Psicologia para América Latina
ISSN 1870-350X
ARTÍCULOS
El encuadre periodístico en torno a los conflictos hídricos derivados de la mercadocracia en México
Cruz García Lirios1
Universidad Autónoma del Estado México
RESUMEN
La Organización de Naciones Unidas (ONU) en su informe correspondiente al 2010 advierte sobre las consecuencias económicas, geopolíticas y sanitarias del cambio climático. La ONU considera que las guerras del futuro se gestarán por los conflictos en torno a la administración de los recursos naturales. En este sentido, los estudios psicológicos de la sustentabilidad han identificado el abastecimiento intermitente de agua como la causa esencial de los conflictos locales. Este estudio explora las dimensiones de los conflictos hídricos entre autoridades y usuarios del servicio de agua potable en una demarcación de la Ciudad de México. Se estableció una muestra de 10 notas de prensa para analizar, mediante un índice de mediatización, siete estrategias de usuarios y nueve de autoridades en torno al desabasto de agua. Los resultados muestran una baja mediatización de los conflictos hídricos, y a partir de tales hallazgos se discute la cobertura de los medios impresos en referencia a las estrategias gubernamentales y ciudadanas frente a la problemática de desabasto de agua.
Palabras clave: desabasto, conflicto, estrategia, índice, mediatización.
RESUMO
A Organização das Nações Unidas (ONU), em seu relatório de 2010 adverte sobre as consequências econômicas, geopolíticas e sanitárias das mudanças climáticas. A ONU considera que as guerras do futuro terão inicio com conflitos em torno da administração dos recursos naturais. Neste sentido, os estudos psicológicos da sustentabilidade identificaram o abastecimento intermitente de água como a causa essencial de conflitos locais. Este estudo explora as dimensões dos conflitos hídricos entre as autoridades e os usuários do serviço de água potável de uma região da Cidade do México. Estabeleceu-se uma amostra de 10 reportagens para analisar, mediante um índice de mediação, sete estratégias de usuários e nove autoridades em torno do gasto de água. Os resultados mostram baixa mediação de conflitos hídricos e a partir de tais resultados, discute-se a cobertura da mídia impressa em referência às estratégias governamentais e cidadãs diante ao problema da falta de água.
Palavras-chave: escassez, conflito, estratégia, índice, mediação.
ABSTRACT
The United Nations (UN) in its report for 2010 notes on the economic, geopolitical and health from climate change. The UN believes that future wars will by conflicts over the management of natural resources. In this sense, psychological studies have identified sustainability of water supply as the essential cause of local conflicts. This study aims to explore the dimensions of conflicts between authorities and water users in water service demarcation of Mexico City. A sample of 10 press went analyze, using an index of media coverage, seven and nine strategies users of authorities around the shortage of water. The results show low water mediation of conflicts and from these findings, we discuss the print media coverage in reference to government strategies and citizen facing the problem of water shortage.
Keywords: shortages, conflict, strategy, framing, and index.
Introducción
Las problemáticas hídricas tienen en la escasez, desabasto y fugas los principales procesos que explican la acción gubernamental y la participación de los usuarios ante tales situaciones. Las fugas de agua oscilan entre el 40% y el 60% de la red de suministro público de la ciudad de México. A medida que los avances tecnológicos permiten la detección de fugas no visibles, se ha estimado un gran impacto en el sistema de abastecimiento público. En el caso de las fugas perceptibles, los usuarios, autoridades y medios de comunicación han amplificado la problemática hasta el punto que éstas podrían incidir en las políticas públicas de inversión y abastecimiento, así como en los conflictos entre usuarios y autoridades por la regularización del servicio público de abastecimiento.
Los estudios psicológicos de la sustentabilidad hídrica han establecido relaciones significativas entre las situaciones de escasez y el almacenamiento de agua. Tal relación ha sido matizada por la cobertura de los medios impresos respecto a la problemática en referencia al sistema de creencias de abundancia o escasez de agua. Las investigaciones sobre el tema han demostrado que las creencias antropocéntricas relativas a la abundancia de agua, propician el derroche del recurso. En contraste, la información alusiva a la escasez ha incidido en las creencias econcéntricas determinantes del cuidado del agua. En situaciones de baja disponibilidad hídrica per cápita, menor a 200 litros diarios, los estudios psicológicos de la sustentabilidad han establecido diferencias significativas entre los usuarios al momento de percibir la cercanía de una fuga. Es cierto que la situación de escasez influye en las percepciones, decisiones y acciones de consumo, pero entre los hechos de desabasto y fugas, los medios de comunicación parecen sesgar las situaciones hasta el punto que la información influye en el sistema de creencias de los usuarios del servicio público. Una noticia sobre el deterioro de la red de abastecimiento podría influir en el almacenamiento indiscriminado de agua y, eventualmente, en los conflictos que se generen por su acaparamiento.
Por ello, una revisión sistemática y retrospectiva de la cobertura de los medios de comunicación respecto a las fugas de agua, podría incentivar la discusión respecto a su incidencia en las creencias de los usuarios de la red pública hídrica. Tal investigación sería preliminar si se pretende explicar la acción organizada de los usuarios respecto a la variabilidad de la disponibilidad de agua en una demarcación. En tal sentido, el presente estudio tiene como objetivo explorar la cobertura de los medios impresos en torno a las fugas de la red pública durante un periodo sujeto a la información disponible en la prensa de circulación nacional.
El poder de los medios de comunicación sobre la opinión pública los hace elegibles como instrumentos por excelencia de legitimación de las políticas públicas. En este sentido, las problemáticas hídricas han sido trastocadas por el poder mediático puesto que los niveles de disponibilidad, abasto, higiene y consumo relativos a la escasez de agua, corrupción e ineficiencia del servicio público, han sido transformados por los medios de comunicación en noticias, cometarios, reportajes o anuncios sesgados. Entre las políticas ambientales y las necesidades de los usuarios, los medios de comunicación cobran una relevancia especial. La mediatización de la naturaleza define la discusión pública relativa a inversiones, tarifas, sanciones o subsidios. El impacto de los noticieros de televisión, las emisiones informativas de radio y las primeras planas de los diarios incide directa y significativamente sobre la opinión y la acción pública. En la medida en que los medios de comunicación contextualizan, enmarcan e intensifican las imágenes de los hechos, acceden a la posibilidad de sesgar y manipular a sus audiencias y públicos. Así, es menester estudiar el efecto de la mediatización de las situaciones hídricas para delinear el futuro de las políticas ambientales relativas al servicio de agua potable, alcantarillado y abasto público.
Las políticas públicas orientadas al abastecimiento de agua son hechos que por su relevancia social han sido difundidos mediáticamente. Las relaciones entre instituciones, usuarios y medios de comunicación forman una agenda pública en la que los temas sustanciales son procesados racional o emocionalmente. El enfoque racional implica la discusión de temas tales como la escasez, las sequias, el desabasto, el consumo, el ahorro o el reciclaje de agua. A menudo, las instituciones y los medios de comunicación proporcionan datos que activan la discusión de los temas por parte de la ciudadanía. Se trata de información circundante en la que las instituciones encargadas de la red pública de agua y los medios de comunicación tratan de informar a la opinión pública, al mismo tiempo que deliberada o inusitadamente influyen en las opiniones ciudadanas respecto a temas de gran trascendencia como el desabasto y, más recientemente, los conflictos derivados de la escasez de agua. Así, es pertinente preguntar: ¿cómo se establece una agenda en torno a la condonación de adeudos por el servicio público de abastecimiento de agua en una demarcación con baja disponibilidad per cápita?
