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Interamerican Journal of Psychology

versão impressa ISSN 0034-9690

Interam. j. psychol. v.41 n.2 Porto Alegre ago. 2007

 

 

Pobreza y apoyo social: un estudio comparativo en tres niveles socioeconómicos

 

Poverty and social support: a comparative study in three socioeconomic levels

 

 

Joaquina Palomar Lever1; Yessica Ivet Cienfuegos Martínez

Universidad Iberoamericana-Ciudad de México, México

 

 


RESUMEN

Son numerosos los estudios que han reportado que el apoyo social promueve el bienestar físico y mental. Las personas que se sienten apoyadas por sus amigos y familia presentan menos ansiedad y depresión, tienen un sistema inmunológico más fuerte y una mayor autoestima. La presente investigación tuvo como objetivo conocer la percepción del apoyo social de tres grupos socioeconómicos (N=918) y su relación con algunas variables psicológicas como la autoestima, las estrategias de afrontamiento, el locus de control, la depresión, la motivación al logro y el bienestar subjetivo. Los hallazgos muestran que para los tres grupos la principal fuente de apoyo es la familia de origen, seguida de la iglesia y la religión. Existen algunas diferencias en la percepción del apoyo social entre los grupos y además se observó que ciertas características de personalidad están asociadas con un mayor apoyo social percibido.

Palabras clave: Ayuda (comportamiento social), Pobreza, Redes sociales.


ABSTRACT

Several studies have reported that social support promotes the mental and physical well-being. The people that feel supported by their friends and family, present less anxiety and depression, have a stronger immune system and a greater self-esteem. The current research had the objective the social support perception of three socioeconomic groups (N=918) and its relations with some psychological variables as self-esteem, coping, locus of control, depression, achievement motivation and subjective well-being. The findings show that for the three groups the main source of support is the nuclear family, followed by the church and the religion. However, some differences in the perception of the social support between the groups do exist, and also certain characteristics of personality were found to be associated with a greater social support perceived.

Keywords: Assistence (social behavior), Poverty, Social networks.


 

 

Diversos estudios, han mostrado que los sujetos que perciben altos niveles de apoyo social, tienen un alto autoconcepto, un estilo de afrontamiento más adecuado ante el estrés, una mayor autoestima y autoconfianza, mayor control personal y bienestar subjetivo, así como una mejor salud en general. Quienes reportan mayores niveles de ansiedad, depresión, alta frecuencia cardiaca y presión arterial, así como pensamientos irracionales e incluso, ideas suicidas ante situaciones estresantes reportan percibir bajos niveles de apoyo social (Acuña & Bruner, 1999; Aduna, 1998; Cobb, 1976; citado en Holtzworth-Munroe, Stuart, Sandin, Smutzler, & Mclaughlin, 1997; Díaz Guerrero, 1986; Green & Rodgers, 2001; Latkin & Curry, 2003; Orthner, Jones-Sanpei, & Williamson; 2004; Sarason, Levine, Bashman, & Sarason, 1983; Solomon, Mikulincer, & Avitzur, 1988). Pero, ¿que es apoyo social?

El apoyo social se refiere a la ayuda potencial con la que cuenta un sujeto (Hansen, Fallon, & Novotny, 1991; Reyes, Cienfuegos, Díaz, & Sánchez, en prensa), a través de su pareja y/o su familia, en primer lugar (Ahluwalia, Dodds, & Baligh, 1998; Fernández del Valle & Bravo, 2000) y en segundo término, de sus amigos(as) íntimos(as), la comunidad y otros grupos a los que el sujeto se encuentra cercano, como los vecinos o compañeros de trabajo (Briggs, 1998; Lemos, 1996; Sinibaldi, 2001).

Aquellos grupos capaces de brindar ayuda, se conocen como redes sociales y a través de estas, se reciben recursos psicológicos y materiales, que le permiten al sujeto responder de una manera más adaptativa a situaciones reales y/o potenciales consideradas por éste como altamente demandantes (Acuña & Bruner 1999; Aduna, 1998; Barrón, 1996; Fernández del Valle, 1996; Gutiérrez, 1997; Lemos, 1996; Sinibaldi, 2001).

Para algunos autores, el apoyo social no es intrínsecamente positivo, pues sus efectos estriban en si este es dado en la dirección, la cantidad, la calidad y el momento en el que el sujeto lo requiere (Asili & Julián, 1998; Barrón, 1996; Cutrona & Russell, 1990; Terol & López-Roig, 2000; Solomon, et al., 1988); de lo contrario, puede ser percibido como escaso, controlador o coercitivo (Lazarus & Folkman, 1984; Solomon, et al., 1988). En este hecho van a influir diversos factores, entre los que se encuentran, las características sociales y de personalidad de los sujetos, los recursos dentro de la red social, la calidad de la relación y la reciprocidad entre los miembros (Ahluwalia, et al., 1998; Dabas & Najmanovich, 1995; Daniels & Guppy, 1997; De Lomnitz, 1993; Domínguez & Watkins, 2003; Ryan & Solk, 1996; citado en Green & Rodgers, 2001).

El apoyo social brindado de manera adecuada, puede considerarse entonces, como un recurso necesario para la adaptación del sujeto a las exigencias medioambientales. Debido a que son los grupos en desventaja los que en mayor medida se ven expuestos a tales exigencias, el presente trabajo intenta identificar la importancia del apoyo social para uno de estos grupos, los pobres, e identificar diferencias con otros niveles socioeconómicos.

Estudios con población general indican que la familia es considerada como la fuente principal de apoyo; sin embargo, cuando se vive en un contexto de pobreza esta relación cambia, pues es común que los miembros de la familia se encuentren en condiciones similares de precariedad, lo cual disminuye la posibilidad de dar y recibir apoyo (reciprocidad) (Abello, Mandariaga, & Hoyos de los Ríos, 1997). Bajo estas circunstancias, las redes sociales de la comunidad (vecinos) suelen convertirse en una fuente de apoyo primaria y altamente significativa (Ahluwalia, et al., 1998; Latkin & Curry, 2003; Orthner, et al., 2004).

