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Interamerican Journal of Psychology

Print version ISSN 0034-9690

Interam. j. psychol. vol.41 no.3 Porto Alegre Dec. 2007

 

 

Escala Para Medir Agencia Personal y Empoderamiento (ESAGE)1

 

Scale for the Measurement of Personal Agency and Empowerment (ESAGE)

 

 

Susan PickI,II,2; Jenna SirkinII,III; Isaac OrtegaIV; Pavel OsorioIV; Rocío MartínezIV; Ulises XocolotzinII; Martha GivaudanII

I Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
II Instituto Mexicano de Investigación de Familia y Población, A.C. (IMIFAP), México
III Brandeis University, Waltham, MA, EEUU
IV Investigación y Evaluación, S.C.

 

 


RESUMEN

Existe en la literatura una discusión muy extensa, aunque no siempre clara, acerca de la importancia del desarrollo humano. Por ello es necesario contar con las capacidades que permitan fomentar su crecimiento y sustentabilidad. Los conceptos de agencia personal y empoderamiento son centrales en esta discusión. La distinción entre ambos no siempre ha sido clara. De hecho, muchas veces se usan indistintamente. Con base en la experiencia empírica de diseñar, implementar y evaluar programas de desarrollo humano con poblaciones marginadas, se ha observado que éstos van más allá de cambios en conductas, logrando incluso el desarrollo de agencia personal y empoderamiento. Con el fin de poder medir estos dos componentes, se construyó una escala que muestra que son dos conceptos relacionados y separados a la vez. La Escala de Agencia Personal y Empoderamiento (ESAGE) está conformada por dos subescalas; agencia personal con 35 reactivos y empoderamiento con 7. Ambas cuentan con excelentes valores de consistencia interna (alphas de Cronbach de .718 y .749 respectivamente).

Palabras clave: Agencia personal, Empoderamiento, Habilidades, Competencias psico-sociales.


ABSTRACT

The literature contains an extensive discussion regarding the importance of human development. The macro-goal of human development also requires the formation of capabilities at the personal level, which lead to psycho-social growth and sustainability. Central to this discussion are the concepts of personal agency and empowerment. The distinction between the two concepts has not always been clear; often they are used indistinctively. Based on the practical experience of designing, implementing and evaluating human development programs with marginalized populations, we have developed the Personal Agency and Empowerment (ESAGE, Scale for its initials in Spanish) composed of two subscales: personal agency (35 items) and empowerment (67items). Both have demonstrated a high degree of internal consistency (Cronbach alphas of .718 and .749 respectively).

Keywords: Personal agency, Empowerment, Life skill, Psycho-social competencies.


 

 

Agencia personal

El concepto de agencia personal se ha definido en la literatura psicológica, filosófica y del desarrollo socioeconómico, como una manera de explicar aspectos del funcionamiento humano autónomo (Alkire, 2002; Archer, 2003; Bandura, 1996; Kabeer, 1999a; Kagitcibasi, 2005; Little, 2000; Sen, 1985; 1999). Este concepto se refiere a la competencia personal, enfocándose principalmente en el individuo como un actor que opera en un contexto social.

Según el Premio Nobel de Economía, Amartya Sen, la agencia es la habilidad de definir las metas propias de forma autónoma y de actuar a partir de las mismas: "aquello que una persona tiene la libertad de hacer y lograr en búsqueda de las metas o valores que él o ella considere importantes" (Sen, 1985, p. 203). Por ende, el concepto de agencia incorpora más que la acción; también incluye la intención, el significado, la motivación y el propósito que los individuos imprimen a sus actividades (Kabeer, 1999b; Sen, 1999). La expresión de la agencia es en última instancia más que una conducta o decisión, ya que incorpora metas, objetivos, acuerdos, obligaciones y - en un sentido más amplio - la idea que tiene la persona sobre el bien (Sen, 1985). Por lo tanto, agencia implica la capacidad de predicción y control que la persona tiene sobre las elecciones, decisiones y acciones de las cuales es responsable.

Para Sen, el concepto de agencia es un aspecto integral de la libertad, siendo ambas necesarias para el desarrollo (Dreze & Sen, 2002; Sen, 1999). Asimismo, la agencia se reconoce en el ámbito internacional como un ingrediente importante para el cambio. Un documento de trabajo de política pública del Banco Mundial afirma que "la agencia se construye con los recursos que los individuos o los grupos poseen. La gente puede tener recursos materiales, como el capital financiero y productivo, y recursos no materiales, como las habilidades, el conocimiento, las redes sociales y la capacidad psicológica para aspirar e imaginar el cambio" (Alsop & Heinsohn, 2005).

