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Actualidades en psicología

versão On-line ISSN 0258-6444

Actual. psicol. v.22 n.109 San José  2008

 

 

Construcción social de la juventud y el papel percibido de los medios desde la perspectiva de los jóvenes

 

 

Rolando Pérez-SánchezI; Wendy Aguilar-FreyanII; David Víquez-CalderónI

I Instituto de Investigaciones Psicológicas, Universidad de Costa Rica
IIFundación Omar Dengo

Dirección para correspondencia

 

 


RESUMEN

El estudio busca indagar en las representaciones de la juventud por parte de jóvenes de dos situaciones sociales urbanas diferentes. Para su realización se llevaron a cabo cuatro grupos de discusión, dos con jóvenes de una situación social asalariada-subalterna (SSS) y dos grupos con jóvenes de una situación social profesional-gerencial (SSP), con edades entre 15 y 17 años de colegios públicos y privados, de San José, Costa Rica. Se distinguen los modelos de significación cultural del fenómeno adolescente, recurriendo al método de análisis de la grounded theory. Se identifica una estructura de comprensión general de la juventud , ligada a la autocomprensión en tanto grupo cultural- generacional y como periodo del curso de vida propias de una sociedad modernizada, resultando la juventud el principal bastión de éste proceso de modernización. Igualmente, el periodo juvenil solo se comprende en el marco de las relaciones intergeneracionales. Particularmente en la relación de la pareja parental e hijos, recurriendo a procesos propios de la identidad social. Los medios de comunicación y la industria cultural juegan un papel central, de carácter pernicioso.

Palabras clave: Representaciones, Juventud, Medios de comunicación, Categorización social, Esquemas de grupos, Identidad social, Relaciones intergeneracionales.


ABSTRACT

The present study seeks to inquire the representations about youth from the youth perspective of two different urban social situations. Four discussion groups were elaborated, two of them with youngsters of a subordinate-wageworker social situation (SSS) and two groups of youngsters within a management-professional situation (SSP). The participants of all groups were between 15 and 17 years old, from private and public high schools in San José, Costa Rica. This study seeks to distinguish the models of cultural signification of the adolescent phenomenon, for which the analysis method of the ground theory was resorted. The results distinguish a general comprehension structure: self-definition as generationalcultural group and a life course period that is part of a modernized society, resulting the youth in the principal stronghold of this modernization process. The youth period is only understood in the frame of intergenerational relations; in particular in the parent-son relationship, with attention to the social identity processes. Mass media and the cultural industry play a central role, of a pernicious character.

Keywords: Representations, Youth, Mass media, Social categorization, Groups schemata, Social identity, Intergenerational relations.


 

 

Introducción

La investigación psicológica sobre la adolescencia en el ámbito nacional se ha llevado fundamentalmente a cabo en el marco de la psicología de la salud o del desarrollo, partiendo casi de manera consensual de una serie de presupuestos (por ejemplo, Rojas & Donas, 1995). Algunos de estos consideran la adolescencia como un periodo de transición entre la adultez y la juventud, el cual es caracterizado por una serie de crisis en el plano psicológico, que pueden ser pasajeras y que están ligadas a procesos de readaptación social, vinculados a las formas de resolución de la dependencia familiar. Además se suele atribuir a esta fase del desarrollo la reflexión sobre el futuro y la toma de decisiones teniendo implicaciones determinantes para el resto de la vida. Así mismo, en esta etapa se lleva a cabo la búsqueda y concreción de una identidad personal y social a partir de la experimentación y el cotejo de diferentes formas de vida, roles e ideologías. Estos presupuestos han adquirido un carácter normativo y prescriptivo, sin contemplar los cambios históricos en la juventud y sus significados sociales, caracterizado por la diferenciación y diversificación de sus manifestaciones y estructuración (Fuchs, 1983; Klein, 1990; Pérez, 2003).

Por lo tanto, el estudio psicosocial de la juventud debe abordar esta noción a partir de la imbricación de dos perspectivas. La primera perspectiva aborda la juventud como un período del curso de la vida. La segunda perspectiva aborda la juventud como grupo cultural particular y diferenciado en lo generacional.

En lo que se refiere a la primera perspectiva, en los últimos cincuenta años las sociedades altamente modernizadas o en proceso de modernización han experimentado una serie de cambios. Éstos que han tenido directo impacto en las culturas y la autocomprensión que tienen éstas de sí-mismas y de otras culturas. Consecuencias directas de dichos cambios son una progresiva transformación del curso de la vida, sus periodos, transiciones y trayectos (Elder, 1994; Kohli, 1998). El periodo juvenil es uno de los periodos en los que de forma más dramática se ha vivido un proceso de reestructuración.

Las investigaciones recientes señalan la necesidad de cambiar el enfoque con el que venía abordándose la adolescencia por la psicología, considerando que los límites entre infancia y juventud y juventud y adultez son cada vez más difusos, lo cual está ligado a una progresiva biografización y relativa desestandarización del curso de la vida, así como con la formación de culturas juveniles que rompen con límites etarios (Pertersen & Peters, 1983; Büchner, 1995; Epstein, 1998; Win & White, 1997). Por otro lado el trabajo cotidiano sobre la identidad no es un tema exclusivo de la fase adolescente sino que esta es una actividad permanente. Así lo pone de manifiesto los estudios sobre auto-concepto y sí-mismos posibles, además de lo aportado por los enfoques etogenéticos y microsociológicos en torno a la auto-presentación y los proyectos de identidad (Harré, 1984; Goffmann, 1959).

