Liberabit
ISSN 1729-4827 ISSN 2233-7666
Liberabit v.14 n.14 Lima 2008
ARTÍCULOS
Medición de las características resilientes, un estudio comparativo en personas entre 15 y 65 años
Resilience characteristics measurements, a comparative study of people between 15 and 65 years old
Eugenio Saavedra Guajardo*; Marco Villalta Paucar
Universidad Católica del Maule - Chile
RESUMEN
El objetivo central de este estudio es describir y comparar los puntajes generales y por factores de la variable Resiliencia, en sujetos de diferentes tramos de edad y de ambos sexos, a través de la prueba SV-RES, en una muestra chilena, durante el segundo semestre de 2007. Los principales hallazgos encontrados indican que no existe diferencia estadísticamente significativa entre los niveles de resiliencia de mujeres y hombre; sin embargo, se describe un perfil resiliente distinto entre ambos géneros. Del mismo modo, los niveles de resiliencia no están asociados directamente a los tramos de edad, ya que se obtienen resultados similares en las diferentes etapas de vida.
Palabras clave: Etapa de vida, Resiliencia, Factores de resiliencia, Medición.
ABSTRACT
The central objective of this study is to describe and compare the overall scores and the factors of the Resilience variable, in subjects of different age groups and both sexes, through the test SV-RES, in a Chilean sample during the second half of 2007. Major findings indicate that there is no significant difference statistically between the levels of resilience in women and men, however, describes a different resilient profile among both genders. Similarly, the levels of resilience are not directly tied to age groups, because similar results are obtained in different stages of life.
Keywords: Stage of Life, Resilience, Resilience factors, Measurement.
El término “resiliencia” aparece en la literatura especializada de la salud mental como una hipótesis explicativa de la conducta saludable en condiciones de adversidad o alto riesgo. Es Así como la “resiliencia” se relaciona a otros términos como: factores protectores, factores de riesgo y vulnerabilidad, los cuales describen los elementos predisponentes del sujeto, y aquellos del entorno que influyen en el comportamiento saludable.
La forma en como se vinculan estos términos es variable, y ha llevado a la discusión sobre el carácter personal o contextual del concepto de resiliencia. En la actualidad la mayoría de los autores comparte una perspectiva interaccional o constructivista del concepto de resiliencia. En tal sentido, la resiliencia es un rasgo propiamente humano, en tanto este se constituye en la interacción social (Saavedra, E. 2005).
Asimismo, los diversos estudios en la perspectiva arriba señalada, reconocen que la resiliencia supone una combinación de factores personales y contextuales (Kotliarenco, M.A. 1999). En tal sentido, los estudios producen información que enriquece los factores tanto personales como de contexto que componen en concepto resiliencia, pero no hay acuerdo en un modelo conceptual que los vincule de tal forma de explicar el comportamiento en contexto de adversidad.
El presente documento desarrolla un modelo conceptual sobre la resiliencia que vincula los factores contextuales y personales sobre los cuales hay consenso entre los especialistas para describir diversos niveles o aspectos de resiliencia.
RESILIENCIA: HACIA UN MODELO CONCEPTUAL.
Diversos estudios coinciden en señalar que la resiliencia resulta de factores protectores como: autoestima consistente, instrospección, independencia, capacidad para relacionarse, iniciativa, humor, creatividad, moralidad y pensamiento crítico (Kotliarenco, M.A. 1997 A).
En tal sentido, la resiliencia es un rasgo personal cultivado a lo largo de la historia del sujeto, y que posiblemente, se ha constituido como vinculo temprano siendo condición para el desarrollo de una particular apropiación de los sucesos de la vida. Es decir, aquello que el sujeto tiene como rasgo distintivo, ha sido aprendido en relación a otros. Siendo esto asi, -aprendido- puede cambiar, o está en constante proceso de interpretación. Esto lleva al siguiente aspecto que los autores señalan como fuentes interactivas de la resiliencia.
Las fuentes interactivas de la resiliencia tienen que ver precisamente con la forma en como el sujeto se apropia de la realidad a través del habla y que abre posibilidad al comportamiento saludable o de superación de los eventos traumáticos.
