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Liberabit

versão impressa ISSN 1729-4827

Liberabit vol.16 no.2 Lima  2010

 

ARTÍCULOS

 

Tolerancia y juicio moral en estudiantes universitarios de la ciudad de Lima

 

Tolerance and moral judgment in college students of Lima

 

 

Mirian Grimaldo*; César Merino**

Instituto de Investigación de Psicología. Universidad de San Martín de Porres.

 

 


RESUMEN

El objetivo del presente estudio es establecer la relación que existe entre cada uno de los factores de tolerancia y el juicio moral en 301 universitarios, según sexo, y condición laboral (trabajan y no trabajan) de Lima, a parir de la Escala de Comportamientos Moralmente Controvertidos de Harding y Phillips y el Cuestionario de Reflexión Socio Moral de Gibbs y Widaman (SROM). Se encontró una correlación moderada entre el factor de tolerancia hacia comportamientos deshonestos y el juicio moral en el grupo de estudiantes que trabajan. No se encontraron relaciones entre los demás factores de tolerancia y el juicio moral en varones, mujeres, ni en el grupo de estudiantes que no trabajan.

Palabras clave: Estudiantes, juicio moral, tolerancia.


ABSTRACT

The aim of this study is to establish the relationship between each factor of the tolerance and the moral judgment in 301 college students, according to sex and employment status (working and not working) from Lima, using the Morally Debatable Behaviors Scale and the Sociomoral Reflection Objective (SROM). We found a moderate correlation between factor of dishonest behavior toward permissiveness and moral in the group of students working. No relationships were found between the factors of permissiveness and moral men, women, or the group of students who do not work.

Key words: Students, Moral Judgment, Permissiveness


 

 

En la actualidad, hay un interés en conocer diferentes componentes y correlatos que intervienen en el desarrollo y la expresión de la conducta moral; uno de los tantos determinantes constituye el juicio moral. Mucho más cuando diversos estudios establecen la importancia que tiene en el desarrollo de la identidad personal en la adolescencia (Blasi, 1984, 1993). Si pensamos en el papel predictor de la conducta moral sobre otros comportamientos, es probable que el nivel de juicio moral pueda influir de la misma manera en la tolerancia que tienen los jóvenes. Pues, bien esta potencial asociación será el marco en el que se desarrolla el presente estudio.

Existe una serie de temas y aspectos considerados moralmente controvertidos que podrían ser tolerados por la población en general y por los jóvenes en particular, como por ejemplo el aborto, la prostitución, el robo, el asesinato político, entre otros comportamientos (Katz, Santman & Lonero, 1994). Ello debido a que las ideas del bien y del mal se encuentran en constante cambio, generando una diferente jerarquía en las creencias y por lo tanto en los valores, actitudes y en la conducta de las personas.

La tolerancia de los comportamientos moralmente controvertidos pueden estar referidos a tres grandes aspectos, desde la perspectiva del instrumento utilizado, denominados: Sexualidad, Legalidad y honorabilidad personal e Integridad Personal (Harding & Philips, 1986; Mathiesen, Mora, Chamblás & Navarro, 2004; Robinson, Shaver & Wrightsman, 1991) y poseen una moderada consistencia internacional probada en varios países (Robinson, Shaver & Wrightsman, 1991).

Según Mathiesen, Mora, Chamblas, Navarro y Castro (2002), en la dimensión sexualidad, se ubican aquellos temas referidos a comportamientos moralmente controvertidos relacionados con la vida, muerte y la misma sexualidad. En la dimensión Moralidad personal u honorabilidad, se hace referencia a la tolerancia de comportamientos moralmente controvertidos que se encuentran relacionados con la integridad que tiene la persona frente a temas relacionados con el honor. Por su parte, la dimensión Moralidad legal, está relacionada con una serie de comportamientos proscritos por la ley y por lo tanto, también por la sociedad.

