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Interamerican Journal of Psychology

versão impressa ISSN 0034-9690

Interam. j. psychol. v.43 n.1 Porto Alegre abr. 2009

 

 

Influencia del modelado de los padres sobre el desarrollo del razonamiento prosocial en los/las niños/as

 

Influence of parents modeling over children development of prosocial reasoning

 

 

María Cristina Richaud de Minzi1

Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Buenos Aires, Argentina

 

 


RESUMEN

Los crecientes problemas de la agresividad infantil indican la importancia de evaluar el razonamiento moral prosocial como proceso protector contra la misma, en la medida en que se produce ante un problema o una necesidad de otra persona, que implica una respuesta de ayuda que entra en conflicto con las propias necesidades o deseos. Eisenberg (2000) subraya que para estudiar la conducta moral es necesario incluir la regulación emocional y la empatía. A su vez, parecería que la empatía está influida en gran medida por experiencias tempranas de relación interpersonal (Krevans & Gibbs, 1996). En el presente trabajo analizaré en qué medida el comportamiento parental se relaciona con el razonamiento moral prosocial, en la niñez mediana y tardía. Al mismo tiempo, puesto que se ha visto que la empatía que los/las niños/as perciben en sus padres/madres influye sobre el desarrollo de la propia empatía, que es uno de los antecedentes del razonamiento moral prosocial, estudiaré la relación entre la empatía de los padres/madres percibida por los niños/as y su propio razonamiento moral prosocial. Además, dado que se conoce que el género está relacionado con la empatía y el razonamiento moral prosocial y que el aumento en la edad, en la medida que va acompañado por un mayor desarrollo cognitivo, influye en el desarrollo del razonamiento moral prosocial, analizaré las relaciones de la empatía percibida en los padres/madres y de los estilos parentales sobre el razonamiento moral prosocial, teniendo en cuenta ambas variables. Para ello administré a una muestra de 610 niños de 9 a 12 años, la versión española del Prosocial Reasoning Objective Measure (PROM) (Carlo, Eisenberg, & Knight, 1992; Mestre, Frías, Samper, & Tur, 2002), dos cuestionarios para estudiar la percepción que el/la niño/a tiene de la empatía de su madre y padre en sus aspectos afectivo y cognitivo (Richaud de Minzi, 2006), basados en el modelo de Davis (1980) y el Inventario de Percepción de estilos parentales en niños/as de 8 a 12 años (Richaud de Minzi, 2007). Realicé regresiones múltiples para analizar la contribución relativa sobre el desarrollo y estilo del razonamiento prosocial en los niños/as, de la percepción que éstos/as tienen de la empatía y estilo relacional de su padre y madre.

Palabras clave: Prosocialidad; Razonamiento moral; Empatía; Modelado.


ABSTRACT

Increasing problems of children aggressiveness indicate the importance to evaluate prosocial moral reasoning as a protective process, given that it occurs to face with a problem or necessity of other person, that involves a help response that comes into conflict with the own necessities and wishes. Eisenberg (2000) underlines that to study moral behaviour it is necessary to include emotional regulation and empathy. At the same time, it would seem that empathy is influenced to a large extent by early interpersonal relationships experiences (Krevans & Gibbs, 1996). In the present work I will analyze if parental behaviour is related to prosocial moral reasoning in middle and late childhood. At the same time, given that perceived parent's empathy in children has an influence on children empathy, I will study the relationship between perceived parent's empathy by children and children prosocial moral reasoning. Moreover, I will analyze the influence of children gender and age. I administered the Spanish version of Prosocial Reasoning Objective Measure (PROM) (Carlo, Eisenberg, & Knight, 1992; Mestre, Frías, Samper, & Tur, 2002), two questionnaires to study child perception of mother and father empathy (Richaud de Minzi, 2006), based on Davis model (1980) and Perception of Parental Styles Inventory in children between 8 and 12 years, to a sample of 610 children between 9 and 12 years (Richaud de Minzi, 2007). I calculated multiple regressions to analyze the contribution of children perception of parental empathy and behaviour to explain prosocial reasoning development and style.

Keywords: Prosociality; Moral reasoning; Empathy; Modeling.


 

 

Los crecientes problemas de agresividad en los niños indican la importancia de estudiar el razonamiento moral prosocial como precursor del comportamiento prosocial y especialmente de comprender el impacto que los padres tendrían en el desarrollo de dicho razonamiento prosocial.

El razonamiento moral prosocial ha sido relacionado con la conducta prosocial y antisocial y se refiere a la forma de solucionar dilemas sociales, en los que las necesidades o deseos de una persona están en conflicto con las necesidades o deseos de otra u otras personas, en un contexto en el que el papel de las leyes, normas, dictados de las autoridades, prohibiciones y castigos es mínimo (Carlo, Einsenberg, Koller, Da Silva, & Frohlich, 1996; Eisenberg, Lennon, & Roth, 1983; Eisenberg, Shell, McNalley, & Shea, 1991).

