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Cuadernos de neuropsicología

versão On-line ISSN 0718-4123

Cuad. neuropsicol. v.1 n.3 Santiago nov. 2007

 

PONENCIAS CONGRESO / COMMUNICATIONS CONGRESS

 

La psicología en la universidad de Chile: una propuesta de estudio para comprender la historia de la psicología en Chile

 

 

Sebastián Ligüeño EspinozaΦ; Diego Parra Morenoφ

Universidad de Chile

 

 


RESUMEN

La Psicología en la Universidad de Chile ha estado presente desde la conformación misma de la institución, en 1842, ligada a la Filosofía. Posteriormente, hacia fines del siglo XIX comienza a constituirse como un campo disciplinar propio con la creación del Instituto Pedagógico (1889). Es ente mismo establecimiento, en 1908, que se instala el laboratorio de Psicología Experimental, dirigido por Guillermo Mann. Hasta la década de 1940, se puede enunciar que el aporte inicial de la Psicología estuvo ligado a la necesidad de aplicación en la Educación, la Salud Mental y el Derecho.

El presente artículo se encarga de analizar los hitos antes consignados, así como el desarrollo de la carrera de Psicología a partir del año 1947 (el primer programa de pregrado en Latinoamérica), y los vaivenes ligados a la Reforma Universitaria de 1968, el Golpe de Estado de 1973, las reformas privatizadoras de la Educación Superior en la década de los '80, finalizando la presente revisión con el término de la dictadura.

El análisis se basa en entrevistas a personajes relevantes del período, así como en documentos históricos. La conclusión basal es que la Psicología en la Universidad se ha visto más ligada a acontecimientos de la realidad nacional que a la influencia de las corrientes psicológicas tradicionales. Asimismo, proponemos el estudio de la Psicología en la Universidad de Chile como un período que puede aportar a constituir lo específico nacional de la Psicología como disciplina, debiéndose complementar con otros hitos, tanto de otras universidades como del Colegio de Psicólogos y otras asociaciones, lo que permitiría ver el presente de la Psicología en Chile con una cierta identidad particular.


 

 

INTRODUCCIÓN

En los últimos años se advierte un incipiente aumento de los estudios históricos de la Psicología en Chile. Sin embargo, no han dejado de ser intentos aislados, que impiden un análisis retrospectivo, así como también de mirada de contexto hacia el futuro6. Éste síntoma particular de la Psicología chilena se hace también extensivo a la Historia de la Psicología en la Universidad de Chile. Por tal motivo, nuestro interés consiste en documentar el desarrollo de la Psicología. En cierto sentido, el estudio de la Historia de la Psicología en la Universidad de Chile puede tener una doble función: primero, como la más antigua institución que acogió a la Psicología como disciplina ayuda a examinar longitudinalmente la Historia de ésta a nivel nacional en general; en segundo término, debido a su inserción en una universidad pública, estatal y laica presenta la particularidad de tener una relación más estrecha con el contexto nacional.

El marco conceptual utilizado corresponde a un análisis institucional. En este sentido, se recoge lo planteado por Vezzetti (1996), que sería posible abordar la Historia desde el ámbito más académico y, también, desde su dimensión institucional. De esta forma, asumiendo el riesgo que puede implicar dejar al margen las teorías psicológicas, creemos que es un abordaje que permite situar mejor su desarrollo y, especialmente, estudiar aquello que le sería más propiamente genuino, es decir, los vaivenes que ésta enfrenta en nuestra realidad histórica y social.

En el presente artículo procedimos a la investigación de fuentes bibliográficas que conciernan directa o indirectamente a la Psicología en la Universidad de Chile: libros, revistas, documentos oficiales, revisión de actas, documentos referentes a la disciplina de los docentes de la carrera de Psicología, entre otros que en su momento se consideren pertinentes. Además, con el objeto de rescatar lo emergente no documentado, se realizaron entrevistas a Psicólogos que han tenido vinculación con la carrera de Psicología en el período 1947-1992, sea en calidad de estudiante, académico y/o directores de Departamento. Cabe señalar que se ha optado por presentar los hallazgos, incluido análisis de las entrevistas, a manera de narración.

 

ANTECEDENTES

Registros escritos relacionados con la Psicología ya se encuentran en la época de la fundación de la Universidad de Chile; en este sentido, ya en el año 1843 se exigía que los candidatos tanto a Bachiller como de Licenciado en Humanidades dominaran las nociones de Psicología vigentes en ese tiempo, toda vez que ésta se encontraba ligada a la Filosofía (Anales de la Universidad de Chile, 1844).

