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Tempo psicanalitico
versão impressa ISSN 0101-4838
Tempo psicanal. vol.44 no.2 Rio de Janeiro dez. 2012
ARTIGOS
Otto Rank y la controversia sobre el trauma del nacimiento
Otto Rank and the controversy on birth trauma
Francisco Pizarro Obaid
Licenciado en Psicología, Psicólogo Universidad Diego Portales (Chile); Magister en Psicología Clínica Mención Psicoanálisis, Universidad Diego Portales (Chile); Doctor, Université Paris 7 - Diderot; École Doctorale Recherches en Psychanalyse et Psychopathologie (Francia)
RESUMEN
Al analizar los efectos psíquicos del nacimiento, Rank concluyó que la separación del vientre materno debía ser considerada como un evento traumático, a partir del cual podría explicarse, no sólo la neurosis, sino la humanización en general. Lo que parecía ser una nueva contribución a la causa psicoanalítica, sería, finalmente, un desafió a los supuestos freudianos que definían el complejo de Edipo, la función paterna, la castración y la represión, como los fundamentos de la teoría y la práctica del Psicoanálisis. El presente trabajo buscará ilustrar los debates generados por la difusión de las tesis de Rank entre los miembros del Comité, para concluir que las hipótesis sobre el trauma del nacimiento provocaron una verdadera controversia en la historia del movimiento psicoanalítico y, a su vez, marcaron la ruptura definitiva de Rank con Freud y los miembros del Comité.
Palabras claves: Rank; trauma del nacimiento; Comité; controversia.
ABSTRACT
In the analysis of the psychic effects of birth, Rank concluded that the separation of the womb should be considered a traumatic event, from which, not only neurosis, but also humanization in general, could be explained. What appeared to be a new contribution to the psychoanalytic cause would finally be a challenge to Freudian assumptions that defined the Oedipus complex, the father's function, castration and re pression, as the foundations of psychoanalytical theory and practice. The current work will seek to illustrate the discussions generated by the dissemination of Rank's thesis among the members of the Committee and will conclude that the hypothesis about the trauma of birth led to a genuine controversy in the history of the psychoanalytic movement and, in turn, will define Rank's final break with Freud and the members of the Committee.
Keywords: Rank; birth trauma; Committee; controversy.
INTRODUCCIÓN
Rank fue un discípulo singular hacia el cual Freud sintió un inequívoco afecto paternal (Freud & Rank, 2012; Grosskurth, 1991; Lieberman, 1991; Roudinesco & Plon, 1997). Afectuosamente lo llamaría Pequeño Rank (Gay, 2006) y al recordar su incorporación a la Sociedad Psicológica de los Miércoles, le brindaría un significativo reconocimiento: "La pequeña sociedad se agenció así un secretario celoso y confiable, y yo gané en Otto Rank mi más fiel auxiliar y colaborador" (Freud, 1914b/1986: 24).
En el plano teórico, las diversas obras (Rank, 1909, 1912, 1914), que precedieron sus reflexiones sobre el trauma del nacimiento, siempre contaron con el respaldo del Profesor y sus colaboradores y fueron elogiadas por su rigurosidad. Su desempeño como director de Internationaler Psychoanalytischer Verlag, redactor de Internationa le Zeitschrift für arztliche Psychoanalyse e Imago, así como la vicepresidencia de la Sociedad Psicoanalítica de Viena, le valieron, a su vez, un destacado papel en el desarrollo institucional del movimiento psicoanalítico (Kramer, 1996).
Pese al lugar de privilegio que Rank ostentaba hacía 1923, las innovaciones teóricas y técnicas desarrolladas junto a Ferenczi (Ferenczi & Rank, 1924/1994) tuvieron una recepción crítica por parte del Profesor y provocaron revuelo en el círculo freudiano. Meses más tarde, los postulados sobre la función traumática del nacimiento darían inicio a una verdadera crisis entre los miembros del Comité, sellarían la ruptura definitiva de Rank con su mentor y lo conducirían a la independencia (Breger, 2000; Lieberman, 1991; Rudnytsky, 2003).
Freud no sólo experimentó una disputa teórica y personal con sus más queridos discípulos, sino que debió soportar, a su vez, las dolorosas consecuencias de su cáncer mandibular (Schur, 1972). El grave diagnóstico incrementaría la complejidad del problema, tensaría las relaciones entre sus seguidores y volvería aún más incierta la resolución de las diferencias (Leitner, 1997; Novey, 1983). La difusión de las nuevas tesis entre los miembros del Comité y la ambivalente posición del Maestro a lo largo del conflicto darían lugar a un agudo debate que alcanzaría el rango de una verdadera controversia (Pizarro Obaid, 2012).
