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Junguiana

versión On-line ISSN 2595-1297

Junguiana vol.39 no.1 São Paulo ene./jun. 2021

 

La búsqueda cuaternaria. Institución de la cuarta función

 

 

Maria Zelia de Alvarenga

Médica en la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo (Faculdade de Medicina da Universidade de São Paulo - FMUSP), Psiquiatra en la Asociación Médica Brasileña (Associação Médica Brasileira - AMB), Analista Junguiana en la Sociedade Brasileira de Psicologia Analítica (SBPA), miembro del International Association for Analytical Psychology (IAAP). Autora de los livros Mitologia Simbolica (en colaboración); O Graal - Arthur E Seus Cavaleiros (Editor Karnac, con versiones em português e inglés), Edipo: um herói sem proteção divina (Editora Casa do Psicólogo), Ulisses - o herói da astúcia (con la colaboración de Sylvia Baptista y publicado por la Editora Casa do Psicólogo), Por que os deuses castigam? (Editora Casa do Psicólogo), Os Deuses Castigam? (publicación privada) y Anima-animus de todos os tempos (Editora Escuta). Fundadora del Centro de Estudos Boitatá. E-mail: mza@boitata.org

 

 


RESUMEN

El texto inventaría la evolución del pensamiento y las proposiciones teóricas de la autora que la llevaron a la formulación de este texto. El cuarto patrón de Inteligencia, la cuestión del mito del pecado original y el mito prometeico de la creación de la criatura humana y las virtudes robadas y cedidas por Zeus. Cristo y la propuesta de la cuarta dinámica de la conciencia, como posibilidad para la salvación de la humanidad. El texto establece la condición de mantener regencias trinitarias en muchas de nuestras instancias gubernamentales y la realización de la necesidad de implantar un cuarto poder que traduzca un verdadero régimen democrático y contribuya a forjar una dinámica de conciencia que abarque tanto al individuo como al colectivo, contribuyendo a la implantación de un régimen de encuentro y continencia del otro.

Palabras clave: Gobiernos trinos, Búsqueda de la cuarta dinámica de la conciencia, Proposición de la cuarta instancia gubernamental.


 

 

En 2018 presenté en el VIII Congreso Latinoamericano de Psicología Junguiana, realizado en Bogotá, Colombia, el trabajo: "Las siete dinámicas de la conciencia" (ALVARENGA, 2018), en el que propuse la existencia de otras tres dinámicas además de las cuatro propuestas por Analítica Psicología en Brasil, y los califiqué de la siguiente manera: el primero, como urobórico, bajo el dominio del arquetipo de la diosa Naturaleza; el segundo, Matriarcal, bajo el dominio del arquetipo de la Diosa Madre, propuesto por Neumann (2012); el tercero como Patriarcal, bajo el dominio del arquetipo del dios Padre, también según la proposición de Neumann (2012); el cuarto a partir del Encuentro, bajo la regla del arquetipo Coniunctio; la granja de la comunicación, bajo el dominio del arquetipo del Verbo Encarnado; el sexto de la Vista previa del futuro, bajo el dominio del arquetipo de profecía; y el séptimo de la Dinámica del Entendimiento Universal, bajo la regla del arquetipo de Totalidad (ALVARENGA, 2018)

Al mismo tiempo, se me ocurrió la idea de proponer un cuarto estándar de inteligencia que llamé Noética. Como todo el mundo sabe, tres son los estándares genéricos de inteligencia. A principios del siglo XX surge el concepto de inteligencia cognitiva y todas sus variantes en el sentido de evaluar las competencias intelectuales (CI), las personas, su importancia para el proceso educativo, la correlación para el éxito en las empresas, etc. Recién en la década de los noventa Daniel Goleman (1997) propuso el esclarecedor concepto de Inteligencia Emocional (EQ) y su importancia en el éxito de emprendimientos realizados por personas con CI normal, pero con EQ alto, y los "fracasos" de personas con altos niveles de CI, pero de QE insuficiente. Goleman (1997), para explicar la importancia de la inteligencia emocional en las relaciones humanas, citó una frase conocida como "El desafío de Aristóteles" perteneciente al célebre texto Ética a Nicomene: "Cualquiera puede enfadarse, esto es fácil. Pero enojarse con la persona adecuada, en la cantidad adecuada, en el momento adecuado, por la razón correcta y de la manera correcta no es fácil" (p. 8). La oración tiene la competencia para explicar cuál es la virtud de la Inteligencia Emocional.