En la perspectiva de Edith Grotberg estas fuentes se pueden clasificar en 3 categorías: 1) aquellas que tienen que ver con el apoyo que la persona cree que puede recibir (yo tengo...) 2) aquellas que tienen que ver con las fortalezas intrapsíquicas y condiciones internas de la persona (yo soy..., yo estoy) y 3) aquellas que tienen que ver con las habilidades de la persona para relacionarse y resolver problemas (yo puedo...) (Kotliarenco, M.A. 1999).
Por su parte, Saavedra (2003) desarrolla un modelo emergente del estudio de casos donde señala que 1) la Respuesta Resiliente es una acción orientada a metas, respuesta sustentada o vinculada a 2) una Visión abordable del problema; como conducta recurrente en 3) Visión de sí mismo, caracterizada por elementos afectivos y cognitivos positivos o proactivos ante los problemas; los cuales tienen como condición históricoestructural a 4) Condiciones de Base, es decir un sistema de creencias y vínculos sociales que impregnan la memoria de seguridad básica y que de modo recursivo interpreta la acción específica y los resultados.
La perspectiva de Saavedra (2003) recoge el carácter histórico de la constitución de la resiliencia proyectando sus posibilidades más allá de la acción y sus resultados para postular la reorganización de los diversos factores que describen los diversos estudios, en ámbitos de menor a mayor profundidad en la reflexión de la acción.
Es interesante notar el carácter complementario de la perspectiva de Grotberg y Saavedra en el sentido de abordar los diversos niveles de la realidad del sujeto que contribuyen a la constitución de la resiliencia y las modalidades interactivas de su manifestación en el habla .
La historia del sujeto actual, la que este pueda señalar se semantiza a través del habla actual. La historia personal y colectiva no es objetiva; está teñida de las interpretaciones del sujeto que la relata. En tal sentido, postulamos que la resiliencia es una forma de interpretar y actuar ante los problemas que es recurrente en la historia del sujeto.
En tal sentido, el habla actualiza la historia del sujeto a la vez que la transforma. Así por ejemplo, las condiciones de base de Saavedra son actualizadas a través de las diversas formas de habla del sujeto, pero a su vez, estas condiciones de base construyen el habla del sujeto. Es decir, cuando el sujeto habla de sí, expresa, a propósito de su historia, una interpretación de sí, de los otros y lo que posee para abordar las situaciones actuales de su vida; es decir las categorías de Grotberg.
Esto se puede describir en la siguiente matriz:
MEDIR LAS DIMENSIONES DE LA RESILIENCIA.
La tabla anterior permite describir 12 factores de la Resiliencia que se pueden agrupar en 4 ámbitos de profundidad que se toman de la propuesta de Saavedra: desde la conducta evidente (Respuesta resiliente) hasta el sistema de creencias que la interpreta y la hace recurrente (Condiciones de base).
Asimismo, los 12 factores refieren describen distintas modalidades de interacción del sujeto : consigo mismo, con los otros, con sus posibilidades.
Las 12 categorías se señalan y definen en la siguiente tabla:
A continuación se define cada una de ellas:
F1: Identidad. (Yo soy- condiciones de base). Refiere a juicios generales tomados de los valores culturales que definen al sujeto de un modo relativamente estable. Estos juicios generales refieren a formas particulares de interpretar los hechos y las acciones que constituyen al sujeto de un modo estable a lo largo de su historia.
Ejemplo de itemes:
“ Yo soy...
Una persona que los demás quieren
Una persona que le gusta ayudar
Una persona que demuestra afecto”.
F2: Autonomía. (Yo soy- visión de si mismo). Son juicios que se refieren al vínculo que el sujeto establece consigo mismo para definir su aporte particular a su entorno sociocultural.
Ejemplo de items:
“Yo soy:
Una persona que los demás respetan
Una persona que despierta simpatía en los otros”
F3: Satisfacción. (Yo soy- visión del problema). Refiere a juicios que develan la forma particular en como el sujeto interpreta una situación problemática.
