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Revista Latinoamericana de Psicología

versão impressa ISSN 0120-0534

Rev. Latinoam. Psicol. v.38 n.3 Bogotá dez. 2006

 

ARTÍCULOS

 

Investigaciones en psicología clínica basadas en la evidencia en Chile y Argentina1

 

Empirically supported psychological treatments in Chile and Argentina

 

 

Pablo Vera-VillarroelI, 2; Alba MustacaII

IUniversidad de Santiago de Chile
IIInstituto de Investigaciones Médicas, CONICET, Argentina

 


ABSTRACT

A bibliometric revision of the researches based on Clinical Psychology evidences published on six psychological journals between 1990-2002 and 2005: Terapia Psicológica, Revista Chilena de Psicología, Psykhe (Chileans), and Interdisciplinaria, Revista Argentina de Clínica Psicológica and Investigaciones en Psicología (argentines) was investigated. The results were evaluated based on the frequency of the articles, orientation and efficiency criteria for treatments with empiric support established by Chambles & Hollond (1998) and by Seligman (1995). Scarce publications were found about empiric researches on clinical psychology in both countries. Also, most of them agree with the international tendency related with the predominance of the cognitive- behavioral approach, although none of them reunites all the requirements of efficiency established by Chambles & Hollond (1998) and by Seligman (1995). Some incipient data seem to indicate that these results will be modified in the future.

Keywords: Empirically Supported Treatments in Psychology, Bibliometric Investigation, Chilean and Argentinian Psychology Journals.


RESUMEN

Se realiza una revisión bibliométrica de las investigaciones basadas en la evidencia en Psicología Clínica publicadas en tres revistas chilenas, Terapia Psicológica, Revista Chilena de Psicología y Psykhe y tres argentinas, Interdisciplinaria, Revista Argentina de Clínica Psicológica e Investigaciones en Psicología, entre 1990-2002 hasta 2004-2005 (en función de las revistas). Los resultados se evaluaron en función de frecuencia de artículos, orientación y criterios de eficacia para los tratamientos con apoyo empírico (TAEs) establecidos por Chambles & Hollond (1998) y por Seligman (1995). Se hallan escasas publicaciones sobre investigaciones empíricas en psicología clínica en ambos países. Además la mayoría de ellas coinciden con la tendencia internacional relacionada con la primacía del enfoque cognitivo-conductual, aunque ninguna reúne todos los requisitos de eficacia establecidos por Chambles & Hollond (1998) y Seligman (1995). Sin embargo, algunos datos más recientes sugieren un aumento incipiente de investigaciones clínicas en ambos países, aunque más acentuado en Chile.

Palabras clave: Psicología Clínica Basada en la Evidencia, Bibliometría, Revistas Chilenas y Argentinas de Psicología.


 

 

INTRODUCCIÓN

La Psicología Clínica en los últimos años ha estado afectada por las problemáticas socioeconómicas y culturales, que no sólo demandan investigaciones en áreas específicas, sino que además comienzan a exigir formas de lograr que respondan a los lineamientos básicos de las ciencias, así como a los criterios de costos y beneficios. En este sentido no es casual que hoy en psicología clínica se prefieran los tratamientos cortos y los estudios centrados en la evidencia. Estos últimos son investigaciones sobre la eficacia de los tratamientos. En el área de la salud se aplican tanto a las intervenciones médicas como a las psicológicas, y han sido impulsadas principalmente en Europa, Estados Unidos y Canadá desde la década de 1990. Esto presenta una serie de ventajas en términos aplicados y de rigurosidad metodológica. Por ejemplo, en psicología clínica y en psicoterapia implican la integración de la experiencia clínica en los resultados de investigación. Permiten además, salvar la brecha del incumplimiento de las prescripciones terapéuticas y el costo público que ello involucra, así como entregar un mejor servicio a las personas que requieren de los servicios psicológicos, especialmente de la terapia (Echebúrua & Corral, 2001; Herrera & Vera- Villarroel, 2005; Mustaca, 2004 a 2004b; Reyes, Weldt, Mateluna & Almarza, 2005; Vera-Villarroel, 2004).

En la psicología clínica se conoce un importante intento para evaluar la eficacia de las terapias psicológicas en EEUU y Canadá (Compas et al., 1998). El Congreso de EEUU, en 1989, creó una agencia federal (Agency for Health Care Policy and Research) para tal fin, buscando mejorar la calidad del sistema de salud. Se creó para ello unas guías con la colaboración y auspicio de la División 12 (Psicología Clínica) de la Asociación Psicológica Americana APA (Compas et al., 1998; Echeburrúa & Corral, 2001; Hamilton & Dobson, 2001, Mustaca, 2004 a, 2004b). Se señala que la eficacia de un tratamiento se aprecia a través de tres criterios: a) existencia de al menos dos estudios rigurosos de distintos investigadores que demuestren superioridad al tratamiento farmacológico, al placebo o a otro tratamiento, con diseño experimental intergrupal de un N = 30 por grupo como mínimo, o una serie de estudiosde caso único (9 como mínimo); b) contar con un manual de tratamiento; y c) los sujetos a prueba deben estar claramente identificados en función de un manual, como el DS-IV (Echeburrúa & Corral, 2001; Hamilton & Dobson, 2001).

