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Revista Latinoamericana de Psicología

Print version ISSN 0120-0534

Rev. Latinoam. Psicol. vol.39 no.2 Bogotá Aug. 2007

 

LIBROS

 

 

Diego Castrillón Moreno

Universidad Católica de Colombia

 

 

Núñez, A. C. y Tobón, S. (Eds.) (2005). Terapia cognitivo conductual: el modelo procesual de la salud mental como camino para la integración, la investigación y la clínica. Manizales, Colombia: Editorial Universidad de Manizales, pp. 292.

Este libro se plantea el reto de hacer una aproximación a la Terapia Cognitiva desde diferentes enfoques para terminar en una nueva propuesta de intervención psicoterapéutica denominada Modelo Procesual de la Salud Mental.

Los capítulos son profusos y con variadas ramificaciones en el tema explorado, denominándose: 1. Surgimiento y evolución de la Terapia Cognitivo Conductual: avances, problemas y perspectivas. 2. Análisis crítico del eclecticismo en la Terapia Cognitivo Conductual. 3. Síntesis experimental del comportamiento y Terapia Cognitivo Conductual. 4. La integración en la Terapia Psicológica: hacia un Modelo Procesual de la Salud Mental. 5. Antecedentes, filosofía y dimensiones centrales del Modelo Procesual de la Salud Mental. 6. Una perspectiva para la construcción del conocimiento psicológico: complejidad, biología del conocer y constructivismo. 7. Teoría del caos, salud mental y psicopatología. 8. De la disciplinariedad a la transdisciplinariedad en la Terapia Psicológica y la investigación clínica. 9. El diagnóstico como un recurso para la autoorganización de la personalidad en un marco procesual de la salud mental. 10. Diseño e implementación del tratamiento cognitivoconductual: la integración clínica como proceso de investigación. 11. Competencias básicas para la intervención clínica en el Modelo Procesual de la Salud Mental.

La apertura hacia los diversos modelos terapéuticos planteados como cognitivos tiene por objetivo generar ilustración para, posteriormente, apoyarse en ellos de tal manera que quede sustentado el modelo procesual de la salud. El tema sobre el eclecticismo teórico y técnico que se ha discutido ampliamente en la psicología es serio y profundo a pesar de tener restricciones de espacio. Asimismo se plantean varios temas que dan sustento a la propuesta del libro y que tienen que ver con la teoría de la complejidad, el constructivismo y la teoría del caos.

Estos temas llevan inevitablemente a la pregunta por la integración en la psicología y en los modelos que surgirán a partir de los nuevos marcos filosóficos actuales. Justamente esto es lo que intenta el libro, proponer un modelo integrador de diversas posturas pero con la intención de enmarcarse en la teoría de la complejidad y el constructivismo. No obstante, esta postura no es ajena a dificultades: en el libro se afirma que existen muchos modelos de Terapia Cognitiva, lo cual es inexacto pues este término fue acuñado por Beck en 1979 para diferenciarlo de los demás modelos cognitivos o no cognitivos. Este dato histórico no niega que haya modelos psicoterapéuticos que se hacen llamar "cognitivos" por el hecho de concebir al ser humano como procesador de información, representacional y simbolizante. Entonces, es necesario clarificar que si un modelo de intervención clínica es adscrito a la Terapia Cognitiva, epistemológicamente estará de acuerdo con una propuesta de realismo crítico (no fenomenológico), en donde se concibe a la realidad externa a los seres humanos pero existente independientemente de ellos y sólo cognoscible parcialmente (Riso, 1996). Por tanto, el ser humano es concebido como un procesador activo de esta realidad a través de la simbolización y la capacidad de representación que provee el lenguaje (Ingram, 1986; Ingram & Siegle, 2001; Pinker, 1999; Perner, 1994; Rivière, 1991).