Por otro lado, si bien es cierto durante mucho tiempo los estudios sobre desarrollo moral estuvieron basados principalmente en los aportes formulados por Kholberg (1976; 1987), en la actualidad existen otras explicaciones, igualmente aceptables. Algunos estudiosos como Blasi (1999) y Lind (2007), plantean la existencia de modelos integradores que consideren no sólo el juicio moral, sino también el componente afectivo; dándole la denominación de modelo integacionista (Blasi, 1999) o Teoría dual del juicio moral (Lind, 2002; 2003; 2007; 2008). En esa misma línea, por ejemplo teorías modernas han encontrado el importante papel que tiene la empatía en la configuración del comportamiento pro y antisocial (Eisenberg, 2000; Gibbs, 2010; Hoffman, 2000; Staub, 1995; Narváez & Rest, 1995).

El presente estudio se basa en la propuesta realizada por Gibbs (1992), quien revisa el modelo de Kohlberg (1976; 1987) y propone el concepto de desarrollo de reflexión socio moral, el cual se refiere a la existencia de una reflexión estructurada por dos aspectos: El primero relacionado a la comprensión de la naturaleza de las relaciones entre las personas o entre las personas e instituciones; y la reflexión estructurada por las transacciones que ayudan a regular, mantener y transformar aquellas relaciones (Tapia, Castro & Monastel, 2007).

En este desarrollo, se observa la existencia de dos niveles y cuatro estadios. En el nivel inmaduro, se observan dos estadios: El primero denominado unilateral y fiscalista, el cual es similar a la moral heterónoma, propuesta por Piaget (1971). Aquí el individuo acepta la autoridad de forma unilateral, la cual proviene de personas que desde su perspectiva ostentan el poder. El segundo estadio, llamado de los intercambios interindividuales instrumentales, en donde se aprecia que la ética social es vista desde el punto de vista pragmático. Por otro lado, en el nivel maduro, se presenta un tercer estadio prosocial, conocido como Mutual y Prosocial, en el cual se considera tanto la mutualidad intrínseca; como las expectativas interpersonales de brindar y recibir cuidado pro social. Gibbs, Basinger, Grime y Snarey (2006) destacan que este estadio representa un importante logro en el desarrollo, ya que se basa en la coordinación de la toma de perspectiva social, lo que implica madurez en la comprensión moral. Finalmente, el cuarto estadio Societal y Sistémico, en donde las personas reflexionan considerando simultáneamente tanto el nivel de las relaciones interindividuales como el nivel general del sistema social; observándose las expectativas de exigir al sistema social un funcionamiento justo y honesto de forma constante (Tapia, Castro & Monastel, 2007). Este último se encuentra relacionado con la edad, tal como lo demuestran diversos estudios realizados (Colby, Kohlberg, Gibbs & Lieberman, 1983; Gibbs, Basinger & Fuller, 1992; Gibbs, Basinger, Grime & Snarey, 2007), en donde se observa una comprensión más profunda y más sofisticada de las decisiones morales y la justificación dada frente a los valores morales básicos y las acciones.

En relación a las investigaciones relacionadas con el tema, Mathiesen, et al (2004), estudiaron la covariación entre el tipo de familia, la permisividad y juicio moral en estudiantes de enseñanza media de la Provincia de Concepción, encontrando diferencias significativas de moralidad según sexo y religión y detectando relaciones inversas entre permisividad y funcionamiento familiar, y directas entre rendimiento escolar y juicio moral. Por otro lado, respecto al estudio del juicio moral se encuentran investigaciones que han enfatizado la influencia del sexo (Gilligan, 1982; Perez-Delgado, Díez & Soler, 1997); otros con respecto a la edad (Grimaldo, 1999; Pérez-Delgado, Frías & Pons, 1994; Rest, 1986) y en otros casos se consideró el nivel de estudios (Rest, 1979; Mestre, Pérez-Delgado & Escrivá, 1995) sobre la variabilidad del desarrollo del razonamiento moral.

