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Revista Brasileira de Psicodrama

Print version ISSN 0104-5393On-line version ISSN 2318-0498

Rev. bras. psicodrama vol.23 no.2 São Paulo Dec. 2015

http://dx.doi.org/10.15329/2318-0498.20150007 

ARTIGOS DE REFLEXÃO

 

Imagen, metáfora y sicodanza: vías metodológicas en sicodrama

 

Image, metaphor and psychodance: methodological pathways in psychodrama

 

Imagem, metáfora e psicodança: caminhos metodológicos no psicodrama

 

 

Amelia Coppel

Asociación de Sicodrama y Sicoterapia de Grupo (ASSG) y Asociación Espanola de Psicodrama (AEP) - email: coppellia@gmail.com

 

 


RESUMEN

El artículo trata sobre diferentes caminos metodológicos que han demostrado su eficacia terapéutica: construcción de imágenes, uso de metáforas y sicodanza. Así mismo, se evidencia como las últimas investigaciones científicas dan, por fin, a la imagen el lugar que le corresponde en la configuración de los contenidos mentales o neurales siendo la base del pensamiento y de la conciencia. Y cómo el uso de la imagen en el ámbito terapéutico proporciona una transmisión del material del protagonista tal como es, ya que la utilización sólo del lenguaje lleva a la contaminación de los contenidos del terapeuta con los del paciente. La palabra es sólo una, en cambio la imagen contenida en la palabra es múltiple.

Palabras-clave: Imagen. Metáfora. Sicodanza. Forma. Representación neural. Hemisferios cerebrales.


ABSTRACT

The article discusses different methodological paths that have proven therapeutic: the construction of images, the use of metaphors and psychodance. Likewise, evidence from the latest scientific research finally values image, as it deserves in the configuration of mental or neural contents with thought and conscience as their basis. In addition, how the use of image in the therapeutic field provides transmission of material from the protagonist such as it is, since the use only of language leads to the contamination of the content of the therapist with the patient. The word is only one; on the other hand, the image contained in the word is multiple.

Keywords: Image. Metaphor. Psychodance. Neural representation. Cerebral hemispheres.


RESUMO

O artigo centra-se nos diferentes caminhos metodológicos que provaram ser terapêuticos: construção de imagens, o uso de metáforas e psicodança. Da mesma forma, evidencia como as mais recentes pesquisas científicas, finalmente, dão à imagem o lugar que mais lhe agrada na configuração do mental ou do conteúdo neural, sendo a base do pensamento e da consciência. E como o uso da imagem no campo terapêutico fornece a transmissão do material do protagonista, tal como ele é, uma vez que o uso apenas da linguagem leva à contaminação do conteúdo do terapeuta com o do paciente. A palavra é apenas uma; no entanto, a imagem contida na palavra é múltipla.

Palavras-chave: Imagem. Metáfora. Psicodança. Representação neural. Hemisférios cerebrais.


 

 

INTRODUCCIÓN

En nuestra escuela, la Construcción de Imágenes es una de las vías metodológicas esenciales. Su utilización no se debe a una elección arbitraria, sino que está basada en la idea de que la actividad mental funciona con imágenes las cuales consideramos una creación del sujeto que las produce. Por un lado, esas imágenes nos muestran cómo el paciente comprende la estructura de su material interno y por otro, al observarlas desde el exterior puede objetivar sus contenidos. Eso es la parte comprensiva de la terapia. La imagen del protagonista es respetada al máximo como obra propia que es, y expresa su punto de vista sobre el sentido que tienen sus situaciones, vivencias e interrelaciones.

La sicodanza ha sido considerada, durante mucho tiempo, una técnica sicodramática. Sin embargo, actualmente, al evidenciarse sus posibilidades terapéuticas, se revela como el instrumento óptimo para el trabajo corporal y se configura como línea metodológica en sí misma. La Sicodanza mantiene el mismo encuadre teórico y técnico del Sicodrama con la diferencia de que el trabajo se focaliza y se dirige al cuerpo por ser el elemento principal de este encuadre.

Con todo esto, quiero decir que uno de sus objetivos principales es la búsqueda de las formas corporales que surgen a través de la danza, debido a que son las que dan lugar a la movilización de los contenidos subyacentes a las mismas. Así la lectura de formas constituye una parte fundamental en el trabajo de sicodanza, y su posterior elaboración se realiza a través de la construcción de imágenes donde emerge la estructura de los procesos interiores y sintetiza las interacciones con el mundo exterior.

