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Revista Polis e Psique
versão On-line ISSN 2238-152X
Rev. Polis Psique vol.11 no.spe Porto Alegre 2021
ENTREVISTA
Corpos em confinamento: hibridizações entre tempo, espaço e movimento
Bodies in confinement: hybridizations between time, space and movement
Cuerpos en confinamiento: hibridaciones entre tiempo, espacio y movimiento
María-Alejandra EnergiciI; Jorge Leandro Castillo-SepúlvedaII; Maryluz López-AhumadaIII; Nicolás Schöngut-GrollmusIII
IUniversidad Alberto Hurtado (UAH), Santiago, Chile
IIUniversidad de Santiago de Chile (USACH), Santiago, Chile
IIIUniversidad Alberto Hurtado (UAH), Santiago, Chile
RESUMO
Em pouco tempo, várias descrições foram geradas sobre as implicações molares da pandemia da COVID-19 nos níveis econômico, social e político. Entretanto, ainda existem desafios na descrição de como a pandemia e o confinamento afetaram a vida diária. Neste artigo abordamos a configuração do corpo durante as fases de confinamento associadas com a pandemia no Chile. Para isso, abordamos o corpo como um efeito de articulações heterogêneas com o espaço, situando-nos no meio de confinamento através de fotografias produzidas por pessoas que o experimentam. Descrevemos tais imagens através de análise difratária. Os resultados mostram a importância da organização semiótica do espaço e do corpo, a condensação do tempo e do espaço e a emergência da corporeidade como evento sensível às dinâmicas sociais e políticas, apesar do confinamento.
Palavras-chave: Corpo; Confinamento; Pandemia; COVID-19; Fotografia.
ABSTRACT
In a short period of time, several descriptions of the molar implications of the COVID-19 pandemic have been generated at the economic, social and political levels. However, there are still challenges in describing how the pandemic and confinement has affected daily life. In this paper we address the configuration of the body during phases of confinement associated with the pandemic in Chile. To do so, we approach the body as an effect of heterogeneous articulations with space, situating ourselves in the means of confinement through photographs produced by people who experience it. We describe such images through diffractory analysis. The results expose the importance of the semiotic organization of space and body, the condensation of time and space, and the emergence of corporeality as an event sensitive to social and political dynamics, despite the confinement.
Keywords: Body; Confinement; Pandemic; COVID-19; Photography.
RESUMEN
En poco tiempo se han generado diversas descripciones sobre las implicancias molares de la pandemia por COVID-19en el plano económico, social y político. No obstante, existen aún desafíos por exponerel modo en que la pandemia y el confinamiento han afectado la vida cotidiana. En este trabajo abordamos la configuración del cuerpo durante el confinamiento producto de la pandemia en Chile. Para ello, nos aproximamos al cuerpo como efecto de articulaciones heterogéneas con el espacio, situándonos en los medios de confinamiento a través de fotografías producidas por personas que lo experimentan. Describimos tales imágenes a través de un análisis difractario. Los resultados exponen la importancia de la organización semiótica del espacio y el cuerpo, la condensación del tiempo y del espacio, y la emergencia de la corporalidad como un acontecimiento sensible a dinámicas sociales y políticas pese al encierro.
Palabras clave: Cuerpo;Confinamiento;Pandemia; COVID-19;Fotografía.
Introducción
El 31 de diciembre de 2019 la Comisión Municipal de Salud de Wuhan (Hubei, China) notificó un conglomerado de casos de neumonía, que pocas semanas después se determinaría fueron causadas por un nuevo tipo de coronavirus. El 12 de enero de 2020, China hizo pública la secuencia genética causante de esta nueva enfermedad denominadacomo COVID-19(Organización Mundial de la Salud, 2020). Para el 11 de marzo, cuando se registraban más de 118.000 casos en 114 países y 4.291 personas fallecidas, la enfermedad fue calificada como pandemia (Organización
Mundial de la Salud, 2020).Los Estados tomaron una diversidad de medidas para contener la propagación del virus. En el caso chileno, el 15 de marzo se suspendieron las actividades educacionales en jardines infantiles, escuelas y colegios. Posteriormente, se decretó Estado de Excepción estableciendo toques de queda y cuarentenas con distintos grados de confinamiento según la actividad viral observable en cada territorio.
La cuestión del confinamiento ha adquirido connotaciones que trascienden el el cuidado biológico de la salud. Ha afectado las economías nacionales y transnacionales, intensificando dinámicas y procesos hegemónicos de exclusión de segmentos sociales, precarización de las condiciones de vida yexacerbando y sosteniendo las diferencias económicas y políticas entre géneros (Blundell, Costa Dias, Joyce, & Xu, 2020; Duque Franco, Ortiz, Samper, & Millan, 2020; Marmot & Allen, 2020). En Latinoamérica, la suspensión de actividades escolares impactó de manera desigual en distintos grupos; se ha establecido formas de inequidad por nivel socioeconómico según las posibilidades de realizar el trabajo en casa en contraposición a aumentar las posibilidades de contagio asistiendo a laborar o incluso perdiendo la fuente laboral (Devine-Wright et al., 2020). En términos de género, el confinamiento ha aumentado la violencia hacia las mujeres (United Nations, 2020). Y, ante la suspensión de colegios, el trabajo de cuidado de niños y niñas ha recaído significativamente sobre las mujeres (Cuidar, 2020). Como efecto, la situación actual ha desafiado la noción del hogar como espacio de cuidado, protección, privacidad y seguridad (Devine-Wright et al., 2020).