Dos años después de la propuesta de Goleman (1997), surgió el concepto fenomenal de Inteligencia Espiritual (SQ), propuesto por Zohar y Marshal (2016), y a principios del tercer milenio también surge la proposición de Wigglesworth (2012). Según Zohar y Marshal (2016, p. 23), la inteligencia espiritual se describe "... como una capacidad para elegir (y para) presentarnos un sentido moral, una capacidad para suavizar normas rígidas con comprensión y compasión". El QS está vinculado a la necesidad humana de que la Vida tenga un propósito y un objetivo. El QS sería responsable, por tanto, del significado de su propia existencia, del desarrollo de los valores éticos y creencias que orientan las acciones cotidianas, ampliando los conceptos de Inteligencia Intelectual e Inteligencia Emocional.

La Inteligencia Espiritual se describe como una competencia explicitada por la disponibilidad de, por opción, asumir responsabilidades y resolver conflictos cuyas demandas no tengan un carácter personal, sino que conciernan al colectivo. La inteligencia espiritual permite a las personas, por opción, cuidar del otro y resolver problemas y conflictos del colectivo, por conocer y sentir a los participantes y componentes de la comunidad, y la demanda implícita de querer ser la solución de los problemas con los que vienen (ZOHAR; MARSHAL, 2016, p. 33).

Esta competencia, descrita como parte inherente de la inteligencia espiritual, traduciría una exigencia de hacer una diferencia, explicitada por características heroicas, debido al acto, apuntando, fundamentalmente, al bienestar del otro, sea quien sea, en el sentido objetivo. La Inteligencia Espiritual implicaría afrontar el problema concreto que sufre el otro o el colectivo y encontrar una solución relevante.

Mis reflexiones me llevaron a cuestionar el concepto de "inteligencia espiritual" porque encontré que, si bien este marco sin duda traduce una mejora en el concepto de "inteligencia emocional", no explica suficientemente la condición de satisfacer las demandas requeridas para el desarrollo de la humanidad hacia el logro del proceso de individuación, así como tampoco refleja el alcance alcanzado por algunas criaturas magníficas tanto del pasado como del presente.

Como el proceso de individuación es una exigencia imperativa para el autoconocimiento, meta mayor de la humanización, esta condición implicaría asumir plena e intensamente la realidad de conocer y tratar al Otro, en sí mismo. Este Otro subjetivo, a menudo depositario de proyecciones, el más sombrío, necesita ser conocido y reconocido como una instancia de la persona misma, en su proceso reflexivo más profundo, para que pueda realmente tratar con el otro concreto.

Así, el siguiente paso para traducir una expresión transformadora del desarrollo del patrón de conciencia para alcanzar la plenitud de la condición humana, implicaría alcanzar un cociente de inteligencia que traduciría la síntesis de la condición intelectual, con lo emocional y lo espiritual, y expresar el ser en su mayor plenitud, es decir, ocupado por la redención del otro concreto, después de haber sido ocupado por el otro subjetivo.

Solo podremos ocuparnos realmente de la redención del otro cuando ese otro ya no sea el escenario de las deposiciones de nuestras propias sombras. Mientras nos ocupemos del otro concreto sin preocuparnos primero del otro en nosotros mismos, en última instancia, cuando nos ocupamos del otro concreto, nos estamos ocupando simbólicamente de nosotros mismos.

A esta naturaleza de la inteligencia propuse designarla como Noética cuya expresión se ha actualizado, en el pasado, en grandes avatares como: Buda, Jesucristo, Francisco de Asís, Teresa de Ávila y tantos otros, y, en los últimos tiempos. En ocasiones, esta competencia ha venido siendo difundida y ejercida por grandes líderes como Gandhi, Sri Aurobindo, Martin Luther King, Madre Teresa de Calcuta, Chico Xavier etc., ¡resonando sincrónica y sintónicamente en miles de personas!

Esta concepción de la inteligencia, que traduce una condición de plenitud, implica la búsqueda primaria del autoconocimiento, mientras habla de Teresa de Ávila (1981) en su texto "Las mansiones del castillo" o la plenitud del caminar hacia el Yo, mientras habla de Jung.

Hace tres años publiqué un libro, escrito con la colaboración de muchos, llamado "Anima/Animus de todos los tiempos" (ALVARENGA, 2017), en el que formulé la propuesta de ser continentes de ambas realidades arquetípicas Anima y Animus, coincidiendo con el supuesto por Hillman (1995), pero añadiendo la condición de que, en todos los seres humanos, Anima refleja inspiración y Animus refleja realización, es decir, el anima crea, idealiza y el animus hace, ejecuta.

