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Revista Brasileira de Psicologia do Esporte
versão On-line ISSN 1981-9145
Rev. bras. psicol. esporte vol.3 no.2 São Paulo dez. 2010
Valoracion de la influencia de estilos de entrenadores en la percepción de valores en el deporte
Avaliação da influência de estilos de treinadores na percepção de valores no esporte
Evaluation of the styles influence of coaches in the perception of values in sport
Juan González Hernández; Pedro Jara Vera; Enrique Javier Garcés de los Fayos Ruiz
Universidad de Murcia
RESUMEN
Introducción. La importancia del papel del entrenador en el deporte de iniciación ha sido uno de los temas más investigados en Psicología del deporte. La parte educativa del deporte está en muchas ocasiones olvidada por quienes la desarrollan. Las edades entre 14-18 años aproximadamente, son las más adecuadas para intervenir, y son los profesores de educación física y los entrenadores deportivos los agentes más preparados para transmitir valores deportivos dentro del ámbito social del deporte. Metodología. Los datos se han recogido mediante la administración de un cuestionario sociodemográfico y deportivo, el Cuestionario CBAS y un cuestionario de actitudes antideportivas y agresivas. Resultados. Los resultados nos indicaron los estilos de liderazgos de los entrenadores de la muestra escogida entre futbolistas en edad cadete y juvenil en un club de la ciudad de Murcia (España). Por otro lado, comprobamos su relación entre las características de la muestra con las conductas agresivas y antideportivas. Conclusiones. A partir de los resultados se plantearon medidas para fomentar la deportividad y prevenir las conductas agresivas en jóvenes deportistas desde las escuelas de fútbol base, formando a entrenadores.
Palabras claves: Valores deportivos; Estilos de entrenadores; Deporte base.
RESUMO
Introdução. A importância papel do treinador no esporte de iniciação tem sido um dos mais investigados em Psicologia do Esporto. A parte educativa é muitas vezes esquecida por aqueles que se ocupam do desenvolvimento do esporte. As idades entre 14-18 anos ou mais, são as mais adequadas para uma intervenção, e são professores de educação física e treinadores os principais agentes na transmissão dos valores esportivos do esporte. Metodologia. Os dados foram coletados através de um questionário sociodemográfico e desportivo, o Questionário CBAS e um questionário de atitude anti-desportiva e agressiva. Resultados. Os resultados indicaram os estilos de liderança dos treinadores de atletas de futebol e amostra selecionada compreendeu criancas e jovens das categorias cadete e juvenil de um clube de jovens na cidade de Murcia (Espanha). Foi possível observar a relação entre as características da amostra com o comportamento agressivo e anti-desportivo dos atletas. Conclusões. A partir dos resultados, foram propostas medidas para promover o espírito esportivo e prevenir o comportamento agressivo em jovens atletas das escolas de base, treinadores de formação.
Palavras-chave: Sporting valores; Estilos de treinadores; Base esportiva.
ABSTRACT
Introduction. The importance of the paper of the trainer in the sport of initiation has been one of the topics most investigated in Psychology of the sport. The educational part of the sport is in many occasions forgotten by who they develop it. The ages between 14-18 years approximately, are most adapted to intervene, and are the teachers of physical education and the sports trainers the agents most prepared to transmit sports values inside the social area of the sport. Methodology. The information he has retired by means of the administration of a questionnaire sociodemográfico and sports, the Questionnaire CBAS and a questionnaire of attitudes unsporting and aggressive. Results. The awaited results indicate us the styles of leaderships of the trainers of the sample chosen between football players in age cadet and juvenile in a club of Murcia (Spain). On the other hand, we verify his relation between the characteristics of the sample with the aggressive and unsporting conducts. Conclusions. From the results measures appear to promote the sportsmanship and to anticipate the aggressive conducts in sports young women from the schools of football base, forming trainers.
Keywords: Sports values; Trainers' styles; Sport bases.
Introducción
La importancia del papel del entrenador en el deporte de iniciación ha sido uno de los temas más investigados en Psicología del deporte (Gallimore y Tharp, 2004; Boixadós y Cruz, 1999). Diversos estudios muestran que la participación regular en actividades físicas organizadas aumenta el bienestar físico, psicológico y social de los jóvenes participantes (Harrison y Narayan, 2003; Ryan y Deci, 2000). Además, estos beneficios pueden ser potenciados a través de una serie de conductas adecuadas por parte del conjunto de agentes deportivos, entre los cuales el entrenador es sin duda una de las figuras más importantes, en particular en la iniciación deportiva. En esta fase, las personas significativas para los jóvenes deportistas se convierten en modelos de referencia, que influyen en su crecimiento psicosocial (Smoll y Smith, 2006).
