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Interamerican Journal of Psychology

versão impressa ISSN 0034-9690

Interam. j. psychol. v.42 n.1 Porto Alegre abr. 2008

 

 

Cultura tradicional y masculinidad feminidad

 

Traditional culture and masculinity femininity

 

 

Tonatiuh García-Campos*, 1

Universidad de Guanajuato, México

 

 


RESUMEN

Considerando la sociocultura como uno de los determinantes del comportamiento de las personas, la presente investigación tuvo como objetivo identificar la estructura de las premisas histórico-socioculturales y de la masculinidad-feminidad, su relación; así como conocer los efectos de diferentes variables sociodemográficas en dicho constructos. Con base a 291 personas, se obtuvieron estructuras factoriales que explican el 43.03% y el 40.3% de la varianza de las de las premisas y de la masculinidad-feminidad, respectivamente. De igual manera se encontraron diferencias significativas en los factores de acuerdo a distintas variables sociodemográficas. Los resultados muestran también la relación entre los factores, las cuales nos muestran un grupo de variables que denotan una cultura tradicional, así como aquellos que van dirigidas hacia un dinamismo cultural.

Palabras clave: Cultura, Urbano-rural, Androginia, Análisis factorial.


ABSTRACT

Considering socioculture as a determinant of personal behavior, this investigation had as objective to know the premises and masculinity- femininity structures, the relation between both constructs as; and the effect of different socio-demographic variables. With a sample of 291 participants, factorial structures explain the 43.03% and 40.3% of variance of the premises and of masculinity-femininity respectively. In addition, based on diverse socio-demographic variables, significant differences around factors were found. Results also show the relation between factors: a group of variables that denote a traditional culture, as well some items that moves towards cultural dynamism.

Keywords: Culture, Urban-rural, Androgyny, Factor analysis.


 

 

La cultura, como herencia social (Linton, 1942) o como conjunto de actitudes, valores, creencias y conductas compartidas por un grupo de personas, pero diferente para cada individuo y comunicadas de generación en generación (Matsumoto, 1996), es fundamental en el estudio del comportamiento individual o grupal. Así, la interacción entre el individuo y su mundo exterior van conformando su personalidad y su construcción de la realidad. De tal manera que, el resultado de la interiorización de normas, valores y creencias y las características propias del individuo, resultarán en el comportamiento con el que la persona enfrentará las demandas de su realidad.

Todo individuo esta inmerso e influenciado hasta cierto punto por la sociedad a la que pertenece, la cual a su vez esta inmersa y afectada por la cultura; sin embargo, la separación de estos dos conceptos es prácticamente imposible, de tal manera que retomaremos el concepto de sociocultura propuesto por Díaz-Guerrero (1997) desde la acepción más amplia del mismo, es decir, como un conjunto de premisas interrelacionadas, donde convergen las intenciones de la sociedad y la cultura. Existen muchas aproximaciones para el estudio de la cultura (Hofstede, 1980; Schwartz & Sagiv, 1995; Triandis, 1995, 2001), sin embargo, para la evaluación de la cultura tradicional en México, la aproximación propuesta por Díaz (1963, 1997, 2003), correspondiente a las Premisas Histórico Socio-Culturales (PHSCs) ha mostrado (Díaz-Guerrero, 1997, 2003) ser una herramienta útil para el estudio de valores, normas y creencias en los mexicanos. Dichas premisas son, a decir del propio autor (Díaz-Guerrero, 1997), afirmaciones utilizadas y aprobadas consistentemente por la mayoría de los miembros de una sociocultura. Debido a que las premisas provienen del conocimiento popular y por definición son aprobadas por una mayoría de los miembros de un grupo, se convierten en una aproximación sensible y válida para el estudio de la cultura tradicional.

