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Estudos e Pesquisas em Psicologia

 ISSN 1808-4281

Estud. pesqui. psicol. vol.3 no.2 Rio de Janeiro jul. 2003

 

ARTIGOS

 

Desafios para el afianzamiento de la investigacion psicologica en el Paraguay

 

Challenges for the insurance of psichological research in Paraguay

 

 

Jose Emilio Garcia*

Universidad Nacional de Asunción, Paraguay

Endereço para correspondência

 

 


RESUMEN

El desarrollo de la investigación psicológica en el Paraguay ha experimentado un avance limitado y de escasa significación en los años que corresponden a su inserción como una disciplina universitaria. Los centros de educación superior no han logrado incorporar de manera productiva la investigación del comportamiento a su actividad académica regular, con lo cual la formación del psicólogo se ve privada de su elemento dinamizador más importante. Este artículo tiene el propósito básico de esbozar un análisis crítico sobre este panorama, explorando las causas probables que la generan y explican. Cumpliendo con este propósito, en primer término se delimitan las características generales del problema, informando sobre la literatura disponible y las diferentes perspectivas que existen al respecto. Posteriormente se enumeran de forma puntual los problemas detectados en la enseñanza de la Metodología de la Investigación y áreas afines, y la forma como estas limitaciones influyen sobre la calidad lograda en la formación del psicólogo. El artículo culmina con una discusión general de las implicancias que estos problemas tienen para la Psicología como ciencia y la formulación de las recomendaciones pertinentes.

Palabras clave: Investigación psicológica; Psicología e investigación; Psicología en el Paraguay; historia de la Psicología paraguaya; ciencia y Psicología.


ABSTRACT

The development of psychological research in Paraguay has been limited and of low significant advance in its years as an independent scientific field at the universities. The superior educational centers did not achieve to incorporate in a productive way the behavioral research to their academic activities, therefore, the training of psychologists lacks its more important and dynamic element. This article pursuits the basic aim for outlining a critical analysis on this panorama, exploring the probable causes that generate and explain it. In order to fulfill this purpose, we will outline first the general characteristics of the problem, informing about the available literature and the different perspectives concerning this issue. Thereafter, the several problems faced on the teaching of the Methodology of Scientific Research and related fields are enumerated, and also an analysis of the influences that these problems have on the quality of psychological training is offered. This article closes both with a general discussion on the implications that this problems have for Psychology as a science, as well as some relevant recommendations.

Keywords: Psychological research; Psychology and research; Psychology in Paraguay; history of Psychology; science and Psychology.


 

 

La investigacion como problema

La organización de los estudios superiores en el área de la Psicología y su jerarquización como alternativa universitaria han ingresado a su cuarta década de existencia en Paraguay. Establecida por vez primera en 1963 como dominio académico autónomo dentro de la Universidad Católica de Asunción (GARCÍA, 2003b, 2003d), la Psicología paraguaya ha ido creciendo en forma gradual a partir de aquél momento, fortaleciéndose en su dimensión de profesión independiente y con una apreciable expansión de la inserción de sus practicantes en distintos ámbitos de acción. En términos generales, este proceso le ha permitido lograr una buena aceptación a nivel social. Pero de forma paralela, este crecimiento se ha visto franqueado por numerosos déficits y problemas en su desarrollo cualitativo, los que le han impuesto limitaciones importantes para lograr un avance de mayor importancia. Comparando su situación de inicio con la que se observa en la actualidad, resulta evidente que la Psicología ha tropezado con escollos considerables en la obtención de su afianzamiento académico a partir de las condiciones de origen, lo que ha conspirado sensiblemente contra la obtención de un enriquecimiento más significativo en el plano científico. La rezaga correspondiente se produce a un grado tal que podría sugerir un preocupante estancamiento, pese al relativo avance logrado con la diversificación en el plano profesional.

De los problemas pendientes por resolver, el más acuciante es la reducida proporción de investigaciones que se observa en los centros académicos dedicados a la formación de los psicólogos. Los niveles de productividad alcanzados pueden juzgarse bajos en cantidad y moderados en calidad en 2003 (em fase de elaboração). Pero aún así, no constituyen un aspecto privativo de la Psicología en general, ni siquiera de áreas específicas dentro de esta – ver por ejemplo la revisión sobre el campo de la Psicología social (GARCÍA, 2003a). Por el contrario, las limitaciones actuales en los índices de productividad y recursos nos remiten a un problema de mayor complejidad estructural, que involucra en mayor o menor medida a todas las especialidades universitarias. Desde luego, no sería razonable atribuír un fenómeno tan complejo como este a la incidencia de un solo factor causal. Existen variables históricas, educativas, económicas y sociales que se hallan presentes e intervienen sobre estos problemas en muy diversos grados. Por ello, es preciso ser cautos al sugerir, como se ha hecho en ocasiones, que la carencia de una tradición científica en el plano global de la actividad intelectual pueda ser la causa única que justifique la persistencia de estos problemas al interior de la universidad paraguaya. La defensa de una posición semejante nos obligaría a reconocer que tal carencia, que indudablemente existe, requiere a su vez ser explicada de alguna manera. Lo que sí está fuera de toda discusión es que la incapacidad por generar una rutina y práctica regular de la investigación psicológica en los recintos universitarios o en espacios alternativos, reales o potenciales, condicionan en una forma muy directa el escaso progreso que en general puede apreciarse a nivel de la Psicología nacional.

La deficiencia en los resultados de la investigación psicológica en el Paraguay constituye, pues, un inconveniente visible y auténtico. La planificación de alternativas viables que apunten a superar el actual estancamiento requieren como condición indispensable la identificación y el conocimiento realista de las causas. Para este fin resultan de mucha ayuda los trabajos de autores que, aunque han enfocado el problema con diversos grados de especificidad, demuestran de una forma u otra su preocupación ante la ausencia de una práctica regular y sistemática de la rutina científica como parte sustancial de la enseñanza superior. En algunos casos estas publicaciones son de factura reciente pero en otros reflejan diagnósticos sobre la educación terciaria que no han perdido vigencia con los años. La literatura disponible se halla referida tanto a la actividad científica concebida en términos más generales (ALONSO, 2002; BELLASAI, 2002; BORDA, 2001; CARDOZO, 1984; CERNUZZI, 2002; CUBILLA, 2000, 2002a, 2002b; CUMMINGS; GALEANO; RIVELLI, 1993; FERRO, 2002; FOGEL, 1994; MORENO RODRÍGUEZ, 2002; RODRÍGUEZ, 2000; SARUBBI, 1995, 2000; YANOSKY, 2001) como en forma específica a las ciencias naturales (MERELES, 2002), las ciencias sociales (PALAU VILADESAU, 1997; RIVAROLA, 2000) y la Psicología (BRITOS, 1999a, 1999b; COPPARI DE VERA, 1997; GARCÍA, 2003B). En fecha reciente se ha puesto en circulación un documento oficial de análisis con miras a una articulación y reforma de la universidad paraguaya (CONSEJO NACIONAL DE EDUCACIÓN Y CULTURA, 2002) que también aporta valiosos elementos de juicio para una discusión productiva del tema.

