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Revista de Psicología (Lima)
versão impressa ISSN 0254-9247
Rev. psicol. (Lima) vol.32 no.2 Lima jul./dez. 2014
RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS
Ardila, R. (2013). Historia de la Psicología en Colombia. Bogotá: Editorial Manual Moderno.
Rubén Ardila, el psicólogo y escritor científico más prolífico de América Latina, acaba de publicar su reciente libro titulado: Historia de la Psicología en Colombia. No es un tema nuevo el que aborda, en años anteriores el doctor Ardila publicó: La psicología en Colombia, desarrollo histórico (1973), veinte años después, en 1993, edita Psicología en Colombia. Contexto social e histórico; también ha publicado varios artículos sobre el mismo tema en revistas especializadas. Ahora, a 40 años de su primer libro antes citado, reaparece su interés histórico latente, enriquecido con nuevos horizontes metodológicos para el tratamiento de los hechos históricos de la psicología, considerando el contexto sociocultural, la cosmovisión, el tiempo histórico y otros factores que estuvieron presentes en el momento en que se produjo el fenómeno histórico. A todo esto hay que sumar al hombre como protagonista central y sus características de personalidad, que actúan en ese abigarrado campo de fuerzas donde se realizan las acciones. El escritor de temas históricos busca interpretar el significado de los eventos pasados, identifica sus determinantes, porque no hay fenómeno sin causa que lo genere; los explica, los comprende y analiza desde una perspectiva crítica, ordenándolos en una totalidad coherente llena de sentido. Esta parece ser, muy brevemente descrita, la conceptualización actual de la historia de la ciencia y, por ende, de la historia de la psicología.
Rubén Ardila empieza su exposición indagando por la identidad del hombre colombiano que, en cierta manera, es también la del hombre latinoamericano. ¿Quiénes somos y de dónde venimos? La hipótesis más frecuente ha sido, y es actualmente, que los primeros pobladores del continente americano llegaron procedentes de Asia a través del estrecho de Bering; aunque también hay teorías que sostienen que vinieron navegando a través del océano Pacífico hasta Centro América; o quizás navegando a través del océano Pacífico o de la Antártica hasta América del Sur. Lo cierto es que, al llegar los españoles, a lo que actualmente es Colombia, según informa Ardila, su territorio estaba poblado por sociedades relativamente complejas, pero no existió una sociedad homogénea ni un imperio como el de los Mayas, los Incas, o los Aztecas.
Muy rápidamente los españoles se cruzaron con las mujeres nativas, como ocurrió también en otros países iberoamericanos, de esta relación, a menudo consentida, a menudo obligada, apareció un nuevo biotipo, el mestizo de sangre indígena y europea. La importación de esclavos africanos para trabajar en las minas, aportó una nueva sangre y el cruce entre blancos y negras dio origen al mulato. "Todas las combinaciones, observa Ardila, conformaron la población colombiana". Algo similar ocurrió en otros países iberoamericanos, al punto que en Lima se acuñó el dicho popular: El que no tiene de inga tiene de mandinga. Alude a la mezcla de nativos de la nación mandinga (antigua Guinea francesa), enviados en condición de esclavos al país de los ingas. La frase es atribuida o quizás recogida por el escritor tradicionista peruano Ricardo Palma. Con parecido significado racial se usa la frase El que no tiene de congo, tiene de caravelí, utilizada para señalar en la zona del Caribe la presencia de la sangre africana (véase A. Alcocer, Lengua y sociedad: El que no tiene de inga tiene de mandinga. Revista Letras, 2004, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, N° 107/108, pp. 33-46).
El periodo colonial duró tres siglos, de 1550 a 1810, durante ese tiempo se organiza la sociedad colonial, el autor señala que la apropiación de las riquezas del Nuevo Mundo adquirió gran importancia, algunos grupos indígenas se rebelan contra la colonización, probablemente por el abuso y hasta crueldad con que eran tratados. Los africanos no siempre aceptaron su suerte y hubo movimientos libertarios. Datos estadísticos acerca de la población indígena a la llegada de los españoles, informan que ascendía a tres millones de nativos y, a finales del siglo XVI había solo 170,000 muiscas. La fuerte disminución se atribuye a las enfermedades, la desnutrición, las guerras, el duro trabajo en las minas y el cruel sometimiento que recibieron de los encomenderos. Esto motivó la importación de esclavos africanos.
