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Interamerican Journal of Psychology

versão impressa ISSN 0034-9690

Interam. j. psychol. v.42 n.3 Porto Alegre dez. 2008

 

 

Elementos contextuales a la investigación en psicología en Chile

 

Contextual elements to the research in psychology in Chile

 

 

Alfonso Urzúa M.1,2,3

Universidad Católica del Norte, Antofagasta, Chile

 

 


RESUMEN

Se presenta una introducción a la enseñanza universitaria en Chile a fin de enmarcar el desarrollo de las Universidades y las Escuelas de Psicología en el país, en el contexto de la acreditación universitaria. A continuación, se describen las principales fuentes públicas de financiamiento, seguidas por una breve descripción del recurso humano especializado y los postgrados existentes en Chile en Psicología. Finalmente se mencionan las líneas de investigación que declaran las diversas escuelas, como también la información disponible sobre publicaciones indexadas en Psicología.

Palabras clave: Psicología; Investigación psicológica; Chile.


ABSTRACT

This paper presents an introduction to university education in Chile in order to frame the development of Universities and Schools of Psychology in the country in the context of university accreditation. Then it describes the main sources of public funding, followed by a brief description of specialized human resources and postgraduate courses in Chile in Psychology. Finally mentioned lines of research declared by the psychology‘s schools, as well as information available on publications indexed in Psychology.

Keywords: Psychology; Psychological research; Chile.


 

 

Las Universidades en Chile

La primera Universidad Chilena fue creada el año 1622, antes de que Chile fuese un país independiente y seguía siendo dominio español. Esta Universidad recibió el nombre de Santo Tomás de Aquino (Universia Chile, 2008). En fecha posterior, el año 1728, bajo la concesión del Rey Felipe V, se crea la Universidad de San Felipe, sobre la cual se desarrollan los estatutos para crear la primera universidad pública chilena el año 1842: la Universidad de Chile. Este fue uno de los grandes hitos de la nueva república, relevando y plasmando en su fundación, la importancia que debe tener el Estado en la educación pública de un país.

El 21 de junio de 1888, mediante un decreto del Arzobispado de Santiago, se funda la primera Universidad católica, denominada Universidad Católica de Santiago, la cual fue posteriormente designada por la Iglesia como Pontificia Universidad Católica de Chile.

A partir de 1900 comienza el surgimiento de establecimientos de carácter privado, tales como la Universidad de Concepción (1919), la Católica de Valparaíso (1928) y la Universidad Técnica Federico Santa María (1929).

El año 1947 se crea la segunda universidad de carácter público, denominada Universidad Técnica del Estado, la que el año 1981 dio origen a la Universidad de Santiago de Chile y a varias otras universidades regionales.

En la década de los cincuenta, se crean la Universidad Austral de Chile (1954) y la Universidad Católica del Norte (1956), siendo esta última la octava que se funda en Chile y la tercera Universidad Católica del país.

Durante los años cincuenta y sesenta, las dos universidades estatales crean sedes a lo largo de todo el país, diversificando la oferta académica mediante la creación de nuevas facultades, carreras de distinta duración, especializaciones, así como centros de investigación y extensión (Universia Chile, 2008), sistema que fue replicado más adelante por las universidades privadas más antiguas.

El año 1967, en las Universidades Católicas de Santiago y de Valparaíso se genera un movimiento que pretendió democratizar la educación superior, favoreciendo la participación de los distintos estamentos que componen la estructura universitaria. Este movimiento se expandió al resto de las universidades, modificándose y flexibilizándose con esto los diferentes programas y planes de estudio de las carreras. Este proceso fue interrumpido violentamente por el golpe militar del año 1973.

A partir de este hecho, las universidades fueron intervenidas, designando la junta militar un rector delegado para cada una de ellas, interfiriendo así en la elección del resto de autoridades académicas y administrativas, adquiriendo pleno poder sobre el funcionamiento de las diferentes casas de estudio superiores.

El año 1981, mediante el decreto de fuerza ley Nº 1 y bajo el argumento de optimizar la administración educativa, se reorganizan los centros de educación superior, distinguiéndose tres tipos: las universidades, los institutos profesionales de educación superior y los centros de formación técnica. Se reconocen 12 carreras, entre las cuales se incluye Psicología, que, por su prestigio y duración, debían ser impartidas exclusivamente a nivel universitario.