El confinamiento reorganiza los cánones espaciales, temporales y corporales e inscribe tanto la continuidad como la disrupción de las operaciones sociales y económicas, produciendo un nuevo plano en que la excepcionalidad y la habitualidad se difuminan. Las disrupciones de la vida cotidiana re-articulan lo público y lo privado, lo laboral y lo íntimo; las condiciones y prácticas que componen el hogar, las tareas para sostenerlo en el tiempo y su relación con otro tipo de actividades productivas, junto al acceso y uso de dispositivos digitales que median estas relaciones.
En este contexto, los procesos de exclusión e intensificación se expresan también en el plano de las micro-prácticas (Cuidar, 2020), configurándose heterogéneamente en coordenadas locales y, asimismo, estableciendo arreglos que definen el espacio, lo social y el cuerpo (Blackman, 2008). La crisis producida por el COVID 19 ha desafiado las nociones tradicionales para pensar tanto las relaciones espacio-personas (Devine-Wright et al., 2020), como las temporalidades y las afecciones entre cuerpos y objetos.
Atendiendo a estar reorganizaciones, en este artículo nos enfocamos en la configuración del cuerpo durante el confinamiento. El énfasis en lo corporal remite a su consideración como un espacio de inscripción de dinámicas políticas y espaciales, así como, en términos de Barad(2007), un campo que emerge por relaciones de diversa naturaleza. En tal sentido, el confinamiento es una oportunidad única para el análisis de dichas relaciones corporales, sociales y materiales. Por otra parte, se constituye como una instancia desafiante que exige la formulación de métodos que permitan indagar en una situación donde la presencialidad no es posible. En este trabajo, desarrollamos una propuesta basada en el análisis de fotografías;recogiendo planteamientos de Haraway (1999), que permiten considerarlas como soportes de situaciones que abren la posibilidad de describir y analizar relaciones entre entidades y el efecto de las diferencias producidas por dichas relaciones.Para lo anterior, consideramos como escenario de análisis Chile, país sometido a intensos períodos de restricción del flujo abierto de los cuerpos durante la pandemia y que, al mismo tiempo, consiste en el espacio que habita el equipo de investigación que ha experimentado dichas restricciones durante el mismo período que los(as) participantes.
Hemos organizado la presentación del trabajo en cinco apartados. El primero expone concepciones sobre la corporalidad que abren posibilidades para su análisis en instancias de confinamiento. El segundo, la presentación de las fotografías como un medio de investigación en las mismas instancias de encierro. Como tercer apartado, orientamos sobre la trayectoria de investigación llevada a cabo, para, luego, exponer los resultados de los análisis realizados. Finalmente, en un quinto apartado, integramos algunas conclusiones sobre el proceso realizado.
¿Qué puede un cuerpo en confinamiento?
Como seres corporizados siempre estamos incrustados y relacionados a un lugar. El confinamiento ha alterado significativamente esta relación, dado que el cuidado y el resguardo se han establecido normativamente como el "refugiarse", anclándonos al espacio de modo radical(Devine-Wright et al., 2020), en lo que Turner (2010, en Devine-Wright et al., 2020) denominaría como un "régimen de inmovilidad". El encierro puede conceptualizarse como una transformación del movimiento desde el que se establecen nuevas condiciones y relaciones entre espacio y cuerpo; ambos emergen en un escenario del que no tenemos precedentes sociales o históricos. En otras palabras, se constituye un contexto inédito en la articulación tiempo, espacio y cuerpo.
Específicamente sobre la corporalidad, para este trabajo nos situamos desde la apreciación de los cuerpos como multiplicidades, procesos, movimientos, articulaciones y realizaciones locales, perspectiva desarrollada por autores(as) como Lisa Blackman (2008), Bruno Latour (2004), Karen Barad (2007) y GillesDeleuze &Félix Guattari (2002), entre otros. En tal sentido, en lugar de concebir los cuerpos como sustancias o singularidades estáticas que deambulan por un espacio preexistente, atendemos alos vínculos concretos en que cuerpo y espacio emergen interrelacionada o imbricadamente(Barad, 2007).
En este sentido, comprenderemos el cuerpo como potencia. Tomando como antecedente a Spinoza (1677/2011),un cuerpo, humano o no, se define por dos cuestiones simultáneas.En primer lugar, este es una composición de otras cosas que no son necesariamente un cuerpo. Este es una relación de partículas en estados de movimiento y descanso, de aceleración y enlentecimiento.Luego, en segundo lugar, el cuerpo se define por sus formas de afección, por afectar y ser afectado por otros cuerpos (humanos o no). Ambos procesos definen al cuerpo en su individualidad. En otros términos, el cuerpo no se caracteriza por una forma o por las funciones de sus órganos, pues todo ello depende de complejas relaciones entre velocidades diferenciales y capacidades de afectar y ser afectado.
