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Tempo psicanalitico

Print version ISSN 0101-4838On-line version ISSN 2316-6576

Tempo psicanal. vol.52 no.2 Rio de Janeiro Jul./Dec. 2020

 

DOSSIÊ

 

Aspectos económicos del psiquismo en pandemia. Displacer de percepción en una realidad inesperada

 

Aspectos econômicos da psique em pandemia. Desprazer de percepção em uma realidade inesperada

 

Economic aspects of the psyche in pandemic. Displeasure of perception in an unexpected reality

 

 

Ana Bloj*

Universidad Nacional de Rosario - UNR - Argentina

Endereço para correspondência

 

 


RESUMEN

En este escrito hemos retomado una serie de textos freudianos publicados durante la primera guerra mundial y en su período de post guerra (1915-1925) con la finalidad de abordar algunos aportes conceptuales producidos por el autor en medio de dicho acontecimiento. Es nuestro objetivo establecer diálogos y tensiones entre esas producciones y lo que hemos podido observar, escuchar y analizar en el devenir de este tiempo de pandemia en la práctica clínica bajo modalidad virtual y el trabajo institucional transmitido en supervisiones de situaciones clínicas a cargo de colegas que ejercen sus prácticas en la ciudad de Rosario, Argentina. Hacia el final del trabajo nos centraremos especialmente en las posibilidades de intervención con niños y niñas en este contexto, teniendo en consideración el modelo económico planteado por Freud en 1920. Nos detendremos fundamentalmente en los aspectos económicos del psiquismo desarrollados por Freud en el período mencionado, especialmente en el libro "Más allá del principio del placer" de 1920; exactamente un siglo atrás. El análisis se centra en la construcción de algunas hipótesis que permitan pensar en la conjugación de aquellos desarrollos con el fin de analizar desde el punto de vista económico los movimientos pulsionales y las barreras psíquicas que pueden darse en el marco de la pandemia COVID19. Este análisis considerará ciertos aspectos del displacer que pueden darse en la población en términos generales, a sabiendas de que cada proceso de índole singular se entrama con aspectos culturales propios de cada territorio, nación y ubicación en el escenario global. Se trata de un perjuicio de carácter colectivo que afecta a todos y cada uno de los sujetos que invita a volver a pasar por aquellas producciones freudianas de tan caras a la teoría psicoanalítica.

Palabras clave: displacer de percepción, pandemia, economía libidinal, guerra.


RESUMO

Neste escrito, retomamos uma série de textos freudianos publicados durante a Primeira Guerra Mundial e no seu pós-guerra (1915-1925) com o objetivo de abordar algumas contribuições conceituais produzidas pelo autor em meio ao referido evento. É nosso objetivo estabelecer diálogos e tensões entre essas produções e o que temos podido observar, ouvir e analisar no transcorrer desse tempo de pandemia na prática clínica na modalidade virtual e no trabalho institucional transmitido em supervisões de situações clínicas por colegas que realizam suas práticas na cidade de Rosário, Argentina. No final do trabalho, enfocaremos especialmente as possibilidades de intervenção com meninos e meninas nesse contexto, levando em consideração o modelo econômico proposto por Freud em 1920. Vamos nos concentrar principalmente nos aspectos econômicos do psiquismo desenvolvidos por Freud no período mencionado, em seu livro "Além do princípio do prazer", de 1920 (1992); exatamente um século atrás. A análise centra-se na construção de algumas hipóteses que nos permitem pensar na conjugação desses desenvolvimentos para analisar do ponto de vista económico os movimentos pulsionais e as barreiras psíquicas que podem ocorrer no quadro da pandemia COVID19. Esta análise levará em consideração alguns aspectos do desprazer que podem ocorrer na população em termos gerais, sabendo que cada processo de natureza singular se confunde com aspectos culturais de cada território, nação e localidade no cenário global. É um dano coletivo que atinge todos e cada um dos sujeitos que nos convida a percorrer aquelas produções freudianas tão caras à teoria psicanalítica.

Palavras-chave: desprazer perceptivo, pandemia, economia libidinal, guerra.


ABSTRACT

In this writing we revisit some Freudian's texts published during the First World War and in the post-war period (1915-1925) with the aim of addressing some conceptual contributions produced by the author in the midst of above-mentioned event. We have the aim to establish dialogues and tensions between these productions and what we have been able to observe, listen, and analyze in the course of this pandemic in clinical practice, in virtual modality and the institutional work transmitted in supervisions of clinical situations by colleagues who carry out their practices in the city of Rosario, Argentina. Towards the end of the work we will especially focus in the possibilities of intervention with boys and girls in this context, taking into consideration the economic model proposed by Freud in 1920. We will focus mainly on the economic aspects of the psyche developed by Freud in the mentioned period, especially in his book " Beyond the pleasure principle" of 1920; exactly a century ago. The analysis focuses on the construction of some hypotheses that allow us to think about the conjugation of those developments in order to analyze from the economic point of view the drive movements and psychic barriers that may occur in the framework of the COVID19 pandemic. This analysis will consider certain displeasures that can occur in the population in general terms, knowing that each process of a singular nature is intertwined with cultural aspects of each territory, nation and location on the global stage. This is a collective damage that affects each and every subject and invites us to go through those Freudian productions so dear to the psychoanalytic theory.