Tal como se ha demostrado (Díaz-Guerrero, 2003; Flores, Cortés, Góngora, & Reyes, 2002; García & Reyes, 2003), las PHSC´s se han mantenido vigentes al pasar de los años, aunque su aceptación ha cambiado en muchas de ellas, su sensibilidad para discriminar a las personas, ha sido clara, a pesar de que existan nuevas expresiones de los comportamientos que evalúan. Por otro lado, y siguiendo con la interdependencia entre individuo, sociedad y cultura, la masculinidad-feminidad como rasgo de personalidad determina en parte, el comportamiento de las personas. Dado que este rasgo de personalidad se refiere a características que en al algún momento histórico fueron asociadas con el sexo, de acuerdo a grupos específicos; la sociedad y la cultura dirigen las expectativas tanto de las características asociadas a los sexos, como a los géneros. Por lo anterior, la sociedad y la cultura juegan, como lo mencionamos anteriormente, un papel importante en el comportamiento y en el desarrollo de la personalidad.

Desde la conceptuación de Bem (1974) hasta recientes estudios (Cheng, 2005; Lippa, 2001), las conductas que se han incorporado a la parte masculina, o también denominada instrumental, son: la asertividad, la fuerza, la orientación a los logros materiales, etc. mientras que las acuñadas a la expresividad (feminidad), son la modestia, cariño, preocupación por la calidad de vida, etc. Si vemos estas conductas, quedan distinguidas por lo que se espera en varias culturas hacia los hombres (conductas instrumentales) y hacia las mujeres (conductas expresivas) con respecto a su forma de ser. Por la naturaleza del constructo, o más bien dicho de su conceptuación, las expectativas socioculturales para cada miembro de una sociocultura dependerán, en cierta forma, de su sexo y género. Hofstede (1998) ha mencionado cómo esta dimensión se refleja de manera distinta en las personas, dependiendo de su "pertenencia" a distintos grupos culturales. De acuerdo con Hofstede (1998), y desde un nivel de análisis cultural y partiendo de la muestra utilizada, Japón, Alemania, Estados Unidos, Gran Bretaña, Venezuela, México y Filipinas, son países instrumentales, es decir, que obtuvieron valores más elevados en características masculinas mientras que los más expresivos resultaron ser, Dinamarca, Finlandia, Noruega, Suecia, Holanda, Francia, Portugal, Costa Rica y Tailandia. Por su parte Hoppe (1998 en Hofstede, 1998) reporta en un muestreo distinto, que Suiza, Italia, Estados Unidos (único país americano muestreado) y Francia son los países más masculinos de su estudio. Estas tendencias, tanto culturales como individuales, repercuten a las sociedades, a los grupos dentro de las sociedades y a los individuos inmersos en los grupos, dado que se han asociado con (Hofstede, 1998; Spence, 1993): a) relación con la autoridad; b) concepción de uno mismo; y, c) principales dilemas o conflictos y la forma de relacionarse con ellos.

Siguiendo la línea teórica de Bem (1974), y saliéndonos del nivel cultural de análisis al que hace mención Hofstede (1998); la masculinidad-feminidad refiere a dos continuos que de acuerdo a sus combinaciones, podemos encontrar a cuatro tipos de personas: a) Masculinas o instrumentales, aquellas que tienen muchas y/o altas características masculinas y bajas o nulas femeninas; b) Femeninas, aquellas que se caracterizan por tener este tipo de rasgo y no masculinos o instrumentales. Dentro de esta misma clasificación, la aportación de Bem abrió la concepción del constructo, ya que al ser conceptuado desde dos continuos nos da la posibilidad de hablar de personas con ambos tipos de características (andróginos) o sin ellas (indiferenciados).

En México, la estructura de la masculinidad-feminidad de la población urbana quedó definida por cuatro factores (Reyes, 1999). El primero de ellos, denominado Androginia, en el que se habla de características tales como capaz, competente, atento. Expresividad normativa es el segundo factor, el cual nombra adjetivos del tipo de gentil, educado, generoso; el siguiente factor es el de Instrumentalidad Negativa, en donde los individuos se atribuyen características como el ser aprovechado, abusivo, altanero. El último factor que presenta la autora es el denominado Expresividad Emocional Negativa, que se refiere a ser inseguro, inmaduro, miedoso. Donde la autora menciona que para los mexicanos que participaron en dicho estudio (Reyes, 1999), los caracteriza un rasgo andrógino con mayor peso de características expresivas (femeninas).