Niveles altos de razonamiento prosocial incluyen valores internalizados tendientes a beneficiar a los otros y a la sociedad y con motivos empáticos. Contrariamente, bajos niveles de razonamiento moral prosocial, a menudo se refieren a preocupaciones focalizadas en sí mismo y a ganar la aprobación de los otros. Niños en edad preescolar que han podido superar el estadio hedonista, tienen mayor probabilidad de ayudar y compartir bienes valiosos con sus pares, que aquellos que todavía razonan en función de sus propios intereses (Eisenberg & Hand, 1979). Los estudios con niños mayores y con adolescentes también encuentran que aquellos con mayor razonamiento prosocial, están dispuestos a ayudar a quien lo necesita, aún cuando les desagrade, mientras que aquellos con bajo razonamiento prosocial tienden a pasar por alto las necesidades de las personas que les desagradan (Eisenberg et al., 1991).

Por otra parte, Eisenberg (2000) señala que la capacidad creciente del niño para sentir empatía hacia los demás, contribuye en gran medida a generar razonamiento prosocial maduro y a desarrollar una preocupación desinteresada por lograr el bienestar de cualquiera que requiriera ayuda (Eisenberg & Miller, 1987; Eisenberg et al., 1987). La empatía involucra no sólo la experiencia afectiva del estado emocional real o inferido de otra persona, sino además algún reconocimiento y comprensión mínimos del estado emocional de otro. Los individuos empáticos son además menos agresivos por su sensibilidad emocional y su capacidad para comprender las consecuencias negativas potenciales para él mismo y los otros que se pueden derivar de la agresión; por tanto la empatía aparece negativamente relacionada con la conducta agresiva y positivamente relacionada con la conducta prosocial y altruista.

Si bien Eisenberg, Carlo, Murphy y Van Court (1995) señalan la existencia de una progresiva sofisticación cognitiva, que va desde el razonamiento moral y prosocial hedonista al orientado a la aprobación, a las necesidades, al estereotipado y al internalizado, incluso las personas adolescentes frecuentemente verbalizan otros modos de razonamiento menos maduros (Eisenberg et al., 1991). La permanencia en estas formas menos maduras de razonamiento moral tendría que ver en parte con el comportamiento parental que los niños perciben.

De acuerdo con la teoría cognitivo-educativa (Kohlberg, 1969; Piaget, 1932), el nivel de juicio moral de los niños sería intensificado con prácticas paternas de socialización que facilitan la toma de perspectiva y la construcción autónoma de reglas. En un estudio realizado por Palmer y Hollin (2001) encontraron que el razonamiento moral se asocia con un estilo disciplinario consistente y con un estilo parental que es percibido por los niños como cálido, interesado e inductivo.

También la empatía de los niños está influida en gran medida por experiencias tempranas de relación interpersonal (Krevans & Gibbs, 1996). En este sentido, en estudios anteriores se ha encontrado que la empatía de los niños está en gran parte explicada por los sentimientos empáticos que los niños perciben en sus padres (Richaud de Minzi, 2006; Valiente et al., 2004).

En efecto, los padres pueden estimular la actividad empática compasiva modelando la preocupación empática y utilizando formas de disciplina con orientación afectiva, que ayuden a los niños a entender los efectos perjudiciales de la angustia que puedan haber causado a otros (Barnett, 1987; Zahn-Waxler, Radke-Yarrow, & King, 1979; Zahn-Waxler, Radke-Yarrow, Wagner, & Chapman, 1992).

El razonamiento moral prosocial en niños entre 9 y 12 años puede ser mejor comprendido teniendo en cuenta cómo estos niños perciben las mutuas relaciones con sus padres, así como la de éstos con los demás.

En el presente trabajo analizaré en qué medida el comportamiento parental se relaciona con el razonamiento moral prosocial, en la niñez mediana y tardía. Al mismo tiempo, puesto que se ha visto que la empatía que los niños perciben en sus padres influye sobre el desarrollo de la propia empatía, estudiaré la relación entre la empatía de los padres percibida por los niños y su propio razonamiento moral prosocial. Además, dado que se conoce que el género está relacionado con la empatía y el razonamiento moral prosocial y que el aumento en la edad influye en el desarrollo del razonamiento moral prosocial, analizaré las relaciones de la empatía percibida en los padres y de los estilos parentales sobre el razonamiento moral prosocial, teniendo en cuenta ambas variables.

 

Método

Participantes

Trabajé con una muestra no aleatoria de 631 niños, de 9 a 12 años (N9 = 89, N10= 232, N11 = 217, N12 = 93; Medad = 10,45; DE edad = 1.01), de ambos sexos (321 varones y 310 mujeres), de clase socioeconómica media, que concurrían a escuelas de nivel primario de la ciudad de Buenos Aires, Argentina.

Procedimiento Ético

Consulté a los directores y maestros de las escuelas en las que administré las pruebas, acerca de si deseaban participar de la investigación. Una vez que acordaron participar, realicé una reunión con los padres de los niños o guardas legales para explicarles los objetivos y procedimientos de la investigación. Obtuve luego un consentimiento informado de los niños y sus padres o guardas legales. La investigación fue aprobada por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, que la subsidió y por la Secretaría de Educación del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que otorgó el permiso para asistir a las escuelas.