Con relación al anterior aspecto los estudios sobre orientaciones de futuro muestran un peso variado en la significación que tiene dicho rubro para los jóvenes. Dicha variación depende de los contextos culturales y socioeconómicos en los que los individuos se desenvuelven (Nurmi, Poole, & Seginer; 1995, Münchmeier 1997; Pérez, 2003) implica a su vez una reflexión diferenciada sobre el futuro personal y social. La independencia respecto de la familia así como la autonomización de los bosquejos de vida, tampoco pueden ser homogenizados en tanto experiencias de profunda crisis o como procesos ubicables en un momento determinado de la fase juvenil. Por el contrario, es posible encontrar diferentes estrategias de enfrentamiento a estas tareas de desarrollo (Wyn & White, 1997; Meuss, 1992).

La segunda perspectiva, visualiza la juventud como un grupo cultural con manifestaciones diversas y en medio de una acelerada diferenciación generacional (Ferchhoff, 1999; Epstein, 1998; Baacke, 1994). En forma paralela y en muchos casos en forma contraria a lo anterior, se ha propuesto abordar a la juventud desde las condiciones socioculturales, desde su producción y sus formas de manifestación. Aquí la juventud se estudia como un grupo cultural heterogéneo a su interior, mostrando diferentes formas de concreción y escenificación, dependientes de factores como el género, etnia, religión, la posición socio-económica y los medios de comunicación. En este sentido, se pueden distinguir diferentes formas de agrupación de la juventud, teniendo los medios de comunicación y la industria cultural un papel fundamental, ya que proveen modelos de identidad social y personal que son procesados por los individuos y grupos para la construcción de las propias identidades personales y sociales. Las culturas juveniles tienen en común la conciencia de ser o sentirse jóvenes, diferentes de los niños y niñas y de los adultos, desarrollando una identidad social global que define comportamientos y formas de comunicación esperados tanto para el propio grupo etario como para los otros grupos.

La investigación en Costa Rica sobre estos dos campos es todavía incipiente, encontrándose una carencia o total ausencia de investigaciones sobre el tema (Pérez, 2003). Esto pone en evidencia la necesidad imperante de indagar en las características psicosociales de la juventud actual. Desde ambas perspectivas los medios de comunicación masiva ocupan un lugar primordial en la comprensión del mundo social y en la apropiación reflexiva de la propia biografía en la experiencia cotidiana de los jóvenes.

En el ámbito internacional diferentes autores han puesto de relieve el papel de los medios en la estructuración de la identidad personal, en la construcción de las cogniciones sociales y en las representaciones acerca de la sociedad. Aportan así contenidos para definir los límites del endo- y del exo-grupo, base fundamental para el desarrollo de las categorizaciones sociales y de la identidad social (Buckingham, 1993; Barker, 1997; Charlton & Neumann-Braun, 1990; Schell, Stolzenburg & Theunert, 1999). Igualmente es quizás el principal vehículo de la globalización cultural, participando tanto en la formación de culturas globales como en la escenificación e invención de culturas locales (cfr. Appadurai, 1998; Barker, 1999). Estudios realizados en Costa Rica muestran que dichos medios abarcan un espacio importante dentro de su tiempo libre, solo superado por los amigos, resultando que la música (radio, CDs) y la televisión son los más utilizados (Pérez, 2001; Bermúdez, 1987).

Ahora bien, existe una ausencia de estudios publicados recientemente a nivel nacional que indaguen en el impacto de los medios de comunicación sobre la juventud. Y esto tanto desde sus implicaciones en la estructuración de este periodo del curso de la vida, como en función en la formación de culturas juveniles o en la auto-comprensión que tienen los y las jóvenes de sí mismos, en tanto grupo y fase.

Este estudio indaga en las nociones que poseen jóvenes acerca del periodo juvenil y el papel que juegan los medios de comunicación de masas en la juventud actual. El estudio se basa en los modelos psicosociales para el estudio de las cogniciones sociales, así como en las aproximaciones fenomenológicas de las representaciones sociales. Las teorías de los esquemas cognoscitivos entendidos como sistemas de representaciones acerca de situaciones, personas, cosas o estrategias de acción (Fiske & Taylor, 1991; Páez, Márquez & Insúa, 1998) son consieradas en particular son relevantes los esquemas de personas que permiten la comprensión del comportamiento de individuos, recurriendo a su categorización de conformidad con modelos socialmente producidos. De igual modo interesa analizar esquemas atributivos que permiten explicar la conducta de las personas, así como el impacto de situaciones sociales en las características de grupos sociales o individuos concretos.

Ahora bien, es importante dejar claro que los sistemas de representaciones aunque son producto del procesamiento individual tienen su origen en las comunicaciones sociales, tanto en las relaciones interpersonales como en la comunicación de masas, y en ese sentido son construcciones colectivas. La teoría de las representaciones sociales (Flick, 1995; Farr & Moscovici, 1984) aporta importantes elementos para la comprensión de la génesis social de las representaciones. Una representación social consiste en un conjunto de conocimientos, valores y formas de actuar proveídos por la tradición, los discursos científicos o religiosos que permiten interpretar el mundo social, los sucesos que allí acontecen y a las personas y grupos que lo integran. Moscovici (1984) identifica dos funciones básicas de las representaciones sociales: Por un lado, permiten interpretar los nuevos acontecimientos o el comportamiento de las personas, de acuerdo con las teorías sociales existentes, proporcionando modelos explicativos los cuales permiten a los sujetos actuar o emitir un juicio de conformidad con dichas explicaciones. Por otro lado, proveen e “imponen” formas preestablecidas de actuar y de evaluar la realidad, mediante la prescripción de formas, socialmente normadas, de hacerle frente, las cuales definen las estrategias “adecuadas” de acción e interpretación de dichos fenómenos. Las representaciones sociales permiten la comunicación social generando un sistema de significados común. A partir de lo expuesto los problemas que se responden en esta investigación son los siguientes: ¿Cuáles son las representaciones de la juventud construidas por jóvenes de dos condiciones sociales?; ¿Qué papel juega la representación sobre la generación adulta y las relaciones intergeneracionales en la comprensión de la juventud?; ¿Qué papel se le atribuye a los medios de comunicación en la comprensión de la juventud?

