INTRODUCCIÓN
La Sofisticación Política (SP) se concibe como un sistema de creencias: configuración de ideas y actitudes en la que sus elementos están unidos por alguna forma de constraint, interdependencia funcional (Converse, 2006) o de “integración” (Luskin, 1987). Así entendida, la SP se asemeja a una trama compleja posibilitada por la inclusión de conceptos abstractos que permitirían la conexión de muchos elementos concretos dentro del sistema. Los más sofisticados políticamente poseerían pocos sistemas de creencias de gran alcance, con capacidad de organizar gran cantidad de información específica y donde los objetos centrales son de carácter genérico, abstracto y remoto. Los menos sofisticados contarían con grupos de ideas más dispersos, con poco constraint, donde los objetos centrales son de carácter más simple, concreto y provenientes del contexto más cercano a la persona (Converse, 2006).
En Psicología Social y específicamente en la literatura dedicada al análisis político, la SP estuvo y está muy presente. Es un factor explicativo clave de la participación política (Brussino, Alonso, & Imhoff, 2015; Converse, 2006; Delli Carpini & Keeter, 1993; Lacy & Christenson, 2016; Mckenzie & Unger, 2011; Weitz-Shapiro & Winters, 2017) y está asociada con actitudes hacia políticas públicas específicas (Batista Pereira, 2013; Jacoby, 2000; Lee & Chang, 2010). La SP También impacta sobre la capacidad de discernir entre fuentes de información con diferente credibilidad (Weitz-Shapiro & Winters, 2017), tomar decisiones políticas (Converse, 2006; Delli Carpini & Keeter, 1993) y sobre la formación de actitudes ante diferentes asuntos políticos (Mckenzie & Unger, 2011).
Esta comprobada relevancia se registra junto a variaciones en su conceptualización y en ocasiones no se evidencia problematización alguna, ni un explícito posicionamiento teórico acerca de la SP (Choma & Hafer, 2009; Zechmeister, 2006).
Algunos autores la conciben como unidimensional, la evalúa mediante el nivel de Conocimiento Político Fáctico (CPF) y la asimilan a otros conceptos: a “información política” (Lacyl & Christenson, 2016; Zechmeister, 2006), “conocimiento político” (Choma & Hafer, 2009; Goren, 2004; Ha, 2011; Mckenzie & Unger, 2011), “interés político” (Stevens, 2005), “expertise” (Fiske, Kinder, & Larter, 1983) y a “conciencia política” (Zaller, 1990).
Quienes asumen la unidimensionalidad de la SP suelen evaluarla a partir de una cantidad variable de preguntas sobre información política (Choma & Hafer, 2009; Delli Carpini & Keeter, 1993; Gibson, Claassen, & Barceló, 2019; Ha, 2011; Mckenzie & Unger, 2011; Orces, 2009; Reinermann, 2022; Reis & Castro, 1992; Zechmeister, 2006), incluyendo conjuntos variados de ítems contemplados en encuestas trans-nacionales como la American National Election Study (Goren, 2004). Otros, en cambio, recurren a la percepción de los entrevistadores sobre dicho nivel (Lacy & Christenson, 2016) y algunos llegan a evaluarla considerando exclusivamente la variable “años de educación” (Sinclair, Smith, & Tucker, 2018) como única dimensión.
En contraste, otros estudios asumen la multidimensionalidad de la SP combinando en su evaluación dos o más variables de diversa naturaleza. Algunos evalúan un componente informativo y otro motivacional o Interés Político (IP) (Brussino et al., 2015; Rasmussen, 2016; Stevens, 2005). Dentro de esta estrategia se reconocen algunas variaciones en la medición del Conocimiento Político Fáctico (CPF): categorización de líderes políticos como “demócratas” o “republicanos” (Lodge & Hamil, 1986) o según sus posicionamientos ante temas de la agenda nacional (De Witt, 2012), adecuando a dicha realidad nacional la evaluación de la SP. Otra variante metodológica identificada integra la medición del IP, la Eficacia Política Interna (EPI) y el Uso de Internet, recurriendo a datos del Proyecto de Opinión Pública para América Latina (LAPOP) (Lodola & Kitzberger, 2017).
A su vez, otros analistas combinan variables psicosociales –como IP y EPI– con variables sociodemográficas como es el caso del reciente estudio de Mullinix (2018) que ha utilizado la combinación entre IP y “educación”. Por su parte Carlos Guzmán y Adriana Ramírez (2014) utilizando datos de LAPOP integran nivel educativo, IP y consumo de medios de comunicación. Stavroula Chrona y Tereza Capelos (2016) combinan en una única escala de 11 ítems al nivel educativo, IP, importancia de la política en la
vida y el uso de siete fuentes de información. En cambio, Rebecca Weitz-Shapiro y Matthew Winters (2017) utilizan medidas de logro educativo junto a ítems de Conocimiento Político. Por su parte, María del Mar Rosón Martínez (2014), en su estudio con diputados latinoamericanos, combinó el nivel educativo (conocimientos formales adquiridos) y la experiencia política (conocimientos adquiridos a lo largo de la carrera política) como dos medidas indirectas de Conocimiento Político.
Sobre estas estrategias metodológicas que combinan múltiples medidas –y que se siguen implementando–, ya en 2010 Herbert Weisberg y Steven Nawara advertían sobre su peligro. Ellos sometieron a prueba diferentes medidas de SP, demostrando que pueden tener efectos muy diferentes, de modo que combinarlas conduciría a un estado de confusión que hay que evitar.
LA SOFISTICACIÓN POLÍTICA COMO CONSTRUCTO BIDIMENSIONAL
A diferencia de los anteriores, otros estudios focalizan sobre aspectos esencialmente cognitivos (no motivacionales) del procesamiento de información (Conover & Feldman, 1984) y evalúan la complejidad cognitiva que implica la SP a través de dimensiones que dan cuenta de la estructuración de las cogniciones políticas (Luskin, 1987). Así, el componente motivacional (IP y ocupación), la oportunidad (información política disponible y nivel educativo) y la capacidad (inteligencia) son considerados factores condicionantes de la SP -no sus dimensiones- (Luskin, 1990) que afectan al proceso perceptivo que incide en la estructuración del sistema de creencias políticas, y que configuran variaciones en las cogniciones y diferentes niveles de SP. Por ende, sería incorrecto recurrir a combinaciones de estas variables para evaluar la SP.