Finalmente, se construye una secuencia de imágenes anteriores y posteriores a partir de la primera. De esta manera, queda configurada la Coreografía donde los puntos de referencia van a ser las imágenes y los huecos entre unas y otras que se enlazan espontáneamente a través de la danza. Con la coreografia, volvemos a la parte vivencial que suele ser imprevista e inesperada porque muchas veces las emociones que se sienten no permiten seguir la secuencia, y ese es el momento en que aparece la espontaneidad que da lugar a los resultados más creativos y terapéuticos.

La metáfora me ha llamado siempre mucho la atención debido a la posibilidad de hablar de una cosa en términos de otra. Por el discurso metafórico ser muy usual entre los pacientes en la sesión sicodramática, me dispuse a explorar cómo era posible utilizarlo con fines terapéuticos. Hasta casi la década de los 1980, la metáfora no había tenido cabida en la ciencia, no tenía significación empírica y no decía nada del mundo. Esta idea parte de la consideración de que la conceptualización de la realidad consiste en la representación de un mundo que es independiente de nuestra actitud perceptiva, cognitiva y corporal. Últimamente, el estudio de las metáforas, los modelos y las analogías ha pasado a ser un área nueva de investigación. Las metáforas han empezado a ser estudiadas como recursos de conceptualización y organización de la experiencia. Podemos decir, incluso, que puede llegar a construir la propia realidad.

 

EN EL PRINCIPIO ERA LA IMAGEN

Según Paivio (1971), el nino pre-lingüístico, a partir de las experiencias perceptivas de su entorno concreto, elabora un depósito de imágenes que son, ante todo, lo esencial de su conocimiento del mundo. El lenguaje se instala luego en un sistema, cuyas unidades constitutivas están en estrecha relación con el sistema de imágenes. Por ejemplo, al oír la palabra caballo aparece inmediatamente su representación en imagen. Inclusive podemos anadir la intervención de la imagen en la adquisición de las formas más elaboradas del lenguaje, o sea, el nino no solo adquiere el nombre de los objetos, sino que también enunciados de situaciones y secuencias están asimismo asociados directamente con las imágenes.

La teoría de Paivio (1971) confiere un papel decisivo en las actividades cognitivas a la imagen, la cual expresa el conocimiento del mundo que tiene el individuo y, como componente específico de las estructuras de la representación, se encuentra directamente relacionada con la función simbólica.

Según Denis (1984, p. 30) "la imagen, no es el calco pasivo de la realidad, sino el resultado de procesos dinámicos, que organizan y transforman la información perceptiva original mediante una esquematización y una abstracción de sus rasgos principales". Una imagen no contiene tanta información como la estimulación original; por eso, la construcción de imágenes parece resultar de la abstracción de elementos privilegiados en el seno de la realidad percibida.

Palabras como cólera, ansiedad o tristeza que se consideran relativamente abstractas no están, sin embargo, desprovistas de representaciones en imágenes. Esto se puede entender si se admite que los individuos pueden evocar situaciones en las que se ilustran o experimentan estos estados. Denis (1984, p. 31) anade que "la estructura profunda de la imagen es fundamentalmente abstracta y no es accesible al análisis introspectivo". En este sentido, la creación de Rojas-Bermúdez de la técnica de construcción de imágenes en el exterior dramático, donde el individuo las plasma sobre el escenario, se revela como la única forma de acceso a su comprensión y permite trabajar las relaciones y configuración de su estructura como observador. Además, la construcción de imágenes utiliza no sólo elementos de información disponible entre el conjunto de las adquisiciones cognitivas del individuo, sino también informaciones sensoriales y emocionales. Estas imágenes están inscritas en la red neuronal de tal modo que al activarse una de ellas arrastra a las demás, así como tienen la capacidad de provocar reacciones en cadena. Llinás (2003) llama a este tipo de efectos resonancias neuronales y se deben a la existencia de una interacción entre los circuitos que integraron la vivencia inicialmente. Para él, "estos componentes sensoriales interrelacionados de una misma estructura funcional residen en muy diversas partes de la corteza y es la resonancia neuronal la que los recombina para nosotros" (LLINÁS, 2003, p. 233).