Los medios de comunicación, al reducir o maximizar la información, sesgan los hechos deliberadamente para incidir en la opinión pública, pero su propósito esencial es determinar la agenda política. Durante el periodo de estudio, la prensa difundió las condonaciones de adeudos por el servicio público de abastecimiento de agua como un tema esencial en la agenda local. En referencia a la agenda ciudadana, la prensa orientó la información hacia la política de condonación en el periodo que va de febrero de 2000 a diciembre de 2012. A partir de dos lógicas: verosimilitud y verificabilidad, los medios impresos llevaron a cabo la cobertura de la escasez de agua en relación con las tarifas y la condonación de las mismas en sectores populares simpatizantes del partido político gobernante. La lógica de verosimilitud consistió en difundir los hechos a partir de la culpabilización de las autoridades y la victimización de los usuarios del servicio de abastecimiento público. Dejando a un lado la participación de las empresas fiduciarias de acuíferos, la prensa estableció una agenda pública mediante la difusión de hechos, datos y procesos que incidieron en la opinión pública a favor de un sistema tarifario universal en México, Distrito Federal.
Sin embargo, a nivel local, los diarios de circulación nacional mostraron la ineficiencia de las autoridades locales al momento de cobrar las tarifas e incluso aumentar el costo del suministro de agua. En otras palabras, los medios de comunicación impresa incentivaron conflictos entre usuarios y autoridades respecto a la condonación de deudas en la demarcación de influencia del partido en el poder y el aumento de las tarifas en las zonas de influencia del partido opositor.
La cobertura periodística de las condonaciones de deudas por el servicio hídrico, el encuadre de la ineficiencia gubernamental y la percepción de injusticia por parte de los colonos podrían derivar en un ambiente de indefensión aprendida en la que las acciones gubernamentales y ciudadanas orientadas a preservar la disponibilidad de agua son reducidas a hechos aislados y dependientes del sistema tarifario de consumo. En este sentido, el objetivo del presente estudio es explorar la construcción de agenda pública en materia de condonación de deudas y en relación a la escasez y el desabasto de agua. Para tal propósito, se llevó a cabo una selección de notas y editoriales de la prensa de circulación nacional respecto al sistema de tarifas, la condonación de deudas y la aplicación de sanciones.
Estado, medios de comunicación y opinión pública configuran sistemas sociopolíticos de información los cuales pueden ser discernibles a partir de la formación de actitudes. Los estudios psicológicos que estudian la relación entre los sistemas políticos, mediáticos y sociales plantean que la televisión, radio y prensa influyen en los programas públicos a través de la opinión ciudadana. En tal sentido, la sociedad fungiría como una intermediaria: mediadora o moderadora de la difusión de los hechos políticos. La diferencia existente entre una u otra función estriba en la construcción de actitudes hacia el sistema político.
Si la ciudadanía opina que existe un equilibrio entre el poder político y el poder mediático, asistimos a un fenómeno de moderación en el que interactúan dos factores, uno mediático y otro político, para explicar la emergencia de movilizaciones sociales. En contraste, si la opinión pública considera que existe una hegemonía entre uno u otro poder, sea mediático o político, entonces se trata de un fenómeno de mediación en el que la opinión ciudadana regula el flujo de información para equilibrar la disparidad de poderes.
Ambos fenómenos, moderación y mediación, ubican a la ciudadanía en una fase intermedia en la que las agendas mediáticas parecen influir en las agendas políticas. Es decir, los temas de difusión en la televisión, radio y prensa, a pesar de su diversidad y diferenciación, inciden en la construcción de consensos al momento de priorizar las problemáticas, atender las demandas y programar las estrategias de intervención del estado.
La moderación de la opinión pública supone un sistema sociopolítico y mediático en el que la participación ciudadana desequilibra los poderes político y mediático para someterlos al escrutinio y las iniciativas ciudadanas. Por el contrario, la mediación de la ciudadanía en torno a la influencia de los medios sobre los sistemas políticos supone un sistema antidemocrático en el que priva la ingobernabilidad.
Debido a que la moderación de la opinión pública en las discrepancias mediáticas y políticas parece ser el preámbulo de la democracia participativa, es menester discutir el proceso en el cual los medios de comunicación inciden en la opinión pública y ésta en las agendas políticas. Por ello, el objetivo del presente trabajo es exponer los ejes de discusión en torno al efecto de los medios de comunicación sobre la formación de las actitudes ciudadanas hacia las políticas y los actores políticos. A partir de una contrastación de estudios, se exponen los desencuentros entre las posturas mediadoras versus las perspectivas mediadoras de las actitudes en el proceso de establecimiento de la agenda mediática-política.
En ciudades sustentables, el servicio de agua potable incluye sistema de tarifas ajustadas a la disponibilidad y el consumo per cápita. Sin embargo, en el caso del Distrito Federal, los subsidios son parte fundamental para el abastecimiento de colonias en las que la red pública redistribuye intermitentemente los recursos hídricos. En la capital mexicana, los subsidios, sanciones, condonaciones, ajustes y estímulos, al ser una atribución de las autoridades delegacionales, generan cuestionamientos por parte de la opinión pública y son un tema central en la agenda de la prensa de circulación nacional. Se trata de una situación controversial en la que los actores institucionales, políticos y ciudadanos participan activamente en la discusión sobre el debido proceso del subsidio como un tema central de la agenda pública, política, ciudadana y mediática. Así, el presente estudio tiene como principal objetivo describir el encuadre de la prensa respecto al sistema de subsidios del servicio público hídrico. Para tal propósito, se plantea que el contexto diversificado de la oferta y demanda de agua propicia el estilo de cobertura de la prensa sobre el aumento o, incluso, disminución de las tarifas asociadas el nivel de consumo de agua. Si la heterogeneidad de las agendas políticas, institucionales, ciudadanas son exacerbadas por la cobertura de los medios impresos, entonces será posible observar un estilo sistemático de encuadre en el que los periódicos de circulación nacional enfatizan el aumento o la disminución del servicio de agua potable como un discurso de verosimilitud constante en los actores políticos, institucionales y ciudadanos. A medida que la prensa informa sobre los ajustes a las tarifas, estaría construyendo un estilo informativo en el que justifica la indignación y morosidad de los usuarios frente a un sistema de cobro deficiente y un servicio intermitente. O bien, los periódicos muestran su apoyo al incremento o disminución del cobro por volumen pre-establecido o imprevisto por los usuarios. En este sentido, la cobertura de los periódicos estaría permeada de desencuentros entre autoridades y usuarios.
No obstante que un sistema sustentable se construye a partir de tarifas que reflejan el equilibrio entre disponibilidad y consumo, el sistema de cobro en el Distrito Federal parece buscar el equilibrio entre las agendas políticas, ciudadanas y mediáticas. En este proceso, los estilos de información de la prensa resultan fundamentales ya que un mayor énfasis en el aumento de las tarifas, implicaría un incremento de conflictos entre autoridades y usuarios. Por ello, la agenda pública se construye considerando la oferta y demanda del servicio de agua potable ya no desde su dimensión hídrica, sino desde su dimensión mediática. En tal sentido, el encuadre de la prensa resulta fundamental para explicar la influencia de los editoriales sobre la opinión pública y las declaraciones de los funcionarios responsables de regularizar la red de abastecimiento público. En otras palabras, los estilos de las notas periodísticas parecen incentivar un equilibrio de declaraciones de los actores implicados más que un desequilibrio que implique la renuncia de alguna autoridad o la movilización ciudadana en torno a la regularización del servicio, la calidad de agua o la prevención de enfermedades hidro-transmitidas. Se trata, de un escenario en el que la prensa no busca establecer su agenda, más bien su objetivo parece estar orientado a la inconmensurabilidad de la problemática y la relativización de propuestas.