Ese mismo año se firma el decreto Nº 2, el cual generó, a partir de las sedes pertenecientes a las dos universidades estatales, universidades regionales, creándose así la Universidad de Antofagasta, la Universidad de Atacama, la Universidad de La Serena, la Universidad de Tarapacá, la Universidad de Valparaíso, la Universidad de Talca, la Universidad del Bío - Bío, la Universidad de Magallanes y la Universidad de la Frontera. Este mismo decreto promulga una completa libertad de enseñanza superior para crear universidades privadas, siendo las primeras en crearse el año 1982 la Universidad Diego Portales, la Universidad Central y la Universidad Gabriela Mistral. Solo en la década de los noventa se fundaron 29 nuevas universidades privadas (Cruz Coke, 2004).

Al año 2007, la oferta disponible de educación superior universitaria estaba compuesta por 66 universidades, de las cuales 25 reciben subvención estatal (16 estatales y 9 particulares con aporte estatal).

Acreditación de la Enseñanza Superior

En octubre del 2006, la Dra. Michelle Bachelet, Presidenta de la República, promulga la Ley de Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior Nº 20.129, la cual es publicada en el Diario oficial el 17 de noviembre del mismo año. Bajo este marco regulatorio, se asigna la Comisión Nacional de Acreditación de Chile ([CNA], 2008), organismo público y autónomo, las funciones de acreditación institucional, la autorización y supervigilancia de agencias acreditadoras y la acreditación de carreras de pregrado y postgrado, esto en el caso de que no hubiese una agencia autorizada en un área específica del conocimiento.

A nivel institucional, la CNA ha definido dos áreas mínimas de evaluación (Gestión institucional y Docencia de pregrado) y áreas electivas de evaluación (Investigación, Docencia de postgrado, Formación continua y Vinculación con el medio).

La evaluación de una institución implica:

si esta cuenta con propósitos y fines institucionales apropiados y claros, con políticas y mecanismos formalmente establecidos para avanzar sistemáticamente hasta el logro de sus objetivos, si estas políticas y mecanismos se aplican de manera consistente y homogénea en las distintas sedes, unidades o modalidades de trabajo, si la institución puede demostrar resultados consistentes con sus objetivos y si están capacitados para hacer los ajustes necesarios. (CNA, 2008).

Al centrarnos específicamente en la acreditación en el área de investigación, se encuentra que sólo 11 instituciones están acreditadas en dicha área (Tabla 1).

 

 

A nivel de las carreras, el proceso de acreditación es voluntario, con excepción de aquellas conducentes al título profesional de médico cirujano, profesor de educación básica, profesor de educación media, profesor de educación diferencial y educador de párvulos, las que obligatoriamente deberán someterse al proceso de acreditación desde el primer año de funcionamiento.

Una carrera puede solicitar su incorporación sólo si pertenece a una institución de educación superior autónoma y cuenta con al menos una generación de egresados. Paralelamente, la autoridad máxima de la Institución a que pertenece la carrera debe comprometerse a considerar los resultados del proceso de evaluación en la planificación de su desarrollo futuro.

La Psicología en las Universidades Chilenas

Como disciplina de formación, la Psicología nace al alero de los departamentos de pedagogía, forjándose lentamente un espacio diferencial que le permitió en el transcurso de los años una independencia en términos de disciplina profesional.

La primera carrera de Psicología fue creada el año 1946 en la Universidad de Chile, siendo la más antigua en Latinoamérica.

Dado que no es el objetivo profundizar en la historia de la Psicología chilena, una revisión más extensa del desarrollo de la Psicología en las dos más antiguas Universidades chilenas puede ser encontrado en los trabajos presentados por Parra, Ligüeño, Mondaca y Laborda (in press) para la Universidad de Chile y por Luis Bravo (2004) para la Pontificia Universidad Católica.

Desde el año 1946, la cantidad de programas de Psicología ofertados en el país han crecido ostensiblemente, siendo posible encontrar programas de licenciatura a lo largo de todo el país. A mayo del 2008, se contabilizan 87 Programas de Psicología, pertenecientes a 40 Universidades (ver Anexo 1). El Desarrollo de éstas es muy distinto, siendo algunas de ellas Facultades, otras Escuelas de Psicología, otras Departamentos o bien programas en una sede regional, impartidas bajo modalidades diurna, vespertina y on line.