Asumir esta conceptualización tiene consecuencias metodológicas. Los instrumentos de medición requieren diseños y procedimientos de codificación más complejos, pues resulta clave que los participantes sean quienes estructuren las respuestas. Desde esta perspectiva se asume que las cogniciones políticas no son directamente aprehensibles; sólo pueden ser inferidas junto a sus propiedades a partir de lo que una persona dice o hace (Luskin, 1987). Por ello, la información brindada sobre asuntos, actores e instituciones políticas constituyen un medio exclusivo de acceso a ese sistema (Fuks & Batista Pereira, 2011).
Dentro de este enfoque, Robert Luskin (1990) señala que al evaluar la SP se deben considerar tres características de los elementos-ideas que constituyen el sistema de creencias políticas: tamaño, rango y constraint o interdependencia funcional. Para ello este autor propone la construcción de medidas híbridas que contemplen evaluaciones de dos dimensiones: Diferenciación, identificada como medida de Reconocimiento y Comprensión (RC), evaluando la cobertura del universo político que constituye el sistema de creencias (tamaño y rango) e Integración o medida de Uso Activo (UA), evaluada a partir de las abstracciones que organizan los elementos del sistema (constraint). Así, al combinar ambas medidas se compensan sus debilidades: las medidas UA pueden dar cuenta del uso de términos abstractos y su centralidad en el sistema de creencias -sin verdadera comprensión de su significado- y las medidas RC pueden captar el significado, sin considerar su uso (Luskin, 1990).
Entre quienes asumen esta conceptualización multidimensional de la SP también se evidencian variaciones metodológicas. Stacy Gordon y Gary Segura (1997), recurriendo al Eurobarómetro de 1989, midieron la SP calculando las distancias absolutas entre (a) la ubicación ideológica de cada uno de los partidos políticos de cada sociedad hecha por el encuestado y (b) la ubicación media de esos partidos hecha por los demás encuestados de esa sociedad. Para estos autores medir las diferencias entre el uso y el reconocimiento de la terminología por parte del individuo y el desempeño agregado de su sociedad, captaría la correcta conceptualización de la terminología abstracta y no su mero uso. Por su parte, Benjamin Highton (2009) evaluó el nivel de SP a través de un índice estándar de cinco preguntas sobre Conocimiento Político y una escala de compromiso ideológico que requiere la localización ideológica justificada de partidos políticos. Los niveles de conceptualización establecidos por Philip Converse –uno de los antecedentes más citados– también captan ambas dimensiones y fueron identificados mediante análisis cualitativo del discurso de personas entrevistadas, situadas en el contexto sociopolítico estadounidense de la década de 1960, caracterizado por un sistema bipartidista con posiciones ideológicas claramente identificables y opuestas. También desde un enfoque cualitativo Russell Neuman (1981) realizó un análisis de contenido de entrevistas en profundidad y caracterizó las dos dimensiones del procesamiento de información política: diferenciación e integración. Los investigadores funcionaron como jueces expertos al analizar la Integración Conceptual, identificando el patrón predominante por el cual los entrevistados organizaron, enlazaron, contrastaron o pusieron en contexto los diversos temas, actores y eventos políticos mencionados y los clasificaron recurrieron a los niveles de conceptualización de Converse.
Otra variante metodológica corresponde al uso de la Metodología Q1. Pamela Conover y Stanley Feldman (1984) la utilizaron para evaluar las creencias políticas en una muestra de 59 estudiantes estadounidenses de ciencia política. Ellos definieron el rango posible de elementos y los niveles de abstracción para cada dominio de contenido, presentándolos como estímulos a los participantes. Así, indagaron las posiciones respecto de cuatro dominios de contenido (económico, racial, social y asuntos exteriores) que comprendían normalmente los sistemas de creencias políticas en ese contexto estadounidense y que representaban los elementos concretos más específicos de un sistema de creencias políticas.
Más recientemente, Mario Fuks y Frederico Batista Pereira (2011) miden la Integración Conceptual solicitando a entrevistados de Brasil que asocien cinco expresiones a los términos ideológicos izquierda-derecha que luego codifican según nivel de abstracción y proximidad semántica: cuanto más abstracta y próxima semánticamente se encuentre una expresión al término estímulo, mayor será la capacidad de conceptualización y el nivel de SP. Para evaluar la Diferenciación Conceptual elaboran un índice de Conocimiento Político Factual con cuatro variables: cargos y partidos políticos prominentes de Brasil; número de partidos políticos conocidos; significado de siglas relevantes (ejemplo ONU) y posición de cinco partidos políticos en el espectro ideológico izquierda–derecha. A diferencia de otros estudios, para ellos la ubicación ideológica correcta de partidos políticos no “permite inferir el grado de sofisticación conceptual de los entrevistados”, considerándola sólo un indicador de la posesión de información política” (Fuks & Batista Pereira, 2011, p. 127).
Por último, cabe señalar que al evaluar la dimensión Integración Conceptual, en general, se demanda la categorización ideológica de diversos actores y partidos políticos, en tanto elementos constitutivos de sistemas de creencias del nivel más alto de SP. Esta técnica resultaba coherente con el contexto político donde fue desarrollada (EEUU en las décadas 1950/60), pero resulta inviable en diversos países -entre ellos Argentina- donde el bipartidismo, existentes décadas atrás, dejó de ser dominante ante la creciente fragmentación de los partidos nacionales tradicionales. Lo cual dio lugar a la conformación y reconfiguración de fuerzas partidarias en coaliciones o alianzas que se caracterizan por la pérdida de centralidad del discurso ideológico. Esta realidad política impide establecer criterios de corrección de los procesos de categorización ideológica y consecuentemente no pueden utilizarse como medida de la SP. Al respecto cabe señalar que Stacy Gordon y Gary Segura reconocían en 1997 que las medidas similares a las de Converse no funcionan bien en entornos multipartidistas, requieren familiaridad con las posturas políticas contemporáneas y cambiantes de cada partido en cada país, y una estimación post hoc de qué asuntos públicos son realmente salientes.