Disponibilidad hídrica
La problemática del agua en el mundo está interconectada climática y económicamente. El 97.5% es salada, 2.24% es dulce y solo el 1% está disponible en ríos, lagos y acuíferos para el consumo humano. 11 3000 km3 de agua se precipitan anualmente. En el mundo, 7 100 km3 se evapora, 42 000 km3 regresa a los océanos y se filtra a los acuíferos. Anualmente, el 70% entre 9 000 y 14 000 km3 mantienen los ecosistemas y sólo 4 200 km3 (30%) está disponible para irrigación, industria (23%) y uso doméstico (8%). 23,8 millones de km3 de agua se encuentra congelada, 74 200 km3 se evapora, 11 9000 km3 se precipita en los continentes, 458 000 km3 se precipita en el mar, 502 800 km3 se evaporan de los océanos, 10,4 millones de Km3 están depositados en acuíferos, 900 900 km3 se encuentran disponible en lagos, 1.350 millones están depositados en los océanos (United Nations University [UNU], 2013: pp. 13-18). Anualmente, en los océanos (que contienen 1 350 millones de km3), el ciclo hidrológico implica la evaporación de 502 800 km3 de agua de los cuales 458 000 km3 regresan en precipitaciones, 42 600 km3 regresan en derrames superficiales y 2 200 km3 en derrames subterráneos. En los continentes (que contienen 23 800 000 km3 de agua en hielo y nieve, 10 400 000 km3 en acuíferos y 901 000 en lagos y ríos), 119 000 km3 de agua se precipitan y 74 200 km3 se evaporan al año. La disponibilidad del recurso ha disminuido paulatinamente. En 1950 sólo el continente asiático tenía una baja disponibilidad y para el año 2025 esta escasez se extenderá a los cinco continentes. El desequilibrio entre la explotación (se estiman 4 600 km3) del recurso y su recarga natural afectará su disponibilidad para el consumo (2 400 km3 aproximadamente) en la agricultura, la industria y las actividades domésticas (Corcoran et al., 2010: pp. 16-29).
México es el onceavo país con más población (101,7 millones de personas), con una densidad de 52 personas por km2 en promedio; una población menor de 15 años (33%), la cual contrasta con el 5% que son mayores de 60 años; el 74% vive en zonas urbanas y su ingreso per cápita al año es de $8,790 dólares norteamericanos trabajando 40 horas a la semana. Además, su población crece anualmente a un ritmo de 2,1 millones y se espera que en el 2050 aumente 48%, estimando su población en 131,7 millones para el 2030. El 27.7% de la población infantil mexicana es extremadamente pobre y está concentrada en 4 millones en el Estado de México, los cuales contrastan con los 8 millones de personas entre 15 y 64 años. Ambos grupos coexisten en la zona con mayor densidad poblacional aproximada de 12 472 648 de habitantes (Instituto Nacional de Estadística y Geografía [INEGI], 2010: pp. 3-24).
Más de 11 km3 anuales han sido concesionados en la zona del centro occidente; el 53% se extrae de acuíferos y el 47% de lagos, ríos y manantiales. El 82% está destinado a la agricultura, el 15% al abastecimiento público y el 3% a la industria. La zona de mayor industrialización y comercio ha sido clasificada con un índice de disponibilidad extremadamente baja con menos de 1 000 m3 por habitante al año. Respecto a las zonas centro y norte del país donde el crecimiento económico es significativo, la disponibilidad del recurso está clasificada como muy baja: 1 000 a 2 000 m3 por habitante al año. Sólo el sureste de México, que ha tenido un crecimiento económico poco significativo, ha sido clasificado con una alta disponibilidad de 10 000 m3 por persona al año. Las zonas norte, centro y noreste que contribuyen con el 85% del Producto Interno Bruto (PIB) y tienen el 77% de la población sólo cuentan con el 32% de la disponibilidad de agua, aproximadamente 1874 m3 por habitante al año. En contraste, la zona sureste que contribuye con 15% del PIB y concentra el 23% de la población, tiene una alta disponibilidad del 66% de los recursos hidrológicos, aproximadamente 13 759 m3 por persona anuales. De este modo, el promedio de disponibilidad de agua nacional es de 4 573 m3 por individuo al año. Se estima que el 28% del agua disponible es consumida por el 77% de la población que contribuye con 84% del PIB y en contraste, el 72% del agua disponible es consumida por el 23% de la población que contribuye con el 16% del PIB (Comisión Nacional del Agua [CNA], 2012: pp. 14-16).
En la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) viven 18 620 763 habitantes, concentrados en un área de 4 979 km2, y una densidad poblacional de 3 740 personas por km2 hacen que se considere al servicio intermitente de agua potable como la principal problemática. En la ZMVM, durante el período 1950-2000, la población ha aumentado 5.25 veces, pues pasó de 3 442 557 habitantes a 18 076 572 residentes. Respecto a la densidad poblacional el Estado de México y el Distrito Federal son la primer y segunda entidades con más viviendas ocupadas, respectivamente, siendo la delegación Iztapalapa la más poblada con 1.750.336, de los cuales la mitad son menores de 15 años (Comisión Nacional de Población [CONAPO], 2008: pp. 23-55).
La calidad del agua superficial de 393 estaciones en 225 ríos, 81 estaciones en 62 lagos y presas, 26 estaciones en 13 santuarios y sitios costeros, 15 estaciones de descarga de aguas residuales, ha sido reportada como muy baja, así como la subterránea que consta de 228 estaciones en 24 acuíferos, establecidos por el Índice de Calidad del Agua con valores entre 0 y 100, siendo este último valor excelente, después aceptable, levemente contaminada, contaminada, fuertemente contaminada, y el último como excesivamente contaminada. Se demostró que el 60.7% del agua superficial y el 46.3% de la subterránea están contaminadas y fuertemente contaminadas, clasificando al agua superficial del Valle de México como excesivamente contaminada con un 32.49 (Comisión Nacional del Agua [CNA], 2005: pp. 13).
Debido a que la ZMVM es de alto riesgo hidrológico, sólo se han restringido las concesiones para la explotación a menos de 3 000 km3, el 78% es extraído de las tomas superficiales y el 22% de las tomas subterráneas. El 48% es destinado a la agricultura, el 46% a la industria y el 6% al servicio público. La disponibilidad del agua por región hidrológica (m3/habitantes/año) está clasificada como baja siendo la causa principal del abasto irregular de agua. Las inversiones del subsector en zonas urbanas fueron en la ZMVM de $394.200 pesos y se canalizaron única y exclusivamente al saneamiento de aguas residuales. El suministro de agua en la ZMVM es de 68 m3/seg., los cuales provienen de pozos explotados 25.16 m3/seg. (37%), de pozos recargados 15 m3/seg. (22%), manantiales .36 m3/seg. (2%), del Río Cutzamala 13.6 m3/seg. (20%), del Río Lerma 6.12 m3/seg. (9%) y saneamiento con 6.8 m3/seg. (10%). Respecto al grado de presión del recurso, la ZMVM ocupa el primer lugar con una sobreexplotación del 120% del agua disponible. A pesar de que la situación hidrológica es extremadamente comprometida en la ZMVM, las demás regiones hidrológicas se encuentran muy cercanas a dicha problemática. Las zonas norte, noreste y centro explotan el 40% de sus recursos hidrológicos (Comisión Nacional del Agua [CNA], 2008: pp. 58-64).