Instrumentos

Escala Argentina de la Percepción de la Relación con los Padres para Niños de 8 a 12 Años (Richaud de Minzi, 2007). A través de esta Escala estudié los distintos comportamientos que los niños perciben en su padre y madre separadamente. La misma consta de 32 ítems que reflejan distintos comportamientos de los padres hacia los hijos, que se responden Sí, más o menos, No.

El análisis factorial de la Escala Argentina de Percepción de la Relación con los padres para niños de 8 a 12 años (N=1423), indicó cinco tipos de comportamiento percibido por el/la niño/niña, tanto con el padre como con la madre: (a) aceptación (alpha =.92 para la madre y .89 para el padre); (b) control normal o aceptable (alpha =.75 para ambos padres); (c) control estricto, no patológico pero menos aceptado (.81 para la madre y .65 para el padre); (d) control patológico (alpha = .72 para la madre y .81 para el padre ) y (e) autonomía extrema (alpha = .60 para ambos padres).

El primer tipo (8 ítems) incluye las dimensiones aceptación, centrado en el niño, aceptación de la individuación e implicación positiva, el segundo, 6 ítems relativos al control pero que se correlacionan con aceptación (Por ejemplo, "Cuando me porto mal, se preocupan porque voy a sufrir las consecuencias cuando sea grande", "Controlan que llegue a casa a horario"), el tercero o control estricto, 3 ítems como "Insiste en que haga mis tareas" o "Hace que yo cumpla lo que me manda". Por su parte, el control patológico (8 ítems) abarca el control hostil, la instilación de ansiedad persistente, el alejamiento en las relaciones y el control a través de la culpa y finalmente, la autonomía extrema (4 ítems) que incluye a la disciplina laxa. A partir de estos tipos de relación, es posible obtener las combinaciones necesarias para definir los estilos democrático (aceptación y control normal), autoritario (aceptación y control estricto y patológico), permisivo (aceptación y autonomía extrema) y rechazante (no aceptación y control patológico).

Prosocial Reasoning Objective Measure (PROM) (Carlo et al., 1992; Mestre, Frías, Samper, & Tur, 2002). Mediante el PROM se midió el nivel de razonamiento moral prosocial alcanzado por los niños del estudio. Para el análisis de los resultados se trabajó con los valores ponderados del PROM.

Se presentaron a los participantes cinco historias que constituyen cinco dilemas en los cuales las necesidades del protagonista están en conflicto con las necesidades de la víctima. Por ejemplo, una de las historias involucra una decisión para el protagonista acerca de si ir a una fiesta o quedarse a ayudar a un niño lastimado. Sin embargo, si el protagonista da ayuda él o ella (el género del protagonista es el mismo que el del participante) perderá la fiesta. Después de leer cada una de las cinco historias-dilema, los niños indicaron si el protagonista debería ayudar y luego otorgaron un valor, según la importancia de cada uno de los nueve razonamientos, en una escala de siete puntos desde nada a muy importante, como un factor en la decisión de ayudar. Uno de los ítems de razonamiento no tiene sentido, para eliminar los datos sospechosos de desiderabilidad social. Cada uno de los restantes ítems refleja uno de los niveles de razonamiento moral prosocial: hedonista, orientado a la necesidad, orientado a la aprobación de otros, estereotipado e internalizado. Por tanto, permite discriminar entre sujetos que justifican la situación en función de sus intereses personales, sujetos que se sienten más presionados por la aprobación externa (el atenerse a la autoridad) y personas que se guían más por principios personales, por criterios de igualdad, por asumir la responsabilidad y por la anticipación de consecuencias, incluso consecuencias afectivas positivas y/o negativas que se pueden derivar de una determinada acción (por ejemplo: "me sentiré mal conmigo mismo si no ayudo en esta situación", "pienso que todas las personas valen la pena por igual"). El valor combinado ponderado refleja la preferencia del participante por razonamientos más sofisticados en relación a tipos de razonamiento de menor nivel (los cinco tipos de menor a mayor son hedonista, orientado a la necesidad, orientado a la aprobación de otros, estereotipado e internalizado). La consistencia interna del instrumento se ha confirmado en una muestra de 934 niños argentinos, al obtener un alfa de Cronbach entre 0.70 y 0.75 para las diferentes categorías de razonamiento moral prosocial.

Cuestionario de la Percepción de los Niños de la Empatía del Padre y la Madre (Richaud de Minzi, 2006). Estudié la empatía que los niños perciben en sus padres a través de dos cuestionarios, uno para la madre y otro para el padre, con 28 ítems cada uno, que corresponden a los 28 ítems del IRI de Davis (1980) pero referidos a los padres. Por ejemplo: "Me preocupa y conmueve la gente con menos suerte que yo." "A mi mamá le preocupa y conmueve la gente que ha tenido menos suerte que ella." "Encuentro difícil ver las cosas desde el punto de vista de otra persona." "A mi papá le cuesta ver las cosas desde el punto de vista de otra persona." El IRI de Davis (1980) permite evaluar la disposición empática a través de cuatro factores, dos cognitivos y dos emocionales: Toma de perspectiva (PT), habilidad para comprender el punto de vista de la otra persona; Fantasía (FS), tendencia a identificarse con personajes del cine y de la literatura, es decir, evalúa la capacidad imaginativa del sujeto para ponerse en situaciones ficticias; Preocupación empática (EC), sentimientos de compasión, preocupación y cariño por otros; y Malestar personal (PD), sentimientos de ansiedad y malestar que el sujeto manifiesta al observar las experiencias negativas de los demás.

