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Trivium - Estudos Interdisciplinares

versão On-line ISSN 2176-4891

Trivium vol.13 no.2 Rio de Janeiro jul./dez. 2021

https://doi.org/10.18379/2176-4891.2021v2p.112 

CONFERÊNCIA

 

Mi nombre es "nadie" y "nadie" me llaman todos. Los indiferenciados*

 

Meu nome é "nada" y "nada" me chamam todos. Os indiferenciados

 

Je m'appelle "nadie" et "nadie" appelle-moi tous. Les indifférencié

 

 

Ana Petros

Psicanalista. Doutora pela Universidade de Tucumã - UNT Fundadora da Sociedade Psicanalitica de Tucumã

 

 


RESUMEN

Podríamos re-abrir el enigma del Malestar en la Cultura, planteado en 1930, y reconocer que estamos ante un malestar que perturba hoy, pero con nuevos significantes. ¿Qué podemos situar entre 1930 y 2020? Hay aires que hacen retornar el "mal olor" de un Real que nos toca de algún modo. El mundo se enfrenta a la crisis global más grave en lo que va de la historia: el problema de los Refugiados. Este ocasiona un desorden que constituye el nuevo orden mundial. Los psicoanalistas ¿nos sumaremos a la in-diferencia del mundo? ¿O tenemos algo para decir al respecto? Abramos las puertas a estas reflexiones.

Palabras-clave: ENFERMEDAD; REFUGIADOS; MIGRANTES; DOLOR.


RESUMO

Poderíamos re-abrir o enigma do mal-estar na cultura, proposto em 1930, e reconhecer que estamos ante um mal-estar que perturba hoje, mas com novos significantes. O que podemos situar entre 1930 e 2020? Ares há, que fazem retornar o "mau cheiro" de um Real que, de algum modo, nos toca. O mundo enfrenta a mais grave crise global da história: o problema dos refugiados. Este ocasiona uma desordem que constitui a nova ordem mundial. Nós, psicanalistas, nos associaremos à in-diferença do mundo? Ou temos algo a dizer a respeito? Abramos as portas a essas questões, que nos incitam à reflexão.

Palavras-chave: MAL-ESTAR; REFUGIADOS; MIGRANTES; LUTO.


RÉSUMÉ

On pourrait rouvrir l'énigme du Malaise dans la Culture, plantée en 1930, pour reconnaître que nous sommes face à un malaise qui dérange aujourd'hui, mais avec de nouveaux signifiants. Que peut-on situer entre 1930 et 2020? Il y a des airs qui mènent la "mauvaise odeur" d'un Réel qui nous touche en quelque sorte. Le monde fait face à la crise mondiale la plus grave de l'histoire : le problème des réfugiés. Cela provoque un désordre qui constitue le nouvel ordre mondial. Psychanalystes, rejoindrons-nous l'in-différence du monde ? Ou avons-nous quelque chose à dire à ce sujet? Ouvrons les portes à ces réflexions

Mots-clés: MALADIE; RÉFUGIÉS; MIGRANTS; DEUIL.


 

 

"No comeréis de su carne ni tocaréis sus cadáveres; serán inmundos para vosotros"
(Levítico 11:8)

Podríamos re-abrir el enigma del Malestar en la Cultura, planteado en 1930, y reconocer que estamos ante un malestar que perturba hoy pero con nuevos significantes. ¿Qué podemos situar entre 1930 y 2019? Terminada la Segunda Guerra Mundial, una humanidad amordazada pareciera haber encontrado la salida, en la efervescencia intelectual, artística, científica que marcó una época de brillo. El agujero existencial propició la invención de esa "primavera" para paliar la destrucción causada por la guerra, la melancolía y lo devastador. Esos vientos primaverales duraron bastante tiempo.

¿Cuáles son ahora los nuevos significantes que golpean desde lo real en los tiempos que corren? Hay aires que hacen retornar el mal olor de ese Real.

Tras la Segunda Guerra Mundial, Europa y tal vez pronto América, se enfrentan a la crisis global más grave en lo que va de la historia: el problema de los Refugiados. Así llamados los que escapan de su país por problemas raciales, pobreza, guerra o perseguidos por diferencias políticas. ¿Cuántos de ellos se calculan en el mundo? Más de 70 millones, según el informe del 2017, de la Agencia para los Refugiados de las Naciones Unidas (ACNUR).