 

Método

La presente investigación se lleva a cabo en el marco de una metodología cualitativa (Flick, 1995; Lammek, 1995). El interés general de éste enfoque metodológico es la comprensión de estructuras de sentido presentes en las objetivaciones culturales acerca del mundo social. En este caso se trata de distinguir diferentes discursos acerca de la juventud, sus formas de representación, interpretación y explicación.

En este sentido la presente investigación se orienta por el “análisis de modelos de interpretación cultural”. Según Lüders (1991) el interés general de este enfoque es el estudio de la experiencia cotidiana, es decir, la determinación de esquemas culturales e históricos para la interpretación de la realidad. Los modelos de interpretación se refieren a estructuras de sentido cultural, que tienen el carácter de reglas que regulan tanto la comprensión del mundo social como la acción sobre éste. Según Oevermann (1973) “bajo la noción de modelos de interpretación no deben entenderse opiniones aisladas o actitudes respecto a un determinado objeto de acción, sino más bien se trata de contextos de argumentación que se estructuran según reglas de consistencia” (p. 3).

Participantes

Como señala Canales y Peinado (1995), se definen los tipos sociales con los que se va a trabajar, entendidos como diferentes formas discursivas que dan cuenta de variaciones semánticas y pragmáticas diversas en torno a la juventud. La presente investigación tiene como espacio social general a la provincia de San José, zona en la que se evidencia un gran flujo y diversificación socio-cultural. Este aspecto es determinante en la comprensión de la juventud. Se analizaron dos situaciones sociales definidas teóricamente por las diferencias en las posibilidades materiales, infraestructurales y sociales de realización de las metas vitales: a una la llamamos situación social profesional-gerencial y a la otra subalternaasalariada (utilizando de forma modificada la clasificación de Lobo y Robert, 1996). La primera situación está constituida por familias cuyos miembros son personas altamente calificadas, que se dedican al ejercicio liberal de su profesión, se desempeñan en puestos de mando o de alto prestigio social. La segunda situación está compuesta por familias cuyos miembros son empleados del sector público o privado con educaciçon media o educaciçon tçecnica, en puestos medios o bajos de poco reconocimiento social.

A partir de esto, se ubicaron y seleccionaron centros de media secundaria cuyas características poblacionales permitieran la identificación de grupos de jóvenes con condiciones familiares semejantes a las situaciones sociales previamente descritas. De este modo, se trabajó con dos grupos. Del primer grupo, proveniente de centro seducativos medios privados de 6 a 8 jóvenes (mujeres y hombres) entre 15 y 17 años de la provincia de San José, pertenecientes a una situación social profesional gerencial. En un segundo grupo, se han contado con dos subgrupos de jçovenes, provenientes de centro educativos medios públicos, en total de 6 a 8 jóvenes (mujeres y hombres), entre 15 y 17 años, de la provincia de San José, pertenecientes a la situación social asalariada-subalterna.

De este modo se realizaron dos grupos de discusión, número mínimo necesario para efectos de comparación de los análisis y de confiabilidad (Gaskell, 2000). En el caso de los grupos de situaciones sociales asalariadas subalternas, estos se contactaron en centros educativos públicos mientras que los grupos de situaciones sociales profesionales-gerenciales en centros educativos privados, ya que se supone que las diferencias entre estos no solo reproducen la desigualdad económica, sino que da cuenta de diferentes condiciones de vida y acción. Para una mayor claridad en la selección de los grupos de situaciones sociales asalariados-subalternos, se consideró también la zona de residencia.

Procedimientos de recolección de información

Se recurrió al método de los grupos de discusión (Canales & Peinado, 1995; Lamnek, 1998; Valles, 1997; Gaskell, 2000). Estos enfatizan el estudio de la apropiación colectiva de sentidos sociales, así como la producción grupal de significados ligados a estos sentidos sociales. Se ha seguido aquçi la propuesta la propuesta interaccionista (Niessen, 1977) sobre los grupos de discusión, que da importancia a la homogeneidad y la cercanía social en la composición de los grupos, fomentado así reproducir, en alguna medida, las conversaciones y la producción cotidiana de sentido.

El trabajo con estos grupos incluyó una fase previa de confección de las guías de discusión y los materiales asociados. La guía temática de los grupos estuvo constituida por las siguientes dimensiones: caracterización del grupo juvenil, adscripción al grupo joven, percepción de la imagen adulta, caracterización del grupo adulto, adultos cuando eran jóvenes, características asociadas con el personaje mediático.

Cada grupo de discusión tuvo una duración promedio de 50 minutos. La moderación del grupo estuvo compuesta por un coordinador y un(a) asistente. Se promovió la producción argumentativa sobre los temas de discusión, fomentando la participación de todos los miembros. La discusión se registró tanto en audio como en video, esto con el objetivo de ampliar las posibilidades de procesamiento analítico de los resultados. Con el fin de reducir el efecto de artificialidad de la situación, los grupos de discusión se llevaron a cabo en los centros educativos de los participantes.

Como parte del proceso de protocolización de la información, se realiza una trascripción comentada (Mayring, 1993), en cuanto al uso de un sistema de códigos para el registro de aspectos tales como pausas, entonaciones, usos lingüísticos particulares.