De las 40 Universidades que dictan 87 programas de Psicología en el país, al 2008 sólo 13 de ellas han acreditado Psicología a nivel de pregrado (Tabla 2).

 

 

Una revisión más extensa de la acreditación de los programas de Psicología en Chile puede ser consultada en Vera-Villarroel y Moyano (2005).

Con relación a los postgrados, sólo pueden ser acreditados los programas de Doctorado y Magíster, así como las especialidades en el área de la salud.

Según datos del Centro Interuniversitario de Desarrollo (CINDA), al año 2006 se impartían en Chile 136 programas de Doctorado y 630 de Magíster. De estos, sólo 117 Doctorados (86%) y 176 Magíster (27,9%) tienen la acreditación vigente.

Centros de Investigación

A mayo del 2008, se encuentran inscritos como Centros de Investigación en el Directorio Nacional de Ciencia y Tecnología de Chile sólo 5 Centros bajo la categoría de Ciencias sociales. De estos, solo uno incorpora en sus palabras clave la Psicología y que corresponde a un Centro Académico Independiente denominado Centro de Estudios del Desarrollo y Estimulación Psicosocial en la ciudad de Santiago.

Al revisar los centros de Investigación pertenecientes a las Escuelas de Psicología chilenas, sólo se encuentra referenciados en las páginas institucionales de cada Universidad el Centro de Desarrollo Cognitivo y el Laboratorio de Neurociencias Cognitivas de la Universidad Diego Portales y los Centros de Estudios Organizacionales y de Estudios en Psicología de la Universidad Adolfo Ibáñez.

 

Fuentes Públicas de Financiamiento

Uno de los indicadores utilizados para evaluar el desarrollo científico y tecnológico de un país es el gasto realizado en investigación y desarrollo.

De acuerdo a lo registrado por el Kawax Observatorio Chileno de Ciencia y Tecnología (2008), este gasto en Chile para el periodo 2002 2004, no alcanza a superar el 0,7% del producto interno bruto (PIB) en contraposición al casi 3,5% de Finlandia, el 2,7% de Estados Unidos (EEUU) o el 2,26% promedio presentado por países desarrollados. Al compararlo con el resto de Latinoamérica, el gasto chileno es superior a éstos, con excepción de Brasil, cuyo gasto es cercano al 1%.

El gasto en Investigación y desarrollo ha ascendido de 178 MM USD el año 2002 a 145 MM USD, el 2003 y 206 MM USD el 2004.

La distribución de este gasto estatal es desigual. El año 2004, solo 18 MM USD, es decir, un 8% fue para las ciencias sociales, en contraposición a los 98 MM USD, equivalente al 48%, asignado a las ciencias naturales.

La principal fuente de financiamiento pública es la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (CONICYT), organismo creado el año 1967, que tiene como objetivo la promoción, fortalecimiento y difusión de la investigación científica y tecnológica en Chile.

CONICYT opera fundamentalmente a través de dos pilares estratégicos, por un lado fortalecer el capital humano avanzado, a través de la entrega de becas para cursar estudios de postgrado, y por otra parte el desarrollo y fortalecimiento de la base científica y tecnológica. Ésta se concreta principalmente en el financiamiento de proyectos de investigación a través de diversos programas, como son: (a) Fondo de Financiamiento de Centros de Excelencia en Investigación (FONDAP), el cual financia equipos de investigadores en áreas temáticas con un alto nivel de desarrollo a nivel nacional (matemáticas, oceanografía, estudio celular, entre otros); (b) Programa EXPLORA, dirigido principalmente al desarrollo de la cultura científica y tecnológica en población escolar; (c) Programa Regional, destinado al financiamiento en regiones de Unidades o Centros de Desarrollo Científico y Tecnológico en áreas relevantes para el desarrollo económico y social de la región; (d) Fondo de Fomento al Desarrollo Científico y Tecnológico (FONDEF), el cual tiene por objeto vincular al sector científico y tecnológico con el empresarial; (e) Programa Bicentenario para la Ciencia y la Tecnología, que considera tres ejes: el mejoramiento del Sistema de Ciencia, tecnología e innovación de Chile para contribuir al desarrollo de políticas y un medio ambiente propicio para estos ejes.