LA PROBLEMÁTICA DE LA MEDICIÓN DE LA SOFISTICACIÓN POLÍTICA.
La revisión realizada y los antecedentes aquí citados permiten constatar una diversidad de opciones metodológicas para evaluar la SP derivada no sólo del supuesto sobre la uni o multidimensionalidad del constructo, sino también de las diferentes variables o dimensiones consideradas dentro de los abordajes multidimensionales. Esta diversidad, en parte, obedece a la adopción acrítica de instrumentos desarrollados con ciertos particularismos y atendiendo a realidades políticas diferentes de los contextos de aplicación actual.
Ante esta constatación se hace evidente que la indagación de la SP a nivel poblacional requiere de un instrumento que: (a) sea coherente con la conceptualización bi-dimensional del constructo (sistema de creencias); (b) no incluya como dimensiones de la SP a sus factores condicionantes; (c) posibilite ser aplicado de modo estandarizado a muchas personas; (d) contemple procedimientos replicables en otras poblaciones y a la vez, (e) cuente con suficiente validez ecológica atendiendo a escenarios políticos no bipartidistas. Un instrumento que cuente con estas características permitiría producir datos de mayor calidad fortaleciendo el análisis de la SP en relación con diversas prácticas sociopolíticas y variables psicosociales.
Por ello y atendiendo a estos requerimientos nos propusimos contribuir a una mejor evaluación de la SP, mediante un estudio instrumental (Montero & León, 2007).
MÉTODO
El estudio se desarrolló siguiendo cinco grandes pasos basados en los lineamientos de Suzanne Lane, Mark Raymond y Thomas Haladyna (2006).
Revisión de la literatura específica sobre medición de ambas dimensiones (Luskin, 1987, 1990). En relación con la Diferenciación Conceptual o CPF se evidenció que las técnicas empleadas asumen principalmente una concepción de democracia restringida a lo electoral y consideran un conocimiento cívico que prioriza el nivel nacional de gobierno. En relación con la Integración Conceptual se registra un uso frecuente de opciones dicotómicas para categorizar actores y/o partidos que suponen un escenario político también dicotómico.
Delimitación del dominio. Se consideran dos dimensiones. Diferenciación Conceptual (Delli Carpini & Keeter, 1993) o CPF, relativa al tamaño o número de informaciones y a la amplitud de los asuntos que dicha información cubre en el universo político no restringido a la democracia representativa ni al nivel nacional. Integración Conceptual, relativa a la organización, interconexión entre las informaciones o cogniciones políticas (Fuks & Batista Pereira, 2011; Luskin, 1987, 1990; Neuman, 1986).
Tipo de instrumento y su formato. Se optó por un cuestionario auto administrado online, con ítems que contemplan tanto respuestas abiertas como opciones de respuesta cerrada.
Diseño de ítems. (a) Diferenciación Conceptual: se consideraron siete de los ocho ítems de la escala adaptada a Argentina por Brussino, Sorribas y Medrano (2008) 2 (α = .80) junto a cinco ítems para evaluar información sobre espacios y mecanismos participativos (Autor/a, año) (α = .77). A éstos se sumaron otros 21 ítems utilizados para evaluar el CPF en diversas poblaciones de Argentina (Brochero & Sorribas, 2016; Sorribas, 2017) y que asumen la distinción de la información política movilizante en tres categorías3 de Dylko (2010). A fin de equilibrar la distribución de ítems según la escala de la política se construyeron otros dos ítems (uno a nivel nacional y otro a nivel internacional). Para cada escala (internacional, nacional, provincial y municipal) se consideraron ítems sobre estructura y funcionamiento de gobierno, partidos políticos, figuras políticas en cargos públicos y otras vinculadas a movimientos de incidencia política y organismos y mecanismos de democracia participativa o directa. Puntuación: incorrectas= 0; parcialmente correctas= 1 y correctas = 2. (b) Integración Conceptual se adoptó la propuesta de Fuks y Batista Pereira (2011) que requiere la evocación de palabras ante la presentación de dos términos estímulo: izquierda y derecha. Las respuestas se evaluaron de acuerdo con dos criterios, Proximidad Semántica y Nivel de Abstracción, con una codificación numérica de 0 a 3 puntos. A mayor abstracción y proximidad semántica de la respuesta al término de referencia, mayor puntaje. La suma para los dos estímulos bajo ambos criterios tiene un rango de 0 a 60. Además, tomando otros aportes (Lodge & Hamil, 1986; Luskin, 1990) y en función de la realidad política no bipartidista de Argentina, se complementó la evaluación de esta dimensión construyendo una escala con 12 argumentos sostenidos desde posicionamientos ideológicos (izquierda y derecha) sobre asuntos políticos coyunturales del contexto argentino, mediante un relevamiento de temas socio-políticos de la agenda mediática y el debate público que presentaban una clara oposición ideológica entre referentes políticos. El conjunto de argumentos fue construido por seis expertas que por unanimidad acordaron los temas a incluir junto a la posición ideológica que asumió cada tema en la escala. Se asume que, a mayor nivel de Integración Conceptual, mayor reconocimiento de argumentos de manera correcta. Las opciones de respuesta son: Izquierda, Derecha y No sé. Puntuación: incorrectas y No sé= 0 y correctas =1. El rango va de 0 a 12. El puntaje total de esta dimensión se obtiene sumando el puntaje alcanzado en Proximidad Semántica y Abstracción y el puntaje obtenido en el reconocimiento de argumentos. El puntaje total de SP se obtiene sumando los puntajes de las escalas Conocimiento Político Fáctico (Diferenciación Conceptual), Reconocimiento de Argumentos y las cuatro subescalas derivadas de las respuestas abiertas ante los dos términos estímulo (izquierda-derecha). Se incluyeron consignas para obtener información sobre edad, sexo, ciudad de residencia y nivel educativo de los participantes.
Codificación de las respuestas abiertas correspondientes a la dimensión Integración Conceptual. Se recurrió a 7 evaluadores que realizaron sucesivas rondas de evaluación. En la primera se efectúo un análisis global de las respuestas obtenidas para el estímulo Izquierda, considerando los criterios de Fuks y Batista Pereira (2011) y resultados sobre cogniciones de izquierdaderecha (Brussino, Imhoff, Paz García, Dreizik, & Rabbia, 2017). Se excluyeron respuestas no pertinentes4. Lo mismo se hizo con las respuestas asociadas al término Derecha. Para algunas respuestas que no registraron 100% de acuerdo en su codificación inicial5 se realizaron nuevas rondas de evaluación hasta llegar a un acuerdo unánime.