Es necesario antes que nada distinguirlos de los Migrantes: que son aquellos que salen por propia voluntad por causas diversas y que caracterizan a la historia de la Humanidad que siempre tuvo movimientos, desde antes del Homo Sapiens.

Los refugiados, en cambio, son esa otra multitud que va buscando lugares donde asentarse en el mundo, no digo donde vivir aunque el significado lo suponga. Casi en la literalidad: por lo menos donde sentarse, puesto que muchísimos de ellos 1permanecen en plazas, bajo los puentes, o en carpas improvisadas por los gobiernos. Sin casa, sin hogar, sin país, sin lengua, sin referentes conocidos. Son los indocumentados, los indiferenciados, ¿ante la in-diferencia del mundo?

Para sobrevivir, los refugiados adolescentes se convierten en prostitutos. "Se convierten" es el resultado de encontrarse en un acto que va contra ellos mismos, según sus propias declaraciones, es decir que realizan algo adverso a su subjetividad, o sea, a costa de su propio desconocimiento que termina en crisis de llanto y angustia. Otro camino, posible en la inmediatez, es ser traficantes de drogas o drogadictos para paliar el dolor.

Este desorden constituye el nuevo orden mundial.

En Lo perecedero Freud plantea las consecuencias que traen las guerras, (se encontraba el mismo en los tiempos de la 1° guerra mundial) por lo que afirma: "ésta robó al mundo toda su belleza". Por lo que el carácter perecedero de lo bello puede originar dos tendencias, escribiría: una conduce al amargo hastío del mundo; la otra, a la rebeldía contra esa pretendida fatalidad..."La guerra aniquiló el orgullo por los progresos logrados en la cultura, nuestro respeto ante tantos pensadores y artistas", aquí quiero señalar particularmente, "y la esperanza que habíamos puesto en una superación definitiva de las diferencias que separan a pueblos y razas entre sí". Continúa... "enlodó nuestra excelsa ecuanimidad científica, mostró con cruda desnudez nuestra vida instintiva, desencadenó los espíritus malignos que moran en nosotros, y que suponíamos domeñados". Y finalmente, "cerró el ámbito de nuestra patria y volvió a tornar lejano y vasto el mundo restante"1. Los refugiados, ¿No serían lo que el mundo justamente desdeña? ¿No son el testimonio vivo acaso del retorno de lo reprimido, del dolor y de las pérdidas de las guerras ya vividas o de la amenaza de vivirlas? Nadie quiere ver el agujero oscuro en la imagen especular. Nadie quiere abrir las puertas al Ello que llama desde lo más recóndito.

El problema respecto al prójimo que lo definimos como lo ajeno, es que nos devuelve a nuestra propia ajenidad, la diferencia entre lo que hemos alcanzado a ser y no precisamente lo que deseamos ser, sino lo que no queremos ser: lo in-mundo de nuestro propio mundo.

"Solo los idiotas creen en la realidad del mundo, lo real es lo inmundo y hay q soportarlo", diría Lacan (1975).

Y si lo real es la aversión del sentido, se podría afirmar que el Humanismo es, contrariamente a lo que se le supone, la aversión del amor a la humanidad. Por ello es que lo in-mundo es lo real a secas.

Eduard W. Said señala que "los logros de los que emigran están minados por la pérdida de algo que ha quedado atrás para siempre"3, y, a su vez, el sentimiento de no ser de ninguna parte, o de ser extranjero siempre, acompañará al inmigrante. En definitiva, "echar raíces en otro lugar, cuando uno ya no es semilla, implica en mayor o menor grado vivir desarraigado" (Said, 2005)

Confesaba un inmigrante sobre el miedo a perder su identidad y el enorme gasto de energía que le implicó integrarse sin perder la diferencia. Un ejemplo sencillo lo ilustraba: "pronunciar la palabra zapato ("sapato") sin necesidad de que suene la "Z" (española). No veo la necesidad de cambiar mi pronunciación si al fin y al cabo me hago entender, me niego a pronunciarla porque me hace sentir otra persona, parecer lo que no soy." (Bohorquez Ortega, 2011)

Saussure lo había señalado ya al hacer la distinción entre lengua y habla. Es el habla, lo que nos marca como nativos o extranjeros. En 1938, después de su emigración definitiva a Londres, Freud le escribiría el 11 de junio de 1938, al psicoanalista suizo Raymond de Saussure:

"... quizás usted omitió el punto en que el emigrante experimenta tan particular y penosamente la pérdida del idioma en el que vivió y pensó, aquel que uno nunca será capaz de reemplazar por otro a pesar de todo nuestro esfuerzo de empatía. Con penosa comprensión observo cómo me hacen falta distintos términos familiares de expresión en inglés y cómo el Ello todavía se esfuerza para renunciar a la escritura gótica familiar".