En 1955 los habitantes de la Ciudad de México tenían una disponibilidad de 11 500 m3 anuales per cápita. En el año 2004 disminuyó a 4 094 m3 anuales per cápita. En ese mismo año se consumió el 74% del total de agua potable suministrada equivalente a 16.157 m3 por segundo. El agua en el Distrito Federal está destinada a la industria (17%), al comercio (16%) y uso doméstico (67%), el cual se divide en el uso de excusado (40%), regadera (30%), ropa (15%), trastes (6%), cocina (5%) y otros (4%). Iztapalapa, al concentrar la mayor población, obtuvo el mayor consumo con 2.732 m3 por segundo equivalentes al 16.9% del total. Gustavo A. Madero y Álvaro Obregón con 13.75% y 9.94%, respectivamente. En contraste, las delegaciones con menor consumo fueron Cuajimalpa, Tláhuac y Milpa Alta con un 5.97%. En este sentido, se espera para el 2020 una disponibilidad de 3 500 m3 anuales per cápita. Por ello, la cobertura del servicio es excluyente con 905 000 personas que no cuentan con agua potable porque hay una escasez de 6 m3 por segundo (Comisión Nacional del Agua [CNA], 2012: pp. 30-36).
En el caso del consumo doméstico de agua los criterios para establecer la escasez son:
- Crítica, entre 1 000 y 1 700 m3 anuales per cápita.
- Baja, entre 1 700 y 5 000 m3 anuales per cápita.
- Media, entre 5 000 y 10 000 m3 anuales per cápita.
- Alta, más de 10 000 m3 anuales per cápita.
El 32.27% de los usuarios se encuentra dentro del umbral del rango, el 78.5% tiene un consumo menor a 50 m3, el 11% consume menos de 10 m3 y 0.38% consume más de 180 m3 bimestrales. El pago promedio en la Ciudad de México es de $110.25 pesos bimestrales. Esto significa una recaudación por cobro de derechos a los usuarios del 80% en relación a su costo real por el servicio. En síntesis, la sustentabilidad de los recursos hídricos parecen tener en el plano local una crisis que exacerba los conflictos sociales, tales como confrontaciones entre autoridades y usuarios (Comisión Nacional del Agua [CNA], 2005: p. 31).
Se estima que en el 2025 el 80% de la población mundial estará en alta escasez. El pronóstico para el año 2050 implica un rango de aumento de la temperatura de 1.4 °C a 5.6 °C causando un incremento de 44 cm. del nivel del mar, un 5% más de las precipitaciones y la extinción de una cuarta parte de las especies. En este sentido, se estima para el año 2025 una crisis mundial de abasto irregular e insalubre de agua en la que 2000 millones de individuos no dispondrán de agua bebible. En el año 2030 el crecimiento poblacional de la ZMVM será de 22.5 millones de habitantes, de la Zona Metropolitana de Guadalajara de 4.8 millones de habitantes y de la Zona Metropolitana de Monterrey de 4.9 millones de habitantes. La problemática de distribución de los recursos hídricos se enfocaría en aquellas ciudades con una población mayor a los 500 mil habitantes. Si se consideran las proyecciones poblacionales, las zonas metropolitanas de Guadalajara, Monterrey, Cuernavaca, Tlaxcala, Veracruz, Puebla, Aguascalientes, Toluca, San Luis y Cancún estarían en una crisis de disponibilidad hídrica esperada para el año 2025 (Comisión Nacional del Agua, 2008, pp. 12-15).
Conflictos derivados de la disponibilidad hídrica
Las disputas por el agua podrían agravarse en aquellas zonas con alto crecimiento demográfico y densidad poblacional. La escasez de agua tendría como una de sus consecuencias más inmediatas efectos en la salud de las poblaciones colindantes a los cuerpos de agua contaminados.
Las problemáticas hídricas en el contexto de Iztapalapa, Ciudad de México, han sido analizadas a partir del impacto de la escasez sobre el consumo de agua. Desde la perspectiva de la gobernanza y la participación, el abasto irregular ha sido identificado como el principal obstáculo del desarrollo local sustentable. Respecto a los efectos sociocognitivos, las representaciones y las creencias de abundancia y escasez han explicado el dispendio y el ahorro del recurso. Incluso, las dimensiones residenciales y el mantenimiento de las instalaciones han determinado un bajo consumo que correlaciona con el incremento de las tarifas, sanciones o subvenciones de los programas de abastecimiento.
Ahora bien, las relaciones entre los sistemas de abastecimiento, administración y usuarios de la red de suministro son matizados por los medios de comunicación al momento de delimitar y transformar los hechos en noticias, reportajes, columnas de opinión, mesas de análisis o debate.
En todos y cada uno de estos estudios, el conflicto subyace como la temática pasada, presente y futura en torno a la relación entre la disponibilidad per cápita de agua y el consumo doméstico, industrial y agrícola. A medida que las problemáticas de escasez e intermitencia del servicio de agua potable se intensifican, los conflictos por el abastecimiento se agudizarían en boicots a las redes municipales, secuestros de pipas, confrontaciones verbales con vecinos, mítines y bloqueos de avenidas que derivan en disturbios y movilizaciones orientadas al cambio social.
En el marco de tales conflictos y cambios sociales, las teorías que explican la cobertura de la acción colectiva y gubernamental en torno a las problemáticas y su influencia en la opinión pública cobran especial relevancia. Ambas acciones, pública y social, plantean escenarios de conflicto a partir de los cuales se han llevado a cabo estudios para establecer hipótesis relativas a las diversificación de las problemáticas en consonancia con la heterogeneidad de acciones colectivas y movilizaciones sociales.
El desarrollo local tendría en el deterioro del sistema de abastecimiento público un indicador de corrupción y negligencia de las autoridades, así como el nivel de intransigencia y conflicto entre las comunidades y los grupos que disputan el control del suministro. En efecto, la mercadocracia hídrica consistiría en un sistema de corrupción, negligencia y nepotismo indicado por los conflictos entre autoridades y usuarios del servicio público de abastecimiento de agua.
En síntesis, las políticas públicas centradas en la oferta de agua, los programas de abastecimiento público clientelares, los conflictos entre autoridades y usuarios y las acciones colectivas y movilizaciones sociales, indicarían niveles de conflicto que los medios de comunicación pueden reducir o amplificar según sus criterios de cobertura y expectación. Los cuatro actores, autoridades gubernamentales, empresas de servicios hídricos, medios de comunicación y grupos ciudadanos, estarían inmersos en un entorno de escasez hídrica que determina sus acciones.
En el caso de la administración gubernamental, las políticas públicas están orientadas a la oferta de los recursos hídricos en función de las demandas del sector industrial y de servicios. Ante tal relación, los medios de comunicación sólo han reportado los desencuentros entre administraciones y usuarios omitiendo las políticas de oferta.