Dado lo anterior, se puede inferir que las redes sociales más benéficas para los sujetos con escasez económica, serían las redes amplias, dispersas y heterogéneas, las cuales favorecen cambios en la estructura de oportunidades e incluso llegan a promover una movilidad social ascendente. A pesar de que los lazos entre los miembros de este tipo de redes suelen ser débiles, se provee a los sujetos de consejos prácticos referentes a como lograr una mejora en el nivel socioeconómico (Henly, Danziger, & Offer, 2005; Lin, Dean, & Ensel, 1999).

Factores que Influyen en la Percepción de Apoyo Social

Autores como Green y Rodgers (2001), Cutrona, Hessling y Suhr (1997), Thomson, Lutz y Lakey (1999) y Barrón (1996) han evidenciado la importancia de la cultura respecto a la percepción de apoyo social. Refieren que en culturas colectivistas el intercambio y la recepción de apoyo suelen percibirse de manera más positiva que en las culturas individualistas, donde la búsqueda de apoyo entra en conflicto con valores que se promueven en este tipo de culturas como la independencia, la autoconfianza y el control interno (Asili & Julián, 1998; Barrón, 1996).

Las características de personalidad, también son un factor importante en la percepción de apoyo. Al respecto Sarason, Pierce y Sarason (1990), afirman que independientemente del apoyo real, la gente interpreta el apoyo de manera consistente con sus creencias más profundas; de tal forma que los esquemas formados en la infancia respecto a como uno debe ser tratado, suelen influir en la calidad y cantidad de interacciones en la adultez (Aduna, 1998; Green & Rodgers, 2001; Henly, et al., 2005; Singh & Pandey, 1990; Solomon, et al., 1988).

Los sujetos optimistas, asertivos, con alta autoestima, con habilidades sociales adecuadas y que son extrovertidos, suelen percibir altos niveles de apoyo de diversas redes sociales y reportan sentirse más satisfechos con él (Acuña & Bruner, 1999; Aduna, 1998; Gurung, Sarason, & Sarason, 1997; Sarason, et al., 1983). Así mismo, cuando sus expectativas respecto al apoyo no se cumplen, suelen explicarlo a través de factores específicos y de corta duración (Hartlage, Alloy, Vázquez, & Dykman, 1993; Latkin & Curry, 2003; Van Baarsen, 2002). Por otro lado, los sujetos ansiosos, con ánimo deprimido, baja autoestima, locus de control externo y/o bajos niveles satisfacción con la vida, suelen percibir menores cantidades de apoyo social y tienden a explicar esta carencia a través de factores generales y permanentes como su personalidad o sus características físicas y sociales, lo cual podría estar afectando de manera negativa la percepción de su valor personal (Daniels & Guppy, 1997; Gurung, et al., 1997; Sarason, et al., 1985; citado en Aduna, 1998; Sinibaldi, 2001).

Altos niveles de estrés y ansiedad tienden a afectar de manera negativa las habilidades sociales de los individuos, debido a que favorecen que este se perciba incapaz de mantener relaciones seguras, disminuyendo su bienestar y el acceso al apoyo social. Lo anterior promueve, a su vez un incremento en los niveles de estrés, creando un círculo vicioso, que puede afectar de manera importante a los sujetos con escasos recursos económicos, que como se mencionó anteriormente, son quienes están expuestos en mayor medida a situaciones demandantes que sobrepasan sus recursos (Daniels & Guppy, 1997; Green & Rodgers, 2001; Orthner, Jones-Sanpei, & Williamson, 2004; Singh & Pandey, 1990; Solomon, et al., 1988). A continuación, se enlistan algunas de las variables que a través de diversos estudios han mostrado tener una relación importante con el apoyo social.

Variables Psicológicas y Apoyo Social

Estilos de Afrontamiento: Para Millar (1980, citado en Lazarus & Folkman, 1984), el afrontamiento comprende un conjunto de respuestas conductuales aprendidas que resultan efectivas para disminuir el grado de estrés mediante la neutralización de una situación potencialmente nociva o peligrosa. De acuerdo con Sarason, et al. (1983), Díaz-Veiga (1987, citado en Fernández del Valle, 1996), Daniels y Guppy (1997), Abello, et al. (1997), Abril (1998), Aduna (1998), Sánchez (1998) y Green y Rodgers (2001), el apoyo social ha sido considerado como un recurso para minimizar los efectos que causa una situación estresante, pues a partir de la interacción entre los miembros de la red, es posible ampliar el repertorio conductual hacia formas más adaptativas para superar las demandas del medio ambiente (Barrón, 1996; Hurdle, 2001; Lazarus & Folkman, 1984). Para que a través del apoyo social se pueda afrontar de manera adecuada, se debe de tomar en cuenta la naturaleza del problema. Frente a situaciones incontrolables, el apoyo social más eficaz es aquel que favorece un afrontamiento centrado en las emociones que genera el problema, con el objeto de mitigar la tensión; por otro lado, cuando un evento puede ser controlado, el apoyo social debe promover un afrontamiento centrado en el problema, canalizando los recursos del sujeto para solucionar la causa del estrés (Barrón, 1996).