La complejidad intrínseca de estos problemas permite colegir que los desafíos actuales que se presentan al horizonte de la Psicología paraguaya, en especial en lo que atañe a su status como ciencia, son variados y difíciles y no sería sensato ignorarlos o tratarlos como si no existieran. Ellos se imponen por su propio peso y requieren tanto de una evaluación objetiva como del planteo de alternativas de solución realizables en el corto plazo. Sin embargo, es probable que no todos los psicólogos estarán de acuerdo en que la priorización de la cientificidad deba verse como la meta de mayor importancia para la renovación de la Psicología nacional, y por lo tanto, que su logro constituya el desafío más urgente. Esto halla su explicación en que, más que una simple cuestión técnica o de didáctica superior, el reconocimiento de estas dificultades guarda estrecha relación con el valor que se asigne a la ciencia como fuente para el progreso. Sobre ello existen opiniones críticas y discordantes respecto a la importancia general que puede otorgarse al conocimiento científico – incluída la Psicología dentro de él – para el perfeccionamiento de la condición humana. En forma muy característica, quienes albergan puntos de vista similares sugieren como alternativa la sustitución o ampliación de los paradigmas que rigen la operatividad de la ciencia en nuestros días, o cuando menos la asociación de estos con elementos diversos absorbidos a partir de antiguas tradiciones culturales que reflejan un espíritu místico y milenarista (DÁVALOS, 2002).

Tal género de planteamientos, emparentados casi siempre con el auge actual del posmodernismo o con las filosofías agrupadas bajo el rótulo de la nueva era, no diferencian entre el acontecer de los hechos corrientes y las afirmaciones o teorías que los humanos elaboramos sobre ellos. Como consecuencia inevitable de esta clase de pensamiento, el concepto de verdad objetiva acaba desvaneciéndose y cada individuo o grupo se considera habilitado a construír arbitrariamente su propia verdad subjetiva, sea cual fuese esta (BUNGE, 1994). En 2003, similares planteamientos cuentan cada vez con más seguidores en Paraguay, y disfrutan de espacios crecientes en los foros de muchas carreras de Psicología (em fase de elaboração). Por fortuna, parece acertado suponer que una proporción mayoritaria de los psicólogos paraguayos asocian los perfiles de su disciplina con los valores e ideales que identifican a los emprendimientos científicos, aún cuando esto pueda implicar el surgimiento de discrepancias puntuales en torno a puntos específicos, por lo general derivados de la amplitud de orientaciones teóricas que todavía persisten entre los psicólogos.

Con base en las consideraciones anteriores, el objetivo primario de este artículo es profundizar en el análisis de aquéllos aspectos relevantes que competen a la Psicología como ciencia y la relación crítica que esta dimensión guarda con la rutina de la investigación. Al mismo tiempo, la intención de fondo será proporcionar un marco de referencia que sea lo suficientemente general para una discusión correcta de los problemas. El acercarse a una comprensión acabada sobre las dificultades que se erigen en el camino de los investigadores no es tan sencillo de lograr por cuanto no siempre se cuenta con una conciencia clara sobre las características que resultan privativas de la Psicología en su posicionamiento como ciencia, ni entre los estudiantes ni entre muchos profesores. En parte, esta dificultad se origina en que las reales diferencias entre la ciencia y la profesión de la Psicología a menudo se conceptualizan en formas inexactas. Para contribuír a una mayor clarificación de estos problemas abordaremos algunas de las variables más significativas, enfocando los problemas principales que surgen para la formación del psicólogo paraguayo en lo que atañe a su rol como investigador, dejando de lado ex profeso cuanto pueda corresponderle en cuanto profesional aplicado. Para la discusión de la situación general de la Psicología en lo que interesa a la práctica investigativa, vamos a centrarnos en aspectos de la enseñanza y la práctica de las cátedras de Metodología u otras similares, tal como existen actualmente en las carreras de Psicología. Finalmente buscaremos perfilar algunas alternativas de solución que, aplicadas con la diligencia necesaria, podrían contribuír a una superación gradual de los déficits. Una perspectiva similar que incluye la revisión de las vinculaciones históricas entre la práctica de la investigación y la ciencia psicológica en el Paraguay, así como las dificultades surgidas para la implementación de una cultura científica y el tardío florecimiento de la Psicología académica, son tópicos para la discusión en un artículo complementario en 2003 (em fase de elaboração).

 

La investigacion en psicología

Para intentar una aproximación objetiva que evalúe la productividad lograda por la Psicología paraguaya desde el punto de vista de la operatividad científica pueden buscarse varias modalidades y estrategias. En este trabajo, la síntesis que proponemos incluye la revisión de la literatura específica sobre el problema, así como observaciones directas de la calidad de la práctica docente en las universidades a lo largo de varios años y las opiniones de los expertos responsables de la conducción de los departamentos de Psicología. Los juicios críticos de estos últimos tienen su base en un estudio de mayor amplitud focalizado en los problemas que afectan a la formación del psicólogo en el Paraguay, y que fuera puesto a consideración de los lectores en fecha reciente (GARCÍA, 2003b). Algunos de los puntos que serán reseñados seguidamente coinciden plenamente con los presentados en ese informe. Al mismo tiempo, debe insistirse una vez más en que las limitaciones detectadas a partir de esta revisión de la literatura no afectan de manera única o tan siquiera fundamental a la Psicología, antes bien, son una muestra del perfil compartido por la totalidad de las disciplinas que se imparten en el nivel terciario, apreciable en muchas de sus dimensiones esenciales. No obstante, cuando la discusión se cierne sobre la Psicología en particular, los problemas encierran condiciones únicas y de mayor urgencia que hacen recomendable el concederles una atención más cuidadosa. La caracterización que proponemos a continuación puede dividirse en dos momentos centrales:

a) Una primera sección dedicada al estudio de los problemas que dificultan la investigación psicológica en términos más generales, y

b) Una segunda parte consagrada al análisis de las formas en que la ausencia de investigación afecta a la calidad lograda en la formación del psicólogo.

2.1-Problemas que dificultan la investigación psicológica en términos generales:

Expuestos en forma sistemática, los principales obstáculos derivados de la situación por enfrenta la ciencia del comportamiento en la meta por consolidar su cientifización pueden ser resumidos en los siguientes indicadores:

1. Ausencia de una historia de logros científicos. Analizada desde una visión retrospectiva, la investigación focalizada en la ciencia básica y tecnológica no ha echado raíces duraderas en el Paraguay. La continuidad de proyectos y lineas de indagación regulares se encuentran notoriamente ausentes en todos los campos de estudio que se imparten en las universidades. Los desafíos para introducir una práctica constante de la ciencia en instituciones sin tradición investigadora son numerosos y difíciles de resolver (FERRO, 2002). El escenario que predomina para la investigación del comportamiento no se diferencia sustancialmente de este patrón general, exhibiendo condiciones análogas o idénticas. Pese a que la Psicología paraguaya cuenta con antecesores que trabajaron en las décadas previas a su afianzamiento en el ámbito de la enseñanza superior (GARCÍA, 2003d), los estudiantes y los profesores no se han sentido identificados con emprendimientos anteriores en su propio país, que a la vez pudieran servirles como fundamento, antecedentes o inspiración, o simplemente como ejemplos válidos a ser imitados. En general, no se tiene conciencia sobre la existencia de estos pioneros. Es por ello que, cuando se habla de científicos e investigadores que realizaron aportes significativos o descollantes al conocimiento psicológico, las referencias siempre van dirigidas hacia obras, personas o contextos alejados temporal y/o geográficamente y nunca referidos a la realidad cultural típica de la nación.