Procedimientos de análisis

Se recurre al análisis de contenido cualitativo de tipo estructurante (Mayring, 1993), específicamente al modelo propuesto por la “grounded theory”. Es una estrategia fundamentalmente inductiva de análisis, donde las categorías de análisis, hipótesis de investigación e interpretaciones están supeditadas a los datos, lo cual lo diferencia de los análisis de contenido clásico (Bauer, 2000). La “grounded theory” se denomina también método de comparación constante (Valles, 1997), cuyo objetivo original es la generación de teorías, recurriendo a la saturación de información como herramienta básica para su fundamentación.

La sistematización del análisis estça basado en las fases propuestas por Strauss y Corbin (1998). En la primera de estas, denominada codificación abierta, se parte de categorías generales alrededor de las cuales se parafrasen pasajes o se seleccionan ejemplos claves. A partir de estos se generaran subcategorías con sus respectivas propiedades y dimensiones. A la par de la definición de las categorías, se sistematizan ideas, interpretaciones o problemas, en la forma de memorandos, para el posterior análisis. En la segunda fase, o codificación axial, se procede a una primera integración de la información determinando las relaciones estructurales entre categorías y subcategorías, sus dimensiones y propiedades. En la tercera fase, conocida como codificación selectiva, se procede a la reconstrucción teórica de las relaciones entre categorías y subcategorías anteriormente encontradas, lo que significa para los efectos de esta investigación la determinación de modelos culturales de interpretación subyacentes a la representación de la juventud.

Validez

Se recurre a un criterio de validez interna que es parte intrínseca del método de comparación constante (Glaser & Strauss, 1998; Steinke, 1999). Por un lado, se recurre tanto a la realización de análisis repetidos y comparados por parte del equipo investigador, como al criterio de saturación de información para cada categoría y sus relaciones, corroborando que la interpretación mantenga su fundamento con los datos. A su vez se procede a la comparación de los resultados entre los grupos correspondientes a una misma condición. En los casos que así lo requirieran se procederá a una revisión de las relaciones estructurales encontradas entre las categorías, manteniéndose nuevamente aquellas que son respaldadas ampliamente por los datos.

 

Resultados

Las dimensiones de partida, a presentarse aquí, sobre las cuales se generó la codificación fueron las siguientes: 1- Esquema de grupo (a.- formación de impresiones; b.- atribución de causalidad). 2- Esquema de la representación adulta de los jóvenes (a.- formación de impresiones; b.- atribución de causalidad). 3- Esquema de la representación del adulto cuando era joven (a.- formación de impresiones). 4- Esquema del grupo adulto (a.- formación de impresiones; b.- atribución de causalidad). 5- Esquema del personaje joven mediático (a.- formación de impresiones).

Estas dimensiones responden tanto a la guía temática del grupo de discusión, como a las formas en que fue generada la información al interior de los grupos de discusión. La información presentada en los resultados resume el proceso de codificación, expuesto en el procedimiento de análisis. Específicamente se concentra en la codificación axial, manteniendo la perspectiva de los jóvenes, al reconstruir los discursos generados en torno a las diferentes dimensiones de partida.

Junto con la descripción de los resultados se incorporan pasajes, cuyo objetivo es la ilustración del material base a partir del cual surge la codificación. Se considera que la codificación en la “grounded theory” se construye a partir de los protocolos como totalidad, así que el recurso a la ejemplificación, aunque muy utilizado, no es una estrategia adecuada para exponer los análisis obtenidos. Ideal sería adjuntar los protocolos, pero por razones de espacio eso no es posible. Los interesados en obtenerlos con fines de investigación pueden comunicarse con los autores.

 

Esquema de la persona joven

Formación de impresiones

Común en ambos grupos al reconstruir una representaciçon de la persona joven, son las características que pueden ser vistas tanto como pautas conductuales o como orientaciones vitales, ambas inherentes al periodo de vida. Estas serían a) la tendencia a la exploración y a la experimentación de nuevos espacios y acciones; b) el descontrol; c) la integración y la identificación con el grupo de pares; d) y la consecuente separación y progresiva independencia respecto a la pareja parental. Estos elementos son centrales en la organización del esquema, pues son aspectos que denotan un cambio fundamental en las pautas de acción y en las relaciones sociales. Además ubica a los jóvenes en una posición particular respecto a otros grupos de edad, caracterizados por la anomia, la falta de controles y el cuestionamiento de las relaciones sociales (familiares y societales) así como por el desvío respecto a las normas que las rigen. Los padres ya no son el eje fundamental de referencia, sino que se amplia a los pares, existiendo un desplazamiento hacia este grupo. Esta representación es similar a la planteada por algunas perspectivas dentro de la psicología del desarrollo, en particular algunos abordajes de inspiración eriksoniana, pudiendo ser concebida como una concreción moderna de adolescencia.

Estos componentes generales compartidos por ambos grupos, presentan diferencias fundamentales en la forma como se comprende cada característica atribuida en las respectivas situaciones sociales. Por ejemplo, los jóvenes de ambas situaciones sociales postulan en sus representaciones elementos que aluden tanto a un plano moral, un ámbito de diferenciación cultural, como a una caracterización del grupo de pares, sin embargo, se distinguen por el énfasis que le dan en el discurso a uno sobre el otro, ubicándolos en niveles particulares.