Por otra parte, en el año 1852, Andrés Bello resaltaba la vinculación de la enseñanza de la Psicología en la Facultad de Medicina, por la vinculación que ésta guardaba con la Fisiología, en clara correspondencia con las ideas empiristas de las cuales el Rector estaba al tanto (Anales de la Universidad de Chile, 1852).

Descouvières (1999), en su análisis de la Psicología en los Anales, menciona una serie de trabajos y documentos que a partir del año 1852 aluden de manera directa o indirecta a la materia. Sin embargo, dentro de los hitos fundamentales del siglo XIX se encuentra la creación, durante el gobierno progresista de José Manuel Balmaceda, del Instituto Pedagógico en 1889, en el cual se inicia una relación de complementariedad entre la Psicología y la Pedagogía. Esto se debe principalmente a la llegada a nuestro país del profesor Jorge Enrique Schneider, en su calidad de docente y psicólogo, conocido principalmente por dos obras, “La Voluntad Animal” y “La Voluntad Humana” (Mann, 1905)7.

A principios del siglo XX, se establece en el Instituto Pedagógico el laboratorio de Psicología Experimental (Poblete, 1980). El sucesor de Schneider en el cargo, Guillermo Mann, había sido comisionado el año 1906 para viajar a Europa con el propósito de traer el instrumental que lo constituiría. Según las palabras del propio Mann (1908) cuando rindió cuenta del laboratorio que acababa de implementar, no sólo se ocupó de traer materiales de Alemania, el país más adelantado en este sentido, sino que viajó por el continente europeo y parte de Estados Unidos, seleccionando los materiales que mejor cumplirían la función encomendada. De todas maneras, dicha instalación en 1908 no habría estado exenta de polémica, según lo refiere Mann (1936), quien señala sucintamente que el Laboratorio de Psicología Experimental “tuvo que luchar con una resistencia pública inspirada en apreciaciones de orden doctrinario” (p. 230).

En la década del 1920, la figura académica principal ligada a la Psicología en la Universidad de Chile es Luis Alberto Tirapegui. Según señala Iturriaga (1963), este profesor estudió en Estados Unidos, de donde se doctoró en la Universidad de Columbia en Nueva York. Su labor se aprecia especialmente en la Psicometría, área desde la cual cumplió un rol destacado al realizar la estandarización del test de inteligencia de Binet- Simon, del cual consta una segunda edición del documento publicada el año 19288, así como de una adaptación anterior del test de Binet- Terman en 1920 (Rubilar, 1996).

Cabe señalar que la Psicología de la época formaba parte de las cátedras de Filosofía, en la forma de Psicología Racional, y en las de Pedagogía (como Psicología Experimental). Esta dependencia, que data de 1890, comienza a desaparecer hacia el año 1927, cuando Psicología es reconocida como una asignatura propia, según destaca Rubilar (1996). Aun así, la Psicología siguió de alguna forma ligada a la Filosofía, condición que según los planes y programas actuales de Educación Media se mantendría, según Rubilar (op. cit.), siguiendo la tradición filosófica del siglo XIX

Hacia el año 1941, con fecha 27 de octubre, se da inicio al Instituto de Psicología, por el Decreto Nº 800 (Universidad de Chile & #91;UCH], 1941). Según se señala en el Decreto de fundación del Instituto, éste reunía dentro de sí el laboratorio de Psicología Experimental y perseguía los siguientes objetivos: promover las investigaciones psicobiológicas, estudiar todo problema de índole psicológica o psicopatológica de niños y adultos que requirieran sus servicios, desarrollar aplicaciones de la Psicología a problemas sociales, pedagógicos, jurídicos y médicos desde una perspectiva nacional; por último, procurar la coordinación de trabajos de entidades que tengan una preocupación psicológica (UCH, 1941). Además, cabe resaltar que el Instituto publicó una revista que recibió el nombre de “Archivos del Instituto de Psicología”, de los cuales sólo se publicaron, discontinuadamente, tres números (Descouvières, 1999).

Conformación del Curso Especial de Psicología

Aun cuando la Psicología como disciplina se manifestaba en la Universidad de Chile tanto en la actividad del Instituto Pedagógico como en las distintas cátedras que se dictaban en algunos programas profesionales, especialmente aquéllos concernientes a la educación, un grupo de académicos manifiestan el interés de constituir una formación integrada de Psicología en la Universidad de Chile. De éstos, los más significativos eran Abelardo Iturriaga Jamett (Profesor de Francés), Egidio Orellana Bravo (Profesor de Inglés), Arturo Piga Dachena (Profesor y Orientador Vocacional) y Carlos Nassar Gattas (Psiquiatra), los tres primeros ligados a la Educación y, el último, a la Medicina (Toro, J. & Villegas, J., 2001). Llama la atención que con excepción de Arturo Piga, el resto estaba vinculado al círculo de la masonería chilena según Descouvières (comunicación personal, 26 de junio de 2007) y Villegas (comunicación personal, 20 de julio de 2007).