2. Falta de objetivos claros en lo que hace a la función que debe ocupar la investigación en la formación del psicólogo. Todas las carreras de Psicología adoptan una retórica institucional que ensalza la importancia de la investigación como habilidad básica a ser adquirida en el proceso formativo de los psicólogos, pero pocas hacen lo necesario para que estos objetivos se cumplan a cabalidad. En el contexto real se ha instalado una suerte de curriculum oculto en el cual se prioriza la inserción del psicólogo en el ámbito de los gabinetes profesionales o en diversas dimensiones de intervención comunitaria de cara a la realidad social, pero que otorga poco énfasis a la producción de conocimiento nuevo, tanto de investigación básica como aplicada. Los graves problemas surgidos ante el continuo agravamiento de la pobreza, la violencia y la consecuente exclusión social que afecta a grupos humanos cada vez más amplios, así como otros múltiples problemas del entorno que demandan soluciones efectivas, refuerzan esta particular visión del psicólogo en cuanto agente de cambio. La investigación, entonces, queda subordinada y condicionada por la vigencia de dichos intereses o reducida al aprendizaje rutinario de un conjunto de reglas y prácticas estandarizadas que prescriben las estrategias corrientes de la metodología, pero de las que pocos esperan frutos auténticos a surgir en la vida profesional de los futuros egresados de la carrera.

3. Necesidad de posicionamientos coherentes respecto al énfasis que debe ser dado a la formación. De forma puntual, este aspecto guarda relación a una disyuntiva de hierro que se erige para el entrenamiento académico: La decisión sobre si este debería estar direccionado hacia la producción de un psicólogo de carácter profesionalista, un psicólogo de orientación científica que actúe en lo esencial como un investigador o alguna forma de combinación entre ambos. La preeminencia de la profesión sobre la ciencia constituye, de hecho, una de las características más resaltantes de la Psicología latinoamericana en su conjunto (ARDILA, 1998). En años recientes, los acuerdos sobre formación de psicólogos suscriptos a nivel de las instancias gremiales que integran el MERCOSUR, y que contemplan un equilibrio entre ambos modelos (DIDOMÉNICO; VILANOVA, 1999) en una forma que mucho recuerda a los lineamientos del clásico Modelo de Boulder (BAKER; BENJAMIN, 2000) y al de la Conferencia Latinoamericana para Entrenamiento en Psicología celebrada en 1974 en Bogotá (ARDILA, 1981, 2003) han vuelto a colocar sobre el tapete esta especial dimensión para el perfil del psicólogo en cuanto científico-practicante, sobre todo en aquéllas carreras de Psicología que cuentan con la mayor tradición académica en el área. Pero la actividad formativa, de hecho, continúa inclinándose con mayor fuerza hacia el rol del psicólogo como un profesional aplicado que como un investigador científico.

4. Preeminencia de lo aplicado sobre lo básico. Una consecuencia directa del subdesarrollo científico es la promoción desmesurada de la función profesionalista del psicólogo en detrimento de su rol como investigador. Al mismo tiempo, conlleva un sesgo muy marcado hacia los problemas que revisten urgencia social en lugar del desarrollo de hipótesis y teorías en ciencia básica. Por ello, cuando se procede a elaborar determinadas investigaciones, como las tesis de licenciatura que los alumnos realizan al completar sus estudios, se percibe este interés dominante hacia los problemas aplicados o en proyectos que asumen alguna forma de ingeniería social directa, dejando por completo de lado a la búsqueda de leyes del comportamiento y la cognición. Tales circunstancias se explican hasta cierto punto por la aguda carencia de infraestructura que atraviesa todo los niveles del sistema educacional (GARCÍA, 2003b), y que representa una dificultad enorme para la implementación de lineas de investigación en áreas cuyo potencial de aplicación es menos visible, como la Psicología cognitiva, comparada o genética, por citar sólo algunos ejemplos. Pero no menos peso tiene la convicción compartida por los directivos de muchos departamentos académicos en el sentido que la investigación debe albergar siempre una relevancia social, o estar orientada a responder interrogantes de corte comunitario que sirvan para arbitrar soluciones inmediatas a los problemas que afectan a la población. Cuando se adopta esta perspectiva a nivel de las instancias directivas que tienen poderes de decisión, los problemas de la ciencia básica tienden a ser vistos como poco relevantes o como un ostentoso lujo que la Psicología autóctona no está en condiciones de concederse.

5. Ritualización metodológica. La ausencia de una práctica de investigación activa en los recintos universitarios hace que las clases de Metodología se conviertan en rituales que se cumplen periódicamente, pero se hallan vacíos de toda creatividad y significación. En muchos casos puede observarse la ausencia de una adecuada comprensión sobre la función que están llamados a cumplir estos cursos, lo que invariablemente conduce a la formación de actitudes impropias en los estudiantes, al no concederles estos la importancia debida. Esto ocurre en especial cuando se los compara con las materias habitualmente denominadas troncales o fundamentales en el curriculum, y que casi siempre son las que corresponden al ciclo del entrenamiento profesionalista. En consecuencia, en los cursos de Metodología el alumno podrá adquirir con cierta efectividad una serie ordenada de reglas y técnicas que deben aplicarse en el trabajo investigativo, pero difícilmente encontrará un espacio donde se genere la clase de entusiasmo y el gusto por la exploración que son necesarios para convertir a grupos de inexpertos estudiantes en eficientes investigadores científicos.

6. Formalismo y rigidez. La ritualización del entrenamiento en Metodología conduce con frecuencia a un excesivo formalismo y rigidez en las estrategias utilizadas por el docente en los cursos respectivos. Estos, a su vez, desembocan casi siempre en el aprendizaje automatizado de una serie de pautas mecánicas cuya supuesta aplicación estricta derivaría en la correcta realización de las investigaciones. Estrechamente asociado con este punto está la creencia habitual que la metodología consiste simplemente en la recreación ordenada de una serie de pasos que deben seguirse en un orden estricto y preestablecido, cuya variación o flexibilización no está permitida. De esta forma, el metodologismo resultante sofoca cualquier intento de innovación productiva o irreverencia creativa. Por lo general, la metodología no se concibe como una guía general para los procedimientos científicos, sino como una camisa de fuerza cuya inviolabilidad restringe el ejercicio de la libertad intelectual de los estudiantes, ingrediente indispensable para el estímulo de la invención y el descubrimiento.