Teorías de sistemas tecnológicos, informacionales y comunicacionales
El análisis de las relaciones entre sistemas, principalmente los de comunicación, puede realizarse a partir de la Teoría de los Sistemas Generales (TSG). Bertalanffy (1968) sostiene que cada ser viviente intercambia energía con su entorno. Tales transacciones configuran sistemas, los cuales pueden ser analizables como flujos energéticos en los que la entrada de energía (input) redistribuye las funciones en el sistema a un grado tal que los estabiliza o desestabiliza según sea el caso. Tal intercambio energético puede implicar un disturbio energético. En este sentido, un sistema codifica y decodifica sus canales de distribución para hacer frente a la demanda decreciente o creciente. De este modo, la producción de un sistema está en función del input energético. La TSG fue la primera propuesta para el estudio de la comunicación humana. Puesto que cada ser viviente demanda, procesa y consume, es menester considerar a los seres vivos como sistemas no sólo de energía, sino también de tecnología, información, comunicación y actitud.
La TSG integró un conjunto de teorías que incluyen principios universales de los sistemas integrativos y disipativos:
- En el primer caso, los subsistemas semi-abiertos y semi-cerrados configuran a los sistemas integrativos porque cada unidad de información se enlaza para llevar a cabo un intercambio más que una transferencia unidireccional de información.
- En el segundo caso, los subsistemas disipativos son elementos endógenos o abiertos, y exógenos o cerrados en los que cada unidad de información está codificada para preservarse sin cambios que le puedan significar trasformar su estructura.
Precisamente, la TSG plantea que cada sistema está anclado a una red de causas y efectos, pero también existen principios que lo organizan, no sólo para preservar su estructura sino para transformar sus relaciones con los demás elementos semejantes del entorno. Para tal propósito, se requieren canales de comunicación permanente entre cada unidad sistémica. Así, la logística del sistema determina la función de cada estructura, factor o indicador. Si lo que ocurre en cada indicador sucede en la estructura sistémica, entonces su formulación será muy próxima a una formalización matemática.
No obstante que la TSG explicó el balance energético entre sistemas y subsistemas, en el caso de los informacionales y comunicativos, tal equilibrio parece estar circunscrito a los actos.
Si cada ser viviente realiza actos significativos, si cada acto significativo está relacionado en su equilibrio vital, entonces habrá actos no significativos relacionados con desequilibrios que lleven al colapso del sistema de información.
Bronfenbrenner (1977) plantea que el desarrollo evolutivo requiere de actos significativos relacionados con experiencias personales o grupales. Cada acto es indicador del desarrollo humano. Incluso, aquellos actos que son significativos se circunscriben al desarrollo individual en los que el entorno, es decir, las relaciones entre individuos y grupos, determinan los siguientes actos de la persona. Por ello, la Teoría de la Ecología del Desarrollo (TED) plantea que si analizamos los actos deliberados de las personas, más que sus discursos, encontraremos el indicador de cada subsistema.
En relación con otras teorías, la TED incluye elementos que son compatibles con la TSG. En el caso del macrosistema, el que incluye a todos los sistemas, subsistemas, factores e indicadores, la TED, al igual que la TSG, plantea que el fin último de un sistema es su reproducción sistemática. Se trata de un conglomerado de unidades interrelacionadas de tal modo que la ausencia de alguno implica una nueva configuración. El cambio de una configuración a otra se ejerce por diferentes fuentes, no obstante, cada unidad se precia de ser original porque el resultado de tal configuración es irrepetible, aunque su proceso sea el mismo. De tal modo que el macrosistema es cambiante entre cada unidad.
La TED fue pionera en torno al análisis del contenido de un mensaje, analizable a partir de su contextualización, enmarcado e intensificación simbólica. Tal es el caso de la información mediatizada por la televisión, radio, prensa escrita e Internet. En este sentido, la psicología ambiental, disciplina a la que está suscrita la TED, ha realizado observaciones sistemáticas de los escenarios en los que los conflictos por el territorio y la apropiación del espacio público son indicadores sustanciales de las consecuencias de políticas públicas. En el caso de la política de oferta de agua, la psicología ambiental ha contribuido con el esclarecimiento de los significados derivados de una situación de escasez, desabasto e insalubridad. Tales significados son fundamentales para explicar el establecimiento de una agenda ciudadana en materia de movilización para el abastecimiento de agua en una demarcación.
McCombs & Shaw (1972) plantearon la Teoría del Establecimiento de la Agenda (TEA) para explicar el sesgo informativo y la influencia de la cobertura mediática respecto a los temas más comentados por la opinión pública. La TEA considera a los medios de comunicación como un poder central capaz de definir los temas críticos de la agenda política (McCombs & Hua, 1995). Es decir, las políticas públicas y los programas públicos estarían determinados por la difusión de problemáticas que impactarían en las audiencias y construirían un imaginario y zozobra social que la clase política tomaría en cuenta al momento de definir las partidas presupuestales antes, durante y después de los comicios locales o federales.
Sin embargo, la emergencia de la inseguridad cibernética y la video-vigilancia digital parecen haber rebasado a la TEA. A medida que los sistemas informativos y comunicativos se digitalizan y virtualizan, los presupuestos de la TEA parecen explicar hechos homogéneos que en la sociedad de la información se han diversificado hasta un punto tal que hace necesario el replanteamiento de la TEA (McCombs, Cole, Stevenson & Shaw, 1981).
En principio, establecer una correlación entre la difusión de contenidos mediáticos, aún en la década actual, parece una empresa compleja ya que los medios de comunicación diversifican sus contenidos. Ayer establecer el sesgo periodístico era justificable dada la subjetividad humana; hoy los medios de comunicación parecen obedecer a propósitos económicos, políticos o sociales entremezclados unos con otros que hace complicado mostrar el tipo de sesgo en el que se pudiesen ubicar.
Desde el enfoque de la TEA, la relación entre los medios de comunicación y el estado es explicada a través de la ciudadanía (McCombs, Llamas, López & Rey, 1998). Es decir, la formación y desarrollo de la opinión pública, durante las cuatro últimas décadas del siglo XX, había sido explicada por la incidencia de la propaganda difundida en cine, prensa, radio o televisión. La sociedad de masas era considerada el efecto de estrategias propagandísticas que incidían en la afectividad más que en la racionalidad de las audiencias, espectadores, suscriptores o lectores. Se trataba de un mecanismo simple: la emisión de frases e imágenes repercutiría directamente en las creencias y actitudes en ausencia de la formación de expectativas, conocimientos o criterios. En dicho proceso, las percepciones parecían no ser influidas por los mensajes, ya que se trataba de un mecanismo automático sin procesamiento de información (Krippendorff, 2005).
Fazio, Zanna y Cooper (1977) consideraron que la formación de actitudes hacia los medios de comunicación y sus mensajes correspondientes implicó una activación directa de imágenes y frases con la memoria procedimental. A medida que los mensajes eran transmitidos, su duración y repetición parecieron activar experiencias previas y con ello formaban actitudes y acciones espontáneas sin requerir de algún cálculo mental o razonamiento inquisitivo. Fue hasta la década de los noventa cuando Ajzen (1991) estableció el efecto deliberado, planificado y sistemático de la información sobre las expectativas de control.
En el marco de la psicología de los medios de comunicación, sus efectos propagandísticos en la formación de creencias y actitudes, los estudios del establecimiento de la agenda plantean que existe una relación causal entre los contenidos de los medios de comunicación y los temas de interés de la opinión pública.
A pesar de que McCombs y Shaw (1972) correlacionaron los temas difundidos por los medios con los temas reportados por encuestas de opinión y encontraron relaciones positivas y significativas, el proceso de formación de creencias, percepciones, actitudes, intenciones y comportamientos parece explicar el segundo principio de la TEA, a saber: los contenidos difundidos en los medios de comunicación inciden en la agenda política ya que la opinión pública minimiza o maximiza los temas hasta un punto tal que la clase política construye la agenda a partir de la frecuencia de los temas circundantes en los espacios y canales de expresión.
