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Revista Brasileira de Psicodrama

versão impressa ISSN 0104-5393versão On-line ISSN 2318-0498

Rev. bras. psicodrama vol.22 no.2 São Paulo  2014

 

COMUNICACIONES BREVES
Brief Communications

 

Psicodrama y sociodrama transgeneracional

 

Psicodrama e sociodrama transgeracional

 

Trans-generational psychodrama and sociodrama

 

 

Gregorio Armañanzas Ros1

Asociación Española de Psicodrama, e-mail: go@gruposyorganizaciones.com

Dirección para correspondencia

 

 


RESUMEN

Tras una introducción acerca del concepto de transmisión transgeneracional del trauma colectivo, se detalla y analiza un sociodrama en relación a la figura del dictador Franco, desde los elementos emocionales y técnicos.

Palabras-clave: Trauma trangeneracional. Conspiración de silencio. Lealtades invisibles.Guerre Civil Española.


RESUMO

Após uma introdução breve do conceito de transmissão transgeracional do trauma coletivo, apresentamos e analisamos os aspectos emocionais e técnicos de um sociodrama relacionado à figura do ditador Franco.

Palavras-chave: Trauma transgeneracional. Conspiração do silêncio. Lealdades invisíveis. Guerra Civil Espanhola.


ABSTRACT

After a short description of trans-generational transmission of collective trauma, we present and analyse the emotional and technical aspects of a Sociodrama related to the figure of Franco the dictator.

Keywords: Trans-generational trauma. Conspiracy of silence.Invisible loyalties. Spanish Civil War


 

 

INTRODUCCÍON

Los diferentes traumas colectivos impactan en las sociedades, las familias y los individuos. Su huella emocional se transmite en silencio a través de las generaciones. Paradójicamente, es el silencio el mecanismo más eficaz de transmisión generacional.

Sigo la terminología de AnneArcelinSchuntzenberger(2000) que llama transmisión intergeneracional a la transmisión consciente, y transmisión transgeneracional, a la transmisión inconsciente. En la práctica hablo de transmisión transgeneracional, pues es ésta la transmisión clave.

Los traumas que impactan a las familias y las personas pueden ser de muy diferente tipo:

− Guerras con violencia en la que hay víctimas, perpetradores, cómplices de diferente tipo, testigos silenciosos, etc. Todos ellos pueden dejar un trauma emocional a sus descendientes.

− Intervenciones en la violencia de estado como agentes de tortura, ejecuciones sumarias, gangs y mafias de diferentes tipos.

− Abortos por diferentes tipos y causas.

− Asesinatos y violencia de otros tipos.

− Antecedentes de emigraciones en condiciones penosas.

− Antecedentes de cuestiones relacionadas con la esclavitud, ya sea desde el lado del esclavo como del que esclavizaba. Esto que se puede ver más en américa, en Europa puede tener su paralelo en ancestros que siendo huérfanos eran tomados en adopción en condiciones que pudiéramos considerar como de esclavos de la familia.

Seguro que me dejo otras muchas circunstancias. En general, hay un diverso tipo de acontecimientos que pueden haber dejado una huella de culpa, vergüenza, necesidad de restaurar el honor, entre otros legados. IvanBoszormenyi-Nagy y Geraldine M. Spark en su libro "Lealtades Invisibles" (Amorrortu, 2008) nos hablan de estos mecanismos.

Hay que recordar que la transmisión transgeneracional nos lega también una gran variedad de recursos emocionales. Incluso como consecuencia de los mismos traumas. Recuerdo la experiencia de explorar estos recursos en el taller que coordiné sobre el tema en Sevilla el año pasado. Experimentamos la importancia de los abuelos en este sentido.

El psicodrama y el sociodrama constituyen una herramienta fascinante para explorar estos temas.

 

UN SOCIODRAMA: GUERRA CIVIL ESPAÑOLA, TRES CUARTOS DE SIGLO DESPUÉS

El contexto

El presente sociodrama se realizó dentro del taller "Transmisión transgeneracional de conflictos: la conspiración del silencio" que coordiné durante los días 31 de enero y 1 de febrero de 2014, en la Casa de la Paz, Palacio de Aiete (San Sebastian, Pais Vasco, España). El grupo estaba integrado por treinta y cuatro personas de diferentes entornos: salud, psicología, trabajo social, asociaciones de paz, educación, etc. Algunos participantes venían en calidad de ciudadanos sin una adscripción profesional. Este taller tenía por objetivo explorar la transmisión generacional de conflictos violentos, como al Guerra Civil y ETA.