7. Inadecuada preparación del personal docente. Debido a la reducida actividad investigativa que se registra en los espacios académicos, también son pocos los profesionales que se hallan familiarizados con la rutina diaria de la ciencia en un plano que los sitúe más allá de los niveles que provee el conocimiento a través de la pura teoría. En consecuencia, quienes tienen la responsabilidad de guiar a los estudiantes en el aprendizaje de las estrategias elementales de la investigación muchas veces encuentran dificultades en relación a una tarea con la que se encuentran insuficientemente familiarizados o que, como ocurre en los casos extremos, les resulta extraña por completo. Es cierto que los principios elementales de la ciencia pueden adquirise en los libros, pero sobre todo hay que aprender las habilidades necesarias para su práctica, haciéndola. En esencia, la mayoría de los docentes en Metodología son profesores con mínima o nula experiencia en investigación, y que nunca han publicado un reporte empírico original de su propia elaboración. Eso hace la gran diferencia entre profesores que son simples metodológos sin experiencia en terreno y profesores que son genuínos científicos. Los primeros sólo imparten reglas estériles que perpetúan rutinas repetitivas sin consecuencias creativas reales, los segundos contribuyen con su inventiva al aumento del registro acumulativo y al avance del conocimiento.

8. Estrategias de pensamiento. Para hacer ciencia, primero es necesario pensar como auténticos investigadores. Parte del problema radica en que la universidad paraguaya no ha logrado imprimir un énfasis suficientemente efectivo sobre la adquisición de aquéllas destrezas intelectuales que resultan imprescindibles para visualizar correctamente los problemas que se hallan inmersos en la producción de conocimiento nuevo, y así también, en la habilidad crítica para su justa ponderación y réplica. Es cierto que la universidad no funciona en aislamiento del resto del sistema educativo, y que se halla en el pináculo final de éste. En tal sentido, la educación media ha estado acompañada desde hace tiempo por agudos déficits estructurales y de cobertura (RIVAROLA, 1993), cuyos efectos comprometen en formas muy severas la calidad general de la enseñanza. Los estudiantes consagran poco esfuerzo al trabajo escolar, y el tiempo dedicado a la lectura, por ejemplo, resulta extremadamente bajo (MORÍNIGO; GAONA, 2000). Por esa razón, no puede menoscabarse el hecho que los alumnos ya se acercan a las carreras universitarias con importantes limitaciones en las conductas de entrada, que son arrastrados desde la educación primaria y secundaria (GARCÍA, 2003b). No obstante, de no priorizarse un entrenamiento intelectual más riguroso que favorezca la práctica de una indagación constante de la realidad se perderán o directamente no se adquirirán nunca los mecanismos y rutinas cognitivas que son necesarios para la evaluación y que permiten diferenciar el conocimiento genuíno del falsificado, que desafortunadamente se filtra con mucha frecuencia hacia los límites periféricos de la Psicología. La universidad debería tomar muy en serio la responsabilidad por revertir este cuadro insatisfactorio y asegurar lo más posible una educación de calidad.

9. Desvalorización del esfuerzo personal. En muchas de las carreras de Psicología, la práctica cotidiana de la investigación adolece de una simplificación extrema respecto a los niveles de calidad exigidos a los proyectos que los estudiantes llevan a cabo como parte de su entrenamiento académico. Tales dificultades afectan por igual a los trabajos internos de cátedra y a las tesis de grado, aunque las connotaciones podrían ser más graves respecto a estas últimas. En parte por las dificultades que se desprenden para la difusión y la discusión pública de los proyectos y los resultados de la investigación, que se deben entre otras causas a la carencia de los medios adecuados (por ejemplo, revistas universitarias de publicación regular), o a la falta de influencia real que estos trabajos tienen para la promoción y el reconocimiento profesional de los futuros egresados, estos rara vez optan por emprender investigaciones de gran porte o que resulten auténticamente novedosas y demanden una inversión mayor en términos de tiempo y esfuerzo. Con ciertas excepciones meritorias que indudablemente existen, las tesis de licenciatura a menudo se han constituído en la opción por el tema de elaboración más rápida o que encierre menor complejidad, obviando así la necesidad de la investigación revolucionaria en Psicología, o la búsqueda entusiasta de aportes originales e inexplorados a las ciencias del comportamiento. Por supuesto, tales actitudes están en directa proporción a la valoración que el medio circundante pueda hacer respecto a los atractivos que despierten la novedad intelectual y el descubrimiento científico, los cuales dependerán siempre de las respuestas obtenidas en aquéllos ambientes donde se los ponga en práctica.

Por otra parte, la limitada toma de conciencia que se da respecto a la importancia de la investigación como vehículo para la formación integral del estudiante conduce al surgimiento de otro género de problemas, que resultan más preocupantes porque abren un resquicio a los casos de fraude y corrupción al interior de la disciplina. En este sentido, existen casos de investigaciones de tesis elaboradas por terceras personas o modificadas parcialmente a partir de otras ya existentes, que pueden ser adquiridas por los alumnos a un elevado costo. Tal despropósito, que se origina en la acción de personas inescrupulosas, hace que los trabajos de tesis pierdan por completo su sentido como experiencia de aprendizaje y de maduración pedagógica para el estudiante. Esta misma situación también afecta a otras carreras universitarias. El problema con estos casos de fraude no está en que hayan alcanzado una gran extensión, ya que afortunadamente no pasan de unos pocos casos muy localizados. Su potencial efecto dañino radica en la falta de acciones correctivas efectivas que se originen en las instituciones afectadas, y que a la vez busquen contrarrestar el desprestigio que una intensificación de su práctica podría representar para la disciplina universitaria en su conjunto. La situación distorsiva que esta modalidad supone y la relativa tolerancia que ha existido hacia ella amenazan convertir a la presentación de las tesis en un mero ejercicio formal desprovisto de toda significación.

10. Incentivo a la originalidad y a la búsqueda del descubrimiento. La costumbre de propiciar el gusto por el riesgo, la fascinación por el descubrimiento y el estudio de los enfoques innovadores en la ciencia psicológica, concebidas como parte del aprendizaje de los estudiantes, se hallan casi siempre notablemente ausentes. En su lugar, suele ser común que se los sustituya por una genuflexión del pensamiento, más interesada en concordar obsecuentemente con la posición teórica o ideológica del encargado de la cátedra que en la innovación valiente de postulaciones atrevidas. En efecto, aunque las producciones emanadas de la práctica del pensamiento divergente pueden dan lugar a grandes errores, las teorizaciones irreverentes son también las que ayudan a avanzar a la ciencia. Muchas de ellas desembocan en grandes desperdicios sin ninguna consecuencia, pero otras son capaces de generar el advenimiento de auténticas revoluciones para el conocimiento.