Uno de los productos logrados es el Observatorio de Ciencia, Tecnología e Innovación - Kawax (2008), el cual diseña, integra y produce información, indicadores y estudios sobre la actividad nacional de Investigación, desarrollo e innovación con estándares y metodologías internacionales.

Un segundo eje es el fortalecimiento de la base científica, el cual ha permitido por ejemplo la inserción de investigadores postdoctorales en la universidad, y la creación de Anillos de Investigación en Ciencias Sociales, Ciencia y Tecnología y Ciencia Antártica.

El tercer eje está destinado principalmente al fomento de la vinculación público-privada: (f) Programa de Becas de postgrado, destinado a crear capital humano avanzado.

De los datos aportados por CONICYT, se encuentra que entre los años 1988 al 2005, se han entregado 395 becas destinadas a obtener el grado de magíster, de este total, solo 17 (un 4,3%) han sido destinadas a cursar un programa de magíster en Psicología.

En similar periodo se han otorgado 1528 becas para cursar programas doctorales, de los cuales solo 10 (0,65%) han sido en Psicología (CONICYT, 2008e). Un detalle de las becas entregadas por disciplina entre el periodo 1990 2004 puede ser revisado en el Anexo 5.

(g) Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (FONDECYT), creado para fortalecer el desarrollo de la investigación científica básica en el país, cuenta con distintas líneas: un concurso regular, uno de iniciación en investigación,uno de postdoctorados y el último de cooperación internacional.

De estos programas los más utilizados por los investigadores en Psicología son los programas FONDECYT y FONIS, que es un subprograma del FONDEF, el cual tiene como objetivo generar información que contribuya a mejorar la toma de decisiones en salud y promover la investigación y desarrollo con aplicaciones clínicas y de salud pública.

El área de financiamiento a proyectos de investigación FONDECYT ha:

permitido consolidar la actividad científica del país al dotarlo de una masa crítica cada vez más especializada en las distintas áreas del conocimiento, infraestructura científica y tecnológica, redes de investigadores articuladas y un conocimiento científico-tecnológico compatible con los niveles de desarrollo económico-social alcanzados por Chile. (CONICYT, 2008e).

En los 25 años de funcionamiento se han financiado más de 9000 proyectos de investigación por un monto cercano a los trescientos cincuenta mil millones de pesos. Considerando que los resultados obtenidos a lo largo del tiempo son concordantes con los esperados, ha habido un significativo incremento en los fondos destinados a financiar proyectos nuevos y de continuidad, alcanzando al año 2007 un presupuesto de cerca de veinticinco mil millones de pesos.

Tal como lo indica la Tabla 3, considerando el período comprendido entre los años 2001 al 2006, a pesar de que anualmente se adjudica un promedio de 350 proyectos en el concurso regular, sólo un promedio de 6 proyectos fueron específicamente en Psicología, es decir, un 1,7% del total.

 

 

Una de las posibles razones de tan bajo porcentaje de adjudicación de proyectos de Psicología es la baja cantidad de investigaciones que se presentan y además el número de éstas que son aprobadas (Tabla 4 ).

 

 

En la línea de proyectos de iniciación a la investigación el mayor porcentaje de recursos lo consiguen los proyectos del área de la biología y la ingeniería, obteniendo el 2007 entre ambas disciplinas más del 40% del presupuesto asignado, versus el 1,3% obtenido por los proyectos del área de la Psicología (ver Tabla 5).

 

 

Cabe mencionar que los psicólogos no solamente presentan y adjudican proyectos en el área de Psicología, sino que también lo hacen en otras áreas, como Medicina o Educación.

Con relación al Programa FONIS, este se inicia a partir del año 2004 bajo el alero compartido del CONICYT y el Ministerio de Salud. Desde su creación ha tenido una alta acogida entre los profesionales que trabajan o investigan en temáticas vinculadas a la salud, seleccionándose para el primer año 25 proyectos por un valor cercano a los 400 millones de pesos, de un total de 696 propuestas iniciales. La segunda convocatoria recibió 564 propuestas, siendo finalmente aprobados 31 proyectos. Durante el 2006 se recibieron 643 propuestas, siendo aprobadas 26. El año 2007 se seleccionaron 23 proyectos (CONICYT, 2008e).

Lamentablemente no es posible saber con precisión cuantos de estos son catalogables como pertenecientes al quehacer psicológico, pues aun cuando algunos de estos han sido ganados por psicólogos, los proyectos no son clasificados por disciplina, sino por área de impacto.