A pesar de esta tendencia a migrar impulsada por el mundo globalizado, la reacción de las sociedades receptoras frente a estos movimientos es de rechazo y de cierre de fronteras: ¿quién entra en mi cerco? ¿El prójimo amenazador? No es acaso el extranjero justamente llamado así por encarnar la ajenidad, la extranjeridad que he logrado desalojar de mí mismo? Lo que retorna en mí desde aquél, no es más que "la diversidad, lo distinto, lo diferente, que enuncian matices para nombrar una misma operación fundante del sujeto: su relación a la otredad. La constitución del semejante no es sin complejidades, una de ellas es cuando se concibe al otro, como lo otro. Es lo exterior, que reúne aquello que corresponde a una colectividad a la que no se quiere pertenecer. Esa existencia pone en peligro la propia existencia del sujeto que necesita excluir aquello que él mismo contiene y que no quiere ni siquiera percibir. Paradójicamente, el otro, la otredad, lo pone a "salvo" de ese encuentro y por ello necesita de esa existencia desagradable lejos de la propia, pero asegurada en algún lugar. Es así que los sentimientos de aceptación o de rechazo que se encarnan en el otro, conforman también las condiciones para el racismo" (Petros, 2018), esta vez dirigido a los refugiados.

Freud intenta explicar aquello que genera el sentimiento de lo ominoso, enuncia: "Eso que emerge es algo que, destinado a permanecer en lo oculto, ha salido a la luz" (Freud, 2019). Esto constituye la amenaza de producir una desestabilización, un derrumbe de las representaciones con las que el sujeto se estabilizó. El sentimiento de lo ominoso da cuenta de una caída de las representaciones que genera angustia.

Respecto a la pérdida de la lengua, remite también a la pérdida de la identidad. Si nadie es igual a sí mismo se supone que la identidad alcanzada será siempre de contenido insuficiente, pues estará constituyéndose inacabadamente. Sin embargo no se puede desconocer que hay una identidad de origen determinada por el Otro que lo constituye al sujeto. Por ello ¿quién podría autorizarse a demandarle al refugiado-inmigrante que reemplace su identidad por una nueva, común al lugar donde se refugia? Pero ¿qué de común puede tener la identidad si a no es igual a (a no es = a)?: de ella solo cae una diferencia, lo nunca alcanzable en la pretendida identidad.

Algunas posiciones consideran que a la población inmigrante le corresponde un nuevo lugar en la nosografía. Proponen como solución un retorno al origen o un microclima ortopédico que reemplazaría de manera artificial la cultura de origen. Y con el reconocimiento de que hay que preservar lo que de identidad traen los refugiados, recomiendan favorecer la formación de "guetos" para que esa comunidad no abandone su Otro cultural. Pero aunque pudiera resultar razonable suena a forzado ¿Con qué significantes contarán para la transmisión generacional de sus descendencias? Inevitablemente los hijos tendrán que responder a la inmixión de dos lenguas o más, de dos tradiciones, de dos ideales, de dos destinos. Ideas persecutorias no son difíciles de concebir en este contexto, ni a los lobos solitarios que embanderados con la cultura perdida de sus padres, se cobran con los delirios sobre la cultura amenazadora a la que hay que atacar para librarse de tanta dicotomía y forzamientos y hasta del "mal" que esa Cultura encarna.

Joseba Achotegui (2009), psiquíatra español, se animó a definir una "nueva 'enfermedad". Alertó a los profesionales de la salud por el 'descubrimiento' de una nueva patología llamada Síndrome Ulises. Él se reunió con profesionales de siete países europeos para debatir esta problemática. Los síntomas que definen a este nuevo significante son: la tristeza, el llanto, la baja autoestima, la culpa, ideas de muerte y de suicidio, alteraciones en el sueño y fatiga. Según su descripción, la migración implica un duelo infinito porque el objeto de duelo, el país de origen, no desaparece, lo que permite mantener viva la fantasía de retorno.

Lacan afirma, en su célebre Discurso de Roma de 1953, que "el mundo es inmundo... basta con observar qué hace que el mundo sea inmundo". ¿Qué hacer entonces con el prójimo de cada uno?: Es el desafío que debemos afrontar. Freud (1930) por su lado advertía acerca de "...la inclinación innata del ser humano al "mal", a la agresión, a la destrucción y, con ellas, también a la crueldad".