Finalmente, Freud no estaría dispuesto a renunciar a los conceptos que había definido como fundamentos de la teoría y la práctica psicoanalítica - complejo de Edipo, complejo de castración y represión - por lo que emprendería una crítica sistemática a los intentos reformadores de Rank.
EL PRELUDIO DEL CONFLICTO: LAS INNOVACIONES TEÓRICO-TÉCNICAS DE RANK Y FERENCZI
En el verano de 1922, Rank y Ferenczi intercambiaron sus primeras impresiones sobre la necesidad de abordar desafíos teóricos y técnicos de manera renovada, reflexiones que los llevarían a la elaboración de un texto conjunto (Freud & Ferenczi, 2000).
Bajo aquel impulso, Rank informaba a Freud, en Agosto de 1922, sobre un contacto científico preliminar con Ferenczi y dejaba entrever sus pretensiones: "Decidimos, primero, iniciar una campaña científica contra la sobreestimación del complejo de castración [...] La campaña permanecerá, por supuesto, bajo el signo del complejo de Edipo, en su profundo significado teórico-libidinal" (Freud & Rank, 2012: 140). Un mes más tarde, le comunicaba sobre el proyecto de elaborar un libro junto a su colega, consagrado "al progreso del método psicoanalítico" (Freud & Rank, 2012: 143) y le adjuntaba una borrador para su conocimiento. La obra sería finalmente publicada en 1924, casi al mismo tiempo que el texto sobre el trauma del nacimiento1.
Si bien los autores declaraban su fidelidad al Profesor, a diferencia de los últimos postulados freudianos sobre técnica (Freud, 1910, 1912, 1914a), en los que se apelaba a la neutralidad y la abstinencia2, el texto enfatizaba que la nueva actitud del analista debía ser la actividad, "en el sentido de una estimulación directa de la tendencia a la repetición en la cura" (Ferenczi & Rank, 1924/1994: 13). A partir de ello, el tratamiento psicoanalítico era redefinido como "Un proceso determinado individualmente, limitado en el tiempo, al interior del de sarrollo libidinal del paciente" (Ferenczi & Rank, 1924/1994: 9-10).
A lo largo del escrito, Ferenczi insistía en la función activa del analista y el fomento de la repetición. Rank, por su parte, dejaría entrever algunas de las hipótesis que sustentarían sus tesis acerca del trauma del nacimiento, al señalar que mediante esta nueva perspectiva la cura psicoanalítica permitiría al paciente "revivir, e, incluso, en parte, vivir por la primera vez, la situación libidinal infantil original" (Ferenczi & Rank, 1924/1994: 31). Así:
lo esencial de la intervención analítica, propiamente tal, no consiste ni en la constatación de un "complejo de Edipo", ni en la simple repetición de la relación edípica en relación al analista, sino, más bien, en la disolución o el desligamiento de la libido infantil de su fijación a los más tempranos objetos (Ferenczi & Rank, 1924/1994: 79).
Los primeros juicios y apreciaciones del trabajo tendrían lugar en un contexto muy particular, ya que el Comité se encontraba en franca crisis3, sus miembros especulaban sobre las reales intenciones del proyecto entre Rank y Ferenczi e intentaban dilucidar cuál era, en definitiva, la posición de Freud ante las tesis del trauma del nacimiento.
El 2 de enero de 1924, Ferenczi haría pública una parte del libro ante la Sociedad Psicoanalítica de Viena, donde el Profesor se contaba entre los presentes. Un par de semanas más tarde, el discípulo escribía a Freud para conocer sus impresiones y expresarle su preocupación:
su comentario humorístico, en el cual tildó a Rank como "cómplice", me vuelve constantemente a la memoria y tengo la impresión - quizás hipocondríaca - que usted no está de acuerdo con todo. Eso está, por supuesto, en contradicción con la aprobación que usted expresó muchas veces y, pese a ello, quisiera pedirle que me tranquilice o me aclare este tema (Freud & Ferenczi, 2000: 137).
La respuesta de Freud sería enfática y lapidaria. Después de interpretar que la exposición había dejado de manifiesto la rivalidad entre los autores, dada la intervención del "complejo fraterno" (Freud & Ferenczi, 2000: 138), concluirá: "la falta de claridad de la situación radica en el hecho que la opus misma no es honesta. Detrás de esto se esconden 'El Trauma del nacimiento' de Rank y vuestra actividad, y los dos vuelven a querer acelerar el transcurso de los análisis" (Freud & Ferenczi, 2000: 142).