La imagen permite ver el contenido de la palabra. El trabajar con palabras lleva implícito que podemos estar entendiendo mal la estructura que el otro comunica. Se puede comprobar en la práctica clínica que la misma palabra no se corresponde con la misma imagen, o sea, la palabra es única y la imagen de ella es diferente para cada uno. Por tanto, la imagen permite ver el significado y la estructura que la contiene. Esta estructura da una visión simultánea que evidencia lo que nos quiere comunicar el protagonista.

Recuerdo una paciente que siempre me hablaba de que todos sus problemas se debían a que su madre era una ignorante. Cuando le pedí esa imagen, colocó a la madre de espaldas a ella y mirando a los otros miembros de la familia. Ahí se hizo evidente que la ignorancia de la madre no era de conocimientos sino de que la ignoraba. Debido a esta ignorancia, la paciente había sido objeto de abusos sexuales por parte de un vecino. En este caso, se mezclaban las palabras ignorancia y conocimiento en dos niveles diferentes. La madre no tenía conocimiento de lo que le estaba pasando a su hija. Para mi, la madre era una analfabeta; para ella, su madre no había estado atenta.

 

SICODANZA

La sicodanza, en mi opinión, supera al sicodrama en eficacia terapéutica en muchos aspectos. En primer lugar, el material surge con mayor facilidad y rapidez debido al poco control que tiene el individuo cuando el cuerpo está en la escena. Los contenidos se movilizan inundados de sensaciones y, en ese sentido, surgen conexiones con otras imágenes con las que comparten emociones.

En segundo lugar, en sicodrama, aunque las situaciones son simultáneas en comparación con las terapias verbales, no es exactamente así, porque a pesar de que se dramatiza con varios personajes nunca hablan a la vez. Las palabras van siempre unas detrás de otras y, en definitiva, sigue siendo lineal.

En tercer lugar, al ser verbal, aunque concurran sentimientos, está liderado principalmente por el hemisferio izquierdo y una lógica racional. En la danza, el cuerpo y el movimiento son los elementos fundamentales, y, al no estar estructurada como lenguaje verbal, las formas y los contenidos fluyen libremente. Se produce una conjunción de elementos donde la música penetra en el cuerpo y emerge transformada en movimientos rítmicos que a su vez provocan sensaciones y que finalmente evocan imágenes como configuración al unísono.

Desde mi punto de vista, la única manera de trabajar en sicodrama con el hemisferio derecho es cuando se utiliza la construcción de imágenes o la sicodanza.

La buena noticia es que en la metodología de sicodanza se trabaja, muy a menudo, con imágenes intermediarias con las cuales se acaba conformando una coreografía. Es la única manera de conseguir compaginar el trabajo compresivo y objetivo de las imágenes con la parte absolutamente vivencial que ofrece danzar una coreografía.

Lo que define, desde mi perspectiva a lasicodanza, es lo imprevisto, lo inesperado, lo emergente, no me refiero al descontrol, sino el ofrecer la posibilidad de un espacio de espontaneidad que permita el desarrollo de nuevas formas creativas y desconocidas y no la imposición de las ideas del director. En este sentido, el modo de trabajar en sicodrama "seguir al paciente" como suele decir coloquialmente Rojas-Bermúdez lo favorece, y en sicodanza donde el objetivo esencial es ir detrás del grupo se hace más evidente todavía. La música, los juegos,los caldeamientos, los objetos usados, los maquillajes etc., absolutamente todo depende de la actividad del grupo tanto para facilitar como para realizar una interpolación. En definitiva, es la dinámica del grupo la que guía y orienta al director.

 

IMÁGENES Y METÁFORAS

Johnson (1991) analiza que nuestro sistema conceptual es de naturaleza imaginativa y que la estructura de la imaginación surge de la experiencia corporal. Según él, hay dos tipos de estructura imaginativa y corporeizada que son fundamentales para nuestra comprensión: los esquemas de imágenes y las proyecciones metafóricas.

Johnson cree que, en principio, la comprensión de nuestra experiencia se estructura metafóricamente a partir de esquemas básicos de imágenes. Aprehendemos el esquema dentro/fuera porque desde que nacemos nos pasamos parte del día metiendo cosas en nuestro cuerpo o sacándolas, salimos y entramos de habitaciones, coches etc. Y el concepto de arriba/abajo tiene que ver con nuestra postura erecta en relación con el campo gravitacional en el que vivimos.