Cabe destacar, además, que estos cuatro académicos habían realizado estudios en el extranjero. En el caso de Nassar y Orellana, habían recibido formación en Estados Unidos. En tanto, Piga había estudiado las ideas de Gemelli en Italia, mientras que Iturriaga hacía lo propio con Wallon en Francia.

En cierto modo, existía entre estos académicos la noción de propiciar un instancia formal para el desarrollo de la Psicología en el país en términos generales, y en la Universidad de Chile, en modo particular, pues la Psicología era una ciencia de carácter internacional (Europa, EEUU) y, más aún, novedosa, incorporando también los valores de una universidad estatal, pública y laica (Villegas, 1998; Villegas, 1999; Toro y Villegas, 2001). Por otro lado, consideraban que la Psicología contribuiría directamente al desarrollo nacional, ya que se puede aplicar a dimensiones específicas tales como la educación, la salud y el trabajo. Lo curioso es que todos los decretos que conciernen al Instituto de Psicología y al posterior programa de formación de psicólogos, no se consigna en ninguno de éstos la creación de este último. Incluso, esto ha sido motivo de confusión (ver, por ejemplo, Toro y Villegas, 2001).

Desenvolvimiento de la Carrera de Psicología en la U. de Chile

De los primeros estudiantes que ingresaron a este Curso, muchos provenían de otras carreras, especialmente del ámbito pedagógico, pues, como se mencionó antes, la vinculación entre la Psicología y la Educación es de larga data en la Universidad y, por lo tanto, el gremio docente de Educación la consideró interesante y novedosa.

Según cuentan Poblete (comunicación personal, 9 de julio de 2007) y Santibáñez (junio de 2006), en 1948, la primera y segunda generación de dicho curso - debido a la gran expectativa que se sostenía de la disciplina - se movilizaron con el objetivo de exigirle al Departamento de Psicología una formalización del curso, con el fin de darle un carácter más serio y sostenido, petición que fue acogida por los académicos de ese tiempo9. Esta movilización incipiente, de hecho, podría ser entendida como la primera movilización estudiantil en Psicología y la que probablemente marcará la pauta futura del carácter crítico de los estudiantes de Psicología.

Como mencionan Toro y Villegas (2001), hasta los comienzos de los 50’, el desarrollo de la Psicología en la Universidad dependía principalmente del interés y de los esfuerzos tanto de personas (académicos) como de instituciones (rectorías y facultades) para el impulso de ésta nueva Carrera. Esto ejemplifica que, para que surgiera la Psicología las relaciones institucionales fueron fundamentales. De algún modo, había que posicionarse en el medio profesional, puesto que a la Psicología siempre se la vio subyugada a otras profesiones, principalmente a la Medicina y la Pedagogía.

De todas formas, pese a lo anterior, se continuó trabajando por el reconocimiento de la Psicología, y en el Estatuto Orgánico de la Enseñanza Universitaria, gracias a una propuesta presentada y aceptada por el H. Consejo en la sesión del 1 de Octubre en 1952, se produjo la “Creación del Título de Psicólogo” otorgado por la Facultad en cuestión a los egresados del Curso de Psicología del Instituto de Pedagógico, ratificada en el Decreto Nº 3012 del 24 de Septiembre de 1954.

De hecho, hasta 1957 la población que estudiaba Psicología era minoritaria, aunque dicha situación empieza a cambiar en 1958, cuando ingresan a primer año más de 40 estudiantes. Esto trajo consigo que éstos empezaran a tomar mayores atribuciones en su formación académica: un hecho puntual que grafica esto es que en este período se realizaron las Primeras Jornadas de Psicología, organizada por el Centro de Alumnos de aquella época. Las ideas centrales que se trataron ahí dieron origen, según Díaz et al. (1967), a la Escuela de Psicología que se levantaría más tarde.

 

CREACIÓN DE LA ESCUELA DE PSICOLOGÍA

En los inicios de la década del 60’, posterior a la jefatura de Egidio Orellana, es elegido Manuel Poblete Badal, el primer psicólogo director de la Escuela de Psicología, integrante de la generación del segundo año del curso especial. Él toma en consideración las ideas propuestas en las Primeras Jornadas de Psicología y, después de varias gestiones administrativas, el 1 de Enero de 1961 en el Decreto Nº 994 del Ministerio de Educación, según señalan Díaz et al (1967), se crea la Escuela Psicología de la Facultad de Filosofía y Educación, que comienza a operar en Marzo del mismo año. Esto de algún modo reafirma la noción de Carrera de Psicología en el ámbito académico y profesional.

