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Revista Latinoamericana de Psicología

versão impressa ISSN 0120-0534

Rev. Latinoam. Psicol. v.38 n.3 Bogotá dez. 2006

 

ARTÍCULOS

 

Análisis transversal de los cinco factores de personalidad por sexo y edad en niños españoles

 

Cross-sectional analysis of the big five factors of personality across age and sex groups in a spanish children's sample

 

 

María Victoria del Barrio Gándara1; Miguel Ángel Carrasco Ortiz; Francisco Pablo Holgado Tello

Universidad Nacional de Educación a Distancia, España

Dirección para correspondencia

 


ABSTRACT

The aim of this study was to investigate personality differences across age and sex groups in a Spanish children´s sample. The Big Five Questionnaire-Children (BFQ-C) was administered to a sample of 852 students (501 males and 351 females) aged 8 to 15 years. The results showed that a number of age and sex differences emerged. Adolescents scored higher on neuroticism, extraversion and lower on conscientiousness, openness and agreeableness. As far as the sex is concerned, despite females scoring higher on conscientiousness and agreeableness in the total sample, among adolescents girls reported higher scores on neuroticism and openness than male.

Keywords: Sex, Age, Big Five Model, Children, Survey Descriptive Study.


RESUMEN

El presente estudio explora las diferencias por edad y sexo en los cinco factores de personalidad en población infantil. El cuestionario de personalidad de los cinco grandes (Big Five Questionnaire-Children. BFQ-C) fue administrado a 852 escolares (501 varones y 351 mujeres) de edades comprendidas entre 8 y 15 años. La comparación de medias y el análisis discriminante indicaron un patrón de personalidad diferencial entre grupos. Los sujetos de más edad presentaron significativamente más características de neuroticismo y extraversión y menores niveles de conciencia, apertura y agradabilidad. Las chicas se caracterizaron por mayores rasgos de conciencia y agradabilidad que llegada la adolescencia equiparaban a sus iguales varones a favor de un aumento del neuroticismo y un descenso de la apertura.

Palabras clave: Sexo, Edad, Modelo de los Cinco Grandes, Niños, Estudio Descriptivo.


 

 

INTRODUCCIÓN

Si bien la estructura de personalidad puede permanecer consistente a lo largo de los años en hombres y mujeres (Costa & McCrae, 1994; Digman, 1989; Fruyt, Mervielde & Van Leeuwen, 2002; McCrae & Costa, 1997; Robert & Friend-Delvecchio, 2000; Rodríguez de Díaz & Díaz-Guerrero, 1997), diferentes modelos han dado cuenta de las diferencias entre grupos de sexo y edad en cada una de las dimensiones que la componen (Cattell, 1972; Costa & McCrae, 1988; Costa & McCrae, 1994; Eysenck & Eysenck, 1986). En lo que a las diferencias de sexo se refieren, Feingold (1994) realizó un metaanálisis sobre ello en las distintas variables de personalidad y encontró diferencias en cinco de nueve de las escalas descritas por Costa & McCrae: los varones (adolescentes y adultos) puntuaron más alto que las mujeres en las escalas de asertividad (E), en cambio las mujeres lo hicieron en las escalas de ansiedad (N), gregarismo (A), confianza (A) y sensibilidad a los demás (A). En la revisión de los estudios llevados a cabo con niños, no aparecieron diferencias en la conducta asertiva (Maccoby & Jacklin, 1974). Heaven (1996) halló que las mujeres puntúan significativamente más que los hombres en los cinco factores de personalidad del NEO, sin embargo, Victor (1994) sólo encontró diferencias a favor de las mujeres en el factor Conciencia; Jensen-Campbell & Hair (1996) en el factor de Agradabilidad y Kirkcaldy & Mooshage (1993) no encontraron diferencias por sexo ni en extraversión ni en neuroticismo. Posteriormente, Budaev (1999), mostró en relación con los Cinco Grandes que las mujeres puntúan más en agradabilidad e inestabilidad emocional, datos corroborados por Goldber (2001) quien además añade a favor de las mujeres mayor conciencia e introversión, lo que finalmente contrasta con la ausencia de diferencias por sexo encontradas por Zhang, Kohnstamm, Slotboom, Eric y Cheung (2002).

