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PsicoUSF
versão impressa ISSN 1413-8271
PsicoUSF v.10 n.2 Itatiba dez. 2005
ARTIGOS
Relación del desarrollo cognitivo con el clima familiar y el estrés de la crianza
Relationship of the cognitive development with the family clime and stress of the childrearing
José Ángel Vera NoriegaI, 1; Dulce Karina Morales NebuayII, 2; Cristina Vera NoriegaII, 3
I Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo A. C. - México
II Secretaria de Educación y Cultura del Estado de Sonora
Dirección para correspondência
RESUMEN
Se llevo a cabo un estudio con 120 familias en pobreza extrema de las zonas marginales de Hermosillo, Sonora México. Madres de 32 años en promedio respondieron a una escala de funcionamiento familiar, estrés de la crianza y sus niños fueron medidos en desarrollo cognitivo. El objetivo fue evaluar las diferencias significativas entre los tres tipos de familias en su desarrollo cognitivo, el estrés de la crianza y el clima familiar. Se clasificaron las familias en base a la medida de clima familiar con un análisis de conglomerados (clusters). Los resultados indican: a) tres tipos de climas, que etiquetamos como, disciplinado, cohesionado y sin orientación; b) clima sin orientación se asocia a una percepción negativa del niño y de restricciones por la maternidad y presentan las medias mas bajas de desarrollo cognitivo; c) el clima cohesivo se asocia con menos estrés en la madre por la crianza y los puntajes mas alto de desarrollo cognitivo.
Palabras clave: Desarrollo cognitivo, Funcionamiento familiar, Estrés de la crianza, Pobreza urbana.
ABSTRACT
A study was performed over 120 families located in the marginal areas of Hermosillo, Sonora, Mexico. Mothers whose age averaged 32 years old responded to a scale of family performance and childrearing stress; their children were measured throughout cognitive development. This study was aimed to evaluate significant differences with regards to cognitive development, child-rearing stress and family environment among the three types of family. The families were classified based on a measurement of family environment with a cluster analysis. Consequently, the results indicate the following: a) Three different types of environment, which were labeled as disciplined, in harmony and without direction; b) the environment without direction becomes associated to a negative perception of the child and motherhood restrictions, resulting with the lowest average of cognitive development, thus; c) the cohesive environment becomes associated with a lower level of stress in the mother induced by child-rearing and with the highest records of cognitive development.
Keywords: Cognitive development, Family performance, Child-rearing stress, Urban poverty.
Introducción
Alrededor de los años 60's, la familia mexicana conservaba fuertes raíces mestizas que le daban un carácter patriarcal, de gran respeto a los padres y una actitud sumisa y obediente a los hijos. Es a partir de la gran industrialización de nuestro país y el crecimiento desproporcionado de las ciudades que la familia sufre importantes cambios. La modernidad ha ido modelando la vida de las personas al ritmo que la ciudad y los adelantos tecnológicos lo permiten (Salguero & López, 1996). En nuestro país el estudio sobre el funcionamiento de la familia ha sido desarrollado principalmente en las últimas dos décadas (Montiel & Rivera, 1996), y el interés por estudiar las pautas de interacción familiar ha incrementado considerablemente. Las investigaciones alrededor de la familia han analizado las interacciones, la organización y la forma en que funcionan las familias. Se ha estudiado el efecto de la clase social (Deutch, 1983), el divorcio (Holroyd & Sheppard, 1997), los estilos de interacción (Biller, 1982), las relaciones matrimoniales, el uso de alcohol y drogas, las redes de apoyo familiares, las características del niño; si bien no todas estas variables interactúan de manera directa, algunas tienen relación con las características individuales de los padres, otras con el contexto socioeconómico familiar y otras más con el niño (Webster-Stratton, 1990).
En el estudio de la familia en México se ha dado gran relevancia al papel de la madre por la función que la cultura le impone sobre la crianza de los hijos; Vera, Moreno, Villagrana, Domínguez y Yañez (1988) indican que mientras más estresadas, aisladas y con problemas de salud se consideren las madres, perciben menos apoyo de su pareja al ejercer la crianza. Vera y Domínguez (1996) fortalecen éste hallazgo y señalan que la percepción de apoyo de la pareja es fundamental y que se relaciona con el estrés de la madre.