Chambless y Hollon (1998), establecieron tres tipos de eficacia: a) tratamiento eficaz, aquel que es mejor que la ausencia de terapia en, al menos, dos estudios independientes; b) tratamiento probablemente eficaz, aquel que no ha sido aún replicado; y c) tratamiento eficaz y específico, aquel que es mejor que un tratamiento alternativo o un placebo.

Por otra parte, Seligman (1995) señala las condiciones necesarias para que un ensayo clínico reúna las condiciones para tenerse en cuenta como tratamiento eficaz:

1. Asignación aleatoria de los sujetos (no análogos) a las condiciones experimentales y de control, con 30 sujetos como mínimo por grupo.

2. Evaluación detallada con arreglo a criterios diagnósticos operativos del DSM-IV. Medidas de evaluación múltiples.

3. Entrevistadores ciegos.

4. Ensayo clínico concurrente (los tratamientos en las distintas condiciones se aplican al mismo tiempo) y prospectivo (proyectado de ahora en adelante, no con datos anteriores).

5. Exclusión de pacientes con trastornos múltiples.

6. Tratamientos claramente descritos y estandarizados.

7. Fijación de un número determinado de sesiones.

8. Seguimiento de los pacientes a largo plazo (al menos 12 meses).

Hasta el momento y bajo estos criterios se ha encontrado evidencia empírica para ciertos tratamientos psicológicos, como los trastornos de ansiedad, depresión, trastornos sexuales y de pareja, de conducta alimentaria, adictivos, infantiles y psicóticos, entre otros (Compas et al, 1998; Echeburrúa & Corral, 2001), observándose una primacía de los enfoques cognitivo-conductual en la mayoría de los trastornos evaluados (Aceituno et al., 2000; Compas et al., 1998; Hamilton & Dobson, 2001; Mustaca, 2004 a, 2004b).

Para evaluar los tratamientos, los especialistas usan como herramienta fundamental las publicaciones sobre el tema y determinan su validez en función de los criterios metodológicos pre-establecidos. De ese modo, construyen una base de datos que les permite ir discriminando las terapias más eficientes para cada trastorno e ir creando las listas de tratamientos con apoyo empírico (TAEs) que se difunden en libros y en Internet. De esto se deduce que la elaboración de tales listas es dinámica y depende de la cantidad de trabajos publicados. La mayoría de las publicaciones que se usan de referencia para la elaboración de las listas son de revistas norteamericanas, canadienses e inglesas (ej. British Journal of Psychiatry, Journal of Pediatric Psychology, Clinical Psychological Review y Canadian Psychology). No hay referencias a revistas latinoamericanas. Aunque se supone que las TAEs tienen una validez universal porque se basan en los principios básicos de la conducta, hay que reconocer que es un "supuesto" que debería ser contrastado empíricamente en otros países y aumentar así el grado de generalidad de los tratamientos. Algunas diferencias culturales entre los países podrían influenciar cuándo se aplican. Por otra parte, también en Latinoamérica podrían elaborarse nuevas estrategias de tratamiento basadas en la evidencia, sobre todo considerando que la preocupación por la efectividad de las intervenciones en Latinoamérica se presenta desde hace años (ej., Dragusnsky & Sanín, 1979; Martínez-Taboas, 1988; Martínez-Taboas & Francia- Martínez, 1992; Paniagua, 1981; Pérez- Gómez, 1975).

A partir de esta ausencia surgen los interrogantes si esto se debe a sesgos culturales, idiomas diferentes al inglés, a la inexistencia de informeslatinoamericanos o el no cumplimiento de requisitos mínimos para ser considerado en cuanto a rigurosidad metodológica.