Alkire (2005) exploró una serie de aspectos de agencia que se relacionan con el desarrollo humano, estudiado en diferentes disciplinas: "John Finnis se refiere a razonamiento práctico o autodirección auténtica; Martha Nussbaum se refiere a razonamiento práctico y control sobre el entorno; Doyal y Gough a autonomía; Max-Neef a participación; Ryan y Deci a autonomía; Las voces de los pobres a libertad de elección y acción; Schwartz a autodirección; Galtung a ser un sujeto activo; Allardt a autodeterminación; Andrews y Withey a independencia; Lasswell a poder; Qizilbash a autonomía o autodeterminación" (p.225). 

En la psicología, agencia se ha definido como "el grado de funcionamiento autónomo" (Kagitcibasi, 2005, p. 404), añadiendo que la agencia es el control deliberado que subyace la autonomía. La autora también señala que sin importar qué término se use, el "empuje general es de crucial importancia para la autonomía y la agencia en general" (Kagitcibasi, 2005, p. 403). Beyers et al, definen la agencia de forma similar, como la capacidad de autogobierno, un componente de la autonomía, y para fines de medición, la han dividido en `autonomía de actitudes', `autonomía emocional' y `autonomía funcional' (Beyers, Goossens, Vansant, & Moors, 2003; Noom, Dekovic, & Meeus, 2001); Frank et al (1988) se refieren a la agencia como competencia y la posibilidad de una conducta autodirigida; Bandura define agencia en tres partes: "agencia personal, agencia por delegación, en la que se depende de otros para actuar a instancias propias con el fin de obtener los resultados deseados, y agencia colectiva, la cual se ejerce a través de un esfuerzo socialmente coordinador e interdependiente", y concibe la agencia como algo que ocurre dentro de un contexto donde "las personas son los productores además de los productos de sistemas sociales" (Bandura, 2001).

Medir la agencia

La agencia es difícil de medir porque a menudo opera de distintas maneras; puede tomar la forma de toma de decisiones, negociación, asertividad y otros procesos cognitivos de reflexión y análisis (Kabeer, 1999b). En la literatura sobre psicología, la agencia frecuentemente se vincula con diversos conceptos psicológicos similarmente "nombrados" (autoeficacia, autonomía, control, autodeterminación, etc.) y se mide a través de ellos. Nosotros proponemos usar el término agencia como un concepto abarcador (paraguas) que capture los diversos aspectos de un funcionamiento individual saludable y competente. Los siguientes son conceptos psicológicos que se incluyeron en la construcción de la escala:

Autoeficacia

Bandura ha vinculado la idea de agencia con la autoeficacia, proponiendo que los individuos poseen un sistema propio que les permite ejercer cierto grado de control sobre sus pensamientos, sentimientos y acciones (Bandura, 1998, 2001, 1996). Este sistema les permite aprender de los demás, planear estrategias alternativas, regular la conducta individual y participar de la autorreflexión. Como tal, sirve como una función de autorregulación al proporcionar a los individuos la capacidad de alterar su entorno e influir en sus acciones (Bandura, 1998); muchos consideran que la autoeficacia es necesaria para el cambio de conductas (Bandura 1977, Azjen 1985).

Autonomía

Kagitcibasi define la agencia y la autonomía como coincidentes: "Autonomía es ser agente y al mismo tiempo actuar con voluntad propia, sin un sentido de coerción" (2005, p. 404). Desde su punto de vista, la competencia humana se desarrolla en el transcurso de la vida y acumulativamente lleva hasta la autonomía o el estado de ser un "agente con autogobierno". Ella define la autonomía como el estado de ser un "agente con autogobierno" y contrasta la autonomía con una necesidad complementaria, a saber, la conectividad. Añade que la agencia incluye una dimensión que ella define como "el grado de funcionamiento autónomo", el cual abarca desde la separación hasta la conectividad; la autora concluye que la autonomía no es necesariamente la antítesis de la conectividad (2005). Además, ella señala que sin importar qué término se empleé, el "empuje general es de importancia crucial para la autonomía y la agencia en general" (2005, p. 403).