"Las proyecciones metafóricas" son ampliaciones de los esquemas físicos a otros no físicos, así como la correlación que existe entre emociones (felicidad/tristeza) y experiencias sensorio-motoras (postura erguida/caída) que constituyen la base de conceptos metafóricos como Feliz es Arriba y Triste es Abajo.

La teoría cognitiva que formula Varela es acorde con la perspectiva de estos autores. Para Varela (1990), la cognición es acción corporizada. "Corporizada" en el sentido de que la cognición depende de las experiencias originadas en la posesión de un cuerpo con diversas aptitudes sensomotoras.

En mi opinión, la tesis más interesante de Lakoff y Johnson (1995) es que las metáforas no solo son formas adecuadas y económicas de expresar nuestro conocimiento; (sino que) más bien son nuestro conocimiento y comprensión de los fenómenos. Esto me ha llevado a pensar que si el conocimiento del mundo y de nosotros mismos está estructurado metafóricamente sería muy interesante empezar a investigar las metáforas personales de los pacientes, es decir, me ha interesado la posibilidad de utilizar las estructuraciones metafóricas personales y culturales como instrumento de trabajo en sicodrama.

Cuando Rojas-Bermúdez propone, por ejemplo, "tomen el dicho más sentido" lo que propone es tomar una metáfora del paciente y convertirla en imagen. Esa imagen es la esencia de la metáfora porque lo que se busca con ella es una forma sintética.

Cuando tenemos un conflicto, podemos hacer una imagen de ese conflicto y leerla a nivel metafórico, o podemos tomar la metáfora del conflicto y hacer su imagen. Esta es la idea clásica de Rojas-Bermúdez: a la misma forma darle otros contenidos o un contexto diferente. Por ejemplo, la imagen del aparato digestivo de una anoréxica puede verse como su vagina porque mientras que en un caso lo que se introduce es comida, en el otro es el pene; en un lado se engorda, en el otro se puede quedar embarazada. Si un síntoma corporal es como un lenguaje sin palabras, se puede entender como una metáfora de otra cosa, y la manera de conseguir su traducción es por medio de una imagen.

El lenguaje metafórico es un tipo de lenguaje en el que se está implicado emocionalmente. Como terapeutas, es importante tomar este lenguaje del paciente, porque tiene sentido para él y es la metáfora que le facilita expresar sus problemas e incluso, a veces, esa metáfora representa como ha construido su realidad.

A continuación, veremos cómo los últimos descubrimientos en neurociencia dan a las imágenes el lugar que les corresponde como elementos centrales en los procesos mentales.

 

IMÁGENES MENTALES Y NEURONALES

Damasio (2001, p. 115) recuerda que cuando era estudiante en la especialidad de Neurología ante su pregunta de cómo se producía la conciencia,la respuesta siempre era la misma: "La mente fabrica el lenguaje". La idea que imperaba en aquel momento en el mundo científico se resumía en que la conciencia era la interpretación verbal de los procesos mentales existentes. Él, afortunadamente, nunca creyó en esa respuesta, y seguramente esa intuición le condujo a sus innovadoras investigaciones sobre los procesos neurológicos. Según este neurocientífico, el lenguaje es una traducción de imágenes no lingüísticas, que simboliza mediante palabras lo que existe anteriormente bajo una forma no verbal. Como la conciencia no se basa en el lenguaje, Damasio anade que un deterioro de toda capacidad de construcción de imágenes elimina por completo la conciencia.

Damasio (1996, p. 91) considera también que: "el organismo constituido por la asociación cerebro-cuerpo interactúa con el ambiente como un todo [...]pero los organismos complejos como nosotros además de generar respuestas externas como el comportamiento generan también respuestas internas, algunas de las cuales constituyen imágenes, de las que postulo que son la base de la mente". Esta idea está basada en que la tenencia de una mente significa que un organismo forma representaciones neuronales, que a su vez se convierten en imágenes, y la capacidad de representarlas internamente y de ordenarlas en un proceso denominado pensamiento es la condición esencial para tener mente.