Ejemplo de items:
“Yo soy:
Un modelo positivo para otras persona”
F4: Pragmatismo. (Yo soy- respuesta resiliente). Refiere a juicios que develan la forma de interpretar las acciones que realiza.
Ejemplo de items:
“Yo soy
Una persona práctica
Una persona con metas en la vida
Una persona que termina lo que empieza”
F5: Vínculos. (Yo tengo-condiciones de bases). Juicios que ponen de relieve el valor de la socialización primaria y redes sociales con raíces en la historia personal.
Ejemplo de items:
“Yo tengo:
Relaciones personales confiables
Una familia bien estructurada
Relaciones afectivas sólidas”
F6: Redes. (Yo tengo-Visión de sí mismo). Juicios que refieren al vínculo afectivo que establece la persona con su entorno social cercano.
Ejemplo de items:
“Yo tengo:
Personas que me apoyan
A quien recurrir en caso de problemas
Personas que estimulan mi autonomía e iniciativa. Buena salud.
Satisfacción con lo que he logrado en la vida.”
F7: Modelos. (Yo tengo-Visión del problema). Juicios que refieren a la convicción del papel de las redes sociales cercanas para apoyar la superación de situaciones problemáticas nuevas.
Ejemplo de items:
“Yo tengo:
Un ambiente de trabajo o estudio estable
Personas que me ponen límites razonables
Personas que me ayudan a evitar peligros o problemas”
F8: Metas. (Yo tengo-respuesta). Juicios que refieren al valor contextual de metas y redes sociales por sobre la situación problemática.
Ejemplo de items:
“Yo tengo:
Mis objetivos claros
Personas con quien enfrentar los problemas.
Proyectos a futuro.”
F9: Afectividad. (Yo puedo-condiciones de base). Juicio que refiere a las posibilidades sobre sí mismo y el vínculo con el entorno.
Ejemplo de items:
“Yo puedo:
Tener buen humor
Establecer relaciones personales de confianza
Hablar de mis emociones”
F10: Autoeficacia. (Yo puedo-visión de sí mismo). Juicio sobre las posibilidades de éxito que la persona reconoce en sí mismo ante una situación problemática.
Ejemplo de items:
“Yo puedo:
Resolver problemas de manera efectiva
Equivocarme y luego corregir mi error
Apoyar a otros que tienen dificultades”
F11: Aprendizaje. (Yo puedo-visión del problema). Juicios que refieren a valorar una situación problemática como una posibilidad de aprendizaje.
Ejemplo de items:
“Yo puedo:
Ser creativo
Ser persistente
Aprender de mis aciertos y errores”
F12: Generatividad. (Yo puedo-respuesta). Juicios que refieren a la posibilidad de pedir ayuda a otros para solucionar situaciones problemáticas.
Ejemplo de items:
“Yo puedo:
Generar estrategias para solucionar mis problemas.
Esforzarme por lograr mis objetivos.
Trabajar con otros en la solución de problemas.”
Como señalan los diversos estudios la resiliencia es el desarrollo de los 12 factores aquí sistematizados. Sin embargo, es probable que los factores de resiliencia se agrupen en uno de los niveles o ámbitos de las respuestas del sujeto. Es de esperar entonces que muchas conductas calificadas de resilientes sean acotadas al repertorio de acciones e interpretación de respuestas que el sujeto tiene incorporada en su socialización, mientras que otras conductas requieren sustentarse en una interpretación que la persona hace de sí misma o de sus propias certezas en la vida, abriéndose a la posibilidad de la transformación como una posibilidad de crecimiento.
RESILIENCIA Y ETAPA DE VIDA
Si se considera que la resiliencia es una capacidad que se desarrolla y actualiza en la historia interaccional del sujeto, su relación con las diversas etapas de la vida cobra particular relevancia. El concepto etapa de vida es uno de los supuestos más generalizados entre los especialistas y los legos para describir y explicar las diversas situaciones que hacen parte del desarrollo humano. Desde distintos enfoques teóricos se han definido diversas clasificaciones de etapas de la vida, que abarcan desde el nacimiento hasta la muerte.