En forma paralela, la gran mayoría de las universidades cuenta con fondos propios para financiar proyectos de investigación semillas mediante concursos internos.

 

Recurso Humano Especializado

Tanto el desarrollo de proyectos de investigación, como la productividad científica expresada en publicaciones de Information Sciences Institute (ISI), serían posibles sin contar con capital humano avanzado. Entre los indicadores utilizados para evaluar este ámbito se encuentran el número de graduados de doctorado en los países por millón de habitantes y el número de investigadores por mil empleados.

Con relación al primero, Chile se encuentra muy distante de los 356 doctores por millón de personas que presenta Finlandia al año 2004. A nivel latinoamericano, el número de doctores en Chile es un 200% más bajo que Brasil y cercano, aunque menor, a México, tal como se puede observar en la Tabla 6.

 

 

De acuerdo a Kawax Observatorio Chileno de Ciencia y Tecnología (2008), al año 2004 existían en Chile 18.365 investigadores, lo que expresa un aumento con relación a similar dato para el año 2003, en donde fueron identificados 17.212 investigadores.

Al relacionar estos números con la cantidad de empleados, se encuentra que el número de investigadores por mil empleados en Chile está muy por debajo de países como Finlandia (al año 2004 reportaban 17, 3 investigadores) o Nueva Zelanda (10,2 para el 2003). En Chile se ha reportado 1,6 (2002), 3,1 (2003) y 3,2 (2004) investigadores por cada mil empleados.

No ha sido posible encontrar información desagregada por especialidades.

 

Postgrados en Psicología

A medida que las diferentes Escuelas y Facultades del país han ido creciendo y desarrollándose fundamentalmente en docencia e investigación, sumado al crecimiento en número de académicos especialmente con postgrados, se han ido generando diversos programas conducentes a la obtención de un grado académico, fundamentalmente de magíster.

A mayo del 2008, 23 de las 40 Universidades que imparten Psicología, es decir, más del 50%, ofrecen programas de maestría en Psicología (ver Anexo 2), principalmente vinculados a áreas tradicionales de la formación psicológica, como lo son la Psicología clínica, la Psicología educacional y la Psicología social. En los últimos años se ha generado una oferta distinta derivada del proceso de reforma judicial chileno, que ha implicado la necesaria especialización en el área de la Psicología jurídica. Otra área emergente es la Psicología de la salud, la cual estaría dada por la incorporación paulatina de la Psicología en diversos campos de actuación en salud pública en áreas no psiquiátricas, o en el campo de la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad.

De los 44 programas de Magíster ofertados, sólo 7 han sido acreditados por la CNA, 6 de los cuales pertenecen a las dos universidades más antiguas del país, la Católica de Chile y la Universidad de Chile.

Cabe mencionar que en Chile algunas universidades ya han comenzado, de manera similar a algunas universidades europeas y de Estados Unidos, a otorgar el grado de licenciatura a los cuatro años, ofertando un programa de magíster de continuidad en Psicología, con diferentes menciones, obtenible en dos años más de estudios. Pese a esto, la inmensa mayoría de las carreras de pregrado conserva una duración de la carrera de Psicología de 10 a 11 semestres, la cual ya fue rebajada de los 12 semestres que hasta hace unos años atrás era común para la formación de pregrado bajo el llamado Modelo Latinoamericano o Modelo de Bogotá.

Los programas doctorales son de reciente data en el país. El año 1998 se dio comienzo al programa de Doctorado en Psicología en la Universidad de Chile (UCH), siendo este el primero en el país y en Sudamérica. El año 2000 se crea el programa de Doctorado en Psicología en la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC) y a partir del año 2007 se implementa el Doctorado Internacional en Psicoterapia, programa realizado en conjunto entre la PUC, la UCH y la Universidad de Heidelberg, Alemania. Los dos programas de Doctorado en Psicología chilenos (PUC y UCH) están acreditados.

 

La Investigación en Psicología

Tal como se ha mencionado anteriormente, al revisar las líneas de investigación centrándose principalmente en la adjudicación de proyectos Fondecyt, son la Psicología educacional y la Psicología social las que presentan la mayor cantidad de proyectos aprobados, aun cuando el segundo porcentaje de investigaciones recae en la categoría "otras Psicologías", lo cual no permite extraer conclusiones definitivas sobre líneas temáticas.