Keywords: perception of displeasure, pandemic, libidinal economy, war.


 

 

La conversación con el poeta tuvo lugar en el verano
anterior a la guerra. Un año después estalló ésta y robó al
mundo sus bellezas [...] quebrantó también el orgullo que
sentíamos por los logros de nuestra cultura, nuestro
respeto hacia tantos pensadores y artistas… Ensució la
majestuosa imparcialidad de nuestra ciencia, puso al
descubierto nuestra vida pulsional en su desnudez [...]
Nos arrebató mucho de lo que habíamos amado y nos
mostró la caducidad de muchas cosas que habíamos
juzgado permanentes.

(Freud, 1915, p. 311)

I.

Para la realización de este escrito hemos escogido recorrer una serie de textos freudianos publicados durante la primera guerra mundial y en su período de post guerra con la finalidad de retomar algunos aportes conceptuales producidos en medio de dicho acontecimiento.

Es nuestro objetivo establecer diálogos y tensiones entre esas producciones y lo que hemos podido observar, escuchar y analizar en el devenir de este tiempo de pandemia en la práctica clínica de consultorio bajo la modalidad virtual ejercida por quien suscribe y el trabajo institucional transmitido a partir de supervisiones de situaciones clínicas a cargo de colegas que ejercen sus prácticas en la ciudad de Rosario, Argentina. Hacia el final del trabajo nos centraremos especialmente en las realizadas con niños, niñas y adolescentes.

Nos detendremos fundamentalmente en los aspectos económicos del psiquismo y metapsicológicos desarrollados por Freud en publicaciones realizadas entre 1915 y 1925, momento en el que se encontraba desarrollando el concepto de pulsión de muerte, presentado en su libro "Más allá del principio del placer" en 1920; exactamente un siglo atrás. La apuesta está centrada en la construcción de algunas hipótesis construidas en plena actualidad, que permitan pensar en la conjugación de aquellos desarrollos con el fin de analizar desde el punto de vista económico los movimientos pulsionales y las barreras psíquicas que pueden darse en el marco de la pandemia COVID19. Este análisis considerará ciertos aspectos del displacer que puede darse en la población en términos generales, a sabiendas de que cada proceso de índole singular se entrama con aspectos culturales propios de cada territorio, nación y ubicación en el escenario global. Se trata de un perjuicio de carácter colectivo que afecta a todos y cada uno de los sujetos que invita a volver a pasar por aquellas producciones freudianas de tan caras a la teoría psicoanalítica.

II.

En 1920 Freud publica "Más allá del principio del placer". Podemos considerarlo una obra que inaugura una fase final de sus escritos metapsicológicos. Plantea allí las primeras dicotomías entre pulsión de vida y de muerte. Realiza una mención explícita al tema de la destructividad, cuestión que será retomada en la producción restante de su obra.

En este texto, Freud comienza retomando la idea de que los procesos anímicos son regulados por el principio del placer. Se trata de un movimiento económico que se inicia con la puesta en marcha de una tensión displacentera y se continúa con la búsqueda de alivio a través de la disminución o eliminación de la misma. Plantea que el ser humano desde el comienzo de la vida tiende a la descarga de una tensión en busca de placer. De allí que la economía pulsional requiera llegar a lo que denomina principio de constancia. Se explaya sobre la idea de que el principio del placer no sería el único que guía el decurso de la economía psíquica. Propone hablar de un más allá de ese principio, para describir la pulsión de muerte como fuerza que contraría dicho placer.

es incorrecto hablar de un imperio del principio de placer sobre el decurso de los procesos anímicos. Si así fuera, la abrumadora mayoría de nuestros procesos anímicos tendría que ir acompañada de placer o llevar a él; y la experiencia más universal refuta enérgicamente esta conclusión. Por tanto, la situación no puede ser sino esta: en el alma existe una fuerte tendencia al principio de placer, pero ciertas otras fuerzas o constelaciones la contrarían, de suerte que el resultado final no siempre puede corresponder a la tendencia al placer (Freud, 1920/1992, p. 9).

Freud comienza describiendo en su desarrollo 2 fuentes de displacer o tensión que contradicen al principio del placer.