En cada una de las interacciones entrenador-joven deportista se inserta una oportunidad para que el entrenador transmita valores positivos o competencias-clave para la vida adulta, ayude al desarrollo de la auto-eficacia o aumente la autoestima del niño/a. Esta influencia puede facilitarse sabiendo que, principalmente los niños más pequeños, consideran al entrenador como aspecto esencial en su participación deportiva (González, Tabernero, y Márquez, 2000). Necesitamos un deporte constructivo y facilitador para un desarrollo adecuado de los jóvenes, haciendo que la experiencia deportiva transmita valores positivos para hacer así del deporte un contexto privilegiado en cuanto a las posibilidades de formación integral de las personas. Este potencial valor formativo y educativo del deporte constituye tal vez lo que da un sentido más esencial a la participación de los psicólogos, y un alineamiento más coherente con nuestra misión intrínseca en cuanto al trabajo con las personas (Jara y Garcés de los Fayos, 2010). Un deportista joven que practique deporte a un nivel competitivo, puede estimarse que pasa 8 horas semanales de media con su entrenador, durante 40 semanas en una temporada y durante 8 años. (Sousa, Cruz, Viladrich, y Torregrosa, 2007)
Estos cálculos aproximados sitúan en más de 2.500 las horas que un joven pasa con su entrenador a lo largo de su experiencia deportiva. Sin embargo, estas horas pueden contribuir a aumentar el estrés, la ansiedad o las actitudes negativas por parte del niño/a ante el deporte en el caso que la relación entrenador-deportista esté basada en la crítica constante o la victoria a toda costa.
Entendemos que entre estos valores positivos del deporte se encuentran el juego limpio, el respeto a las normas, la subordinación de los intereses personales a los intereses del grupo, la asunción de responsabilidades, el cumplimiento de los compromisos, la paciencia y la persistencia en trabajo hacia objetivos, etc. Es constatable que en el deporte escolar se dan multitud de conflictos interpersonales que están relacionados con los aspectos psicosociales que se analizan en esta investigación, tales como las conductas antideportivas o agresivas (Dunn y Dunn, 1999; Pelegrin, 2005). Los conflictos suelen derivar en problemas dentro del grupo, cuyo origen es una deficiente utilización de las habilidades sociales. En muchos casos, estos conflictos hacen que la convivencia dentro del grupo no sea positiva, lo que suele devenir en abandono de la práctica deportiva. Complementariamente, Escartí, Cervelló y Guzmán (1995) opinan que las desavenencias que surgen en el deporte realizado con adolescentes suelen ser el fruto de entender la orientación del clima motivacional de diferente manera: mientras los entrenadores entenderían esta orientación hacia el ego, los deportistas la entenderían hacia la tarea.
En definitiva, en el deporte escolar y de iniciación se observa a menudo una pérdida de valores sociales y positivos que ayudan al incremento de las conductas agresivas y antideportivas (Borràs, Palou y Ponseti, 2001). Knop (1993) considera que el deporte de iniciación se encuentra ante una fuerte presión centrada en el triunfo, con entrenamientos cada vez más duros, con falta de iniciativas en el juego, y donde la violencia “asalta” cada vez con mayor frecuencia. Por ello, habría que analizar los posibles desencadenantes deportivos que conllevan comportamientos agresivos para su prevención e intervención. Por tanto, se plantea la necesidad de buscar soluciones que los reduzcan, mediante la creación de programas de prevención e intervención desde la iniciación deportiva.
En nuestro estudio evaluamos ciertas pautas de comunicación de los entrenadores con sus jóvenes deportistas, en relación con el manejo de distintas situaciones de juego y con las diferentes tendencias de respuesta emocional de los jugadores, con el propósito de valorar los distintos estilos relacionales de los entrenadores y su influencia en los valores que perciben los deportistas.
Metodología
Para poder llevar a cabo el presente estudio se ha contado con una muestra de jóvenes futbolistas (N=39) pertenecientes a un club de fútbol base de la ciudad de Murcia (España), dentro de las categorías cadete y juvenil, por la tanto con un rango de edad entre 14 y 18 años. Además, para la valoración de los estilos de conducta de los entrenadores se recogió una muestra de entrenadores (N=5), los cuales fueron observados durante dos sesiones de entrenamiento y una sesión correspondiente a un partido de competición. Se realizó un muestreo no probabilístico intencional. La muestra fue seleccionada en función de la accesibilidad y las garantías para la recogida de la información.
