y Rossi (1992)   Abia (1993), Zeig (en  Robles, 1990) depositan en el sujeto la esencia del cambio a través del estado de sugestión consciente del paciente (presentación de una idea), al cual se le pueden narrar diversas situaciones que permitirán el surgimiento de imágenes nuevas, que relacionadas a las imágenes del mundo interior o subjetivo,  favorecerán  el proceso del cambio. Cualquier cosa que presente la persona, puede ser considerado como el inicio de una psicoterapia exitosa y se incorpora al servicio del objetivo que se espera alcanzar.

Desoille (1973, p. 29) define la imagen como “una representación que puede desplazarse y que suscita intercambios recíprocos entre el afuera y el adentro, estos intercambios provocan metamorfosis asombrosas en el seno de una realidad permanente”.

La comunicación puede ser  desarrollada de mejor forma dependiendo de las características en las que se establece. En primer lugar, es necesario considerar el ritmo de trabajo que presenta tanto el terapeuta como el paciente, si coinciden los ritmos de trabajo el entendimiento es mayor que cuando difieren. También es un elemento significativo el que la persona esté en una actitud receptiva o defensiva a las sugerencias, que haya ido a la sesión  terapéutica de manera voluntaria y no presionada por una persona  o una institución. Tener deseo y confiar en su capacidad de cambio y en el beneficio o utilidad del trabajo terapéutico, puede favorecer el cambio y el ritmo que se va a establecer.

El empleo de una imagen placentera como una manera de producir un trance ha sido utilizado como una forma de focalizar la atención, lo mismo el empleo de la respiración tranquila. Para Desoille y Erickson la manera de promover un trance difiere de manera significativa, para Desoille es necesario “contar con un ambiente tranquilo, semioscuro, silencioso, que diera al paciente la posibilidad de concentrarse en su mundo interno hasta el punto de poder expresarse en medio del diálogo mediante imágenes verbales o visuales, y, siguiendo las sugerencias del psicoterapeuta, desplazarse verticalmente en un espacio imaginario en el cual pudiera concebirse actuando” (Desoille, p. 32), en cambio para Erickson, el trance puede presentarse en muy diversas situaciones, incluyendo una conversación cotidiana, y le atribuye amplias  posibilidades   a los cambios que se producen,  como se refleja en la siguiente frase. “El estado de trance es aquel en que más probabilidades hay de que se produzca el aprendizaje y la apertura al cambio; no se refiere a un estado inducido de somnolencia. Los pacientes no son “sometidos” ni dirigidos por la voluntad del terapeuta, ni pierden el control de sus actos. En realidad el trance, es un estado natural, que todos experimentamos”. (Rosen, p.26)

Es posible emplear en el trabajo terapéutico las imágenes de ascenso y de descenso. Las imágenes de ascenso son más sencillas de trabajar debido a que tienden a provocar bienestar, mayor energía, sensación de logro, tranquilidad y alegría a la persona que las está vivenciando. En cambio las imágenes de descenso, el descender bajo tierra provoca temores, tristeza, angustia, cosas que se quieren ocultar o no se aceptan. Así como situaciones temidas, que pueden haber sido olvidadas o tenerse presente y que pueden o no haberse generalizado a diversas situaciones.

Las imágenes de descenso requieren mucho más cuidado en su elaboración y trabajo por la complejidad de respuestas que puede desarrollar la persona, sobre todo el nivel de compromiso afectivo, por ello se sugiere que después de haber trabajado una situación de descenso, se trabaje de manera consecutiva una imagen de ascenso, para promover un cambio emocional del paciente y que a partir de estos recursos pueda encontrar significados no encontrados o confusos durante el trabajo de descenso

Desoille (1973, p.123)  señala que las imágenes de descenso,  sugeridas por el terapeuta, que se pueden trabajar pueden ser entre otros: el descenso a las profundidades del mar, la gruta del brujo, el dragón de la fábula. También hay que tener presente que las imágenes de descenso pueden surgir de manera espontánea o bien ser sugeridas por el paciente.

Tanto las imágenes de ascenso como las de descenso se relacionan con estados afectivos. El terapeuta requiere una constante observación de la persona con la cual está trabajando para evaluar el estado emocional que se encuentra viviendo y, si es necesario,  solicitar información  inmediata al usuario del proceso  que está viviendo e intervenir si la imagen es muy angustiante, promoviendo bienestar y tranquilidad de manera directa, enfrentando de manera decidida la imagen perturbadora a través de palabras de bienestar y calma.