Depresión: La depresión esta referida a la pérdida de interés o placer en actividades diarias, la perdida o el aumento del apetito y/o peso, la presencia de trastornos del sueño, así como sentimientos de infravaloración, falta de energía, dificultad para pensar y concentrarse, tendencia al llanto, desesperanza e incluso ideación suicida (DSM IV-R; Uriarte, 1997) y esta asociada con un ambiente incontrolable y estresante (Daniels & Guppy, 1997). La depresión ha mostrado estar negativamente relacionada con el apoyo social, es decir, que los sujetos con bajos niveles de apoyo, suelen presentar una mayor sintomatología depresiva y viceversa (Abril, 1998; Asili, Galavanovskis, & Reig, 1997; citado en Asili & Julián, 1998; Daniels & Guppy, 1997). Otros estudios revelan además que la depresión está más asociada con estresores crónicos que de corta duración. En este sentido, Turner y Lloyd (1995) proponen que la pobreza debería ser considerada un estresor crónico debido a la cantidad y frecuencia de situaciones altamente demandantes, experimentados por quienes menos tienen (Ahluwalia, et al., 1998; Latkin & Curry, 2003). Es importante mencionar que la relación entre la pobreza y la depresión, puede ser atenuada entre otros factores por la utilización de las redes sociales, a través de las cuales los individuos pueden adquirir habilidades que les permitan afrontar de manera adecuada estresores cotidianos (Daniels & Guppy, 1997).

Autoestima: La autoestima es la suma de la confianza y el respeto por uno mismo, refleja el juicio que uno realiza respecto a su habilidad para enfrentar los desafíos de la vida, comprender y superar sus problemas (Mérzeville, 2004). Lakey y Cassady (1990), Sarason, et al. (1983) y Abril (1998), han podido demostrar que existe una relación importante entre la autoestima y el apoyo social y que la relación entre estas variables es bidireccional, pues los altos niveles de apoyo social percibidos favorecen que quien lo recibe se perciba a sí mismo y a los demás de manera positiva (Asili & Julián, 1998; Green & Rodgers, 2001; Lakey, Ross, Butler, & Benetley, 1996, citados en Grant, Calsyn & Winter, 1999; Sarason, et al., 1990). Por otro lado, tener una alta autoestima hace más factible percibir altos niveles de apoyo, ya que los sujetos con alta autoestima suelen poseer esquemas interpersonales positivos, un mayor control personal y un alto sentido de aceptación, lo cual favorece un mayor acceso a redes sociales (Lindorf, 2000; Van Baarsen, 2002).

Locus de Control: El & de control se refiere al tipo de causas a las que el sujeto atribuye su conducta o situación actual. Estas atribuciones pueden ser internas (habilidades y esfuerzo propios) o externas (la suerte, el destino, Dios u otras personas) (Astudillo & Villagrán, 2002; Duran Ramos, 2001). El & de control interno esta asociado con estrategias de afrontamiento más efectivas, sentimientos de competencia, conductas preventivas, menor incidencia de desordenes psiquiátricos severos en general y una menor depresión en particular (Daniels & Guppy, 1997; Solomon, et al., 1988). Respecto a la relación entre apoyo social y locus de control, se ha encontrado que los sujetos que perciben altos niveles de apoyo tienden a considerar que los eventos que ocurren en su vida son resultado de su conducta, habilidades y esfuerzo (locus de control interno); mientras que los sujetos con locus de control externo tienden a reportar bajos niveles de apoyo social (Lakey & Cassady, 1990; Sarason, et al., 1983; Sarason, et al., 1990; Solomon, et al., 1988).

Barrón (1996) explica la relación entre el apoyo social y el locus de control, señalando que cuando se tienen redes sociales, aumenta la sensación de predictibilidad, estabilidad y control en el ambiente, pues existe la oportunidad de tener interacciones sociales regularizadas. En relación con los diferentes tipos de apoyo y el locus de control, estudios realizados por Belle a principios de los 80's y posteriormente por Krause en 1987 (citados en Green & Rodgers, 2001) encuentran que el apoyo instrumental y emocional, promueven un cambio hacia un locus de control interno y que el apoyo material o económico no se relaciona con los cambios en las creencias respecto al control. Por otro lado, Solomon, et al. (1988) afirman que los sujetos con un locus de control externo tienden a beneficiarse de la mera afiliación y ambiente social, mientras que los que tienen un locus de control interno, tienden a utilizar el apoyo de una manera más instrumental.

Motivación a Logro: La motivación a logro, entendida como aquello que mueve al sujeto a persistir en la realización exitosa de alguna tarea, aún bajo condiciones de estrés o fallas repetidas (Bandura, 1982, citado en Green & Rodgers, 2001), ha sido conceptualizada como una fuente importante para reducir el estrés, al igual que el apoyo social. La motivación al logro está relacionada además con la habilidad de aceptar y buscar ayuda cuando es necesario, de aquí su importancia en el uso de las fuentes de apoyo ante situaciones estresantes (Sarason, et al., 1983). Para Green y Rodgers (2001), los sujetos con un alto sentido de maestría, tienden a considerar que cuentan con alguien a quien acudir en momentos de crisis, presentan además mejores habilidades para la obtención de recursos de diversa índole (sociales, afectivos, económicos), incluyendo el apoyo social.

A pesar de las presiones a las que se ven sujetas las familias con bajos ingresos, algunos de sus miembros son capaces de lograr sus objetivos, satisfacer sus necesidades y vencer las altas probabilidades de fracasar. Por ejemplo, algunos niños que viven en situación de pobreza, suelen presentar grandes logros académicos y sociopsicológicos a pesar de los carentes recursos en sus hogares (Orthner, et al., 2004), lo cual indica que una alta motivación a logro, no es privativa de un nivel socioeconómico alto.