Cuando la autonomía es baja, las personas sienten la presión de demandas, estándares, reglas y expectativas externas, además de sentir que están a la merced de dichas expectativas. La autonomía es muy difícil de alcanzar para personas que están acostumbradas al control externo y que dependen del mismo para su autoestima. Se ha encontrado que la autonomía está vinculada con relaciones satisfactorias y auténticas con los otros (Hodgins, Koestner, & Duncan, 1996) y con el bienestar (Ryan & Deci, 2000), tanto en comunidades de tipo más tradicional como de tipo más occidental (Deci & Ryan, 2000).

Autodeterminación

De forma similar, la Teoría de Autodeterminación propone que la verdadera agencia requiere de la autonomía, afirmando que la competencia (adquirida a través de habilidades), la conectividad y la autonomía son esenciales para el crecimiento personal, la integridad y el bienestar duraderos (Deci & Ryan, 2000). La Teoría de Autodeterminación (SDT, por sus siglas en inglés) también presenta un continuo para la autodeterminación, que coincide con otros teóricos, extendiéndose desde la motivación extrínseca (completamente carente de autodeterminación) hasta la motivación intrínseca (con autodeterminación invariablemente alta) (Deci & Ryan, 2000); lo cual corresponde con una distinción entre la motivación autónoma y controlada (Kagitcibasi, 2005). Las actividades intrínsecamente motivadas son aquellas que la gente encuentra interesantes y que involucran una satisfacción espontánea que surge de la actividad misma.

Control

El concepto de control a menudo se asocia con el "Locus de Control", un continuo propuesto por Rotter (Rotter, 1966) el cual refleja las expectativas generalizadas de un individuo acerca de lo que determina las recompensas (o la falta de recompensas) que uno obtiene en la vida. La gente que tiene un locus de control interno fuerte, cree que sus propias acciones determinan lo que le ocurre; el éxito o el fracaso se debe a sus propios esfuerzos. En contraste, el control externo implica que la conducta propia no importa tanto y que las recompensas en la vida son controladas por la suerte, el azar u otras personas que son poderosas. Por lo tanto, la gente con un alto control externo ve poco impacto de sus propios esfuerzos en la cantidad de afirmación que recibe. La importancia del control en la teoría psicológica también puede ser ilustrada debido a que la Teoría de Acción Razonada (TRA, por sus siglas en inglés) se extendió con este concepto.

Autorregulación

La "autorregulación" o el "autocontrol" tienen efectos de largo plazo sobre el desarrollo (Mischel & Shoda, 1995; Shoda, Mischel, & Peake, 1990). Una alta capacidad de autorregulación "mejora las oportunidades de éxito en casi cualquier empresa para la cual es relevante" (Baumeister, Gilbert, Fiske, & Lindzey, 1998, p. 717). La autorregulación se refiere a la capacidad de abstención de involucrarse en conductas que tienen costos para la persona (Metcalfe & Mischel, 1999). Los hábitos de salud no cambian por actos de voluntad, sino que se requiere habilidades de motivación y autorregulación (Bandura, 2004).

Coincidencia en los conceptos

Muchos de los conceptos psicológicos citados anteriormente, no sólo coinciden en teoría, sino también con los puntos citados de escalas previamente validadas. Por ejemplo, las escalas que miden autoeficacia (Sherer et al., 1982), autodeterminación (Deci & Ryan, 1985), y locus de control (Rotter, 1966), incluyen muchos puntos similares, tales como preguntas sobre planeación, solución de problemas, interacciones sociales y causalidad. Estas similitudes ilustran la necesidad de un concepto - tal como agencia personal - que abarque los aspectos relacionados de diversos conceptos psicológicos.

Empoderamiento

Agencia y los conceptos psicológicos equivalentes descritos previamente son procesos que ocurren en el nivel individual. No obstante, el proceso de desarrollar agencia usualmente tiene implicaciones a nivel social. Una vez que la agencia comienza a impactar en la familia, los colegas, las organizaciones y la comunidad, se convierte en empoderamiento. El proceso de desarrollar empoderamiento a menudo sucede en etapas, con la meta final de desarrollo en el nivel comunitario más amplio. El concepto de empoderamiento implica un proceso de cambio, de una situación de desempoderamiento a la obtención de agencia para realizar elecciones valiosas y significativas, que impacten el contexto de los individuos (Kabeer, 1999a). La mayoría de los estrategas del empoderamiento están de acuerdo en las mismas premisas para el desempoderamiento o las `faltas de libertad'; las desigualdades sociales y de bienestar surgen de la falta de libertad o un trato injusto hacia los desprotegidos (Moser, 1993; Sen, 1999). Dado que la falta de poder se reconoce ampliamente como un factor de riesgo que afecta negativamente la calidad de vida y la salud, el empoderamiento mejora la relación entre el individuo y su entorno (Kar, Pascual, & Chickering, 1999).