Además se ha encontrado que una actitud negativa de la madre hacia el niño incrementa los niveles de estrés en la madre, afectando la posibilidad de predecir adecuadamente su conducta futura hacia el niño y afectando las características de la interacción madre-hijo (Lutenbacher & Hall, 1998; Field, 2000; Rahman, Harrington & Bunn, 2002). Sobre la base de lo anterior, se ha partido del supuesto y aceptación de que las variables anteriores son las que han explicado en parte los efectos que tiene el cuidado del niño sobre el desarrollo infantil en comunidades marginadas. Así también, se ha encontrado que la pobreza, el bajo nivele de educación de la madre y algunos otros correlatos están asociados con poca estimulación hacia el niño (McLoyd, 1998).
Pianta y Egeland, (1990) indican que las fuentes de estrés que más afectan las relaciones interpersonales de la madre y la familia surgen cuando la madre forma parte de una familia en desventaja económica. Muchas investigaciones se han centrado en identificar y evaluar el desarrollo cognitivo de los niños que se encuentran en desventaja económica y social, el aprovechamiento escolar y el desarrollo socioemocional del niño; éstas investigaciones plantean que la pobreza, durante el periodo preescolar tiene efectos más adversos sobre el desarrollo del niño (McLoyd, 1998; Ritcher, 2003). Vera, Velasco y Morales (1998) opinan que el ingreso familiar puede influir sustancialmente en el desarrollo de los niños, de manera directa a través de los recursos destinados en alimentación y salud y de manera indirecta por las características perceptivas de las mamás. Los vecindarios de bajo nivel de ingreso tienen ciertas características que se relacionan con las oportunidades de interacción que se tienen y con la diversificación de las experiencias. Las familias de bajos ingresos tienden a vivir en espacios más pequeños, el número de personas que vive en la casa determina la privacía de que puede gozar cada cual, la frecuencia de los encuentros con los otros miembros de la familia, y el uso de los mismos espacios para distintos propósitos (Newman & Newman, 1983).
Laosa (1982) reportó que a mayor escolaridad de los padres menos problemas de aprendizaje en sus hijos y que la madre presenta conductas que favorecen el desarrollo infantil: modelamiento, reforzamiento y el responder a preguntas del niño. Asimismo los padres con niveles superiores de estudio enseñan a sus hijos a leer o algunos elementos precurrentes de lectura antes de entrar a la escuela y les leen con frecuencia. Las madres con mayor escolaridad tienen mayores aspiraciones para sus hijos que las madres con baja escolaridad, también las expectativas de crianza son diferentes para cada tipo de pa-dres. Duyckaerts (1979, citado en Torres, Reyes & Garrido, 1998) trabaja con madres de dos clases sociales: media y baja. El autor reporta que las madres de clase social media tienden a ser más abiertas en sus demostraciones afectivas con sus hijos y platican más con ellos que las madres de clase social baja, quienes solo interactúan con sus hijos en actividades de cuidado: baño, alimentación, etc.
De ahí el interés del presente estudio por profundizar en la comprensión de las dimensiones del funcionamiento familiar, estrés de la crianza en la madre y desarrollo cognoscitivo del niño en zona urbana de la periferia, a partir de instrumentos de evaluación utilizados en la población mexicana.
El objetivo general de este estudio es evaluar la relación del tipo de funcionamiento familiar y el estrés de la crianza, con el desarrollo cognitivo en una muestra infantil peri-urbana de 6-8 años de la ciudad de Hermosillo, Sonora en condiciones de pobreza extrema.
Los objetivos particulares son: 1) Evaluar las subescalas del clima familiar en madres con niños de 6-8 años en comunidades peri-urbanas marginadas de Hermosillo, Sonora; 2) Obtener una tipología familiar; 3) Correlacionar la tipología familiar con los puntajes de desarrollo cognitivo del niño y los puntajes de estrés de la crianza; 4) Medir la variabilidad del estrés de la crianza del Indice de Estrés Parental (IEP) en madres con niños de 6-8 años de una comunidad peri-urbana de Hermosillo, Sonora; 5) Evaluar la dinámica de la relación entre el desarrollo cognitivo del niño de 6-8 años y las variables psicosociales.
