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Cuadernos de neuropsicología

versão On-line ISSN 0718-4123

Cuad. neuropsicol. v.1 n.1 Santiago jun. 2007

 

ENSAYOS

 

La crítica no constructiva

 

 

Pastor Cea M.*

Universidad de las Américas

 

 


RESUMEN

El presente ensayo pretende reflexionar respecto al “ser crítico”, específicamente sobre la función actual de la crítica, y cómo es que ésta se ha ido modificando y funcionalizando en pro de un sistema, que denominamos realidad. Se hará la distinción entre la crítica constructiva y no constructiva, entendiendo la primera como una forma o estrategia que permite mutar el sistema actual, sin generar finalmente cambios en la génesis de las problemáticas u objetos de crítica. La segunda se entenderá como una crítica no propositiva, como una forma de denuncia descriptiva, entendiendo que esa ya es una forma de modificar. Se entenderá entonces la crítica constructiva como perteneciente y proveniente del sistema actual, el cual permitiría su expresión para su propia mutación encubierta. Finalmente, y para ejemplificar el fenómeno, se criticara no constructivamente el sistema neoliberal, como una ideología, y dentro de la misma, el surgimiento de críticas constructivas, que proponen la reivindicación de la Utopía.

Palabras claves: Critica constructiva, Sociedad, Educación.


ABSTRACT

This essay pretends to reflect about the "critic being", exploring the actual rol of the criticism, and searching how is that this criticism is changes and fitting to be funtional in a system we call reality. Then, for the purposes of this research, its necessary to differenciate between the constructive critic and non constructive critic, understanding the first one as a way or strategy that allows to mutate the current system, but one that at the end doesnt shift or create changes in the problematic origin or critic objects. And the second one, as a non proposing critic, as a descriptive report, which is considerate as a way to modify. So, constructive critic belongs and comes from nowadys society, and is in this way that system allows the critics and the critics create the possibility of a system cover mutation. Finally, to expose an example of this phenomeno, the neoliberal system would be seen under the non constructive vision as a ideology, and inside of itself as the arise of constructive critics, that suggest the Utopia's reinvidication.

Keywords: Constructive critic, Society, Education.


 

 

Introducción

Las sociedades actuales, se (las) han confeccionado de tal manera, en que la reflexión humana suele escasear, o mejor dicho, no encuentra canales populares de divulgación. Así, y en momentos en que la educación primaria y secundaria está cada vez más cercana a los pueblos producto de la explosión demográfica de establecimientos educacionales, el descubrimiento de nuevas tecnologías de enseñanza como la educación a distancia, o bien, por medio de “innovadores” tipos de financiamiento como créditos o becas, se hace sumamente necesario cuestionarnos qué está sucediendo con la reflexión humana, con la construcción y decontrucción del conocimiento y, específicamente, con las posturas y teorías críticas que surgen de y para las sociedades actuales.

A lo largo de la historia de la humanidad, mujeres y hombres se han caracterizado por poseer una capacidad reflexiva respecto a los fenómenos, internos o externos, que experiencian en el cotidiano vivir. Dicha capacidad ha permitido a las sociedades poder permanecer en el mundo, y en contadas ocasiones, construirlo y modificarlo. Lo anterior, al parecer, es un requisito necesario, pero no suficiente, para poder ser parte de cualquier sistema educacional.

Durante la educación primaria y secundaria los jóvenes atraviesan una etapa en la cual critican diferentes aspectos de su propia persona y sociedad, tales como religión, sexualidad, padres, gobierno, compañeros, profesores, etc. A modo de introspección, quizás el lector recuerde alguna experiencia personal en su contexto educacional, cuando él o algún compañero, presentaba una postura crítica respecto a un tema determinado.

Algunas veces esta postura crítica era vista como heroica y representativa de los intereses del grupo curso, de lo contrario, era vista como transgresora, radical o inapropiada.

Tuviese una u otra valoración, lo claro es que se estaba frente a una postura crítica o se era la fuente de crítica.

Ahora bien, acto seguido a la postura crítica, nos encontrábamos con que el profesor o profesora decía:

“Bueno, y ¿qué propones tú?”