Los datos han sido recogidos mediante la administración de un cuestionario sociodemográfico y deportivo, el Cuestionario CBAS (elaborado por Smith et al., 1979). Este cuestionario se ha utilizado para evaluar la conducta de entrenadores de diferentes deportes como el baloncesto, el balonmano y el fútbol (Boixadós y Cruz, 1999; Smith et al., 1979), demostrando ser un instrumento útil para registrar la mayoría de conductas de los entrenadores, con una elevada fiabilidad entre observadores y capaz de detectar diferencias individuales en los patrones conductuales de los entrenadores.
Con él, se registran dos tipos de conductas: reactivas (respuestas del entrenador a actuaciones deseables o aciertos, errores o equivocaciones, y/o conductas disruptivas de alguno de sus jugadores), y espontáneas, que son conductas iniciadas por el entrenador, sin antecedentes inmediatos o bien definidos en el juego del equipo. Estas últimas respuestas pueden estar relacionadas o no con el juego. (ver tabla 1). Este tipo de instrumentos han venido utilizándose con el objetivo de categorizar distintos estilos de instrucción de los entrenadores, análisis del contenido verbal (Moreno, et al., 2002) y, en algunos casos, ponerlos en relación con otros parámetros, tales como diversos indicadores de rendimiento de los deportistas, o de satisfacción de los mismos con el estilo del entrenador.
Se administró también un cuestionario de actitudes antideportivas y agresivas elaborado ad hoc (Alfa de Cronbach= .88), y el Inventario de Expresión de la Ira Estado-Rasgo en niños y adolescentes: STAXI-NA” (Spielberger, 2006). La codificación y análisis de los datos se hizo con el programa estadístico SPSS 15.0. Se utilizó un análisis de correlaciones bivariadas, utilizando el coeficiente de correlación de Pearson, con prueba de significación bilateral de p<.05, y el análisis de correlación correspondiente entre las variables relativas a las reacciones emocionales (internas y externas) y las conductas antideportivas.
Para la administración de los cuestionarios se planificaron sesiones tras los entrenamientos, en las que se disponía una sesión informativa donde se comentaba con los chicos los objetivos de la recogida de información acompañada de la aplicación de los cuestionarios.
En base a las observaciones proporcionadas con el CBAS existen experiencias de intervenciones para disminuir las conductas punitivas de los entrenadores (Cruz, 1994), para elaborar y proporcionar guías de entrenamiento positivo o para diseñar programas personalizados de intervención con entrenadores (Sousa et al., 2006). En nuestro caso, las sesiones informativas se dirigían a comprobar y a transmitir los conocimientos y actitudes acerca de los valores a determinar, principalmente los relacionados con las conductas que muestran en su rendimiento deportivo, así como las que les son trasmitidas a través del estilo de liderazgo del entrenador.
Resultados
Los resultados recogidos han sido analizados con el paquete estadístico SPSS en su versión 15.0, atendiendo al contraste entre las respuestas de los entrenadores y las de sus jugadores, así como al contraste de las respuestas de los jugadores por las dos distintas categorías.
La muestra quedó configurada por 39 jugadores varones de fútbol de categoría juvenil y cadete, de entre 14 y 18 años (15,64 + 1,18). (Véase Figuras 1 y 2).
Respecto al CBAS, la primera diferenciación que se ha establecido es la inexistencia de conductas espontáneas. El entrenador se ciñe a responder a comportamientos de jugadores de acuerdo con el momento del juego, sin utilizar ningún otro estilo comunicativo, ni punitivo ni reforzador, pero no emite nunca comportamientos que no sean respondientes a conductas observadas por él durante el juego. En segundo lugar, se ha diferenciado entre comportamientos técnicos (rectificación de gestos técnicos) y comportamientos disciplinarios (conductas ordenadas no ejecutadas), ya que poseen características muy diferenciadas. Y, finalmente, se han emitido respuestas de ánimo al error, el ánimo general y la organización, bastante características y habituales de los entrenadores de fútbol base. Todas estas adaptaciones se pusieron a prueba experimentalmente en distintos partidos y grabaciones en vídeo.
Así, la frecuencia de conductas que más se han observado (véase la figura 2) son las correspondientes a estilos permisivos (37,5%), entre las que podemos resaltar las de Ignorar los errores; seguida por las de estilo de instrucción (27,5%), donde se muestran principalmente conductas de Instrucción Técnica General; punitivos (22,5%), atendiendo dentro de estas a la Punición y a la Instrucción Técnica Punitiva; de la misma manera, se observó alguna conducta correspondiente al Mantenimiento de Control y a la Comunicación General, y no se observó ninguna conducta relativa a los ánimos tras los errores ni a corrección de comportamientos disruptivos. Hay que recordar que todas las conductas son reactivas, por lo que dependen de forma casi absoluta de la situación de juego.