El Cuestionario de la Percepción de los niños de la Empatía del padre y la madre tiene un formato de respuesta tipo Likert con cinco opciones de respuesta, puntuables de 0 a 4. Estudiado en una muestra argentina de 700 niños, de ambos sexos, de entre 9 y 12 años, que concurrían a escuelas de clase media de Buenos Aires, se obtuvieron 4 factores, similares a los obtenidos por los niños en el IRI original (Richaud de Minzi, 2008). Los alpha obtenidos para cada dimensión, en los dos cuestionarios se presentan en la Tabla 1.

 

 

Para evitar la contaminación entre las respuestas, administré los cuestionarios correspondientes a la madre y al padre junto a otros, en tres sesiones de una hora, cuidando que cada uno fuera administrado en sesiones y días diferentes, con aproximadamente una semana de por medio.

 

Resultados

Estilos Parentales y Razonamiento Moral Prosocial

Calculé las regresiones múltiples entre los estilos de relación percibidas por los/as niños/as en general, con respecto a su madre y a su padre y las dimensiones de razonamiento prosocial.

Como puede observarse en la Tabla 2, tanto en el padre como en la madre, la aceptación y el control patológico predicen significativamente el razonamiento hedonista. Sin embargo, esta relación es negativa en el caso de la aceptación, es decir que a mayor aceptación percibida en los padres, menor razonamiento hedonista, y positiva en control patológico, ya que a mayor control patológico más razonamiento hedonista.

 

 

Cuando analicé las regresiones en relación al razonamiento estereotipado, encontré que en el caso del padre, el control estricto predice significativamente el razonamiento estereotipado, mientras que el control patológico lo hace negativamente. En el caso de la madre, la aceptación está directamente relacionada con el razonamiento prosocial estereotipado y negativamente con el control patológico y el desinterés.

El razonamiento orientado a la necesidad de los otros no es explicado por los estilos de relación parental, en ninguno de los casos.

Con respecto al razonamiento orientado a la aprobación de los otros, está relacionado en forma directa con el control aceptado y el control patológico de ambos padres y en menor grado por el desinterés de la madre (Tabla 2).

Si bien el razonamiento internalizado sería todavía incipiente en las edades estudiadas, aparece significativamente relacionado en forma directa con la aceptación de parte del padre e inversamente con el control patológico de parte de la madre (Tabla 2).

Cuando calculé las regresiones teniendo en cuenta el género de los niños, no encontré relaciones significativas, en el caso del padre, pero sí en el caso de la madre, donde se mantuvo el mismo patrón que en los/las niños/as en general, pero sólo en los niños varones (Tabla 3).

 

 

En el caso del razonamiento prosocial estereotipado, encontré que en los varones, el control estricto del padre en forma directa y el control patológico del padre en forma inversa lo predicen significativamente, mientras que en la madre, son la aceptación (en forma directa) y el control patológico y el desinterés (en forma inversa) los que predicen este tipo de razonamiento (Tabla 3). En las mujeres, el control patológico del padre y de la madre y el desinterés de la madre, se relacionan significativamente con el razonamiento estereotipado. Aunque con pequeñas diferencias, el patrón de relación entre los estilos parentales y el razonamiento moral estereotipado se mantiene tanto en los/as niños/as en general, como en varones y mujeres.

Al considerar el razonamiento basado en la aprobación de los otros, en los varones los estilos parentales que se relacionan significativamente en forma directa son, lo mismo que en los/las niños/as en general, el control aceptado y el control patológico del padre y el control aceptado, control patológico y desinterés de la madre, y, en forma inversa, el control estricto del padre y la aceptación de la madre (Tabla 3). En las niñas, el razonamiento basado en la aprobación de los otros sólo se relaciona con el control patológico del padre, el control aceptado, el control patológico y el desinterés de la madre.

Con respecto al razonamiento internalizado, en los varones no se relaciona con el estilo parental del padre pero sí inversamente con el control patológico de la madre. En las mujeres, en cambio, mantiene exactamente la misma relación que los/las niños/as en general: directa con la aceptación del padre e inversa con el control patológico de la madre.

Finalmente, al calcular las regresiones entre los estilos parentales y el razonamiento moral, considerando la edad (edad1: 9 y 10 años; edad2: 11 y 12 años), encontré que en la edad menor, el desinterés tanto del padre como de la madre predecían el hedonismo, no así en la edad mayor donde no se presentaron relaciones significativas (Tabla 4). Es probable que esto se deba a que es esperable que alrededor de los 12 años, ya el hedonismo haya dejado lugar a otras formas de razonamiento más sofisticadas.