En una ponderación adecuada de los factores que promueven o limitan el surgimiento de investigadores productivos en la ciencia, no debería obviarse que la creatividad científica está fuertemente vinculada a la presencia de ciertos rasgos en la personalidad del investigador, como la apertura a nuevas experiencias, un grado menor de convencionalismo comparado a las personas corrientes, mayor confianza en sí mismo, autoaceptación, ambición, dominancia, impulsividad y hasta cierto grado de hostilidad, entre otras (FEIST, 1999). Pero tampoco habrá de ignorarse que las características ambientales que prevalecen en ciertos entornos, como el autoritarismo, la inestabilidad social y política y la escasa valoración de la novedad intelectual condicionan con igual fuerza el posible desarrollo de aptitudes creativas (SIMONTON, 1999). Por ello, la promoción de soportes adecuados y el reconocimiento de los talentos emergentes forman un componente unitario fundamental para cualquier institución decidida a promover la investigación científica como uno de sus objetivos principales.

11. Formación de posgrado. Una proporción muy elevada de los docentes dedicados a la enseñanza en el área de la Metodología de la Investigación carecen de una formación especializada de posgrado. La causa para esta limitación no radica en la falta de voluntad por parte de aquéllos para adquirir un entrenamiento académico avanzado, sino en la ausencia de opciones de estudio que sirvan como alternativas reales. En efecto, a excepción de una institución que ha dado apertura a un curso de maestría a inicios del año 2003, tales programas de formación tampoco se hallan hoy al alcance de los psicólogos en este país (GARCÍA, 2003b)(1). Por lo tanto, la escasa cantidad de profesores con formación de posgrado específica en investigación, metodología o áreas afines y que se hallen incorporados a los cursos de formación para los futuros psicólogos, impide en la práctica un adecuado reciclaje y renovación de ideas, conocimientos o recursos para cuyo correcto aprendizaje sería imprescindible el contacto con ambientes académicos que disfruten de una mayor tradición en la producción científica.

12. Infraestructura. La enseñanza universitaria de la Psicología en el Paraguay debe llevarse adelante en medio de una aguda carencia de recursos materiales y aún de la mínima infraestructura capaz de potenciar o hacer realidad la investigación. Las facultades y departamentos carecen de laboratorios, equipamiento y personal técnico de apoyo. En general no se hallan previstas en los organigramas institucionales las instancias adecuadas que se aboquen a las funciones de planificación, asesoramiento, acompañamiento, coordinación o supervisión para las tareas que competen a los investigadores (GARCÍA, 2003b). Tan sólo una institución, la Universidad Nacional de Asunción, cuenta con un Area de Investigación y Servicios Sociales que permanece activa en medio de grandes dificultades financieras y estructurales. Las carreras de Psicología tampoco disponen de un presupuesto mínimo para costear o subsidiar la implementación de proyectos que incorporen la rutina de la investigación psicológica activa en su modalidad básica o aplicada. Situado en este árido y difícil escenario, el docente interesado en aportar alguna contribución original a la ciencia sólo podrá contar con el apoyo de su propia voluntad, tesón personal y capacidad de resistencia a la frustración.

13. Bibliotecas y Hemerotecas. El acceso a la información actualizada constituye una parte integrante fundamental en los procesos de validación crítica del conocimiento y en la apertura de nuevos horizontes para la indagación científica y técnica. Pero contradiciendo esta necesidad prioritaria, las universidades donde existen carreras de Psicología cuentan con facilidades muy limitadas en cuanto a la provisión de libros actualizados y revistas especializadas, tanto en el área de la Psicología como en las ciencias afines colaterales. En ninguna de ellas se cuenta con hemerotecas para las ciencias del comportamiento. En cambio, algunos departamentos disponen de bibliotecas, aunque la mayoría de ellas ostentan un número muy reducido de volúmenes de edición reciente. Las revistas líderes en áreas como la Psicología Experimental o en otras modalidades de investigación psicológica no llegan a las bibliotecas universitarias y por ende carecen de toda influencia significativa en el desarrollo de los estudios académicos.

En la ciencia moderna los reportes sobre investigaciones de punta o avances teoréticos novedosos se difunden principalmente a través de su inclusión regular en las tablas de contenido de las revistas, de modo que una carencia de estas representa un obstáculo considerable a la hora de encaminar proyectos que puedan conducir hacia el logro de investigaciones serias y bien fundamentadas en una exposición solvente de la información. Como señala Yúfera (1994), los objetivos principales de una buena revisión bibliográfica son, en primer lugar, la confirmación que el problema planteado no se encuentre ya resuelto, en segundo, el conocimiento de lo que otros investigadores competentes han aportado a nuestra linea de trabajo y en tercero, el conocer las técnicas que otros han utilizado al enfrentar situaciones análogas. La Psicología no es diferente en esto a las otras ciencias. De hecho, las fuentes de consulta han llegado a ramificarse significativamente con un arsenal considerable de revistas, anuarios, literatura de indexación y otras modalidades de divulgación (PFROMM NETTO, 1990), difíciles de ser consultadas en su totalidad aún en las bibliotecas mejor montadas. Pero cuando estas carecen de tales recursos, permanece desaprovechado y sin explorar el núcleo más importante y significativo para la tarea del investigador.

En la actualidad varias carreras han buscado suplir sus falencias en el flujo de información proveyendo facilidades para el acceso de sus estudiantes y profesores a Internet, en donde pueden consultarse libremente un buen número de sitios pertinentes para la investigación y revistas electrónicas de Psicología y ciencias afines. Sin embargo, las ediciones publicadas en papel son las que continúan ostentando el predominio y el prestigio en el mundo académico, mientras las revistas electrónicas aún carecen de un liderazgo consolidado y comparable para llegar a constituírse en verdaderas alternativas a las primeras. Los autores, por consiguiente, siguen escogiendo a las revistas impresas como su opción principal a la hora de encaminar su mejor material para publicación. Por otra parte, el uso que los profesores y los estudiantes hacen de estas se percibe todavía como notablemente reducido. La escasez de información actualizada y relevante a través de los medios especializados de formato tradicional como de las nuevas modalidades electrónicas de difusión continúa siendo un obstáculo muy serio y acuciante.

14. Desaprovechamiento de las condiciones y oportunidades para realizar investigación significativa. Es común que el proceso de elaboración de las tesis que los alumnos deben culminar antes de optar al título profesional se lleve adelante sin el auxilio de políticas académicas claras y precisas en aspectos tan esenciales como el establecimiento de áreas prioritarias para la investigación, delimitación de metodologías o creación de bancos de datos dinámicos con información sobre los trabajos ya existentes. Las orientaciones que los departamentos proveen al estudiante como única guía por lo general se limitan a instrucciones sobre los aspectos formales de la presentación y a la burocracia que deberá ser sorteada para la defensa. De esta manera, al no visualizar correctamente las potencialidades de las tesis como alternativas para la búsqueda de conocimiento original, en la mayoría de los casos se convierten en un mero ejercicio ritual desprovisto de toda trascendencia real, ni como experiencia productiva para el estudiante ni como fuente de innovación para el avance de la disciplina.