En un estudio más reciente, Polanco y Reyes ( 2003), encontraron que las características típicas e ideales asociadas a la mujer mexicana muestran una androginia con mayor cantidad de elementos instrumentales en la concepción de la mujer ideal mexicana. Por su parte, el hombre ideal presenta una androginia con un balance entre características masculinas y femeninas. Mientras que para el hombre mexicano típico, la androginia es también lo que lo describe, pero con muchas características negativas, tales como macho, tomador (bebedor), flojo, entre otras. Por otra parte, Díaz y Rocha (2004) describieron otra estructura factorial del constructo. Para dichos autores, las Masculinidad-Feminidad de la muestra que participó en su estudio (no se aclara más que edad y sexo de los participantes) esta conformada por siete factores: Expresividad Positiva; Expresividad Egocéntrica; Instrumentalidad Negativa; Instrumentalidad Positiva; Expresividad Negativa; Obediente-Afiliativo-Instrumental y; Obediente-Afiliativo-Expresivo. A diferencia de los estudios descritos anteriormente, estos últimos autores no presentan ningún elemento andrógino en su estructura.

Como lo han mostrado distintas investigaciones (Cheng, 2005; Lara, 1991; Lippa, 2001) la androginia se ha asociado con mayores niveles de bienestar subjetivo y menores grados de depresión. Si retomamos el origen de la masculinidad-feminidad; las personas andróginas, al menos en ciertas áreas, estarían lejos o alejándose de la cultura tradicional, donde se esperaría que los roles y las características que tradicionalmente son asociadas a un sexo, estarían más arraigadas. Considerando todo lo anterior, surgió el interés del la presente investigación, el cual fue conocer las estructuras de ambos constructos, los efectos que sobre cada uno de ellos tienen algunas características sociodemoFiguras y la relación existente entre las premisas y la masculinidad-feminidad.

 

Método

Participantes

Por medio de un muestreo estratificado, se aplicaron los instrumentos a 291 personas del Estado de Yucatán (sureste mexicano) de los cuales 174 eran urbanos. Del total de la muestra, el 51.9% fueron mujeres. El rango de edad de los participantes fue de 15-55 años, con una media de 28.55 años y una DE de 9.5. Doce años de estudiado cursados y aprobados fue la moda de la muestra, con respecto a su educación.

Instrumentos

Se utilizó la versión corta de la escala de Premisas Histórico Socioculturales de García y Reyes (2003), la cual es autoaplicable, consta de 42 reactivos tipo Likert con seis opciones de respuesta. La versión de la escala explica el 41.52% de la varianza y tiene un índice de confiabilidad de .88.

Versión corta (García y Reyes) de la Escala Mexicana Multidimensional de Instrumentalidad Expresividad (EMMIE). Dicha versión de la escala original (Reyes y Días, 1996) es autoaplicable y esta conformada por 40 reactivos tipo Likert con siete opciones de respuesta. El instrumento explica el 49.72% de la varianza y cuenta con un alpha de Cronbach de .81.

Procedimiento

Se les aplicó los instrumentos a los participantes en diferente orden. La aplicación fue de manera individual o colectiva. Se les solicitó su colaboración para responder a los instrumentos. A pesar de que los instrumentos pueden ser autoaplicables, siempre un representante de la investigación estuvo presente por si algún participante tuviera alguna duda.

Para los análisis que contemplan variables sociodemográficas, se constituyeron grupos dentro de las variables tal como se menciona a continuación. De acuerdo a la edad de los participantes, se hicieron tres grupos que comprenden diferentes demandas socioculturales y de desarrollo humano. Los grupos fueron de 15-23 años, de 24-35 y de 36-55 años.