En la situación social subalterna (SSS), la experimentación y el descontrol postulados en su descripción son vistos como amenaza moral. En la situación social profesional (SSP) estos se perciben como un riesgo para la salud y la estabilidad de las relaciones familiares. En el caso de la orientación a los pares, para los jóvenes en SSS parecen convertirse en un producto de las relaciones conflictivas con los padres. Visto de esta forma el grupo de amigos aporta un espacio afectivo que los padres no brindan. Por su parte, los jóvenes de la SSP consideran al grupo de pares más bien como una configuración socio-cultural propia de la adolescencia, relacionada con la búsqueda de independencia, aspecto que sin embargo, implica riesgos. En el marco de esta misma situación social los jóvenes relacionan el periodo adolescente con la búsqueda de identidad y autenticidad, aspectos que son buscados en el seno del grupo de pares, en tanto espacio diferenciador de las figuras parentales. En este sentido, estos jóvenes no solo dan cuenta del curso de la vida en una sociedad moderna, sino que refieren más específicamente a una sociedad individualizada, donde la diferenciación no es la característica básica, como sucede con los jóvenes de la SSS, sino la búsqueda de cursos de vida singulares. Sin embargo, tanto los jóvenes en SSS como los jóvenes en SSP dan cuenta de la necesidad de ubicarse en espacios distintos al familiar, favoreciendo la búsqueda de opciones personales guiadas ya sea hacia la diferenciación o hacia la singularidad.

Otro elemento que es matizado de manera particular por los jóvenes es el plano moral. En el caso de los de SSP, se entiende a la juventud como envuelta en una crisis moral generacional, caracterizada por la anomia y la decadencia. El uso de estos términos se podría asociar con la adopción de la percepción adulta de los jóvenes, un discurso que se espera complaciente con el equipo investigador. Igualmente podría considerarse un discurso distante, en donde la posición adulta se asume despectivamente. En cambio la situación social subalterna brinda mayor importancia al conflicto entre padres e hijos que a la crisis moral, mas hacen énfasis en la evaluación moral como criterio para identificar las características que distinguen la generación joven actual. Así se la describe como orientados por la apariencia, el estilo y la búsqueda de reconocimiento. Igualmente, se presentan cambios en la forma como se maneja y concibe la sexualidad, cambios que, desde la perspectiva de los grupos, genera posiciones que oscilan entre la apertura y la desmitificación, por un lado y el libertinaje, por el otro. En el plano familiar, distinguen la pérdida del respeto a las autoridades paternas lo que implica un problema socio-moral.

En un segundo orden, se concibe a esta generación joven con más libertad de movimiento y acción y caracterizada por la diferenciación cultural general, pero en el marco de una situación socio-económica inferiror respecto a la generación anterior. Todos estos elementos expresan lo que diferentes autores han caracterizado al definir el proceso de modernización cultural de la generación joven. (Elder, 1994), lo cual en este caso acontece en una sociedad diferenciada en lo socio-cultural y en el marco de una relativa disolución de los nexos tradicionales, expresado en los cambios al interior de las relaciones padres hijos. Más que centrarse en rasgos, el esquema está constituido por pautas de acción y determinantes contextuales, que permiten comprender el comportamiento de las personas que conforman este grupo, aspecto descrito con anterioridad.

En la SSP, además de la evaluación moral de la juventud, hacen un mayor énfasis en la diferenciación cultural como elemento distintivo de la generación joven actual. Los grupos en esta situación se refieren a particularidades como el acceso a la industria cultural, el aumento en libertades de acción, consumo y expresión, la orientación a la autenticidad, la presencia de formas de evaluar la realidad más abiertas y cambios en los patrones de crianza. Igualmente se considera que se presenta una progresiva supeditación de la biografía respecto a la economía. De forma adicional se describe el ambiente social inmediato como peligroso. Finalmente realizan una descripción, en donde el grupo de pares es fundamental, sin que la familia pierda relevancia, por el contrario la mantiene, aunque no de la manera central que caracterizaba a generaciones anteriores.

La representación llevada a cabo en esta situación refiere a una juventud no solo modernizada sino en el marco de una sociedad individualizada.Esto es producto de la diferenciación cultural, la determinación económica del mundo de la vida y el cambio en las relaciones familiares.

Atribución de causalidad

En el caso de la SSS, el actuar adolescente puede explicarse por: a) factores contextuales, relacionados con el tipo de ambiente social inmediato, que favorece diferentes formas de expresión de la juventud, así como a cambios históricos ligados a la modernización social y al cambio tecnológico, que hacen evidentes las diferencias intergeneracionales. b) Relaciones conflictivas padres-hijos, caracterizadas por problemas de comunicación, exceso de control paterno y la incomprensión. c) El grupo de pares: aquí se tematizan dos tendencias, por un lado, la presión ejercida por el grupo de pares a la integración y por otro, la necesidad básica del adolescente a ser aceptado por dicho grupo. d) La industria cultural: aquí se considera el papel persuasivo de los medios de comunicación, así como el impacto de las modas y estilos juveniles que tienden a uniformizar.

En la SSP la explicación es de tipo psicológico o moral. En el nivel psicológico se considera que la adolescencia es una etapa que implica ciertos comportamientos específicos esperables para ese periodo, como lo son la búsqueda de la identidad o la experimentación. De igual manera se interpreta el actuar juvenil como ligado a un proceso de decadencia moral.

Es posible identificar un estilo cognoscitivo que señala la imposibilidad de esquematización del grupo joven, argumentando el distanciamiento frente a la producción de estereotipos que ello implica. Aquí se trata de evitar la construcción categorial del grupo, señalando la imposibilidad de generalización. El rechazo a la esquematización puede deberse a la relevancia que tienen los esquemas de sí-mismo respecto de los esquemas grupales. Igualmente puede deberse a un rechazo frente al poder de los medios, presente en los jóvenes de la SSS, ya que se considera que tienen claras tendencias a la esteriotipar en forma instrumental a los grupos.

Esquema de la representación adulta del joven

Formación de impresiones

En ambas situaciones se concibe que los adultos organizan su representación de la juventud a partir de dos fuentes, que recogen los aspectos con valencia negativa contemplados en el esquema del grupo de jóvenes actual: por un lado, los estereotipos morales, en los grupos de discusión se considera que la juventud es reducida a un problema moral, entendido como degradación y riesgo. Por otro lado, se plantea que los adultos parten de la premisa según la cual el comportamiento juvenil está caracterizado por una incompetencia intrínseca en lo referente a sus capacidades de acción y toma de decisiones.