Con el objetivo de aclarar su posición frente al problema, Ferenczi entregaría una serie de precisiones que buscaban dar su justo lugar a los autores:
La actividad es y ha sido, desde el comienzo mismo, subrayado como uno de los fundamentos del trabajo. Pero "El trauma del nacimiento" no podía ser publicado, pues esta idea no se le ocurrió a Rank que des pués de la segunda revisión común del trabajo, como una consecuencia del trabajo mismo, por decirlo así. No es sino la fijación de un plazo en todos los casos la que proporcionó la ocasión a Rank de descubrir que la repetición del nacimiento en el análisis hacía parte de las reacciones de los pacientes a la fijación de un plazo. Habría sido inadmisible (puesto que la idea fue descubierta por Rank sólo) y, a su vez, injusto, introducirla a posteriori en el trabajo en común (Freud & Ferenczi, 2000: 145).
Las tensiones entre Freud, Rank y Ferenczi se extendieron, inevitablemente, a su círculo de colaboradores, puesto que, como afirmará Eitingon, los dos libros habían tenido en el Comité "el efecto de una bomba" (Freud & Eitingon, 1924/2009: 346); si bien las innovaciones teóricas y técnicas contenidas en la obra conjunta serían asunto de discusión, la crisis tendría a Rank como protagonista y a su texto, El trauma del nacimiento, como el núcleo del problema.
EL TRAUMA DEL NACIMIENTO COMO CLAVE EXPLICATIVA
El 6 de mayo de 1923, Freud recibió un particular obsequio de cumpleaños. Rank había decidido ofrecerle el borrador de su manuscrito El trauma del nacimiento e incluir como dedicatoria: "A SIGMUND FREUD al explorador del inconsciente, al creador del psicoanálisis, está dedicado este trabajo" (Rank, 1924/1991). Con motivo de la edición del texto definitivo, Freud le respondería a mediados de Diciembre: "Acepto encantado su dedicatoria y le aseguro mi más cordial agradecimiento. Si usted lo transmitiese con mayor modestia, para mí estaría bien. Como estoy discapacitado, disfruto muchísimo de su admirable productividad. Eso significa para mi demasiado: 'Non omnis Moriar'" (Freud & Rank, 2012: 179).
La recepción inicial del escrito no resultaba extraña. Freud (1900/1986, 1917/1986) había sido el primero en consignar la relevancia del nacimiento en el dinamismo psíquico y Rank, en un primer momento, había seguido sus hipótesis de manera muy creativa (Rank, 1909/2000). Sin embargo, en la versión definitiva del texto consagrado al trauma del nacimiento, Rank advertía que su obra era, esta vez, un proyecto emprendido "por mi propia cuenta" (Rank, 1924/1991: 17) y, en su prefacio, dejaba entrever que se trataba de un polémico proyecto en el que buscaba generar "la explicación de la evolución total de la humanidad, incluso de la humanización en general [...] nuestra concepción del hombre y de la historia humana, que no es, en último análisis, otra cosa que la historia del desarrollo del espíritu humano y de sus creaciones" (Rank, 1924/1991: 13).
Mediante aquella ambiciosa meta, el impulso decisivo del inconsciente era resituado en una "región psicofísica [...] que puede ser definida o descrita en términos biológicos: es lo que llamamos el trauma del nacimiento" (Rank, 1924/1991: 14). Aunque este fenómeno tuviese una apariencia meramente corporal, las experiencias recopiladas permitían considerarlo "como una fuente de efectos psíquicos de una importancia incalculable para la evolución de la humanidad y en el cual nos hacen ver el último sustrato biológico concebible de la vida psíquica, el núcleo mismo del inconsciente" (Rank, 1924/1991: 14-15). Aquel evento alcanzaría, en definitiva, el rango de una "ley psicobiológica normal y de alcance general" (Rank, 1924/1991: 15).
Rank reconocía que la existencia de la fantasía del segundo na cimiento ya había sido constatada en el ámbito psicoanalítico; no obstante, declaraba que la razón principal que lo había llevado a proponer sus nuevas hipótesis, era la evidencia registrada en el curso de numerosas curas, las cuales le habían permitido encontrar el substrato real de aquellas fantasías:
De ningún modo se trata ahí de una metáfora, ni aún en el sentido psicológico del término: en la situación analítica, el enfermo reproduce, por así decir biológicamente, el periodo de su vida intrauterina, en tanto que al final del análisis, que está señalado por su separación del objeto sustituto (es decir, del médico), reproduce el acto del nacimiento en casi todos sus detalles (Rank, 1924/1991: 20).