Para conocer el perfil de los participantes según su escolaridad, se hicieron tres grupos. El primero de ellos, contempla lo que es la educación obligatoria en México, lo que involucra hasta once años de estudio (incluye preescolar). El segundo grupo, denominado media superior, corresponde a aquellos participantes que iniciaron y/o terminaron sus estudios vocacionales, sea como preparación para la universidad o como carrera técnica (de 12 a 15 años de estudio). El grupo Superior, corresponde a estudios universitarios o de posgrado.

 

Resultados

Para dar respuesta a las inquietudes y objetivos que derivaron en esta investigación, se inició el análisis por constructo para posteriormente conocer las relaciones entre éstos. La presentación de los resultados obedecerá al orden que se siguió en las secciones anteriores.

Para conocer la estructura de las PHSC´s de la muestra, se realizó un análisis factorial de componentes principales con rotación varimax; de éste, resultaron seis factores que explican el 43.03% de la varianza. Los factores arrojados por el análisis fueron los siguientes: Machismo, que consta de seis variables, las cuales nos hablan de que el hombre es más inteligente y superior que la mujer y que el lugar de la mujer es el hogar. El segundo factor quedo conformado por cuatro ítems que se refieren a la importancia de respetar y obedecer a los padres antes que amarlos; dicho factor se denominó Respeto sobre Amor.

El siguiente componente de la estructura se denominó Virginidad, el cual habla principalmente de la importancia de la virginidad prematrimonial y esta conformado por cinco reactivos. El siguiente factor, Reproducción Social, quedo conformado por tres variables que hablan de que los hijos varones quieren ser como sus padres y las niñas, como sus madres. Aunque un elemento de la obediencia afiliativa esta presente en éste factor, la continuidad de las características de los padres del mismo sexo es lo que determinó el nombre del factor. Como contraparte, el factor Dinámica Cultural, es el que le sigue, mismo que habla de que los hijos no siempre deben obedecer a sus padres, así como el que las mujeres trabajen fuera del hogar (tres reactivos). Por último, se decidió mantener una agrupación de dos variables, por su relevancia conceptual. Educación se denominó a este indicador, que habla de quién es la responsabilidad de educar a los hijos, si del padre o de la madre. En la tabla 1, podemos ver la consistencia interna de cada factor y el porcentaje de varianza que explica cada uno; donde podemos observar que la consistencia interna de todos los factores es buena (.83).

Con respecto a éstos factores se analizaron las puntuaciones de los participantes en general y de acuerdo a su condición urbana o rural, a su sexo, edad y escolaridad.

De acuerdo al perfil que refleja la aceptación de la cultura tradicional desde las PHSC´s, podemos notar, como lo muestra la Figura 1 que, tanto el machismo como el Respeto sobre Amor, son los factores con puntuaciones más bajas. De hecho, sólo la Reproducción Social y la Dinámica Cultural están por arriba de la media teórica (3.5).

 

 

 

 

 

De acuerdo a la condición urbana o rural de los participantes, la Dinámica Cultural para los urbanos y la Virginidad, Reproducción Social, Dinámica Cultural y Educación, obtienen valores por encima de la media teórica. Lo anterior se puede observar en la Tabla 2. De acuerdo a estos análisis, encontramos diferencias significativas en cinco de los seis factores, como también lo muestra la tabla mencionada.

Con respecto al sexo de los participantes, encontramos diferencias en los factores Machismo y Dinámica Cultural, donde las mujeres obtienen los puntajes más bajos y más altos respectivamente, tal como lo muestra la Tabla 3.

En la misma Tabla 3 podemos dar cuenta de que en la dinámica cultural las mujeres obtienen puntajes superiores de la media teórica, caso contrario en los hombres. De acuerdo a la edad de los participantes, no se encontraron diferencias significativas entre estos grupos. La Figura 2 nos muestra los perfiles que se obtuvieron para estos grupos, donde podemos dar cuenta de que las personas de mayor edad, en ningún factor obtuvieron valores superiores a la media teórica y, como en todos los análisis realizados, el Machismo es lo menos aceptado por todos los participantes. Para conocer el perfil de los participantes según su escolaridad, se hicieron tres grupos.