 

 

Con respecto al razonamiento estereotipado, la aceptación (en forma directa) y el control patológico y el desinterés (en forma inversa) por parte del padre lo predicen significativamente en la edad menor, dándose un patrón similar en el caso de la madre, con la única diferencia de que en esta última la aceptación desaparece y se agrega el control, pero en forma inversa. Es decir que a mayor control o desinterés percibido por el niño, menor razonamiento estereotipado. En la edad mayor se repite el patrón de relaciones, excepto en el caso del desinterés del padre y del control normal en la madre, que desaparecen (Tabla 4).

En lo que hace al razonamiento basado en la aprobación de los otros, en la edad menor se mantiene el patrón de relación de los/las niños/as en general, pero en la edad mayor, desaparecen el control aceptado del padre y de la madre.

En cuanto al razonamiento internalizado, en la edad menor aparece relacionado significativa e inversamente sólo con control patológico de la madre, en tanto que en la edad mayor, a éste se agregan la aceptación del padre, en forma directa, y el control patológico, en forma inversa.

El razonamiento orientado a la necesidad de los otros, como en el caso de los estilos parentales, no aparece relacionado con ninguna de las formas de la empatía de los padres percibida por los niños.

En el caso del razonamiento hedonista de los niños, el análisis de las regresiones múltiples indica que está relacionado negativamente con la capacidad para considerar la perspectiva de los otros, percibida en el padre. Por otra parte, el razonamiento orientado a la aprobación de los otros estaría relacionado negativamente con la preocupación empática percibida en la madre y el padre y con la toma de perspectiva de la madre y directamente asociado al distrés personal que el niño percibe que su madre y su padre experimentan en situaciones emocionales (Tabla 5).

 

 

El razonamiento estereotipado de los niños es explicado por la capacidad de tomar en consideración los puntos de vista de otras personas y por la preocupación empática que ellos perciben tanto en su madre como en su padre. Finalmente, encontré que el razonamiento internalizado se relaciona inversamente sólo con la capacidad de la madre para identificarse con personajes de ficción (Tabla 5).

Cuando tuve en cuenta el género, encontré que el razonamiento hedonista presentaba una sola relación significativa e inversa en los varones con preocupación empática del padre, mientras que en las mujeres no hubo relación significativa con la empatía percibida ni en el padre, ni en la madre. Con respecto al razonamiento orientado a la aprobación de los otros, en los varones se mantuvo el patrón general de relación inversa con la preocupación empática percibida en el padre y en la madre. En el caso de las mujeres, en cambio, sólo tuvieron relación directa la percepción de la capacidad de la madre para identificarse con personajes de ficción y para experimentar distrés en situaciones altamente emotivas (Tabla 6).

 

 

En cuanto al razonamiento estereotipado, en los varones se mantiene el patrón básico encontrado en los niños en general, pero se agregan la relación con la capacidad para empatizar con personajes de ficción tanto en la madre como en el padre, es decir con un predominio de las características cognitivas de la empatía. En las mujeres, en cambio, el razonamiento estereotipado sólo se relaciona con la percepción de preocupación empática de la madre (Tabla 6).

Con respecto a la edad, encontré que sólo en la edad menor aparece una relación significativa e inversa de la preocupación empática percibida en el padre y en la madre con el razonamiento hedonista. Como ya se comentó con respecto a los estilos parentales, no es esperable encontrar ya un hedonismo significativo en la edad mayor. En cuanto al razonamiento orientado a la necesidad del otro, encontré una relación significativa y directa con el malestar emocional del padre y una relación significativa e inversa con la preocupación empática de la madre. En la edad mayor la relación inversa se da con la preocupación empática del padre y la toma de perspectiva de la madre (Tabla 7).

 

 

En lo que tiene que ver con el razonamiento estereotipado, en ambas edades hay una relación con la preocupación empática del padre y la toma de perspectiva de la madre. La única diferencia entre ambas edades la observé en la relación con la preocupación empática de la madre, en la edad menor (Tabla 7).

 

Discusión

El desarrollo del razonamiento moral prosocial parece depender en parte del desarrollo cognitivo, desde que en las edades menores se dan razonamientos más primitivos como el hedonismo, o la orientación hacia las necesidades de los otros, mientras que es necesario haber alcanzado cierta capacidad de abstracción generalizada para poder desarrollar un razonamiento estereotipado, y una capacidad de abstracción más sofisticada para alcanzar el razonamiento moral internalizado. Sin embargo, los diferentes tipos de razonamiento no forman una estructura jerárquica, sino que es común que coexistan diferentes tipos de razonamiento más o menos primitivos (Eisenberg et al., 1991). Estos hallazgos han hecho pensar en que existen otras variables (Carlo et al., 1996; Mestre, Perez-Delgado, Samper, & Fuentes, 1999) que podrían explicar, desde el desarrollo afectivo, estos estancamientos en la evolución del razonamiento moral prosocial, entre las cuales, una de las más importantes son las prácticas parentales, tal como son percibidas por los niños. El hecho de analizar la forma en que perciben los niños el comportamiento de los padres, se basa en el postulado de la perspectiva cognitivista de que la calidad de la relación afecta el desarrollo del niño/a sólo en función de la forma en que es percibida por él/ella. Es decir, la creencia que tiene el niño o la niña acerca de lo que su padre/madre piensa o siente acerca de él o ella, o sea la atribución que hace acerca del comportamiento y la empatía de su padre o madre, estará más relacionada con sus cogniciones y respuestas prosociales que el comportamiento "real" de los mismos (Richaud de Minzi, 2002).