1) Cuando el yo es relevado por el principio de realidad bajo el influjo de sus pulsiones de autoconservación.

El yo no resigna la ganancia de placer al mismo tiempo que pospone la satisfacción. Con ello deberá tolerar el displacer que dicha tensión genera, iniciando el aparato psíquico diversos rodeos para llegar a su satisfacción. Plantea que esta fuente de displacer no es de las más intensas en relación con otras. (Freud, 1920, p. 10)

2) Cuando el yo recorre su desarrollo hacia organizaciones de complejidad superior y ciertas metas o requerimientos resultan inconciliables por formar parte de estadios anteriores.

En éste caso, dichas pulsiones son reprimidas y retenidas en estadios inferiores del aparato psíquico y se les impide la posibilidad de satisfacción. Si éstas consiguen a través de ciertos rodeos llegar a satisfacerse de modo directo o sustitutivo logrando con éxito su satisfacción, el mismo es sentido por el yo como displacer (Freud, 1920, p. 10). Va a plantear que estas dos fuentes de displacer no contradicen al principio del placer y se encuentran lejos de situarse dentro de la mayoría de las incidencias para el desencadenamiento del primero.

Expresa que el displacer que en mayor medida percibimos es el que denomina displacer de percepción. Ubica allí la percepción del esfuerzo de pulsiones insatisfechas, o la percepción de algo que proviene del exterior que resulte penoso o peligroso para el sujeto. Analiza que el displacer de percepción puede ser conducido luego de manera correcta tanto por el principio del placer o a través de una modificación en el principio de realidad (Freud, 1920)

Cabe aquí interrogarnos respecto a qué lugar darle a la aparición global del COVID19 en relación a estas precisiones freudianas acerca de las fuentes de displacer y la acción del principio del placer y de realidad frente a ellas. En principio podemos situarlo como un displacer de percepción, en tanto lo que se percibe es una situación franca desencadenada por sentimientos penosos. Sabemos que se trata de una enfermedad acompañada por diversas dolencias más o menos graves, llegando a producir la muerte en una considerable cantidad de casos. Estamos por tanto en una situación que nos pone en severo peligro como sujetos y como especie.

Dejaremos provisoriamente estas intelecciones para retomarlas en el punto 3.

II.

Resulta necesario situar algunas generalidades con carácter provisional, sobre el COVID19 en lo que hace a diversas interpretaciones socio-culturales de esta pandemia; para luego retomar los aspectos metapsicológicos planteados por Freud en las publicaciones restringidas al período ya situado.

- El coronavirus es una amenaza inasible que no termina de ser definida con claridad, opaca, difusa, que hace que necesitemos contar con una multiplicidad de explicaciones, relatos y argumentos. Entran a desarrollarse a su alrededor teorías conspirativas, apocalípticas, al mismo tiempo que interesantes análisis e hipótesis que se tejen desde diversas teorías y disciplinas.

- Sucede prácticamente en todo el planeta. Nos toca a todos, lo cual es una situación novedosa en términos históricos.

- Es de carácter invisible a simple vista e intangible aunque el peligro está justamente ligado al tacto y al ingreso por los orificios del cuerpo que se encuentran en la cabeza (ojos, nariz, orejas y boca) y en el tacto, en tanto que si tocamos algo que esté en contacto con el virus y luego lo llevamos a la boca nos contaminamos.

- La mayor protección es el aislamiento y la distancia entre nosotros. Es necesario estar adentro, en un escenario de intimidad familiar o convivencial, ámbito que venía tendiendo a diluirse en la postmodernidad reciente. Con esto la escena familiar es plausible de tornarse complicada o incestuosa en algún punto, en tanto las distancias se complican y las agresiones resurgen o se potencian ante la necesidad de producir alguna separación.

- Las categorías tiempo y espacio, estructurantes del psiquismo se transforman: el tiempo se vuelve aún más continuo. El espacio se recorta a un adentro de casa, y el afuera se vuelve un peligro real. Respecto al tiempo, no sabemos a ciencia cierta hasta cuando durará y dudamos por momentos si hay un cuando, un momento en que terminará. Se produce en el presente una dilación, a costa de la contracción del futuro y la abolición del pasado (Volnovich, 2020). Pero al mismo tiempo esta situación que estamos viviendo está siendo permanentemente planteada en términos de un antes y un después de la pandemia. Hay allí una contradicción que podemos capitalizar, para pensar en el después, que por ahora es más bien un "siendo", un gerundio. Presente continuo, presente perpetuo. Las guerras, los cataclismos y las pandemias, todo suceso con carácter de acontecimiento (y mucho más si se sostiene en el tiempo) incluye cambios que pueden llegar a ser estructurales, pero esos cambios se fundan sobre la base de lo ya vivido, de la historia y de aquello a lo que será muy importante apelar: la transmisión de la historia, a fin de no caer nuevamente en el engaño capitalista del fin de la historia.