Cuando al fin culminan su elaboración y defensa, las tesis tienen como destino seguro un lugar en los anaqueles de las bibliotecas universitarias, en algunas de las cuales serán integradas al archivo de colecciones especiales, permaneciendo ocultas las más de las veces en medio de la indiferencia general. El porcentaje de consultas que se hacen de estos materiales resulta muy reducido. Al mismo tiempo, no se acostumbra estimular a los estudiantes a que busquen el gerenciamiento activo de la publicación de sus investigaciones en revistas especializadas u otros medios de difusión. La consecuencia más directa es que estos trabajos terminan olvidados y sin proveer ninguna probabilidad de impacto válido y duradero, perdiéndose así toda su potencial fuerza como instrumentos de conocimiento o fuentes para nuevos descubrimientos. De esta manera, puede verse en estos hechos otra dimensión más de su palpable desaprovechamiento.

2.2 - Formas en que la ausencia de investigación afecta la calidad lograda en la formación del psicólogo:

Los avances muy conservardores observados en el plano de la investigación psicológica guardan resonancias claras en relación a las características del psicólogo que emerge de estos cursos, provocando el surgimiento de áreas deficitarias en su perfil académico general y en su desempeño profesional. Procedemos a continuación a enumerar las más importantes entre ellas:

1. Dependencia. La ausencia de una práctica de investigación regular a nivel de los claustros académicos produce como uno de sus resultados más inmediatos una Psicología cuyo rasgo distintivo es una acentuada dependencia del conocimiento importado y su poca o nula aportación original. La adopción de una Psicología basada con exclusividad en la investigación extranjera y que al mismo tiempo no vaya acompañada por intentos serios de validación o adecuación, enajena por completo a la disciplina local de realizar aportes propios y novedosos y aún de replicar de manera conveniente los postulados que defienden las teorías psicológicas contemporáneas. Esta situación abre una difícil incertidumbre respecto a la corrección de sus aplicaciones, al menos si ellas han de ser evaluadas mediante un criterio riguroso. Tal problema aflora de manera decisiva, por ejemplo, en la evaluación de las funciones cognitivas. El reconocimiento de la dependencia no implica necesariamente una actitud negativa respecto a la necesidad de asimilar el conocimiento nuevo, lo cual, dada la expansión y ritmo actual de la investigación psicológica, sería por completo inviable. Supone tan sólo comprender la importancia de una permanente retroalimentación del conocimiento y la exploración de las potencialidades de la Psicología como vehículo para la comprensión de las realidades propias del medio circundante y de la cultura local.

2. Prevalencia del dogmatismo. Los ambientes que no investigan corren el serio riesgo de convertirse en bastiones del dogmatismo y la repetición, limitando en sus participantes, tanto enseñantes como aprendices, el desarrollo de una actitud evaluativa y crítica, características esenciales que acompañan y condicionan toda actividad científica seria. Entre los psicólogos es común el aprendizaje y la asimilación muy unilateral de una teoría o modelo único, confiándole a esta el monopolio de la corrección interpretativa e ignorando a todos los demás enfoques. Esta actitud ha sido resaltada en relación a teorías particulares como el psicoanálisis (GARCÍA, 2003c), aunque todos los demás enfoques que integran la Psicología adolecen de flancos débiles ante este desafío. Muchas veces, el dogmatismo puede ser el escondrijo del ingenuo o la fachada que oculta la ignorancia y la falta de voluntad para mantenerse alertas y actualizados ante los constantes avances de la ciencia. El dogmatismo también refleja una incapacidad para el descentramiento (VILANOVA, 2003), esto es, para tomar distancia de un único enfoque hegemónico y concebir a la Psicología con la amplitud necesaria. No puede pensarse en una condición más nociva para la vocación del investigador. En esencia, un enclaustramiento dogmático bloquea la mente a la búsqueda de alternativas posibles y congela toda capacidad por innovar en formas no exploradas previamente. En el ámbito académico, adquiere ribetes aún más negativos cuando se entronca en las burocracias administrativas que tienen de su lado la responsabilidad de asignar subsidios o promociones para la investigación o el nombramiento de nuevos docentes en los departamentos (YÚFERA, 1994). Por ello, sólamente la discusión de hallazgos empíricos y de teorías con fundamentos sólidos y genuínos pueden funcionar como un antídoto válido o efectivo contra cualquier forma de oscurantismo.

3. Aislacionismo y marginalidad. Aunque no es una causa suficiente para explicar la persistencia de la aguda desvinculación que se observa en relación al contexto externo, la falta de una rutina en la investigación favorece la persistencia de un aislacionismo extremo con respecto a los avances más recientes logrados por la ciencia contemporánea. En términos generales, la Psicología paraguaya se desenvuelve sin adquirir conciencia plena de los desarrollos más significativos que se producen en las ciencias del comportamiento, o con una asimilación parcial y muy deficiente de las mismas. Así vista, la Psicología en este país se halla en una posición por completo marginal en relación con el resto de la Psicología. Tal marginalidad se produce al punto de resultar prácticamente inexistente, de juzgarse su grado de visibilidad internacional en forma objetiva y cuantitativa (ADAIR, 1999). La búsqueda de innovación y de información actualizada, así como su asimilación productiva por parte de las comunidades de expertos, son características usuales en los ambientes que investigan. La necesidad constante de innovación es un resultado de la sana competencia a que da lugar la investigación cuando se la practica con responsabilidad y en forma regular.

El aislacionismo linguístico es una dimensión complementaria y muy importante del problema. Los psicólogos paraguayos están poco habituados al manejo de los idiomas extranjeros, en especial del inglés, que hoy es ampliamente reconocido como la lengua por excelencia para la ciencia. Esta circunstancia, de hecho, les enajena el conocimiento de gran parte de la producción académica más relevante, que se publica en esa lengua. Muchos de los servicios de indexación de mayor influencia, como los Psychological Abstract o las diversas modalidades del PsycSCAN, o referentes bibliográficos fundamentales como el Annual Review of Psychology, o numerosas otras revistas de Psicología en lengua inglesa, están ausentes de las lecturas de consulta que los profesionales del comportamiento realizan en forma regular. Por otra parte, la participación de los psicólogos paraguayos en los eventos académicos internacionales, ya sean cursos, congresos u otros encuentros de similares características, resulta asimismo sumamente baja. Esta limitación se ha acentuado con el deterioro creciente de la situación económica, aunque esta no es la única causa que lo justifica. Tampoco se observa una adecuada retroalimentación de conocimientos a nivel de las instancias académicas encargadas de la formación, ya que muy pocos psicólogos disfrutan la oportunidad de realizar estudios de posgrado fuera del país. Todo lo cual conduce a que la autodidaccia, que comporta muchos riesgos cuando se trata de la Psicología, resulte la única opción para muchos profesionales inquietos. Con los escasos niveles de asimilación y pobre devolución de conocimientos que demuestran países como el nuestro parece obvio porqué Adair, Coêlho y Luna (2002) se cuestionan sobre el verdadero carácter internacionalista que puede atribuírse a la Psicología, de acuerdo a la medidas objetivas que facilitan sus estándares de producción. La Psicología parece más el emprendimiento masivo de unos pocos países centrales que una verdadera obra colectiva de cooperación internacional.