Como quedó desarrollado en la Introducción, existen diversos estudios, sobre todo en adolescentes, cuyos resultados indican que el comportamiento de los padres influye en los precursores de la conducta prosocial: la empatía y el razonamiento moral prosocial.

El objetivo del presente trabajo fue analizar si estas influencias encontradas en los adolescentes se observaban en la niñez mediana y tardía.

Hipoteticé que esta relación entre los estilos relacionales y empáticos de los padres y madres percibidos por los/las niños/as, con el desarrollo del razonamiento moral prosocial, podrían modificarse según el género y la edad de los niños, dada la probada relación de la empatía principalmente con el género (Eisenberg & Lennon, 1983) y del razonamiento moral prosocial tanto con el género como con la edad (Carlo et al., 1992; Eisenberg & Miller, 1987, Eisenberg et al., 1991; Mestre et al., 1999).

Cuando analicé la relación entre la empatía percibida por los/las niños /as en su padre y madre con el razonamiento moral prosocial, encontré que los/las niños/as que percibieron que su padre era capaz de entender los puntos de vista de los otros o imaginarse cómo se sienten, tienen un razonamiento menos hedonista u orientado hacia la propia satisfacción. Parecería entonces que el niño también puede ponerse en el lugar del otro y deponer sus propios deseos. Cuando tuve en cuenta el género, sólo apareció una relación negativa y significativa entre la preocupación empática del padre y el hedonismo del niño varón. Supuse que, dado que la mujer es más empática que el varón y presenta un desarrollo emocional más avanzado, probablemente ya a esta edad, en general, tiene un nivel de hedonismo muy bajo. Algo similar ocurre con la edad, ya que el patrón de relaciones generales aparece sólo en la primera edad, pero no así en la segunda donde evolutivamente se esperaría que el hedonismo hubiera dado paso a otros tipos de razonamiento prosocial más evolucionados (Eisenberg, 1986).

Por otra parte, la percepción de la capacidad de parte tanto del padre como de la madre, de ponerse en la perspectiva de los otros frente a un problema, junto con la preocupación empática, es decir de sentir con el otro o experimentar las emociones junto con el otro, parecerían explicar en parte el razonamiento moral prosocial estereotipado, basado en concepciones de lo que los demás o la sociedad consideran bueno o malo. Es decir que estos aspectos de la empatía del padre y la madre facilitarían una aceptación de pautas acerca de lo correcto o incorrecto sin mayor reflexión interna por parte de los/las niños/as. Cuando separé varones y mujeres, observé que al patrón general de relaciones se agregaba la dimensión fantasía de la empatía, con lo cual predominaban en el varón las relaciones con los aspectos cognitivos de la empatía, frente a la mujer en la que sólo se presentaron relaciones con un aspecto emocional de la misma (preocupación empática), tanto del padre como de la madre. Lo mismo sucedió cuando comparé las dos edades: en la edad menor parecería que el razonamiento estereotipado acerca de lo que se debe hacer porque es considerado socialmente bueno, se relaciona principalmente con aspectos afectivos (preocupación empática de parte del padre y de la madre), mientras que en la edad mayor, toman primacía los aspectos cognitivos (toma de perspectiva de parte del padre y de la madre).

La percepción de preocupación empática de parte del padre y de la madre se contrapone al desarrollo de un razonamiento prosocial justificado en la aprobación de los otros, probablemente porque el identificarse afectivamente con el otro lleva a los/las niños/as a justificar la acción según lo que se debe hacer porque es bueno y no para satisfacer externamente a la autoridad.

Por otra parte, la percepción de los sentimientos de ansiedad y malestar que su madre y padre manifiestan al observar las experiencias negativas de los demás, predicen un razonamiento orientado hacia la aprobación de los demás. Una posible hipótesis podría ser que el niño justifica el comportamiento buscando tranquilizar o satisfacer a los padres y en general a los otros adultos significativos, más que hacer lo que se debe o lo que él decide por propia convicción.

Al observar las relaciones entre el razonamiento orientado a la aprobación de los otros con la empatía percibida en el padre y en la madre, según el género, apareció una diferencia interesante. En los varones, se mantiene la relación general ya explicada, que expresa que a más preocupación empática percibida en el padre y la madre, disminuye el razonamiento orientado a la aprobación de los otros. En la niña, en cambio, este tipo de razonamiento sólo se relaciona con la percepción de las dimensiones de la empatía percibidas en la madre: fantasía y malestar emocional. Es necesario tener en cuenta que a esta edad las niñas, por una razón cultural evolutiva, comienzan a identificarse con personajes románticos, que toman cuerpo en las múltiples novelas, tiras televisivas y películas de cine a su alcance. Por ello es posible que cuando estas niñas deben resolver un dilema moral, basen su decisión en los ideales de la forma de actuar que expresan estos personajes, con los que se identifica su madre y ella misma. Al mismo tiempo, y dada la mayor reactividad emocional durante este período del crecimiento de las niñas, el malestar de su madre al no poderse diferenciar de los problemas de los otros, también la lleve a actuar para conformar al otro.