- Esta pandemia, a diferencia de las guerras mundiales u otras tragedias se está dando en entornos virtuales, en esta era tecnológica en la que - a pesar del distanciamiento - el otro puede continúa teniendo un lugar, que tal vez vaya modificando la modalidad del lazo social.

Beatriz Janin (2020) en un artículo reciente, propone diferenciar la situación de pandemia actual de lo que sería una catástrofe (inundación, terremoto u otra) en tanto en ese caso, a diferencia del COVID, lo temido es algo que ya sucedió. Podríamos decir que una catástrofe es aquello que llega repentinamente, se atraviesa en instantes o en horas o unos pocos días, arrasa y luego viene la reconstrucción y el registro de las pérdidas, siempre enormes.

Respecto a la propuesta de identificar a esta pandemia con una guerra, será importante que estemos atentos al riesgo de la utilización esta asociación como una estrategia política que apunte a promover fundamentalmente dos posiciones humanas: el miedo y/o su respuesta defensiva de tipo negacionista de la fragilidad humana. En esta última se presenta la idea de que "a mí no me va a pasar". Estamos viendo los efectos devastadores que esa actitud ha tenido inicialmente en muchos de los países más poderosos, que se ha ido expandiendo en occidente a medida que el tiempo transcurre y la situación no cambia. Son, como decíamos, dos de las posiciones más extremas, las menos deseadas para afrontar esta situación desde una perspectiva de cuidado. No habría en esta situación enemigo cierto como sí sucede en las guerras. Salvo un virus; una proteína microscópica que nos expone como humanos en nuestra mayor fragilidad frente a la naturaleza y nuestras limitaciones para dominarla. Como bien reza Freud en nuestra cita de inicio, este virus vino a ensuciar " la majestuosa imparcialidad de nuestra ciencia" (Freud, 1916 [1915]/1989, p. 311).

Encontramos por tanto similitudes y diferencias de esta pandemia respecto a las guerras y catástrofes, pero no cabe duda de que se trata de un acontecimiento con carácter de absoluta novedad por sus características. Este carácter es el que nos impulsa a tensar la teoría psicoanalítica para reflexionar y realizar aportes significativos en este momento de la historia. Si algo es inherente al psicoanálisis es la afirmación de que no hay garantías, no hay seguridades. Es necesario vivir con una cuota de incertidumbre y con una cuota de riesgo. Sabemos que las certezas no nos llevan a buenos puertos en términos de deseo. Pero también es una gran oportunidad para hacer visibles muchos de los grandes problemas del planeta que quedaban difusos en la corrida mundial. El grado de destrucción de la naturaleza, grado limite al que hemos llegado se dio por un sistema de explotación: el capitalismo globalizado, que incluye todos los otros espacios de sometimiento y explotación: patriarcado y el racismo (Volnovich, 2020).

De algún modo, la pandemia sirvió para mostrar de manera flagrante el grado de inermidad en el que estamos, y sobre esto el psicoanálisis tiene mucho que decir.

III.

Luego de ubicar una lectura de esta pandemia que atravesamos, volvamos a los textos freudianos de 1920.

Decíamos que podemos situar la aparición del COVID 19 como aquello que se presenta a la percepción del sujeto generando un displacer de percepción desencadenado por sentimientos penosos, en nuestro caso ocasionado por el peligro de muerte de nuestros seres queridos, pero también de una afectación de la raza humana como tal.

Como decíamos, se trata de una experiencia extraña, novedosa, en tanto el peligro no aparece como producto de una acción inmediata y evidente. El peligro de contagiarnos de COVID 19 solo se registra varios días después del contacto, y en el caso de que su circulación sea comunitaria muy probablemente no sabremos ni dónde ni cómo nos contagiamos. Vale decir que no es un mal visible ni fácilmente localizable. Lo que sabemos es que existe un peligro y que apenas contamos con la posibilidad de sostener algunos cuidados que de ninguna manera garantizan una salvación. Estamos relativamente cerca, relativamente lejos, según los momentos, la cantidad de casos que se presenten en el lugar donde vivimos, y el cuidado que se sostenga desde políticas estatales.