 

 

Atribución de causalidad

En ambos casos este esquema de la persona joven atribuido al adulto es explicado de forma común como producto de dos factores: 1) el tipo de personalidad de los padres y 2) la reproducción e imposición de los estilos de crianza de sus abuelos por parte de sus padres. En cuanto al primer factor, se encuentran, sin embargo, diferencias entre los grupos. La SSP clasifica la personalidad de los padres en mente abierta versus mente cerrada, mientras que la SSS los categoriza en comunicativos versus controladores, de forma coherente con el discurso sobre la juventud que viene organizando cada grupo, privilegiando el primero la individuación y el segundo el conflicto intergeneracional intrafamiliar; 2) en cuanto al segundo factor, la reproducción e imposición de los estilos de crianza de sus abuelos por parte de sus padres, estos estilos se caracterizan por ser autoritarios, discriminatorios y descalificadores y que fueron experimentados en carne propia por sus padres y madres.

Los jóvenes de cada situación social presentan algunas diferencias en su reconstrucción del discurso adulto sobre los jóvenes. En la SSS se puede identificar una posición que señala la imposibilidad de categorización de dicho discurso y esto debido a determinantes sociales (modernización, variaciones en la construcción del rol social paterno), a las particularidades del ciclo vital (expectativas de comportamiento de las generaciones) y al contexto de interacción evocado por la personalidad del joven (la personalidad de la persona adolescente evoca respuestas diferenciales de control o permisividad en los padres). En relación con el último aspecto anteriormente señalado, en la SSP refieren dos atenuantes en la categorización. Por un lado, se considera que las respuestas o actitudes de los padres hacia sus hijos van a depender del marco comunicativo evocado por el joven. Por otro lado, el contexto social actual caracterizado por la peligrosidad (criminalidad o drogas), favorece &– y de cierta manera justifica &– los actos controladores de los padres. En los jóvenes pertenecientes a la SSP se le da más peso a la característica de incompetencia que se le atribuye a la evaluación adulta del joven, más que a las características de personalidad. Por el contrario, en la SSS ambas descripciones están cargadas de rechazo ante estas categorizaciones. En general en ambos grupos se recurre a mecanismos propios de la identidad social para hacer la reconstrucción de la categorización atribuida a los adultos, considerando que el exo-grupo (adultos) consideran al joven de forma más negativa que ellos mismos. No obstante, se encuentran otras variantes que anteponen la identidad grupal a otras dimensiones del sí-mismo de carácter individual u orientadas a la familia.

 

 

Esquema de la persona adulta

Formación de impresiones

Al indagar por las características de la persona adulta, todos los grupos independientemente de su situación de proveniencia recurrieron a la reducción categorial de igualar adultos con padres. De allí que las referencias al mundo adulto son en realidad referencias al mundo familiar experimentado por los jóvenes y a los patrones de comunicación intergeneracional que allí se dan. Al referirse a los padres los jóvenes se refieren a dos dimensiones: 1) al plano interactivo y comunicativo que define la relación padres e hijos y 2) a rasgos psicológicos. En lo que se refiere a la interacción y la comunicación se considera estas relaciones como jerarquizadas y autoritarias, caracterizadas por el descontrol, la desconfianza y la descalificación. Es posible identificar posiciones menos esquemáticas que señalan que los padres se pueden clasificar en polos opuestos. Para el caso de la SSS se considera que se pueden clasificar en comunicativos versus controladores, y en el de SSP se señala como criterio de categorización la de abiertos y orientados al reconocimiento versus autoritarios. Estas posiciones alternativas refieren a una atenuación de la esquematización mediante el recurso a la experiencia concreta con los propios progenitores. 2) en los que respecta a los rasgos psicológicos: Aquí se presentan variantes en cada situación social que dan cuenta de rigidez cognoscitiva y estatismo emocional. En lo referente a la SSS se caracteriza a los padres como temerosos del cambio, aburridos, no se divierten, actúan de conformidad con el pasado, sancionando lo que los adultos hicieron cuando jóvenes. Para la SSP se trata de personas rígidas de pensamiento, no son auténticas, inestables emocionalmente y desactualizados. En esta situación aparecen posiciones alternativas que relativizan la categorización a partir de su experiencia familiar concreta, señalando que hay padres que se divierten.

 

 

Atribución de causalidad

Estas características atribuidas al adulto/padre-madre son explicadas debido a diferentes causas o determinantes que se presentan de diferente manera en una situación y otra, pero que refieren a patrones de socialización importados a la crianza actual de los hijos. En la SSS se pueden identificar dos factores que explican el actuar adulto: las condiciones materiales que los obligaban a trabajar desde muy jóvenes y los condicionantes familiares propios de una sociedad tradicional. Estos últimos son la conformación de un mundo de vida orientado a la familia y la supeditación y legitimación de la represión ejercida por la autoridad paterna. Los grupos de la SSP hacen énfasis en la reproducción de la propia socialización por parte de los progenitores, recurriendo a los estilos heredados de crianza autoritaria, pero también evitando la realización de conductas consideradas peligrosas, que los mismos progenitores habían experimentado. El recurso a la explicación socializadora da cuenta del impacto de la psicología en la producción cotidiana de discursos acerca del comportamiento humano.

 

 

Esquema del adulto cuando era joven

Formación de Impresiones

A este nivel se encuentran claras diferencias entre la SSS y la SSP, que refieren a contextos culturales y socioeconómicos diferentes. Los grupos de la SSS consideran a los jóvenes de la generación anterior sumisos, padres autoritarios, aburridos, poniendo de manifiesto el conflicto generacional y la percepción de relaciones padres-hijos jerarquizadas, que llegan a sus nexos familiares actuales. En este grupo se presenta una posición alternativa que señala la invariabilidad del periodo juvenil, en ese sentido más similar a la descripción que hacen de la juventud. Esta posición es construida a partir de sus conocimientos acerca de la vida de sus padres.