Una manera de aproximarse al problema sobre en qué estado está la investigación de las TAEs en el ámbito de Latinoamérica es realizar un estudio bibliométrico con revistas latinoamericanas que nos informe acerca del número de publicaciones sobre ese tema. En un estudio que realizaron Moyano y Ramos (2000) sobre publicaciones generales en Psicología, se encontró en tres revistas chilenas de psicología que, hasta las publicaciones del 2000, de 174 artículos revisados, 81 de ellos pertenecían a la psicología clínica, lo que equivale a un 46,56 %, siendo el porcentaje más alto de las áreas revisadas. En tanto que los estudios aplicados sin especificación del área de la psicología, alcanzaban a 69 (39,66 %), Sin embargo, dado el objetivo inicial, ese trabajo no discriminó el número de publicaciones que cumplían con los criterios establecidos para las TAEs. En cambio, Ortiz y Vera-Villarroel (2003), en una revisión de lo publicado en Chile desde el año 1990 al 2001 encontraron una escasez de trabajos publicados sobre intervenciones clínicas: un total de 13 en las tres principales revistas chilenas analizadas (Terapia Psicológica, Psycke, Revista Chilena de Psicología). De todos ellos, ninguno cumplía la totalidad de los criterios de las TAEs, predominando los trabajos bajo el modelo conductual y/o cognitivo conductual. Los autores concluyen que hay una ausencia de informes sobre intervenciones eficaces, siendo la mayoría probablemente eficaces, de acuerdo a las categorías de las TAEs.

El objetivo de este trabajo es presentar una extensión de la investigación realizada por Ortiz y Vera-Villarroel (2003), realizando un análisis bibliométrico de las intervenciones clínicas que cuenten con apoyo empírico en seis revistas de psicología (tres chilenas y tres argentinas). Por lo tanto se trata de una continuación del estudio señalado, actualizado en las revistas chilenas y replicando su análisis en Argentina.

 

MÉTODO

El presente estudio se basó en los criterios y procedimientos de la investigación realizada en Chile (Ortiz & Vera-Villarroel, 2003).

Universo de Estudio: Se revisaron la totalidad de artículos publicados en seis revistas de Psicología de Argentina y Chile desde 1990- 2002 hasta 2005 (primer semestre), a excepción de una revista argentina (Interdisciplinaria) que se evaluó hasta 2004, debido a que era el último número publicado hasta el momento del estudio realizado. Se seleccionaron aquellas revistas que mantienen una regularidad de publicación y que cuentan además con 10 números de edición como mínimo desde 1990. En el caso de Chile se mantuvieron las mismas revistas utilizadas en el estudio de Ortiz y Vera-Villarroel (2003), lo cual permite comparar ambos estudios.

Las revistas analizadas en Chile fueron:

- Terapia Psicológica: revista editada por la Sociedad Chilena de Psicología Clínica desde 1982. Se editan dos números por año. Está orientada a fomentar el intercambio de conocimientos que aporte al progreso de la psicología científica, estimulando la crítica dentro de la disciplina, de acuerdo a la discusión de datos, metodología, planteamientos teóricos e integración multidisciplinaria. Se publican trabajos en todas las áreas y especialidades de la Psicología Clínica (evaluación, tratamiento, salud y prevención por ejemplo), así como artículos que traten sobre la importancia de alguna o algunas variables relacionadas con los temas clínicos. Se publican trabajos en castellano e inglés. Esta incluida en las siguientes bases de datos: Latin-Index; Lilas de BIREME, PSICODOC, PsycINFO de la American Psychological Association (APA). Más información en:www.teps.cl

- Revista Chilena de Psicología: revista editada por el Colegio de Psicólogos de Chiledesde 1979. Se editan dos números por año. Esta revista fue creada con el propósito de servir de instrumento de comunicación y difusión de la ciencia psicológica entre los profesionales de la psicología del país y, muy especialmente, entre sus asociados. Publica trabajos teóricos, empíricos y, en menor medida, mixtos, así como revisiones de libros nacionales y extranjeros, en el vasto campo de lo psicológico. Más información en http://www.colegiopsicologos.cl/. Al momento de realizar este estudio esta revista presentaba atrasos en la publicación de sus números. De todas formas, se prefirió tenerla en cuenta en el análisis para mantener las mismas condiciones del trabajo de Ortiz y Vera Villarroel (2003).

- Psykhe: revista editada por la Universidad Católica de Chile desde el año 1992. Es una publicación bianual, bilingüe (castellano o inglés), cuyo objetivo es difundir trabajos empíricos y teóricos de investigadores nacionales y extranjeros en las diferentes áreas de la psicología científica y profesional. Esta incluida en las siguientes bases de datos; Scientific Electronic Library Online – SciELO y PsycINFO de la American Psychological Association (APA). Más información en: http://www.scielo.cl/revistas/psykhe/eaboutj.htm

Las revistas analizadas en Argentina fueron:

- Interdisciplinaria: es una publicación semestral, editada desde 1980 por el Centro Interamericano de Investigaciones Psicológicas y Ciencia Afines (CIIPME) patrocinada por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y por la Universidad del Salvador (USAL). Tiene como misión difundir investigaciones en psicología y ciencias afines. Presenta artículos metodológicos, teóricos o experimentales, relacionados con el estudio del comportamiento humano y animal en castellano e inglés. Los artículos de la revista son publicados en la Red de América Latina y el Caribe (RedALyC) y sus resúmenes en Psychological Abstracts, PsycINFO y Psyclit de la American Psychological Association (APA), PSERINFO, PSICODOC y Bibliographical Information Service. Mas datos en http://www.conicet.gov.ar/webue/ciipme/index.htm

- Revista Argentina de Psicología Clínica Publicación trimestral editada desde 1992 por la Fundación Aiglé. Publica temáticas amplias sobre psicoterapia (modelos teóricos, aplicaciones clínicas), investigación aplicada y evaluación. Está indexada en PsycINFO, PSICODOC, EPsyche y LILACS. Más datos en: www.aigle.org.ar

- Investigaciones en Psicología: Publicación semestral editada desde 1996 por la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires. Contiene trabajos inéditos de investigadores, docentes y profesionales de la psicología y ciencias afines, en español, con resúmenes bilingües. Desde 1999 sus trabajos son registrados por PSICODOC y LATINDEX. Más información en www.psi.uba.ar

 

PROCEDIMIENTO

De las revistas mencionadas se seleccionaron los artículos sobre intervenciones en Psicología Clínica, definida como todos aquellos estudios que pretenden validar un modelo, un programa o una técnica de intervención. Por lo tanto, se tomaron en cuenta solamente los estudios empíricos sobre intervenciones clínicas y se excluyeron trabajos teóricos sobre el mismo tema. Dado que el objetivo de este estudio fue evaluar la producción de investigadores chilenos y argentinos, se excluyeron del análisis aquellas publicaciones escritas por autores extranjeros en su totalidad.

Se confeccionó una ficha de síntesis para cada artículo, donde se incluyó: nombre de la revista, volumen, tipo de investigación, área de especialización de la psicología, enfoque o corriente teórica que utilizaron, tema del artículo, autores y procedencia. Respecto de las corrientes teóricas que se tomaron en cuenta, se respetó la adscripción establecida por los autores de los trabajos. Dentro del enfoque cognitivo-conductual, se incluyeron también los conductuales y cognitivos. Se recopilaron datos como el tipo de diseño y las características de la muestra, así como el problema o tema a tratar. Además, los trabajos se analizaron en función de los criterios establecidos por Chambless & Hollon, (1998) y por Seligman (1995), descriptos anteriormente.

 

RESULTADOS

En las Tablas 1 y 2 se presentan datos de carácter general en relación con la producción científica en el área de la psicología, desde 1990 al 2005. Se específica la revista, los años de revisión que se tuvieron en cuenta, el número total de publicaciones y la frecuencia y porcentaje de artículos que se refieren a intervenciones clínicas tanto chilenas como argentinas. El total de artículos publicados en las 6 revistas es de 950. La revista con mayor cantidad de artículos publicados en Chile fue Psykhé con 187, seguido de Terapia Psicológica, con 127 y la Revista Chilena de Psicología, con 68. En el caso de Argentina, la revista con mayor cantidad de artículos publicados fue la Revista de Argentina Psicología Clínica con 313 artículos, seguido de Investigaciones en Psicología, con 165 e Interdisciplinaria, con 88.

Del total de publicaciones, sólo 23 artículos chilenos y 13 argentinos corresponden a intervenciones clínicas, presentando Terapia Psicológica en Chile y la Revista Argentina de Psicología Clínica la mayor cantidad de artículos (15 y 9 respectivamente), seguidas de Psykhé en Chile e Investigación en Psicología en Argentina (6 y 4 respectivamente). De esta forma, el 5,98 % de la producción en Chile y el 2,29 % de la de Argentina del total de las seis revistas revisadas se refieren a alguna intervención clínica.

 

 

 

La muestra chilena quedó constituida entonces por 23 artículos sobre intervenciones clínicas. En la Tabla 3 se presentan los datos de acuerdo al enfoque teórico y temas tratados en Chile. Sólo cinco enfoques psicológicos presentan artículos publicados relacionados con intervenciones clínicas. Se aprecia que el enfoque con mayor presencia (9 publicaciones, 39 %) de la muestra, es el Cognitivo-Conductual, con temas de intervención bien delimitados como depresión, optimismo, VIH Sida, intervención en crisis y trastornos alimenticios. Le siguen los enfoques Humanistas-Gestalt e Integrativos (5 cada uno, 21,7 %) y el Psicoanalítico y Sistémico (2 publicaciones cada uno, 8,6 %).