Y frente a tamaña respuesta (no-respuesta) existían, quizás, dos consecuencias en el crítico. Por un lado una consecuencia que se denominará funcional, y por otro, una consecuencia disfuncional. Es importante señalar que estas posibles consecuencias son simplemente eso, el autor no se pretende plantearlas como las únicas estrategias de afrontamiento frente a este tipo de situaciones.

Estas consecuencias mencionadas se podrían definir de la siguiente manera:

Consecuencia Funcional1: La primera posible consecuencia, y que tiene relación con el ciclo vital en que se sucede el ejemplo mencionado anteriormente, es que la crítica se anulaba y el crítico quedaba en blanco, colindando un sentimiento de insatisfacción al no poder aportar nada. Dicho sentimiento de insatisfacción, a la larga, podría ser percibido por el joven o adolescente como un “no sirvo”, “que tonto soy”.

Por lo anterior, comenzaría a cuidar el qué y cuándo criticar, para así manejar la situación y tener algo concreto que aportar.

Desde esta mirada el individuo, finalmente, “aporta” o “aportarᔠalgo, por lo que nos lleva a la idea de crítica constructiva, es decir, se construye algo desde la crítica. Es funcional para el sistema.

Consecuencia Disfuncional: La segunda consecuencia posible a la intervención del profesor/a, y que se hace menos familiar, refiere a una reflexión del tipo “y por qué tengo que proponer, si sólo describo una situación de la realidad, desde mi percepción”. Desde esta mirada el individuo, finalmente, “no aporta” o “no aportará”, lo que nos lleva a la idea de crítica no constructiva, es decir, no se construye desde la crítica. No es funcional para el sistema.

 

El por qué de proponer

Se podría decir que, pues claro, si un sujeto critica y no propone, o sea, no contribuye a modificar para bien la situación, es un ser despreciable (sin precio, sin valor) para una sociedad que piensa en el progreso y el porvenir, “una sociedad que tiene una visión de hombre económico” (Santos, J. 2006).

La pregunta entonces es por qué debo aportar en mi crítica, quién me dice que debo aportar, para qué. Quizás estas preguntas suenen un poco ingenuas, por sus respuestas obvias, empero es necesario hacer una doble lectura de estas.

La crítica, en general, es un enunciado que genera cierta tensión respecto al objeto de crítica y los sostenedores de la misma (sociedad), y cuando se habla de sostenedores se apela a grupos de poder, en el sentido Foucaultiano. Citando al autor, "...en una sociedad como la nuestra”...”relaciones de poder múltiples atraviesan, caracterizan, constituyen el cuerpo social; y estas relaciones de poder no pueden disociarse, ni funcionar sin una producción, una acumulación, una circulación, un funcionamiento del discurso. No hay ejercicio de poder posible sin una cierta economía de los discursos de verdad que funcionen en, y a partir de esta pareja" (Foucault, 1991). Es decir, “el poder lo tienen unos y lo dan otros... es algo compartido” (Fernández, 2002).

Así, al ver la crítica frente a nosotros automáticamente nos ponemos ansiosos y buscamos métodos para disiparla (¿es una experiencia personal o existen datos que permitan afirmarlo?).

Nos ponemos ansiosos porque al no ser propositivos la sociedad nos tilda de individuos sin valor para la misma y realizamos una valoración de peligro externo. Al ser individuos funcionales y productivos, debemos proponer, o bien, nos ponemos ansiosos, entendiendo la ansiedad como “un sentimiento penetrante de aprehensión, temor o angustia, frente a algo que se valora como amenazante” (Rivera, 2002)

La ansiedad es una reacción psicofisiológica que moviliza al ser humano en búsqueda de experiencias más placenteras que eliminen la sensación de ansiedad, o bien, eliminen el factor ansióngeno externo, en palabras del mismo Rivera, “la ansiedad en condiciones normales constituye uno de los impulsos vitales que motiva al individuo a realizar sus funciones y a enfrentarse a situaciones nuevas”

Dicha sensación de ansiedad serviría entonces como factor explicativo del por qué tendemos a proponer.