Al reseñar el desarrollo de sus tratamientos, puntualizaba que los pacientes habían tenido la "ilusión de reproducir exactamente su separación del primer objeto libidinal [...] su separación de su madre, en el momento de su primer, de su verdadero nacimiento" (Rank, 1924/1991: 20). Así, la tarea analítica aspiraba a liquidar "la libido materna, tal cual la representa el lazo fisiológico que une al niño con la madre" (Rank, 1924/1991: 21).
Bajo esta renovada concepción del problema, la cura tendría como horizonte "librar al enfermo, tardíamente, pero de una manera definitiva, de la influencia del trauma del nacimiento, que no ha desaparecido jamás de su inconsciente" (Rank, 1924/1991; 20). La angustia involucrada en aquella vivencia traumática estaría a "la base de todas las variedades de angustia" (Rank, 1924/1991: 30) y, a partir de ello, sería posible afirmar que cualquier manifestación de placer tendería, finalmente, "a la reproducción del placer primitivo en relación con la vida intrauterina" (Rank, 1924/1991: 31). Bajo estas consideraciones, la referencia última en la explicación del problema de la neurosis sería el nacimiento, un evento de orden biológico que alcanzaría el estatuto de trauma original y paradigmático4 (Pizarro Obaid, 2012).
Lo materno y el trauma del nacimiento adquirían, así, un protagonismo inédito en el campo psicoanalítico (Menaker, 1982). El giro conceptual no sólo provocaría una creciente preocupación entre los más fieles colaboradores de la causa psicoanalítica, sino que a su vez, un impacto insospechado en Freud5. Confesaría a Ferenczi no poder desligarse del miedo que había experimentado y de la amenaza involucrada en el proyecto de Rank: "ver nuestro edificio científico reemplazado por el grosero trauma del nacimiento" (Freud & Ferenczi, 2000: 154).
LA CRISIS DEL COMITÉ Y LA CONDENA DE RANK
A mediados de Febrero, las crecientes especulaciones de sus discípulos sobre la nueva posición adoptada por Rank, llevarían a Freud a emitir una circular al Comité, con el fin de aclarar su posición y moderar las disputas entre sus partidarios.
Frente a los rumores que afirmaban un rechazo al libro de Rank, por parte del Profesor, Freud advertía que el solo hecho de haber aceptado la dedicatoria "volvería imposible ese punto de vista" (Freud & Abraham, 1969: 350). No obstante, al iniciar el análisis de las obras en conflicto confesaría su dificultad para compartir los argumentos de otros y advertirá: "Si cada vez que ustedes tienen una idea nueva, quieren esperar el momento de mi aprobación, se arriesgan, entre tanto, a volverse muy viejos" (Freud & Abraham, 1969: 351).
Después de criticar las innovaciones técnicas vertidas en la obra de Ferenczi y Rank, iniciaba su examen de El trauma del nacimiento con una declaración ambivalente: "No dudo en decir que tengo esta obra por muy importante, que me ha dado mucho a pensar y que mi opinión no está todavía hecha" (Freud & Abraham, 1969: 352).
Freud reconocía que la hipótesis que Rank había propuesto no era una novedad en el círculo psicoanalítico. El problema radicaba en el acento fisiológico conferido al nacimiento, en las hipótesis consagradas a explicar la tendencia regresiva al seno materno, así como en la definición de las barreras que reprimirían su cumplimiento. En este sentido, sus críticas apuntaban, fundamentalmente, al tratamiento y al lugar que Rank había concedido al complejo de Edipo, núcleo en el que desembocarían los principios rectores del psicoanálisis.
En rechazo a la nueva fórmula propuesta por Rank, Freud subrayaba que la ley de prohibición del incesto era sustentada por la autoridad paterna y el apremio de la realidad. En síntesis, concluirá: "Yo hacía derivar la barrera del incesto de la historia primitiva de la familia humana, y veía así, en el padre actual, el obstáculo real (Wirklich) que dirige la barrera del incesto igualmente en el nuevo individuo" (Freud & Abraham, 1969: 352). Debido a esto, agregará, no es extrañar que en el análisis se encuentre "siempre al padre como portador de la interdicción" (Freud & Abraham, 1969: 353).
Pese a los argumentos esgrimidos, Freud no expresaba un juicio concluyente sobre los intentos reformadores de Rank. Su ambivalente posición y las divergentes opiniones de sus discípulos favorecerían el incremento de los problemas, tanto personales, como teóricos, en los meses venideros. Rank sería víctima de un aislamiento progresivo por parte de los miembros del Comité, a excepción de Ferenczi, quien abogaría en su defensa y haría esfuerzos sistemáticos por validar sus postulados.