Hay acuerdo sin embargo, en que las distintas etapas o periodos de la vida están definidos en relación a cambios o crisis que caracterizan a un grupo de edad en un contexto sociohistórico determinado (Villalta, 1996). Es decir, los cambios, o crisis de la vida como los denominó E. Erikson, no son propiedad de una determinado grupo etáreo, sino que son inherentes a todo el proceso de desarrollo.
Es interesante notar que en el afrontamiento de las crisis de la vida es donde la promoción de la resiliencia hace la diferencia entre la predisposición al desarrollo de las potencialidades humanas o su estancamiento. De modo pionero a mediados del siglo XX Erik Erikson (1980) destaca la influencia de la sociedad y la cultura en cada uno de los ocho periodos de edad en que divide la vida humana. Erikson despatologiza el concepto de “crisis” con el que el psicoanálisis ortodoxo aborda los conflictos en la vida de las personas y la ubica como categoría central con que describe los procesos asociados a las tensiones y cambios de la adolescencia en sus componentes personales y en sus configuraciones socioculturales.
Para Erikson, cada etapa de la vida presenta una “crisis” que implica un conflicto diferente propio del proceso madurativo. Tales crisis se manifiestan en momentos determinados a todas las personas, y se manifestará de modo pertinente a cada contexto personal y sociocultural. Es lo que comúnmente se conoce como crisis normativas.
Estudios posteriores, desde otros enfoques, como es el caso del enfoque epigenético, sociocultural y ecológico, por mencionar a los mas relevantes y comúnmente categorizados en confrontación entre sí, enriquecen la comprensión de las formas como se configuran y abordan las diversas crisis de la vida: normativas, traumáticas o existenciales (Díaz y Villalta, 2002). Estas son situaciones sustancialmente interaccionales, cuya interpretación por parte del sujeto que las vive afectan su forma de desenvolverse en la vida.
Considerando los elementos que caracterizan la sociedad urbana occidental -la globalización de la cultura e información, la extensión de la moratoria psicosocial, la volatilidad de los proyectos laborales-, en relación con los aportes de Erikson referentes a las etapas de vida y las crisis normativas que las definen, se puede caracterizar a la adolescencia como una etapa en que se consolida la identidad en función a la diferenciación entre pares y especialmente con los adultos.
Las diferencias de género que aquí comienzan a hacerse evidentes de modo similar a cómo se expresan en el entorno adulto, tienen que ver básicamente con la diferente socialización atravesada por valoraciones machistas que predefine los roles de quien preserva o conserva las relaciones humanas y quien explora mundos posibles.
La resiliencia en la adolescencia tiene que ver precisamente con la capacidad de poder resolver el problema de la identidad en contextos donde esta no posee las condiciones para construirse de modo positivo si no está mediada por experiencias vinculantes que les ayude a confiar en sí mismos y en los demás (Grotberg, 2006)
Al final de la adolescencia, los jóvenes van madurando su proyecto vocacional. Esto sucede generalmente de modo coincidente con el egreso del Liceo y las incertidumbres sobre el futuro laboral y existencial. En la juventud se busca encontrar en el medio social las posibilidades para que su identidad sea reconocida y que su autonomía sea validada en las decisiones y acciones que asumen, para progresivamente dar sentido y forma a su proyecto vital. Necesitan autentificar y obtener reconocimiento al proyecto de identidad que han estado ensayando. En eso se juegan sus posibilidades madurativas e integrativas.
La resiliencia en los jóvenes tiene que ver entonces con fortalecer la autonomía &cuya aprendizaje vital se da en la niñez-, y aplicación, es decir la capacidad de gestionar sus propios proyectos de modo responsable y diligente (Grotberg, 2006).
Llamamos jóvenes adultos a las personas que se encuentran viviendo el período de vida que va más o menos entre los 23 y los 29 años de edad. Se trata de un período de transición en el que se está dejando de ser joven para empezar a ser adulto; pero no se es propiamente ni lo uno ni otro. La expresión joven-adulto alude a esa transitoriedad y ambigüedad.