En la SSP por el contrario, los padres son descritos de forma más heterogénea y considerado rasgos distintos. Son descritos como hedonistas, cuestionadores del orden social, oscilando entre la orientación al estudio versus los orientados a la diversión o entre la tendencia a realizar conductas riesgosas versus el actuar conservador, así como la caracterización diversa de la mujer joven que va de la aplicada u estudiosa hasta la fiestera. El esquema incorpora dos tipos de persona el individualizado ligado al hipismo y la crítica social y el tradicional, orientado al estudio y a seguir un esquema de comportamiento esperado por expectativas tradicionales. De forma opuesta a la SSS, esta descripción refiere a una generación con amplias posibilidades de acción y autonomía.

Los jóvenes correspondientes a la SSS ubican a la generación joven anterior en un mundo conservador y tradicionalista. Se trata de una generación homogénea, conservadora, sin libertades, relaciones amorosas ritualizadas y controladas, a la vez que orientados a liberarse de los padres. La situación económica exigía menos del joven: no era necesario la educación ya que se vivía en una economía de subsistencia. En este grupo no se recurre a las pautas de acción sino a los rasgos compartidos y los determinantes contextuales para distinguir las particularidades del grupo generacional.

Los grupos correspondientes a la SSP conciben a la juventud anterior ubicadas en un modelo familiar diferente al actual, donde las familias eran más grandes, las mujeres no estudiaban y la vida de los jóvenes estaba orientada y guiada por la familia. Igualmente, se estudiaba por placer y el ambiente social era más tranquilo. Las características culturales y socioambientales que caracterizan a esa generación, refieren a la imagen de una sociedad tradicional, centrada en la familia, la moral y las normas que giraban alrededor de ella. Acompañado de una forma de vida más segura y de una economía no invasiva que permitía estudiar por placer.

Es posible distinguir en ambas situaciones sociales una posición alternativa que considera a la juventud como una invariante del ciclo vital. Al respecto, en la SSS se considera que las generaciones jóvenes siguen haciendo lo mismo y tienen los mismos problemas. En la SSP la preocupación por el estilo y la moda son características distintivas de la juventud.

Esquema de persona joven mediática

Formación de impresiones

Para las personas de ambas situaciones sociales la juventud es utilizada en tanto objeto de la industria cultural: en la SSP lo que se señala es la tendencia a la idealización de los tipos jóvenes representados (bellos, a la moda), mientras que la SSS es más global y señala que el joven es objeto sexual y de propaganda. Ambos grupos consideran que esto puede tener como efecto, la imitación. En la SSS se recurre a la realización de una evaluación moral del personaje mediático. Se considera que estos no tienen límites, ni controles y más bien, realizan prácticas riesgosas. El tipo de joven representado es moralmente pernicioso. Se trata de jóvenes librados a sus pasiones y en ese sentido en riesgo y que a su vez pueden significar modelos de identificación para los adolescentes. El efecto percibido es más similar a lo propuesto por la teoría de la aguja hipodérmica que al modelaje banduriano, es decir, se le atribuye al personaje mediático un efecto directo sobre las conductas, actitudes y percepciones de los jóvenes, sin que medie la evaluación de la audiencia de dichos personajes.

Para los grupos de la SSP, los personajes mediáticos son prototipos estereotipados de tipos de personas jóvenes de la vida real (nerdos, deportistas, exitosos versus perdedores). Igualmente se considera que se presenta una imagen parcial de la juventud ya que se enfatiza en los jóvenes problema. A nivel evaluativo se plantea el carácter hedonista de la escenificación de la juventud, al presentarlos siempre en fiestas. Los jóvenes de esta situación social hacen una descripción de los componentes del esquema, descripción que incorpora elementos evaluativos, pero a diferencia de la SSS esta evaluación no está moralmente orientada. En la SSP se le atribuye a los medios, en particular a la televisión, un efecto persuasor, tanto como formador de conciencia como de influjo de jóvenes propensos a imitar, además de que genera desconfianza en los progenitores. No obstante, este poder es cuestionado por una posición alternativa que refiere a la inverosimilitud característica del mensaje mediático.

 

Discusión

Para la construcción de la representación de juventud los jóvenes recurren a mecanismos propios de la identidad social, concibiendo las particularidades del endogrupo a partir de la autocategorización y la comparación intergrupal, considerando como exogrupo al grupo de adultos, específicamente los padres y madres.

Por un lado, la juventud es considerada en el marco de un curso de la vida modernizado, señalando la diferenciación de expresiones y estilos al interior del grupo, la autoconciencia en tanto grupo social y las características intrínsecas asociadas, como la búsqueda de la identidad, la orientación al grupo de pares, la libertad relativa de acción y movimiento, así como la tendencia a la experimentación. Todos estos elementos dan cuenta de una autocategorización que refiere a la comprensión de un grupo independizado de forma progresiva de nexos de tipo tradicional, para concebirse a sí mismo como grupo socio-cultural, que responde a patrones internos del grupo o características psicosociales del grupo.

Por otro lado, se muestra al grupo adulto, como representatante de la tradición. Y esta se entiende como la reproducción del pasado, es decir, como la reproducción de normas, valores y comportamientos propios de generaciones anteriores que vienen a reproducirse en la vida de los padres y en la crianza para con sus hijos. La experiencia de la juventud se considera supeditada a la autoridad de los padres y a las posibilidades reducidas de acción que estos ofrecían.