Entre los miembros del Comité, Abraham no dudaría en condenar los nuevos supuestos de Ferenczi y Rank. Con un tono catastrófico, respecto del futuro del Psicoanálisis, señalará: "Discierno los presagios de una evolución funesta [...] una cuestión de vida o muerte" (Freud & Abraham, 1969: 354). Ante las interrogante freudiana, acerca de cuál sería la peligrosa amenaza, Abraham puntualizaba que tanto el texto común (Ferenczi & Rank, 1924/1994), así como la obra sobre el trauma del nacimiento (Rank, 1924/1991), eran "la expresión de una regresión científica, que se cruza, en todos sus detalles, con la negativa jungiana del Psicoanálisis" (Freud & Abraham, 1969: 356). A su juicio, ambos proyectos evidenciaban un alejamiento de la metodología psicoanalítica y habían sido los causantes de los "fenómenos de disgregación que surgen en el seno del Comité" (Freud & Abraham, 1969: 356).
Pese al suspenso en su veredicto, Freud reconocería, a comienzos de Marzo, compartir las inquietudes de Abraham. En un acto solidario, le confesaría sus más tempranas impresiones sobre las tesis del trauma del nacimiento: "Cuando Rank me hizo parte la primera vez de su descubrimiento, le dije bromeando: 'Después de eso, habrá otro que hará acto de independencia'" (Freud & Abraham, 1969: 357).
Ferenczi expresaría un claro apoyo a Rank e intentaría hacer frente a los crecientes ataques de Freud6 y los miembros del Comité (Kramer, 1996). Bajo su perspectiva - y a diferencia de sus colegas - era imprescindible reconocer el valor de las tesis de Rank e integrar sus aportes a la teoría y la práctica del Psicoanálisis, ya que, a su juicio, representaban un complemento a la teoría freudiana y estaban en consonancia con sus propios desarrollos acerca de la genitalidad (Ferenczi, 1924/1992).
Ante la intensidad de las discusiones, Freud escribiría a Ferenczi, hacia fines de Marzo, para expresarle con claridad: "Mi confianza en usted y Rank es incondicional" (Freud & Ferenczi, 2000: 148). No obstante, en relación a los postulados de Rank, le advertiría: "He puesto su teoría del nacimiento a la prueba del último tema que me ocupa (sepultamiento del complejo de Edipo) [...] Rank le confirmará que mi pequeño trabajo sobre el Edipo, en el cual intento una primera crítica del traumatismo del nacimiento, no debe ser publicado ahora, para no suscitar la apariencia de un rechazo de mi parte" (Freud & Ferenczi, 2000: 149-150). Rank escribirá el mismo día a Ferenczi y, entre las diversas materias en discusión, destacará que en el nuevo texto del Profesor "la ambivalencia aparece en la ambigüedad del título" (Freud & Rank, 2012: 194).
En una férrea defensa de Rank, Ferenczi consideraba indispensable asegurar el lugar de Rank en la Sociedad Psicoanalítica de Viena y, a su vez, que el texto El sepultamiento el complejo de Edipo (Freud, 1924/1986)7 permaneciera "inédito durante un tiempo muy largo, e incluso que su existencia misma permanezca ignorada"8 (Freud & Ferenczi, 2000: 153).
En medio de las disputas, Rank viajaría a Norteamérica para tomar contacto con la escena psicoanalítica local, donde aprovecharía de dar conocer sus polémicas hipótesis (Rank, 1924a/1996, 1924b/1996, 1924c/1996). Las cartas de Rank y los reportes de los miembros de la comunidad analítica estadounidense, no harían sino intensificar las sospechas y acrecentar sus diferencias con el Profesor.
Freud tomará contacto en el mes de Julio para hacerle manifiesto su desacuerdo con las tesis del trauma del nacimiento y confrontarlo, directamente, con lo que consideraba, era el núcleo del problema:
La eliminación del padre en su teoría me parece que revela demasiado sobre la influencia de factores personales en su vida - factores con los cuales estoy familiarizado. Esto aumenta mi sospecha que usted no hubiese escrito este libro si usted mismo hubiese sido analizado. Por lo tanto, le pediría con urgencia que no se vuelva obstinado y que deje abierta la posibilidad de retractarse (Freud & Rank, 2012: 208).
A través de una vehemente respuesta, Rank expondría los tópicos en disputa y buscaría aclarar sus diferencias:
Ciertamente no puedo entender por qué usted le da tanto valor a la teoría final del nacimiento, la cual es, teórica y terapéuticamente, inferior a la idea básica que la libido transferencial es algo puramente maternal y que la angustia subyacente a todos los síntomas fue originalmente asociada a los genitales maternos y sólo, secundariamente, transferida al padre [...]. De nuevo usted dice que eliminé al padre. Por supuesto, esto no es así y no puede serlo: no tendría sentido. Sólo he intentado asignarle el lugar correcto (Freud & Rank, 2012: 209).