Este período no está tan marcado por los procesos biológicos como por la vivencia de ciertos acontecimientos vitales muy significativos. Lo que realmente marca el inicio de la nueva etapa es la integración personal del sujeto a la sociedad como individuo independiente. Este es el tiempo en que se enfrenta el desafío de conciliar los sueños e ideales adolescentes con la realidad concreta. Empieza a tener la sensación de que el tiempo se termina y que es necesario ocuparse de la vida de manera más decidida y comprometida.
La resiliencia en este grupo etáreo tiene que ver con la resignificación de la confianza básica en las personas. En realidad la confianza es primer factor resiliente y transversal a todas las edades (Grotberg, 2006)
La etapa de la adultez refiere a quienes se perciben integrados al mundo laboral y que han desarrollado o sienten la demanda de cultivar vinculos afectivos, laborales, sociales que aseguren el cuidado de quienes están en proceso de crecimiento. En términos básicamente sociodemográficos esta puede ubicarse en el tramo de los 30 a 55 años. Y al igual que el periodo de la juventud se pueden hacer distinciones entre momentos inicial y de plenitud.
A saber, la tarea de la adultez es la generatividad, el sentimiento de producir algo con el propio esfuerzo, de crear algo y verlo crecer y desarrollarse. Implica el cuidado por la nueva generación, la necesidad de concretar un aporte propio al mundo, a la humanidad. La virtud implícita es la compasión. El riesgo de un logro no adecuado en esta tarea es el estancamiento, el sentirse “trunco”, no creador, no aportativo.
La promoción de la resiliencia en la adultez esta estrechamente ligada a la capacidad de aprender de los resultados de sus esfuerzos sean estos de éxito o fracaso, y a la iniciativa para emprender y concluir proyectos.
Otra etapa de la vida refiere a la etapa de la vejez, Erikson considera que en esta etapa de la vida tiene la tarea de integrar todas las experiencias vitales. La promoción de la resiliencia en este periodo de edad apunta al desarrollo de la sabiduría que se gana con la reflexión de la experiencia.
OBJETIVO GENERAL
Describir y comparar los puntajes generales y por factores, en sujetos de diferentes tramos de edad y de ambos sexos, a través de la prueba SV-RES, de la ciudad de Curicó, durante el segundo semestre de 2007.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
1.- Medir el nivel de Resiliencia de un grupo de jóvenes y adultos, entre 15 y 65 años.
2.- Comparar por sexo los puntajes obtenidos en el SV-RES.
3.- Comparar por tramo de edad los puntajes obtenidos en el SV-RES.
4.- Describir los puntajes generales y por factores, del SVRES.
HIPÓTESIS
1.- Existirá diferencias estadísticamente significativas entre los diferentes tramos de edad, en función de los puntajes obtenidos en el SV-RES.
2.- Existirán diferentes configuraciones de factores de resiliencia, al comparar hombres y mujeres.
3.- Existirán diferentes configuraciones de factores de resiliencia, al comparar sujetos de diferentes tramos de edad.
MARCO METODOLÓGICO
Tipo de estudio
Estudio de carácter cuantitativo, descriptivo-comparativo, de fuente de datos primaria, transeccional en la recogida de información, microsociológico en su cobertura muestral. Los ámbitos de estudio son la Psicología y la Educación, principalmente.
Muestra
La muestra es de tipo intencional, buscando los atributos necesarios para el estudio. Estuvo compuesta por 288 sujetos de ambos sexos y edades entre 15 y 65 años. Todos los sujetos pertenecen a la comuna de Curicó.
Instrumento
- Escala SV-RES(CHILE), autores E. Saavedra y M. Villalta.
- Consta de 60 items, divididos en 12 factores específicos de resiliencia.
- El estudio de la validez arrojó un r= 0,76 y confiabilidad medida a través del alfa de Cronbach es de 0,96.
- El instrumento fue aplicado por estudiantes de la carrera de Trabajo Social, entrenados para este estudio.
RESULTADOS
TRAMOS DE EDAD
Podemos apreciar en los resultados anteriores que, los jóvenes entre 19 y 24 años, aparecen con puntajes más altos y los adultos entre 46 y 55 años los más bajos.