Bleichmar (2010) expresa que en su experiencia, la población afectada no fue solo aquella que había tenido pérdidas directas sino que también se vio muy aquejada la que se sintió partícipe a pesar de no haber estado presente en el sitio de la catástrofe. Incluye en este grupo a aquellos que trabajaban para asistir y acompañar a quienes habían padecido la situación de uno u otro modo. La autora apela en este escrito al texto de 1919 en el que Freud habla de las neurosis de guerra y retoma la observación del psicoanalista vienés acerca de la paradoja de que no se trata de que a mayor cercanía del hecho efectivo traumático el traumatismo vaya a ser mayor. Plantea que se producen neurosis de guerra en los soldados de la retaguardia y no se producen, en ocasiones, neurosis de guerra en los sujetos que están en el frente de combate.

En Latinoamérica muchos sentimos que el virus se avecinaba como una ola que venía a inundarnos desde China, luego Europa, y hasta estas tierras inundaba. Pero, a diferencia de una bomba o un terremoto, se trata de un impacto sin ruido y sin estallido de la tierra. Se trata de un virus silente, y comenzábamos a sentir la llegada del peligro aunque estuviese lejos. Podemos pensar con lo planteado por Freud, de que el impacto en el psiquismo no sería cuestión de cercanía, y por lo tanto, ese conocimiento del surgimiento del virus en China y más tarde el anoticiarnos de la llegada a nuestro territorio es plausible que haya producido impacto en la subjetividad de inmediato. En Argentina, los primeros 15 días de estricto aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO) generaron todo tipo de sentimientos y reacciones, que pudimos escuchar en nuestra inaugurada práctica clínica on line.

Sabemos, por lo que podemos escuchar en nuestros pacientes, amigos, y los propios sentires, que su aparición produjo y produce displacer sostenido tanto por el conocimiento de su existencia como por todo aquello que nos obliga a resignar: encuentros con afectos, abrazos, "libre" desplazamiento por las calles, cines, bares. La vida que nos resultaba habitual interrumpida o fuertemente modificada. No podemos predecir su impacto y sus efectos en la subjetividad en tanto estamos viviendo aun la situación, pero sabemos que mucho de lo planteado por Freud en relación a las protecciones del yo y su relación con lo traumático entran a jugar.

En términos de displacer, tuvimos que posponer la realización de muchos deseos e intereses: para algunos el sexo se volvió virtual, el contacto físico se vio interrumpido, la rutina organizadora de tiempos y espacios se transformó en el imperativo de reorganizar la existencia en un sentido más o menos amplio, según las circunstancias de vida de cada quien. Si le sumamos el displacer de percepción, producto de la ola avecinada primeramente y aproximada o tocándonos el cuerpo hasta llegar a la muerte en ciertos casos, difícilmente podemos dejar de aludir a el concepto freudiano de displacer para hablar del impacto en la subjetividad a partir de esta pandemia.

Pero detengámonos por un momento en aquello que expresa Freud en su este texto de 1920: analiza que el displacer de percepción puede ser conducido luego de manera correcta tanto por el principio del placer o a través de una modificación en el principio de realidad.

Muy interesante retomar este enunciado, ya que nos permite argumentar en contra de aquellas expresiones que asocian el cuidado frente al COVID, el distanciamiento social y otros cuidados como aquello que creará con seguridad patología mental. Estas afirmaciones serán las que muy probablemente contribuyan a producir patologías, en tanto se verán como indicadores de enfermedad mental muchas de las respuestas necesarias y esperables de ser humano frente al displacer. Pero no es lo que Freud enuncia. Lo que él dice que el principio del placer o el de realidad de manera correcta pueden trabajar para arreglárselas con el displacer.

El problema entonces sería enfocarnos en trabajar con el principio del placer y el de realidad a fin de colaborar con el ajuste que estos principios puedan realizar en el psiquismo aun en estas circunstancias de vida. Sobre todo teniendo en cuenta que esas postergaciones del placer se encuentran condicionadas por una preservación y cuidado de la vida misma, y por lo tanto poseen un carácter netamente protectivo.

El problema mayor radica entonces en trabajar para que esta situación nos resulte lo menos traumática posible, o para que contemos con la mayor cantidad de elementos psíquicos para afrontar y elaborar las diversas situaciones que vamos atravesando a lo largo de este tiempo.

¿Cómo leer esto en términos económicos-metapsicológicos a la luz del texto freudiano?

Freud despliega en su trabajo de 1920 y retomará en 1925 en sus "Notas sobre la 'pizarra mágica'" el esquema que propone para su segunda tópica, deteniéndose en presentar el modo de funcionamiento del aparato anímico de la percepción en el que intervienen fuentes internas y externas al sujeto para su conformación. Entre ese interior y el exterior ubica al sistema Pre consciente (Pcc) - Consciente (Cc) que recoge las percepciones, "pero no conserva ninguna huella duradera de ellas, de suerte que puede comportarse como una hoja no escrita respecto de cada percepción nueva" (Freud 1925 [1924], p. 244). Este sistema es el que actúa como protección antiestímulo, que actúa resguardando es estrato cortical receptor de estímulos, tanto de lo que llama excitaciones inconscientes como las provenientes del mundo exterior.