Se trata de un procesamiento de información automático y sistemático. En tal modelo, la experiencia de recepción de información activa decisiones comunicativas que incidirán en el comportamiento prospectivo. La espontaneidad de un mensaje podría tener una relación directa con el razonamiento heurístico. Al respecto, la Teoría de las Decisiones Prospectivas (TDP) sostiene que en situaciones de incertidumbre, las decisiones de los individuos son influidas por atajos mentales en los que una noticia sobre inseguridad activaría la desconfianza, el miedo o el enojo (Tversky & Kanheman, 1986).
A medida que los mensajes de inseguridad son emitidos por los medios de comunicación, influyen de un modo automático en la memoria y la decisiones de las personas. La continua difusión de la inseguridad propiciaría en las audiencias una dependencia a corto, mediano y largo plazo en los medios de comunicación por parte de aquellas personas que han sido persuadidas y han incorporado la información circundante en sus decisiones y acciones cotidianas. La Teoría de la Probabilidad de la Elaboración (TPE) sostiene que la información es procesada en rutas periféricas relacionadas con decisiones espontáneas y comportamientos improvisados, así como rutas centrales implicadas con decisiones y acciones deliberadas (Cacioppo & Petty, 1989). Tales procesamientos de información se denominaron necesidad de cognición y es definida como el procesamiento sesgado de información que llevan a cabo los individuos al momento de ser persuadidos por un mensaje.
Sin embargo, la necesidad de cognición tendría en la búsqueda de información un sesgo que consiste en aceptar aquella información que corrobora las creencias y rechazar aquella que las cuestiona. Por ello, los lectores de un periódico parecen simpatizar con aquellas notas informativas que complementan sus creencias respecto a hechos concretos de algún tema. En contraste, las notas que refieren acontecimientos contrarios a sus convicciones tienen un mayor efecto persuasivo si son rechazadas en primera instancia por los receptores, pero siembran la duda en ellos mismos a tal grado que buscan información para rebatir los mensajes contrarios y después de contrastar la información terminan modificando sus convicciones.
La TEA plantea una explicación al respecto de por qué los medios de comunicación sesgan sus notas informativas y determinan los temas de discusión en la opinión pública. La TEA sostiene que la información de los hechos es procesada por los profesionales de la comunicación, publicidad y mercadotecnia para modificar los contenidos en función de políticas internas (McCombs, 1996).
La TEA advierte que cada mensaje sesgado no basta para ser un indicador de manipulación, sólo se trata de un hecho transformado en frase, spot, imagen, noticia u opinión. En este sentido, el sesgo informativo alude a la apreciación de un tercer elemento afectado por la relación medios de comunicación y audiencias. Se trata de otros medios de comunicación en competencia con el medio de mayor rating y que a la vista de su competencia es definido como un medio controlador y manipulador de audiencias.
Decir que los medios de comunicación, principalmente la televisión, manipulan las audiencias hasta convertirlas en consumidores cautivos de los más oscuros intereses, es el argumento de la Teoría de la Sociedad Teledirigida (TST). Desde el proceso de socialización, más que de recepción de los medios, los efectos mediáticos implican información aprendida por las audiencias con base en imágenes, más que en discursos. La imagen parece haber desplazado a los discursos. Aunados a la imagen, los spots sustituyeron a los discursos sociopolíticos. Cada relación unidireccional entre imagen y espectador devela una sociedad teledirigida, manipulada, cooptada, trastocada y socavada de sus tradiciones para homogeneizar su consumismo. Tal relación entre spots y consumidores permite afirmar que la influencia de la televisión la hace insustituible, incluso por Internet (Sartori, 1998).
A pesar de que el lenguaje del ciberespacio es icónico-representacional, Internet no puede sustituir a la televisión ya que las audiencias colman los horarios estelares por un producto sociovisual más que icónico. Es decir, las audiencias consumen historias visuales y personajes que en Internet están presentes, aunque los programas sean los mismos, están en otros idiomas o en acentos diferentes a los que el espectador espera presenciar. Precisamente, en este proceso consiste la relación cautiva entre la televisión y las audiencias.
A diferencia de la TEA, la TST sostiene que la socialización es en sí misma, más que los intereses de quienes dirigen los medios de comunicación, la principal amenaza para la democracia. En tal sentido, las problemáticas, en sus diferentes ámbitos, son el reflejo de procesos de aprendizaje en el que las imágenes difundidas por los medios de comunicación están guardadas en el núcleo central de la representación social que sobre las problemáticas tienen los ciudadanos. Por ello, la cobertura de las catástrofes naturales, inundaciones, huracanes o sequias tienen un mayor impacto en las audiencias.
Una vez establecidos los ejes teóricos y conceptuales en torno al establecimiento de la agenda en materia de sustentabilidad hídrica, cabe aclarar que el problema de investigación estriba en el enmarcado de los conflictos relativos al desabasto de agua en Iztapalapa, Distrito Federal. Si se considera que la prensa ha adoptado estilos de difusión que incidirían en la evaluación que del servicio público de agua tienen los usuarios, entonces es menester analizar el contenido de editoriales, columnas y reportajes en los que se muestren las acciones gubernamentales en referencia a las movilizaciones ciudadanas.
Para sistematizar el registro de la cobertura periodística, se llevó a cabo un análisis de contenido a través de matrices ponderativas de las acciones gubernamentales en interacción con las acciones ciudadanas, ambas en situaciones de desabasto y conflicto.
El presente estudio respondió a las siguientes cuestiones:
- ¿Cuál es el grado de enmarcamiento e intensificación de los conflictos entre autoridades y usuarios derivados del desabasto de agua en una demarcación del Distrito Federal por parte de los medios impresos de circulación nacional?
- ¿Cuáles son los criterios de estimación de la mediatización del conflicto entre las acciones gubernamentales y las acciones de usuarios con respecto al desabasto de agua?, y
- ¿Cuál es el índice de mediatización a partir de la estimación de cada nota de prensa?
Respecto a estas preguntas, se plantea la siguiente hipótesis:
En situaciones de escasez y desabasto de agua, las acciones gubernamentales y ciudadanas tienden a diferenciarse y contraponerse ya que en las políticas públicas y las necesidades ciudadanas prevalecen intereses asimétricos conforme una problemática de escasez de recursos se intensifica.
El estado tiende a concesionar los recursos sin considerar que son comunes, no advirtiendo que el crecimiento y la densidad poblacional exacerban tales discrepancias, y que los medios de comunicación aprovechan tal escenario para enmarcar los conflictos de un modo tal que:
- Los editoriales tienden a maximizar las declaraciones de funcionarios en materia de abastecimiento de agua y aumento de las tarifas por el servicio público.
- Las columnas de opinión tienden a intensificar su crítica hacia los usuarios morosos, irregulares o gorrones cuando la acción ciudadana consiste en el cierre de avenidas, mítines, manifestaciones, marchas y plantones en plazas públicas o centros de comercio.
- Los reportajes tienden a enmarcarse en imágenes consistentes en la toma de instalaciones, secuestros de pipas, confrontaciones verbales y físicas con la policía para demostrar la irracionalidad de los usuarios frente al incremento de tarifas por el servicio de abastecimiento público.