 

 

Por otra parte, la muestra argentina quedó constituida por 13 artículos sobre intervenciones clínicas. En la tabla 4 se presentan los datos de acuerdo al enfoque teórico y temas tratados en Argentina. Sólo cinco enfoques psicológicos presentan artículos publicados relacionados con intervenciones clínicas. Se aprecia que el enfoque con mayor presencia de la muestra es el Cognitivo-Conductual (7 publicaciones, 53,85 %), con temas de intervención bien delimitados comocáncer de mama, fobia social, miedos, enuresis, problemas escolares y depresión/ansiedad. Le siguen los enfoques Integrativo y Terapia de Grupo (2 cada uno, 15,38 %) y Constructivista, Desarrollista y Sistémico (1 cada uno, 7,69 %).

 

 

En la Tabla 5 se presenta la clasificación de los artículos chilenos de acuerdo al enfoque teórico y a los criterios presentados por Chambless y Hollon (1998) para eficacia. Se aprecia que en el enfoque Cognitivo-Conductual, cuatro artículos cumplen con el criterio de que los sujetos estén claramente identificados en función de un manual (criterio 3); en tres artículos se cumple con el de contar con un manual de tratamiento (criterio 2) y sólo en uno sobre 9 artículos, que existan al menos dos estudios rigurosos, de distintos investigadores, con diseño experimental intergrupal, de un N = 30 por grupo o serie de casos únicos (criterio 1). Por otro lado, el enfoque Integrativo en sus dos artículos cumple con el criterio de identificar a sus sujetos claramente en función de un manual, como el DSM-IV. Por último, el enfoque Psicoanalítico en sólo un artículo cumple con el criterio de contar con un manual de tratamiento.

 

 

En la Tabla 6 se presenta la clasificación de los artículos argentinos de acuerdo al enfoque teórico y a los criterios presentados por Chambless y Hollon (1998) para eficacia. Se aprecia que los enfoques Cognitivo-Conductual y Constructivista-Desarrollista cumplen en sólo un artículo respectivamente con el criterio 3, que es que los sujetos a prueba deben estar claramente identificados en función de un manual (el DSM-IV).

 

 

En la Tabla 7 se presentan las frecuencias de artículos chilenos según los criterios propuestos por Seligman (1995) para los ensayos clínicos sobre la eficacia de los tratamientos. En ella se observa que el enfoque Cognitivo-Conductual presenta una mayor cantidad de requisitos en sus publicaciones, seguido por el enfoque Humanista. En cuanto a los requisitos con mayor frecuencia, corresponden al criterio 4, que es ensayo clínico concurrente (los tratamientos en las distintas condiciones se aplican al mismo tiempo) y prospectivo (proyectado de ahora en adelante, no con datos anteriores) y al criterio 7 de fijación de un número determinado de sesiones. A continuación se encuentra el criterio 6, que los tratamientos estén claramente descritos y estandarizados, donde el enfoque Cognitivo-Conductual en cinco artículos lo cumple y sólo uno en el Humanista. Además, el hecho de que exista una evaluación detallada con arreglo a criterios diagnósticos operativos del DSM-IV, unido a medidas de evaluación múltiples (criterio 2) se cumple en cinco artículos del enfoque Cognitivo- Conductual, seguidos por uno del enfoque Humanista y uno del enfoque Integrativo. La exclusión de pacientes con trastornos múltiples, correspondiente al criterio 5, se refleja en sólo cinco artículos, dos Cognitivos-Conductuales, dos Humanistas y uno Psicoanalítico. El criterio 8, de seguimiento de los pacientes a largo plazo (al menos 12 meses), sólo se cumple en tres artículos Cognitivos-Conductuales y en uno Integrativo. La existencia de evaluadores ciegos en una evaluación lo cumplen tanto el enfoque Cognitivo-Conductual, como el Psicoanalítico y el Sistémico en sólo un artículo, respectivamente. Por último, el criterio 1, correspondiente a la asignación aleatoria de los sujetos (no análogos) a las condiciones experimentales y de control, con 30 sujetos mínimo por grupo, solo se cumple en un artículo con enfoque Conductual.

En resumen, al realizar un análisis de todos los criterios en conjunto de acuerdo a cada enfoque teórico se aprecian grandes diferencias. El Sistémico cumple sólo con un criterio de eficacia; el Integrativo, con 6 criterios, seguido por el Psicoanalítico, con 8. Los enfoques Humanista-Gestalt y el Cognitivo-Conductual cuentan con el mayor número de criterios de eficacia, cumpliendo el primero con 14 y el segundo con 35.