Apreciar los cuerpos como velocidades y capacidad de afectar y ser afectado, implica que muchas cosas cambien. Por ejemplo, como señalábamos,permite definir a los humanos, los animales o las cosas ya no por su forma, funciones u órganos, sino por susmodos. Es decir, pueden ser caracterizados por sus velocidades y el listado de afectos que pueden ejercer. Ya el etólogo Jacob von Uexküll (2016) lo había precisado al describir un insecto a partir de sus relaciones con el mundo. Por ejemplo, de acuerdo a von Uexküll (2016), una garrapata se configura por tres afectos: una afección ante la luz (para moverse hacia el tope de una rama), una afección olfativa (dejarse caer sobre un mamífero que pasa por la rama) y una afección termal (encontrar el punto más cálido). Su modo se define por tres afectos que crean un mundo de tres procesos con los cuales relacionarse.Estos procesos le otorgan su especificidad y su lugar en elespacio, aquel que crea por sus relaciones. Y ello aplica también a los humanos, en tanto que no se conoce de antemano y fuera del tiempo los afectos de los que es capaz un cuerpo, ni las circunstancias que influirán en su aceleración o enlentecimiento(Deleuze, 2008).En tal sentido, la temporalidad del cuerpo se juega también dichas relaciones. Las capacidades de afectar y ser afectado, y acelerarse o enlentecerse ante cuestiones específicas, caracterizan cada cosa, en tanto las entidades se diferencian por los aspectos que las movilizan.Los cuerpos son composiciones de capacidades que emergen por asociaciones entre diferentes cosas. Por ello, los cuerpos nunca se encuentran separados de sus relaciones con el mundo: "El interior es solo un exterior seleccionado, y el exterior, un interior proyectado. La rapidez o lentitud de los metabolismos, percepciones, acciones y reacciones se vinculan entre sí para constituir una individualidad particular en el mundo" (Deleuze, 1992, en Fraser & Greco, 2005, p. 60).
En una línea similar, para Latour (2004), el cuerpo no obedece a una esencia o substancia (lo que el cuerpo es por naturaleza), sino, más allá, "una interfaz que deviene más y más describible en tanto aprende a ser afectada por más y más elementos" (p. 206). El cuerpo es lo que deja una trayectoria dinámica por la cual se aprende a registrar y devenir sensitivo a aquello de lo cual está hecho el mundo. En esta línea es que Vinciane Despret (2004) fundamentatambién cómo el cuerpo se define a partir de su capacidad de ser afectado y poder afectar, contraponiendo el cuerpo humano a la noción de autómata. Autómata es quien es movido por sí mismo y sólo por sí mismo, quien no se moverá o pondrá en movimiento a otros. En suma, es quien no será afectado y así quien no afectará (Rosenthal, 1966, citado en Despret 2004). Distinto es lo que acontece en un cuerpo que puede ser articulado a otros, sean personas, eventos cosas (Latour, 2004). Adquirir un cuerpo es entonces una empresa progresiva que produce de una vez un medio sensorial y un mundo sensitivo. A la vez, el cuerpo es un medio para la transformación, en tanto los equipos naturales o artificiales que le afectan son co-extensivos a éste (Latour, 2004). Objetos, arquitecturas, imágenes, sonidos, lenguaje, prácticas sociales, todo, en conjunto, define aquello que es o puede ser o no un cuerpo.
Considerando lo anterior, Blackman (2008)precisa los cuerpos como entidades articuladas, que aprenden a ser afectadas en conjunto a otros cuerpos, artefactos, imágenes, técnicas y objetos que definen una práctica particular.La noción de articulación implica considerar el modo en que los cuerpos son efecto de relaciones con entidades de naturaleza diversa. Es decir, se trata de entidades conectadas y permeables a un "afuera" pleno de posibilidades.
El confinamiento, como proceso, afecta estas relaciones y establece configuraciones diferenciales, describibles a partir de los vínculos entre entidades. Como hemos adelantado, consideramos que un recurso para señalar estas conexiones remite a la imagen y, específicamente, a la fotografía como instancia que materializa un conjunto de relaciones que hace factible describir diversos modos en que el cuerpo es producido a partir de sus vinculaciones con objetos y espacialidades.
En el medio del confinamiento: la fotografía como intra-acción.
Tradicionalmente, las fotografías se han concebido como representaciones de la realidad; como aquello que reflejan un fragmento del mundo. Desde esta perspectiva, el análisis de imágenes ha consistidocomúnmente en dar cuenta de aquello que exponen en relación a un afuera y un tiempo distinto, pretendiendo describir fielmente la realidad que transmiten y congelan(por ejemplo, véase Kress & van Leeuwen, 1996). Sin embargo, desde una perspectiva alternativa, en este trabajo consideraremos las fotografías como intra-acciones, concepto acuñado por KarenBarad (2007).
La noción de intra-acción se encuentra inspirada en la idea de intervención de Ian Hacking(1982, en Barad, 2007). En oposición a la apreciación de las imágenes como representaciones de la realidad, el autor propone que "las imágenes o representaciones no son fotografías instantáneas o figuraciones de aquello que nos espera (para ser vistos), sino más bien condensaciones o rastros de múltiples prácticas comprometidas entre sí" (Barad, 2007, p. 53). En otras palabras, para "ver" se requiere del ensayo y dominio de múltiples acciones entrelazadas y co-dependientes.De este modo, y a diferencia de la idea de interacción (que supone al menos dos entidades distintas separadas), la intra-acción hace referencia a la "constitución mutua de agencias enredadas" (p. 33)desde la cual emergen fenómenos, eventos, que, a distinción de los elementos individuales, son las unidades básicas de la existencia. De este modo, en relación a las imágenes producidas mediante fotografías, "los aparatos no son solo instrumentos de observación, sino tambiénprácticas para trazar límites- reconfiguraciones materiales especificas del mundo - que llegan a materializarse e importar" (Barad, 2007, p. 140).
