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Revista Latinoamericana de Psicología

versão impressa ISSN 0120-0534

Rev. Latinoam. Psicol. v.39 n.3 Bogotá dez. 2007

 

LIBROS

 

Miguel A. Puentes-Escamilla

Universidad Nacional de Colombia

 

 

Shlain, L. (2003) Sex, Time and Power: How Women's Sexuality Shaped Human Evolution. N.Y.: Penguin Group, pp. XXX

Desde que Charles Darwin planteó su teoría de la evolución en el año de 1859, ha sucedido una creciente producción de explicaciones con el objetivo de entender el origen y desarrollo de nuestra especie; sin embargo hasta hace poco tiempo se está estudiando de manera exhaustiva el papel del sexo en dichas explicaciones, y específicamente el rol que juega la mujer, en tanto que el desarrollo de ciertas características anatómico-funcionales propias de su sexualidad determinó el devenir de nuestra especie, e igualmente dispuso (en sentido último) la aparición de las heterogéneas creaciones e innovaciones sociales y culturales propias de la humanidad. Esta es quizá la tesis fundamental en la cual se basa Leonard Shlain, médico egresado de la universidad de Mill Valley, California, para escribir su libro Sex, Time and Power.

Como se ha visto a lo largo de la historia humana, muchas ideas geniales de las diferentes ciencias surgen a causa de la curiosidad que provoca la observación de ciertos fenómenos particulares vistos en la naturaleza. Uno de estos fenómenos tiene que ver con la diferenciación entre sexos de una misma especie; en el caso del Homo sapiens se ha encontrado variabilidad en la concentración de glóbulos rojos en circulación entre hombres y mujeres, siendo menor la concentración en estas últimas (15% menor). Esto provoca normalmente un déficit en los niveles de hierro (Fe), elemento fundamental en el buen funcionamiento de las células del sistema nervioso central. Las preguntas que se planteó el autor del texto tienen que ver con esta descompensación: ¿Por qué razón las mujeres necesitan una menor concentración de glóbulos rojos en circulación que los hombres? ¿Por qué las mujeres ignoran de una manera tan despreocupada su susceptibilidad a la deficiencia de hierro?, y, de estas preguntas, surge una cuestión fundamental para entender nuestra existencia como especie: ¿Cuál fue entonces ese cambio genético determinante que posibilitó nuestra supervivencia y éxito como especie?

A partir de las anteriores preguntas, Shlain desarrolla su idea central (el rol que juega la sexualidad femenina en nuestra especie) a lo largo de todo su libro. El texto está escrito a manera de historia, con un estilo narrativo interesante y atractivo, en tanto que no emplea muchos términos técnicos, sino que la forma como está redactado permite que el lector -sea éste un simple lego o un experto en teorías evolucionistas- se familiarice con el tema y lo entienda cómodamente. Shlain estructura su libro en 5 grandes secciones, todas ellas relacionadas con su tesis fundamental:

1) Hierro, sexo y mujer. Dedicada a describir los cambios anatómicos y funcionales que sufrió la mujer a lo largo de su historia filogenética en pro de su supervivencia y adaptación a las condiciones cambiantes del medio. Shlain resalta la principal importancia que tienen adaptaciones tales como la reacomodación de la pelvis femenina, permitiendo la gestación de individuos con cráneos más grandes; sin embargo, este cambio anatómico acarrea costos manifestados en variaciones de sus ciclos hormonales: la pérdida de sangre que ocurre en el ciclo menstrual provocó la adopción de nuevos hábitos de consumo centrados fundamentalmente en la búsqueda de alimentos con gran contenido de hierro. Asimismo, en pro de tener éxito en la gestación de una nueva vida, las mujeres desarrollaron la posibilidad de mantener un orgasmo más prolongado que el de los hombres.

2) Hierro, sexo y hombre. Describe cómo, a partir de los cambios en la filogenia de la mujer, el hombre tiene que modificar gran parte de su repertorio conductual, adoptando ciertos comportamientos determinados por el desarrollo sexual femenino; todo ello en función de la supervivencia de la especie humana. Estos cambios comportamentales van desde la aparición de la cacería como método efectivo en la búsqueda de nuevas fuentes alimenticias con alto contenido de hierro, hasta la masturbación como práctica de auto-satisfacción justificada en la dependencia de los ciclos menstruales de la mujer.