 

 

En la Tabla 8 se presentan las frecuencias de artículos argentinos según los criterios propuestos por Seligman (1995) para los ensayos clínicos sobre la eficacia de los tratamientos. En ella se muestra que el enfoque Cognitivo- Conductual presenta la mayor cantidad de requisitos en sus publicaciones (16), seguido por el Constructivista y Desarrollista (1). En cuanto a los requisitos que se presentan con mayor frecuencia en los artículos, se encuentra el criterio 6, correspondiente a tratamientos claramente descriptos y estandarizados en 6 trabajos. La fijación de un número determinado de sesiones (criterio 7), se encuentra en cuatro artículos. El siguiente criterio con mayor frecuencia, es el 4, de existencia de ensayo clínico concurrente (los tratamientos en las distintas condiciones se aplican al mismo tiempo) y prospectivo (proyectado de ahora en adelante, no con datos anteriores), con tres artículos. El criterio 2 es compartido con un artículo por el enfoque Cognitivo-Conductual y con otro por el Constructivista y Desarrollista, consistente en una evaluación detallada con arreglo a criterios diagnósticos operativos del DSM-IV y medidas de evaluación múltiples. Por último, el criterio 1, correspondiente a asignación aleatoria de los sujetos (no análogos) a las condiciones experimentales y de control, con 30 sujetos mínimo por grupo y el 8, de seguimiento de los pacientes a largo plazo (al menos 12 meses), cuentan con un artículo respectivamente, ambos del enfoque Cognitivo-Conductual.

Por último, al realizar un análisis de todos los criterios en conjunto de acuerdo a cada enfoque teórico se observan grandes diferencias. Los enfoques Sistémico, Integrativo y Terapia de Grupo no presentan criterios de eficacia. Luego el enfoque Constructivista y Desarrollista cumple con sólo un criterio y el enfoque Cognitivo- Conductual cumple con 16 criterios.

 

 

DISCUSIÓN

El objetivo de este estudio fue evaluar el estado de la investigación clínica en función de los criterios de las TAEs mediante publicaciones en revistas de Chile y Argentina. Con respecto a esto y de acuerdo a los resultados obtenidos, la primera apreciación refiere al escaso número de investigaciones sobre intervenciones clínicas en general, donde sólo el 5,9 % de la producción chilena y el 2,29 % de la producción argentina evaluadas en este estudio se dedica a validar o buscar evidencia empírica respecto de técnicas o programas de intervención terapéutica. Por otra parte, se aclara que el escaso número de trabajos en el área, registrados en la revista Interdisciplinaria (88 en total y ninguno sobre intervenciones clínicas) obedece a que por razones metodológicas eliminamos del análisis artículos de autores extranjeros.

Nuestros resultados coinciden con otros estudios sobre la investigación psicológica en general en Chile que concluyen sobre la carencia de interés en estudios empíricos, donde la producción suele ser de carácter teórico por sobre la aplicada y la mixta (Moyano & Ramos, 2000). Aunque esto al parecer sigue manteniéndose, ya que en el trabajo de Ortiz y Vera-Villarroel (2003) se encontraron sólo trece artículos de intervención clínica en las revistas analizadas 5 % de la producción nacional) puede notarse un cambio ascendente en los últimos años, ya que de trece artículos evaluados hasta el año 2001 se llega a 23 hasta el primer semestre del 2005. Las revistas que lograron aumentar la cifra son Terapia Psicológica (de 9 hasta 2001 a 15 en el presente estudio) seguida de Psykhe (de 2 hasta 2001 a 6 en el presente estudio). De la misma forma, se observa la presencia del modelo Psicoanalista en el último período, con dos trabajos publicados, el cual estaba ausente en la revisión realizada previamente.

El relativo aumento de trabajos de investigación clínica en Chile coincide con los resultadosde un reciente trabajo bibliométrico realizado por Ardila, Pérez-Acosta y Gutiérrez (2005) en el área de la psicología del aprendizaje. En un estudio bibliométrico que realizaron con tres revistas iberoamericanas indexadas, hallaron un aumento de los trabajos sobre psicología básica del aprendizaje en los últimos años de edición de las revistas. Esto sugiere que tal vez las políticas institucionales y/o la formación del psicólogo en particular, estén dando más importancia y estímulo al desarrollo de investigaciones empíricas en la psicología en general.

Debe señalarse que el universo de la muestra es bastante pequeño, y que realizar una descripción sobre los criterios de eficacia podría cuestionarse como poco representativa. Sin embargo, la muestra no es intencionada, sino que se construye a partir de lo que existe. Y en este sentido es plenamente representativa de la producción de ambos países en estas revistas de psicología.

Es interesante hacer notar que el enfoque Psicoanalítico presenta 2 estudios empíricos en las revistas chilenas y ninguno en las de Argentina. Sin embargo, existe un gran desarrollo de esta corriente en ambos países estudiados (por Argentina, ver Ardila, 1979 y Mustaca, en prensa). Lo mismo ocurre con el enfoque Sistémico, que presenta 2 publicaciones y que en Chile, como se comentará más adelante, está teniendo una alta aceptación.