Esta inclinación, ¿les cabe a los refugiados-migrantes, solamente, o a los que se sienten invadidos por ellos?. El mal pareciera tratarse de otra cosa contundente en la expresión de Freud: no hay desarraigo alguno de la maldad porque ésta es inherente a las pulsiones originarias. ¿Los desarraigados-refugiados constituirían entonces, la amenaza del mal?.

Es verdad que con ellos se han filtrado algunos fundamentalistas con-fundiéndose, o sea, "fundiéndose como iguales" a los de su comunidad. Y por ello, provocando al con-fundirlos, que los verdaderamente necesitados de ayuda humanitaria sean condenados por contener el "mal".

Freud tiene una secuencia al respecto de las pulsiones en esta dirección: habla de pulsiones de agresión, pulsiones de destrucción, pulsiones de crueldad.

A las de crueldad las ubicará en parentesco con las pulsiones de dominio en tanto indican la incapacidad de compasión frente al dolor del otro. Él señala que éstas están contenidas en las pulsiones sexuales infantiles y que solo por efecto de la civilización se inhibirán mucho más tarde.

Entiendo que el verdadero "mal" es pretender e insistir en la identidad de lo mismo, el eterno retorno de lo igual. Por ello Freud postula que el goce es un mal, como para Lacan (1988) "el mal puede estar en la Cosa" en la medida en que estaría en el núcleo del mito de la creación, allí donde partimos del vacío de representación. Allí donde la pulsión es autónoma, originaria e innata, no nacida para la simbolización y, por lo tanto, resistente a la civilización.

Pues bien, respecto al mal quisiera transmitir cómo se extiende en una reversión operada por el mundo global: Peter Sloterdijk (2005) afirma que "el hecho primordial de la Edad Moderna no es que la tierra gire en torno al sol sino que el dinero lo haga en torno a la tierra". Esto ha provocado que la vida social se desarrollará en un interior que está "climatizado" para vivir bien; y en un mundo exterior, como un otro mundo, en el que suceden las otras cosas: lo insoportable de la existencia, los carenciados, las guerras, etc. Entre ese mundo interior y este mundo exterior, hay aspectos que no se deben chocar, que no se tocan.

En suma lo que se resume en el Malestar en la Civilización:

[...] el prójimo no es solamente un posible auxiliar y objeto sexual, sino una tentación para satisfacer en él la agresión, explotar la fuerza de trabajo sin resarcirlo, usarlo sexualmente, sin su consentimiento, desposeerlo de su patrimonio, humillarlo, infligirle dolores, martirizarlo y asesinarlo, ya estaba citado desde la antigüedad en el libro de los Corintios (15:33): "Las malas compañías corrompen las buenas costumbres".

De aquí se deduce que el odio, proveniente del límite con lo real, puede provocar el aniquilamiento del otro porque ésa es su naturaleza. "Te mato porque no me gustas" es el extremo del pensamiento simple, precario. ¿Hay culpa por ello? No resolveríamos nada por la vía de la moral. De lo que se trata es de alentar en nosotros la vía de la solidaridad, un sentimiento que hace al conjunto de los sujetos que comparten una causa, la de la posición de deseantes, que en un conjunto hecho de diferencias es la única posibilidad que tenemos de existir.

Quisiera enunciar una idea tal vez completamente altruista: Si en Las Guerras se pusiera en suspenso la acción de matar porque surge una pregunta de la víctima qué le dice al enemigo: "¿Sabes a quién estás por matar? Soy tu hermano". Si pudiera ser posible quitarle el deber de matar para cambiarlo por la subjetivación de "Soy un hermano, ambos pertenecemos a esta hermandad que nos une en el dolor", tal vez lograríamos hacer del odio la acción de la creación.