Ahora bien, instintiva o aprendidamente sentimos la necesidad de proponer algo (desde la crítica) para disminuir la ansiedad, y por qué no decirlo, encontrar la aprobación y reconocimiento social en nuestro grupo de pares o comunidad. Si propongo la sociedad me valora, me reconoce y me valida como un otro significativo. Paso a ser un “constructor” de la sociedad en que estoy inmerso.

Es interesante acá preguntarnos si esta tendencia humana a criticar constructivamente es algo innato, en términos de disminución de ansiedad (producto del control que tendríamos sobre la situación) o más bien es algo aprendido, o sea, nos educan para criticar constructivamente. Se deja la interrogante abierta.

 

El sistema como objeto de crítica

Siguiendo el planteamiento anterior referente a la tensión que conlleva un enunciado crítico, debemos recordar que dicha tensión se genera en una sociedad determinada, la cual se va estructurando, manteniendo y “modificando” según el quehacer (qué-hacer) humano propio de cada civilización en un tiempo y espacio específicos.

En la actualidad, estamos inmersos en un sistema social que comparte una infinidad de características en común, por ejemplo la tendencia a priorizar el inglés como lengua mundial, el uso de plataformas web como métodos de interacción social, estilos alimenticios basados en la rapidez y funcionalidad en el diario vivir, por mencionar algunos. Pero de sobre manera, existe una tendencia a compartir un modelo económico en común (salvo contada excepción, que ya daría indicios de su inclusión al sistema global) basado en el libre mercado y afirmado por un sistema mayor, denominado neoliberal.

Este modelo neoliberal y según Santos (2006) es “algo que se crea y se aplica a la realidad”...”se quiere pasar como realidad” y “beneficia a cierto grupo”...”un grupo de interés”, Los enunciados anteriores dan cuenta y responden, según el mismo autor, al concepto de ideología.

Yendo más allá el mismo autor plantea que “el sistema neoliberal no sirve porque destruye los recursos naturales, por la maximización” y “crea marginales”, gente que no puede desarrollar su vida plenamente. Sin duda, que las observaciones anteriores describen, desde una mirada, un fenómeno que se da en el mundo, por lo que el modelo neoliberal sería el objeto de crítica.

Ahora bien, y retomando las ideas iniciales de éste escrito, la crítica no constructiva no sería bienvenida. Es necesaria la crítica constructiva ya que, en palabras de Santos (2006), “la crítica debe estar dentro del sistema o sino no tiene cabida”, proponiendo así la “reivindicación de la Utopía” la cual “nace por un diagnóstico crítico” y producto de “la repugnancia de lo actual”.

Así, por un lado la utopía denunciaría, pero por otro lado “la utopía también propone propuestas”...”se trata de plantear mundos mejores”...”la utopía nace de la realidad”, o sea, propone.

 

Crítica a la Crítica Constructiva

El propósito acá no es dudar de las buenas intenciones, más bien es reflexionar y dar dobles lecturas de los fenómenos.

En éste sentido, se podría criticar la utopía, por ser una propuesta que surge desde un sistema social establecido. La utopía, en términos de cómo y cuándo se está reivindicando, surge desde el neoliberalismo, desde el libre mercado. La utopía surge desde el modelo actual, lo critica y propone ideas para humanizarlo.

No se critica acá la intención, que puede ser o no verídica y honesta, se critica el surgimiento y nacimiento (re-nacimiento) de la utopía desde el neoliberalismo, desde una ideología que se nos hace pasar como realidad.

Si la utopía surge desde ahí, hay un sistema que le permite su expresión. No podemos hacer un huevo si no hay una gallina, no podemos cultivar papas si no hay tierra, o sea, la utopía nace porque un sistema se lo permitió, y un sistema, para poder mantenerse, debe confeccionarse de tal forma que permita válvulas de escape o de expresión, para su permanencia en el tiempo. Si el sistema reprime, censura o clausura, lo único que hace es cavar su propia tumba.

Los sistemas sociales y todo lo que involucra la palabra (política, economía, cultura, etc.) van mutando en el tiempo, se van re-significando, se van re-construyendo, pero eso no es igual a decir que todos participen conscientemente de esas nuevas construcciones.

Por lo general las proposiciones surgen de la academia, de la intelectualidad, de lo que alg-unos creen que es mejor para los demás, independiente de la postura política que se tenga. Lo claro es que la academia, los pensadores y los teóricos en general son formados en escuelas que están dentro del sistema, y, por lo tanto, podrían estar determinados por el mismo. Aunque sean las escuelas más críticas del sistema, están en el sistema.