4. Marcos de referencia insuficientes. Como resultado del agudo aislacionismo que durante décadas ha afectado a la Psicología paraguaya, los profesores y los alumnos por igual, así como los practicantes profesionales, carecen de los parámetros adecuados de comparación que les permitan guiar su estudio y su actividad independiente hacia metas de mayor logro y calidad, que se hallen acordes con los criterios de exigencia que rigen la producción y la publicación científicas. En consecuencia, es posible hallar ejemplos frecuentes de trabajos de investigación que, si fueran evaluados con los criterios rigurosos propios de los ambientes habituados a la ciencia, deberían requerir de una mayor profundización teórica o perfeccionamiento metodológico para adecuarse a los estándares en uso internacionalmente. Tales producciones, no obstante, son tomadas como suficientes en el medio local y aceptadas, las más de las veces, como contribuciones válidas. Esto ocurre no sólo con los trabajos internos de cátedra, sino también con investigaciones de mayor porte como son las tesis de licenciatura e incluso las doctorales.

Lo que llamamos marcos de referencia, por consiguiente, no deberá entenderse tan sólo en su vinculación con los productos teóricos y conceptuales de la ciencia, sino también en relación a los criterios de exigencia, calidad y compromiso que devienen de un medio social donde la ciencia se aprecia y practica con seriedad. En contraste, en una cultura donde la aplicación del espíritu crítico y racional no representan una constante, los niveles alcanzados en la formación superior se resienten en sus logros, creando una disciplina conformista y poco afecta al esfuerzo que exige la investigación original. La Psicología paraguaya carece de competitividad internacional, estricto celo por el rigor y la rutina de la replicación y la costumbre de adoptar parámetros para evaluarse a sí misma que exhiban una mayor solidez y menor autocomplacencia. Es la prevalencia de estas carencias lo que le dificulta juzgar con propiedad las limitaciones de su propia producción. Todo lo cual podría subsanarse y revertirse, en gran medida, mediante el incentivo decidido de una labor investigadora que esté caracterizada y se oriente por las aspiraciones esenciales de calidad, excelencia y relevancia.

5. Verbalismo. En términos generales, la Psicología paraguaya no investiga, no comprueba ni refuta, y se conduce sólo en el plano más elemental que provee la argumentación discursiva. Esta predilección por un estilo centrado en la repetición verbal en lugar de la búsqueda activa de conocimientos originales y su posterior contrastación empírica desemboca en un juego dialéctico autocomplaciente consigo mismo y que en nada favorece las perspectivas de avance, que sólo se obtiene mediante el aporte de contribuciones creativas o revolucionarias. La pobreza de estas a su vez retroalimenta el problema de la dependencia, creando así un círculo vicioso muy negativo del que no se escapa sino por la vía del incentivo a la originalidad.

6. Proclividad a las modas pasajeras. Los ambientes sin investigación suelen inclinarse a la adopción de modas pasajeras o a la defensa a ultranza de cualquier teoría nueva que se sugiera o promocione, justificadamente o no, como lo más avanzado del momento. En parte por esta causa, la Psicología paraguaya ha sufrido una predisposición extrema a la aceptación pasiva de enfoques que cuentan con mínima o nula validación empírica y escasa cientificidad, o aún con evidencia en contra. La amplia gama de modelos que se conocen bajo la denominación genérica de terapias alternativas (GARCÍA, 1998) no sólo han conseguido arraigarse en la práctica de campos profesionales como la Psicología clínica, sino incluso en los claustros académicos (GARCÍA, 2003b). Ningún enfoque que se muestre refractario al desafío de la comprobación rigurosa debería pretender su integración a la Psicología, a menos que esta renuncie a su aspiración esencial de continuar dentro de los límites de la ciencia. Frente a este inconveniente, la formación universitaria de los psicólogos no parece estar fomentando en una medida suficiente la adquisición de aquéllas armas del pensamiento crítico y evaluativo que deben utilizarse para balancear racionalmente cada una de estas propuestas. Tal limitación representa un grave problema ya que la simple novedad no es garantía suficiente de calidad, y menos aún de veracidad.

De igual manera, la adopción entusiasta y acrítica de todo lo novedoso, sin establecer al mismo tiempo los criterios de rigor apropiados respecto a su adecuación, pone en peligro no sólo la reputación profesional del psicólogo sino el bienestar de aquéllos individuos hacia quienes dirige el despliegue de sus herramientas profesionales de intervención.

7. La imágen pública del psicólogo. En Paraguay no se han llevado a cabo estudios sistemáticos sobre la imágen pública del psicólogo y de la Psicología, entendiendo a aquélla como "el conjunto de percepciones, juicios valorativos, actitudes, responsabilidades y expectativas de carácter absoluto y comparado, que los individuos exponen sobre dicha ciencia, sus cultivadores y aprendices" (HORAS et al., 1977, p. 120). La excepción puede ser encontrada en un estudio exploratorio desarrollado hace ya más de una década y que estuvo focalizado específicamente sobre el rol del psicólogo clínico (CASTELLANO; NÚÑEZ, 1990). No obstante, puede afirmarse dentro de ciertos límites que la visión predominante del psicólogo corresponde a la del profesional de la salud mental o la del profesional de consultorio, centrado en la atención de los cuadros de malestar subjetivo que aflijen a las personas en su vida cotidiana. En contraste, la percepción del psicólogo como alguien abocado a conducir investigaciones o producir ciencia es de suyo mucho menos frecuente. Por lo cual no puede sorprender que las espectativas sociales sobre el rol que debe cumplirse en la profesión del comportamiento hagan muy poco favor o incluso ignoren por completo este último aspecto.

 

Acciones inmediatas

En la competencia constante entre el conocimiento y la aplicación, entre la acción y el descubrimiento, la vocación profesionalista por el tratamiento de los problemas humanos y hacia el servicio a las personas ha salido altamente gananciosa en el contexto de la Psicología paraguaya. El compromiso principista del psicólogo de oficiar como un descubridor de los enigmas que todavía envuelven a innúmeros aspectos del comportamiento y de la cognición y a amplios sectores de la realidad, y la visión de sus potencialidades para convertirse en un artífice para el avance científico, aún tienen un largo camino por recorrer. La Psicología paraguaya de nuestros días es una profesión establecida, pero dista mucho de ser una ciencia respetable. La Psicología de hoy ha buscado, con disímiles grados de acierto y rectitud de criterio, brindar respuestas parciales a numerosas situaciones acuciantes que se enfrentan en el medio social particular donde desenvuelve su praxis, pero ha renunciado, quizá sin una conciencia muy clara de la gravedad de sus consecuencias, a la necesidad de investigar objetivamente esos mismos problemas. Con esta limitación también ha perdido la oportunidad de ensayar estrategias de acción más adecuadas y eficientes a sus causalidades reales, realzando la significación pública que debería imponer su presencia. La investigación de laboratorio, con ser una parte importante y vital de la tradición e imágen de la disciplina, no lo es todo, ni siquiera en lo que el psicólogo como investigador es capaz de aportar. También está la inmediatez y la fuerza que emanan del mundo social y de sus interrogantes, susceptibles de ocupar el sitio de un gigantesco y dinámico laboratorio. Pero incluso en ese terreno que podría visualizarse como más familiar y accesible, el psicólogo paraguayo ha fracasado en dejar marcada su impronta y grabadas en formas bien reconocibles las huellas de su paso.