Particular importancia cobraría la crítica referida a no haber sido analizado, la cual sería abordada por Rank con una provocadora declaración: "Después de todo lo que he visto de los resultados con los analistas, analizados, sólo puedo calificarlo como fortuna" (Freud & Rank, 2012: 210). Por último, y con tono desafiante, haría un categórico juicio respecto del estado de la causa psicoanalítica: "No olvidemos que el movimiento psa., como tal, es una ficción. Las personas que establecen el movimiento no son ficción, y, francamente, estoy harto con la gente que está ahora ocupada con el establecimiento del movimiento psa." (Freud & Rank, 2012: 2011).
Las osadas declaraciones de Rank desatarán la indignación de Freud, quien le responderá, sin miramientos: "Un demonio maligno le permite decir 'El movimiento psicoanalítico es sólo una ficción', y, al hacerlo, pone las palabras del enemigo en su boca. Una cosa abstracta puede también ser real, y, por consiguiente, no es 'ficción'" (Freud & Rank, 2012: 216).
En el mes de septiembre, Freud advertirá a Ferenczi que el problema con Rank se había vuelto cada vez más "sombrío e inquietante" (Freud & Ferenczi, 2000: 197) y, a Jones, que las misivas que Rank enviaba desde Norteamérica9 eran "raras y nebulosas" (Freud & Jones, 1998: 639).
En su círculo íntimo, Freud explicaría que el accionar de Rank en el transcurso del conflicto no estuvo fundado sólo en aspectos teóricos10, sino que en su génesis habían intervenido factores personales, entre los que destacaban, su deficiente complejo paterno, la neurosis que se habría manifestado con ocasión del conflicto y el deseo de innovar la práctica psicoanalítica (Salomé, 1970); como último elemento, destacaría "la tentación de hacer descubrimientos analíticos, tentación a la cual todo debutante que no ha sido analizado - y es su caso - está expuesto" (Salomé, 1970: 180).
Los juicios expuestos en el curso los intercambios epistolares confirmaban, después de todo, la crítica freudiana al proyecto de Rank. Lo que en un momento parecía una nueva contribución a la causa psicoanalítica, constituía, más bien, una amenaza y un intento radical por refundar los supuesto mayores de la teoría y la práctica psicoanalítica, al cuestionar la función del complejo de Edipo, el padre y la castración (Pizarro Obaid, 2012).
Tras las profundas discusiones y el pronunciamiento definitivo de Freud, el lugar de Rank y sus postulados no encontrarían mayor respaldo en el Comité. La situación llegaba a un punto crítico y presagiaba un quiebre inevitable.
En ese problemático contexto, Rank dirigirá una imprevista comunicación al Comité, fechada el 20 de Diciembre de 1924, en la cual buscaba explicar y justificar el polémico comportamiento que había manifestado en el transcurso de las disputas:
Desde un estado que ahora reconozco como neurótico, de pronto he vuelto a ser yo mismo. No sólo he reconocido como la causa actual de la crisis al trauma de la enfermedad crítica del Profesor, sino que he podido comprender el tipo y mecanismo de mi reacción como un resultado de mi historia familiar e infantil - el complejo de Edipo y el complejo de hermano. Por lo tanto, he tenido que superar conflictos en la realidad que me hubiese ahorrado si me hubiese sometido oportunamente a un análisis. Sin embargo, creo que los he superado a través de estas experiencias dolorosas (Freud & Rank, 2012: 228).
El mea culpa de Rank, tendría variadas interpretaciones, pero es claro que ninguna de ellas lograría revertir las consecuencias de sus hipótesis, ni restablecer su lugar en el Comité (Pizarro Obaid, 2012); ni siquiera Ferenczi, su amigo y colaborador, seguiría junto a él.
Jones, quien había tenido profundas diferencias con Rank, interpretaría que el fallido camino emprendido por su colega era consecuencia de su "estado maniaco" (Freud & Jones, 1998: 653). Más tarde, postularía que la elaboración de la obra sobre el trauma del nacimiento habría tenido lugar en el curso de una "fase hipomaniaca" (Jones, 1957/1997: 69). En resumen, para Jones, Rank habría sufrido de ciclotimia11, diagnóstico que Freud compartiría plenamente.