Bienestar subjetivo. Se entiende por bienestar subjetivo el grado de satisfacción de un individuo con diferentes áreas de su vida (Palomar, 2000). Son diversos los estudios que han mostrado la existencia de una relación estrecha entre el apoyo social y el bienestar subjetivo (Ahluwalia, et al., 1998; Asili & Julián, 1998; Barrón, 1996; Davis, Morris, & Kraus, 1998; Henly, et al., 2005; Li-fei Wang, Heppner, & Berry, 1997). Se ha establecido que un incremento en el bienestar subjetivo, promueve una alta percepción de control sobre el ambiente, lo que le permite al sujeto tener un mayor acceso a las redes de apoyo social y experimentar como estresantes un menor número de eventos (Bolger & Schilling, 1991). Por otro lado, el apoyo social también va a influir en el bienestar experimentado por el sujeto (Sánchez, 1998), pues por medio de él, se transmiten conocimientos con el fin de mejorar las habilidades de los sujetos para afrontar problemas, se potencian lazos sociales y hace posible el cambio de actitudes (Barrón, 1996).

Para Li-Fei Wang, et al. (1997), la percepción de apoyo social tiene fuertes efectos en los aspectos interpersonales del bienestar psicológico, pero un débil efecto en aspectos intrapersonales, por lo que se esperaría, entonces, que los sujetos que perciben alto apoyo estén más satisfechos con áreas de bienestar que impliquen interacción social.

Debido a la importancia del apoyo social ante situaciones estresantes como la pobreza, el presente estudio busca conocer la cantidad de apoyo que perciben individuos de diferentes niveles socioeconómicos y si esta tiene relación con algunas variables psicológicas, para establecer que variable (s) psicológicas pueden predecir de mejor manera el apoyo social percibido por los individuos.

 

Método

Participantes

La muestra estuvo compuesta por un total de 918 participantes, residentes del Distrito Federal y Área Metropolitana, 456 (49.7%) mujeres y 462 (50.3%) hombres, quienes presentaron una media de edad de 36.02 años y una desviación estándar de 8.49; respecto al estado civil se observó un mayor porcentaje de sujetos casados (65.8%) y en cuanto a la ocupación, gran parte de los sujetos reporta ser empleado (45.9%). La muestra fue dividida en tres grupos: pobres extremos (37.7%), pobres moderados (28.3%) y no pobres (34%), de acuerdo a la línea de la pobreza propuesta por CEPAL-INEGI (1993)2.

La muestra se determinó por medio de un método estratificado, no probabilístico en el que se siguieron los siguientes pasos: 1) se eligieron al azar distintas colonias de las 16 delegaciones políticas del Distrito Federal y los 16 municipios conurbados del Estado de México (conglomerado que se conoce con el nombre de "Ciudad de México" en México), cuidando que existiera el mismo número de colonias por cada delegación o municipio, así como por estrato socioeconómico, según Ortega, (1993), Cuando las colonias se constituían solo por habitantes de uno o dos de los estratos socioeconómicos, las viviendas asignadas al estrato faltante se ubicaron en colonias de la misma delegación seleccionadas también al azar, 2) una vez elegidas las colonias, se hizo una asignación de cuotas de acuerdo con los siguientes criterios: a) estrato socioeconómico (pobres extremos, moderados y no pobres de acuerdo con la línea de la pobreza), b) sexo y edad (jóvenes de 19 a 35 años y maduros de 36 a 50 años). Con base en esto, se logró conformar una muestra con 12 subgrupos, como se observa en la Tabla 1.

 

 

Así, los sujetos como tales, no fueron elegidos al azar, sino que, seleccionadas las colonias, se visitaban distintos hogares y se realizaba la encuesta a las personas que cubrían los criterios de la muestra. Se cuidaron los aspectos éticos ya que se informo debidamente a los participantes sobre los objetivos de la investigación y las visitas se iniciaron estableciendo un clima de confianza y respeto. Finalmente, se realizaron algunas preguntas de tipo económico (particularmente las relacionadas con el consumo de la canasta básica) para asegurar que los sujetos cubrían con el criterio de estrato socioeconómico referido a la línea de la pobreza. Estas visitas fueron realizadas por pasantes de licenciatura en Psicología o disciplina afín, previamente capacitados. Los instrumentos fueron aplicados de manera individual en el domicilio de los sujetos en una sola sesión que tuvo aproximadamente una duración de dos horas.

Instrumentos

Escala de Redes de Apoyo Social (Díaz Guerrero, 1986). Se utilizaron 17 reactivos de esta escala, los cuales componen 4 factores que indican diferentes fuentes de apoyo, a saber: la iglesia y la religión, la familia de origen (padres, hermanos/as), los amigos y vecinos y la familia extendida (tíos, sobrinos); estos factores logran explicar el 47.2% de la varianza.

Adaptación de la Escala de Depresión de Zung y Durham para Población Mexicana (Calderón, 1987). Se compone de 20 reactivos referentes a los síntomas más comunes de la depresión, los cuales se dividen en dos factores (conductas depresivas y estados emocionales depresivos). El coeficiente de confiabilidad de esta escala es de .86.

Escala de Autoestima (Andrade, 1998). Esta escala esta conformada por 11 reactivos, divididos en tres factores (rechazo personal, autoestima social y autoestima laboral negativa) los índices de confiabilidad de estos factores son en promedio de .70.

Escala revisada de estilos de afrontamiento (Lazarus & Folkman, 1984). Escala compuesta por 70 reactivos divididos 8 factores, de los cuales solo fueron utilizados 4 para el presente estudio (minimización, apoyo social, autoculpabilización y afrontamiento directo); la consistencia interna de los factores oscila entre .65 y .80

Escala de Locus de Control (La Rosa, 1986). Son 53 reactivos, agrupados en 5 factores (fatalismo/suerte; internalidad, afectividad, poderosos del macrocosmos y poderosos del microcosmos), que explican el 40.7% de la varianza y cuyos índices de confiabilidad van de .78 a .89.

Escala de Motivación a Logro (La Rosa 1986): Compuesta por 21 reactivos y consta de 3 factores: trabajo, maestría y competitividad, solo los dos últimos fueron empleados para este estudio. Los índices de confiabilidad para estos factores son de .82 y .78 respectivamente.