Es así como resulta necesario conocer el la relación que existe entre la tolerancia hacia los comportamientos moralmente controvertidos y el juicio moral en un grupo de jóvenes; ya que se encuentran en una etapa importante de su vida. Además de ello, establecer si el sexo y la condición laboral resultan ser variables moderadoras. En relación al sexo existen estudios que proponen ciertas diferencias en la moral de los varones y las mujeres, quienes al parecer se rigen por una ética del cuidado (Gilligan, 1985). Además de ello, la influencia de la cultura, como la peruana, podría generar estas diferencias, en donde las relaciones de poder de género producen severas limitaciones sobre las mujeres y más permisividad para los varones, y que pueden llevar a comportamientos de riesgo, principalmente en el área de la sexualidad (Chirinos, Brindis, Salazar, Bardales & Reátegui, 1999). Adicionalmente al impacto que podría tener el sexo, también es probable que la condición laboral sea una variable moderadora, ya que tal como lo han reportado Gonzáles y Guerrero (2009) la situación laboral es favorable y podría reportarles a los estudiantes algunas ventajas, como la familiarización con el mercado laboral, la ampliación de las relaciones sociales y la comparación de los propios valores con los demás.

Como se sabe la juventud constituye un momento de preparación para la vida adulta; en los diferentes roles que le toca desarrollar, tanto referidos a la esfera profesional como en las relaciones con otras personas, como la familia, la pareja y los amigos. Además, tal como lo señala Erickson (1959,1968), este grupo estaría ubicado en una etapa en la cual hay necesidad de resolver la crisis de la identidad del Yo (alrededor de los 18 años). Desde esta perspectiva, la identidad comprende tres dimensiones: Psicológica o identidad del yo, personal o repertorio de conductas y rasgos del carácter y social o reconocimiento de roles. Es el momento de la formación de la autoimagen, en donde se produce una integración de las ideas que tenemos sobre nosotros mismos y sobre lo que otros piensan sobre nosotros (Schultz & Schultz, 2000).

Justamente en este proceso de construcción de la autoimagen, tiene gran importancia el nivel de tolerancia que se tenga; en la medida que a partir de ello, el joven toma decisiones y actúa de acuerdo a esa integración entre lo que piensa de sí mismo y lo que los demás esperan de él. Por todo lo antes mencionado se plantea el siguiente objetivo de investigación: Determinar la relación que existe entre la tolerancia y el juicio moral en un grupo de estudiantes universitarios de una universidad estatal de Lima según condición laboral y sexo.

 

Método

Participantes

Se realizó un muestreo no probabilístico de tipo intencional y la muestra estuvo conformada por 301 estudiantes de pre grado del primer ciclo de una universidad pública de la ciudad de Lima, del turno mañana, cuyas edades fluctuaron entre 15 y 20 años de edad; de los cuales el 38.5% fueron varones y 61.5% mujeres. Los estudiantes pertenecían a las facultades de Psicología (37.2%), Ciencias de la Comunicación (20.3%), Derecho (24.9%) y Ciencias Políticas (17.6%). De la misma manera el 20.6% trabaja y 79.4% no trabaja. El 92.4% de los estudiantes vivía con su familia y el 7.6% vivía solo en el momento del estudio. En cuanto a la religión, 61,1% eran católicos, 26.9% no profesaban ninguna religión, 6.3% eran evangélicos y 5.6% profesaban otras religiones. La universidad fue seleccionada en función a la accesibilidad y las garantías que ofrecía para una adecuada recogida de datos, considerando el compromiso de las autoridades y del personal docente y administrativo.

Instrumentos

Escala de Comportamientos Morales Controvertidos de Harding y Phillips (1986)

Este instrumento de auto-reporte hace una estimación del grado de tolerancia respecto a tres facetas de la moralidad: Sexualidad, legalidad y honorabilidad. El instrumento ha sido administrado en muestras grandes estratificadas al azar por cuotas en diez países europeos (Robinson, Shaver & Wrightsman, 1991) y su estructura interna ha tendido a permanecer poco modificada en los subsecuentes estudios. Contiene veintidós ítems que expresan comportamientos acerca de los cuales el entrevistado debe manifestar su grado de aceptación, que se registra en una escala desde 1 punto (Nunca aceptable) hasta diez puntos (Siempre aceptable).

