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Revista Latinoamericana de Psicología

Print version ISSN 0120-0534

Rev. Latinoam. Psicol. vol.39 no.2 Bogotá Aug. 2007

 

LIBROS

 

 

María Isabel Rendón Arango

Universidad Nacional de Colombia

 

 

Varas, N., Serrano, I. & Toro, J (2004). Estigma y Diferencia Social: VIH/Sida en Puerto Rico. Bogotá: Ediciones Huracán, pp. 216.

Con el propósito fundamental de visibilizar la estigmatización asociada con el VIH/Sida en Puerto Rico, los autores presentan los resultados de su investigación cualitativa, llevada a cabo con personas que viven con esta condición. A partir de la revisión de diversos elementos conceptuales, se ofrece una visión provocadora del estigma según la cual éste supone reconocer una diferencia basada en un atributo desacreditante, con la consiguiente desvalorización asociada. Presentan al portador del estigma como un individuo que se debate entre aislarse o encubrir su marca y aceptar el rol asignado, al tiempo que construye una narrativa identitaria en torno a las características indeseables atribuidas y que supuestamente justifican su exclusión.

Se analizan los procesos de estigmatización en función de la afiliación a un grupo ya estigmatizado en virtud de sus prácticas no legitimadas socialmente (sexo sin protección, trabajo sexual, homosexualidad y drogadicción). Igualmente, se analizan algunas de las metáforas construidas para el VIH/Sida y se destaca la mayor estigmatización hacia esta condición en comparación con otras enfermedades. Estas ideas se enriquecen con la presentación de fragmentos de entrevistas a individuos que viven con VIH/Sida. Su lectura deja entrever cómo la discriminación se justifica en el hecho de considerar a estas personas responsables de su condición.

El análisis prosigue con un tema álgido, la existencia de actitudes estigmatizantes por parte de proveedores de servicios de salud. Se esboza un análisis de su impacto en el acceso a los servicios y, en últimas, en la progresión de la enfermedad.

Toda la conceptualización previa se enriquece mediante el rechazo a la visión del cuerpo humano como mero objeto biológico y mediante la acogida de una noción del mismo como reflejo de la identidad personal construida socialmente. Resulta interesante detenerse a considerar no sólo cómo cada forma de contagio implica cierto uso del cuerpo, sino también la manera acrítica en la que socialmente se acepta lo que es un cuerpo "ideal", "saludable" y "normal", para concluir junto con los autores que los cuerpos estigmatizados son interpretados como una amenaza, cuerpos "enfermos" que no pueden contribuir a la sociedad.

Esta reflexión se enmarca en el concepto de Embodiment o encarnación, tomado de corrientes teóricas que critican el estudio del cuerpo como un objeto y fomentan una visión del mismo como fenómeno biosocial a través de la experiencia de vivir en él. Esta experiencia corpórea es la encarnación y entraña unas prácticas corporales determinadas que encauzan no sólo la construcción de la identidad, sino también los procesos de estigmatización.

La labor teórica culmina con una serie de reflexiones acerca de la vida del estigma, que se transforma conforme se transforman las prácticas sociales, y adopta formas sutiles de expresión que los autores pretenden explicar a partir del concepto de Recuerdo Estigmatizante Atemporal. Aunque incipiente aún en su desarrollo, este concepto se insinúa como un heurístico valioso en el análisis de interacciones estigmatizantes.

Finalmente, con base en los resultados de la investigación, se plantea un módulo de sensibilización para profesionales de la salud. Se trata de una intervención breve en fase inicial de evaluación, pero que desde ya representa un aporte para el abordaje del tema en los escenarios de salud.

En conclusión, los autores recogen planteamientos sugestivos que sin duda servirán de soporte para futuras investigaciones en el campo. La rápida propagación del virus debido al silencio amparado por el estigma hace prácticamente imposible la prevención, con lo cual se plantea un verdadero desafío a los profesionales de la salud.

Al acoger la idea de que el estigma no es sólo una marca o condición indeseable, sino ante todo un proceso relacional, se sientan las bases para el estudio de los discursos y representaciones colectivas que garantizan la perpetuación de prácticas estigmatizantes. Adicionalmente, al reconocer que el estigma es también un fenómeno de poder, el investigador se compromete con una visión estructural para el análisis de los servicios de salud.

Otro campo fructífero de investigación psicosocial es el carácter simbólico de la interacción estigmatizante, que no necesita darse cara a cara para tener este matiz gracias al rol de los medios de comunicación e instituciones sociales que reproducen nociones estigmatizantes y difunden ideologías acerca del cuerpo "ideal", "saludable" y "normal". Por último, la vivencia del cuerpo en algo que los autores han dado en llamar Autoestigmatización, representa un terre no atractivo para aquellos investigadores simpatizantes con posturas construccionistas. Se trata entonces de una obra enmarcada en lo posmoderno. Comparte con esta visión del mundo el cuestionamiento a los valores que se fundan en la razón y a la noción de realidad en lo que a salud y enfermedad se refiere. Su lectura anima a oponerse al individualismo y a portar una de las banderas posmodernas: la lucha por la legitimación de las diferencias.

Desde el principio queda claro que la única epidemia no es la del VIH/Sida; también lo es el proceso de estigmatización asociado, cuyos métodos de tratamiento no se encuentran tan avanzados como aquellos que apuntan a los aspectos biomédicos de la enfermedad. El afrontamiento de esta epidemia exige el respeto a la diferencia y no la unificación en criterios de tratamiento inspirados en una idea biologicista del cuerpo.

Se aprecia un esfuerzo conceptual y de apertura disciplinar. Es una obra que inspira a reflexionar sobre el significado de la salud y la enfermedad y sobre las propias prácticas estigmatizantes. Aunque los autores no avanzan en una conceptualización alternativa, es valioso apreciar su deseo de trascender una visión biologicista de la salud y del cuerpo.

Al finalizar la lectura de este libro quedan abiertas por lo menos dos preguntas: ¿Hasta qué punto las consecuencias descritas son exclusivas del estigma asociado con el VIH/Sida o son compartidas por otras condiciones? ¿Cuáles son los discursos de las personas que estigmatizan? Sin duda, estos y otros interrogantes darán largo aliento a los investigadores en el área, que desde ya cuentan con un antecedente pertinente para la formulación de nuevas hipótesis.