En aquel tiempo, específicamente en el año 1963, se publican los “Archivos del Instituto Central de Psicología”. Esta publicación se presenta como continuación de los Archivos de 1944 y presenta los siguientes ejes temáticos: Historia de la Psicología en Chile, Tests Psicológicos, Psicopedagogía, Criminología, Psicobiología, Selección de Personal. Dos años después se publicó la tercera serie de los Archivos, la cual incluía artículos con temáticas similares a los anteriores.

El examen de admisión en esta época fue un punto especialmente conflictivo. Según relata Poblete (comunicación personal, 9 de julio de 2007), hubo cuestionamientos acerca de la pertinencia de estas pruebas, argumentando explicaciones de índole discriminatorio. Sin embargo, la defensa que hacía la Escuela de Psicología respondía a criterios preferentemente relacionados a descartar patologías graves en el orden de la salud mental. Estos conflictos se agudizaron, provocando que en abril de 1964 (además de otros motivos) la renuncia de la dirección de Manuel Poblete y asume por designación, según el Decreto Nº 2621 del 3 de Julio de 1964 (Anales de la Universidad de Chile, 1964), el Dr. Gustavo Vila Aliaga. Diversos entrevistados han señalado que este director fue muy resistido por los estudiantes y psicólogos de ese entonces debido, principalmente, a su noción paramédica de la Psicología.

Los cambios en la disciplina a nivel internacional ejercieron una influencia en la Psicología en Chile y, por tanto, la carrera de la Universidad de Chile no podía quedar al margen. Es así como en el Decreto Nº 3633 del 2 de Julio de 1965 (UCH, 1965) se señalan modificaciones en el Plan de Estudios de Psicología agregando la Cátedra de Técnicas Psicológicas del Tratamiento10, sumando también, otro curso de Psicología Evolutiva en cuarto año. Es precisamente este plan que por primera vez tiene un plantel docente de primer a quinto año propiamente de la Escuela.

En 1966 se realizan las III Jornadas de Psicología, nuevamente organizadas por los estudiantes de la carrera, quienes vuelven a colocar en el tapete los problemas de la administración y la docencia, dado el poco avance que se avizoraba. Asimismo, las dificultades de poner en pie las Cátedras de Técnicas Psicologías de Tratamiento y Psicología Experimental, el descontento con el examen de idoneidad personal (examen de admisión), la falta de cohesión en la administración y la deficiencia del presupuesto, son problemas detectados en este encuentro. Como estos problemas persistieron, se desata un gran movimiento estudiantil que genera la renuncia del Dr. Gustavo Vila en Octubre de 1967 (Díaz et al., 1967).

Cabe destacar que, además de la tensión suscitada entre psicólogos y psiquiatras en esos tiempos11, existía una pugna de poder en la Universidad entre los docentes que no eran psicólogos12, y que hacían clases de Psicología, y profesores titulados en Psicología. Dicha tensión se vio agudizada aun más durante el proceso de Reforma Universitaria.

El Proceso de la Reforma Universitaria: El Departamento de Psicología

Con la renuncia del Director Vila, motivada tanto por la reacción de los estudiantes como de algunos académicos, se designa como nuevo Director de la Escuela al Psicólogo y Profesor Luis Soto Becerra, señalado en el Decreto Nº 11482 de 1967, profesor del Instituto Central de Psicología. Su mandato coincide con el proceso de Reforma Universitaria, en el cual fue fundamental en su génesis la Facultad de Filosofía y Educación (a la cual se encontraba ligada Psicología), que había manifestado, entre otros puntos, su disconformidad con el carácter rígidamente jerárquico, imposibilitando la participación, así como evidenciando los problemas de su crecimiento, al ser ésta la Facultad más grande de la Universidad (Agüero, 1985). Éste proceso fue extenso y, simultáneamente, enriquecedor para la Universidad de Chile, puesto que se discutió el rol de la Educación Superior. Los efectos de estas transformaciones se comenzaron a manifestar prematuramente. En particular, en la Facultad de Filosofía y Educación ocurrió el proceso de la “Departamentalización”. Esto significó que, los diversos espacios institucionales que ocupaba la Psicología en la Universidad13, se agruparan en lo que se constituyó como el Departamento de Psicología de la Sede Oriente (Cifuentes, Soto, y Descouvières, C., 1990).