Escala de Bienestar Subjetivo (Palomar, 2000): Consta de 60 reactivos, agrupados en 11 factores, a saber: trabajo, hijos, bienestar económico, pareja, familia en general, desarrollo personal, sociabilidad, percepción personal, recreación, entorno social y familia de origen. Estos factores explican el 73.62% de la varianza del bienestar y presentan una consistencia interna que oscila entre .79 y .96.

Escala de Percepción de las Causas de la Pobreza (Hunt, 1996). Escala constituida por 8 ítems, divididos en dos factores que miden la importancia que se atribuye a razones individuales y estructurales de la pobreza; presentan un coeficiente de confiabilidad de .67 y .69 respectivamente.

Tratamiento de los Datos

En primer lugar, se obtuvieron las medias y desviación estándar de los factores de apoyo social, con toda la muestra y con cada uno de los tres niveles socioeconómicos que se incluyeron en el estudio (pobres extremos, pobres moderados y no pobres). Posteriormente se realizó un análisis de varianza de una vía, para conocer si existían diferencias estadísticamente significativas respecto a la percepción del apoyo proporcionado por diversas fuentes de apoyo, a partir del nivel socioeconómico del sujeto. Por otro lado, se realizó una correlación de Pearson para conocer el grado de asociación entre diversas variables psicológicas (depresión, autoestima, locus de control, motivación a logro, afrontamiento, bienestar subjetivas y causas percibidas de la pobreza) y el apoyo social percibido. Finalmente, se utilizó el análisis de regresión múltiple para conocer que variables psicológicas eran capaces de predecir el apoyo social percibido.

 

Resultados

En primer lugar, se observó que en todos los grupos (pobres extremos, pobres moderados, no pobres y muestra total), las medias más altas se observan en el factor de apoyo de la familia de origen, lo cual indica que la principal fuente de apoyo para la mayoría de los sujetos son los padres y hermanos y en segundo término, el apoyo brindado por iglesia y la religión. La tercera fuente de apoyo para esta muestra fue la familia extendida que comprende a los abuelos y tíos y en último lugar, se encuentra el apoyo proporcionado por los amigos y vecinos (Tabla 2).

 

 

Además se encontró que los no pobres son quienes reciben mayor apoyo de la familia de origen y extendida, así como de la iglesia y religión, seguidos de los pobres moderados. Los pobres moderados perciben mayor apoyo de los amigos y vecinos; mientras que los pobres extremos son quienes menor perciben menor apoyo de estas fuentes (Tabla 2).

Los resultados del análisis de varianza se presentan en la Tabla 3, en la cual se tomó como variable dependiente cada uno de los reactivos que conforman la escala de apoyo social y como variable independiente, el nivel socioeconómico. Se encontró que los pobres extremos comparados con los pobres moderados y con los no pobres, reportan percibir menor apoyo de su familia en general (padres, abuelos, hermanos(as), tíos, sobrinos, etcétera), y de sus amigos; pero en comparación con los no pobres perciben un mayor apoyo de los vecinos y de la "gente buena del barrio". Por su parte, los pobres moderados, comparados con los pobres extremos reportan un mayor apoyo de los hijos, y comparados con los no pobres, además de un mayor apoyo de los hijos, reportan percibir altos niveles de apoyo social por parte de los vecinos (Tabla 3).

 

 

Respecto a la relación entre las variables psicológicas y el apoyo social (Tabla 4), fue posible identificar que la sintomatología depresiva muestra una correlación negativa con el apoyo social proporcionado por la familia de origen, por los vecinos y por la familia extendida y muestra una positiva con el apoyo brindado por la iglesia y la religión; es decir, que los sujetos que suelen sentirse tristes, que presentan falta de concentración y/o apetito, pesimismo, cansancio, entre otros síntomas depresivos, suelen reportar un menor apoyo por parte de su sus padres y hermanos(as), así como de tíos(as) y abuelos(as); pero indican recibir apoyo de Dios y/o la iglesia familia.

 

 

Se observó que existe una correlación positiva entre la autoestima y el apoyo social; específicamente se observó que los sujetos que no están satisfechos con su forma de ser o que desearían ser una persona diferente (rechazo personal), tienden a reportar bajos niveles de apoyo social por parte de su familia de origen (padres y hermanos(as)); por otro lado, los sujetos que indican ser simpáticos, agradables y que están seguros de sí mismos (autoestima social), suelen reportar altos niveles de apoyo tanto de la familia de origen como de los amigos y vecinos.

Respecto al locus de control, los hallazgos indican que los sujetos que consideran que lo que ocurre en sus vidas es cuestión de la suerte, el destino, Dios (fatalismo), o de alguien de una jerarquía superior (poderosos del microcosmos), reportan alto apoyo de la iglesia y la religión; quienes consideran que su éxito depende del empeño y esfuerzo propio (internalidad) indican recibir altos niveles de apoyo de su familia de origen y de sus amigos, así como un escaso apoyo por parte de la iglesia y la religión. Los sujetos de la muestra que consideran que el éxito de un sujeto depende de que tan agradable o simpático sea, perciben altos niveles de apoyo social brindado por la iglesia y la religión así como por los vecinos y amigos. Finalmente, los sujetos que indican que la solución a ciertos problemas sociales se encuentra en manos de quienes gobiernan el país, pero ellos pueden ayudar de alguna manera para solucionarlos (poderosos del macrocosmos), reportan altos índices de apoyo social por parte de los amigos y vecinos y de su familia extendida [abuelos(as), tíos(as), sobrinos(as)].

En cuanto a la motivación a logro, se observó que existe una correlación positiva entre esta y el apoyo de la familia de origen, de los amigos y vecinos pero solo en lo referente la maestría y no a la competencia, esto es, que los sujetos que consideran que es importante hacer las cosas cada vez mejor, que se sienten satisfechos cuando logran lo que se proponen, reportan percibir un mayor apoyo por parte de sus padres, hermanos, hijos, abuelos, tíos, así como de la comunidad y sus amigos.