Si consideramos las fotografías como intra-acciones, estas abandonan progresivamente el seguro dominio de la representación, para pasar a concebirse como un asunto material más allá de expresión concreta en un papel o una pantalla. La cámara, como aparato, opera sobre nuestras posibilidades de ver, la cual, a su vez, es una combinación de la capacidad de los objetos de reflejar (las cosas cuando reciben luz blanca la absorben y la reflejan). Al abrirse el diafragma, la luz en su comportamiento como onda reflejada entra a la cámara. Una situación y la serie de relaciones que la componen quedan articuladas por aquella onda que se relaciona a su vez con undispositivo de carga acoplada (Charge-CoupledDevice o CCD), esto es, un sensor con células fotoeléctricas que registran la imagen. La luz, como entidad que media y participa íntimamente en este proceso, permite no sólo denotar la existencia de entidades, su posición, locación e incluso abrir especulaciones sobre su dirección, sino es una instancia que está y constituye la situación en sí misma. La composición de una fotografía constituye una actividad heterogénea, plena de la articulación entre prácticas y la agencia de aspectos físicos o materiales. De esta manera, "tomar una fotografía" involucra una serie de prácticas y objetos que van desde el entrenamiento de ojo y cerebro hasta la capacidad de un humano u objeto para que la onda de luz refleje correctamente. En términos de Hacking (citado en Barad, 2007), son prácticas que requieren de ensayo y dominio y no son un mero 'reflejo' de la realidad. Al mismo tiempo, transmiten aquello que configura una situación en un momento dado.
Cabe enfatizar que, para Barad (2007), el carácter activo de la construcción de una imagen implica más aspectos que la exposición de aspectos dispuestos en la realidad. De modo específico, difiere con Hacking en que las entidades que participan de la interacción existan de manera previa como entes independientes con cualidades y atributos específicos. Como señala:
La noción de intra-acción reconoce que las agencias diferenciadas no preceden, sino emergen a través de la intra-acción. Es importante notar que las agencias 'diferenciadas' solo son tales en un sentido relacional y no absoluto, esto es, las agencias solo se distinguen en relación a su mutuo entrelazamiento; no existen como elementos individuales. (Barad, 2007, p. 33; traducción de los autores)
Las implicancias para una fotografía remite a que, en su producción, el objeto fotografiado, la cámara, la luz que se refleja y otros, solo existen en este entramado de prácticas y se requieren mutuamente para existir. En términos de intra-acción, esto implica que todos estos objetos, con sus límites, atributos y propiedades, existen en tanto que se relacionan en tanto tales. Desde el realismo agencial de Barad (2007), no existen de manera absoluta sino relacional. En el caso de las fotografías implica que son un asunto relacional y material en tanto que involucra una serie de prácticas o intra-acciones en las que emergen múltiples agencias.
En definitiva, las fotografías no solo representan un evento en una cadena de relaciones sociales y materiales, sino median en el acceso a aquello producido en tal instancia y participan en la configuración de relaciones que establecen la posibilidad de describir, analizar y establecer relaciones en su sentido temporal, social y material. Una fotografía permite intra-actuar con las entidades que integra, desde la posición parcial y situada de quién o quéinteractúa con ella.En este sentido, son un punto de partida para reflexionar sobre la constitución de los cuerpos y espacios en el confinamiento.
Metodología.
Para acceder a los escenarios en que se componen recíprocamente espacios y cuerpos, buscamos recolectar imágenes de la cuarentena. Realizamos una convocatoria abierta creando cuentas de Facebook, Twitter e Instagram llamadas "Cuerpos en confinamiento". Adicionalmente, distribuimos la convocatoria a través de correos electrónicos dirigidos a redes de académicos(as) y estudiantes de carreras en ciencias sociales, así como en grupos de redes sociales de estudiantes de carreras vinculadas a ciencias sociales. Para la recepción de imágenes, generamos un formulario que permitía exponer información relativa a la investigación, junto a un consentimiento informado que señalaba el tratamiento confidencial de la información compartida. Las imágenes podían ser cargadas una vez aceptadas las condiciones de participación en la investigación.
La convocatoria se mantuvo abierta entre el 23 de julio y 21 de agosto de 2020. En este período, recibimos un total de 19 fotografías relativas a diversas situaciones configuradas durante el confinamiento.
Realizamos un análisis difractario para la totalidad de las imágenes. Considerando las ideas deHaraway (1999), este análisis remite a la connotación de los efectos que conlleva la puesta en relación de elementos entre sí. Se fundamenta en el reconocimiento del tratamiento tradicional de la metáfora de la luz como referente de conocimiento (por ejemplo, la alegoría de la caverna de Platón, o el "Iluminismo" asociado al proyecto racionalista de la llustración). El imaginario científico moderno ha sido poblado de nociones relativas a reflejar, aclarar, transparentar o iluminar los "objetos de investigación" (Haraway, 1999), vale decir, metaóforas que suponen la observación de un objeto tal cual es, desplazando de un lugar a otros aquello presente en aquel cuerpo (Schöngut & Pujol, 2015). De modo alternativo, la difracción - a diferencia de lo refractario - no supone la devolución de una imagen idéntica al objeto ni un efecto de descubrimiento de un elemento por parte de la luz. La difracción es la desviación de una onda luminosa al tocar un cuerpo opaco, por lo que apreciamos no es un reflejo del objeto, sino el efecto de la acción difractaria sobre el cuerpo opaco. En términos de Haraway (1999): "La difracción es una cartografía de la interferencia, no de la réplica, el reflejo o la reproducción. Un modelo difractario no indica dónde aparecen las diferencias, sino dónde aparecen los efectos de la diferencia" (p. 126). En tal sentido, el análisis difractario nos orienta a apreciar las implicancias o consecuencias de las entidades en relación.