Entre estos dos conjuntos de categorizaciones, se ubica el grupo de pares, elemento altamente conflictivo en las relaciones padres e hijos, ya que representa una amenaza a la vida familiar y a la reproducción de formas de vida tradicionales que ello implica. En un segundo plano se ubican a los medios de comunicación, agente cultural que es visto como un atentado contra toda moral, un factor de desintegración y riesgo, pero también refiere a contenidos que hacen que se legitime el control paterno.

Es entonces sobre la base de la relación entre estos tres elementos que se construye la representación de juventud. El conflicto intergeneracional, por un lado y el papel diferenciador y aprovocador de autonomía del grupo de pares, pero también el efecto persuasor orientado a conductas riesgosas, por otro, resultan ser los elementos que definen y permiten entender la concepción misma de juventud. En lo que a la comprensión de los jóvenes se refiere, las personas entrevistadas le asignan un mayor peso al papel fundamental de los padres y ponen en segundo lugar el papel del grupo de pares. En cuanto a los medios de comunicación, aunque se les considera que tienen un efecto persuasor, definidor de estilos y conductas, no tienen el mismo peso que los otros elementos. De hecho uno de sus principales efectos es legitimar la imagen estereotipada que tienen los padres de los jóvenes y con ello contribuir al ejercicio del control autoritario de los padresprogenitoresmiten al impacto que han tenido las teorías psicológicas, propias de la psicología del desarrollo y difundidas por los medios de comunicación y el sistema educativo.

Los aspectos antes expuestos son comunes a los jóvenes de ambas situaciones sociales. No obstante, es posible encontrar diferencias que dan cuenta de formas particulares de percibir y experimentar el periodo juvenil. La situación social subalterna concibe una juventud propia de una sociedad en proceso de modernización, entendido esto como producto de la disolución del mundo tradicional, observable para los jóvenes en un cambio moral, que lleva a la modificación de las relaciones padres e hijos y las relaciones de noviazgo. Esto permite comprender el conflicto generacional ya que supone la construcción de bosquejos de vida generacionales progresivamente opuestos. Las personas adultas son concebidas como parde de una estructura familiar tradicional-autoritaria, condicionadas por factores contextuales, familiares, económicos y determinadas por un curso de la vida también tradicional.

En la situación social profesional-gerencial, el marco social sobre el que se entiende la juventud, implica cambios sociales de mayor profundidad. La juventud es entendida aquí en el marco de procesos de individuación social en el sentido de Beck (1986) o Heitmeyer y Olk (1995). Es decir, ya no solo implica una progresiva disolución de patrones de vida tradicionales y la correspondiente autonomía de los grupos sociales. Implica aún más, la progresiva privatización y autonomía en la conformación de los bosquejos de vida individuales, apoyados por una sociedad que tanto en el ámbito económico como estatal-institucional, individua sus formas de control y legitimación. Esto se expresa en el acceso a las nuevas tecnologías, que viene a marcar diferencias insalvables entre las generaciones, y que en la generación joven implica posibilidades de información y comunicación que hacen particular el curso de la vida y los alejan de la generación adulta. Igualmente la percepción de una progresiva supeditación de la biografía con respecto al sistema económico, aspecto característico de las tesis sobre la individuación, son también consideradas por los jóvenes de esta situación social. Es este contexto el que permite comprender los alcances del conflicto intergeneracional en estos grupos. Ya no solo es un problema moral o comunicativo, es un problema de la pareja parental que ya no entienden a los jóvenes, ni los pueden orientar frente a un mundo tecnológico, dentro del cual los jóvenes tienen clara ventaja. Los padres y madres se mantienen todavía dentro de las disposiciones de una estructura familiar tradicional. En este grupo los condicionantes no son contextuales, sino más bien psicológicos, lo que implica que, aunque enmarcados dentro de un mundo de la vida tradicional, sus formas de actuar y sus relaciones con hijos e hijas van a depender de las particularidades de personalidad de los padres, entendidos en singular. Esto nos lleva de nuevo a una percepción individualizada de la sociedad.

Los resultados obtenidos tienen profundas implicaciones en la organización del curso de la vida. La autocomprensión de la juventud dentro del proyecto modernizador, no solo debe comprenderse como una popularización de la teoría eriksoniana, en la que precisamente la diferenciación, la autonomía y el conflicto frente a los progenitores, así como la apropiación autónoma de la cultura están en el centro de la comprensión del fenómeno adolescente. Relevante es que su popularización supone la superación o al menos relativizar la misma teoría. La reflexividad que constituye este fenómeno supone la institucionalización de una trayectoria vital, al menos en el caso de las situaciones sociales con las que se trabajó, caracterizada por la búsqueda de la identidad, orientada al grupo de pares y en relaciones de superación-conflicto con la pareja parental. El resultado de esto es una transformación del eje de organización y explicación de la adolescencia, pasando de procesos psicológicos a procesos sociales. La adolescencia no es ya un acontecer vital sobredeterminado en un sentido intra-psicológico sino que que queda incluido en una red social en la que los grupos de pares, las culturas juveniles globales, la educación formal, el mercado de trabajo, la industria cultural y las tecnologías de la información y la comunicación construyen una trama estructuradora de este periodo histórico-biográfico.

En ese sentido, aspectos considerados centrales en el afrontamiento psicológico de la adolescencia deben revisarse en sus implicaciones actuales. Nos referimos a fenómenos tales como la relación autonomía-dependencia respecto a la familia, las características del apego respecto a padres y madres o la misma reflexión sobre la propia identidad.

 

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Dirección para correspondencia
11501-2060, Costa Rica
E-mail: rolarez@gmail.com

Recibido: 04 de julio de 2006
Aceptado: 31 de marzo de 2008

 

 

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