Como resultado del proceso de empoderamiento emerge en el individuo una "conciencia crítica", en tanto se vuelve crítico de las normas sociales que había aceptado previamente sin cuestionar (Kabeer, 1999b). Conforme las personas desarrollan la capacidad y adquieren los medios necesarios para elegir, comienzan a establecer valores y preferencias personales que pueden desafiar las normas sociales tradicionales. Por ende, el empoderamiento no sólo implica tener acceso a recursos, sino que frecuentemente opera a través de la `obtención de control' sobre los recursos (toma de decisiones, elección, propiedad, confianza en uno mismo) (Kishor, 1999; Za Sathar & Kazi, 1997). Si una persona o un grupo se empodera, posee la capacidad de elegir efectivamente (Alsop & Heinsohn, 2005). El concepto integra percepciones de agencia personal, un enfoque proactivo hacia la vida y la comprensión crítica del ambiente sociopolítico y económico.

En la literatura de psicología, el empoderamiento es también un concepto popular, pero las definiciones son variadas y con frecuencia abstractas (Chamberlin, 1997; Spreitzer, Kizilos, & Nason, 1997). Rappaport (1987) definió el empoderamiento como un proceso que le permite a las personas, las organizaciones y las comunidades alcanzar un sentido de dominio sobre los asuntos que les son de importancia. El marco de empoderamiento psicológico de Zimmerman (PE, por sus siglas en inglés) "integra percepciones de control personal, un enfoque proactivo hacia la vida y una comprensión crítica del entorno sociopolítico … el empoderamiento organizacional incluye procesos y estructuras que realzan las habilidades de los miembros y les proveen el apoyo mutuo necesario para llevar a cabo cambios en el nivel comunitario, por ejemplo, empoderar la organización" (Zimmerman, 1995). Aunque las características exactas del empoderamiento pueden diferir en estas definiciones, todas incluyen aspectos sobre el individuo actuando en su contexto gracias a un sentido de competencia y confianza interna.

Durante la última década, el empoderamiento ha sido un tema de moda en la comunidad internacional, incluso en instituciones importantes como el Banco Mundial y las Naciones Unidas, quienes han resaltando su importancia en sus reportes anuales recientes (Undp, 2005; Banco Mundial, 2006). Según el Banco Mundial, el empoderamiento es el proceso de "aumentar la capacidad de los individuos o los grupos para elegir y transformar estas elecciones en las acciones y los resultados deseados" ("Overview: What is Empowerment," 2006). Además, lo que está implícito en estas definiciones es el concepto de agencia que Sen y otros teóricos del empoderamiento han luchado por fomentar en el campo del desarrollo internacional.

Adicionalmente, tanto el Banco Mundial como las Naciones Unidas, también enfatizan el empoderamiento como un medio para mejorar el desarrollo humano y la equidad. El Informe de Desarrollo Humano en 2005 (HDR, por sus siglas en inglés) afirma que, "El empoderamiento de las poblaciones pobres es tanto un instrumento para reducir la pobreza como un aspecto de la reducción de la pobreza, debido a que la participación en la sociedad es una dimensión del desarrollo humano" (PNUD, 2005, p. 61). La sección especial sobre empoderamiento en el Reporte del Banco Mundial de 2006 (WDR, por sus siglas en inglés) explica, "Salir de las trampas de la desigualdad …incluye ser capaz de visualizar y promulgar futuros alternativos, creer que es deseable y posible salir de la pobreza, y ser capaz de participar de modo más significativo en foros donde se están tomando las decisiones que afectan el bienestar de uno mismo" (Banco Mundial, 2006, p. 71). Como demuestran estos documentos internacionales, estos conceptos son inherentes a las metas de desarrollo sustentable y reducción de pobreza.

Medir el empoderamiento

Recientemente, muchos psicólogos y economistas han intentado cuantificar el ambiguo concepto. Cuantificar un concepto tan abstracto sigue siendo un tema discutible y complejo tanto en el campo del desarrollo como en la psicología.3 Sin embargo, la medición puede ser importante; como señala Kabeer, el intento por cuantificar el concepto de empoderamiento parece colocar la idea en un "terreno más sólido y objetivamente verificable" (Kabeer, 1999b, p. 436). Existen muchas investigaciones en el área del empoderamiento de la mujer, y hay una serie de enfoques distintos para su medición. La Conferencia del Cairo de 1994 vinculó el empoderamiento con un amplio grupo de resultados demográficos favorables y estableció tres áreas clave que conciernen al empoderamiento de la mujer: mejor salud, acceso a recursos económicos y reducción en la desigualdad de género (Williams, 2005). Los economistas del desarrollo demuestran el vínculo entre el empoderamiento de la mujer y el crecimiento económico, fallas de mercado, insumos laborales, etc… "la traducción de la erudición feminista en un discurso de política pública" … intenta "cuantificar los alegatos de la promulgación de género" (Kabeer, 1999a).