 

Características de la Crítica No Constructiva

La proposición de una crítica no constructiva, no debe ser entendida como tal, o sea, no es una propuesta, más bien es una distinción de la realidad, es una observación descriptiva y crítica de esa realidad.

Como tal, y para que tenga un carácter lógico, se podrían distinguir algunos aspectos característicos o elementos constitutivos de la crítica no constructiva:

• Reconoce un objeto de crítica, y lo critica.

• En sus planteamientos o enunciados, no propone soluciones, más bien se limita a describir críticamente el objeto de crítica.

• Entiende que la no-proposición en la crítica se debe a que el acto propositivo es una forma más de mutación del objeto de crítica, ya que éste le permitiría proponer. El sistema da el espacio para la proposición, y así continúa existiendo, con otro aspecto (mutó) pero sigue existiendo.

• Describe el fenómeno (objeto de crítica) aceptando y reconociendo de forma honesta la subjetividad del crítico, es decir, reconociendo su autodeterminación biológica (estructural) y la determinación ambiental (geografía, economía, política, cultura, familia, educación etc.) que está impregnada en su estructura biológica. Acá es adecuado decir que existen “...tantas realidades como dominios de explicaciones el observador pueda proponer...”, lo que es igual a decir que hay tantas realidades como sujetos existan.

• El mismo crítico debe reconocer que esa honestidad es imposible en términos absolutos, porque siempre existirán ciertos deseos personales a la hora de explicitar una idea. Dichos intereses pueden ser de carácter económico-material, como también de carácter psíquico, es decir, arrogancias, deseos de poder, narcisismos, por mencionar algunos.

• Ser crítica consigo misma, o sea, apelar a la autocrítica.

 

Crítica a la Crítica No Constructiva

Al proponer anteriormente las características que identificarían una crítica de carácter no constructivo, se mencionó que esta debe ser honesta y crítica de sí misma, en términos de comprender a qué intereses personales/sociales ésta pretende beneficiar.

En este sentido, es válido y necesario autocriticar lo propuesto en este escrito, ya que al nacer esta crítica no constructiva dentro de un sistema al cual critica, sería honesto, o prudente al menos, cuestionarse o criticar la misma crítica no constructiva.

Lo anterior entendiendo que, al poseer la crítica no constructiva un carácter no propositivo, perfectamente podría tratarse de otra herramienta o metodología que el mismo sistema genera para su no-modificación y/o mutación.

El criticar sin proponer podría generar statu quo, es decir continuar en la situación de siempre, sin generarse soluciones para los problemas que el objeto de crítica funda.

Sin embargo, y entendiendo la crítica no constructiva como una estrategia más del mismo sistema, esta misma crítica no constructiva nos invita a asumir una postura más consciente de las prácticas sociales que se generan en el cotidiano. Una postura que critica nuestra sociedad, pero al mismo tiempo que critica nuestro que-hacer, sin imponernos ese qué-hacer, es decir, sin decirnos el qué y cómo comportarnos.

 

Referencias

Fernández, R (2002). Cátedra Psicología Social. Apuntes de clases. Universidad de las Américas. Santiago, Chile. 2002        [ Links ]

Foucault. M (1991). Microfísica del poder. 3ra Edición. Ediciones de La Piqueta. España 1991. Páginas 139 – 140        [ Links ]

Maturana H.R. (1987). The biological foundation of self consciousness and the physical domain of existence. In: Physics of Cognitive Processes. E. R. Caianiello (Ed), World Scientific, Singapore.        [ Links ]

Rivera, R (2002). Sedación y analgesia: una revisión. Acta pediátr. costarric, vol.16, no.1.        [ Links ]

Santos, J (2006). Del discurso de las ideologías al discurso de la cultura. Apuntes de clases. Instituto de estudios avanzados. Universidad de Santiago. Santiago, Chile. 2006        [ Links ]

 

 

* Lic. Psicología, Docente Universidad de las Américas.
1 Funcional o Disfuncional en términos de su “aporte” a un sistema social determinado.

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