Otra de las variables que mostró estar correlacionada con el apoyo social es el bienestar subjetivo; se observó que el puntaje global de bienestar, estuvo correlacionado con los cuatro factores de apoyo social. Al evaluar por separado, las áreas específicas de apoyo, se observó que los sujetos que reportan altos niveles de satisfacción con aspectos relacionados al trabajo como el éxito y el salario (trabajo), quienes reportan un mayor bienestar con su familia, su unión y convivencia (familia en general y familia de origen); quienes se sienten satisfechos con sus metas alcanzadas, con su autosuficiencia y con el interés por aprender cosas nuevas (desarrollo personal), así como con su percepción personal (ser una persona madura, estable, responsable, segura de sí misma) y quienes indican estar satisfechos con sus relaciones interpersonales (sociabilidad y amigos) y con las actividades recreativas que realizan (culturales, deportivas), muestran una tendencia a reportar altos niveles de apoyo por parte de su familia de origen y de su familia extendida así como de sus amigos y vecinos. Por otro lado, quienes indican estar satisfechos con las comodidades materiales con las que cuentan (dinero) y quienes reportan un alto bienestar en lo referente a la pareja y a los hijos (relación con los hijos, tener una pareja, amor, comunicación y satisfacción sexual), suelen reportan también altos niveles de apoyo pero solo en el apoyo proporcionado por la familia, sea esta nuclear o extensa. No se observaron correlaciones entre el apoyo social y el bienestar con el entorno social, referente a la satisfacción que experimentan los sujetos ante la situación política, social y económica de su país.

Los sujetos que afrontan el estrés de manera directa, es decir, quienes evalúan el problema y actúan para solucionarlo, tienden a percibir altos niveles de apoyo social por parte de su familia de origen (padres, hermanos, hijos, pareja) y extensa (abuelos, tíos); quienes ante una situación estresante platican con alguien respecto a como se sienten y perciben que pueden obtener ayuda, suelen reportar altos niveles de apoyo por parte de su familia de origen; mientras que quienes tienden culparse a sí mismos ante las situaciones estresantes pero no actúan para salir del problema, reportan altos niveles de apoyo proporcionado por tíos y abuelos. El factor de afrontamiento a través de la minimización no mostró correlación alguna con los factores de apoyo social.

Finalmente, en relación a las causas atribuidas a la pobreza, se encontró que tanto los individuos que consideran que la pobreza es consecuencia de la falta de esfuerzo o de habilidades de los pobres (razones individuales), como quienes refieren que esta es resultado de factores sociales, como la falta de empleos, los prejuicios y la discriminación (factores estructurales), suelen reportar altos niveles de apoyo social proporcionado por al iglesia y la religión.

Se utilizó el análisis de regresión múltiple para conocer en qué medida, los factores de apoyo social (apoyo de la iglesia y la religión, de la familia de origen y extendida, de los amigos y vecinos) explicaban o predecían los factores de la variables psicológicas incluidas en el estudio (depresión, autoestima, locus de control, motivación a logro, bienestar subjetivo, estrategias de afrontamiento y causas percibidas de la pobreza). Se utilizó el método paso a paso para conocer la contribución de cada variable en la predicción. Se realizó un análisis de regresión para cada grupo (pobres extremos, pobres moderados y no pobres) con el objetivo de conocer el peso relativo de cada una de las variables independientes sobre la variable dependiente, dependiendo del nivel de pobreza.

Los niveles de apoyo social, son capaces de predecir cuatro de los treinta factores en estudio, a saber: familia de origen, desarrollo personal, bienestar subjetivo global y conductas depresivas. El primero de estos factores fue predicho en todos los grupos (pobres extremos, pobres moderados y no pobres); el segundo solo en los pobres moderados y no pobres; el bienestar subjetivo global se predijo solamente en el grupo de no pobres y finalmente las conductas depresivas solo en el grupo de no pobres (véanse Tablas 5, 6 y 7).

 

 

Bienestar con la Familia de Origen: Se observó que en el grupo de pobres extremos y en el de pobres moderados, cuando se percibe mayor apoyo por parte de familia de origen, los sujetos se sienten más satisfechos con los aspectos referentes a su familia de origen, con su unidad y convivencia; el coeficiente de determinación (R2) o la varianza explicada para cada uno de estos grupos fue de 19.4% y 19.3% respectivamente. En el grupo de no pobres, al ser mayor el apoyo de la familia y el de los amigos/vecinos, existe una mayor satisfacción con los aspectos relacionados a la familia de origen (R2 = 14.4%).

Bienestar con el Desarrollo Personal: En el modelo de regresión para el grupo de pobres moderados, se observa que la satisfacción con el desarrollo personal, puede ser predicha en primer lugar por el apoyo de la familia y en segundo término por el de los amigos y vecinos, con un coeficiente de determinación de 14.2%. En el grupo de no pobres, el primer factor que entró al modelo para predecir el desarrollo personal es el apoyo proporcionado por la familia, en segundo término el apoyo de la iglesia y la religión (cabe destacar que con signo negativo) y en último lugar el apoyo recibido por parte de los amigos y vecinos (R2 = 22%).

Bienestar Subjetivo Global: En la muestra de no pobres, el único factor que entró al modelo de regresión fue el apoyo de la familia, con un coeficiente de determinación de 16%.

Conductas depresivas: En la muestra de no pobres, entraron dos factores al modelo de predicción para las conductas depresivas, observándose que al ser mayor el apoyo proporcionado por la iglesia y la religión y menor el apoyo de los amigos y vecinos, mayores son las conductas depresivas mostradas por los sujetos; el coeficiente de determinación fue de 24.6%.