En relación al análisis de los artículos según los criterios de eficacia propuestos por Chambless y Hollon (1998), se observa que ambos países presentan un claro déficit. Al menos en esta muestra no se apreció ningún estudio que cumpliera con el primer criterio, lo que no es de extrañar, ya que frente a tan escaso universo muestral de investigaciones, la probabilidad de encontrar al menos dos estudios rigurosos, de distintos investigadores, con diseño experimental intergrupal, y además con un N = 30 mínimo por grupo, respecto a un mismo tema e intervención, es aún más baja.

Respecto a los criterios de Seligman (1995) sobre la eficacia de las terapias, el criterio más recurrente, y que se cumple en más de la mitad de la muestra, es el de fijar un número determinado de sesiones, seguido por la tendencia a especificar claramente la intervención. Al menos en estos dos requisitos se observa cierta rigurosidad con el fin de que las intervenciones sean replicadas y puestas en acción. Sin embargo, a nivel metodológico respecto de la constitución de la muestra (como el número de sujetos en los que se aplica la investigación, asignación al azar) y el diseño (grupo experimental, de control, seguimiento), éstos requisitos se ven en desmedro de los anteriores.

Es posible apreciar la baja producción de estudios aplicados en intervenciones en Psicología Clínica al concluir la revisión de tres revistas chilenas de psicología de continuidad y de las de Argentina. La escasa producción de este tipo de estudios, al ser revisados bajo los criterios de eficacia propuestos por Chambless y Hollon (1998), y los de publicación propuestos por Seligman (1995), revela una baja rigurosidad en los diseños y en el número de sujetos en los que se aplican, como para poder afirmar que existe una validez interna significativa que permita realizar generalizaciones y aplicaciones a poblaciones más amplias (validez externa). En este sentido los estudios nacionales pueden resistir un análisis sobre la efectividad, pero no sobre la eficacia y menos sobre la eficiencia.

En cuanto a las corrientes teóricas que se destacan, se observa que el enfoque cognitivo conductual tiene una superioridad con respecto a las demás. A pesar de las limitaciones descriptas anteriormente, los resultados encontrados en ambos países coinciden con la tendencia internacional que plantea que una gran cantidad de intervenciones efectivas son precisamente de ese enfoque (Vera-Villarroel, 2000).

Por último, nos parece relevante analizar el apoyo empírico de las intervenciones en comparación con la aceptación de cada enfoque entrelos psicólogos y estudiantes de psicología. Es conocido que en la actualidad en Chile las teorías Sistémicas y Constructivistas tienen una gran aceptación entre los psicólogos clínicos chilenos. En Argentina continúa predominando el enfoque Psicoanalítico al que le sigue el Sistémico y Constructivista. Un estudio realizado con estudiantes chilenos del último año se aprecia una gran preferencia por el enfoque sistémico (Vera- Villarroel & Yañez-Galecio, 2000). Sin embargo, son justamente estas corrientes las que de acuerdo a este estudio presentan menos apoyo empírico sobre sus intervenciones. Esto no es de extrañar, ya que algunos trabajos demuestran que muchas preferencias teóricas en Psicología Clínica son debidas a factores personales más que a criterios de base científica (Elliot & Morrow-Bradley, 1994; Fernández & Amigo, 2003; Garb, 2000; Pérez, Fernández). Posiblemente esta situación traiga como consecuencia la dificultad de establecer la efectividad de nuestras psicoterapias sobre el no tratamiento, el azar y el efecto placebo (Abarca, Chacón Espinoza & Vera-Villarroel, 2005). Sin embargo, justamente los sistemas de salud tanto públicos como privados a nivel internacional necesitan datos y apoyo empírico de qué intervenciones son necesarias, eficientes y efectivas.

Otro factor que además debe necesariamente influir en la escasa producción de investigaciones clínicas rigurosas es el contenido de la enseñanza de psicología. Al menos en Argentina, en las universidades de mayor envergadura predomina el psicoanálisis y se desconocen las TAEs (Mustaca, 2004 a, 2004 b, Mustaca, en prensa).

En conclusión, los datos en este estudio bibliométrico muestran que, tanto en Chile como en Argentina, existe un déficit de publicaciones sobre investigaciones clínicas empíricas y menos aún con el método de los TAEs, aún cuando en ambos países predomina en los psicólogos la preferencia por el área clínica. Estos resultados responden al interrogante mencionado en la Introducción. Aún cuando los investigadores que recopilan información de los trabajos clínicos para evaluar su validez tuvieran en cuenta a las publicaciones de revistas latinoamericanas, ellas no resistirían los criterios de validez pre-establecidos para poder incluirlas en las listas de TAEs. Esto ocurre al menos en la muestra que presentamos de las revistas chilenas y argentinas más relevantes. No conocemos trabajos de este tipo realizados por otras revistas latinoamericanas.