PARTICIPANTES
Se realizó un muestreo no probabilístico accidental (León & Montero, 2015), entre mayo y septiembre de 2018, reclutando ciudadanos de Córdoba Capital (Argentina) activos políticamente en instituciones de democracia participativa y otras organizaciones de la sociedad civil (con una amplia dispersión territorial6) y de población general, difundiendo la encuesta mediante correo electrónico y redes sociales (Facebook, Twitter y Instagram). Los criterios de inclusión fueron: elector potencial (16 años o más) con residencia efectiva en la ciudad de cinco o más años. Se excluyeron casos que informaron residir en otras localidades cercanas a Córdoba. En la invitación a participar se informó sobre el objetivo y la institución que avala y financia el estudio; se aclaró el carácter confidencial y anónimo de la información recolectada y se identificó a las investigadoras responsables brindando datos de contacto. La muestra quedó conformada por 336 residentes con edades comprendidas entre los 16 y 77 años (M=38.91; DE=12.33); un 50.8% del sexo femenino; el 46.4% completó estudios universitarios, 19.6% registró universitario incompleto7, 8.3% tiene terciario (completo/incompleto), 4.2% secundario completo, 3.3% secundario incompleto y un .3% primario completo.
ANÁLISIS DE DATOS
Se efectuó un primer análisis descriptivo mediante SPSS 17.0 para describir las diferentes dimensiones, calculando sus frecuencias, porcentajes y medidas de tendencia central con el fin de valorar las puntuaciones obtenidas en la muestra. A efectos de establecer la estructura interna de la escala Conocimiento Político Fáctico, se procedió a realizar un análisis factorial exploratorio (AFE) utilizando el software FACTOR versión 10.8.04 WIN32. Se optó por esta técnica debido a que los contenidos de estos ítems refieren a conocimientos que no suponen un modelo formativo. Se determinó la confiabilidad de la escala con el coeficiente Omega de Mc Donald mediante R versión 4.0.0. Luego se exploró la relación entre dimensiones mediante el Coeficiente de correlación de Spearman empleando SPSS 17.0. Por último, se procedió a un nuevo AFE orientado a identificar posibles dimensiones latentes desde los puntajes de cada escala.
RESULTADOS
DIMENSIÓN DIFERENCIACIÓN CONCEPTUAL: EVIDENCIA DE ESTRUCTURA INTERNA.
Se analizó la calidad métrica de los ítems, a fin de someter los más adecuados al AFE (Izquierdo, Olea, & José Abad, 2014). Por tener pocas categorías de respuestas categóricas se recurrió a correlaciones policóricas (Finney & Di Stefano, 2006). Complementariamente se atendieron señalamientos relativos a “no aplicar un AFE con correlaciones de Pearson si una parte importante de los ítems tiene distribuciones asimétricas, ya que los ítems pueden agruparse en función de la media de su distribución” (Brown, 2006, p. 21). De acuerdo con estos estándares se eliminaron seis ítems (1, 10, 11, 24, 26 y 32) que no cumplían la condición de dificultad y discriminación promedio y que presentaron elevada asimetría y curtosis (≥ -3.98 y ≥14.08 respectivamente)
En función de estos antecedentes se optó por aplicar el AFE mediante el software FACTOR que permite trabajar con correlaciones policóricas cuando se sospecha que el modelo lineal puede ser inadecuado (Ferrando & Anguiano-Carrasco, 2010) y se siguió la propuesta de utilizar el método de estimación Unweighted Least Squares (ULS) y optar por la rotación PROMIN, flexible pero simple (Lloret, Ferreres, Hernández, & Tomás, 2017). Se optó por combinar diferentes criterios de selección de factores: Análisis Paralelo (AP), prueba de promedio parcial mínimo (MAP), índices de bondad de ajuste disponibles cuando se utilizan correlaciones policóricas y minimización de residuos (ver Ledesma, Ferrando, & Tosi, 2019). Se estableció que era posible el AFE mediante: (a) determinante de la matriz de correlaciones significativa = 0.005059155955842; (b) índice de adecuación muestral KMO adecuado = 0.781 y (c) test de esfericidad de Bartlett significativo = 1715.5 (df = 406; p = 0.000010). Los 29 ítems seleccionados se sometieron a un AFE con las especificidades ya informadas. De acuerdo con el AP basado en el AF de rango mínimo (Timmerman & Lorenzo-Seva, 2011) el número de dimensiones aconsejadas cuando se considera el percentil 95 fue 2, reteniendo un total de 24 ítems. Al analizar las saturaciones factoriales de los ítems con un criterio mayor a .30 (Costello & Osborne, 2005), se decidió eliminar cinco ítems que no lo alcanzaron (5, 6, 27, 31 y 35). Luego, los 24 ítems retenidos fueron incluidos en un nuevo AFE con las mismas especificidades. Los datos indicaron que eran adecuados para este tipo de análisis mediante: (a) determinante de la matriz de correlaciones significativa = 0.009345597342429; (b) índice de adecuación muestral KMO adecuado = 0.811 y (c) test de esfericidad de Bartlett significativo = 1524.1 (df = 276; p = 0.000010). Se constata que mejora el valor del KMO.
El análisis arrojó una estructura de dos factores con 24 ítems que explican el 38% de la varianza (28% el primero y 10% el segundo). Como puede constatarse en la Tabla 1, el factor 1 (Democracia Representativa: estructura y función de gobierno) retuvo seis ítems que indagan conocimiento sobre estructura de gobierno –particularmente municipal– y al funcionamiento de los poderes del Estado, específicamente el legislativo y la interacción de éste con los demás poderes a nivel provincial y nacional. El factor 2 (Democracia participativa: conocimiento táctico e identificatorio) retuvo 18 ítems que refieren al conocimiento sobre organismos y mecanismos participativos y al reconocimiento de personas y cargos de gobierno. Siguiendo a Ivan Dylko (2010) este tipo de contenido corresponde a información política movilizante de tipo identificatoria y táctica. En Tabla 2 se presentan las medidas de tendencia central y de dispersión obtenidas.