Alarcón el año 1998 revisó las tendencias en la investigación psicológica en Latinoamérica, las cuales aún pueden seguir siendo consideradas como tales. Entre estas, aparece la psicometría como la orientación más antigua de investigación psicológica en Latinoamérica. En Chile, ya el año 1969 se reporta que cerca del 42% de las tesis de pregrado estaban orientadas a la adaptación y validación de tests. A pesar del tiempo transcurrido, muchas de las investigaciones realizadas actualmente en pregrado conservan esta orientación, incorporando las variables emergentes en el campo de estudio psicológico.

La investigación psicosocial es otra de las grandes áreas de desarrollo de la investigación, tal como se relatará más adelante.

Otro campo de desarrollo ha sido el del análisis del comportamiento y la Psicología experimental. Esta última tiene en Chile una larga data: el primer laboratorio de Psicología experimental se creo en Chile en 1907 y el segundo en la Universidad de Chile, entre 1908 y 1909 (Poblete, 1980) fomentando el desarrollo de investigaciones propias. A lo largo del tiempo, se fueron desarrollando bajo el alero principalmente académico distintos laboratorios, ampliándose la investigación a otros campos como el de la psicofisiología y las neurociencias. Se desconocen estudios actuales acerca de los laboratorios de Psicología experimental y la producción científica derivada de éstos. Como un dato anexo, un estudio exploratorio acerca de las opiniones de estudiantes y psicólogos chilenos sobre la Psicología experimental, ha sido presentado por Valenzuela, Lillo, Martín y Vera-Villarroel (2007), evidenciando en los encuestados una tendencia a considerar a la Psicología como una ciencia donde el trabajo de laboratorio otorgaría mayor peso científico a la disciplina, pese a que la Psicología continúa siendo concebida mayormente bajo el paraguas de las ciencias sociales.

Un interesante análisis acerca de la investigación científica de la Psicología en Chile, visto a través de la opinión de expertos investigadores en diversas especialidades, puede ser revisado de los trabajos de Julio Villegas (Villegas & Rodríguez, 2005, 2007).

La Investigación al Interior de las Escuelas de Psicología

Al revisar las líneas de investigación declaradas por la diversas Escuelas de Psicología a través de sus páginas web, sólo 11 universidades en donde se imparte Psicología explicitan las líneas de investigación de la Escuela, el mayor porcentaje no hace mención alguna a las áreas en que se investiga y las restantes sólo mencionan las áreas o temas de interés de cada uno de sus académicos (ver Anexo 3).

Probablemente en aquellas carreras que aún no cuentan con el número suficiente de académicos para desarrollar investigación, ésta se genera principalmente a través de las tesis de pregrado. Esta instancia ha desaparecido en algunas universidades como obligatoria para obtener la licenciatura en Psicología en algunas universidades.

Urra (2006), realizó un análisis de las tesis de pregrado depositadas en el Colegio de psicólogos (900 sobre un total de 1.600), principalmente en cuanto a tendencias temáticas, enfoques teóricos y metodológicos. Con relación a las tendencias en los temas de investigación, en la década de los setentas el énfasis estuvo en la medición de las capacidades cognitivas en el ámbito educacional y en experimentos en aprendizaje y terapia conductual; en los ochentas, la tendencia estuvo en el área de infancia y maternidad y en temas educativos; en los noventas comienzan a emerger temáticas psicosociales, línea que cobró mayor diversidad y se centró en temas contingentes en el periodo 2006, apareciendo temas como la reforma educacional, la Psicología jurídica, la sexualidad, competencias, etc.

Sobre el enfoque metodológico, entre los años setentas y noventas fue principalmente cuantitativo. A partir de los noventa comienzan a incrementarse gradualmente las tesis cualitativas, encontrándose que a partir del año 2000, habría una tendencia mayoritaria a incluir ésta metodología.

 

Publicaciones

Uno de los principales indicadores para medir la productividad científica corresponde a los artículos publicados, especialmente aquellos que están en revistas incluidas en la Web of Science.

