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Revista Latinoamericana de Psicología

versão impressa ISSN 0120-0534

Rev. Latinoam. Psicol. v.38 n.3 Bogotá dez. 2006

 

LIBROS

 

 

Germán Gutierrez

Universidad Nacional del Colombia

 

 

Bok, D. (2003). Universities in the market place. The commercialization of higher education. Princeton, NJ: Princeton University Press, pp. xi+233.

Las instituciones de educación superior enfrentan un problema muy importante para el desarrollo de sus actividades docentes, investigativas y de impacto a la comunidad: su financiación. Tradicionalmente, las universidades públicas han recibido financiación del estado, a través de gobiernos nacionales o locales. Las universidades privadas, por otra parte, han encontrado recursos de financiación en instituciones de diverso orden (e.g., órdenes religiosas, inversionistas privados, organizaciones sin ánimo de lucro). Adicionalmente, los dos tipos de instituciones, en mayor o menor medida, se han valido de los ingresos por matrículas para su financiamiento parcial. Este esquema básico, sin embargo, ha encontrado en las últimas décadas, amplias variaciones. Tanto las universidades privadas como las públicas han incrementado la captación de recursos por donaciones, asesorías, servicios, inversiones, participación en empresas, ampliación de servicios académicos, patentes, investigación y muchas otras fuentes más (para un análisis sobre la financiación de la Educación Superior, ver Global University Network for Innovation, 2006).

El incremento en ingresos de las instituciones educativas ha sido una bendición mixta. Por una parte, mayores ingresos han implicado una mejor oferta de servicios educativos: mejores espacios, bibliotecas, laboratorios, instrumentos, servicios de bienestar, etc. Por otra parte, el incremento de ingresos ha significado una exigencia cada vez mayor por parte de profesores y estudiantes, administradores, padres de familia y la sociedad en general. Adicionalmente, en las instituciones públicas se ha observado que un incremento en la financiación no estatal estimula un decremento en los recursos asignados por parte del estado, lo que constituye en muchos casos un riesgo para dichas instituciones que muestran dificultades para mantener recursos que por su naturaleza no son estables. Así, las instituciones se ven "atrapadas" en un círculo de consecución de mayores recursos &— mayores inversiones &— nuevas expectativas y exigencias&— búsqueda de más recursos, etc.

El presente libro de Bok se contextualiza en este panorama que enfrentan las instituciones educativas superiores. Se centra en tres principales áreas en las que muchas instituciones de educación superior en Norteamérica han encontrado recursos frescos, en algunos casos con promesas de ser ilimitados: programas deportivos de alto nivel de competición, investigación científica y sus aplicaciones y nuevos programas educativos.

El libro empieza con un recuento histórico de la comercialización de las universidades, principalmente en el área de los deportes. Ya desde principios del siglo XX algunas universidades encontraron que los eventos deportivos y la rivalidad entre instituciones podían generar dinero en la forma de entradas, propaganda, parafernalia y otras fuentes. Aunque en principio estas actividades deportivas eran vistas como actividades de bienestar para la población universitaria, pronto su naturaleza cambió a programas generadores de prestigio y dinero. El desarrollo de otras actividades universitarias como generadoras de ingresos fue igualmente progresivo y cada una tuvo su propio origen. Contrario a lo que se argumenta con frecuencia en las universidades hoy en día, no es el resultado de una conspiración internacional de los grupos económicos para penetrar a las instituciones de educación superior. Parece más bien que la participación de dichos grupos económicos es con frecuencia oportunista y sólo aparececuando las oportunidades de inversión y ganancia se hacen más claras.

El libro dedica varios capítulos a abordar los problemas de las áreas en las cuales ha habido un mayor énfasis en la búsqueda de nuevos recursos financieros en instituciones de Estados Unidos: deportes, investigación y enseñanza.

A lo largo del último siglo, el negocio de los deportes universitarios se ha complejizado infinitamente. Su relación con los niveles profesionales de competición, con la transmisión de eventos por televisión, con las asociaciones de ex-alumnos que proveen donaciones para los programas atléticos, con las ciudades en las que las universidades están enclavadas, etc., parecen haber hecho de dichos programas, "monstruos" con vida propia que realmente parecen tener poco que ver con los objetivos centrales de las instituciones académicas en las que viven. Aún más, en muchos casos, dichas instituciones terminan haciendo concesiones académicas a los deportistas que los representan, a fin de mantener programas competitivos, lo cual redunda en una traición de sus valores académicos.