Redacción de ítems | F 1 | F 2 |
---|---|---|
3- En Córdoba ¿está vigente la Cláusula de Gobernabilidad? (mayoría automática en el Concejo Deliberante, sin importar el porcentaje de votos que hubiera obtenido en la elección el Ejecutivo) | 0.772 | |
8- ¿Qué es el Plan de Metas que está vigente desde 2011 en Córdoba? | 0.616 | |
9- En Córdoba, ¿un partido/alianza puede ganar el Poder Ejecutivo, aunque sólo logre constituirse en una 1era. minoría”? (por ejemplo, obteniendo 22.5% de los votos del electorado) | 0.528 | |
7-¿Cuál es el poder del Estado que sanciona las leyes provinciales? | 0.409 | |
2- Ante dudas sobre la constitucionalidad de una ley ¿qué dependencia / organismo del Poder Judicial decide? | 0.380 | |
4- En la República Argentina ¿quiénes son responsables del nombramiento de los Jueces de la Suprema Corte de Justicia? | 0.321 | |
25- ¿Qué tiene que hacer un ciudadano para participar en las Audiencias Públicas previstas por la Ley de Ambiente de la Provincia? | 0.812 | |
29- ¿Qué tiene que hacer un ciudadano para poder participar en las Audiencias Públicas por las tarifas de electricidad o gas? | 0.798 | |
16- En Córdoba ¿Qué cargo ocupa actualmente Felipe Lábaque? | 0.697 | |
33- En Córdoba: ¿qué tiene que hacer un ciudadano para participar de una Audiencia Pública? | 0.696 | |
14- ¿Cuál es el Partido Político con más miembros en el Poder Legislativo provincial? | 0.653 | |
30- En Córdoba: ¿Quiénes pueden integrar las Juntas de Participación Vecinal? | 0.564 | |
13- ¿Quién ocupa la vicegobernación de Córdoba, a partir de la licencia de Martín Llaryora? | 0.563 | |
12- ¿Quién es el Defensor del Pueblo de la provincia de Córdoba? | 0.557 | |
17- ¿Quién es Sofía Gatica? | 0.550 | |
18- ¿Cómo llegó a la presidencia de Brasil Michel Temer? | 0.545 | |
20- En general, ¿aproximadamente qué porcentaje de cordobeses vota en las elecciones municipales? | 0.534 | |
34- ¿Quiénes pueden integrar los Consejos Barriales de prevención y convivencia del Plan Integral de Seguridad Ciudadana Provincial? | 0.488 | |
21- Si un medio de comunicación publica contenidos discriminatorios y ofensivos que no respetan la diversidad de género: ¿a qué organismo nacional se puede? | 0.480 | |
15- ¿Qué país se encuentra suspendido actualmente como integrante del MERCOSUR? | 0.479 | |
28- En Córdoba ¿Dónde funcionan las Juntas de Participación Vecinal? | 0.473 | |
22- ¿Qué tiene que hacer un joven de 16 o 17 años, para participar de elecciones municipales en Córdoba para elegir Intendente y Vice? | 0.457 | |
23- En Córdoba: ¿los ciudadanos participan en la elaboración del presupuesto? | 0.419 | |
19- ¿Quién es Estela de Carlotto? | 0.358 |
Estadísticos | F1* | F2** |
---|---|---|
Media | 4.7 | 15.2 |
Moda | 3 | 14a |
Desviación estándar | 2.9 | 6.6 |
Rango | 12 | 32 |
Mínimo | 0 | 0 |
Máximo | 12 | 32 |
aExisten múltiples modos. Se muestra el valor más pequeño
*La escala contempla un mínimo de 0 y un máximo de 12 puntos
**La escala contempla un mínimo de 0 y un máximo de 36 puntos
Se calculó el coeficiente Omega de Mc Donald y se obtuvo un valor de .717, considerado adecuado teniendo en cuenta los criterios respecto a la magnitud de la confiabilidad (Ventura-León & Caycho-Rodríguez, 2017). A su vez, se obtuvieron sendos coeficientes para cada factor, registrándose un valor de .551 para el primero y un valor de .793 para el segundo.
DIMENSIÓN INTEGRACIÓN CONCEPTUAL: PROCEDIMIENTO DE ASOCIACIÓN DE PALABRAS.
Se constató que un 70% de los participantes emitió entre cuatro y cinco palabras válidas. Entre quienes emitieron cinco palabras, se observó que el estímulo Izquierda registró mayor porcentaje (62.8%) de respuestas válidas (entre las más evocadas estuvieron Igualdad, Lucha, Socialismo y Revolución) en comparación con el estímulo Derecha (50.9%) (las más evocadas fueron Conservadurismo, Neoliberalismo, Desigualdad y Represión). Como se observa en la Tabla 3 una puntuación media para ambos estímulos fue registrada entre un 46.4% y un 65.8%. Dicha puntuación media varía, en términos porcentuales, entre la Proximidad Semántica (64.3% para Izquierda y 65.8% para Derecha) y el Nivel de Abstracción (46.4% y 47.9% respectivamente). En relación con la puntuación alta, se reconoce que el porcentaje de sujetos que se ubica en ella es mayor en el Nivel de Abstracción (34.6% para Izquierda y 32.8% para Derecha) en comparación con el de Proximidad Semántica (12.9% y 11.6% respectivamente). De acuerdo con Robert Luskin (1990), estos datos podrían indicar la existencia de un uso de términos de nivel alto de abstracción en los participantes, pero con una comprensión limitada.
Proximidad Semántica | Abstracción | |||
---|---|---|---|---|
Medida | Izquierda | Derecha | Izquierda | Derecha |
Moda | 5 | 8 | 9 | 9 |
Media | 6.13 | 6.27 | 7.75 | 7.85 |
Puntaje BAJO | 77 (23%) | 76 (22.8%) | 64 (19.4%) | 65 (19.5%) |
Puntaje MEDIO | 216 (64.3%) | 221 (65.8%) | 156 (46.4%) | 161 (47.9%) |
Puntaje ALTO | 43 (12.9%) | 39 (11.6%) | 116 (34.6%) | 110 (32.8%) |
Como indica la Tabla 4, para las medidas de tendencia central se evidencia una diferencia mínima en función del término (Izquierda o Derecha) al que se asociaban las respuestas.