Un nuevo escrito titulado Inhibición,síntoma y angustia (Freud, 1926/1986), será la vía estratégica a través de la cual Freud confirmará los juicios vertidos al interior del Comité y dará, públicamente, un golpe definitivo a las aspiraciones reformistas de Rank12 (Pizarro Obaid, 2012: 461). Su objetivo principal era confirmar el valor de los conceptos de complejo de Edipo, represión y castración, como fundamentos de la angustia, frente al deseo de Rank de hacer del trauma del nacimiento el paradigma explicativo del Psicoanálisis (Pizarro Obaid, 2008). De este modo, las últimas innovaciones freudianas sobre el problema de la angustia - angustia automática /angustia señal (Freud, 1926/1986) - más que remitir a un proceso exclusivamente interno de reelaboración, o a un avance progresivo en la delimitación metapsicológica del concepto, serían una respuesta a las pretensiones de Otto Rank de ubicar al trauma del nacimiento como la clave paradigmática en la comprensión de la neurosis (Pizarro Obaid, 2012).
Tras la toma de posición del Profesor, las tortuosas controversias tendrían un triste epílogo. El 13 de abril de 1926, Freud comunicaba a Eitingon que Rank, ante su inminente viaje a Paris, lo había visitado con motivo de un "adiós definitivo" (Freud & Eitingon, 2009: 443). En el plano teórico, Freud concluía que Rank no se había retractado de sus tesis:
Nuestra conversación sobre mi último libro sobre la angustia ha revelado diferencias irremontables. Desde el punto de vista práctico, parece aferrarse a su técnica. Además, ha dejado entender que ha progresado mucho en su comprensión, aunque ha discernido en su estado, a decir verdad, un nuevo estado maniaco. Por todo esto, de nuevo, un ¡resquiescat!13. La paz podría hacerse esperar, aún, durante mucho tiempo (Freud & Eitingon, 2009: 443).
Hacia el final de su vida, al enfrentar la pregunta por el carácter terminable o interminable del análisis, Freud (1937/1986) recordaría la intrépida aventura teórica de Rank, para reiterar su rechazo y su condena. Denunciará que con la hipótesis del trauma del nacimiento Rank había creído encontrar "la genuina fuente de la neurosis, pues conllevaba la posibilidad de que la 'fijación primordial' a la madre no se superara y prosiguiera como 'represión primordial'" (Freud, 1937/1986: 219). Al considerar las innovaciones terapéuticas que alguna vez sembraron polémica y discordia, Freud afirmaba que aquel proyecto "fue concebido bajo el influjo de la oposición entre la miseria europea de posguerra y la 'prosperity' norteamericana, y estaba destinado a acompasar el tiempo de la terapia analítica a la prisa de la vida norteamericana [...]. Hoy, la teoría y la práctica del intento de Rank pertenecen al pasado... no menos que la propia 'prosperity' norteamericana" (Freud, 1937/1986: 219-220).
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NOTAS
1 Simultáneamente, Ferenczi daba forma a un viejo proyecto que sería profundamente influenciado por las tesis de Rank, el cual sería publicado bajo el título de Thalassa (Ferenczi, 1924/1992). Ya en 1923, informaba a Freud: "estoy ocupado en la redacción de la teoría genital y las especulaciones biológicas. El trabajo de Rank oficia de matrona; me gustaría - si no fuese por respetar el orden históricamente correcto - que mi obra apareciera, a lo menos, al mismo tiempo que la suya, si no pudiera aparecer antes" (Freud & Ferenczi, 2000: 127).
2 Freud aconsejaba que en el tratamiento psicoanalítico el analista tomara como modelo "al cirujano que deja de lado todos sus afectos y aun su compasión humana, y concentra sus fuerzas espirituales en una meta única" (Freud, 1912/1986: 114); para luego agregar: "El médico no debe ser trasparente para el analizado, sino, como la luna de un espejo, mostrar sólo lo que le es mostrado" (Freud, 1912/1986: 117).
3 En una reunión del Comité, celebrada en Agosto de 1923, en San Cristoforo (Italia), estalló un conflicto entre Jones y Rank, que venía gestándose a propósito de roces personales y asuntos editoriales. Días antes del encuentro, Brill había informado a Ferenczi que Jones había tratado a Rank de judío estafador, lo que desataría el absoluto repudio de los presentes en la reunión y promovería la solicitud de expulsar a Jones del Comité.
4 Rank reafirmaría, más tarde, que: "Mientras Freud interpretó la angustia neurótica, en las así denominadas 'neurosis actuales', como el resultado de la represión de la libido, y desarrolló desde ahí su 'teoría de la castración', yo intenté con El Trauma del Nacimiento, utilizar una referencia incidental de Freud para deducir el afecto de la angustia, genéticamente, de la experiencia del nacimiento [Geburtserlebnis]. Mi avance decisivo sobre Freud fue el enlazar la angustia fisiológica del nacimiento, que era todo lo que Freud tenía en mente, a la separación de la madre, como un trauma de gran importancia psicológica" (Rank, 1926/1996: 116).