El Grupo de Reducción de Pobreza del Banco Mundial ha seguido esta tendencia, desarrollando una investigación e indicadores que miden el empoderamiento a nivel de países, distinguiendo entre marcadores directos e indirectos del empoderamiento. Los indicadores directos incluyen el "grado" de empoderamiento de una población, mientras que los indicadores indirectos incluyen sus "bienes" y "estructura de oportunidades" (Holland & Brook, 2004). También el Banco Mundial han propuesto cuatro procesos facilitadores que son importantes para el empoderamiento: (1) acceso a información; (2) inclusión y participación; (3) rendición de cuentas; y (4) capacidad local de organización ("Overview: What is Empowerment," 2006).

Finalmente, Oxaal y Baden (Oxaal & Baden, 1997) sugieren que los indicadores de empoderamiento pueden dividirse en dos categorías: aquellos que intentan medir el empoderamiento de la mujer en un nivel social amplio, para obtener información y hacer comparaciones; y los que se desarrollan para medir los efectos de proyectos o programas específicos. Esto subraya la necesidad de medidas del empoderamiento tanto generales como específicas.

Empoderamiento y agencia

Alkire define el empoderamiento en relación con la agencia: "El empoderamiento es un aumento de ciertos tipos de agencia que se consideran particularmente instrumentales ante la situación que se presenta" (Alkire, 2005). Como muestra dicha definición, el concepto de agencia frecuentemente se incluye en el concepto de empoderamiento (aunque en ocasiones implícitamente); ya que la agencia es necesaria para el empoderamiento, incrementar el empoderamiento implica incrementar la agencia, aunque agencia no implica necesariamente empoderamiento (Alkire, 2005). as diversas definiciones encontradas en la literatura psicológica también indican que es necesario un poderoso factor interno para el empoderamiento, incluyendo competencia, control, autoeficacia y otros conceptos mencionados anteriormente que caben bajo el concepto abarcador de agencia.

La OMS y el Banco Mundial también enfatizan este aspecto. Ambos consideran la agencia como algo instrumental en el empoderamiento, especialmente en el juego entre el ejercicio de la elección, la transformación de vidas y varios factores contextuales (institucionales, políticos, económicos y gubernamentales), que facilitan o inhiben la acción (Labonte, 1994; Sen, 1997). El proceso interno que ocurre también es resaltado en el reporte de la OMS: "Agencia significa que el empoderamiento no puede ser dado a la gente o ejercido sobre alguien, sino que viene de procesos en los cuales las personas se empoderan ellas mismas" (Wallerstein, 2006). En nuestro marco, el proceso interno que repercute a nivel interno es agencia personal, mientras que su impacto a nivel externo y los cambios que ocurren gracias a la agencia son el empoderamiento, indicando de este modo un proceso dinámico, multinivel, que permite a cada término - agencia personal y empoderamiento - denotar un proceso único aunque interdependiente.

Nuestra posición coincide con la de dichas instituciones: agencia personal y empoderamiento son dos conceptos distintos pero interrelacionados, y la agencia es un proceso interno que se define como empoderamiento cuando empieza a impactar al contexto. Cada persona tiene el potencial para producir experiencias que le permitan un desarrollo pleno, a través del cuál pueda tomar su desarrollo en sus propias manos. Si las personas no pueden dirigir sus vidas, ser quienes deciden los caminos que desean seguir, difícilmente podrán hacerse responsables de sus decisiones, rara vez podrán crear nuevas oportunidades, acceder con seguridad a las que se les presentan y sobreponerse a los obstáculos que tienen que atravesar.