En su texto de 1925 realiza una analogía del esquema psíquico con la pizarra mágica y compara el sistema PC-Cc con la hoja de celuloide que funciona como cubierta que protege al psiquismo interno, que ubica en el papel encerado, allí donde queda situada la huella mnémica. Plantea que es el sistema Pc-Cc el que "aparta los influjos dañinos provenientes de afuera". (Freud, 1925 [1924], p. 225). Deja situado al celuloide en el lugar de la "protección antiestímulo" y al papel como el estrato genuinamente receptor.

Si traemos nuevamente a colación la observación freudiana de que quienes no habían estado en la trinchera podían padecer neurosis traumática tanto como podían no padecerla quienes habían estado en la trinchera podemos deducir que el efecto traumático no sería producto directo del estímulo exterior sino que sería producto de la relación entre el impacto externo y el aflujo de excitación que aquel haya desencadenado en cada sujeto.

La conciencia surge en reemplazo de la huella mnémica, y es el sistema que está en contacto directo con la realidad exterior. Tal cual lo construye Freud en el texto de la pizarra mágica, la capa transparente queda sin huella y se renueva ante cada percepción. Las huellas de ese proceso se producen a raíz de la propagación de la excitación (en este caso externa) hacia los sistemas internos al psiquismo (Freud, 1920).

Ubica a la hoja de celuloide (analogía con la Cc) como una cubierta que protege al papel encerado, en el que queda inscripta la huella mnémica. Atribuye a la conciencia la función de una "protección antiestímulo".

Para pensar en las diferentes afectaciones por tanto, es necesario reconocer la importancia de dicha protección, que de algún modo se defiende tanto de las excitaciones del interior del psiquismo como del mundo exterior.

Freud supone que las inervaciones de investidura psíquica son enviadas a recoger en golpes rápidos y periódicos desde el interior del aparato psíquico hacia el sistema Pc-Cc, al que califica como completamente permeable.

Va a decir que cuando no existe o no es suficientemente importante la protección antiestímulo que ponga a cuidado el estrato cortical, las transferencias de estímulos del interior del psiquismo son plausibles de producir perturbaciones económicas equiparables a las neurosis traumáticas (Freud, 1920). Por otra parte, podemos interpretar que cuando el aflujo de estímulos proviene del exterior de un modo continuo el aparato psíquico tampoco logra protegerse de los mismos, produciendo en el aparato psíquico una gran contrainvestidura "a favor de la cual se empobrecen todos los sistemas psíquicos, de suerte que el resultado es una extensa parálisis o rebajamiento de cualquier operación psíquica" (Freud, 1920 p. 29).

En el texto de la pizarra mágica Freud incluye la dimensión del tiempo, en el que sitúa la génesis de su representación psíquica en las interrupciones de las excitaciones provenientes del Inconsciente (Inc) que se extienden y retiran del mundo exterior rápidamente produciéndose así una discontinuidad de la corriente de inervación (Freud, 1925).

De lo expuesto surge un elemento de fundamental importancia para pensar que en situaciones como las que vivimos será muy importante considerar el hecho de que habría una necesidad de discontinuar el tiempo para que se produzca una economía libidinal que evite o disminuya la producción de una neurosis traumática o una afección traumática.

Pensemos que Freud produce estos desarrollos económicos a la par que elabora el concepto de trauma, de repetición y de pulsión de muerte. Pensemos que estos desarrollos se efectuaron justamente un siglo atrás, en medio de una guerra, de la primera guerra mundial. Sin dudas en estos textos encontramos claves de importancia para el análisis de la primera pandemia. Pero también será importante seguir tensando estas producciones en un momento en el que el psiquismo y su constitución van encontrando fuertes modificaciones en lo que hace a estímulos, modos de vida, modalidades de la construcción del lazo social que se ven afectadas y transformadas en medio de una revolución tecnológica que guarda una materialidad que nos interroga hasta el punto de preguntarnos si las coordenadas subjetivantes y de constitución del psiquismo seguirán siendo las mismas que las planteadas por Freud. No lo sabemos aún, ni podemos pretender saberlo, pero sin dudas no podemos hacer otra cosa que traer especialmente estas producciones a la actualidad, reconociendo que fueron producidas un siglo atrás.

IV.

Lo que produce en términos económicos la posibilidad de que acontecimientos tales como guerras, catástrofes o pandemia resulten traumáticos para el psiquismo es la irrupción desmedida y/o continua de aflujos de excitación. ¿Qué significaría plantear la necesidad de trabajar en pos de discontinuar el tiempo de exposición a estímulos externos en diversas prácticas cuando nos remitimos a trabajar con niños y niñas? ¿Cómo pensar estos desarrollos freudianos planteados desde una perspectiva económica a la luz de una práctica clínica y educacional con niños y niñas en las realidades actuales que nos atraviesan?