Del Barrio, Moreno, López y Olmedo (1997) obtuvieron puntuaciones más altas en los varones sobre extraversión y psicoticismo (baja conciencia y baja agradabilidad) pero no en el factor de neuroticismo. Similares resultados fueron hallados por Aluja y Blanc-Plana (2002), excepto para la escala de neuroticismo significativamente superior entre las chicas. La adaptación del cuestionario de Eysenck y Eysenck EPQ-J a población española (Eysenck & Eysenck, 1986), muestra resultados equiparables a los hallados con población inglesa: los varones obtienen más altas puntuaciones en las dimensiones de extraversión, psicoticismo y sinceridad y las mujeres en la de neuroticismo. En suma, aunque no hay una exacta correspondencia entre los estudios consultados, existe cierto consenso entre los datos para sostener que las mujeres muestran más altos niveles de neuroticismo, agradabilidad y conciencia frente a los varones que puntúan más alto en extraversión y psicoticismo.

En cuanto a la edad, los datos del EPQ-J (Eysenck & Eysenck, 1986) en población española, han mostrado que entre los 8 y los 15 años se produce un aumento en neuroticismo, un ligero aumento en extraversión, y un moderado incremento en la escala de sinceridad sin cambios sustanciales en psicoticismo. Ya en la edad adulta (sujetos entre 16 y 42 años), los valores en las dimensiones de Eysenck tienden a disminuir, excepto el psicoticismo donde la tendencia es menos clara.

En el modelo de los Cinco Grandes, Costa y McCrae (1994) observan a partir de la adolescencia, en ambos sexos, un aumento en neuroticismo y extraversión, junto con una disminución progresiva en conciencia y agradabilidad. Contrariamente, Zhang et al. (2002) encuentran que en niños de 9 a 14 años aumentan los niveles de conciencia y disminuyen los de extraversión frente a los niños de 3 a 7 años. No obstante, informan de acuerdo con Costa y McCrae (1994), que disminuye la agradabilidad y aumenta el neuroticismo. Con datos longitudinales desde los 2 a los 15 años de edad, Lamb, Chuang, Wessels, Broberg & Hwang (2002), hallan que al crecer los niños se vuelven menos extravertidos, más agradables y más conscientes. En el seguimiento se advierte un pico en extraversión, neuroticismo y apertura entre los 6 y 8 años junto con un decremento de la apertura a los 15. A pesar de lo sostenido en estos trabajos, otros autores no han hallado diferencias entre grupos de edad en los cinco grandes (Budaev, 1999; Feingold, 1994).

Un último trabajo a mencionar es el realizado por McCrae et al. (1999) con 7363 sujetos procedentes de cinco culturas. Sus resultados muestran que la tendencia de las características de personalidad desde los 18 a los 83 años tanto en hombres como en mujeres parece derivar hacia una disminución de la extraversión, la apertura y el neuroticismo (este último sujeto a mayores inconsistencias) y un incremento de la agradabilidad y la conciencia. Los datos en relación con la edad, son lo suficientemente dispersos como para esbozar una conclusión definitiva, pero parecen indicar que hasta la adolescencia se observa un aumento en las características de neuroticismo y extraversión y una disminución de las características de agradabilidad y conciencia que seguirán en la edad adulta, de acuerdo con la tendencia informada por McCrae et al. (1999).

Estudios previos llevados a cabo con el Big Five Questionnaire en población infantil española (BFQ-N) han mostrado la consistencia de la estructura pentafactorial y la invarianza de la misma a través de diferentes grupos de sexo y edad (Carrasco, Holgado & Del Barrio, 2005; Del Barrio, Carrasco & Holgado, 2006a). Hallados estos resultados, conviene sin embargo contemplar las diferencias por sexo y edad (Marsh, 1994) además de su influencia en cada una de las dimensiones del Modelo de los Cinco Grandes (Barbaranelli, Caprara, Rabasca & Pastorelli, 2003; McCrae & Costa, 1997).

 

MÉTODO

Sujetos

852 escolares españoles participaron en el estudio. La muestra fue seleccionada mediante un muestreo aleatorio simple procedente de distintos colegios públicos de numerosas ciudades españolas. La participación fue voluntaria tras previa autorización de los padres con un porcentaje que ascendió al 90 %. La edad de la muestra osciló entre 8 y 15 años (media = 11.86 y desviación típica = 2.03) y estuvo constituida por 501 niños (50,80 %) y 351 niñas (41,19 %) (tabla 1).