En resumen, la imagen es una representación neural. Las imágenes relacionadas con el exterior pueden ser en cualquiera de las modalidades sensoriales: auditivas, táctiles, visuales, olfativas y gustativas, y las imágenes relacionadas con el interior del cuerpo son: dolor, náusea etc.

Según Rojas-Bermúdez (1997, p. 139), "al referirnos a la imagen dramática tenemos que considerar la imagen mental de donde proviene. La imagen mental es la resultante de la actividad de circuitos neuronales estables o de la combinación aleatoria o dirigida de muchos de ellos. Las primeras imágenes mentales corresponden a la organización cerebral que resulta de las interacciones programadas genéticamente que son las que le permiten al individuo integrarse a su medio natural".

En la percepción normal, la imagen mental se toma como si fuera realidad lo que sólo es una representación de ella. Los patrones neurales y las imágenes mentales correspondientes de los objetos y los acontecimientos del exterior son creaciones del cerebro, pero cada cerebro construye su realidad biológica. La imagen que vemos no es una réplica ni una imagen especular que refleja la realidad, ella, a veces, puede parecer real porque activa las mismas bases neurales que el objeto o acontecimiento real. En realidad, la imagen que vemos está determinada por la selección que realiza la estructura biológica de cada uno. Esta congruencia estructural definida por Maturana y Varela (1990, p. 65) significa que el sistema nervioso opera con acoplamiento estructural en relación al medio y, por tanto, la estructura del medio no puede determinar sus cambios, sino sólo desencadenarlos y viceversa para el medio.

Rojas-Bermúdez (1997, p. 356) considera que "tenemos que considerar que los procesos neurales distan mucho de la realidad ambiente". Él utiliza la "metáfora del submarino", propuesta por Maturana y Varela (1990, p. 116), y la compara con la situación terapéutica. Como observador es fácil confundir lo que ocurre dentro del organismo con la conducta que este organismo realiza en su entorno: "los comportamientos tanto normales como patológicos han de ser considerados para su comprensión a partir de la vivencia del sujeto y no de la del observador" (ROJAS-BERMÚDEZ, 1997, p. 359) y es importante "partir de la información que nos provee el Yo del protagonista para comprender sus dificultades antes que de las observaciones del director" (ROJAS-BERMÚDEZ, 1997, p. 358).

Podemos concluir que si la información relevante es la del protagonista y su mente funciona con imágenes llegamos a las imágenes sicodramáticas.

 

IMÁGENES SICODRAMÁTICAS

Según las investigaciones de Gazzaniga (1993), la tarea del hemisferio izquierdo es la interpretación de nuestros comportamientos externos y nuestras respuestas emocionales debido a la necesidad que tiene el sistema cerebral de construir teorías coherentes sobre las conductas. La consecuencia de esto para la labor terapéutica es dificultarla porque el individuo, a través del hemisferio izquierdo, construye un discurso lógico aparentemente muy organizado, pero, muchas veces, sin correspondencia con la realidad. Una de las estrategias del trabajo sicodramático es el intento de bloquear este hemisferio y dejar que el derecho tome el mando para que fluya libremente el material sin ningún tipo de estructuración racional.

Rojas-Bermúdez (1997) senala que los estudios neurológicos actuales de los hemisferios cerebrales apoyan una revaluación del papel del hemisferio derecho y, por tanto, de las imágenes en la estructuración de la situación traumática síquica. Prácticamente, los contenidos en el trabajo terapêutico son sentimientos, emociones, sensaciones, ansiedades etc. Todas estas actividades pertenecen al hemisferio derecho, por lo tanto, están configuradas como imágenes mentales. En otros modelos, la comunicación terapéutica está basada en la traducción de estas imágenes a palabras, con la desventaja de que el terapeuta para comprender la información va a convertir, a su vez, el discurso del paciente en imágenes mentales propias que provoca la contaminación de materiales. Las imágenes siguientes, que representan esta situación, fueron utilizadas por Rojas-Bermúdez en un taller de Sicodrama didáctico (1993). Como puede comprobarse es otra forma de simbolizar el esquema de roles.