Todo esto acarrea como consecuencia un rezago creciente en relación a los demás países de la región. Esta situación podría quizás ser revertida, mediante la adopción y aplicación de acciones oportunas e inteligentes. En vista a la rápida superación de sus limitaciones, la Psicología paraguaya debería desarrollar e implementar las siguientes estrategias como alternativas inmediatas:

1. Emprender una discusión seria y profunda, tanto a nivel de las instancias de formación universitaria como de las entidades gremiales y científicas, respecto a los modelos que se hallan vigentes para el entrenamiento profesional del psicólogo, y su posible adecuación o no a las necesidades provenientes de una concepción científica de la Psicología.

2. Investigar y revalorizar las tradiciones históricas que se han desarrollado en la Psicología nacional, permitiendo identificar autores, publicaciones y proyectos que apuntalen la noción de una producción teórica anterior al establecimiento universitario de la disciplina, y que al mismo tiempo puedan servir como inspiración, punto de partida y señal de identidad para los investigadores jóvenes.

3. Fomentar la investigación básica, discutiendo al mismo tiempo el rol esencial que le corresponde como fundamento indispensable para la construcción de teorías científicas que se basen con firmeza en la elaboración y comprobación de hipótesis rigurosas. Estas, a su vez, deberán ser la base ineludible para cualquier aplicación exitosa de la Psicología en los gabinetes profesionales.

4. Vincular más activamente a las cátedras de Metodología y sus similares con la ejecución de investigaciones reales, y con los desarrollos conceptuales estudiados en las demás asignaturas, separándolas del recurso al teoricismo fácil. Deberá introducirse una evaluación seria y rigurosa de los productos impulsados en cada cátedra. Al mismo tiempo, será oportuna la generación de los espacios de difusión adecuados, como revistas o boletines concebidos desde los departamentos. Estos deberán actuar como reforzamiento para las iniciativas de investigación de los estudiantes y los profesores y servirán para darle una formalidad pública a sus esfuerzos.

5. Exigir de los docentes la elaboración y difusión de investigaciones psicológicas propias que justifiquen su dedicación efectiva a la enseñanza, incluyendo este requisito como condición obligatoria para el concurso, acceso y permanencia en las cátedras.

6. Multiplicar las oportunidades existentes para lograr la familiarización del estudiante con la producción científica primaria, en la forma de clases demostrativas con reproducción de experimentos clásicos, lectura, discusión y crítica colectiva de artículos, análisis y corrección de textos, encuentros periódicos informales con investigadores experimentados de otras universidades o no vinculados a la enseñanza superior, etc. Con estas simples innovaciones, la enseñanza cruzaría rápidamente el Rubicón que la conduzca desde el limbo de la teoría al mundo real.

7. Elevar los parámetros evaluativos para la aprobación de las tesis de grado y trabajos similares, homologándolos con los criterios internacionales de precisión y exigencia que se encuentran vigentes. Para ello, se deberán organizar bases de datos que permitan el máximo aprovechamiento de las experiencias anteriores, no sólo dentro de una carrera, sino entre diferentes universidades también. Al mismo tiempo, habrá que combatir con decisión los focos de corrupción académica que permiten la venta y la compra de tesis, superando la indiferencia que hasta ahora es muy frecuente.

8. Potenciar los ambientes de discusión, debate y crítica libres al interior de las cátedras, evitando así la formación de actitudes y costumbres autoritarias en los profesores.

9. Incentivar en los docentes mejor dotados y más productivos el acceso a las mejores oportunidades para perfeccionar sus conocimientos, ya sea a través de sistemas de becas o de incentivos especiales. Ante la probable falta de recursos presupuestarios para ser destinados a tales propósitos, las becas podrían obtenerse utilizando los mecanismos de la cooperación internacional. Para asegurar su calidad y pertinencia, la formación de posgrado en Psicología no debería implementarse antes de fortalecer convenientemente las licenciaturas.

10. La inversión pública y privada y/o la asistencia internacional también deberían direccionarse hacia el gerenciamiento de proyectos que propendan hacia la creación y mantenimiento de una infraestructura adecuada que haga posible el avance de la investigación psicológica. La creación de laboratorios, de gabinetes especiales destinados a la adaptación y desarrollo de pruebas psicológicas para el medio local, la contratación de personal auxiliar idóneo, la provisión de facilidades informáticas y de material bibliográfico actualizado y apto para la investigación, así como la asignación de subsidios rápidos y suficientes para la misma, son necesidades cuya atención no debería seguirse postergando. De ello depende, de forma muy simple y directa, que la Psicología paraguaya alcance alguna vez el status pleno de ciencia seria y rigurosa del que hoy carece y que es común en casi todas partes.

 

Conclusion: un largo camino por recorrer

La Psicología paraguaya de hoy tiene abiertos numerosos desafíos ante sí y las potencialidades de búsqueda y acción directa que emergen de ella son inmensas. Pero las tareas pendientes aún son muchas y extremadamente difíciles. Se trata, ni más ni menos, de crear el ambiente académico adecuado en el que la práctica regular de la ciencia pueda encontrar arraigo, logrando así el sentido y la significación que hasta ahora le ha faltado. La Psicología académica paraguaya nació y se desarrolló en condiciones en las que se ha prestado una atención muy escasa a la práctica científica propia. De allí que mucho costará crear la conciencia de una necesidad nueva en donde antes no ha existido y en un medio cultural muy conservador en el que parece más sencillo parasitar sobre conocimientos previamente adquiridos que adentrarse con fuerza en la rutina y en los riesgos de la investigación. Al fin y al cabo, la generación de ambientes propensos a la búsqueda del conocimiento constituye un proceso lento y complejo que no se fabrica artificialmente ni se impone arbitrariamente desde el exterior. Ellos responden a una realidad social, cultural e histórica específicas que nacen como respuesta a las urgencias sentidas desde sus mismos núcleos sociales. Es de esperarse que la Psicología paraguaya, autolimitada hasta ahora en sus condiciones de crecimiento intelectual productivo, pueda encontrar el cauce que le permita devolver a la sociedad que la alberga, y al conocimiento universal de la disciplina, la contribución que le corresponde en cuanto ciencia. Al hacerlo, también cobrará una dimensión nueva aquélla visión que sus pioneros imprimieron con fuerza y convicción en lo que fué, hace ya más de un siglo, la apertura histórica para un ilimitado horizonte.

 

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Endereço para correspondência
Jose Emilio Garcia
Endereço eletrônico: joseemiliogarcia@hotmail.com

Recebido em: 15/01/2004
Aceito para publicação em: 01/03/2004

 

 

Notas

* Professor da Universidad Nacional de Asunción, Paraguay.
1 De los centros de educación superior, la Universidad Técnica de Comercialización y Desarrollo es la única que dispone de una Maestría en Psicología Clínica funcionando en su filial de Ciudad del Este. La formación que ofrece este programa, sin embargo, corresponde a un área de aplicación de la Psicología profesional y no de investigación o metodología.

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