Como se mencionó en la Introducción, se hace necesario replicar al menos las investigaciones realizadas en otros países. Por ejemplo, Matos y Mustaca (2005) realizaron un estudio que mostró la eficacia del tratamiento de Análisis Conductual Aplicado (ACA) para los trastornos generalizados del desarrollo aplicado en Argentina, que permitió generalizar la intervención y asegurar su eficacia en ese país.

Por otra parte, se hace urgente investigar TAEs menos costosas para países como Argentina y Chile, cuyas economías no son precisamente como las del primer mundo.

En ambos países, pero quizá más en Chile, se están realizando esfuerzos para revertir la situación de las escasas publicaciones sobre intervenciones basadas en la evidencia. Así, por ejemplo en Chile, en los últimos años, encontramos evaluaciones de la psicoterapia grupal en estudiantes universitarios (Arenas, 2005), agresividad escolar (Pérez, Fernández, Rodríguez & de la Barra, 2005) un proyecto FONDECYT sobre procesos y sus efectos en la psicoterapia (Arístegui et al, 2004; Krause et al., 2006; Krause, Arístegui & de la Parra, 2002), y un proyecto DICYT sobre intervenciones clínicas apoyadas en la evidencia (Vera-Villarroel, 2005) que ya ha entregado algunos resultados preliminares, como intervenciones para sujetos con trastornos mixto ansiosa-depresiva y trastornos emocionales (Vera-Villarroel & Herrerra, 2004; Vera- Villarroel, P.E., 2005; Vera-Villarroel, Valenzuela, Abarca & Ramos, 2005), intervención en presión arterial (Moreno, Contreras, Martínez, Araya Livacic-Rojas & Vera-Villarroel, 2006), en ansiedad y depresión en adultos mayores (Contreras, Moreno, Martínez, Araya, Livacic-Rojas & Vera- Villarroel, 2006; para un resumen de las intervenciones chilenas diseñadas y evaluadas ver Vera-Villarroel, 2004).

Por otra parte, de lo que conocemos, en Argentina existe un proyecto llamado Aplicación de técnicas cognitivo-comportamentales. Su incidencia en el estado de salud y rendimiento académico de estudiantes en la Universidad Nacional de San Luis y otro sobre técnicas cognitivas comportamentales sobre Déficit de Atención con Hiperactividad Infantil: Prevención y Tratamiento, en el cual se evalúa un tratamiento de solución de problemas para estos niños con grupos de comparación (mencionado en Mustaca, en prensa). Probablemente estos proyectos producirán publicaciones posibles de ser evaluadas en función de las TAEs.

Estos últimos datos parecen indicar que hay un movimiento incipiente hacia la investigación clínica rigurosa en ambos países. También es necesario considerar la posible existencia de otras investigaciones no reportadas en las revistas analizadas, por ejemplo en tesis de licenciaturas, magíster o doctorados no publicadas, así como también autores que publican sus trabajos en revistas en el extranjero o disciplinas cercanas, que muchas veces parecen más receptivas a este tipo de estudios. Esto nos permite terminar agregando una dosis de optimismo y esperanza al informe. Es posible pensar que en un futuro cercano nos encontraremos con una mayor cantidad y calidad de publicaciones sobre investigaciones empíricas en el campo de la clínica en Chile y Argentina.

 

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Recepción: enero de 2006
Aceptación final: agosto de 2006

 

 

1Agradecimientos: Este trabajo se financió parcialmente con subsidios del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas y de la Agencia de Promoción y Desarrollo de la Secretaría de Ciencia y Técnica de Argentina y el proyecto de investigación Dicyt Universidad de Santiago de Chile “Diseño y evaluación de intervenciones chilenas apoyadas en la evidencia”. Se agradece a Adriana Jakovcevic y Octavio Abarca por su ayuda en la recopilación de trabajos, a Liliana Calvo por la generosa entrega de los volúmenes de la revista Interdisciplinaria, a la Fundación Aiglé por la entrega de las fotocopias de los trabajos solicitados de la Revista Argentina de Psicología Clínica y a la Sociedad Chilena de Psicología Clínica por facilitar el trabajo en su biblioteca.
2Correspondencia: PABLO VERA-VILLARROEL, Escuela de Psicología Universidad de Santiago de Chile. Avenida Ecuador 3650, 3º Piso. Santiago Chile. E-mail: pvera@lauca.usach.cl. ALBA MUSTACA, Instituto de Investigaciones Médicas, Lab. de Psicología Experimental y Aplicada, Ctes. De Malvinas 3150. 1428. Buenos Aires, Argentina. E-mail: albamustaca@gmail.com