Con respecto a las diferencias según edad, en la edad menor se mantiene el patrón general de la relación negativa entre el razonamiento moral dirigido a la aprobación de los otros y la preocupación empática pero sólo de la madre, y la relación positiva con el malestar emocional, pero del padre. En cambio en la edad mayor la relación se establece negativamente con la preocupación empática del padre y la toma de perspectiva de la madre. Es de hacer notar que desaparece la relación con el malestar emocional.

Finalmente, el único aspecto de la empatía percibido sólo en la madre que podría tener que ver con el razonamiento internalizado, aunque inversamente, es la capacidad de identificarse con personajes o situaciones de ficción, es decir que cuanto más tendencia a pasar de la realidad a la fantasía de parte de la madre, más dificultaría el desarrollo en el niño de un razonamiento prosocial guiado por principios propios, por asumir la responsabilidad de las propias decisiones y por anticipar las consecuencias de la propia acción. No se presentaron diferencias ni por edad, ni por género, probablemente debido a que a estas edades la presencia de un razonamiento basado en el afecto internalizado es muy incipiente, ya que el mismo se desarrolla fundamentalmente en la adolescencia (Eisenberg et al., 1995).

Estos hallazgos en general coincidirían con el punto de vista de Eisenberg et al. (1983) acerca de que el niño al que se le ayuda a entender los puntos de vista de los otros y al que se le anima a participar en la toma de decisión respecto a las conductas propias y del grupo (p. e., de la familia) sería más capaz de construir reglas morales que aquellos niños que esperan seguir únicamente los dictados de las autoridades.

En lo que se refiere a los estilos parentales percibidos por el niño/niña, encontré que la mayor aceptación de parte de la madre y un control normal de parte del padre, aumentan el desarrollo de un razonamiento prosocial basado en estereotipos. Por lo tanto los estilos que garantizan el respeto por el niño/niña y la explicación de lo que es bueno o malo se relacionan con el razonamiento de que determinadas cosas hay que hacerlas porque es bueno según las normas sociales. Al mismo tiempo, el control patológico basado en el castigo o el aislamiento tanto en el padre como en la madre, así como el desinterés por parte de la madre, desfavorecen el desarrollo de un razonamiento prosocial estereotipado.

Cuando analicé por separado varones y mujeres, encontré que en los varones se mantenía el patrón general, pero en las mujeres sólo se conservaba la relación negativa con el control patológico en la madre y el padre y con la negligencia de la madre, pero desaparecía la relación con la aceptación. Parecería que las mujeres, que generalmente desarrollan más razonamiento estereotipado que los varones (Carlo et al., 1996; Mestre et al., 1999), sólo lo verían afectado cuando sufren un control patológico de parte del padre y de la madre y negligencia de parte de la madre. En el caso de las edades, en ambas el razonamiento estereotipado se relaciona en forma directa con la aceptación, esta vez de parte del padre, y negativamente con el control patológico y el desinterés de parte de los dos padres, en la edad menor, y sólo de parte de la madre, en la edad mayor. Parecería que en las dos edades el autoritarismo y la negligencia, en especial en la edad menor, afectaría el desarrollo del razonamiento basado en lo que socialmente es considerado bueno.

Con respecto al razonamiento hedonista o basado en la satisfacción de las propias necesidades, la aceptación de parte de ambos padres lo disminuye, mientras que el control patológico tanto de parte del padre como de la madre, lo favorece. Es decir que cuando el niño percibe cuidado y afecto de parte de la madre y el padre, puede deponer sus propios deseos, sobre todo en las edades estudiadas en que este tipo de razonamiento debería dar paso a otros más desarrollados (Eisenberg et al., 1995). Cuando se tuvo en cuenta el género, los varones mantuvieron el patrón pero asociado sólo con la madre, mientras que en las mujeres no hay relación del hedonismo con los estilos parentales. Con respecto a las edades, en la edad menor sólo se relaciona negativamente con la negligencia de parte de ambos padres y no se presentan relaciones significativas en la edad mayor, probablemente porque ya debería estar muy disminuido por las razones madurativas antes explicadas.

Con respecto al razonamiento dirigido a la aprobación externa, se relacionó positivamente con el control normal y patológico de parte de ambos padres y con la negligencia de la madre. Aparentemente, el control basado en el castigo, la ansiedad, la frialdad o el distanciamiento de parte de ambos padres, así como el desinterés, hace necesario el esfuerzo por complacer a un adulto que siempre desaprueba o que simplemente no le presta atención. Cuando se considera el género, en los varones este tipo de razonamiento sigue el mismo patrón general de relación con el control y la negligencia, pero se agrega la relación negativa con la aceptación de la madre, que en las mujeres no aparece. Parecería entonces que sólo en los varones el cariño y el compromiso de la madre desfavorecen el tener como motivación para llevar a cabo una conducta prosocial el lograr la aprobación de los otros. No encontré diferencia en cuanto a las edades, que siguieron el patrón general de relaciones.