El primero de ellos, contempla lo que es la educación obligatoria en México, lo que involucra hasta once años de estudio (incluye preescolar). El segundo grupo, denominado media superior, corresponde a aquellos participantes que iniciaron y/o terminaron sus estudios vocacionales, sea como preparación para la universidad o como carrera técnica (de 12 a 15 años de estudio). El grupo Superior, corresponde a estudios universitarios. De acuerdo a estos grupos, se encontraron diferencias significativas en cuatro factores, como lo muestra la tabla 4. En ella podemos notar como a mayor nivel educativo, encontramos personas más distanciadas con la cultura tradicional. También podemos observar que en los factores Machismo, Respeto sobre Amor y educación, no rebasa ningún grupo la media teórica.

Con respecto al análisis post-hoc que realizamos, las personas con una educación elemental son las que se diferencian de los otros dos grupos en los factores Machismo, Respeto sobre Amor y Dinámica Cultural. Por su parte, el grupo de mayor educación ve que la responsabilidad de la educación de los hijos no recae exclusivamente ni en el padre ni en la madre (factor Educación), sino que es función de ambos.

 

 

 

Siguiendo con la pauta de lo que se ha presentado en este escrito, ahora se presentarán los resultados correspondientes a la Masculinidad-Feminidad. Con respecto a la estructura que presenta la muestra a este constructo, se obtuvieron cuatro factores que explican el 40.30% de la varianza. Los perfiles obtenidos con respecto a los factores quedan reflejados en la Figura 3; donde la Instrumentalidad Negativa se refiere a características tales como el ser aprovechado, abusivo, mentiroso y corrupto entre otras. La expresividad queda reflejada por lo cariñoso, amoroso, dulce y generoso, de la persona. La Expresividad Negativa fue el tercer factor que constituyó esta estructura, el cual habla del ser miedoso, débil, indeciso e inseguro. Por último, la Androginia Normativa que habla de ser capaz, educado, reflexivo y consentidor. Como se puede observar en la Figura 3, los factores con valencia positiva presentan puntajes mayores a la media teórica (4), sin embargo, la Expresividad Negativa se acerca mucho a ella. Con respecto a los análisis realizados por el tipo de condición urbana o rural, podemos notar que (Tabla 5), los participantes urbanos obtuvieron los mayores puntajes en los cuatro factores. Con respecto a las diferencias entre estos dos grupos, los análisis mostraron que sólo en el factor Expresividad Negativa los participantes urbanos son estadísticamente superiores a los rurales.

 

 

 

 

Con el fin de seguir indagando en las posibles variables que afectan la Masculinidad-Feminidad, analizamos los posibles efectos que el sexo podría tener en el constructo. Dichos análisis muestran que sólo hubo diferencias en el factor Expresividad Negativa (t(286.9)=-4.03, p=.000), en el que los hombres obtienen puntajes más bajos. En los restantes tres factores no se encontraron diferencias significativas. A continuación en la Figura 4 mostramos los perfiles obtenidos por hombres y mujeres.

Con respecto a la edad de los participantes, recordemos que para dichos análisis fueron agrupados en tres categorías (15-23-, 24-35 y; 36-55 años), al analizar los puntajes de cada uno de estos grupos y buscar las diferencias entre ellos, los análisis nos muestran que no existen diferencias significativas entre éstos. Sin embargo, como lo muestra la Figura 5, podemos notar que la Expresividad y la Androginia Normativa, son los factores que obtienen los puntajes más altos, quedando los factores con valencias negativas como los de menor representación de las personas muestreadas.

Con respecto al nivel educativo de los participantes, no se encontraron diferencias entre los grupos. Los puntajes más altos se observan en los factores Expresividad y Androginia Normativa. Por su parte, al igual que en el perfil general, la Expresividad Negativa se encuentra cerca de la media teórica.