Si el temor o ansiedad experimentado por el paciente es muy grande de manera que dificulta el trabajo terapéutico, es posible suspender el descenso darle a la persona a través de las palabras o de imágenes de ascenso la tranquilidad requerida, terminar la sesión y luego en una sesión posterior retomar la escena de descenso nuevamente.

Uno de los errores más frecuente de los terapeutas es detener de manera inmediata la caída imaginaria del paciente, como una forma de protegerlo y evitar la angustia, pero este tipo de intervención es bastante desafortunada ya que incrementa el temor y la ansiedad del paciente. Si la persona expresa que está teniendo una caída imaginaria, el terapeuta requiere expresar apoyo constante al usuario. Si es posible el terapeuta intentará ubicarse en el lugar del paciente, compartir la vivencia de éste, asumir sus temores, y por muy sorpresiva que sea la caída, será necesario que el terapeuta evite detenerla y no sólo eso, tendrá que  fomentar la caída de manera que la persona enfrente la situación temida en mejores condiciones, con el apoyo del terapeuta y fortaleciendo sus habilidades, de esta manera a  través del trabajo terapéutico será posible trabajar en resolver adecuadamente esa situación.

Es posible que si el terapeuta mantiene esa actitud de apoyo firme y decidido pueda observar que poco a poco las imágenes temidas van cambiando, a medida que va avanzando el paciente en el esclarecimiento de la situación  y  desarrollando  sus posibilidades y  recuperando su equilibrio y bienestar.

Las imágenes propuestas por Desoille (1973) para evaluar la forma que la persona asume su virilidad o masculinidad, generalmente promueve en la persona una sensación de bienestar y fortaleza y al expresar las características que él o ella percibe en su imagen entregará  elementos que le permitan, al terapeuta, entender la imagen que tiene de sí mismo. Entre las imágenes de ascenso se encuentran: subida de una cima, la espada, la copa.

De la misma forma que las imágenes varían si se trabaja ascenso y descenso, los movimientos de izquierda y derecha tiene relación con el aspecto cognitivo y emocional de la persona.

Tanto las imágenes de ascenso como las de descenso requieren ser trabajadas de manera natural, que el paciente no se sienta forzado a vivir esa experiencia, que perciba la libertad para trabajar sin provocar angustia o temor y si aparecen en el trabajo terapéutico requiere ser resuelto en ese momento. El proponer elementos que ayuden al paciente, como por ejemplo recurrir al “aire, a las nubes, a un sabio, a una luz,  a animales del bosque, a una varita mágica, a duendes o hadas” dependerá del criterio del terapeuta así como de las imágenes con las cuales se esté trabajando y del estado emocional del paciente.

Desoille y Erickson señalan, como parte de trabajo terapéutico,  que es el paciente quien tiene que hablar de las características de cada sesión, así como de las características de las imágenes que el paciente elaboró durante el ensueño o el trance hipnótico y que el terapeuta debe abstenerse de interpretar estas imágenes, se debe dejar libremente a la persona para que encuentre sus propios significados y modos de resolver sus problemas. En ocasiones en sesiones posteriores se retoman estás imágenes y son trabajadas de manera más detallada.

Considerando que la actividad psicoterapéutica del psicólogo es bastante compleja y que de manera constante se buscan alternativas que permitan desarrollar un trabajo eficaz que promueva la solución del problema presentado o la aceptación cuando no pueda ser modificado de manera que lleve al usuario a un mayor bienestar, se realizó  una investigación con la finalidad de obtener información relacionada con el desarrollo de recursos personales del usuario a través del empleo de la hipnosis y la narrativa  que le permitan enfrentar en mejores condiciones los problemas de la vida cotidiana.

 

Objetivos:

Analizar el empleo de la narrativa en la modificación de la autoestima de pacientes en psicoterapia.

Objetivo particulares:

1. El objetivo principal de este estudio fue determinar el efecto de una narración empleando hipnosis ericksoniana y ensueño dirigido,  en la  modificación del autoconcepto.

2. Un segundo objetivo fue analizar las respuestas posthipnóticas de los usuarios ante una misma narración escuchada en trance hipnótico y detectar de acuerdo a su información cambios en su autoconcepto.