Método
Sujetos
La muestra está constituida por un total de 120 familias peri-urbanas de la ciudad de Hermosillo, Sonora, México. Con niños de primer año de educación primaria entre los 6-8 años de edad.
La selección de las familias se realizó considerando como criterio principal que se localizaran en la periferia de la ciudad, puesto que comparada con otras zonas de la ciudad de Hermosillo, muestra criterios de marginalidad y pobreza de acuerdo a datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI, 1996). Se decidieron como indicadores socioeconómicos de familias de estrato social bajo los siguientes criterios: aquellos en los cuales el ingreso familiar sea uno o dos salarios mínimos, percibido por el jefe de familia (125 a 250 dólares), así como la ocupación del mismo, donde la educación de la madre sea primaria y/o secundaria y por último que la vivienda, por lo menos contara con los servicios básicos (agua y luz). Cada indicador tiene un valor de 1 a 5 puntos, al sumar el valor total de los cuatro criterios se obtiene el estrato socioeconómico. Estos datos se obtuvieron de la encuesta socioeco-nómica según el método Graffar que es una sección de la Escala de Clima Familiar (Moos, 1974).
Instrumentos de evaluación
La Escala de Clima Familiar de Rudolf Moos (1974) evaluó la percepción que las madres tienen de su clima familiar con respecto a tres dimensiones las cuales a su vez constan de diez subescalas, conformando un instrumento con 90 reactivos de falso-verdadero; además contiene una pequeña encuesta para evaluar estrato socioeconómico. Las dimensiones son las siguientes: Dimensión de relación: cohesión, expresividad y con-flicto; Dimensión de crecimiento personal: indepen-dencia, orientación hacia el logro, orientación hacia las actividades culturales e intelectuales, orientación hacia las recreacionales y el énfasis en los aspectos morales y religiosos; Dimensión de mantenimiento del sistema: organización y control. Cada una de estas subescalas cuenta con 9 reactivos.
Se utilizó el instrumento de evaluación del Desarrollo Cognoscitivo de Niños Escolares (DECONI) para medir las áreas de desarrollo de niños de 0 a 6 años. Es una medida básica de actividad conductual, atención, memoria y cognición. Las subescalas evalúan: fluidez verbal (2 reactivos), ordenación de dibujos (3), figuras incompletas (6), logro visual (7), diseño con prismas (7), retención de dígitos (10), laberintos (4). (Chandler, Walker, Connolly & Grantham, 1995).
El Índice de Estrés Parental (IEP) desarrollado por Abidín (1992), fue recientemente ajustado y validado por Montiel y Vera (1998). Se obtuvieron 4 factores que explican el 59% de la varianza; el factor 1 comprende las subescalas de demanda, distractibilidad (7 reactivos) y aceptancia (2); el factor 2 comprende las características del niño: adaptabilidad (14), humor (5) y reforzamiento (6); el factor 3 incluye a las características maternas de aislamiento (6), depresión (6) y salud (4); y el factor 4 comprende las características maternas de apego (6), competencia (5) y restricción (6).
Resultados
Descripción de la población
Características familiares: El ingreso semanal que se percibe en estas familias es como mínimo $100 (9 dólares) y el salario máximo percibido es de $1.700 (150 dólares), con un promedio de $598 (55 dólares) en la mayoría de las familias. Entre las características de las madres de familia encontramos que la edad media es de 32 años, siete de cada diez terminaron los seis años de escolaridad y ocho de cada diez son amas de casa y por lo tanto mamas de tiempo completo. Nueve de cada diez padres de las familias entrevistadas trabaja como obrero no calificado o como empleado, lo cual implica un salario menor a los 5 salarios mínimos.
Características de las viviendas: En general, las casas son de 3 cuartos (una recámara, un baño y una cocina) y en su mayoría están construidas de ladrillo, concreto y lámina, una de cada dos viviendas no tienen drenaje y utilizan fosa séptica. Todos los hogares tienen estufa de gas y nueve de cada diez tienen refrigerador, todos cuentan con luz y agua potable, radio y televisión, recolección de basura y transporte publico.