DIMENSIÓN INTEGRACIÓN CONCEPTUAL: RECONOCIMIENTO DE ARGUMENTOS.
Como se observa en Tabla 5, uno de cada dos participantes (50.9%) reconoció la posición correcta de todos los argumentos, obteniéndose una media de casi 11 puntos para un puntaje máximo de 12 y una variación pequeña de S=1.76.
Redacción de ítems | % |
1. El Estado nacional tuvo que declarar la emergencia energética, implementando actualizaciones tarifarias que permitirán normalizar la situación de la energía eléctrica y el gas natural en todo el país, para mejorar la calidad del servicio. | 97 |
8. Es necesario el endurecimiento de las leyes migratorias para combatir el narcotráfico en nuestro país. Todo extranjero que cometa cualquier delito dentro del país debe ser expulsado inmediatamente, sin excepciones | 96 |
9. Muchas personas de otros países visitan el nuestro con el único objetivo de atenderse en los hospitales públicos. El gasto que genera la atención a estos pacientes es muy elevado y no se justifica; al no ser residentes, no abonan los impuestos | 94 |
4. Para aumentar la competitividad de las empresas argentinas y darles más previsibilidad es aconsejable instrumentar el “fondo de cese laboral”, que reemplaza la indemnización tradicional por un sistema donde mensualmente cada trabajador aporta un porcentaje | 93 |
7. La despenalización del aborto no es una cuestión religiosa o moral, es una cuestión de salud pública: es la principal causa de muerte materna en el país. El Estado debe hacerse cargo de este problema que afecta de manera desigual a la sociedad, ya que son las mujeres de más bajos recursos las que deben someterse a abortos clandestinos | 93 |
10. Para construir la soberanía alimentaria se necesita que ciudadanos y comunidades decidan sobre la producción, distribución y comercialización de todo tipo de alimentos | 93 |
12. El Estado debe garantizar la equidad de cultos en Argentina, suprimir el trato diferencial que le otorga un lugar político ilegítimo a la Iglesia Católica: aporte a su financiamiento y condición privilegiada como “persona jurídica pública”. | 92 |
6. La concepción de la tierra como una mercancía y no como un bien social, fue generando en nuestro país un fuerte proceso de concentración de las tierras productivas, profundizado las desigualdades existentes. | 89 |
11. El ineficiente sistema de reparto argentino, que permite la obtención del beneficio de la jubilación a quienes nunca se inscribieron ni aportaron a la seguridad social, es una estafa inter-generacional que atenta contra la inversión, la productividad y el poder adquisitivo del salario | 89 |
3. La baja en la edad de imputabilidad de los menores a 14 años, no producirá ninguna baja en los índices de “delito”, sino un recrudecimiento del accionar policial, la completa militarización de los barrios y la policialización de la vida. | 86 |
2. Los tarifazos en el transporte de este año, así como los que se van a aplicar en los servicios básicos de luz y agua, no sólo fuerzan el incremento de precios, sino que erosionan el poder de compra del salario de los trabajadores, perjudicando sus condiciones de vida | 80 |
5. La protesta social es un derecho y como tal debe reglamentarse. Si no es legítima ni legal, la protesta social vulnera otros derechos. | 76 |
DIMENSIÓN INTEGRACIÓN CONCEPTUAL: RELACIÓN ENTRE SUB-ESCALAS.
Se verificó una relación fuerte y estadísticamente significativa entre las sub-escalas Proximidad Semántica y Nivel de Abstracción correspondientes tanto al estímulo Izquierda (rs= .76; p< .01) como al estímulo Derecha (rs= .81; p<.01). Por otra parte, no se registró relación estadísticamente significativa entre las dos escalas que evaluaban Nivel de Abstracción, aunque sí hubo correlación entre las dos que medían Proximidad Semántica (Izquierda y Derecha) (rs= .13, p< .05), así como entre la suma de las dos escalas que evaluaban Nivel de Abstracción y la suma de las dos escalas de Proximidad Semántica (rs= .84; p<.01). A la vez, se observó una correlación estadísticamente significativa entre Reconocimiento de Argumentos y la suma de las cuatro sub-escalas que evalúan Nivel de Abstracción y Proximidad Semántica de los estímulos Izquierda-Derecha (rs= .33, p< .00). No obstante, la escala Reconocimiento de Argumentos no evidenció relación estadísticamente significativa con todas las sub-escalas generadas a partir de la asociación de palabras.
También se asociaron los puntajes obtenidos en la escala Reconocimiento de Argumentos con la cantidad de palabras emitidas. Así, entre quienes reconocieron la mayor cantidad de argumentos (10 a 12), más del 50% emitió cinco palabras. Este porcentaje fue menor para el estímulo Derecha (54%) comparado con el estímulo Izquierda (61%).
RELACIÓN ENTRE LAS DOS DIMENSIONES DE LA SP
Al relacionar la dimensión Diferenciación Conceptual con la dimensión Integración Conceptual no se evidenció relación estadísticamente significativa (rs= .091; p> .09). Este resultado puede depender de la estructura bidimensional del CPF y de los procesos cognitivos distintos asociados a cada dimensión de la SP. Por otra parte, sí se observó al considerar las relaciones entre las sub-escalas de cada dimensión. Por un lado, se registró una correlación entre la medida síntesis de la dimensión Integración Conceptual y el Factor 1 correspondiente a Diferenciación Conceptual (rs= .15; p< .01). También se registró correlación entre este Factor 1 y Reconocimiento de Argumentos (rs= .26; p< .01) y una relación significativa positiva pero débil entre la Integración Conceptual correspondiente al estímulo Derecha (Proximidad Semántica -
Nivel de Abstracción) con el Factor 1 de la dimensión Diferenciación Conceptual (rs= .19; p< .01 y rs= .21; p<.01 respectivamente).