Instrumento

El instrumento utilizado fue el Cuestionario de Personalidad de los Cinco Grandes para niños (BFQ-N) (Barbaranelli, Caprara & Rabasca, 1998; Barbaranelli, Caprara, Rabasca & Pastorelli, 2003), previamente adaptado al castellano (Carrasco, del Barrio & Holgado, 2005; Del Barrio, Carrasco & Holgado, 2006b).

El autoinforme posee 65 ítems con cuatro posibles respuestas graduadas de 5 a 1: 5, casi siempre; 4, muchas veces; 3, algunas veces; 2, pocas veces; 1, casi nunca. Los ítems mencionados se agruparon por análisis factorial en cinco factores: Conciencia (20 ítems. Alfa de Cronbach = 0,88; Test-retest = 0,84; ej. "Respeto las reglas y el orden"); Apertura (8 ítems. Alfa de Cronbach = 0,84; Test-retest = 0,82; ej. "Cuando el maestro explica algo, lo entiendo enseguida"); Extraversión (10 ítems. Alfa de Cronbach = 0,79; Testretest = 0,71; ej. "Me gusta hablar con los otros");Agradabilidad (10 ítems. Alfa de Cronbach = 0,80; Test-retest = 0,62; ej. "Me comporto con los demás con mucha amabilidad") y Neuroticismo (11 ítems. Alfa de Cronbach = 0,78; Test-retest = 0,77; ej. "Me enfado con facilidad"). Una información más detallada de la estructura factorial y de las propiedades psicométricas del instrumento están recogidas en Carrasco et al. (2005) y Del Barrio et al. (2006).

Procedimiento y Análisis Estadísticos

Una vez conseguida la autorización de los padres, se evaluó a los sujetos en situación de aula. La evaluación fue realizada por un psicólogo en presencia del profesor.

Tras la recogida de los datos se procedió al tratamiento y análisis de los resultados. Antes de proceder a los análisis definitivos, se aplicó el modelo lineal general para determinar el efecto de las variables sexo y edad sobre la personalidad y posteriormente se procedió al estudio de las diferencias entre grupos de edad y sexo en cada una de las dimensiones de los Cinco Grandes mediante análisis de la varianza y discriminantes. Los análisis estadísticos fueron realizados a través del paquete estadístico SPSS. 11.2

 

RESULTADOS

Efecto de la edad y el sexo sobre la personalidad

El estudio del efecto de la edad y el sexo sobre cada uno de los factores mostró efectos principales significativos para ambas variables en cada una de las dimensiones de personalidad. En cambio, la interacción entre la edad y el sexo no resultó significativa en ninguna de ellas (tabla 2). Tanto el sexo como la edad, tuvieron un efecto significativo sobre las características de personalidad estudiadas con un porcentaje de varianza explicada que osciló entre el 8,2 % para la conciencia y el 0,9 % para el neuroticismo. Los descriptivos en cada uno de los grupos para cada factor de personalidad se recogen en la tabla 1.

 

 

 

Diferencias de personalidad entre diferentes grupos de edad y sexo

Tomando los cuatro grupos de edad previamente establecidos (8-9 años; 10-11 años; 12-13 años; 14-15 años), se procedió al análisis de las diferencias a través de un Anova unidireccional a dos colas. Los resultados del análisis de la varianza entre estos grupos de edad, mostraron diferencias significativas en cada uno de los factores: Conciencia (F(3, 848) = 26,519; p < 0,05), Apertura (F(3, 848) = 22,582; p < 0,05), Extraversión (F(3, 848) = 17,475; p < 0,05), Agradabilidad (F(3, 848) = 3,432; p < 0,05) y Neuroticismo (F(3, 848) = 3,452; p < 0,05).