Respecto a las propiedades psicométricas del instrumento en nuestro medio Grimaldo y Merino (2009) determinaron la validez de constructo en una muestra intencional de 254 estudiantes de la carrera de psicología, entre varones y mujeres, con una edad promedio de 21 años, de diferentes ciclos de estudio: Primer y segundo ciclo (nivel básico), quinto ciclo (nivel intermedio) y noveno y décimo ciclo (nivel superior), de una universidad particular de la ciudad de Lima. En el caso de la validez se realizó el análisis factorial, para corroborar la estructura interna del instrumento. Tal como se observa en la Tabla 1, se re estructuró la ubicación de algunos ítems, razón por la cual las sub escalas fueron re nombradas. El Factor I, sugiere aspectos asociados al impacto personal derivados del juicio de moralidad sobre los mismos, así que se denominó Moralidad de Integridad Personal y los ítems que lo integran son: 12, 13, 14, 15, 16 ,17 y 21. El Factor II, se organiza conceptualmente alrededor de las consecuencias del comportamiento deshonesto, cuyo impacto social y las demandas de la sociedad son sobre ellas más relevantes. Esta escala representa aspectos referidos a la Honestidad y los ítems que lo conforman son: 1, 5, 9, 11, 18, 20 y 22. En el factor III, se ubican algunos ítems referidos a la legalidad (3, 4, 6, 19). Además se considera el carácter social de otros ítems (10, 7 y 8); que son considerados como comportamientos proscritos por la sociedad. La denominación de este factor es Legalidad Social. Si bien es cierto el ítem 2 (Tarifa de transporte) no obtuvo ninguna carga factorial se decidió mantenerlo, ya que si se eliminaba las cargas factoriales de los otros factores disminuían.

 

 

 

Grimaldo y Merino (2009), determinaron la confiabilidad usando el coeficiente alfa (Cronbach, 1951), encontrándose 0.77, para la sub escala de Integridad Personal; 0.75, para Honestidad; y finalmente, 0.78 en Legalidad Social. Para la presente investigación, usando el mismo coeficiente para los puntajes, se obtuvo confiabilidades de 0.70, 0.56 y 0.71, respectivamente, los cuales pueden ser considerados aproximaciones aún útiles para cualquier propósito de investigación aplicada para elaborar inferencias sobre grupos (Hogan, 2004).

Cuestionario de Reflexión Socio Moral (SROM, Gibbs, 1984).

Es un instrumento de auto-informe, que está organizado en dos dilemas socio morales. Los dilemas a su vez se estructuran en base a dieciséis series de elecciones múltiples. La puntuación del SROM, puede ser clasificada de desde cien puntos (para el estadio uno) hasta quinientos (para el estadio cinco).

El primer dilema, constituye el Dilema de Juan; el mismo que da lugar a un total de diez arreglos de preguntas o afirmaciones en torno a éste. Cada uno, presenta seis opciones de elección por parte del evaluado; entre las que se encuentran las siguientes: A - B - C- D - E - F. Es así como, cada una de ellas representa un tipo de razonamiento característico de las etapas del desarrollo del juicio moral. El sujeto debe señalar, ante cada una de esas afirmaciones o razones, si estas son parecidas, no parecidas o marcar, no estoy seguro. Luego el evaluado indica cuál de las afirmaciones planteadas en cada uno de los diez arreglos de preguntas constituye la más parecida a la que él daría frente al dilema o conflicto moral planteado. De la misma manera se procede con el segundo dilema, denominado el Dilema de José, el cual está compuesto por seis arreglos de preguntas, cada uno con las seis afirmaciones antes señaladas. Conjuntamente con los arreglos de pregunta del primer dilema, hacen un total de dieciséis ítems.

Los autores del SROM, señalan que esta prueba puede ser administrada con resultados válidos a sujetos de por lo menos catorce años de edad, que no presenten deficiencias en destreza de lectura. Un período de cincuenta minutos es usualmente suficiente para que la mayoría de los sujetos complete el cuestionario (Gibbs, et al, 1984). Para este estudio, se utilizó la prueba traducida y con adaptaciones al castellano realizadas por Majluf (1986) en Perú.