 

Metodología:

1. Tipo de estudio: Descriptivo

2. Población: 20 usuarios que solicitaron psicoterapia

3. Técnicas utilizadas:

Hipnosis Ericksoniana

Ensueño dirigido

Narración de  una historia

 

Procedimiento. Fases de la terapia:

1. Entrevista inicial, establecimiento de la empatía y confianza, compresión mutua.

2. Recopilación y sistematización de la información a través de todo el proceso terapéutico.

3. Detección de creencias autoimpuestas o ideas irracionales acerca del problema.

4. Realización del trance hipnótico.

5. Presentación de la narración.

6. Registro de la información del usuario, retroalimentación.

7. Relación de las aptitudes y habilidades de la persona con el contexto del problema.

8. Establecimiento de directivas cuando sea requerido.

9. Término del trabajo terapéutico y seguimiento de la terapia.

 

Elementos presentes en la historia:

1. Un camino ( sin señalar características)

2. Ascenso de una montaña (Desoille)

3. Imaginarse en la cima

4. Ver un árbol y dirigirse hacia él

5. Dejar en el árbol lo que no es necesario

6. Descenso

7. Ubicarse en el lugar que se está trabajando

 

Resultados y discusión:

De los 20 usuarios con los cuales se trabajó empleando la narración señalada, 19 de ellos pudieron desarrollar trance hipnótico, modificando la imagen inicial a medida que avanzaba el trabajo. Una usuaria no pudo seguir las indicaciones entregadas en el trance hipnótico debido a que parte del conflicto por el que iba a consulta era su esposo, a él le agradaba el alpinismo, por lo cual se negó a imaginar que subía a una cima. Con esta persona se trabajó relajación obteniendo buenos resultados.

En las gráficas siguientes se muestran algunas características de los sujetos con los cuales se trabajó y las respuestas de ellos en la situación de trance.

 

 

 

 

Análisis de las respuestas:

En relación al proceso hipnótico, la totalidad de los sujetos lograron el trance hipnótico, se les sugirió que podían trabajar con los ojos abiertos o cerrados para que ellos decidieran su particular forma de trabajar.

Los 19 sujetos pudieron imaginar fácilmente el camino de ascenso, refirieron que el camino tenía diversos grados de dificultad, para algunos el sendero era muy marcado y podían caminar sin problemas. Unos señalaron que había pasto y flores a los lados, otros no veían el camino y tenían que subir entre piedras y/o maleza muy crecida.

Cuatro de los 19 usuarios solicitaron el apoyo de algún animal del bosque para llegar a la cima, el animal escogido fue diferente para cada uno de ellos.

Todos reportaron un gran bienestar al estar en la cima, algunos señalaron la existencia de una luz brillante que los protegía, otros una sensación de libertad y calma. Ninguno señaló que estar en la cima fuera incómodo o desagradable.

El camino de regreso, para todos fue más fácil que el ascenso, aunque también tuvieron diferencias, todos regresaron al lugar de inicio del trabajo.

Un elemento importante es que el terapeuta realice las modificaciones necesarias que les permita adaptar la narración al lenguaje del usuario con la finalidad de promover un ambiente más adecuado de trabajo y obtener mejores resultados.

 

Bibliografía

1. Abia, J. y T. Robles (1993) Autohipnosis. México: Instituto Milton Ericsson.        [ Links ]

2. Bandler, R. (2006) Las aventuras de cualquiera. España: Hernán Cerna Training (HTC).        [ Links ]

3. Desoille, R. (1973) Lecciones sobre ensueño dirigido en psicoterapia. Argentina: Amorrortu.        [ Links ]

4. Erickson, M. y E. Rossi (1992) El hombre de Febrero. Argentina: Amorrortu.        [ Links ]

5.  Hudson O`Hanlon, W. (1995) Raíces profundas. Argentina: Paidós.        [ Links ]

6.  O´Hanlon, B. (2001) Desarrollando posibilidades. España: Paidós.        [ Links ]

7.  Rosen, S. (1991) Mi voz irá contigo. Argentina: Paidós.        [ Links ]

8. Watzlawick, P., Beavin, J. y D. Jackson (1991) Teoría de la comunicación humana. Barcelona: Herder.        [ Links ]

 

 

E-mail: isabelstange@hotmail.com

 

 

*Profesor-investigador , Directora y Terapeuta Titular del Centro Clínico de Psicología (CECLIPSI), integrante del Cuerpo Académico “Psicología Clínica” de la Facultad de Psicología. Universidad Autónoma de Puebla

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