Estadística descriptiva
Descripción de las subescalas de clima familiar: En un análisis de frecuencia para los puntajes absolutos o directos de cada subescala, encontramos que en las subescalas de conflicto, actividades recreativas y control, los porcentajes de respuestas de las madres de familia reporten una baja frecuencia o probabilidad de llevar a cabo actividades recreativas disciplinarias o de conflicto. Por el contrario las subescalas de cohesión, expresividad, independencia, orientación al logro, énfasis moral-religioso y organización tienen un porcentaje de respuesta de 6 y 7, esto es, las madres reportaron realizar frecuentemente estas conductas. Con el objeto de ajustar estas las frecuencias absolutas al nivel socioeconómico del estudio se llevo a cabo un análisis de frecuencia de cada una de las subescalas (ECF) con respecto a un nivel de clasificación. Se plantea que los niveles centrales son facilitadores del funcionamiento familiar mientras que los extremos son vistos como problemáticos. En la Tabla 1 se presentan las subescalas. Se observa que las actividades intelectuales-culturales, actividades recreativas y el control se encuen-tran en niveles bajos, lo cual significa que las madres perciben no realizar ó realizar con poca frecuencia este tipo de actividades. En el otro extremo de la tabla se observan porcentajes altos en las subescalas de expresi-vidad, independencia, orientación al logro, organización y actividades moral-religiosas, esto significa que las madres perciben realizar con mayor frecuencia conductas que corresponden a estas actividades.
Tipología de familias
Se realizó un análisis de conglomerados K-medias para los niveles de clasificación de las subescalas. Este tipo de análisis permite agrupar a las familias según las dimensiones y subescalas prevalecientes a su clima familiar. La taxonomía resultante destaca tres conglome-rados considerando a cada uno como un subgrupo o tipo de familia, puesto que cada conglomerado tiene caracterís-ticas que lo definen. El procedimiento seguido para definir el número de agrupamientos y el tipo no jerárquico de K-medias fue elegido en base a pruebas de Quick clusters no estandarizados y revisión de medias y cuartiles de la distribución (Hair, Anderson, Tatham & Black, 2000).
Familias disciplinadas: Son familias orientadas al conflicto constante y no existe unión entre los inte-grantes de estas familias. Se presentan conductas de control y seguimiento de reglas, así como la organización de actividades. Esto es, se busca la organización en las actividades intrafamiliares así como el seguimiento de las reglas establecidas o el establecimiento de nuevas. Además son familias que están muy inclinadas al logro de sus metas. Son moralistas, poco expresivas y sus actividades intelectuales y recreativas no son frecuentes.
Familias cohesionadas: Orientadas a la dimensión de relación y de crecimiento personal, generalmente son altamente unidas y organizadas, así se estimulan para actuar abiertamente y expresan directamente opiniones y sentimientos, además de percibirse como personas independientes. Están orientadas al logro de metas y objetivos. Se percibe el conflicto pero al parecer es resuelto en forma efectiva.
Familias sin orientación: Este tipo de familias no están orientadas a ninguna dimensión. Las familias con éstas características son moralistas y expresivas. No hay control ni actividades intelectuales. El conflicto se presenta muy frecuentemente. Los integrantes de estas familias son medianamente independientes, lo que significa que presentan esta conducta sólo en algunos casos y cuando es conveniente para ellos. Las reglas que se establecen son pocas y es muy probable que no se sigan.
Con el fin de buscar la relación entre los tipos de familias que se obtuvieron y el estrés de la crianza (dimensión de las características de la madre y dimensión de las características del niño), así como la relación de los tipos de familia con el desarrollo cognitivo del niño, se realizó un análisis de varianza de una sola vía con efectos fijos y sus respectivas pruebas post-hoc de Tukey-B (SPSS, 1997) para el factor tipos de familia y cada variable mencionada.