Al respecto, Barad (2007)especifica cómo la difracción atiende crucialmente a la naturaleza relacional de la diferencia.En tal sentido, la difracción no se orienta por un horizonte descriptivo del modo en que las entidades aparecen en una imagen, sino sobre las implicancias de sus relaciones, es decir, aquello que intra-actúa o se ensambla en su co-constitución. Inspirados en la noción de "pensar con teoría" (thinkingwiththeory) de Jackson &Mazzei (2012), buscamos analizar las fotografías como un punto en un arreglo material donde se intra-actúan como agencias son afectadas y dan cuenta de flujos de afecciones y articulaciones.Para especificar esta orientación, consideramos cada imagen en relación a dos preguntas: ¿Qué hace/muestra la imagen? Y ¿Cómo intra-actúan los cuerpos en las relaciones que se pueden establecer en la imagen?
Cada imagen fue analizadapor un integrante del equipo de investigación, generando un relato respondiendo a cada pregunta. Estos productos fueron posteriormente triangulados en sesiones de trabajo del equipo de investigación. A partir de ello, identificamosdiversas relaciones promovidas por la perspectiva situada por las imágenes, las entidades emergentes de aquellas relaciones y la composición del cuerpo en las diversas instancias de confinamiento en que fueron producidas.
Es necesario señalar que el proyecto cuenta con la aprobación y seguimiento del Comité de Ética de la Universidad Alberto Hurtado. Éste aprobó tanto el proyecto como los consentimientos informados utilizados para la publicación y uso de las fotografías.
Resultados
A partir del proceso de triangulación de losanálisis, fueron configurados ejes parafacilitar la la exposición de los resultados. Estos se configuran por las difracciones o el tipo de efecto inferibledesde las relaciones entre entidades situadas por las imágenes desde el confinamiento compartidas por los(as) participantes.Para cada uno de ellos, exponemos algunas imágenes que ejemplifican dichas inferencias. Se trata de los siguientes:semiótica del cuerpo-espacio; condensacióndel tiempo-espacio; y cuerpo-acontecimiento.
Semiótica del cuerpo-espacio
Un conjunto específico de fotografías da cuenta de la recodificaciónde los usos habituales del espacio, articulando una nueva semiótica del movimiento a partir del empleo de signos, marcas o indicaciones que establecen un sentido distintivo del lugar habitable. El movimiento es recompuesto o rearticulado, generando tránsitos y expresiones distintas, por las cuales se hace posible un acoplamiento entre cuerpo y lugar. Queremos exponer esta idea a partir de la siguiente imagen (ver Imagen 1)
Como se aprecia en la composición fotográfica, el suelo y los signos se configuran recíprocamente como una entidadpara formular un nuevo fenómeno: una nueva gramática del espacio. En otros términos, fotografía, suelo y signos intra-accionan o emergen recíprocamente proveyendo un escenario distintivo. En consideración de ello, es posible dar cuenta de una multiplicidad de situaciones: en primer lugar, emerge un arreglo semiótico-material que elabora el piso como un lugar de tránsitorecompuesto: el suelo deviene, por ejemplo, un tablero de juego; este tablero de juego intra-acciona o produce en su relación, untipo de cuerpo específico en el hogar, por ejemplo, que adquiere la capacidad de jugar o establecer nuevos modos por los cuales hacer uso del espacio doméstico.En el ejemplo, emerge un cuerpo y un espacio, así como nuevas capacidades, a partir de las intra-acciones que los co-constituyen.
Como segundo aspecto, los signos transforman la importancia habitual en que suele atribuirse al suelo. La composición de la imagen lo sitúa como el aspecto relevante, aquello que es inscrito como foco de la fotografía.En la imagen, la rearticulación del espacio transforma las intensidades de las relaciones habituales con los materiales que configuran el hogar: emergen nuevos planos y dimensiones, y con ello nuevos modos o formas de hacer posibles para los cuerpos.
En tercer lugar, se configura como efecto la flexibilidad del espacio. Los signos no solo emergen en su materialidad a partir de la intra-acción con el suelo, sino exponen que el mismo suelo es un conjunto de prácticas que lo articulan como tal u otra cosa en circunstancias específicas. En términos semióticos, el suelo emerge relacionalmente y se redefine en tales términos. En la fotografía, este se reconfigura como un ámbito relevante, redefiniendo las propias capacidades de lo que puede hacer un hogar y lo que puede hacer un cuerpo. Ello se expresa también mediante la Imagen 2.
La imagen da cuenta de inscripciones que modifican aquello que es posible hacer. Al parecer, en lo que se configura como un estacionamiento para automóviles, la afección del suelo por elementos semióticos, en interacción con un humano, ensamblan nuevamente rendimientos diversos para el espacio y el cuerpo. El cemento opera como una superficie que permite se registren elementos relativamente permanentes. Ello habilita nuevos movimientos, desplazamientos y velocidades corporales.