Respecto a las propiedades psicométricas del instrumento en su país de origen, se han reportado datos que respaldan la validez y confiabilidad de sus puntajes en el nivel pre universitario y sujetos adultos (Gibbs, et al, 1984). Grimaldo (2002) estudió la validez y confiabilidad del SROM en una muestra conformada por 260 estudiantes escolares y universitarios de ambos sexos, hallándose respaldo a la validez de constructo mediante un efecto significativo en la dirección esperada respecto a la edad, pues la variabilidad de los puntajes en el SROM estuvo relacionada por las diferencias entre los grupos de edad. Por otro lado, la confiabilidad mediante el procedimiento test-retest produjeron correlaciones entre 0.48 y 0.85 en los grupos de edad, y 0.767 en la muestra total.

 

Procedimiento

Inicialmente se realizaron las coordinaciones necesarias con las autoridades de la universidad, para solicitar el permiso respectivo. Posteriormente se realizó el Estudio Piloto con un grupo de 20 estudiantes de una universidad estatal. Se aplicó la Escala de Comportamientos Morales Controvertidos con el fin de probar la inteligibilidad del instrumento. Los participantes reportaron un acuerdo casi completo respecto a lo comprensible de los ítems y de las instrucciones; algunas observaciones se hicieron en determinados ítems. Luego, usando estas opiniones, y añadiendo un análisis racional de cada sub escala, se adaptó el vocabulario de algunos ítems, entre los cuales se encontraban los siguientes ítems: 9 (Hombres o mujeres casados teniendo aventuras), 10 (Mantener relaciones sexuales antes de la mayoría de edad), 16 (Pelear con la policía) y 20 (Amenazar a estudiantes por rehusarse participar en una huelga).

Para la aplicación de los instrumentos, se obtuvo el consentimiento informado de los participantes por escrito, en donde se explicaban los objetivos de la investigación y el tipo de participación que se requería. Luego, la administración de los instrumentos siguió procedimientos estandarizados para la administración grupal de pruebas de auto-reporte para maximizar la varianza relevante (McCallin, 2006) y basados en las guías de prácticas apropiadas de uso de pruebas psicológicas (International Commission Test, 2000). La administración se efectuó durante las primeras horas de clase, para controlar la interferencia de la fatiga.

 

Resultados

Debido a la forma distribucional de los datos y a la manera como influye sobre las correlaciones lineales basadas en el producto de momentos (Onwuegbuzie & Daniel, 2002), previamente al análisis principal se examinaron las características distribucionales de los puntajes. Se usaron coeficientes estandarizados de simetría y curtosis (Onwuegbuzie & Daniel, 2002) y se observó que la distribución de los puntajes de Integridad Personal fue prácticamente indistinguible de la distribución normal (Zasim = 0.86), mientras que los puntajes de Honestidad y Legal- Social mostraron una fuerte asimetría positiva (Zasim = 6.62 y 3.24, respectivamente). El alejamiento de la normalidad teórica fue confirmada por los valores de la prueba Kolmogorov-Smirnov (Smirnov, 1939) con corrección Lilliefors (Lilliefors, 1967), que fue 0.099 (g.l. = 300, p < 0.001) y 0.070 (g.l. = 300, p < 0.001), respectivamente. Por estos motivos, se aplicaron correlaciones lineales no paramétricas, que no hacen presunciones de normalidad en los datos (Pett, 1997); específicamente, el coeficiente de correlación por rangos (Spearman, 1904). Para obtener mejores estimaciones controlando el efecto del nivel de confiabilidad de los puntajes, las correlaciones no paramétricas obtenidas se corrigieron por atenuación de error de medición; la significancia estadística de las correlaciones atenuadas obtenidas se estimaron por intervalos de confianza usando un método que controla mejor el efecto de sobre-estimación de correlaciones desatenuadas (Charles, 2005; Kromrey, Fay, & Bellara, 2008).