Otra afirmación polémica que plantea el texto es que la Terapia Cognitiva es racionalista, lo cual no es preciso pues esta no busca modelos "correctos" o "racionales" de pensar en los pacientes, sino un modelo más científico como cotidianidad en el pensamiento de las personas, es decir, tratar las creencias y los pensamientos como hipótesis susceptibles de ser contrastadas, buscar evidencia a favor o en contra de los supuestos y generar un estilo de pensamiento que mejore las condiciones de calidad de vida de la persona buscando una negociación permanente entre el consenso social de la cultura en la que el sujeto pueda estar y sus propias expectativas. Esto da como resultado que lo que es favorable para una persona en un contexto, podría cambiarla en otro para buscar tener una vida con menores dificultades (Beck et al., 2004).

Un tercer tema polémico se da cuando se afirma que la Terapia Cognitiva nace del conductismo y que finalmente, este la integró en su marco de conocimiento. Los fundadores del modelo terapéutico cognitivo fueron psicoanalistas (Aaron Beck & Albert Ellis) y la mayor influencia para que la teoría cognitiva se aplicara a la clínica se da gracias a la Revolución Cognitiva de los años 50 y el posterior nacimiento de la ciencia cognitiva (neurociencias, inteligencia artificial, filosofía, lingüística, psicología cognitiva y antropología) (Pinker, 1999). Por supuesto, el libro logra lo que los autores pretenden: generar debate en torno a la posibilidad de tomar la Terapia Cognitiva como un paradigma integrador aunque con algunas diferencias a lo que proponen Alford y Beck (1997) ya que en el libro se afirma que la propuesta integrativa es más por la práctica inherente al ejercicio clínico que por la confluencia de modelos teóricos, sin descuidar a futuro esta posibilidad, pero proponiendo también una epistemología propia (desde la perspectiva compleja), la transdisciplinariedad, los mecanismos de diagnóstico, las técnicas de intervención e instrumentos de evaluación y las competencias del terapeuta.

Este Modelo Procesual de la Salud Mental se propone el reto de coadyuvar en el cambio del modelo clínico biomédico tradicional (sujeto enfermo, trastornado o disfuncional) a un modelo que se ensambla con mucha naturalidad con las propuestas de la psicología positiva al formular el reto de ayudar a la personas a poseer un mayor grado de salud mental, felicidad y calidad de vida sin que necesariamente tenga que enfrentarse a una patología. Los componentes del Modelo Procesual de la Salud Mental son: el contexto social, las demandas biopsicosociales, la evaluación cognitiva y estrategias de afrontamiento, la personalidad y comportamiento, las redes neuronales, la salud mental y el bienestar psicológico y el tratamiento y la evolución de este. Seguidamente, se toma la salud mental y la psicopatología desde la teoría del caos, la disciplinariedad y la transdisciplinariedad en la terapia y la investigación en psicología, se propone un diseño para el proceso de investigación y por último se exploran las competencias que se requieren para la intervención clínica desde este modelo.

 

REFERENCIAS

Alford, B.A. & Beck, A.T. (1997). The integrative power of cognitive therapy. New York: Guilford Press.

Beck, A. T., Rush, A. J., Shaw, B. F. & Emery, G. (1979). Cognitive therapy of depression. New York: Guilford Press.

Beck, A. T., Freeman, A., Davis, D. & Asociados (Eds.). (2004). Cognitive therapy of personality disorders. New York: Guilford Press.

Ingram, R. E. (1986). Information processing approaches to clinical psychology. New York: Academic Press.

Ingram, R. E. & Siegle, Z. A. (2001). Cognition and clinical science: from revolution to evolution. En K. S. Dobson (Ed.), Handbook of cognitive behavioral therapies. Nueva York: Guilford Press.

Perner, J. (1994). Comprender la mente representacional. Barcelona: Paidós.

Pinker, S. (1999). Cómo funciona la mente. Barcelona: Destino.

Riso, W. (1996). La terapia cognitivo informacional. Medellín: CEAPC.

Rivière, A. (1991). Orígenes históricos de la psicología cognitiva: paradigma simbólico y procesamiento de la información. Anuario de psicología, 51, 129-155.