Para conocer la relación existente entre ambos constructos, se corrió una correlación que nos muestra, de inicio, la relación existente entre los factores de cada constructo, donde podemos notar (Tabla 6) que cinco de los seis factores de las PHSC´s van en una misma dirección, exceptuando el factor Dinámica Cultural, lo cual es consistente con la conceptuación de cada uno de ellos. De igual manera, lo elementos de la Masculinidad-Feminidad que evalúan características negativas correlacionen positivamente entre sí e, inversamente con los otros dos factores, cuya valencia es positiva. Partiendo de la no causalidad que denotan las correlaciones, es importante resaltar las relaciones positivas existentes entre los factores Machismo, Respeto sobre Amor y Virginidad de las PHSC´s, con los factores negativos de la Masculinidad-Feminidad, así como la relación negativa entre el Machismo y la Expresividad y la Androginia Normativa.

Para aclarar el comportamiento de relación que la anterior tabla nos muestra, decidimos realizar un análisis factorial de segundo orden para clarificar la relación entre los factores (Tabla 7). De dicho análisis se obtuvo un grupo tradicional, el cual contempla a los factores que quedaron en el primer componente. Los siguientes dos componentes nos reflejan la diferenciación entre los aspectos negativos y positivos de la instrumentalidad expresividad. Cabe recalcar que la Dinámica Cultural no se agrupó en ningún componente.

 

 

 

 

 

Discusión

Se iniciará esta sección con el análisis de la estructura factorial de las PHSC´s. La estructura que muestran los datos, aunado a las puntuaciones obtenidas en ellas, nos reflejan la importancia que el no ser machista (al menos en este tipo de expresiones que reflejan las premisas) tiene para la muestra empleada en la presente investigación, la cual queda expresada por la ubicación del factor y su media. Si analizamos la estructura en general, podemos notar que la cultura tradicional, entendida esta por los primeros cuatro factores, refleja la importancia de la virginidad prematrimonial, así como el preservar los roles que los padres juegan en la familia y la sociedad. En contraparte, el dinamismo cultural que observamos en la idea de que los hijos no siempre deben obedecer a sus padres, nos refleja un sentido opuesto a la obediencia afiliativa, factor que ha caracterizado a los mexicanos de diferentes ecosistemas (Díaz-Guerrero, 2003; Flores, Cortés, Góngora, & Reyes, 2002; García & Reyes, 2003). Cabe aclarar que la presencia de este factor no niega la existencia de la obediencia afiliativa, sólo nos muestra una tendencia cultural que en un futuro, si persiste en este sentido, sí se podría esperar que reduzca tal tipo de obediencia. También nos refleja cómo el dinamismo cultural no necesariamente se da en un solo sentido, ya que la reproducción social y el dinamismo cultural son los que presentan los puntajes más elevados.

Cómo lo reportado por García y Reyes (2003), la condición urbana o rural de las personas es un elemento que afecta la aceptación de las PHSC´s, ya que en cinco de los seis factores se encontraron diferencias significativas, lo cual concuerda también con la idea de que las culturas rurales son más tradicionalistas que las urbanas (Leñero, 1977).

El sexo de las personas demostró ser una variable que interviene en la aceptación de las premisas, donde las mujeres son el principal agente de cambio, ya que tanto en Machismo como en Dinámica Cultural, son ellas las que están menos de acuerdo con el primero y más a favor de un cambio en la obediencia afiliativa. De igual manera, y como se ha reportado en diferentes estudios (Díaz-Guerrero, 1994; García, 2003), a mayor nivel educativo, la persona cuenta con herramientas que le permiten, entre otras cosas, analizar y cuestionar las normas y valores hegemónicas de la sociocultura, quedando claro que las personas con más niveles educativos cursados se convierten en más críticos y aceptan menos las creencias, normas y valores tradicionales.