Sin embargo, para que tenga lugar la creación del alma y traduzca la demanda no solo de la persona, sino también del colectivo, la configuración del Cuaternión, expresada en la cuarta dinámica de la conciencia, dinámica de Coniunctio, determina la imperiosidad de la integración conmovedora. La trinidad masculina, que gobierna la dinámica del Dios Padre, se transformará en el Cuaternión del alma como núcleo fundacional de la cuarta dinámica de la conciencia.

Esta condición estructurante de la cuarta dinámica de la conciencia, expresada como una demanda anunciada hace muchos siglos, si no milenios, vivida plena e intensamente por los grandes avatares, antes mencionados como expresiones de la inteligencia noética, pide, invita, llama al colectivo a incorporar y estructurarse por la condición conmovedora.

En el mito de Prometeo, como lo expone Protágoras, en el texto socrático, también llamado Protágoras (PLATÃO, 1970), hay un informe que, después de Prometeo presenta a las criaturas, creadas por él, con los dos atributos de fuego y techné (robado de Hefesto y Atenea), la aparición de comportamientos competitivos destructivos, violencia hacia los demás, sucedió de una manera aterradora.

Zeus, manifestación de la mayor sabiduría y, en este momento mítico considerado, simbólicamente, como expresión del Yo, llama a Hermes para una obra inédita. Entrega al divino de los pies alados dos virtudes fenomenales, con la tarea de distribuirlas a todos los humanos, en igual cantidad a todos. Las virtudes enviadas fueron Diké y Aidós, atributos que le dieron al ser humano el poder de instaurar el imperio de la Justicia (Diké) entre todos y para todos, y la imperiosa exigencia de hacer por el otro lo mejor de sí mismo (Aidós) (ALVARENGA, 2011).

El texto Protágoras traduce así simbólicamente la imperiosidad de la integración de dos virtudes que entiendo como expresiones del alma, es decir, que haya justicia hacia el otro, o mejor, para que la justicia sea hacia lo colectivo, es fundamental hacer el otro lo mejor de ti. Las instancias diké y aidós componen un cuaternario con las virtudes del fuego y techné, dote conferido por Prometeo, con el que se estructura, ejecuta y actualiza la Ética.

El texto Protágoras, propuesto por Platón hace 2400 años, explica las virtudes a los humanos conferidas por Zeus, como de fundamental importancia para que la convivencia sea saludable, armoniosa, ya que se basa en la mayor condición de cada uno para tratar con el otro, hacer para el otro lo mejor, nos retrata a todos, sin lugar a dudas, como seres privilegiados.

Así, me parece que el amor al prójimo requiere el paso a la composición del cuaternario en la cuarta dinámica de la conciencia.

Pero, para que esto suceda, es fundamental que cada uno elija ejercitarse según los atributos de estas virtudes. ¡De esa manera podemos forjar un futuro posible, diferente al probable! (BRADEN, 2017). Y, para que el proceso suceda, es fundamental elegir asumir la responsabilidad por el bienestar de los demás.

La proposición del mito helénico ayudó a resolver mis viejas preguntas sobre el "pecado original", descrito en el texto del Génesis y la proposición también bíblica de Jesucristo como el enviado divino que salva a la humanidad.

Mis reflexiones me llevaron a una lectura simbólica sobre las razones de la prohibición de comer el "fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal" (Génesis 2:9; 2:16-17; 3:1-24), Como expresión de la más profunda sabiduría universal, cuando, entonces, la divinidad se presentó como protectora ante sus hijos, proponiendo: no comas de este árbol, porque aún no estás listo, aún no tienes la competencia para usar bien su conocimiento Y las criaturas creadas desobedecieron y comieron del fruto del árbol del conocimiento, con el cual, según el texto bíblico, fueron "expulsados" del Paraíso.

Y, de manera similar al mito helénico, porque aún no han incorporado ni actualizado las dos virtudes enviadas por Zeus, es decir, Dikè (justicia al otro) y Aidós (hacer por el otro lo mejor de sí mismos) se convirtieron, como estaba previsto en el relato platónico, extremadamente competitivos, destruyéndose mutuamente, acumulando bienes, solo para ellos mismos, en detrimento de la mayoría, usurpando, corrompiendo etc. La proposición del mítico helénico, cuando Zeus anuncia enviando, a través del mensajero Hermes, las dos virtudes: Dikè y Aidós a todas las criaturas y distribuidas por igual a todas, implica la proposición de un patrón de conciencia consistente con la cuarta dinámica, es decir del Coniunctio, del Encuentro, de lo Fraterno. Esta proposición explícita no está presente en el mito judío. Sin embargo, la mitología judía anuncia la venida de un Salvador.