El Palacio de Aiete es una construcción ubicada en una colina sobre S. Sebastián en medio de un amplio jardín. Fue construido en 1873 y ha alojado a diversas personalidades: los reyes Alfonso XII, Alfonso III, Isabel II, etc. Tiene el aspecto de un palacete francés. Lo más notorio actualmente en la comunidad es que había sido la residencia de verano de Francisco Franco.

Francisco Franco había dado el golpe militar en 1936, contra la República Española legalmente constituida. Desde que la guerra terminó a favor de los golpistas tres años después, encabezó una dictadura que se había fraguado junto a las dictaduras de la segunda guerrea mundial en Europa: la alemana de Hitler y la italiana de Musolini. La dictadura franquista española, a diferencia de estas, pervivió hasta la muerte de Franco en 1975.

Los lugares donde trabajamos con psicodrama y sociodrama, pueden transmitir a la experiencia la experiencia colectiva (consciente e inconsciente) de la que sean depositarios. Desde que se decidió el local del taller, los organizadores teníamos muy presente este elemento simbólico. Yo, como coordinador, imaginaba los fantasmas de la historia franquista que flotarían en el lugar. Durante mi estancia en San Sebastián, pregunté informalmente a las personas de allí si había alguna leyenda urbana sobre el lugar. Alguien me comentó que se hablaba del fantasma de una mujer del servicio que andaba por la zona del personal de servicio. Pregunté antes del taller el uso que había tenido la sala, sin obtener respuesta. Eso ayudó a que todos proyectáramos en la sala lo que nuestra imaginación creara. Fue después del taller que supimos que la sala había sido dedicada a recepciones y posiblemente sala de baile.

El palacio actualmente se llama la Casa de la Paz. Todo va dirigido a dar un mensaje de paz como oposición a los años de guerra civil y dictadura. En los jardines del exterior hay una escultura en acero cortén en la cual están vaciados los números de los años que van desde que el dictador Franco dio el golpe militar (1936) hasta el año de su muerte (1975). La entrada principal del palacio tiene unas escalinatas flanqueadas por las esculturas de dos perros que entreabren sus bocas amenazantes. La sala que tiene unos 80 m2 y se llama actualmente Sala Gandhi. Tiene tres de sus paredes ocupadas por enormes ventanas que dan a los jardines. En la pared están colgados cuatro grandes carteles con la Declaración Universal de los Derechos Humanos en euskera, castellano, francés e inglés.

A lo largo del taller habían aparecido preguntas acerca del uso de la sala.

El sociodrama

Había terminado la sesión de cuatro horas del día anterior en que les invité a tener sueños y traerlos al grupo si les parecía adecuado.

Entre los sueños que se relataron al día siguiente, estaba uno con unas cabezas flotando y otro sobre una casa.

Todo me llevaba a proponer un sociodrama acerca de alguna escena que en la sala se hubiera desarrollado en otros tiempos. Utilicé la imagen del túnel del tiempo y de los fantasmas que quedan del pasado superpuestos al tiempo presente, para facilitar la proyección de una escena grupal y también colectiva (en el sentido de que lo que el grupo creara sería también un emergente del colectivo social).

Propuse al grupo, en forma de elección sociogramática, que sugiriera una escena que allí se hubiera dado. Las dos más votadas fueron casi la misma: en una estaba Franco despachando con los funcionarios serviles y con miedo ("pelotas" en la terminología que aquí se usa) y en otra, se añadía la presencia de los nietos.

Representaríamos la escena de Franco despachando con un ministro, con dos nietos entrando en el despacho.

Pedí voluntarios para representar a Franco. No hubo respuesta del grupo en un principio. El desafío de entrar en rol de un tirano en un grupo que ha sufrido sus efectos, es grande. Posiblemente haya que hacer algún tipo de caldeamiento o dejar esta elección para el final de la asignación de personas que van a hacer los diferentes roles.

Esta resistencia a asumir este tipo de rol que he visto alguna otra vez, se puede evidenciar en representar una caricatura, un payaso, para mofarse de él. Todo el grupo lo suele desear incluido el que hará el rol. El grupo tiende a cohesionarse en esa defensa y el director se puede quedar solo en su tarea. Afortunadamente nos rescata de esa tentación la pauta del psicodrama y sociodrama en la cual el que representa el rol debe entrar en él, tal y cómo el personaje se ve a sí mismo. Tanto quien adoptó el rol como el público de la escena ofrecieron resistencias mediante la risa y el humor. La tentación del director a entrar por esa vía fácil puede ser grande y pudiera tener su efecto catártico. Habría que valorar su interés en situaciones de enorme carga emocional que solo permiten esa aproximación.