Ahora bien, el propósito es explorar la cobertura de la prensa para establecer indicadores de conflictos entre autoridades y usuarios en situaciones de desabasto. En tal sentido, fue necesario recopilar información y a partir de categorías relativas a acciones gubernamentales y ciudadanas, se construyeron matrices para la ponderación de frecuencias. Se consideró que la interrelación prevaleciente entre las acciones gubernamentales y ciudadanas evidenciarían el encuadre de los medios impresos en torno a la problemática de escasez y desabasto en la demarcación con mayor crecimiento y densidad poblacional del Distrito Federal.
Método
Diseño
Estudio exploratorio, retrospectivo y de contenido (Krippendorff, 1989).
Muestra
Se llevó a cabo un muestreo no probabilístico de 103 notas y editoriales en torno a la situación hídrica en Iztapalapa, demarcación al oriente del Distrito Federal durante febrero de 2000 a diciembre de 2012. Se analizaron variables cualitativas; nominales y ordinales que en un periodo determinado mostrarían la prevalencia de la cobertura mediática con una muestra de diez notas periodísticas seleccionadas intencionalmente.
El criterio de inclusión fue la circulación nacional de los rotativos y el periodo de la cobertura (septiembre de 2007 a marzo de 2012). Durante este lapso los habitantes de la demarcación organizaron movilizaciones en referencia a la escasez de agua y la proximidad de los comicios locales y federales.
Instrumento
Se utilizaron matrices de análisis de contenido para la ponderación de las acciones gubernamentales y las estrategias ciudadanas en torno al desabasto de agua. Cada estrategia fue codificada a partir de la imposibilidad de llevar a cabo dicha acción. De este modo, a una estrategia cotidiana le fue asignado un valor de 1 y, en el caso contrario, una acción poco probable de realizarse obtuvo el valor de cinco para el caso de las autoridades y cuatro para el caso de los usuarios.
Los criterios para la ponderación de estrategias cotidianas fueron aquellos relativos a la frecuencia de la cobertura periodística. Una mayor frecuencia de acciones reportadas por los medios impresos fue considerada una estrategia cotidiana. En contraste, un reporte de estrategias sin precedentes en la demarcación fue asumida como irrepetible y por ello se le asignó el mayor valor. Cabe señalar que la asignación de valores siguió una lógica de medición categórica en la que cada acción fue considerada como frecuente o infrecuente.
Procedimiento
Se recopilaron notas y editoriales informativos respecto a la situación hídrica en la demarcación de estudio. Posteriormente, se codificó la información considerando el planteamiento de la Teoría del Establecimiento de la Agenda relativo al sesgo de los hechos a partir del encuadre de la información en la que predominó un estilo de verosimilitud o verificabilidad. Se procedió a calificar mediante jueces los contenidos de las notas informativas respecto a los conflictos. Por último, se concentró la información en otra matriz para la exposición de resultados e interpretación de hallazgos.
El análisis del conflicto entre autoridades y usuarios por la ineficiencia del servicio público está más cercano a la relación entre la dinámica industrial y las políticas públicas de abastecimiento. El presente estudio se llevó a cabo en una demarcación con baja disponibilidad hídrica derivada en principio por las condiciones geográficas, pero intensificada por las decisiones y acciones gubernamentales que priorizaron el abastecimiento de agua a la industria local más que el suministro a los residentes de la demarcación.
La complejidad de las problemáticas hídricas puede ser estudiada en el contexto de Iztapalapa, a partir de la relación entre las autoridades delegacionales y los usuarios de la red pública. En este sentido, de acuerdo con la Teoría del Establecimiento de la Agenda, la cobertura de los medios impresos indicaría el grado de afectación del abasto irregular sobre los conflictos entre usuarios y autoridades. El análisis de las notas de prensa relativas a los conflictos hídricos permitiría anticipar los cambios que se gestarían en el marco del desarrollo local.
El criterio de ponderación de la mediatización de los conflictos, derivados del desabasto e incentivados por el acaparamiento de pipas, boicot a las redes de suministro, bloqueos viales y seudoreparaciones de fugas, podría establecerse considerando en un extremo la improvisación de movilizaciones sociales hasta, en el otro extremo, la sistematización de acciones colectivas.
Se trata de estimar el encuadre de las noticias a través de la prevalencia de sesgos en la cobertura y la intensificación mediante la frecuencia de palabras clave (Ver Tabla 1).
Los medios de comunicación, enmarcan e intensifican los hechos a partir de la cobertura periodística circunscrita a los niveles de expectación y las características de sus audiencias.
En el caso de los medios de comunicación impresos, este estudio se circunscribe al análisis de la mediatización de los conflictos entre autoridades y usuarios respecto al desabasto de agua (Ver Tabla 2).
Para establecer el grado de mediatización del conflicto, se plantean dos ejes correspondientes a nueve acciones de las autoridades y siete de los usuarios, la interacción entre acciones gubernamentales y comunitarias implicará 63 situaciones de conflicto derivadas por el desabasto de agua. Es decir, las causas y las consecuencias del desabasto de agua pueden ser analizadas por el enmarcamiento e intensificación de conflictos en los que las acciones gubernamentales y las acciones de los afectados podrán implicar desencuentros.
Piénsese en el caso de las empresas refresqueras o cerveceras que al ubicarse en una zona de disponibilidad media acaparan el acuífero para su producción en detrimento de los residentes locales. Ante tal situación, las acciones ciudadanas se intensificarían hasta un punto tal de movilización colectiva que evidenciaría la política de oferta y exacerbaría las diferencias entre autoridades y ciudadanos a partir del incremento de tarifas. Tales situaciones serían cubiertas por los medios de comunicación y a partir de su encuadre se podría observar el establecimiento de una agenda hídrica en la que convergen los intereses de la industria, el malestar ciudadano y la acción gubernamental. En tal proceso, los medios de comunicación jugarían un papel trascendente ya que el encuadre de la información relativa a los conflictos por la distribución de agua influiría en la opinión pública, sus intenciones de voto y evaluación de políticas públicas en materia de abastecimiento de agua.
En la Tabla 2 pueden observarse zonas de mediatización del conflicto entre autoridades y usuarios respecto al desabasto de agua. La primera zona de color negro corresponde a una alta mediatización y reflejaría una estrategia gubernamental y usuaria sin precedentes en la historia de la demarcación. La zona de color gris intenso obedece a estrategias poco probables, la zona gris más tenue corresponde a estrategias frecuentes, la zona blanca describe estrategias cotidianas o muy prevalecientes entre autoridades y usuarios. Por último, la zona roja se refiere a la nula mediatización caracterizada por una cobertura que otorga todos los elementos para un análisis minucioso de los hechos sin tratar de persuadir a la audiencia. Por ejemplo, si combinamos las convocatorias de discusión con boicots de redes públicas de abastecimiento tendríamos 20 puntos correspondientes al mayor enmarcado de los hechos. Esta ponderación se interpretaría como un sesgo significativo de los hechos en torno al desabasto ya que combina acciones deliberadas, planificadas y sistemáticas de las autoridades y los usuarios (Chihu, 2011).
No obstante, es importante considerar que la acción gubernamental y la acción ciudadana estarían influidas por la política de oferta de recursos hídricos. La concesión de acuíferos para la producción industrial en detrimento de los pueblos originarios y los barrios periféricos evidenciado por el desabasto, implica un proceso gradual de exclusión que puede ser develado a partir de un análisis sistemático de la cobertura durante la implementación de las políticas públicas, la movilización ciudadana y los eventos electorales de las demarcaciones.