El análisis múltiple a posteriori de las diferencias de medias entre cada uno de los grupos mediante Scheffé, así como la representación gráfica de sus puntuaciones medias (ver fig. 1) muestra las tendencias a lo largo de las edades consideradas en cada una de las dimensiones de personalidad. El factor conciencia (Scheffé, grupo 1> 4, p < 0,05; 2 > 3, p < 0,05; 3 > 4, p < 0,05) como el de apertura (Scheffé, grupo 1> 3, p < 0,05; 1 > 4, p < 0,05; 2 > 3 p < 0,05; 2> 4, p < 0,05; 3 > 4, p < 0,05) siguen un patrón similar, consistente en un incremento inicial con elevadas puntuaciones desde los 8-9 años hasta los 10-11 seguido de una disminución hasta los 14-15 años. El factor neuroticismo(Scheffé, grupo 1> 2, p < 0,05) muestra un incremento inicial significativamente distinto al resto de las edades que desciende hasta los 12- 13 años, edad a partir de la cual las puntuaciones indicaron una tendencia creciente hasta los 14- 15 años, la cual no llega a ser significativa. En cuanto a las características de agradabilidad (Scheffé, grupo 1<3, p < 0,05), éstas aumentan en los primeros años desde los 8-9 años hasta los 12-13 años y posteriormente se mantienen constantes con una ligera disminución. Finalmente, el factor extraversión (Scheffé, grupo 1<2, p < 0,05; 1<3, p < 0,05; 1< 4, p < 0,05; 2> 4, p < 0,05), con una tendencia similar al anterior, aumenta significativamente desde los 8-9 años hasta los 10-11, mostrando un pico a esta edad que decrece posteriormente y de forma significativa en el grupo de 14-15 años, sin llegar a disminuir hasta los niveles iniciales de los más pequeños.

 

 

Las comparaciones de medias entre grupos de sexo se analizaron mediante la t de Student. Las diferencias significativas aparecieron en los factores de conciencia (t (850) = -2,037; p < 0,05) y agradabilidad (t (850) = -3,876; p < 0,05) cuando se analizaba el conjunto de la muestra. No obstante, cuando las diferencias por sexo eran analizadas en cada uno de los grupos de edad, el factor Conciencia sólo se mostró superior en las chicas en el grupo de 10-11 años (t (205) = -2,028; p < 0,05) y el de agradabilidad en el de 12-13 (t (306) = -2,953; p < 0,05). Además de estas diferencias, en el grupo de los mayores (14-15 años), apertura es significativamente superior en los varones (t (193) = 2,280; p < 0,05) y neuroticismo en las mujeres (t (193) = -2,206; p < 0,05). Por tanto, las chicas mostraron mayores puntuaciones en las características de conciencia y agradabilidad en el conjunto de la muestra pero en los diferentes grupos de edad, la niñas mostraron mayores niveles de conciencia y agradabilidad previamente a la adolescencia y llegada ésta equipararon las puntuaciones a favor de un aumento en sus niveles de neuroticismo y un descenso en las características de apertura.

Variables de personalidad que discriminan entre grupos de edad y sexo

Los análisis discriminantes tomando como variables dependientes, sexo y edad y como independientes, cada uno de los cinco factores se llevaron a cabo mediante el método de selección de variables stepwise. Se tomaron dos grupos de edad, un grupo de 8 a 12 años y otro de 12 a 15 puesto que permitían una mayor discriminación a través de las variables independientes.

Los resultados se recogen en la tabla 3. En los grupos por edad, una función discriminante resultó significativa a partir de la combinación lineal de las 5 dimensiones de personalidad. Los coeficientes estandarizados mostraron que, conciencia, agradabilidad y apertura eran las características que más poder de discriminación tenían, los coeficientes estructura marcaron una mayor relación con la función extraída en un orden ligeramente distinto, primero apertura, segundo conciencia y tercero agradabilidad. La combinación entre ambos apuntaba a una mayor relevancia de la variable conciencia.

En cuanto a los grupos por sexo, los resultados apuntaron en la misma dirección que la edad. Las características de conciencia, apertura y agradabilidad indicaron el mayor valor predictivo para diferenciar chicos y chicas además de una mayor asociación de estas variables con la función discriminante. Aunque, como en el caso anterior, el valor predictivo fue superior para la conciencia y la apertura, la agradabilidad mostró una mayor asociación con la función discriminante, revelando el predominio de estas características entre las mujeres frente a los varones. De la misma manera, la extraversión resultó estar fuertemente asociada a la función discriminante aunque su valor predictivo fue escaso. En síntesis, las chicas pueden ser diferenciadas de los chicos especialmente por sus mayores características de apertura, conciencia y en menor grado de agradabilidad, no en cambio a partir de sus mayores niveles de extraversión.