Con respecto a la percepción de conductas relacionadas con la empatía y valores de altruismo, se percibe que la conducta de los entrenadores es determinante en este sentido, puesto que son los primeros que facilitan estas actitudes a través de sus instrucciones, al mismo tiempo que con sus decisiones, puesto que las conductas no correspondidas con estos aspectos eran atendidas de forma inmediata (de forma verbal principalmente a través de estilos instructor, mantenedor de control y reforzador).
Aun así, observando la correlación entre las conductas antideportivas y las reacciones emocionales de agresividad e ira (véase la figura 3), pudimos comprobar las correspondencias entre la existencia de reacciones emocionales (temperamento, X2: 0,527; reacción de ira, X2: 0,419; rasgo de ira, X2: 0,689) ante las conductas antideportivas y la ausencia de correlación entre los indicadores del autocontrol emocional de dichas reacciones (expresión interna de ira, X2:0,132; control externo, X2: -0,041; y control interno de ira, X2: 0,186).
Conclusiones
En nuestro estudio evaluamos ciertas pautas de comunicación de los entrenadores con sus jóvenes deportistas, en relación con el manejo de distintas situaciones de juego y con las diferentes tendencias de respuesta emocional de los jugadores. Tal y como se concibe en la actualidad el deporte de iniciación, los deportistas que compiten en deportes competitivos necesitan emplear habilidades psicológicas y estrategias de afrontamiento que les permitan satisfacer sus expectativas y mejorar su rendimiento (Márquez, 2006), así como autorregular sus emociones, en especial aquellas que pueden poner en peligro su rendimiento, como el estado de ánimo, la falta de motivación, el exceso de ansiedad y preocupaciones y la falta de concentración (Velasquez y Guillén, 2007).
Nuestra muestra de futbolistas percibe que los entrenadores les dan muchas instrucciones pero perciben poco apoyo, ambas dimensiones conductuales, eso sí, en mayor medida que la dimensión de punición. Los jugadores de fútbol con niveles más altos en Rasgo de ira y Expresión externa de ira, mostraron más conductas antideportivas y agresivas durante un partido o entrenamiento de fútbol.
Consideramos muy alta la influencia del entrenador en el desarrollo de conductas prosociales; es trascendental en la incorporación, formación y desarrollo de los deportistas para incrementar su rendimiento, pero también en trasladar un modelo de efectos favorecedores o contraproducentes al deporte.
A partir de los resultados proponemos la necesidad de adoptar medidas para fomentar la deportividad y prevenir las conductas agresivas en jóvenes deportistas desde las escuelas de fútbol base, realizando una acción formativa con los entrenadores.
Parece clara la necesidad de estructurar programas dirigidos a las escuelas deportivas y de iniciación, en función de la población donde se detecte una mayor incidencia de comportamientos agresivos. Al mismo tiempo, se necesita formar a entrenadores, padres y directivos para poder mediar de manera habilidosa en situaciones de riesgo. Aunque resulta muy importante, la influencia del entrenador no es la única influencia del contexto deportivo en el desarrollo de conductas prosociales de los deportistas jóvenes, y es por ello que es necesario complementar los estudios sobre la influencia del entrenador con estudios sobre la influencia de los padres (Torregrosa et al., 2007; Wuerth, Lee y Alfermann, 2004) y los pares o iguales (Smith et al., 2006).
En este sentido, la intervención psicológica que ha de desarrollarse, en un equipo de fútbol infantil ha de tener en cuenta en su planificación y desarrollo los efectos que podemos últimamente presenciar en el fútbol que se genera en estas edades, tales como el cada vez más establecimiento de “profesionalización” o el abandono casi inminente de la conciencia de que en este periodo de tiempo es en el que ha de generarse una importante cantidad de aprendizaje de los valores prosociales que acompañarán a los jóvenes deportistas , no sólo en sus vivencia deportivas, sino de las que formen parte de sus estilos de vida.
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Endereço para correspondência
Juan González Hernández
Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos
Facultad de Psicología - Universidad de Murcia
Campus de Espinardo. 30100
Espinardo. Murcia
Sobre os autores
Juan González Hernández
Universidad de Murcia
Pedro Jara Vera
Universidad de Murcia
Enrique Javier Garcés de los Fayos Ruiz
Universidad de Murcia