El desarrollo del sistema Inc - Cc requiere un prolongado proceso de muchos años de duración para su construcción. Sabemos - no nos detendremos en este aspecto en este trabajo - que la capacidad de niños y niñas para hacer frente a los estímulos tanto externos como internos del psiquismo no cuenta con el velo necesario de la capa protectora del sistema consciente desde el inicio de la vida. Sabemos también que las categorías espacio-tiempo se van desarrollando en el tiempo a lo largo de la constitución psíquica.

Al comienzo de la pandemia, como decíamos en el punto III, la percepción del tiempo y el espacio se deformaron fuertemente en una amplia mayoría de nosotros. Nos perdíamos en cuanto al día en el que estábamos, los pacientes se confundían los horarios, el tiempo de trabajo muchas veces se vio modificado respecto al del trabajo presencial. Nos resonaban con extrañeza algunas frases que escuchábamos o nos descubríamos diciendo, por ejemplo: "¿Nos encontramos el lunes a las 15?", cuando se trataba de un encuentro virtual. Los niños nos hablaban de una fuerte sensación de extrañeza cuando cursaban la escuela por zoom. Nacho comentaba en una sesión: "Me siento raro, no entiendo cómo es esto de la escuela por zoom. Le voy a preguntar a mi seño si puedo ir al baño y de golpe me doy cuenta que estoy en mi casa, ¡y que voy a mi baño y no al de la escuela!".

Por otra parte, veníamos trabajando y analizando en el tiempo previo a la pandemia dos aspectos en los que no lográbamos avanzar; ambos relacionados con las actuales tecnologías y la relación con los niños y niñas y su relación con las pantallas.

1) ¿Qué lugar darle a las actuales tecnologías en el aula y en el trabajo en la escuela?

2) ¿Qué hacer con el tiempo inacabable en el que son ofrecidos a niños y niñas los contenidos on line a través de las redes? ¿Cuántas horas puede permanecer un niño/a frente a las pantallas (que por otro lado se multiplican en tamaño, formatos, usos, y diversificación de medios y contenidos)

Si atendemos a lo desarrollado en el material de los textos freudianos, tendremos que reconocer que el esquema propuesto por Freud se ve doblemente alterado en la actualidad, tanto antes como durante la situación pandémica en lo que hace tanto al influjo de estímulos externos:

- Por el permanente e ininterrumpido ingreso de imágenes audiovisuales que se le ofrecen al niño o niña desde el inicio de la vida, mucho antes que pueda elaborar un sistema psíquico Inc - Pc-Cc.

- Por la infodemia que taladra a adultos y niños con permanente información que produce diversas afectaciones y sentimientos como del dolor, miedo y angustia.

- Por la irrupción de vivencias más o menos cercanas de seres queridos afectados por COVID 19, que tienden a dejar a padres y niños en un estado de pasividad, detención o sonambulismo.

Aludiendo a la pizarra mágica Freud dice que: "Si se imagina que mientras una mano escribe sobre la superficie de la pizarra mágica, la otra separa periódicamente su hoja de cubierta de la tablilla de cera, se tendría una imagen sensible del modo en que yo intentaría representarme; la función de nuestro aparato anímico de la de percepción" (Freud, 1925, p. 247).

Sabemos, por haber utilizado esa pizarra, que si la escritura es muy superficial, es escasa o nula la huella que deja el papel situado por debajo; es decir, el ubicado por Freud en un sistema más profundo del psiquismo, podría no dejar huella. La gran pregunta es: ¿qué huellas deja el material visto/oído y leído on line cuando el espacio virtual es recorrido al modo del surfista? Alessandro Baricco (2006), en su libro Los bárbaros. Ensayos para una mutación, describe el movimiento actual del sujeto que pasar de link en link del internet, pero también de la vida como un modo actual de vivir. El sujeto se trasladaría por la superficie en un desarrollo horizontal que sustituiría una vida que viaje a las profundidades y el análisis comprensivo o racional, tal como sucedía en la modernidad. Apela para dar esta explicación a la figura del surfista, que se conduce por la superficie del agua. Estaríamos en un plano de vivencia muy lejano al concepto de experiencia de Benjamin.

Si lo traumático es lo que no deja de no suceder, si la escritura sobre la pizarra (metáfora del psiquismo) se vuelve más superficial en una vida cada vez más virtualizada que la pandemia enfatiza de modo radical, si lo que se intensifica de los estímulos externos (infodemia, muertes, enfermedad, características del virus) es aquello que horada la barrera antiestímulo, diremos que el psiquismo humano y mucho más el infantil se encuentra en riesgo franco.