La fuerza de la asociación entre las variables de personalidad y las otras variables fue hallada a través de las correlaciones canónicas y eigenvalues que indicaron una mayor asociación para la edad que para el sexo. El número de sujetos correctamente clasificados de acuerdo con las funciones extraídas en los diferentes grupos, informaron de un porcentaje global del 66,7 % en los grupos de edad y 60,1 % en los grupos de sexo. Por tanto, la habilidad predictiva de las características de personalidad para clasificar a los sujetos en distintos grupos de edad y sexo osciló entre el 60-65 %.

 

 

DISCUSIÓN

Mostrado el efecto significativo de la edad y el sexo sobre la personalidad en la población infantil, especialmente de la primera, los factores de personalidad resultaron diferentes entre los distintos grupos de edad y sexo. En lo que respecta a la variable edad, las diferencias entre grupos pusieron de manifiesto que las puntuaciones en neuroticismo fueron más altas en los grupos de edades extremas (8-9 años y 14-15 años) con un periodo de meseta entre los años intermedios (10-13). Conciencia y apertura indicaron un patrón similar entre sí: un ligero incremento desde los 8 a los 11 años y un descenso progresivo en los años sucesivos hasta alcanzar las más bajas puntuaciones en la adolescencia. Por último, agradabilidad y extraversión mostraron un incremento progresivo a lo largo de las edades estudiadas y un descenso en el grupo de los más mayores, sólo resultó significativo para el factor de extraversión. Por tanto, el grupo de más edad se caracteriza por un aumento del neuroticismo y la extraversión con un decremento en conciencia, apertura y agradabilidad, en cambio, entre los sujetos de menor edad, destacaron las altas puntuaciones en neuroticismo también, mayores puntuaciones en conciencia, apertura y agradabilidad y más baja extraversión.

Los resultados se han mostrado en clara consonancia con los indicados por Costa y McCrae (1994) quienes informaron de un aumento del neuroticismo y la extraversión junto con una disminución en la adolescencia de las características de conciencia y agradabilidad. De la misma manera apoyan los hallados con el modelo de los tres factores de Eysenck en población española, en relación con el incremento de los factores de neuroticismo y extraversión (Eysenck & Eysenck, 1986) así como con las mayores puntuaciones de psicoticismo encontradas en el trabajo de Del Barrio, Moreno, López y Olmedo (1997) y que pueden ser equiparadas a las características de baja conciencia y baja agradabilidad (Eysenck, 1992a, b). El descenso hallado en apertura se mostró coherente con los hallazgos longitudinales de Lamb et al. (2002).

El patrón de cambio en las puntuaciones de los distintos factores, claramente más acusado en los grupos de edades extremas, puede ser también analizado a la luz de la literatura referida al desarrollo y ajuste socio-emocional de niños y adolescentes (Del Barrio, 1997; Lahey, Moffitt & Caspi, 2003). El incremento de los problemas emocionales tanto de carácter interiorizado como exteriorizado en el periodo adolescente está en clara asociación con el aumento de los niveles de neuroticismo (Caprara & Pastorelli, 1993; Kirkcaldy & Mooshage, 1993) así como con los bajos niveles de conciencia y agradabilidad (Graziano, Jensen-Campbell & Hair 1996; Graziano, Jensen-Campbell & Finch, 1997; Mestre, Samper, & Frías, 2004; Shiner, 2000). En reiteradas ocasiones la etapa adolescente ha sido descrita como un periodo de cambios psicosociales (Arnett, 1999) que pueden estar en la base de estos hallazgos.