Estos resultados están en línea con la afirmación de Eisenberg et al. (1983) de que el modelo de adulto afectuoso educa la conducta de los niños en el sentido de que éstos lo imitan y son estimulados a prestarle atención y a desarrollar estándares internos más que externos.

Finalmente, el razonamiento afecto internalizado se relacionó directamente con la aceptación del padre e inversamente con el control patológico de la madre, lo que confirma que las prácticas educativas paternas de apoyo, no punitivas, facilitan el desarrollo del razonamiento moral prosocial. Es posible también que el afecto sea una influencia más importante sobre el desarrollo prosocial en la infancia que en la adolescencia, puesto que los niños pequeños, debido a su dependencia de y/o respeto a sus padres, son especialmente proclives a imitar la educación y valores prosociales exhibidos por los mismos (Eisenberg et al., 1983).

Por otra parte, en los varones se mantuvo la relación negativa del afecto internalizado con el control patológico de la madre, mientras que en las mujeres se agregó la relación directa con la aceptación del padre. Es decir que en la mujer, que presenta más razonamiento prosocial basado en el afecto internalizado que los varones, por lo menos en los adolescentes (Carlo et al., 1996; Mestre et al., 1999), éste se ve facilitado por el afecto y compromiso del padre, cosa que no ocurre en los varones. En cuanto a la edad, en la menor sólo el control patológico de parte de la madre obstruye el desarrollo del afecto internalizado, mientras que en la edad mayor se agrega el control patológico del padre y la aceptación del mismo como facilitador de este tipo de razonamiento. Estas diferencias entre las edades menor y mayor podrían deberse a que el razonamiento internalizado se afianza recién a partir de los 12 años o más, ya que implica un desarrollo cognitivo que garantice la presencia de una alta capacidad de abstracción.

En general, los resultados del presente trabajo confirman lo hallado en el estudio sobre pautas de crianza de Eisenberg et al. (1983), que afirman que para los niños de la edad estudiada en este trabajo, el no-autotaritarismo y el estímulo a la autonomía son muy importantes en el desarrollo del razonamiento prosocial. Puesto que un alto nivel de razonamiento moral prosocial tiende a implicar el desarrollo de valores internalizados y no únicamente una perspectiva orientada al otro, con el aumento de la edad del niño, las prácticas paternas que facilitan el pensamiento y funcionamiento autónomo (p. ej., las no autoritarias y no restrictivas) son altamente relevantes para el juicio moral prosocial maduro.

En síntesis, de acuerdo a nuestros resultados, que son consistentes con desarrollos teóricos y trabajos empíricos en la temática, las prácticas maternas y paternas de crianza de los/las niños/as, de apoyo, no punitivas y no autoritarias sino directivas, facilitan el desarrollo del razonamiento moral prosocial. Con respecto a la empatía, tanto la toma de perspectiva como la preocupación empática de la madre y el padre son facilitadoras de formas de razonamiento moral más maduras. Por otra parte, las prácticas paternas basadas en el control punitivo, que no da oportunidad al niño de funcionar autónomamente, lo mismo que el malestar emocional como modelo parental de empatía, inhiben el desarrollo de un nivel superior de juicio moral.

Al mismo tiempo, el patrón de prácticas de crianza de los niños asociado con el juicio prosocial puede cambiar algo con la edad, observándose que el desinterés o negligencia, especialmente de la madre, que favorece el hedonismo y el razonamiento prosocial dirigido a los otros y desfavorece el razonamiento basado en el estereotipo, tiene mayor influencia en los niños menores. Algo similar ocurre con la empatía, ya que la toma de perspectiva tanto del padre como de la madre sólo desfavorece el hedonismo en la edad menor, mientras que la percepción empática del padre y la toma de perspectiva de la madre sólo desfavorece el razonamiento dirigido a los otros en la edad mayor. Por otra parte, el malestar emocional producido por situaciones de riesgo de los otros por parte del padre, favorece el razonamiento dirigido a los otros, y la fantasía de parte de la madre lo desfavorece sólo en la edad menor.

Finalmente, con respecto al género, el patrón de relaciones entre las prácticas de crianza y los modelos parentales de empatía con el razonamiento prosocial presenta algunas diferencias. Sólo en los varones la aceptación de la madre desfavorece formas de juicio moral más primitivas y favorece un tipo de razonamiento más desarrollado, como es el basado en el estereotipo, y sólo en las mujeres, la aceptación del padre se asocia con el incipiente desarrollo del afecto internalizado como forma de razonamiento moral prosocial. Con respecto a las formas de empatía percibidas en el padre y en la madre, sólo en los varones la preocupación empática del padre y de la madre desfavorece el hedonismo y el razonamiento dirigido a los otros.

 

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Received 03/12/2007
Accepted 04/09/2008

 

 

María Cristina Richaud de Minzi. Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Buenos Aires, Argentina.
1 Dirección: Tte. Gral. Perón 2158, Buenos Aires, Argentina, CP 1040. E-mail: mrichaud@conicet.gov.ar