El Nuevo Reino de Granada, como se denominó la actual Colombia, desarrolló una cultura urbana refinada que imitó el estilo de vida de la alta sociedad española. Era esta sociedad clasista, racista, religiosa y patriarcal. El padre de familia, generalmente era el amo y señor de haciendas, poseía esclavos y sirvientes, tenía una extensa familia, fue un buen cristiano y cumplidor de la ley. Su esposa, por lo general, pertenecía a la misma clase social y los hijos eran numerosos. Las mujeres no iban a la escuela, observa nuestro autor, tenían muy pocas opciones vitales, casarse, quedarse soltera o entrar al convento y convertirse en monja. Los hijos hombres disfrutaban de mayores opciones, escoger el sacerdocio o la carrera militar, ambas eran muy apreciadas por la sociedad y era un orgullo para la familia. Los que tenían intereses intelectuales podían cursar una carrera universitaria, como Derecho, Filosofía, Medicina, Teología. Muchos hijos de familias adineradas aprendieron, junto a sus padres, a manejar las haciendas de la familia, las minas y otras actividades económicas que permitían mantener el status social y el poder político familiar.
Rubén Ardila comenta que las ciencias naturales tuvieron en las universidades coloniales un desarrollo relativamente tardío, en comparación con las cátedras de teología, filosofía, derecho y medicina. Algo similar ocurría en el virreinato del Perú; ciertamente, las letras, el derecho y el sacerdocio, fueron las carreras preferidas. La medicina, en un comienzo, fue escasamente apreciada, debido a que en el curso de la Colonia fue ejercida mayormente por curanderos negros y mulatos, denominados "barchilones", que se desempeñaban como auxiliares de los pocos médicos extranjeros residentes en Lima. Según varios autores, el Colegio de Medicina de San Fernando, de la Real Universidad de San Marcos, inició sus labores docentes el 1° de octubre de 1811, es decir, a fines de la Colonia. Su primer director fue el doctor Hipólito Unanue, fundador de la medicina peruana (véase J. Avendaño: Hipólito Unanue y su época. Revista Médica del Hospital Obrero, X(3-4), 1-88, 1961).
Pero volvamos al desarrollo de las ciencias naturales en la Nueva Granada, donde encontramos las figuras de José Celestino Mutis (17321808) y Francisco José de Caldas (1768-1816) y otros investigadores pioneros. El primero, Mutis, es considerado "figura pionera de la ciencia colombiana". Español de nacimiento, médico y sacerdote, difundió las ideas de Copérnico y de Newton, trabajó en botánica, matemáticas, astronomía y otros campos de la ciencia. Su mayor aporte a la ciencia, observa Ardila, fue la creación de la Expedición Botánica de la Nueva Granada, en 1783, que dirigió hasta su muerte. Mutis aportó importantes conocimientos en botánica, zoología e hizo en psicología observaciones sobre las costumbres sociales de los habitantes del país; así también, efectuó observaciones del comportamiento animal en su ambiente natural. El Dr. Celestino Mutis escribió en el Mercurio Peruano (tomo XII, 1795, pp. 211-246) un extenso informe sobre la naturaleza y las propiedades curativas del árbol de la Quina, de sus variedades, sus cualidades y los efectos de cada una de ellas sobre el organismo. El Dr. Mutis fue comisionado por S.M para aclarar las contradicciones respecto a la verdadera importancia curativa de la quina. Después de sus observaciones y experiencias con varias clases de quinas, escribió: "puedo asegurar que la preciosísima Quina Naranjada . sobresale entre las otras, por el carácter particular de ser eminentemente balsámica". (ob.cit. p.2 22).
Francisco José de Caldas (1768-1816) es el primer científico colombiano que escribió sobre un tema psicológico, afirma nuestro autor. En efecto, publicó Del influjo del clima sobre los seres organizados (1808), se trata de un trabajo de alta relevancia psicológica. Estudia el clima en las diversas regiones de Colombia, los grupos humanos que las pueblan, las características psicológicas que presentan y el contexto físico y cultural donde viven. Caldas se involucró en la gesta emancipadora de su país, participó en levantamientos armados; en 1816 fue apresado y luego fusilado, tenía 48 años. La obra psicológica de Caldas hace recordar, por asociación, al peruano Hipólito Unanue (17551833), médico, naturalistas y catedrático de la Facultad de Medicina de la Real Universidad de San Marcos de Lima, quien es conocido como el Padre de la Medicina Peruana. Escribió sobre variados temas, incluyendo psicología; Unanue publicó el libro titulado: Observaciones sobre el clima de Lima y su influencia en los seres organizados, en especial el hombre (Lima, 1806). Esta obra alcanzó mucho éxito, se reimprimió en Madrid, en 1815; en Lima en 1874; en Barcelona en 1914 y nuevamente en Lima en 1940, edición que hemos utilizado en este artículo. Unanue desarrolla la primera bio-psico-tipología de los peruanos de su época, basada en el cruce del indígena, el español y el negro procedente de África. La lectura de su minucioso trabajo deja traslucir el buen manejo de la observación científica, el registro objetivo de sus observaciones y la interpretación de ellas. Describe los rasgos psicológicos y físicos, de cada grupo racial y de los cruces de las razas básicas. Unanue señala, asimismo, la influencia del clima sobre el hombre, los animales y el reino vegetal. La semejanza de los títulos de los libros de Unanue y de Caldas, publicados con dos años de diferencia, puede atribuirse, como lo señala el escritor peruano Luis Alberto Sánchez, al determinismo geográfico, tesis que exalta la influencia del clima sobre la constitución física y psicológica de los individuos, que era uno de los dogmas del siglo XVIII.