El Desarrollo de la Escala

El Instituto Mexicano de Investigación de Familia y Población, A.C. (IMIFAP) ha estado involucrado durante más de 20 años en el desarrollo de programas de desarrollo humano y comunitario, basados en la investigación entorno a temas de salud y disminución de la pobreza. La estrategia para los programas y sus bases teóricas se articulan en Pick (2004); Pick, Givaudan y Poortinga (2003); Pick, Poortinga y Givaudan (2003); Pick y Sirkin (en proceso). Las bases conceptuales en las que se basa este trabajo son la relación de la agencia personal con otros procesos humanos individuales y colectivos, con el fin de contribuir a la operación de la teoría de capacidades humanas (Sen, 1999). Su descripción se apoya en evidencia científica e información subjetiva (derivada de experiencias y percepciones individuales), generadas como parte de las evaluaciones de proceso e impacto de programas de salud, equidad de género y desarrollo económico, que han sido diseñados y evaluados a gran escala en México y en países de Centro y Sudamérica (Givaudan, Pick, Poortinga, Fuertes, & Gold, 2005; Pick, Givaudan, Sirkin, & Ortega, 2007). Constituye una herramienta práctica que demuestra que, si bien no es el factor único determinante del desarrollo humano, la agencia personal y el empoderamiento deben incorporarse en el diseño de políticas transversales para avanzar en el desarrollo social en la región.

Metodología

En un primer esfuerzo de medición de la agencia y el empoderamiento de las personas, se diseñó la Escala de Agencia Personal y Empoderamiento (ESAGE) que incorporó reactivos agrupados en las siguientes variables: 1) Auto-eficacia, 2) Autodeterminación, 3) Control sobre mis conductas, 4) Pensamiento independiente, 5) Identificación de necesidad de cambio, 6) Miedo al éxito, 7) Reconocimiento de mi aprendizaje, 8) Percepción de mi contexto y 9) Control sobre mi entorno. La ESAGE es auto-aplicable y cada reactivo puede ser respondido en una escala tipo Likert de frecuencia con cuatro opciones: "nunca", "casi nunca", "casi siempre", "siempre".

Muestra

La ESAGE fue aplicada y respondida en grupo dentro del horario escolar por 1125 personas (de las cuales 601 eran hombres y 516 mujeres). Los estudiantes cursaban bachillerato (549) y licenciatura (576); 527 provenían del medio urbano y 598 del medio rural. En ambos casos se contó con la anuencia de las autoridades institucionales para la aplicación de la escala.

 

Resultados

El primer paso consistió en un análisis de frecuencias. Se seleccionaron los reactivos que tenían en su conjunto menos del 25% o más del 75 % de respuestas "casi siempre" y "siempre". Éstos se sometieron a un análisis factorial de ejes principales (principal axis) con rotación oblicua (oblimin), dado que se asume que las dimensiones teóricas están relacionadas entre sí.

Las dimensiones consideradas se agruparon en dos factores casi independientes entre sí. En la figura 1 se aprecia que el primer factor fue conformado por los reactivos que miden Agencia Personal, es decir la formación de un factor de cambio en la persona, mientras que el segundo lo conformaron reactivos que miden la percepción que tiene la persona sobre su incidencia en su contexto (empoderamiento). Asimismo, se confirmó la relación entre las dimensiones al encontrar que los factores se encontraban levemente correlacionados de manera significativa (r=-0.131, p<0.01). Posteriormente, se evaluó la confiabilidad de ambos factores, estimando su Alfa de Cronbach, presentando ambos un nivel elevado de consistencia entre los reactivos (Agencia, a=0.718; Empoderamiento, a=0.749). Este estudio nos muestra que la ESAGE permite evaluar con adecuada validez y confiabilidad el impacto conjunto producido por ambos procesos: la agencia personal y el empoderamiento de las personas, y además nos permitió confirmar que son dos factores relacionados entre sí pero separados.

 