Pero, como dijo O. Wilde, tal vez en los seres humanos es más fácil suscitar las emociones que la inteligencia. O sea, en tanto desoímos a esos significantes capaces de llevarnos por las vías lindantes al amor.Del otro lado, la respuesta del Presidente Trump al respecto de los refugiados, es la "elección" de un Tercer País Seguro para confinarlos. Bantustanes, en África, para los carentes de legitimidad, es el nombre de los territorios que funcionaban para replegar o destinar a los no aceptados o a los rechazados no blancos. O como en los Centros Barton en Australia. De hecho, de lo que se trata es de lo inquietante que tiene el goce de aquél al que lo supongo diferente del nuestro, y mucho más si no es evidente a nuestros ojos. Es por ello que necesita ser encarnado en algún lugar. Por ello mismo las burkas, que tapan el rostro y la mirada del otro, nos privan de uno de los modos de gozar de la pulsión y se convierten en un posible atentado, en tanto enigmático-extraño-extranjero-inquietante; en definitiva, rechazable. Lo intrusivo es mejor apartarlo-apartheid, expulsarlo.

 

 

Finalmente la idea de la globalización, ¿Contempla la inclusión de todos los sujetos? En pocas palabras, ¿contempla al semejante? No tenemos ejemplos al respecto, por el contrario, el mundo pareciera cada vez más dividido y el odio ocupa cada vez más lugar en el sentimiento humano. Problema complejo a resolver en todos los sentidos, y fundamentalmente respecto a los refugiados: si se van de los países en guerra y de los países con hambruna, se van buscando trabajo, dignidad, sobrevivencia. Si tomamos el caso de América nos preguntemos, ¿por qué tantos ciudadanos de los países latinos sueñan con llegar a los Estados Unidos, lugar al que se le adjudica el poder concentrado de la riqueza como también la responsabilidad de la explotación y la colonización de los países carenciados? Es porque imaginan, sin embargo, que E.E. U.U. es el país que alberga los mayores anhelos y realizaciones de libertad. Es lo mismo que pasa con los refugiados en Europa, que se van precisamente de Oriente hacia el Occidente que "promete" ser el paradigma de la libertad, la fraternidad y la igualdad. Ya hay suficientes testimonios de ello, el grito de su apuesta es: ¡Libertad o muerte! A la deriva de un lado para el otro resultan, por ahora, los ni que circulan por el mundo sin que haya hasta hoy respuestas alentadoras.

Por eso encontré oportuno tomar las palabras de Ulises que, durante 20 años y por la Guerra de Troya, permaneció fuera de su hogar intentando regresar, perdido en la odisea de su retorno. En su andar encuentra a Cíclope que le pregunta cómo se llama: "Voy a decírtelo: mi nombre es nadie y nadie me llaman todos"

Finalmente, ¿Cuál es el lugar del psicoanálisis ante estos acontecimientos? Nuestra praxis tampoco puede ejercitarse en un mundo climatizado para acomodarnos a él. La ética del analista proviene de su inserción en el mundo, y sólo por pertenecer a éste es que podremos hacer arte-sanía con lo in-mundo.

 

Referencias

Achotegui, Joseba. (2009) Emigrar en el Siglo XXI. Edit. Achotegui Joseba. España.         [ Links ]

Bohorquez Ortega, Isaura: Reflexiones sobre la nostalgia en la inmigración. Revista Internacional Psicoanálisis on-line. Número 037 2011        [ Links ]

Freud, S. (1919) "Lo ominoso" Obras Completas. Edit. Biblioteca Nueva. España. Año 1973        [ Links ]

Freud, S. (1930). El malestar en la Cultura. Op. Cit        [ Links ]

Freud, S.. Carta a R. de Saussure. Material reservado en la Biblioteca del Congreso de Washington. EE.UU.         [ Links ]

Homero. (Siglo VIII o VII A.C.)La Odisea, canto IX.         [ Links ]

Lacan, J. (1988) La ética del psicoanálisis. Seminario 7. Edit. Paidós. Bs.As.         [ Links ]

Lacan, J. RSI. Seminario n° 22. Año 1975. Inédito        [ Links ]

Petros, Ana (2018). "La otredad contemporánea" Insistance n° 13. Paris.         [ Links ]

Said, E. W. (2005). Reflexiones sobre el exilio. Barcelona. Random House Mondadori, S.L.         [ Links ]

Sloterdijk, Peter (2005) El mundo interior del capital. Edic. Siruela. Madrid.         [ Links ]

Yelin, Claudia (2003) Emigrar. En busca de un espacio de amparo. Granica, S.A. Año 2003        [ Links ]

 

 

Recebido em: 01/07/2021
Aprovado em: 05/08/2021

 

 

* Conferencia en Río de Janeiro, Brasil. Noviembre 2019 (O mundo e o imundo - A psicanálise diante do horro (IX Coloquio Internacional do Corpo Freudiano do Rio de Janeiro)
1. El destacado es mío.

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