Signos y espacios se define recíprocamente, emergen en su intra-acción. Y esto se suscita particularmente cuando en las imágenes son reconocidos(as) niños(as). De algún modo, la inscripción de actividades de crianza convencionalmente distribuidas en diversos compartimentos espaciales y temporales (por ejemplo, entre escuela y hogar), se vincula a desafíos de movimiento en el hogar y la redefinición de la articulación semiótica entre espacio y cuerpo.
Asimismo, es preciso señalar que la recodificación semiótica del espacio no se aprecia únicamente en materialidades que sirven de soporte y configuran el movimiento, sino también se dan en el mismo cuerpo, afectando su uso, expresiones y capacidades de acuerdo a arreglos de relaciones sociales, culturales y materiales. Ello se expresa en la siguiente imagen, que resignifica mediante colores el propio cuerpo.
Este grupo de imágenes reconfiguran el espacio a partir de entidades semióticas que afectan tanto al espacio en sí como las actividades realizables por los cuerpos. Ambos ensamblan nuevas capacidades por las cuales el cuerpo aprende a moverse de un modo distinto en el hogar. Esto no quiere decir que todos los hogares operen de este modo. Solo pretendemos señalar la forma en que la articulación entre semiótica y espacio expone la afectación recíproca entre entidades sociales y materiales y cómo, en confinamiento, ello se ha hecho evidente en la reconfiguración de los planos y modalidades en que deambulan los cuerpos, configurando sus potencialidades.
Condensación del tiempo-espacio.
Quisiéramos iniciar la exposición de este eje, a partir de dos imágenes (ver Imágenes 5 y 6):
Ambas imágenes parecieran ser disímiles. Sin embargo, en término del efecto de las relaciones entre sus elementos, actúan de modo relativamente similar. Ambas fotografías tensionan la distribuciónhabitual de objetos y acciones en el hogar. En una de ella, comida (cajas de pizza), bebidas (botella de cerveza), almohadas, vestimenta, ordenador, muebles de descansose hacen reconocibles en sus diferencias mediante relaciones que, a su vez, ensamblan un modo específico por el cual lugar y cuerpo son practicados. En otra imagen, ordenador, libros, tazas apiladas, mesa, animales de compañía, se co-definen para practicar diversos usos en un mismo espacio. En el encuentro de sus diferencias se reconfigura un nuevo fenómeno por el cual se ejecuta el cotidiano.
El ensamblaje de sus relaciones señala la emergencia de un nuevo espacio habitual híbrido, en que se condensan prácticas de descanso, trabajo y alimento. En lugar de consistir en la desarticulación de actividades cotidianas por las condiciones de restricción de movimiento y la realización de actividades laborales desde el hogar impuestas por el confinamiento, ello consistiría en un nuevo ordenamiento en que la puesta en relación de diferencias define un modo de habitar específico. Ante el desafío de cómo hacer co-existir distintos espacios en uno, el despliegue de relaciones indica la emergencia de un nuevo espacio en que prácticas comúnmente distintas (como trabajar, descansar y alimentarse) se difuminan y definen un ordenamiento híbrido, indistinguible, pero activo.
El espacio habitual se multiplica, deviene muchos en uno. Ello no quiere decir que las prácticas se definan y ejecuten secuencialmente en un mismo lugar. De modo alternativo, todas confluyen en un mismo momento. Lo múltiple deviene contemporáneo, activo y fluido. El modo de vida es reensamblado, afectando el espacio y los cuerpos. El espacio, en tanto se generan nuevas asociaciones entre elementos antes inconexos; y los cuerpos, en tanto se realiza actividades eventualmente ajenas a las formaciones previas del hogar.
Si las prácticas espaciales se hibridizan, el modo de realización de la corporalidad, asimismo, se condensa. ¿Cuántos cuerpos existen en la habitación? ¿Un cuerpo trabajador, un cuerpo alimentable, un cuerpo en descanso? Se trata a su vez de uno y múltiples cuerpos emergentes mediante intra-acciones, deviniendo a su vez uno y múltiple. El confinamiento ha desafiado el principio lógico de identidad según el cual una cosa es exclusivamente idéntica a sí misma, y no otra distinta. En este escenario, diversos modos de funcionamiento, diversas rutinas se co-configuran y articulan a su vez lo mismo y lo distinto, lo único y lo múltiple.
La condensación del espacio y de los cuerpos realiza un plano distintivo en que se actualizan ambos. Las dicotomías entre lo público y lo privado, lo local y lo global, lo íntimo y lo productivo, se redefinen para configurar la vida cotidiana como un continuo indiferenciado. Este sería algo distinto a arreglos materiales previos de la cuarentena, donde lo público y lo privado se distribuyen de manera compartamentalizada. Sin embargo, en esta configuración, el confinamiento no es habitar un espacio y un tiempo cerrados. Esto,al menos de dos maneras. En primer término, los ordenadores conectan. La virtualidad emerge como otra espacialidad y temporalidad que vincula con otros, humanos y no humanos. En las fotografías el detalle no permite apreciar el tipo de actividad que se articula, sin embargo, ambas imágenesactúan el ordenador como un objeto fundamental. Este permite no solo condensar todas las actividades en un solo lugar y momento, sino que, simultáneamente conectarse con espacios/tiempos (como escuelas y oficinas) que antes se realizaban mediante otras organizaciones materiales. En segundo lugar, el confinamiento no construye el espacio exterior como un lugar inhabitable, sino más bien reconstruye otra relación interior/exterior. Se sostienen conexiones con el afuera, mediante pulsos electromagnéticos mediados por el ordenador, o el intercambio de materiales y comida. No obstante, lo relevante no se constituye como la subsistencia de este afuera, sino a partir delos modos en que el afuera es practicado y sostenidolocalmente. El confinamiento organiza un circuito sostenible por las relaciones entre una exterioridad practicada internamente, ordena la hibridación del lugar y del cuerpo en que se hace indistinguible qué es lo abierto y qué lo confinado.