Las correlaciones se estimaron separadas, de acuerdo al género y al involucramiento actual en alguna actividad laboral (Sí Trabajo vs No Trabajo). Al obtener las correlaciones entre las variables, pero separándolas por género, la magnitud de las correlaciones estuvieron alrededor de cero, aún después de corregirlas por atenuación debido a la confiabilidad, indicando que no se detectó alguna covariación lineal entre ellas. La observación de gráficos de dispersión entre las variables fue consistente con estas correlaciones, pues se observó para cada correlación una esfera de puntos que no indicaba algún patrón no lineal que la correlación de Spearman no podría detectar. Debido a estos resultados, no se expondrán esta información cuantitativamente.

 

 

 

Como se observa en la Tabla 2, luego de la corrección Bonferroni para controlar el efecto de los múltiples contrastes estadísticos (Cohen, 2001), entre los participantes que trabajan se halló que el único puntaje que se asocian linealmente con el juicio moral provienen del factor Honestidad, es decir, que la permisividad hacia comportamientos que involucran la deshonestidad covarían con el juicio moral; esta covariación lineal es positiva, y de moderada magnitud de acuerdo a los criterios planteados por Cohen (1988): baja = 0.10, moderada = 0.30, y elevada = 0.50. El resto de las correlaciones no alcanzaron significancia estadística, debido que la magnitud de las correlaciones fueron prácticamente iguales a cero, y por lo tanto la varianza compartida entre ellas se acerca al valor de la hipótesis nula. La observación de gráficos de dispersión entre las variables reveló una esfera de puntos que confirmaba la ausencia de alguna relación lineal o no lineal entre los datos.

 

Discusión

El presente estudio se orienta a explorar la asociación entre la tolerancia frente a conductas socialmente cuestionables y el juicio moral. Para ello, tomamos en consideración dos variables categóricas que podrían interaccionar con estas relaciones; las cuales fueron la actividad laboral y el género de los participantes. Para obtener correlaciones más precisas, corregimos las correlaciones obtenidas por atenuación del error de medición.

Nuestros resultados señalan que sólo entre los estudiantes que trabajan, se observa dicha asociación; aunque sólo en el componente denominado Honestidad. Al respecto es importante señalar que en esta dimensión se hace referencia a 1a tolerancia frente a comportamientos deshonestos, cuyo impacto social y las demandas de la sociedad son sobre ellos relevantes. Esto significa que la asociación estadísticamente significativa detectada interacciona contemporáneamente con la actividad laboral del estudiante, específicamente cuando trabajan, la cual no ocurre sistemáticamente cuando no trabajan. Al respecto, podemos suponer que la experiencia laboral posee un impacto moderador entre la capacidad de juicio moral con la tolerancia hacia conductas cuestionables. Debemos considerar que cuando se habla de honestidad, se le considera como valor importante, que implica la búsqueda de la verdad y la conducta responsable que trata de respetar las normas (Ackerman, 2001). Ahora bien, al revisar los ítems que se ubican en este factor, se encuentran los siguientes: Reclamar beneficios del estado (ayudas) que no corresponden; sacar un auto a escondidas, sin el permiso de su dueño; hombres o mujeres casados(as) teniendo aventuras; aceptar sobornos; amenazar a estudiantes por rehusar participar en alguna huelga, entre otros. De esta manera; la actividad laboral potencia aún más el sentido de autonomía, el cual es característico en los estadios de madurez propuestos por Gibbs (2010). El nivel más alto, es indicativo de la capacidad de pensar críticamente sobre cuestiones morales al considerar las preocupaciones sociales e individuales y analizar críticamente los problemas y resoluciones, en lugar de confiar el razonamiento moral a la autoridad.

En el caso de los estudiantes, el empleo tiene un gran potencial, ya que puede considerarse como una experiencia de desarrollo importante para ellos (Lewis, 2008).