Considerando este criterio, a nivel nacional la producción científica es notablemente baja comparada con otros países. La cantidad de publicaciones ISI por millón de habitantes, a pesar de que ha ido acrecentándose en el tiempo, es notablemente más baja que en países con una larga trayectoria en el campo de la investigación, como Finlandia o Irlanda, que tiene un promedio de crecimiento respectivo de 40 y 26 publicaciones por millón de habitantes por sobre las cuatro publicaciones de Chile. Tomando como parámetro de comparación otros países latinoamericanos, Chile adquiere una posición distinta, ya que el número de publicaciones ISI es superior a las presentadas en similar periodo de tiempo para Argentina, Brasil o México (Anexo 4).

En el campo específico de la Psicología, el portal universitario Universia Chile (2008) establece un ranking de instituciones de investigación en Psicología y Ciencias de la educación. Una de las categorizaciones se realiza con base al número de producción citable o producción primaria, operacionalizados como artículos científicos recogidos en revistas indexadas en las bases de datos Thomson-ISI. Considerando el periodo 1990 al 2005, la primera Institución con 502 publicaciones en el área es la Universidad Nacional Autónoma de México, seguida por la brasileña Universidad de Sao Paulo, con 404 publicaciones. La primera institución chilena que aparece es la UCH, en séptimo lugar, con 90 publicaciones. La segunda institución chilena es la PUC con 62 publicaciones, ocupando el decimotercer lugar.

Al considerar el ranking sólo entre las instituciones chilenas, se aprecia una notable diferencia entre las dos primeras universidades, la UCH y la PUC y las restantes, ya que la que obtiene el cuarto lugar, la Universidad de Santiago de Chile (USACH), sólo tiene el 13% de las publicaciones de la UCH para el periodo 1990 2005 (ver Tabla 7).

 

 

Un elemento adicional que debe considerarse para el análisis de este ranking, es que no todos las publicaciones en las revistas de Psicología son realizadas por psicólogos, o académicos de Escuelas de Psicología. También sucede el fenómeno contrario, no todos los psicólogos publican en revistas de Psicología, sino también en revistas catalogadas en medicina, neurociencias, o salud pública, entre otras.

En los últimos años algunos psicólogos chilenos han comenzado a publicar con relación a la productividad científica en áreas específicas de la Psicología, como es el caso de la Psicología clínica (Ortiz & Vera Villarroel, 2003; Vera-Villarroel & Lillo, 2006). Ellos plantean que ha habido un alza en la producción nacional en las publicaciones en dicha área, aunque estas aún son pocas, están vinculadas a pocas instituciones y centradas en algunos investigadores. En un artículo similar se describen los principales enfoques teóricos de intervención y los temas abordados en relación a la Psicología clínica basada en la evidencia, siendo los principales enfoques teóricos el cognitivo conductual (39%) seguido del humanismo y el enfoque integrativo (ambos con un 21,7%). Los autores concluyen que habría un aumento incipiente de la investigación clínica en Chile, aunque esta sigue siendo escasa (Vera-Villarroel & Mustaca, 2006). Estudios similares se pueden encontrar en el campo de la psiconeuroinmunología (Vera-Villarroel & Fernández, 2005).

Un elemento que podría incidir en este escaso número de publicaciones no es tan sólo que hayan únicamente 4 revistas en Psicología ISI en castellano, sino que a nivel nacional, el número de publicaciones en Psicología es aún más crítico. De acuerdo a CONICYT (2008e), a diciembre de 2007 habría en Chile 2.266 publicaciones seriadas, de las cuales 22 son del ámbito de la Psicología. De estas 22, sólo 2 revistas (Psykhe, con 8 números y Terapia Psicológica, con 2 números) han cumplido con los requisitos para estar incluidas en el índice scielo y en la base de datos más importante en Psicología, PsycInfo. La falta de continuidad en la emisión de las revistas ha sido un elemento que ha favorecido el hecho de no contar con mayor cantidad de revistas indexadas, como es el caso de la Revista Chilena de Psicología, que fue descontinuada por la actual directiva del Colegio de Psicólogos. No existen aún publicaciones chilenas de Psicología incluidas en ISI.

 

Algunas Conclusiones

La investigación psicológica tiene una larga data en Chile, incluso previa a la creación formal de los currículos en Psicología. Pese a esto, al evaluar con indicadores de productividad científica tales como la cantidad de publicaciones en revistas ISI, esta trayectoria no se ve reflejada.