Mi planteamiento esa trabajar entrando lo más posible en el rol, en como el dictador se ve a si mismo. En esta experiencia se logró mantener el rol en la representación de Franco pero el público a veces intervenía con risas que rompían de alguna manera, la norma de que solo habla la escena, y que pudieron funcionar como defensas contra la vivencia más profunda. Estaríamos tratando de acercarnos a una escena pero saltándonos el plano emocional profundo, utilizando la caricatura y los estereotipos. El sociodrama podría aportarnos la visión mas profunda en base al entorno de seguridad que se crea en el grupo.

La escena de Franco firmando edictos de muerte es una escena que siento muy imaginada en el colectivo. Es una concretización de una pregunta más básica que yo me he hecho muchas veces y he tratado de responder: ¿cómo un ser humano puede llegar a matar a otro ser humano?

El grupo se acercó a esa escena pero no imaginó a Franco firmando sentencias de muerte, lo puso firmando edictos para construir pantanos. Surgió en el grupo la idea, pero se dijo que entre los temas a firmar ese día que le llevaba el ministro, no estaba ninguna sentencia de muerte. Tal vez el grupo no estaba para afrontar esa escena. Tal vez yo como coordinador podría haber empujado a ello y es a posteriori que estoy considerando esta posibilidad. Por otro lado, es bueno dejar al grupo decidir su ritmo de implicación.

Viendo la resistencia a la asunción del rol de Franco en el grupo, pasé a pedir un voluntario para representar al primer ministro. Un joven se ofreció voluntario. Le dimos un caldeamiento del rol con varios emergentes del grupo. Se presentaba un ministro de mediana edad con ganas de sacar ventaja personal de su posición, manipulador y con mucho miedo a la figura de Franco. Temía encontrarse con un dictador que, dueño de la vida y de la muerte, le pusiera en riesgo. Era también consciente de su propio poder como ministro y de las ventajas de su posición.

Posteriormente, dos mujeres se ofrecieron para representar el rol de Franco. Curioso que fueran dos mujeres y no un hombre. Varias hipótesis se me ocurren en este sentido. Una de ellas es que puede ser una parte de la resistencia del grupo a acercarse a la escena que hubiera sido más verosímil con una sola figura masculina.

En otro sociodrama que coordiné anteriormente en otro contexto sociocultural, un hombre pasó a representar el rol masculino de un dictador de la colectividad en un momento de enfrentamiento violento. Posteriormente el grupo se resistió sutilmente a sacar a la persona del rol, y pudo ser arriesgado para la persona. No me fue evidente hasta procesar otro ejercicio que se hizo al dia siguiente. Por mas que saquemos claramente a la persona del rol y advirtamos de que este se puede quedar adherido y que se diga si es así, en algunas ocasiones el grupo tiene su propia adscripción inconsciente que puede pasar desapercibida al director. En el caso que cito, sentí que coincidían en quien asumió ese rol ciertas características persones que pudieran hacerle proclive a entrar en posiciones de chivo expiatorio. Dicho esto, no estaba mal la propuesta del grupo en cuanto a la figura de Franco en la que estamos. Todo esto puede darnos una idea acerca de las complejidades de la representación de este tipo de rol.

Otra asociación y posible explicación de que fueran dos mujeres consiste en que Franco era un hombre amanerado. La leyendas urbanas que circulan, dicen que tenía un solo testículo y que su única hija no era hija natural. Nos llevaría lejos de esta exposición asociarlo con el amaneramiento de Hitler y explorar el tema en diferentes dictadores.

Acepté a las dos mujeres para representarlo. Uno de los roles, al que llamé Franco 1, se presentaba como vocacionado a librar al país de un demonio, un cáncer, representado por los rojos y republicanos. Se sentía un salvador de lo bueno. Se presentaba sereno, tranquilo, poderoso y seguro. El otro, al que llamaré Franco 2, se sentía pequeño, inseguro y débil. Se me planteó la cuestión de si el personaje de Franco 2 era consciente para el Franco 1. Tenía que valorar si era coherente que Franco 1 fuera consciente del Franco 2 o en qué medida el Franco 2 era producto de un análisis externo del grupo que no correspondía a como el personaje se vivía a sí mismo. Posiblemente, Franco 2 era más un análisis externo del grupo y era algo inconsciente para Franco 1.