Discusión

El desarrollo de capacidades humanas es un factor central para el desarrollo integral de cambios de conductas (Smith, 1999), para lograr un desarrollo humano y comunitario sustentable con calidad (Bandura, 2001), y para la reducción de la pobreza (Alkire, 2002). A menos que las personas crean firmemente que pueden lograr los cambios en sus vidas que ellos requieren, tendrán poco incentivo para actuar (Bandura, 2000). Central para el desarrollo de la persona es su capacidad de contar con repertorios de conductas acordes con sus necesidades. El cambio de conductas no es posible si no se cuenta con las habilidades y competencias que llevan a tales cambios (Pick, Poortinga, et. al., 2003). La experiencia de campo del Instituto Mexicano de Investigación de Familia y Población, A.C. (IMIFAP), ha mostrado que cuando se logran poner en práctica y con éxito en diferentes situaciones de creciente grado de dificultad, las habilidades integradas con conocimientos, se consiguen cambios que van más allá de los originalmente contemplados. Así, por ejemplo, en el programa "Yo quiero, yo puedo… empezar mi negocio", previamente conocido como "Emprender para crecer" (Bernal, Garcia, & Venguer, 2003) además de incrementar la capacidad de ahorro y de empezar y dar continuidad a una microempresa, los testimonios espontáneos de participantes muestran que se lograba que las mujeres se comunicaran entre sí más que antes, lucharan por contar con un sistema de agua en su comunidad, se organizaran para hacer desayunos comunitarios para ancianos y niños, así como para realizarse el Papanicolaou (Bernal, Pick, & Givaudan, 2005; Pick & Sirkin, en proceso). Algo semejante se encuentra en el caso de "Yo quiero, yo puedo…" con niños y niñas, en el que se reportan incrementos en participación en el salón de clase, responsabilidad, actividades comunitarias y en motivación para el trabajo en equipo, tanto dentro como fuera del salón de clase (Givaudan & Pick, 2005; Perez de la Barrerra & Pick, 2006; Pick & Givaudan, 2007). Éstos son ejemplos de aquello que en este artículo se ha definido como agencia personal y empoderamiento.

El rol de la agencia personal y el empoderamiento cobra cada vez un papel más central en el desarrollo humano. Así, se ha encontrado que son centrales como fundamento de necesidades básicas como la autonomía (Kagitcibasi, 2005), como predictores de diferencias culturales en la motivación de las personas (Hernandez & Iyengar, 2001), para facilitar la habilidad de comunicación entre pacientes y promotores de la salud , para asumir responsabilidad sobre un programa de prevención de adicciones (Kirsch, Andrade, Osterling & Sherwood-Fabre, 1995), para trabajar en aspectos en torno a la propia sexualidad (Lesch & Kruger, 2004), y como elementos a considerar a nivel de políticas públicas en cuanto a los problemas de sobre población y protección del medio ambiente (Sen, 2004). La agencia personal, en particular, es central en el desarrollo de autonomía en la adolescencia (Beyers, Goossens, Vansant, & Moors, 2003), y para reconocer el papel de uno mismo en el desarrollo de su propio bienestar (Gilbert, Brown, Pinel, & Wilson, 2000).

La Escala de Agencia Personal y Empoderamiento (ESAGE) une dos disciplinas. Conecta las aproximaciones de abajo hacia arriba de la psicología (nivel micro) con las de arriba hacia abajo de la economía (nivel macro). Representa un primer esfuerzo por operacionalizar este tipo de testimonios, así como los conceptos de agencia personal y empoderamiento, tan frecuentemente analizados y discutidos en la literatura tanto psicológica como económica. La claridad de los resultados obtenidos en los cuales se muestra que la agencia personal y el empoderamiento son dos conceptos relacionados pero separados, ofrece nuevas pautas para el avance del estudio y medición de las capacidades humanas.

 

 

El siguiente paso en el desarrollo del trabajo de IMIFAP será la construcción y validación de una escala para medir cada uno de los conceptos que se encuentran en el "Marco para el Desarrollo del Empoderamiento Agentico" (MADEMA), que ha resultado de los esfuerzos llevados a cabo hasta la fecha por dicha ONG. MADEMA se plantea como un enfoque dinámico y transcultural, que ve a la agencia personal y el empoderamiento como consecuencias a largo plazo de la puesta en práctica de habilidades, integradas con conocimientos y acompañadas de procesos de autorreflexión, y oportunidades para reducir las barreras psicológicas como pena, miedo y culpa. MADEMA se enfoca en tres áreas: (a) El contexto en el cual vive la gente; (b) Situaciones concretas y demandas específicas, con las que una persona se enfrenta; y, (c) Características estables de la persona.

El contexto se refiere al ambiente estructural, socioeconómico y sociocultural en el cual viven las personas. Los factores económicos y la educación escolar constituyen los factores más básicos. Éstos, a su vez, están asociados con el acceso a la información y las normas socioculturales. Parte de la estrategia que se pone en práctica como parte de MADEMA está dirigida a realizar cambios en el contexto sociocultural, y por ende, a beneficiar al individuo, ya que un ambiente propicio facilita tanto los cambios como el mantenimiento de ciertos patrones de comportamiento.

El segundo componente de MADEMA, se refiere a las demandas que exigen determinadas situaciones y los elementos que una persona requiere para enfrentarlas. Entre estos elementos se encuentran los conocimientos, las creencias o mitos y las habilidades para la vida, tales como la toma de decisiones, la comunicación y la negociación. Tales habilidades ayudan a las personas a manejar situaciones determinadas, de acuerdo con sus propias necesidades, estándares y resultados deseados.