Un análisis más detallado de los resultados en cada uno de los factores permite destacar algunas consideraciones relacionadas con los procesos emocionales y de socialización ligados al desarrollo evolutivo. En cuanto a la extraversión, aunque aumenta progresivamente hay que notar un ligero descenso en el grupo de 14-15 años que puede justificarse por el incremento de problemas interiorizados asociados a la introversión (Bagby et al., 1995; Del Barrio et al., 1997; Trull & Sher, 1994). En cambio, el aumento significativo de la extraversión como la meseta del neuroticismo en los grupos de edad de 9 a 12 años puede ser una expresión de la estabilidad emocional, productividad y energía que caracteriza a esta franja evolutiva y que contrasta con el aumento del neuroticismo en los grupos de menor y mayor edad. Por último, aunque el descenso de la apertura es coherente con algún trabajo (Lamb et al., 2002) este ha sido hallado en los años posteriores a la adolescencia (McCrae et al., 1999). El análisis del contenido de los ítems del factor Apertura en versiones infantiles como la del BFQ-N, puede ayudar a entender la precocidad de este descenso, dada la saturación de ítems en este factor referidos a contenidos y materias escolares sobre las que lamayoría de los menores no emiten juicios favorables (ej. Sé muchas cosas; Cuando el maestro explica algo, lo entiendo enseguida).

Algunos trabajos no han constatado dichas diferencias en alguno de los factores de personalidad, tales como agradabilidad o neuroticismo (Budaev, 1999; Feingold, 1994; Zhang et al., 2002), la razón de estas inconsistencias entre diferentes estudios quizás tengan que ser analizadas a la luz de las características muestrales y especialmente de los rangos de edad utilizados en las comparaciones, que en algunos casos son excesivamente amplios.

Las chicas se caracterizaban por mayores rasgos de conciencia y agradabilidad en el conjunto de la muestra. En cambio, si las diferencias por sexo eran analizadas en cada uno de los grupos de edad, éstas sólo eran significativas en los grupos previos a la adolescencia, llegada ésta, las niñas equiparan estas características a las de los varones pero incrementan sus niveles de neuroticismo y descienden los de apertura. Las altas puntuaciones en agradabilidad (Graziano et al., 1996; Graziano et al., 1997), conciencia y neuroticismo en las niñas dibujan un claro perfil de estereotipo femenino que se ha encontrado reiteradamente en la literatura (Budaev, 1999; Eysenck & Eysenck, 1986; Feingold, 1994; Goldberg, 2001; Heaven & Shochet, 1995; Martin & Kirkcaldy, 1998). Aunque habitualmente se han encontrado niveles más altos de apertura en varones (Victor, 1994) los datos no siempre han ido en ese sentido (Goldberg, 2001; Heaven, 1996). Como han indicado algunos autores a propósito de las inconsistencias mostradas en relación con este factor, la dimensión de Apertura parece tener una naturaleza bastante heterogénea y de difícil limitación (Goldberg, 2001; John, Caspi, Robins, Moffitt, & Stouthamer-Loeber, 1994; Scholté & De Bruyn, 2004). Por último, en este estudio no aparecieron diferencias en extraversión entre sexos de acuerdo con algunos trabajos (Kirkcaldy & Mooshage, 1993; Martin & Kirkaldy, 1998) a pesar de que otros hallazgos han encontrado valores más altos en varones (Del Barrio et al., 1997; Goldberg, 2001) o en mujeres (Heaven, 1996).

El impacto de la edad sobre la personalidad así como la capacidad predictiva y discriminatoria de las características de personalidad sobre los grupos de edad, fue mayor que sobre los grupos de sexo. Estos resultados sugieren que el desarrollo evolutivo y los procesos de cambio asociados a la edad pudieran estar más vinculados a las características de personalidad que al sexo. Las diferencias de personalidad en población infantil debidas al sexo no parecen ser un marcador tan relevante como la edad. Los datos apoyan en este sentido la conclusión establecida por otros autores en una extensa revisión (Amor, 2003) de que las diferencias en personalidad atribuidas al sexo son, en la mayoría de los trabajos, inferiores a las atribuidas a las diferencias individuales, entre las que cabe mencionar la edad como un referente de las mismas.

El carácter transversal de estos resultados limita estas conclusiones a un plano exploratorio que debieran ser contrastadas con el posterior análisis longitudinal de las variables estudiadas.

 

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Recepción: julio de 2005
Aceptación final: agosto de 2006

 

 

1Correspondencia:MARÍA VICRORIA DEL BARRIO, Departamento de Personalidad Evaluación y Tratamientos Psicológicos, Facultad de Psicología. UNED, Ciudad Universitaria, C/ Juan del Rosal, 10, 28040 Madrid. E-mail: vbarrio@psi.uned.es. MIGUEL A. CARRASCO, E-mail: macarrasco@psi.uned.es.