Para establecer si se constataba la dimensionalidad reportada por (Fuks & Batista Pereira, 2011) basada en los puntajes de los distintos subtests se previó un nuevo AF. De acuerdo con Pere Ferrando y Cristina Anguiano-Carrasco (2010) con puntuaciones de subtests es muy difícil que se produzcan relaciones no lineales. Estos autores sugieren establecer la adecuación del AF mediante: (a) el test de esfericidad de Bartlett y (b) el grado de relación conjunta entre las variables de acuerdo al KMO de Kaiser. Atendiendo a sus sugerencias se empleó el método de estimación del modelo Mínimos Cuadrados Ordinarios (MCO) y dentro de éste el AF de ejes principales y el método de rotación Promax con normalización Kaiser. Para este análisis se incluyeron las escalas Proximidad Semántica Izquierda, Proximidad Semántica Derecha, Nivel Abstracción Izquierda, Nivel Abstracción Derecha, y tanto el Factor 1 como el Factor 2 de Conocimiento Político Fáctico (Diferenciación Conceptual). El Reconocimiento de Argumentos no fue incluido por presentar un valor superior a ± 1.5 en asimetría y curtosis (George & Mallery, 2003). Se evaluó la factibilidad del análisis a través del índice de adecuación muestral KMO que presentó un valor aceptable de .53 (SPSS-Hispanoportuguesa, 2010) y la prueba de esfericidad de Bartlett que presentó resultados significativos (gl=25; p= .000). De acuerdo con la matriz de estructura, las medidas de Diferenciación Conceptual no alcanzaron valores mínimos de saturación factorial (≤ .35 según Costello & Osborne, 2005). En base a este resultado no fue posible identificar los factores latentes encontrados por Fuks y Batista Pereira (2011) que representen las relaciones entre el conjunto de medidas.
DISCUSIÓN
El presente estudio tuvo como objetivo desarrollar un instrumento que permita evaluar la SP a nivel poblacional, con suficiente validez ecológica y asumiendo un abordaje complejo del constructo. Se optó por construir una medida bidimensional que integrara -junto a las medidas tradicionales que evalúan el CPF- la evaluación de la dimensión Integrativa derivada de las concepciones más cognitivas de la SP. Así, el esfuerzo analítico implicado en su diseño se centró en la construcción de ítems con contenidos ajustados a la realidad de la población objetivo (Argentina) dentro de procedimientos replicables en otras poblaciones. Como quedó evidenciado, mediante este instrumento se abordó una noción más amplia de la SP, ya que no sólo se estaría dimensionando la SP ligada a la experiencia a través de los ítems de CPF, sino que se incluye la valoración específica de una noción de sofisticación práctica (Weisberg & Nawara, 2010), a partir del uso y comprensión que los sujetos hacen de los términos ideológicos captados por la dimensión Integración Conceptual.
En el orden de las contribuciones hechas, cabe resaltar que el instrumento aquí presentado es factible de ser aplicado a otros contextos políticos subnacionales. Por un lado, porque la estructura sintáctica de los ítems correspondientes a la Diferenciación Conceptual permite su adaptación, reemplazando el contenido específico relativo a la política local (nombres propios, instituciones de gobierno, sistemas de gobierno tanto provincial como municipal), por contenidos equivalentes que den cuenta del contexto político donde se aplique. Procedimiento de adaptación ampliamente evidenciado en la literatura revisada. Por otra parte, y en relación con la Integración Conceptual, el contenido referido a posicionamientos ideológicos de la escala Reconocimiento de Argumentos, forma parte de la agenda y debate a nivel nacional haciendo innecesaria una modificación sustantiva en aplicaciones del instrumento dentro del país. Éste también es un procedimiento similar al empleado en otros países. Lo mismo puede sostenerse en relación con la asociación de palabras con los estímulos Izquierda y Derecha, ya que esta oposición ideológica es central en la organización de la política tanto nacional como internacional (Sulmont, 2016) y ya evidenció su pertinencia en Brasil (Fuks & Batista Pereira, 2011). Así, sucesivas aplicaciones en diferentes territorios permitirán contar con datos de mayor calidad relativos a la SP de la sociedad argentina, con mayor validez ecológica y permitiendo análisis comparativos.
A su vez, los procedimientos empleados en este estudio pueden replicarse en otros países mediante la adaptación de los ítems correspondientes a Diferenciación Conceptual y a Reconocimiento de Argumentos y aplicando la asociación de palabras a los estímulos izquierda-derecha como ya se hizo en el caso de Brasil (Fuks & Batista Pereira, 2011).
También realizamos contribuciones específicas en relación con la escala de CPF (Diferenciación Conceptual), una de las medidas más utilizada en la evaluación de la SP. Respecto de su diseño, se amplió la delimitación de su dominio y se incrementó la cantidad de indicadores. En términos de su análisis, la indagación de su estructura interna también constituye un aporte sustantivo ya que “la mayoría de los estudios toman el número de respuestas correctas como medida de Conocimiento Político y, por lo tanto, simplemente asumen la existencia del rasgo latente” (Munzert & Selb, 2017, p. 174), sin realizar análisis psicométricos a nivel de los ítems. Falencia metodológica también reconocible en el estudio de Fuks y Batista Pereira (2011) ya que recurren al AF sólo para identificar dimensiones latentes a partir de los puntajes en las ocho escalas que diseñaron. Es decir, las cuatro escalas de la dimensión Diferenciación Conceptual utilizadas por estos autores no surgieron de un análisis factorial y la asimetría y curtosis de cada ítem no fueron controladas. Esto podría incidir en el resultado reportado por ellos: las dos dimensiones latentes identificadas. A su vez, esas dos dimensiones fueron identificadas luego de la rotación Oblimin (sin rotación identifican un solo factor) y cada escala registra una alta carga en ambos factores, lo cual complejiza la interpretación de sus hallazgos. Esta diferencia en los procedimientos puede explicar la diferencia entre nuestros resultados y los de estos autores.
En relación con la Diferenciación Conceptual también se innovó por la aplicación de un AFE utilizando el software FACTOR, procedimiento que es más pertinente y que no ha sido empleado en estudios que sí procedieron a realizar análisis psicométricos de esta dimensión (Brussino et al., 2008; Sorribas, 2012).