Para lograr cambios en el comportamiento de los individuos, es necesario adquirir habilidades relevantes, conocimiento y práctica. En la medida en la cual se integran las habilidades con conocimientos, se desarrolla la autorreflexión y la reducción de barreras psicológicas como la pena, el miedo y la culpa, y se van desarrollando competencias. Ésas se vuelven parte de la persona misma, permitiéndole aplicarlas en un rango amplio de situaciones, que van más allá de las situaciones meta originales. Cabe señalar, que los cambios en el comportamiento meta ocurren mediante pequeños pasos, por ejemplo, al pasar de la pre-contemplación del cambio de conducta, a la contemplación del cambio, a la preparación para la acción, al cambio en sí, y finalmente a su mantenimiento a largo plazo (Prochaska & Diclemente, 1982).

El tercer concepto principal de MADEMA, se refiere a aquellas características más permanentes del funcionamiento individual, que están influenciadas por las dos dimensiones previas. En los programas de IMIFAP, estas características más estables se refieren a la agencia personal y el empoderamiento. Éstas no se abordan de manera directa, sino que derivan como consecuencia a largo plazo del aprendizaje de habilidades y competencias, la adquisición de conocimiento, reducción de barreras psicológicas y, posteriormente, del comportamiento real en una larga serie de situaciones relevantes para la persona. El empoderamiento puede ser causado a partir del contexto o a partir de la persona misma, que es precisamente el empoderamiento agentico. Es en la diferenciación entre estos tipos de empoderamiento, que se deberán enfocar los siguientes esfuerzos de medición.

 

Referencias

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Received 16/12/2006
Accepted 29/07/2007

 

 

Susan Pick, Psicóloga Social graduada de la Universidad de Londres, con más de 25 años de experiencia en el desarrollo de investigación y programas de promoción de la salud y disminución de la pobreza. Autora de más de 200 publicaciones científicas y de divulgación general.
Jenna Sirkin, estudia su doctorado en políticas públicas de salud. De 2006-2007 desarrollo investigación en el Instituto Mexicano de Investigación de Familia y Población (IMIFAP) con una Beca de los Rotarios.
Isaac Ortega, Psicólogo graduado de la UNAM especialista en evaluación de programas. Colabora con IMIFAP en el área de psicometría y evaluación y es Profesor de la Universidad Autónoma de Yucatán; México.
Pavel Osório, Psicologo graduado de la Universidad Autónoma de Yucatán especialista en Psicología del Consumidor e Investigación de Mercados, área en la que ha dirigido más de 100 proyectos. Desde 2005 coordina la evaluación en Psicología de la Salud y Psicología Comunitaria en Investigación y Evaluación, S.C.
Rocío Martinez, Psicóloga graduada en la UNAM especializada en evaluación de proyectos. Coordinadora de Campo y Manejo de Información de Investigación y Evaluación.
Ulises Xocolotzin, Psicólogo Educativo graduado de la UNAM, asistente de investigación en IMIFAP y alumno de doctorado en la Universidad de York, Inglaterra.
Martha Givaudan, es Psicóloga Clínica graduada de la UNAM y de la Universidad de Tilburgo, Holanda, autora de más de 100 publicaciones, especialista en las áreas de prevención en salud, desarrollo infantil y evaluación de programas. Vicepresidenta ejecutiva de IMIFAP.
1 Escrito durante una estancia de investigación en el Centro de Población y Desarrollo de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard
2 Direccion: Málaga Norte No. 25, Col. Insurgentes Mixcoac, México, D.F., CP 03920. E-mail: pick@imifap.org.mx
3 En la literatura sobre psicología, algunos investigadores consideran que no puede haber una medida estándar del empoderamiento, a menos que el contexto en el que está ocurriendo el empoderamiento sea el mismo. La OMS enfatiza este punto en su reporte sobre diversos programas y publicaciones sobre el empoderamiento; no intenta utilizar criterios de comparación, ya que estas intervenciones "son por su naturaleza complejas, dinámicas y comprehensivas". Además, señala que estas herramientas de medición deben evitar ser `universales' ya que "pueden ser insuficientes y requerirán de indicadores basados en la cultura, el idioma y el contexto local", y hace hincapié en la importancia de los métodos cualitativos (como los testimonios) para evaluar el cambio.