Decidí poner a Franco 2 detrás de Franco 1 representando esa parte del dictador que estaba detrás de la fachada de Franco 1. Cuando Franco se sentó en la mesa del despacho para iniciar la escena tras el caldeamiento pensaba haber mantenido a Franco 2 detrás de Franco 1 pero las personas que los representaban no lo hicieron así y se sentaron ambas a la par en la mesa, Franco 1 a la izquierda de Franco 2. Yo no lo cambié. Puede deberse a una resistencia a profundizar en el rol de Franco 1 poniéndole a un Franco 2 que podría ser una crítica del grupo, un ataque velado a Franco 1. Estas son elaboraciones posteriores, consecuencia de la distancia reflexiva que ahora puedo hacer.

Los nietos de Franco estuvieron representados como un niño de 16 años y una niña de 8 años.

La escena se desarrolló con mucha quietud, apenas había acción o movimientos. Nos acercábamos a una escultura o la construcción de una imagen (ROJAS BERMUDEZ, 1997). Me surgía la duda de en qué medida eso se debía a que era la primera escena que ese grupo desarrollaba en el taller, unido a la falta de experiencia en psicodrama de aproximadamente la mitad de los participantes. Las evocaciones que se dieron de este aspecto en el compartir me dieron otras explicaciones. Se hablaba de sensaciones de detención, de atasco, de tristeza, de inmovilidad. Con el golpe de Franco a la república, la participación democrática se detuvo más de 40 años en España.

En la escena, Franco, aburrido y con el aspecto de ser un funcionario en su rutina, firmaba los edictos para la creación de pantanos y otras cosas. El ministro disfrutaba de su ventaja y su poder.

Los sobrinos buscaban a su abuelo y no lo encontraban. Eran rechazados de una u otra forma. No apareció el abuelo en su rol más humano, disfrutando de sus nietos como cualquier otro abuelo. ¿Existió ese abuelo tierno detrás del personaje político que firmaba sentencias de muerte? En cualquier caso, el grupo no representó esa posibilidad. Nos podríamos preguntar por qué. Tal vez es demasiado fuerte vivir la contradicción entre el político insensible y el abuelo amante, en la misma persona.

Los nietos jugaban y buscaban a su abuelo. Tal vez representaban a esa parte de ser humano que llamaba a la puerta para que Franco sacara su parte de abuelo amante. Se sentían solos y aburridos, sin amigos. Se planteó la cuestión de que el nieto mayor, con 16 años, tenía que saber en alguna parte de sí mismo, consciente o inconsciente, que su abuelo firmaba sentencias de muerte. Esto puede estar simbolizando a todos los descendientes de los que participaron en ejecuciones y asesinatos. Tal vez, sin habérseles dicho, inconscientemente lo saben y están sufriendo las consecuencias transgeneracionales de esos hechos.

El ministro está representando la corresponsabilidad, más allá de la figura de Franco, de tantas personas que buscaron beneficio propio de tipo promocional y económico.

Franco, aburrido de su trabajo, se muestra con ganas de ir a pescar. También se muestra satisfecho de su poder y del respeto que evoca. Concretamente el Franco 1.

En el compartir tras la representación, di la consigna de que se podría compartir los sentimientos que nos evocaba la escena. Fue bastante general el que los que intervinieron, rompiendo la consigna, trataban de hablar de la escena, de cómo la veían desde fuera y cómo veían a los personajes, evitando hablar de los sentimientos que esto les evocaba. Aparecieron algunos sentimientos de rabia y tristeza.

Posteriormente me hice consciente de que no había sugerido compartir, como hago siempre, evocaciones de situaciones personales a las que nos lleva esa escena. Fui cómplice y partícipe de la resistencia de grupo a explorar en qué medida esa escena nos evoca escenas de nuestras familias transmitidas transgeneracionalmente. Además de director de la escena, soy miembro de la misma cultura y participo en la conspiración de silencio de mi grupo social. Los profesionales, por más que lo tengamos en cuenta, no nos podemos sustraer totalmente de los códigos y conspiraciones de silencio que nuestras culturas imponen. De esta forma, podemos resistirnos inconscientemente a explorar en nuestros clientes los traumas históricos que han producido heridas y traumas en su árbol genealógico. Si la cultura tiene prescrito que no se habla de los padres o abuelos esclavos, asesinados, nazis, perpetradores, cooperadores de masacres, etc, el profesional terapeuta no lo explorará ni el cliente lo contará. Por algunas experiencias, parece haber más posibilidades de que lo cuente a un profesional de otra cultura.

Coordinando sociodrama con otras culturas, no caeré en la conspiración de silencio de la cultura de la que soy parte. La contrapartida es que no soy conocedor de los detalles y códigos de esa cultura y en algunos casos puede pasar que el grupo se pone hablar en un código del que no me entero, y que, de forma inconsciente, puede utilizar para sacarme fuera.