Con respecto a las masculinidad feminidad, nos encontramos que los aspectos negativos juegan un papel importante en la estructura, aunque este tipo de características no refleja el común actuar de los mexicanos participantes en el estudio, más si refleja la importancia que estas características tienen como parte latente más no frecuente de los mismos, en otras palabras, existe la característica, más no es común que se presenten. Por otro lado, encontramos que los aspectos positivos (más expresivos que instrumentales), aparecen no sólo como importantes en la estructura, sino como característica comunes. Es decir, las personas son cariñosas, amorosas, dulces, capaces, educadas y reflexivas, por dar algunos ejemplos.

Así como las PHSC´s reflejan una parte de la sociocultura, la masculinidad-feminidad nos muestra un aspecto de la personalidad, pero que a la vez, es altamente influenciado por la sociocultura donde la persona se socializa y endoculturaliza. A pesar de esto, podemos notar que el modo de producción y el uso de la tecnología (urbanos-rurales) no tiene el mismo impacto en la masculinidad-feminidad como en las PHSC´s, ya que sólo en la expresividad negativa se encontraron diferencias significativas, las cuales pueden deberse a la hostilidad, al ambiente de inseguridad así como a las relaciones de competencia que se asocian a las poblaciones urbanas por un lado, y por otro, la homogenización de demandas socioculturales hacia los miembros de una cultura, la cual tiene como un fuerte agente, a los medios de comunicación..

El sexo, la edad y el nivel educativo no son variables que afecten a esta parte de la personalidad, lo que nos refleja que las características de las que nos habla la masculinidad y la feminidad de los participantes son estables a través de estas variables, lo cual puede deberse a la dinámica cultural que permite que tanto hombres como mujeres sean instrumentales y expresivos, siendo la androginia una demanda cada vez más frecuente para ambos sexos sin importar la edad de la persona ni el nivel educativo. Lo anterior nos muestra un posible reflejo de que la dinámica cultural ha podido generar cambios en la personalidad, incluso a través de la edad y de los niveles educativos.

Como Díaz-Guerrero (2003) ha mencionado, la educación es un factor importante para el dinamismo cultural, sin embargo, en la instrumentalidad-expresividad, como constructo de personalidad influenciado por el grupo sociocultural al que se pertenece, no se ve afectado por el nivel educativo según los resultados obtenidos en el presente estudio; lo que nos refleja que la personalidad a pesar de verse influenciada por agentes externos al individuo, no responde de igual manera en todos sus constructos.

Como podemos notar en los resultados, existe un grupo de variables que se asocian a la cultura tradicional (Machismo, Virginidad, Reproducción Social y Educación), sin embargo, estas no se relacionan con lo que hemos denominado en este trabajo como Dinámica Cultural, lo que nos refleja que este dinamismo es paralelo a las normas, valores y creencias que contempla el grupo tradicional. También cabe mencionar que, las características negativas de la masculinidad feminidad (Instrumentalidad Negativa y Expresividad Negativa) se asocian con aspectos de este conjunto tradicional (como lo muestran sus correlaciones, que aunque no son altos sus valores, sí nos muestran una tendencia), lo que nos refleja que un dinamismo cultural que se aleje de este conjunto tradicional, pude ir por el incremento de las características expresivas y andróginas de las personas, lo cual, en caso de poderse comprobar en investigaciones futuras, estaríamos hablando de que las personas cariñosas, amorosas, dulces, capaces, educadas, reflexivas y consentidoras; tendrían esquemas mentales que les podrían llevar a estar menos de acuerdo con la cultura tradicional, principalmente con las expresiones de Machismo que las PHSC´s plantean.

 

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Received: 15/11/2006
Accepted 14/09/2007

 

 

* Tonatiuh García Campos es profesor titular de la Facultad de Psicología de la Universidad de Guanajuato.
1 Dirección: Av. de las Rosas # 501. Jardines del Jerez, León, Gto, 37530, México. E-mail: tonatiuh@leon.ugto.mx