La segunda área de interés es la investigación científica y sus aplicaciones. Los impresionantes desarrollos tecnológicos producto del conocimiento científico a lo largo del siglo XX, produjeron un incremento en los recursos públicos y privados dedicados a la investigación científica en Estados Unidos y posteriormente en Europa, Asia y en forma limitada en Latinoamérica. Estos recursos han permitido un crecimiento en la investigación básica en todas las áreas de la ciencia, pero han venido con un precio: la expectativa de que el conocimiento esté ligado a potenciales aplicaciones que generen recursos producto de la comercialización de dichas aplicaciones. En algunas áreas, como en la industria farmacéutica, esto puede generar conflictos de intereses que amenazan algunos principios éticos y de la calidad de la investigación que soporta el progreso tecnológico. La tercera área de comercialización que aborda Bok en su libro es el desarrollo de nuevos programas educativos. La más extendida forma de ampliación de programas educativos es la conocida como Educación Continua, que en principio estaba dedicada a profesionales de algunas áreas a las que se ofrecen cursos de actualización o profundización en algunos temas de actualidad o interés particular. Sin embargo, esta práctica puede derivar fácilmente en el desarrollo de programas financiados o diseñados por empresas privadas (por ejemplo, en escuelas de medicina o negocios), programas de educación a través de medios contemporáneos de comunicación (i.e., Internet), con algunos riesgos para la institución universitaria como la pérdida de autonomía o de calidad en la educación. La última parte del libro se concentra en el planteamiento de algunas estrategias y argumentos que pueden ayudar a proteger principios fundamentales de la Universidad. Ofrece luces sobre el problema, pero también sobre vías para el desarrollo apropiado de las actividades de riesgo. En lugar de adoptar una visión purista de abandono de todo intento de buscar recursos adicionales, o de una visión cínica que se fundamente en la idea de que "donde está el dinero debe estar el corazón", plantea argumentos que conservan a la actividad académica y el conocimiento como el alma de la universidad. Muestra que no es necesario renunciar del todo a los preciosos recursos que llevaron a las instituciones universitarias a establecer relaciones de cierto riesgo con la industria, los medios de comunicación y el público mismo, pero que sí es necesario evaluar en cada instancia los objetivos de la institución, los logros y los riesgos posibles.

El libro de Bok es un libro bien documentado y argumentado. Sin necesidad de presentar con detalle innecesario multitud de ejemplos para sustentar sus argumentos, presenta algunos casos selectos e ilustrativos que son fácilmente aplicables a instituciones de diversa naturaleza y en diversos lugares del mundo. A pesar de que en ocasiones es un poco repetitivo en las ideas presentadas, logra llevar claramente el mensaje al lector. Lo más importante de este libro, sin embargo, es que es balanceado. Aunque podríaser fácil mostrar un panorama alarmante de los posibles efectos negativos de la comercialización de las universidades, no cae en la trampa de asumir un rol moralista o idealista que apunte en dirección de una paralización de las instituciones universitarias en un mundo complejo.

Quizás los argumentos presentados por Derek Bok tienen mayor fortaleza porque su experiencia como Profesor de Derecho, como Decano de la Facultad de Leyes y como Presidente de la Universidad de Harvard le permite presentar los argumentos como son vistos en diversos niveles de la gestión institucional y sopesar dichos argumentos para encontrar un balance sólido y argumentado.

Universities in the marketplace es en mi opinión, lectura obligada para todos aquellos que llevan a cabo labores de gestión en la universidad, desde el cuerpo profesoral, hasta la alta administración. Este libro puede alimentar de manera muy positiva la discusión frecuentemente polarizada de la financiación de las instituciones de educación superior.

 

REFERENCIA

Global University Network for Innovation (2006). La educación superior en el mundo 2006. La financiación de las universidades. Madrid: Mundi-prensa.