En contraste, el menor enmarcamiento sería de 1 punto y se puede observar en cuatro combinaciones: acuse de información o declaraciones de situaciones (estrategias gubernamentales cotidianas), con declaraciones de indignación o denuncias de corrupción (estrategias prevalecientes de usuarios). Es decir, las cuatro combinaciones reflejan las respuestas no sesgadas de autoridades y usuarios respecto al desabasto de agua.
A partir de estas consideraciones, la ponderación total de cada nota de prensa estaría indicada por la sumatoria de cada una de las combinaciones entre las acciones gubernamentales y las acciones de usuarios. Si se analizan diez notas de prensa, el mayor puntaje de mediatización sería de 200 puntos (20 puntos para cada nota) y el menor puntaje de 10 puntos (1 punto para cada nota).
Una vez establecidas las ponderaciones de las estrategias gubernamentales y ciudadanas en torno al desabasto reportado por los medios impresos, se procedió a multiplicar en cada una de las notas de prensa el valor asignado a las estrategias gubernamentales por el valor establecido a las acciones ciudadanas. Por último, se realizó una sumatoria de cada producto. Los resultados fueron interpretados considerando las zonas de mediatización expuestas en la Tabla 2.
Resultados
Los conflictos hídricos, indicados por la interacción entre las estrategias gubernamentales y las acciones ciudadanas en situaciones de desabasto, han sido difundidos por los medios impresos de circulación nacional como un conjunto de hechos cotidianos intrascendentes (Ver Tabla 3).
El Índice de Mediatización de los Conflictos Hídricos (IMCH) alcanzó un puntaje de seis (Ver Tabla 4). Tal hallazgo permite explicar la incidencia de los periódicos en sus lectores respecto a los conflictos derivados del desabasto de agua.
Se trata de una cobertura mediática fragmentada en la que sólo se reportan denuncias y estrategias de las autoridades que al no estar relacionadas con acciones de los usuarios reducen el conflicto a una situación nula en la que parecen no confrontarse ideas o acciones entre las autoridades y los gobernados ante el desabasto de agua en Iztapalapa.
Sólo en los casos de boicots a tomas de agua pública, los funcionarios parecieron reaccionar ante tales actos, pero los periódicos restaron importancia al conflicto ya que no reportaron hechos de confrontación verbal o física.
El principal hallazgo del presente trabajo se circunscribe a la nulidad y en algunos casos a la minimización del conflicto hídrico entre gobernantes y gobernados en situaciones de desabasto de agua (Ver Tabla 4).
Discusión
El presente estudio ha propuesto el análisis de contenido de la cobertura en torno a los conflictos hídricos. Para tal propósito, se ponderó el encuadre y la intensificación de los hechos reportados por la prensa escrita durante un período pre-electoral a nivel local. Los resultados muestran que los periódicos reducen los conflictos hídricos a su mínima expresión ya que no incluyen en sus notas de prensa las confrontaciones verbales o físicas entre los funcionarios y los usuarios adscritos al servicio público de agua potable.
Sin embargo, el contexto en el que ocurrió la cobertura de la prensa puede explicar la baja mediatización de conflictos hídricos al estar relacionados con el desabasto y el abastecimiento patrocinado por los candidatos a puestos públicos locales.
Durante el período que va de febrero 2000 a marzo 2012 los medios impresos de circulación nacional reportaron denuncias, declaraciones y acciones gubernamentales y ciudadanas que no derivaron en confrontaciones verbales o físicas.
No obstante, en las notas de prensa se incluyeron declaraciones de inconformidad y zozobra por parte de los usuarios hacia sus autoridades, así como críticas de políticos opositores al gobierno local.
Si sólo se estimaran las estrategias gubernamentales o las acciones ciudadanas en torno al desabasto de agua reportadas por la prensa, alcanzarían un puntaje cercano al 10% de la cobertura total. Es decir, el conflicto hídrico en los medios impresos parece haber disminuido durante el período de observación, pero la prensa parece haber sistematizado la fragmentación de los hechos ya que no integró las declaraciones de autoridades con las demandas ciudadanas, las acciones de abasto con el robo de pipas, la intervención de la policía con el boicot al suministro o la ordeña a las tomas de agua, el desbloqueo de avenidas con la distribución de propaganda a favor o en contra de un partido político.
En síntesis, se trata de una cobertura periodística dirigida a un sector de la población cuyo nivel de salario y educación es mínimo. En este sentido, la prensa parece ajustar sus notas a este sector amplio de la población, pero al mismo tiempo selectivo, porque su ingreso no les permitiría una suscripción o la compra sistemática del periódico.
Ahora bien, el concepto de conflicto hídrico parece denotar un esfuerzo intelectual que los reporteros y columnistas parecen soslayar. Quizá una nota de prensa en la que se incluyan las declaraciones de funcionarios en respuesta a las acciones ciudadanas sería innecesaria en un rotativo cuyo objetivo es incrementar su volumen de ventas. Por ello, el análisis de imágenes que acompañen a los contenidos redactados podría complementar el presente estudio. Tal análisis permitiría complementar y discutir los hallazgos reportados por Sainz y Becerra (2003) y Becerra, Sainz & Muñoz (2006), en torno al incremento y transformación de los conflictos verbales en acciones violentas por la demanda de agua y ajuste a las tarifas.
Se sugiere indagar la relación entre hechos, imágenes y notas para establecer una tendencia de la prensa al momento de cubrir acontecimientos vinculados con el desabasto de agua y las acciones tanto gubernamentales como ciudadanas correspondientes. Tal ejercicio, permitirá analizar la cobertura de los conflictos y sus efectos en la agenda pública como en el caso del estudio llevado a cabo por García (2007). Es decir, los medios de comunicación no influyen directamente en los comentarios de los ciudadanos, sólo proporcionan información básica para que cada individuo construya una interpretación de los hechos a partir de las imágenes, notas y aseveraciones de los comunicadores, reporteros o columnistas (McCombs & Shaw 1972; McCombs, 1996; Krippendorff, 2005).
Quizá el análisis de imágenes y notas de los conflictos sea la respuesta a la pregunta que Gómez, Mena, Sedeño y Turci (2000) se hacen cuando plantean: ¿cuáles son las características, en cuanto temática y lenguaje, necesarias para que un medio sea compatible con periódicos de distinto signo y un público extenso y diverso? Tal cuestión podría ser replanteada como: ¿cuál es el proceso mediante el cual diferentes notas de prensa, diversas columnas de opiniones y heterogéneas secuencias de imágenes inciden en la ciudadanía sobre-expuesta o no a la cobertura de los medios, pero que al final coinciden en sus opiniones respecto a cualquier problemática?
En términos de sustentabilidad hídrica, el rediseño de políticas públicas, la reelaboración de tarifas y la reeducación ambiental, la agenda pública en torno a la escasez, el desabasto y los conflictos deberán ser analizados a partir de los saberes, racionalidades, usos y costumbres de los pueblos originarios que se consideraban parte de la naturaleza y por ello no atentaban contra ella (Leff, 2002 y 2004; Tábara, Costejá & Woerden, 2004). Es decir, había un diálogo entre comunidad y naturaleza, ayer las culturas respetaban su entorno porque usaban símbolos que les identificaban con las demás especies, hoy incluso a nivel de comunicación, se necesita una re-significación de las palabras para entablar nuevos diálogos con la naturaleza (Wolton, 2005; Leff, 2008).
Referencias
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