Con lo anterior, queremos señalar que el confinamiento no consiste exclusivamente en elhabitar de un espacio cerrado, sino en la práctica de lo cerrado. En tal sentido, por ejemplo, algunasimágenes enviadas exponen el desarrollo de actividades en lugares sin murallas o techumbres cercanas. Sin embargo, también se exponen ordenamientos particulares de los cuerpos, junto a su lentitud, que producenla práctica del confinamiento en lo abierto. En estas situaciones, el confinamiento no obedece a una configuración espacial, sino a un ensamblaje social y material: un modo de practicar, de relacionar y de producir un tiempo, de hibridar lo cerrado y lo abierto. Ello se difracta o extiende como efecto en lassiguientes imágenes enviadas por participantes.
Cuerpo-acontecimiento.
Hemos denominado el tercer y último eje como "cuerpo-acontecimiento", en tantoalgunos procesos de difracción concitaron la configuración de cuerpos enlazados a eventos emergentes en el devenir social y político de la ciudad confinada. Pese a situarse como cuerpos encerrados, estos cuerpos conectan con situaciones y compromisos políticos mediante aparatos semióticos que los vinculan a las redes sociales y escenarios infovirtuales(Tirado & Domènech i Armegí, 2006). Por ejemplo, emergen imágenes que articulan cuerpos y mensajes: la piel es papel sobre el que se inscriben dimensiones políticas, actividades de protesta y denuncia.Prácticas que sólo emergen gracias a su co-definicióncon escenarios virtuales electrónicos, redes sociales que subsisten en Internet. Ello se expresaen la siguiente fotografía:
Mediante la expresión #JusticiaparaAntonia, la fotografía conecta con un evento connotado en los medios de comunicación durante 2020, relativo a la violación de Antonia Barra, quien posteriormente se suicida(BBC News, 2020). Los mensajes en los brazos "Si violan la cuarentena van presos" y "Si nos violan a nosotras NO" asocian los aspectos judiciales vinculados con el incumplimiento del confinamiento y aquellos relativos a los vinculados con la violación de mujeres y el compromiso político en contra de la homofobia.Dos aspectos difraccionan de la fotografía.
El primero, refiere a la co-producción o intra-acciónde cuerpos, inscripciones semióticas, y escenarios infovirtuales. Las relaciones anteriores plantean el devenir político del cuerpo. Los cuerpos asociados, aquí, se configuran como un aparato, es decir, como aquello que "hace aparecer" un fenómeno (Déotte, 2013). En este caso, un fenómeno de agresión a otro cuerpo, que, se articula a través de medios de comunicación e Internet, con los cuerpos confinados.
El segundo, refiere al cómo se produce el anterior devenir. Para ello, los cuerpos se articulan a mensajes, redes sociales, signos específicos (#) que conectan asocian cuerpo e imagen a algoritmos de búsqueda de información. Mediante las imágenes y todos estos agentes, los cuerpos adquieren la capacidad de afectar, habiendo también sido afectados. En dichas articulaciones, los cuerpos adquieren la capacidad de deambular y afectar locaciones diversas.
En tal sentido, el confinamiento no limita, sino establece medios específicos por los cuales los cuerpos continúan sus articulaciones. Mediante aparatos, pulsos, electricidad, fotografías, plataformas programables, acciones y capacidades de los cuerpos pueden circular, afectar y ser afectados, configurando y transformándose por eventos que acontecen. El cuerpo se configura como un acontecimiento a partir de las conexiones que subsisten y lo transforman.
Conclusiones
Fueron Deleuze & Guattari (2002) quienes dieron a los aspectos microscópicos un estatuto político. Como una relación de co-afección en relación a los procesos molares, las composiciones moleculares cuentan con la posibilidad de escapar y redefinir aquellos aspectos mayormente enunciables sobre la realidad. El confinamiento y la pandemia han promovido la movilización de grandes procesos de reproducción e intensificación de dinámicas de exclusión en términos sociales, económicos y políticos. En sus intersticios, diversos acontecimientos y configuraciones subsisten y promueven sentidos difícilmente describibles mediante la elaboración de grandes narrativas y su reproducción.
En este trabajo, hemos desarrollado análisis que atienden a tales intersticios promovidos por la pandemia y el confinamiento, considerando perspectivas, situaciones producidas por personas que experimentan el mismo confinamiento. Para ello, hemos considerado recursos conceptuales que han llevado a plantear el cuerpo no como una substancia, sino como un modo, es decir, capacidades compuestas entre múltiples capacidades; que nos desplazan hacia el medio del confinamiento a través de fotografías, concebidas como intra-acciones que co-producen la imagen y las entidades relacionadas; y que nos permiten apreciar sus múltiples efectos a partir de las diferentes entidades que relacionan, mediante difracciones. Hemos formulado esta articulación conceptual como caja de herramientas que pretende argumentar la posibilidad de un campo, cuando el mismo campo se encuentra cerrado, al que se dificulta el acceso en las condiciones de restricción dispuestas por la pandemia.