El salvador anunciado emerge en la figura del avatar Jesucristo, quien fundamentalmente anuncia la proposición de una dinámica de conciencia coherente con las proposiciones de Zeus, es decir, que nos regimos por las virtudes de Dikè y Aidós. Así, sólo ejercitando la cuarta dinámica de la conciencia, es decir, sólo cuando actualizamos e incorporamos la condición de fraterno, podremos salvarnos. Mientras sigamos gobernados por el fuego de la conciencia y el ejercicio de la techné, seremos competitivos, invasivos, destructivos con los demás. Sin ayuda y sin dikè, el otro será siempre el enemigo a derrotar, la amenaza a combatir, el invasor a destruir, el competidor a someter, etc.

¡Y el avatar de los nuevos tiempos ha sido crucificado!

¡Pero la demanda continúa!

Como sabemos, en el mito de la búsqueda del Grial no se produjo el cuaternión y el Cáliz quedó alejado del campo de la conciencia; Arturo, simbólicamente, murió en combate con sus propias sombras, Lancelot enloqueció, la Tierra quedó devastada, Guenívere se refugió en una ermita, el hijo del nuevo tiempo no se puede concebir y el Grial quedó velado, pero no integrado (ALVARENGA, 2008).

La integración del Grial, expresión del recipiente de recepción del continente, constituye una realidad esencial para la composición del cuaternario, exigiendo ser estructurado en la psique colectiva como expresión simbólica del continente femenino.

En los tiempos de hoy, la sociedad permanece regida por la trinidad de los tres poderes: Ejecutivo, Legislativo, Judicial y como toda trinidad necesitada de la cuarta instancia, expresión simbólica del continente femenino.

Podemos pensar en la instancia Legal como una expresión de la función del sentimiento; la instancia del legislador como expresión del pensamiento; la instancia del ejecutivo como expresión de sensaciones. La cuarta instancia, evidentemente de carácter femenino, será expresión de la intuición, de la previsión del futuro y del aquí-ahora, así como de las necesidades inmediatas del colectivo. Llamo a esta instancia como Solidaria o Comunitaria.

Si es así, la condición de Cristo se hará realidad, Aidós y Dikè estarán en pleno ejercicio. De esta manera, seremos competentes para convertirnos en la quinta dinámica de la conciencia, cuya mayor batalla será incorporar el sacrificio de las demandas personales para ser y lograr la redención colectiva.

La exigencia del establecimiento del cuaternario como prerrequisito fundamental para una dinámica relacional que privilegie el bienestar de los demás, cuando se logre, representará, simbólica y concretamente, un crecimiento tan fenomenal de la sociedad, como una realidad nunca antes alcanzada. ¡La consecución del cuaternario, posible gracias a la incorporación de un resort que se preocupa real y profundamente por el bienestar del otro, representará la plena realización de las virtudes relacionales que humanizan diké y aidós!

 

Referencias

ALVARENGA, M. Z. Anima/animus de todos os tempos. São Paulo, SP: Escuta, 2017.         [ Links ]

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______. O encontro de prometeu, Héracles e Quiron: a morte e o morrer, ritos de passagem. Junguiana, São Paulo, v. 29, n. 1, p. 58-61, jun. 2011.         [ Links ]

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BRADEN, G. O efeito Isaias: decodificando a ciência perdida da prece e da profecia. São Paulo, SP: Cultrix, 2017.         [ Links ]

D´ÁVILA, T. As moradas do castelo interior. São Paulo, SP: Paulus, 1981.         [ Links ]

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HILLMAN, J. Anima, anatomia de uma noção personificada. São Paulo, SP: Cultrix, 1995.         [ Links ]

NEUMANN, E. A grande mãe. São Paulo, SP: Cultrix, 2012.         [ Links ]

PLATÃO. Diálogos: apologia de Sócrates, Critão, Laquete, Cármides, Líside, Eutrífrone, Protágoras, Górgias. São Paulo, SP: Melhoramentos, 1970.         [ Links ]

WIGGLESWORTH, C. Las 21 aptitudes de la inteligencia espiritual: un paso más allá de la inteligencia emocional. Ciudad del Mexico: Penguin Random House México, 2012.         [ Links ]

ZOHAR, D.; MARSHALL, I. A inteligência espiritual. Rio de Janeiro, RJ: Best Seller, 2016.         [ Links ]

 

Recibido en 17/03/2021
Revisión en 31/05/2021

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