Los resultados producidos mediante el AFE contribuyen a la discusión sobre el CPF ya que no se evidenció “la tendencia habitual en los entornos de ciencias sociales y de la salud: que los factores se correlacionen entre sí” (Izquierdo et al., 2014). Esta independencia conceptual entre los dos factores es un hallazgo sostenido y justificado por la decisión metodológica de optar por el método Promin, mucho más refinado según Urbano Lorenzo-Seva (1999). En comparación con métodos previos, “Promin incorpora mejoras en todas las etapas: solución ortogonal de partida, determinación de la matriz diana y procedimientos y criterios de aproximación” (Ferrando & Anguiano-Carrasco, 2010, p. 31). A su vez, este hallazgo puede interpretarse en función del tipo de Conocimiento Político evaluado por cada factor. El primero evalúa conocimientos relativos a una concepción representativa de la democracia con énfasis en la dimensión electoral y todos sus ítems refieren a alguno de los tres poderes en que se organiza el Estado en todos sus niveles. En cambio, la mayoría de los ítems del segundo factor implican una concepción participativa o directa de la democracia y refieren a un número mayor de objetos en los que se diferencia este conocimiento. Asimismo, el contenido de muchos de sus ítems está conceptualmente vinculado a la tipología que distingue variantes de información política movilizante, reconociéndose dos tipos: identificatoria y táctica (Dylko, 2010). Se trata de un CPF más próximo a la participación política, que capta información necesaria para ejercerla. Así, la distancia/cercanía respecto del comportamiento político puede ser un criterio que colabore en la interpretación de la independencia entre ambos factores. Futuras indagaciones permitirán establecer si los factores varían en función del tipo de fuentes y soportes de información y del tiempo y nivel de exposición a ellas.
Respecto de la dimensión Integración Conceptual, los dos procedimientos de medición -asociación de palabras y reconocimiento de argumentos- pretenden constituirse en un aporte a su evaluación. Los resultados del análisis correlacional permiten sostener la interpretación de que están evaluando esta misma dimensión. Particularmente, la técnica de asociación de palabras permitió franquear limitaciones derivadas de la utilización de las medidas tradicionales como la categorización de objetos políticos según polos ideológicos (conservadurismo/progresismo o liberalismo) y enfrentó las críticas centradas en la sospecha de una brecha entre la efectiva comprensión y el uso de terminología abstracta por parte de quienes son evaluados. En este sentido, el Nivel de Abstracción y de Proximidad Semántica permitieron valorar tanto el uso que el sujeto realiza de terminología ideológica en sus diferentes niveles de abstracción, como su comprensión, es decir posibilitaron captar una visión contextual de la política en la que los sujetos pueden enlazar y dar sentido a gran número de elementos concretos (Converse, 2006). Adoptar el procedimiento de asociación de palabras también contribuye a mejorar la evaluación de aspectos cognitivos (no motivacionales) del procesamiento de información. La expresión espontánea de palabras a partir de un estímulo activa un proceso que apela a la memoria semántica. Ésta constituye el conjunto de informaciones y operaciones que permiten conocer el significado de las palabras en relación con las cosas y que está organizado en categorías y atributos (Montealegre, 2003). Dicho proceso permite recuperar características y asociaciones dominantes en torno a los objetos conceptuales (Davey et al., 2016). Este tipo de recuperación se caracteriza por ser relativamente rápido, requerir un mínimo de atención, ser involuntario y no estratégico (Badre & Wagner, 2007) y por complejizarse a medida que la cantidad de palabras requeridas aumenta, demandando la recuperación de conocimiento almacenado en la memoria a largo plazo (Brade & Wagner, 2007; Davey et al., 2016).
En contraste con otros procedimientos, tanto las respuestas abiertas correspondientes al CPF como la asociación de palabras permitieron un acercamiento más fiel a la estructura de pensamiento de los protagonistas, mejorando los resultados que podrían obtenerse con la Metodología Q, mucho más estructurada discrecionalmente por quienes guían la investigación. Estos procedimientos también constituyen una alternativa a las clásicas entrevistas que requieren más tiempo e implican mayores costos en materia de producción y procesamiento de datos. Por su parte, la asociación de palabras permite acceder a la complejidad del vocabulario intra-sujeto, captando tanto la cantidad de palabras válidas emitidas, como la diversidad semántica del contenido, posibilita un análisis más profundo de los datos y un acercamiento a ellos a posteriori tanto cuantitativo como cualitativo. No obstante, los datos obtenidos mediante asociación de palabras requieren de una revisión minuciosa de cada una de las respuestas abiertas. Por ello, resulta de utilidad contar con antecedentes similares (Fuks & Batista Pereira, 2011) y complementarios sobre los esquemas cognitivos relativos a los posicionamientos ideológicos que pueden guiar la codificación (Brussino et al., 2017).
Por último, junto a estas contribuciones, corresponde reconocer algunas limitaciones que pueden ser enfrentadas en futuras investigaciones. Por un lado, la generalización de los resultados se restringe a grupos similares a la muestra, debido a la falta de aleatoriedad y representatividad del muestreo, que imprimió cierto sesgo de selección, ya que la encuesta fue difundida de manera intencional. Próximos estudios deberían basarse en una muestra representativa. Además, la modalidad online impide controlar el acceso, por parte de los sujetos, a motores de búsqueda para obtener información que pueda ser recuperada para dar sus respuestas y la expresión de respuestas que no se ajustan a las consignas. Respecto del uso de motores de búsqueda cabe aclarar que el lapso temporal en que han sido adquiridos los conocimientos evaluados no afecta al estudio, ya que su fin fue valorar conocimientos, no el tiempo transcurrido desde su adquisición. Ésta puede haber sido reciente o simultánea a la aplicación de la encuesta. Una tercera limitación corresponde a la falta de un referente que pueda aclarar dudas que surjan durante la aplicación del instrumento. No obstante, esta circunstancia alienta a que el sujeto exprese lo que comprende o haga un esfuerzo en comprender, y evita la orientación por parte de los entrevistadores hacia una determinada respuesta, ya sea a través del lenguaje verbal o corporal. Del mismo modo, la modalidad on line podría reducir las respuestas socialmente esperables o deseables, mejorando la calidad de los datos. En tal sentido, una comparación de resultados entre modalidades autoadministradas vía online y cara a cara (online u offline), haría un aporte relevante tanto en la evaluación de la SP, como en el campo de los estudios dedicados a las técnicas de recolección de datos.