Los análisis que hemos presentado muestran que el confinamiento es un arreglo material de afecciones heterogéneas, en que diferentes materializaciones de los cuerpos emergen, replanteando las relaciones entre el cuerpo y el espacio, entre el tiempo y el espacio, y entre los mismos cuerpos y sus capacidades. Las fotografías han compuesto el confinamiento como un proceso que se articula en términos semiótico y materiales, configurando espacios y cuerpos flexibles y amplificando el alcance de las afecciones de los cuerpos mediante sus articulaciones tecnológicas. De tal modo, han compuesto el confinamiento como una práctica que no es relativa al cierre del espacio, sino a su realización mediante articulaciones, que extienden el confinamiento hacia el afuera, y que conectan el afuera con lo interior.
Lo anterior hace posible diversas configuraciones en que emergen dinámicas de hospitalidad, pese a las condiciones situadas por el encierro. Por ejemplo, diversas alteraciones semióticas sobre materiales específicos, permiten la emergencia del juego en espacios de tránsito, que hacen posible el ejercicio del cuidado de la infancia de modos distintos. Un estacionamiento, lugar generalmente vetado a niños y niñas emerge como un plano lúdico.
Asimismo, ello hace posible la intensificación y condensación de relaciones sociales y materiales- entre prácticas productivas, de cuidado y espacios que se superponen configurando una capa socio-material híbrida -, que promueve modos de problematización sensibles, para los cuales no se han configurado repertorios culturales, políticos o económicos. La existencia de múltiples tareas productivas y de cuidado que se difuminan, generan un complejo escenario en que se intensifican progresivamente las dinámicas de exclusión y procesos de inequidad (Cuidar, 2020).
Sin embargo, los análisis muestran que tanto hospitalidades como exclusiones no operan como vectores unidireccionales donde estas únicamente se incrementan o reducen. Más bien, se exponen como arreglos donde cuerpos, espacios y materialidades configuran procesos de exclusión y hospitalidad local y contingentemente. Por ejemplo, la condensación temporal y espacial de descanso/trabajo/comida/entretención en los cuerpos, puede contener elementos de ambas lógicas; por una parte, puede generar cansancio realizar todas las actividades en el mismo espacio y en una temporalidad acoplada frente a una pantalla y/o aumentada por las diferencias socioeconómicas que limitan la posibilidad de desconectar de tales tareas. Pero, al mismo tiempo, puede producir hospitalidades como la posibilidad de resguardarse de un exterior que puede ser hostil en distintos sentidos, por ejemplo, la incomodidad del transporte público, las horas que toma trasladarse, el frío o madrugar para trabajar o estudiar. En otras palabras, temporalidad, espacios y materialidades se articulan de modo que nuevas exclusiones y hospitalidades emergen de manera compleja en su modo de afectar los cuerpos en confinamiento.
El trabajo desarrollado no constituye un tratamiento acabado de las configuraciones heterogéneas en las cuales se actualizan las relaciones entre corporalidad y confinamiento. Trata más bien de una exploración y un ensayo metodológico, que realiza una capa presente en estos procesos: el habitar íntimo, cotidiano y práctico, y las dimensiones producidas por los(as) mismos(as) agentes que les otorgan rendimiento. De acuerdo a ello, este trabajo ha pretendido exponer difracciones respecto a los grandes procesos retratados en las experiencias de confinamiento en relación a la pandemia.
Referências
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Submissão: 30/12/2020
Aceite: 19/01/2021
Financiamento: Fondo interno de la UAH DIP2020-10. Concurso de fomento a la investigación 2020.
María-AlejandraEnergicié psicóloga e acadêmica da Universidad Alberto Hurtado (CHI). É também doutora em Sociologia. Sua pesquisa se concentra principalmente no corpo a partir de uma nova perspectiva materialista, com ênfase especial nas imagens.Parte de AffectandSubjectivity Lab.
E-mail: menergic@uahurtado.cl
ORCID: https://orcid.org/0000-0002-4387-1485
Jorge Leandro Castillo-Sepúlveda é acadêmico da Universidad de Santiago de Chile (CHI).Doutor e mestre em Psicologia Social, ambos pela Universidad Autônoma de Barcelona, Espanha.Seus interesses de pesquisa estão ligados aos Estudos de Ciência e Tecnologia, especificamente no campo das tecnologias biopolíticas, governamentalidade e conhecimento biomédico.
E-mail: jorge.castillo.s@usach.cl
ORCID: https://orcid.org/0000-0002-6315-3798
Maryluz López-Ahumada cursa doutorado na Escola de Psicología da Universidad Alberto Hurtado (CHI). Graduada em Psicologia pela Universidade Central da Venezuela, suas áreas de interesse são as migrações e a corporeidade, com uma abordagem sociocrítica de gênero e orientação metodológica para a pesquisa qualitativa.
E-mail: marylo88.maryluz@gmail.com
ORCID: https://orcid.org/0000-0002-4664-3007
Nicolás Schöngut-Grollmus é acadêmico da Universidad Alberto Hurtado (CHI). Doutor em Psicologia Social, é também mestre em Pesquisa em Psicologia Social, ambos pela Universidad Autônoma de Barcelona, Espanha. Suas linhas de pesquisa são desenvolvidas em torno dos temas da violência e da infância.Parte de AffectandSubjectivity Lab.
E-mail: nschongut@uahurtado.cl
ORCID: https://orcid.org/0000-0003-0066-7190