 

Discusión

El presente estudio se propuso determinar algunas de las implicaciones del apoyo social dentro del estudio de la pobreza, por lo que se buscó conocer la cantidad de apoyo que los sujetos de diferentes niveles socioeconómicos perciben de su familia de origen, de la iglesia/religión, de su familia extendida y de los amigos/ vecinos, así como identificar el grado de relación entre el apoyo y algunas variables psicológicas, que han sido ampliamente vinculadas a este, a través diversos estudios. Finalmente se pretendió establecer cual(es) de estas variable(s) psicológicas pueden predecir el apoyo social percibido.

Respecto al primer objetivo, referente a identificar la cantidad de apoyo percibido de diversas redes sociales, en todos los grupos (pobres extremos, pobres moderados y no pobres), fue posible corroborar los hallazgos de Ahluwalia, et al. (1998), Briggs (1998), Lemos (1996) y Fernández del Valle y Bravo (2000) respecto a que la principal fuente de apoyo es la familia; sin embargo, los sujetos reportan percibir mayor apoyo de la iglesia y la religión que de sus amigos, vecinos y de su familia extendida (tíos(as), primos(as), sobrinos(as), etcétera).

Por otro lado, al evaluar las diferencias específicas entre los sujetos de los tres niveles socioeconómicos en estudio, se encontró que los pobres extremos perciben poco apoyo de la familia en general y de los amigos; pero al igual que los pobres moderados, perciben altos niveles de apoyo por parte de la gente de la comunidad en la que viven. Estos resultados son consistentes con lo postulado por Abello, et al. (1997), respecto a que la pobreza es un problema que importante hacer las cosas cada vez mejor y que se sienten satisfechos cuando logran lo que se proponen, suelen reportar altos niveles de apoyo social por parte de su familia de origen, así como de la comunidad y sus amigos. Al respecto, Sarason, et al. (1983) y Green y Rodgers, (2001) explican que la relación entre estas variables estriba en la capacidad y habilidad del sujeto con un locus de control interno y una alta motivación a logro, para aceptar y buscar ayuda cuando la necesita.

En relación a la autoestima, se encontró que los sujetos que se perciben de manera positiva, suelen reportar altos niveles de apoyo de distintas redes sociales (Abril 1998; Lakey & Cassady, 1990; Sarason, et al., 1983). Sin embargo, no es posible determinar cual es la causa de esta relación, ya que algunos autores postulan que el apoyo social precede a la autoestima, pues los altos niveles de apoyo promueven que el sujeto se perciba a sí mismo y a los demás de manera positiva (Asili & Julian, 1998; Green & Rodgers, 2001); mientras que otros indican que tener una mayor autoestima eleva la percepción de apoyo social recibido (Lindorf, 2000; Van Baarsen, 2002), sugiriendo una relación recíproca entre ambas variables.

Diversas investigaciones han señalado que el apoyo social funge como un recurso para minimizar los efectos negativos de afrontar una situación estresante (Abril, 1998; Aduna, 1998; Daniels & Guppy, 1997; Díaz_Veiga, 1987, citado en Fernández del Valle, 1996; Green & Rodgers, 2001; Sarason, et al., 1983). No obstante, el presente estudio sugiere que la reducción del estrés favorecida por el apoyo social va a depender de la fuente o red social de la cual provine dicho apoyo; por ejemplo, los individuos que perciben apoyo de la familia suelen afrontar los problemas de manera directa. Por otro lado es importante hacer referencia al papel que juegan las instituciones en el combate a la pobreza, pues se espera que estas funjan como factores protectores para quienes menos tienen; por lo tanto resultaría conveniente que estas no solo atiendan otras necesidades como la promoción de la confianza en sí mismos para superar su situación de precariedad.

Finalmente, corroborando la existencia de una relación positiva entre el nivel de apoyo percibido y el bienestar subjetivo propuesta por Barrón (1996), Li-fei Wang, et al. (1997), Sánchez (1998), y Henly, et al. (2005), entre otros. El presente estudio, muestra que los altos niveles de apoyo social, proporcionados por la familia, así como el apoyo proporcionado por los amigos y vecinos en general, están relacionados con altos niveles de satisfacción en diferentes áreas de la vida del sujeto, incluyendo las personales e interpersonales. Se encontró también que el apoyo proporcionado por la iglesia y la religión, solo correlacionó con el bienestar global; al respecto, Bolger y Schilling, (1991) indican que los altos niveles de bienestar promueven un mayor acceso a las redes sociales y por lo tanto hacen más factible el apoyo.

Aunado a lo anterior, fue posible observar que el apoyo proporcionado por la familia fue el mejor predictor del suele afectar a diversos miembros de la misma familia, de tal forma que la escasez de recursos puede impedir que la ayuda entre estos se lleve a cabo, particularmente la referida al apoyo económico. Ante este hecho, se suele buscar ayuda de otras redes sociales, como los vecinos; con quienes presumiblemente no se tienen lazos estrechos pero que debido a la cercanía física, a la posibilidad de interacción y reciprocidad, se convierten en una fuente de apoyo sumamente importante para los que menos tienen (Ahluwalia, et al., 1998; Latkin & Curry, 2003; Orthner, et al., 2004).

Relación entre las Variables Psicológicas y el Apoyo Social

La literatura indica que ciertas características de personalidad, como ser optimista, asertivo y tener una alta autoestima, están vinculadas a mayores niveles de apoyo social percibido; mientras que la ansiedad, el ánimo deprimido, la baja autoestima, los altos índices de estrés, el locus de control externo y/o una escasa satisfacción con la vida, están asociados a bajos niveles de apoyo social (Acuña & Bruner, 1999; Aduna, 1998; Daniels & Guppy, 1997; Gurung et al., 1997; Latkin & Curry, 2003; Sarason, et al., 1983; Sinibaldi, 2001; Van Baarsen, 2002); los hallazgos del presente estudio, confirman algunos de los hallazgos de estos trabajos.