Tras terminar el sociodrama, hicimos un descanso y aprovechamos para hacernos una foto en las escalinatas del palacio, entre los dos perros amenazantes. Me sentí triste y sentí triste al grupo. Lo comenté y añadí que seguramente se reflejaría en la foto.

Cuando la rabia cede, cuando hay un espacio de confianza para bucear más allá de la lectura en el plano político, puede aparecer la tristeza.

 

TRAUMA TRAS TRAUMA, SILENCIO TRAS SILENCIO

El taller se estaba celebrando en San Sebastián, una de las tres provincias vascas. La cultura vasca, con su idioma propio, el euskera, había sido arrasada por el golpe de Franco. El idioma se prohibió, así como otros muchas formas y símbolos de ella. Eso generó toda una tarea transgeneracional en las nuevas generaciones.

VamikVolkan (2000) nos dice que los descendientes de los afectados y muertos por este tipo de traumas heredan tres tareas:

− Mantener vivo el trauma

− Hacer el duelo

− Devolver la humillación o tomar venganza

− En mi opinión, la primera tarea que cita Volkan (2000) resulta opuesta a la segunda. El duelo suele quedar sin cerrar por diversas razones. Queda congelado y pasado como herencia a hijos y nietos. La tarea consistiría en cerrar el duelo. Pero los herederos tienen la tarea de mantener vivo el trauma y para hacerlo, necesitan un duelo no terminado y mantenerse en rol de víctimas. Dicho esto de forma sumaria, vamos con la tercera tarea de Volkan (2000). En el País Vasco surgió el terrorismo de ETA con esta finalidad.

Diseñé el taller, cuando ya ETA había proclamado el cese de su actividad violenta. Quería dar cabida a ese nuevo trauma que habría también generado en los individuos y en las familias heridas emocionales. Había que darles espacio y trabajarlas para que la cadena de violencia y trauma transgeneracional parara.

Sabiendo que eso estaría allí, planteé un ejercicio en que ponía una línea del tiempo mas allá de nuestro tiempo biológico, de forma que incluyera otras generaciones. Les pedí que pensaran y escribieran para sí mismos, un acontecimiento importante que hubiere impactado en su árbol genealógico. Invité posteriormente a colocarse en el punto de la línea del tiempo en que eso pasó y contar desde ahí lo que quisieran.

Una persona compartió el asesinato por parte de ETA, de un familiar de la generación anterior. Compartió como el silencio se había apoderado de la familia que había cambiado profundamente. Me llamó la atención el hecho de que esa fuera la única evocación que surgió en el taller en torno a este conflicto. La conspiración de silencio está trabajando. Es una conspiración inconsciente en gran parte: no nos llegan esas evocaciones a nuestra mente. En un taller anterior en Bilbao, otra de las ciudades vascas, se había dado también una sola evocación, en este caso en torno al miedo a la violencia policial en la represión del terrorismo de ETA. Parece como si, en ambos casos, el grupo quisiera dejar constancia de que eso está ahí, aunque no esté para más.

Volviendo al ejercicio de la línea del tiempo, hubo una alusión de una persona a una herida familiar que se remontaba a las guerras carlistas, episodios de violencia que se remontan al siglo XIX y afectaron profundamente al País Vasco.

 

REFERENCIAS

BERMÚDEZ,R. J. Teoría y Técnicas Psicodramáticas. Barcelona:Paidós, 1997.         [ Links ]

BOSZORMENYI–NAGY, I.; SPARK, G. M. Lealtades invisibles: Reciprocidad en terapia familiar intergeneracional. Madrid: Amorrortu editores, 2008.

SCHUNTZENBERGER, A. A. Health and Death: Hidden Links through the family tree. In: KELLERMAN, P.F.;HUDGINS, M.K. (ed.) compil. Psychodrama with trauma survivors: Acting Out Your Pain (Arts Therapies). London: Jessica Kingsley Pub., 2000, p. 283-298.         [ Links ]

VOLKAN, V. D. Traumatized societies and Psychological care: Expanding the concept of Preventive Medicine. Mind and Human Interaction, 2000, v. 11, p.177-194.         [ Links ]

 

 

Dirección para correspondencia

Gregorio Armañanzas Ros
C/Esquiroz nº4, 1ºB -
Pamplona (Navarra) España.
Tlf:94827-6301

Recebido em: 25/2/2015
Aceito em: 9/3/2015

 

 

1 Psiquiatra, psicodramatista, grupoanalista y consultor de organizaciones. Dirige un programa de formación en psicodrama y otro de dinámica de grupos. Miembro de la junta directiva de la Asociación Española de Psicodrama. Escribe novelas. Vive y trabaja en Pamplona(Navarra, España).