3) Sexo y Tiempo. Se explica cómo, con el paso del tiempo, nuestra especie sufrió ciertas modificaciones morfológicas y fisiológicas particulares que nos distinguen de los demás animales, y cuya aparición estableció las condiciones para el surgimiento de manifestaciones culturales nunca antes vistas en especie alguna: La modificación de la cavidad bucal y de la laringe que dió paso al surgimiento de la comunicación verbal, el ajuste del ciclo menstrual con las fases lunares y su relación con la aparición del calendario como forma de división del tiempo, variaciones en los niveles de secreción hormonal que dieron paso a comportamientos paternales por parte de los machos de la especie, y la aparición de conductas `desviadas' tales como el sadismo o manifestaciones quizá poco adaptativas para la especie como las relaciones homosexuales

4) Muerte y paternidad. En esta sección el autor muestra la manera en que nuestra especie comenzó a tomar conciencia de la muerte como un fenómeno que no podemos controlar. Las inquietudes y la angustia generadas por la idea de la muerte desembocaron en una gran cantidad de manifestaciones culturales con las cuales pretendemos explicar qué ocurre en ese mundo ajeno a los mortales conocido como el `mas allá': rituales como la sepultura y creencias del orden de lo religioso/supersticioso como la reencarnación o la vida eterna. Tal angustia e inquietud además provocaron el incremento de conductas paternales por parte de las mujeres y los hombres, y la creación de nuevas instituciones tales como el matrimonio (o casamiento, si se quiere) y la familia, con la finalidad última de extender la duración de la vida de sus hijos, en un aparente afán de "derrotar a la muerte".

5) Hombre y Mujer. Termina el texto con una explicación de los roles que han asumido los dos sexos a lo largo de la historia humana. Shlain trata de explicar por qué nuestra sociedad se caracteriza por ser misantrópica y patriarcal, en tanto que le otorgamos un mayor protagonismo al hombre quien demanda ser el actor principal en nuestro éxito como especie, siendo tan evidente el hecho de que nuestra existencia está condicionada a la sexualidad femenina.

Es interesante el análisis que realiza el autor del libro en torno a la sexualidad femenina y su estrecha relación con el éxito evolutivo del Homo sapiens. En primer lugar creo conveniente resaltar el hecho de que logra separar acertadamente el desarrollo filogenético de hombres y mujeres; los cambios estructurales y funcionales vistos en la mujer son tan particulares, notorios y específicos, que ameritan un análisis exhaustivo y diferenciado. Así, no es gratuito el recurso que usa el autor al momento de referirse a la mujer como Gyna sapiens, dando la idea de que la mujer debería ser considerada una especie diferente (el autor, además, elabora la narración de su libro acudiendo a un entretenido recurso: habla de extraterrestres asexuados que llegan a la Tierra con el propósito de estudiar la compleja sexualidad humana desde un punto de vista objetivo, y gracias a su condición asexual logran establecer la importancia que tiene para nuestra especie el desarrollo filogenético de la Gyna sapiens).

Un segundo punto a resaltar es el abordaje teórico que Shlain hace del concepto de sexo. Si bien su formación profesional fue puramente médica, logra integrar diferentes puntos de vista acerca del sexo desde disciplinas que aparentemente tienen poco en común. Por supuesto, el propósito del autor es buscar desde la biología cuál fue ese factor X que permitió la supervivencia de un grupo de homínidos hace aproximadamente 150.000 años atrás, cuya existencia permanecía en duda debido al nacimiento de individuos con un desarrollo cerebral cada vez mayor (y, por ende, ¡más cabezones!) los cuales tenían dificultades al ser concebidos debido al reducido tamaño de la cavidad pélvica (producto de la locomoción bípeda). Sin embargo, se observa en el texto una integración de múltiples enfoques teóricos que aportan ideas pertinentes y válidas con el objetivo de comprender nuestra casi exclusiva (e, incluso, perenne, si me permiten usar tal término) dependencia de la sexualidad femenina. Sería difícil abordar en este texto todos los aportes teóricos que el autor incluye de cada disciplina; por ello me centraré en algunos de los aportes que Shlain incluye desde la Psicología: Por ejemplo, acude a un procedimiento de condicionamiento clásico muy elaborado y original para enseñarle a la mujer a reconocer, e incluso rediseñar, su singular ciclo menstrual (cita además el conocido procedimiento llevado a cabo por Ivan Pavlov para condicionar la respuesta de salivación de los perros al sonido de la campana). También hay una mención de varias líneas acerca del efecto Coolidge, en las que se reseña la anécdota del presidente y su esposa cuando se asombran de ver cómo los gallos recuperan su respuesta sexual frente a una gallina nueva con la cual no había tenido experiencia de cópula; esto con la finalidad de explicar por qué resulta adaptativo para nuestra especie el extraordinario hecho de que únicamente las mujeres - únicamente las Gyna sapiens- logren tener multiorgasmos.

Sex, Time and Power es un libro recomendable para aquellas personas interesadas en saber cómo ha evolucionado la especie humana, con la posibilidad de centrarse en aspectos tan relevantes como lo son el sexo y la reproducción. La mayor ventaja que ofrece este libro radica en que ofrece explicaciones sustentadas en evidencias científicas de manera clara y precisa, sin la necesidad de conocer de antemano algún aspecto teórico particular. Además es un texto útil para personas dedicadas al estudio de la evolución del comportamiento, en tanto que integra explicaciones de la conducta sexual humana desde disciplinas tales como Biología, Ecología y Psicología.