Tipología familiar y características de la madre y del niño
Es importante aclarar que puntajes altos indican mas percepción de estrés en la crianza. En la Tabla 2 se observa que las familias desorientadas tienen los puntajes de medias mas altos, siendo significativa la subescala de restricción, donde, la familia desorientada hace la diferencia.
Cuando el factor es el tipo de familia (ECF) y las características del niño (IEP) son la variable depen-diente (Tabla 2) se observa como significativa la subescala de humor; donde las familias desorientadas hacen la diferencia entre los grupos.
Tipología familiar y desarrollo cognitivo del niño
Las variables Tiempo de diseño de prismas y Puntaje de secuencia (DECONI) presentaron niveles de significancia al 0,01 para la primer variable y de 0,03 para el puntaje de secuencia, véase Tabla 3. La familia cohesionada (ECF) hace la diferencia en puntaje de secuencia y la familia disciplinada (ECF) hace la diferencia en tiempo de diseño de prisma.
Funcionamiento familiar, estrés de la crianza y desarrollo cognitivo
Un análisis de varianza simple considerando los totales de las subescalas para las variables dependientes dimensión características de la madre y dimensión características del niño (IEP) se observa valores significativos en los puntajes de estrés de la crianza y dimensión del niño respectivamente.
En la comparación de medias, las familias desorientadas (ECF) mostraron puntajes mas altos con respecto a las variables dependientes. Este tipo de familias conceptualiza la crianza como más estresante, tanto en la dimensión de la madre como la del niño pero sus hijos no se encuentran desaventajados comparados con los de los otros tipos de familias.
Discusión y Conclusiones
El tamizaje nos presenta una imagen clara de la población estudiada, lo cual puede deberse a diferentes razones; primero, se tiene una población muy homogénea es decir, con características muy similares y específicas en lo social; y segundo, se encuentran todos en el mismo momento de desarrollo familiar; es decir, se trata de parejas jóvenes con dos o tres hijos pequeños sin adoles-centes y viviendo en condiciones de pobreza extrema.
En el análisis donde se espera una relación entre los datos de funcionamiento familiar y el estrés de la crianza en la dimensión de la madre, se observa que el tipo de familia sin orientación está relacionado con la dimensión de la madre, en particular con la subescala de restricción, en la cual la madre percibe que su papel de madre restringe su libertad e interfiere con las actividades y/o logros que mantienen su identidad. Con respecto a la dimensión del niño se encontró relación entre el subgrupo de familia sin orientación con la subescala de humor; según el IEP, en la conceptuali-zación que la madre tiene de su hijo, ellas perciben a un niño triste, deprimido, que llora frecuentemente y no muestra signos de felicidad. Comparándola con los otros dos subgrupos, las familias sin orientación son poco favorables para un funcionamiento adaptativo en otros entornos o poco saludables.
Las percepciones de los padres hacia la conducta de sus hijos y sus sentimientos de compe-tencia como padres son elementos esenciales (Mash & Johnston, 1990); todos los padres enfrentan situaciones de tensión diariamente y sus efectos pueden acumularse y afectar la calidad del maternaje y de la interacción madre-hijo dentro de la familia a la que pertenecen.
Un factor que no mostró diferencias estadís-ticas al relacionarlo con el desarrollo cognitivo fue el ingreso familiar, el salario que estas familias perciben no es suficiente y es muy probable que no satisfaga todas las necesidades básicas de la familia (alimentación, vivienda, vestido y salud), pero dada la homogeneidad de la población era imposible tener la variabilidad suficiente para evaluar el impacto de esta variable.