Tal como nos describe Lewis (2008), en un estudio realizado en la Universidad de Northwestern, determinó que las actividades de trabajo se relacionaron significativamente con el aprendizaje de los estudiantes, centrándose en particular en las experiencias que pueden producir el crecimiento en cinco áreas clave: Liderazgo, desarrollo profesional, la participación cívica, la ética y los valores del desarrollo y la independencia responsable. Al respecto, McInnis (2004) sostiene que existe un patrón de cambio, de acuerdo al mundo occidental que requiere nuevos marcos para el aprendizaje de los estudiantes; en donde se observa una mezcla de aprendiz asalariado y una nueva fuente de ingreso. En ese mismo sentido, por ejemplo Maher, Mitchell y Brown, (2009) reportan que en Australia, hay una preocupación acerca de cómo los patrones de empleo están transformando las experiencias tanto para el estudiante universitario e incluso para los profesores; en donde los patrones tradicionales de participación de los estudiantes han cambiado a partir del empleo de los estudiantes. De allí, la necesidad de realizar una reevaluación de dónde la universidad encaje en la vida de muchos estudiantes (McInnis, 2004).

Así resulta interesante considerar la propuesta realizada por Martínez (2003), quien plantea crear un conglomerado de condiciones que permitan al estudiante universitario apreciar como ideales un conjunto de valores, denunciar la presencia de un cúmulo de contravalores y, sobre todo, construir su propia matriz de valores que le permita no sólo razonar y pensar sobre ellos, sino elaborar criterios personales guiados por principios de justicia y equidad, así como actuar coherentemente como profesional y como ciudadano. Es así como sería importante que la universidad considere la posibilidad de acercarse más al mundo laboral; ya que allí el estudiante universitario tendrá la posibilidad no sólo de aprender en torno a las actividades específicas de su profesión; sino que ello le permitiría también, incorporar las competencias necesarias para desarrollarse como personas. Al respecto, Roettger, Roettger y Walugembe. (2007) argumentan que los estudiantes tienen necesidades que deberían ser impulsadas en las experiencias de aprendizaje. En un estudio realizado por Massingham y Herrington (2006), al explorar la disminución de asistencia a clases en la universidad, señalaron que el aprendizaje colaborativo podría revitalizar la asistencia y los beneficios de los estudiantes por profundizar aún más su aprendizaje. En este estudio, ellos fueron capaces de participar en actividades financieras, sociales y de empleo; así como de responder a las obligaciones a medida que completaron sus estudios. Aquí no se observó una oposición entre estudiar y trabajar, tampoco una distracción, ellos demostraron muy buena comprensión acerca de las presiones académicas y se acercaron a muchos aspectos de su estudio, trabajo y su vida, de manera pragmática. Por su parte, Clegg, Bradley y Smith (2006) sugieren que se debe valorar el ingenio y los recursos que utilizan los estudiantes para hacer frente a las exigencias que se les presenta.

Tal como McInnis (2004) señala es posible que tengamos que imaginar la vida del estudiante de manera más creativa, a fin de responder a sus necesidades. Lo cual incluye el considerar el trabajo como un ámbito de aprendizaje igualmente importante que el que se desarrolla en las aulas.

Respecto a las limitaciones de este estudio, una de estas son las características de las muestras obtenidas, ya que el sexo y la condición de trabajo, no lograron ser homogenizadas distribucionalmente. Pero respecto al sexo, la muestra es más bien típica pues la distribución refleja las características propias de la realidad educativa en psicología. Así mismo, considerando la muestra según condición laboral, el porcentaje que trabaja (20.6%) es menos de la cuarta parte del tamaño muestral. Dentro de este aspecto muestral, la manera de obtener la muestra no garantiza una generalización de nuestros resultados a otros grupos universitarios residiendo en Lima o en zonas alejadas.

Una replicación del estudio, analizándolos con un enfoque multinivel deberá proporcionar una información que favorezca una observación meta-analítica de la relación entre los constructos observados. Otra limitación del estudio constituye el instrumento utilizado para analizar la variable permisividad, en la medida que no recoge el tipo de justificación que podría construirse cognitivamente para tolerar determinados comportamiento morales controvertidos. En ese sentido estas limitaciones, probablemente no han permitido reconocer con mayor exactitud las variables de estudio. Una triangulación con otros procedimientos de recolección de datos puede dar, sin duda, un panorama que revelaría cualitativamente el procesamiento detrás de la permisividad.

 

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Recibido: 21 de enero de 2010
Aceptado: 08 de marzo de 2010

 

 

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