Diversos son los elementos del contexto de la investigación en Chile que se han revisado y que inciden en distintos grados en estos resultados. Por ejemplo, la baja cantidad de proyectos de investigación presentados y ganados. No es menor el hecho de que las dos principales instituciones que publican son las más antiguas de Chile en Psicología y este hecho no es tan solo fruto de la madurez del cuerpo académico de ambas universidades, sino también del apoyo institucional expresado en el aumento de número de académicos, especialmente con estudios de postgrado.

Es notoria la diferencia en investigación entre las universidades pertenecientes al Consejo de Rectores en contraposición a las privadas. En estas últimas se suele priorizar la docencia, especialmente en aquellas que han debido distribuir sus recursos académicos en una multiplicidad de sedes a lo largo del país.

La incorporación paulatina de nuevos doctores en las escuelas de Psicología auguran un futuro auspicioso para el desarrollo de la investigación psicológica, aún cuando lo más probable es que ésta siga vinculada solamente a las universidades.

Un factor que puede convertirse en un arma de doble filo es la eliminación de la investigación en forma de tesis de licenciatura en pregrado, ya que los futuros psicólogos no adquieren las competencias necesarias para realizar un proceso de investigación, por lo que en el futuro optarán por perfeccionamientos de tipo profesionalizante. Sin embargo, no es suficiente el sólo mantener el proceso, ya que en las Escuelas que siguen con este procedimiento, la investigación para obtener el grado constituye un mero trámite para la gran mayoría de los alumnos. La disminución cada vez mayor de los tiempos para obtener el grado, implica optar, y en la elección, la formación para la investigación no es tan prioritaria como preparar al estudiante para su desempeño profesional.

Otro elemento importante de destacar y que podría incidir en la baja producción científica, lleva relación con la baja capacidad de convocatoria y de trabajo en redes de las organizaciones en psicología chilenas. El Colegio de Psicólogos de Chile, dada la no obligatoriedad en el país de colegiarse, es una institución que no cuenta con el peso suficiente para constituirse en un organismo técnico o capaz de generar lazos de cooperación para la investigación con otras instituciones del país o internacionales. Las Sociedades Científicas en Psicología son pocas (Sociedad Chilena de Psicología Clínica, Sociedad Chilena de Medicina conductual y Psicología de la Salud, Sociedad Chilena de Psicología Jurídica, Sociedad Chilena de Psicología de la Emergencia) y no cuentan muchas veces con los recursos necesarios para generar proyectos de investigación por si mismas o entre sus miembros.

La posibilidad de difundir el conocimiento científico no son muchas. Los dos últimos Congresos Anuales de Psicología (VI VII) organizados por el Colegio de Psicólogos han tenido baja convocatoria. Aparece como una instancia nueva de difusión el Congreso Chileno de Psicología, organizado por el Consorcio de Universidades del Estado el cual aun tiene una convocatoria limitada. Las reuniones anuales de las sociedades científicas aún no son masivas.

A pesar de estas limitaciones, la investigación psicológica avanza a pasos seguros en la gran mayoría de las universidades tradicionales.

 

Referencias

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Received 30/03/2008
Accepted 30/07/2008

 

 

Alfonso Urzúa M. Psicólogo, Licenciado en Psicología por la Universidad de Tarapacá de Chile, Magíster en Salud Pública por la Universidad de Chile, Doctor en Psicología Clínica y de la Salud, mención Doctor Europeo en Psicología por la Universitat de Barcelona. En la actualidad se desempeña como profesor asociado de la Escuela de Psicología de la Universidad Católica del Norte, Chile, en donde coordina el área de Psicología de la Salud y dicta las cátedras del mismo nombre.
1 Dirección: Universidad Católica del Norte, Escuela de Psicologia, Avenida Angamos, 0610, Antofagasta, Chile. Tel.: (56)(55) 35 5822; Fax: (56)(55) 35 5785. E-mail: alurzua@ucn.cl
2 Apoio CNPq/Edital PROSUL 2008.
3 Agradecimientos: A los Dres. Julio Villegas y José Luis Saiz, a Sebastian Ligüeño, quienes colaboraron en la obtención de las diversas fuentes de información. Al Dr. Pablo Vera-Villaroel y a Marcelo Urra, quienes además colaboraron en la revisión del artículo, al igual que el Dr. Adolfo Jarne y las colegas Susan Yañez y Mariela Maureira, quienes aportaron con sus lecturas críticas.

 

 

ANEXO A


ANEXO B


ANEXO C


ANEXO D

ANEXO E