Una consideración que es fundamental para iniciar esta discusión se refiere a que en lo psicológico, la pobreza no es importante en términos de lo que se pueda comprar o tener sino con relación a la manera en que impacta el desarrollo cognitivo del niño y su bienestar social. Los padres con muchas ganancias sostienen como definición de éxito un nivel alto de expectativas, mientras que padres de bajo salario tienen una motivación al logro que promueve muy poco al éxito en la escuela (Entwisle, Alexander & Olson, 1997). Entendido de esta manera, no es la situacionalidad geográfica urbana de la periferia la variable directa, sino un periodo en el que se encuentra la familia, donde existe una alta vulnerabilidad al impacto de la pobreza puesto que es el primer año escolar de su hijo y en la mayoría de las familias es el primogénito. Es durante este periodo que la familia se encuentra en crecimiento y ajuste, tanto psicológico como económico, por lo que la pobreza amenaza con mayor riesgo la estabilidad de la familia (Bronfenbrenner, McClelland, Werhington, Moen & Ceci, 1996). Además es un proceso donde interactúan algunas variables sociales como la ocupación del padre, el nivel educativo de la madre, no sólo pensando en la escolaridad sino en las habilidades de socialización de los padres; el ingreso familiar y las condiciones de la vivienda. Estudios anteriores (Haveman & Wolf, 1995; Conger, Conger & Elder, 1997) sugieren que una combinación de las variables mencionadas se correlaciona significativamente con el desarrollo académico.
Como se observa en la Tabla 3 los niños de familias disciplinadas se toman mas tiempo para respon-der y tienen las medias mas bajas en contraste con los niños de familias cohesivas, cuyos tiempos de respuesta son los más bajos de los tres tipos de familias y sin embargo tienen las medias mas altas, especialmente en secuencia, en donde si existe diferencia significativa.
En las familias cohesivas, se presentan fre-cuentemente conductas de expresividad, independencia, crecimiento personal, orientación al logro y organización; existe el conflicto pero se resuelve de manera positiva. Al parecer, esto es mas favorecedor hacia el niño que las conductas orientadas al control, establecimiento y seguimiento de reglas de las familias disciplinadas y eso también se ve reflejado sobre los puntajes de estrés de la crianza, en donde las madres de familias cohesivas se perciben a sí mismas como menos estresadas por la crianza de sus hijos, menos restringidas por su papel de madre y perciben mayor apoyo de la pareja.
Es interesante hacer notar que en las condi-ciones de pobreza extrema y considerando personas con 6 a 10 años viviendo en pareja, sería inútil promover estrategias de convivencia y el interés por la socialización dentro de la familia sin enfatizar la disciplina como rasgo fundamental. Más aún, cualquier estrategia dirigida a establecer condiciones para el desarrollo del niño y la familia urbana en pobreza extrema deberá apuntar hacia el establecimiento de habilidades de expresividad e independencia y manejo de conflictos y sobre todo habilidades de entrenamiento en relaciones interpersonales y socialización. El compor-tamiento dirigido a metas y orientado a la organización y al logro en la familia son dos patrones que deberán establecerse para darle una orientación al proceso (Ritcher, 2003). En este momento del desarrollo de la familia, lo que parece interferir en el desarrollo del niño e incrementar el estrés de la madre son las medidas de control y la falta de habilidades de relación interpersonal, lo mismo que la definición de metas y dirección de acciones organizativas orientadas al logro, al menos en las zonas urbanas empobrecidas de las ciudades de México.
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Dirección para correspondência
Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo A. C.
Departamento de Desarrollo Regional
Apartado Postal 1.735 - Carretera a la Victoria km 6
Ejido la victoria - Hermosillo Sonora México 83.000
Tel.: 00-54-662-2892400-ramal 317
Fax.: 00-54-662-2800055
E-mail: avera@cascabel.ciad.mx
Recebido em agosto de 2005
Reformulado em outubro de 2005
Aprovado em outubro de 2005
Sobre os autores:
1 José Ángel Vera Noriega é doutor em Psicologia, investigador do Centro de Investigação em Alimentação e Desenvolvimento A. C. e professor do Departamento de Psicologia e Ciências da Comunicação da Universidade de Sonora.
2 Dulce Karina Morales Nebuay é psicóloga da Direção-Geral de Educação Indígena da Secretaria de Educação do Estado de Sonora e mestranda na Universidade Pedagógica Nacional.
3 Cristina Vera Noriega é psicóloga da Direção-Geral de Educação Especial da Secretaria de Educação do Estado de Sonora e mestranda na Universidade Pedagógica Nacional.
Agradecimentos
Los autores agradecen a la Secretaria De Educación y Cultura del Estado de Sonora y al Sistema Nacional de Integración de la Familia por el financia-miento otorgado para la realización del estudio.