La situación terapéutica verbal

 


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En la teoría sicodramática el Yo-social se corresponde con el hemisferio izquierdo y el Yo-natural con el derecho. En este caso, el paciente dice que se siente mal. "Mal" es la forma verbal de lo que siente interiormente. En la figura, la palabra está simbolizada por el dedo (en el rol), la mano es la imagen interna del malestar (en el núcleo del yo). El terapeuta entiende perfectamente ésta palabra porque también es la que usa él, pero la imagen mental del terapeuta es una cosa muy diferente, es decir, la forma para los dos es la misma (la palabra), y el contenido (la imagen) es distinto. Como puede apreciarse la imagen del paciente es una mano extendida y la del terapeuta es un puno. La cuestión esencial es cómo conseguimos saber quê es lo que realmente siente el paciente. La única manera es trayendo esa imagen desde el Núcleo del Yo al rol, tal cual, sin digitalizarla. Cuando se utilizan imágenes la situación cambia totalmente. En este caso, el terapeuta tiene su imagen (puno) pero no tiene que guiarse por ella para comprender el contenido de la palabra. La imagen posibilita que el malestar (mano extendida) pueda construirse y objetivarse en el escenario.

La situación terapêutica SICODRAMÁTICA utilizando imágenes

 


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La Imagen Sicodramática es una de las herramientas más eficaces que posee el Sicodrama, ella permite la posibilidad de acceder a la forma tal cómo está configurada interiormente. Es decir, saltarse todo el proceso de traducción a formas verbales y que la imagen del malestar aparezca directamente en el vínculo terapéutico (de rol a rol) y, lo más importante, observar la forma tal cómo es sin tener que comunicarla a través de una palabra que la contenga. Johnson (1991) apunta que los conceptos están descorporeizados en el sentido de que no están vinculados a la mente particular que los experimenta en la forma en que, por ejemplo, lo están las imágenes.

El lenguaje es un código que nos precede, que viene dado de afuera y como tal nos es extrano. En la práctica terapéutica, es habitual oír: "No tengo palabras para expresar lo que siento", en realidad, lo que se "tiene" es una imagen. La imagen mental se transforma en imagen sicodramática al ser construida exteriormente y representa la organización interna de una vivencia.

Rojas-Bermúdez (2012, p. 21) considera que "la imagen sicodramática es una representación en el escenario de una imagen mental, recurriendo a distintos elementos que permiten su concretización y el análisis de su estructura", la cual expresa en su configuración la visión del individuo, el sentido y el significado que algunos hechos y algunas experiencias tienen para él, los elementos que él enfatiza y omite así como las relaciones mutuas entre estos elementos.

 

CONCLUSIONES

Tanto las imágenes, las metáforas como la sicodanza son instrumentos con gran poder y eficacia terapéutica. Ellas se encuentran más cerca del hemisferio derecho que en definitiva es lo que somos y es donde sentimos.

Es importante destacar que la formación de imágenes parece ser una forma privilegiada de acceso a la memoria de los períodos precoces de la vida, anterior a la instalación del lenguaje o, al menos, al de su predominio.

Para terminar, el uso de la metodología con imágenes es la vía regia de entrada en el siquismo. Las ventajas que se atribuyen a la imagen se refieren a su valor emocional y al hecho de que los afectos que expresan no son directamente accesibles a la expresión verbal. El lenguaje es lo que nos hace humanos pero no podemos olvidar que es la traducción de nuestro mundo interno para comunicarnos con la estructura social. La imagen es lo individual y la palabra lo social.

 

REFERENCIAS

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GAZZANIGA, M. S. El cerebro social. Madrid: Alianza Editorial, 1993.         [ Links ]

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LAKOFF, G.; JONHSON, M. Metáforas de la vida cotidiana. Madrid: Cátedra, 1995.         [ Links ]

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PUTNAM, H. Representación y realidad. Barcelona: Gedisa, 1995.         [ Links ]

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VARELA, F. De cuerpo presente. Barcelona: Gedisa, 1992.         [ Links ]

 

 

Recebido: 08/03/2016
Aceito: 16/03/2016

 

 

Amelia Coppel: Directora de Sicodrama y Sicodanza de la Escuela de Rojas-Bermúdez. Psicodramatista-Psicoterapeuta de grupo con la categoría de Docente-Supervisora por la Asociación Espanola de Psicodrama (AEP). Fundadora de ALEA Centro de Sicodrama y Sicodanza. Escuela de Formación y Terapia.
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Fone 0034633231011.
E-mail: coppellia@gmail.com

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