No obstante, Freud plantea que en el sujeto, el principio del placer y el de realidad pueden realizar movimientos psíquicos capaces de reconducir el displacer y reforzar los impulsos propios de la pulsión de vida.

Intentando seguir esta vía, según este esquema freudiano, la función el adulto podría estar dirigida a dos puntas. Contribuir a reforzar aquello que se escribe en la superficie de la membrana Cc a fin de que lo percibido deje huella, ingrese al sistema y apuntar a que las percepciones de las pantallas y de lo que circula en el discurso como traumático resulten, cuanto menos, discontinuos. Vale decir que estaríamos colaborando con el despegue de la membrana Cc y las Pc a fin de sostenerse unos intervalos que contribuyan a evitar la ruptura de la barrera antiestímulo, en la que no queda marca ni huella. Se trataría, parafraseando a Freud, de escribir o reforzar la escritura en la pizarra con una mano al mismo tiempo que vamos separando periódicamente la hoja de cubierta de la tablilla de cera. De repetir el juego, profundizaríamos en lo posible la producción de huellas mnémicas que respondan a dimensiones lúdicas, creativas y placenteras. El reiterado pedido del niño por las noches cuando pide que le cuenten nuevamente en cuento iría en esta dirección, se trata de un volver a pasar por la huella para profundizarla, remarcarla, contar con ellas para que pueda disponerse de ellas cuando el displacer en cualquiera de sus formas venga a producirse.

Esa doble función es la que proponemos sostener en relación a las percepciones de niños y niñas en este momento de pandemia, en el que el acceso a las pantallas y a la información acerca de un acontecimiento traumático puede dañar fuertemente la barrera Cc, que se encuentra en tiempos de producción.

Nuestro trabajo sería el de contribuir en estos tiempos a reforzar las huellas y afianzar tal membrana antiestímulo, que parece hacerse delgada por la cantidad y continuidad de estímulos que el aparato psíquico del sujeto en constitución recibe.

De esta constelación inferimos que un sistema de elevada investidura en sí mismo es capaz de recibir nuevos aportes de energía fluyente y trasmudarlos en investidura quiescente, vale decir, "ligarlos" psíquicamente. Cuanto más alta sea su energía quiescente propia, tanto mayor será también su fuerza ligadora; y a la inversa: cuanto más baja su investidura, tanto menos capacitado estará el sistema para recibir energía afluyente, y más violentas serán las consecuencias de una perforación de la protección antiestímulo como la considerada (Freud, 1920, p. 30).

¿Podría ser ésta la función de la escuela y de los adultos cercanos en esta pandemia? ¿Aportar elementos para la producción de un sistema con una elevada investidura capaz de transmudar, ligar psíquicamente los altos montantes de excitaciones continuas provenientes del exterior, capaces de frenar el fuerte influjo de excitaciones continuas (sin pausa) que invaden y horadan el sistema protectivo consciente? ¿No es hora de repensar los fines de la educación pensando esta dirección como una de las que vayan a integrar su trama?

Sería una forma de proponer vías colectivas de protección al psiquismo, en esta avanzada de estímulos tempranos y cargados de una continuidad que queda asignada a la tarea de adultos cuidadores (padres y otros cercanos) y deja en la escuela (cuando hay asistencia y fuera del tiempo de pandemia) a cargo de una interrupción provisoria del pantallas pero con escasa carga de elementos para ligar la energía fluyente.

Dado que no se trata de una patología de algunos niños y niñas sino de un movimiento envolvente social y cultural de plena actualidad, es hora de que estas conflictivas no queden circunscriptas al espacio de una clínica de cada caso (no excluyente) ni patologizando problemáticas que resultan ser más bien escasas posibilidades del psiquismo de responder a continuos y permanentes aflujos de excitación.

 

 

Referências

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Freud, S. (1989). La transitoriedad. En Freud, S. [Autor], Obras completas, v. XIV. Buenos Aires: Amorrortu. (Original publicado en 1916)        [ Links ]

Freud, S. (1992). Más allá del principio de placer. En Freud, S. [Autor], Obras completas, v. XVIII. Buenos Aires: Amorrortu. (Original publicado en 1920)        [ Links ]

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Volnovich, J. C. (2020). Presente contínuo. Revista Topía, XXX(89), 9-11.         [ Links ]

 

Endereço para correspondência
Ana Bloj
E-mail: anabloj@yahoo.com.ar

 

 

*Centro de Estudios Históricos del Psicoanálisis en Argentina - CEHPA; Facultad de Psicología - Universidad Nacional de Rosario - UNR - Argentina.

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