Nuevos nombres de precursores de la psicología colombiana son presentados en este nuevo libro de Rubén, entre ellos están Manuel Ancízar, Luis López de Mesa, Agustín Nieto Caballero, Alfonso Esguerra Gómez, Wladimiro Woyno, Beatriz de la Vega, Victoria Bossio, Mateo V. Mankeliunas, José Rodríguez Valderrama. Y con todos ellos, y muy especialmente, la psicóloga española Mercedes Rodrigo (18911982), pionera de la psicología científica colombiana. Fundó la Sección de Psicotecnia de la Universidad Nacional de Colombia; posteriormente, amplía sus servicios, convirtiéndose en Instituto de Psicología Aplicada que inicia sus funciones el año de 1949. De esta institución egresaron en 1952, los primeros estudiantes universitarios que cursaron estudios profesionales de Psicología en Colombia y que recibieron el título de "Licenciado en Psicología". Para Rubén Ardila la "contribución más importante de Mercedes Rodrigo fue haber fundado uno de los primeros programas de Psicología de América del Sur"; lo es también para conocer el proceso fundacional de la Psicología en América Latina como profesión.
Hasta aquí, el pasado muy lejano y el pasado cercano. El tiempo presente de la psicología colombiana se caracteriza por la difusión de las diversas corrientes del pensamiento psicológico internacional. Lo encabeza el Psicoanálisis, que llega a Colombia en el decenio de 1950, fue básicamente freudiano, aunque después se abren otras corrientes orientadas por las ideas de Erich Fromm, Igor Caruso, Lacan y otros. El psicoanálisis ejerció una influencia muy fuerte en la formación de los psicólogos, las asignaturas de psicología clínica y personalidad fueron exclusivamente de orientación psicoanalítica y el entrenamiento práctico que recibían los estudiantes fue eminentemente psicoanalítico. En la actualidad, observa Ardila, algunos psicólogos trabajan desde la perspectiva dinámica neopsicoanalítica.
A inicios de la década de 1970, un nuevo rumbo toma la psicología y su enseñanza en las universidades. Ingresa en Colombia el Conductismo Operante o Análisis Experimental del Comportamiento, de B. F. Skinner. Su introductor fue Rubén Ardila, quien difunde esta corriente, no solamente en Colombia sino en América Latina y España, mediante libros, artículos y conferencias. Algo similar hace Emilio Rives Iñesta desde la Universidad Veracruzana, Xalapa, México. A ellos se unieron otros jóvenes que abrazaron el nuevo credo psicológico que provocó la revolución conductista. Nunca antes se había producido un movimiento psicológico de tanta magnitud en América Latina. Desde el punto de vista de la profesión psicológica, el Conductismo favoreció del desarrollo de la Psicología como carrera autónoma, el psicólogo considerado como colaborador del psiquiatra dejó de serlo y adquirió identidad profesional, podía tratar problemas con estrategias psicológicas que el médico desconocía. Desde el ángulo epistemológico, el problema del mundo interno, quedó superado en la terapia cognitivo-conductual, una alianza que une el procesamiento psicológico interno y la conducta observada. Debido a la gestión intelectual y académica de Rubén, Colombia se convirtió en uno de los países líderes del análisis experimental del comportamiento.
Historia de la Psicología en Colombia presenta un panorama de las corrientes psicológicas que actualmente se difunden en ese país: Psicología Humanista y Psicología Cognitiva. Las diversas líneas de investigación: Psicología social, Psicobiología y Neuropsicología, Desarrollo cognitivo, Análisis experimental del comportamiento. Las especialidades: Psicología clínica, Psicología de la salud, Psicología educativa, Psicología organizacional, Psicología jurídica y forense, Psicología del deporte y del ejercicio físico, Psicología social, Psicología comunitaria, y Sexología.
Rubén finaliza su libro dejando traslucir una visión optimista de la psicología en su país, acompañada de una relación de sugerencias para su desarrollo futuro. He aquí algunas de ellas: 1. Enfatizar con mayor vigor la orientación científica de la psicología; 2. Desarrollar nuevas áreas aplicadas y nuevos campos profesionales; 3. Abrir nuevas áreas de investigación en problemas complejos como cognición social, inteligencia artificial, teoría de la mente en los animales, psicología de la ciencia, entre otros; 4. Proponer microteorías y macroteorías; 5. Internacionalizar la psicología en Colombia, y quizás, por extensión la psicología latinoamericana; 6. Enfatizar el rol de la investigación científica en la psicología. En suma, el libro de Rubén trasciende el nivel local de la psicología colombiana, la coloca en el ámbito latinoamericano y en el marco más general de la psicología internacional. Sea bienvenido.
Dr. Reynaldo Alarcón
Universidad Ricardo Palma, Lima