Específicamente se observó que los sujetos que reportan mayores niveles de apoyo social por parte de la familia, tienden a presentar menor sintomatología depresiva, lo que sugiere una relación negativa entre ambas variables (Abril, 1998; Asili & Julián, 1998; Daniels & Guppy, 1997). Sin embargo, se encontró que los sujetos con mayor sintomatología depresiva tienden a percibir altos niveles de apoyo por parte de la iglesia y la religión. Estos datos sugieren que si bien el apoyo social tiende a minimizar la sintomatología depresiva, los sujetos deprimidos suelen buscar en Dios y en la iglesia, la ayuda que no perciben de otras fuentes de apoyo (Ellison, 1995 y Koenin, 1997; citados en Latkin & Curry, 2003). Es importante mencionar que la relación entre apoyo social y depresión se hace más evidente en los no pobres, pues cuando los sujetos reportan una alta sintomatología depresiva, se predice un alto apoyo percibido de la iglesia y la religión y así como un escaso apoyo de los amigos y vecinos.

Los altos niveles de apoyo brindados por la iglesia y la religión, también son reportados por sujetos con un locus de control externo, revelando así la posibilidad de que cuando el sujeto se enfrenta a situaciones percibidas como incontrolables, el apoyo social proporcionado por los familiares y amigos, no es tan efectivo como el proporcionado por al iglesia (Singh & Pandey, 1990). Es decir, mientras menor control perciba el sujeto sobre su medio ambiente, en mayor medida, recurrirá a la iglesia y a Dios como fuentes de apoyo social (Sarason, et al., 1983; Solomon et al., 1988). Por otro lado, los sujetos que perciben tener el control de su medio ambiente, así como quienes consideran que es bienestar con el desarrollo personal, con la familia de origen y en el caso de los no pobres, con el puntaje total de bienestar, lo cual muestra la influencia del apoyo social sobre el bienestar del sujeto en diferentes áreas de la vida e índica la importancia del apoyo proporcionado por al familia, el cual ha sido señalado por diversos autores como el de mayor importancia en diferentes contextos (Ahluwalia, et al., 1998; Briggs, 1998; Lemos, 1996; Fernández del Valle & Bravo, 2000).

 

Conclusiones

Los objetivos del presente estudio fueron conocer la cantidad de apoyo percibido por los sujetos de diversos niveles socioeconómicos; además, conocer el grado de relación entre el apoyo social y diferentes variables psicológicas y finalmente, a través de un análisis de regresión múltiple se buscó conocer que variables psicológicas podían predecir el apoyo social. En primer lugar pudo concluirse que todos los grupos en estudio (pobres extremos, pobres moderados y no pobres) reportan que la principal fuente de apoyo es la familia nuclear, seguida de la iglesia y la religión.

Además, el apoyo social proporcionado por la familia esta relacionado de manera negativa con la depresión, pero no así el apoyo percibido de la iglesia y la religión; es decir, altos niveles de sintomatología depresiva están relacionados con altos niveles de apoyo brindado por la iglesia y la religión y con el escaso apoyo de la familia. El apoyo brindado por la iglesia, también esta vinculado positivamente con el locus de control externo, lo cual sugiere que los individuos que no perciben control sobre su medio ambiente consideran tener en la iglesia y la religión la principal fuente de apoyo.

Fue posible corroborar que ciertas características de personalidad como el locus de control interno, una alta motivación a logro, una alta autoestima y un alto bienestar subjetivo, están asociadas de manera positiva con un mayor apoyo social percibido de la familia nuclear y extendida, así como de la comunidad y los amigos, hallazgos que confirman la relación entre estas variables, referida ampliamente en la literatura.

El presente estudio destaca la importancia relativa de la familia nuclear como fuente de apoyo para los diferentes niveles socioeconómicos, pues si bien los pobres extremos en comparación con los no pobres y los pobres moderados consideran percibir poco apoyo de ella; si se compara con el apoyo percibido de la iglesia o familia extendida, el apoyo brindado por la familia nuclear es mayor.

Dado que el apoyo social es uno de los recursos más importantes para sobrevivir y en algunos casos, para salir de la pobreza, es importante que se diseñen políticas públicas tendientes a fortalecer los lazos de solidaridad entre las personas que viven en comunidades marginadas. Los resultados de este estudio muestran que en el diseño de este tipo de políticas es necesario considerar que la percepción del apoyo social depende en gran medida de algunas variables de personalidad, de tal suerte que el éxito en la implementación de las estrategias que fortalezcan el apoyo social, dependerá de que se tomen en cuentan las características de los sujetos. Además, las políticas sociales que tengan como objetivo mejorar la calidad de vida de los grupos vulnerables, tendran que incluir acciones tendientes a la promoción del apoyo social, ya que éste está intimamente relacionado con la salud mental.

 

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Received 07/05/2006
Accepted 22/12/2006

 

 

Joaquina Palomar Lever es Doctora en Psicología por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) e investigadora del Sistema Nacional de Investigadores desde 1998. Ha realizado investigación en las áreas de Funcionamiento familiar, Calidad de Vida y Pobreza. Es Docente e Investigadora de tiempo Completo del Departamento de Psicología de la Universidad Iberoamericana. 
Yessica Ivet Cienfuegos Martínez es Licenciada en Psicología por la Universidad Nacional Autónoma de México.
1 Dirección: E-mail - joaquina.palomar@uia.mx.
2 La línea de pobreza propuesta por CEPAL-INEGI, consiste en definir los requerimientos básicos que necesita un individuo para vivir dignamente (canasta básica); posteriormente calcular el costo mensual de la canasta y clasificar como pobres a los sujetos que tengan un ingreso o consumo mensual inferior al costo de la canasta, como pobres moderados a aquellos cuyo ingreso sea superior al costo de la canasta pero inferior al costo de dos veces al canasta básica.