5 El 20 de noviembre de 1923, tras sufrir una de las operaciones relativas a su cáncer mandibular, Freud había compartido un sueño con Rank. El discípulo le había ofrecido una creativa interpretación, frente a la cual, el Profesor replicaría con una nueva versión: "El joven y el anciano se intercambiaron. Usted no es David [Freud], usted es el jactancioso gigante Goliat, a quien, otro, un joven David, va a asesinar. Y ahora todo cobra sentido, ya que usted es el temido David, el cual, con el Trauma del Nacimiento, triunfa en la devaluación de mi trabajo" (Freud & Rank, 2012: 179).
6 Ferenczi le recordaría a Freud cuál habían sido sus propias palabras al evaluar, inicialmente, las tesis de Rank: "No sé si el 33% o el 66% de eso son verdaderos, en todo caso, es el progreso más importante desde el descubrimiento del psicoanálisis. Con ese descubrimiento, otro se habría independizado" (Freud & Ferenczi, 2000: 150). Freud no tardaría en replicar, para revelar su nueva posición: "La verdad es que la cosa me agradaba mucho más al comienzo que ahora, y que, según su propia citación, me encuentro pasando del 66% al 33%" (Freud & Ferenczi, 2000: 154).
7 Ferenczi había denunciado que el título elegido por Freud estaba "cargado de afecto" (Freud & Ferenczi, 2000; 152), a lo que Freud respondería: "el título, afectivamente cargado, indica en mí una emoción que tiene que ver con el trauma del nacimiento. Pero eso es una significación analítica lateral que no es necesario imponer a ningún lector" (Freud & Ferenczi, 2000: 155).
8 Pese a las advertencias, El sepultamiento del complejo de Edipo (Freud, 1924/1986), fue publicado. La única concesión fue el último párrafo del escrito, donde Freud consignaba: "Desde la publicación del interesante estudio de Otto Rank acerca del 'trauma del nacimiento' [1924], por otra parte, ya no se puede admitir sin ulterior examen el resultado de esta pequeña indagación, a saber, que el complejo de Edipo del varoncito se va al fundamento a raíz de la angustia de castración. Pero me parece prematuro internarse hoy en ese examen, y quizá sea también inadecuado iniciar la crítica o apreciación de la concepción de Rank en este punto" (Freud, 1924/1986: 188).
9 Rank escribiría a Ferenczi desde New York: "He salvado la vida del Psicoanálisis aquí y, quizás, de este modo, aquella de todo el movimiento psicoanalítico internacional" (Freud & Rank, 2012: 212).
10 Freud confesaba a Jones estar muy tranquilo: "Sin duda, no percibo ningún cosa que incumbiría a mi responsabilidad en esta partida" (Freud & Jones, 1998: 650). Lo mismo reafirmaría a Lou Andreas-Salomé, ya que, finalmente, las opciones de Rank eran producto de cosas mundanas: "Él se vio amenazado en su existencia por mi enfermedad y los peligros que ella presenta, ha buscado una tabla de salvación y ha encontrado la idea de producirse en América [...] la historia de las ratas abandonando el navío en perdición" (Salomé, 1970: 180).
11 Rank había informado sobre significativos síntomas relativos a su ánimo en el periodo en que cumplía obligaciones militares en Krakow (1916-1918). El 14 de Mayo de 1918 confesará a Freud: "He padecido depresiones periódicas desde que tengo uso de razón, pero siempre pude compensarlas y superarlas con un estilo de vida apropiado" (Freud & Rank, 2012: 82). La existencia de un trastorno del ánimo sería confirmado por los posteriores estudios biográficos (Lieberman, 1991; Taft, 1958).
12 Freud escribirá a Eitingon que las tesis de Rank fueron quizás "uno de los motivos" (Freud & Eitingon, 2009: 403) que lo habrían impulsado a desarrollar su nuevo trabajo sobre la angustia. Sin embargo, en una comunicación a Ferenczi, las definiría, en cambio, como el gran motivo: "Nombre: Inhibición, síntoma y angustia. Carácter: poco especulativo. Génesis: como un folleto donde el autor se deja sorprender él mismo por cada episodio. La tendencia no apareció sino al final y se reveló como una crítica a la teoría de Rank sobre la base de una concepción diferente de la angustia" (Freud & Ferenczi, 2000: 247).
13 ¡Que descanse en paz!
Recebido em 24 de maio de 2012
Aceito para publicação em 21 de outubro de 2012