Una línea de hipótesis explicativas sería el entender esa etapa de juventud, como una edad llena de proyectos y gran vitalidad, en tanto la edad adulta puede ser vivida como una crisis producto de la partida de los hijos y la redefinición de roles, sin embargo creemos que se debe investigar esta tendencia con mayor profundidad.
Por su parte al comparar hombres y mujeres, vemos que éstos obtienen puntajes mayores en el área de los vínculos y la generatividad, en tanto la mujeres obtienen los mayores puntajes en el área de modelos.
Por su parte los hombres obtienen bajos los puntajes en el área de redes y las mujeres en las áreas de afectividad y autonomía.
Quizás esto último pudiera significar una tendencia en el sentido de que los hombres se apoyan más en una respuesta generativa autónoma, prescindiendo de redes y las mujeres ocupan más los modelos de otros, siendo su respuesta más colaborativa y colectiva.
CONCLUSIONES
Al concluir este trabajo, podemos señalar que luego de seguir un riguroso procedimiento de validación, contamos con un nuevo instrumento para medir niveles de Resiliencia.
Dicho instrumento cuenta con las siguientes ventajas:
1.- Posee una base teórica sólida, articulando dos modelos, a saber, el modelo de Edith Grotberg (1996) y el modelo de Eugenio Saavedra (2003).
2.- Es un instrumento de fácil aplicación, que cuenta con un razonable número de items (60) y sus alternativas son de fácil respuesta.
3.- Su tiempo de aplicación es breve, llegando a 20 minutos en promedio.
4.- Su formato es de bajo costo, siendo tres páginas impresas.
5.- Su tabulación resulta sencilla y de fácil vaciado en una base de datos.
6.- Es un instrumento probado en población urbana entre 15 y 65 años. Cuenta con baremo para población chilena.
7.- La prueba SV-RES ofrece una real posibilidad de ser utilizada en la investigación e intervención psicoeducativa, focalizando la acción y permitiendo evaluar con mayor precisión el impacto.
8.- Permite obtener un puntaje global de resiliencia y puntajes por áreas.
9.- Justamente es esta anterior característica la que permitirá intervenir puntualmente en las áreas deficitarias y poder apoyarse en los puntos fuertes del sujeto, ya que en su corrección pueden distinguirse puntajes globales de Resiliencia, como también factores específicos.
10.- El contar con un instrumento nacional, permite con mayor certeza, estimar los niveles de resiliencia, sin tener la debilidad de los instrumentos creados en otros ambientes culturales.
11.- En términos de los resultados del estudio, vemos que no existe diferencia estadísticamente significativa entre los niveles de resiliencia de mujeres y hombres, como se había apreciado en otros estudios anteriores. Sin embargo se describe un perfil resiliente diferente entre ambos géneros.
12.- Al comparar hombres y mujeres, vemos que éstos obtienen puntajes mayores en el área de los vínculos y la generatividad, en tanto las mujeres obtienen los mayores puntajes en el área de modelos.
13.- Por su parte los hombres obtienen bajos los puntajes en el área de redes y las mujeres en las áreas de afectividad y autonomía.
14.- Quizás esto pudiera significar una tendencia en el sentido de que los hombres se apoyan más en una respuesta generativa autónoma, prescindiendo de redes y las mujeres ocupan más los modelos de otros, siendo su respuesta más colaborativa y colectiva.
15.- Pareciera ser que los niveles de resiliencia no están asociados directamente a los tramos de edad, ya que se obtienen resultados similares en las diferentes etapas. Sólo se aprecia una diferencia estadísticamente significativa entre dos tramos (19 a 24 años y 46 a 54 años), de todos los cruces hechos.
16.- Una línea de hipótesis explicativas sería el entender esa etapa de juventud, como una edad llena de proyectos y gran vitalidad, en tanto la edad adulta puede ser vivida como una crisis producto de la partida de los hijos y la redefinición de roles, que pudiese significar algún grado de vulnerabilidad.
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Recibido: 18 de marzo de 2008
Revisado: 17 de abril de 2008
Aceptado: 07 de julio de 2008