Mientras tanto, el proceso democrático vivido en la Universidad en general, se reflejó durante la dirección de Luis Soto, ya que se instituyeron espacios de participación, discusión e instancias resolutivas de carácter triestamental en la Facultad de Filosofía y Educación (Diario El Siglo, 1967; en Anales de la Universidad de Chile, 1968), como el Claustro Pleno y la Asamblea Normativa. Al mismo tiempo, se llevó a cabo otras formas de co-gobierno en el Departamento, que consistía en dos Consejos de igual poder de injerencia: Consejo Asesor14 y Consejo Ejecutivo15. Esto posibilitó, por otra parte, que se acordara limitar el tiempo de los cargos de directores del Departamento a dos años (Cifuentes et al., 1990). Al término del 1969, se elige al Psicólogo Carlos Descouvières, que comienza como Director a principios de 1970 y que será reelecto más tarde. Cabe señalar que el contexto sociopolítico de ese entonces, materializada con la llegada de Salvador Allende al poder Ejecutivo, propició un acentuamiento del compromiso social en la Carrera de Psicología de la Universidad de Chile.

Durante estos tres mandatos, según Cifuentes et al. (1990) los principales hechos que se llevaron a cabo en sus períodos, en cuanto al formación de las/os psicólogas/os fueron: las cátedras colegiadas pluripersonales16, el sistema de créditos semestrales17, la recarga horaria18, los exámenes finales formales19, la formación integral del estudiante20, la publicación de programas de cursos, la admisión semestral21 y el perfeccionamiento de los egresados22. Incluso, Soto (comunicación personal, 11 de julio de 2007) distingue que la Carrera de Psicología de la Universidad de Chile, sino fue la primera, fue una de las mejores Carreras de Psicología en Latinoamérica.

En el plano de la investigación, en 1972 aparece una publicación ya editada por el Departamento de Psicología, llamada “Cuadernos de Psicología”, de la cual sólo se alcanzó a editar el primer número. Esta revista, más breve que los Archivos de Psicología publicados por el Instituto, incluía investigaciones con orientaciones claramente atingentes al contexto sociopolítico, como la “Comparación de la Evolución de los Conceptos Morales entre Escolares Proletarios y Burgueses”, de Isabel Tarky y Nicha Bronfman (1972), que seguía la línea de un trabajo anterior publicado por los “Archivos” de 1965. Otras investigaciones destacables de resaltar lo representan una evaluación completa llevada a cabo por Juana Anguita y Sonia Godoy (1972) al Sistema Tutorial implementado por el Departamento de Psicología, con datos relevantes como antecedentes socioeconómicos, estructura familiar, y otros claramente de índole más psicológica, como la indagación acerca de los intereses profesionales de los estudiantes de la carrera.

La agitación política acontecida en Chile durante la Unidad Popular motivó a que los estudiantes y académicos se involucraran aún más en procesos de reflexión y construcción de la misma disciplina, y por otro lado, significó una agudización de las diferencias entre quienes pertenecían a los partidos y movimientos de la coalición gobernante y quienes no adscribían a ningún partido político. De esta manera, la expansión y el desarrollo de la Psicología, en particular, y de las Ciencias Sociales23, en general, experimentaron la arremetida del Golpe de Estado el 11 de Septiembre de 1973.

 

LA DICTADURA EN LA CARRERA DE PSICOLOGÍA

Una vez sucedido el Golpe de Estado del año 1973, la carrera de Psicología de la Universidad de Chile es clausurada temporalmente, al igual que otras carreras pertenecientes a la institución. Respecto del plantel docente, según relatan algunos profesores de ese tiempo como Soto (comunicación personal, 11 de julio de 2007) y Reyes (comunicación personal, 20 de julio de 2007), los académicos, directores y adeptos al gobierno anterior fueron expulsados de la carrera. Como ejemplo, se pueden mencionar los propios casos de los directores Luis Soto Becerra y Carlos Descouvières.

Al año siguiente, la carrera de Psicología retoma nuevamente sus funciones24. La intervención militar, por otra parte, generó muchas transformaciones en lo que se refiere a la carrera tanto a nivel estructural como en un clima de persecución permanente. Lira (2006) afirma que en aquel tiempo el ministro de Educación anunciaba la “depuración” de algunas universidades, lo que implicaba, además del despido de los funcionarios, la intimidación directa de los docentes, arrestos sin orden de detención, torturas, expulsión de estudiantes, entre otras medidas; de tal manera, la anunciada eliminación de los “elementos indeseables”, denominación que implicaba en la práctica que se instalara un sentimiento de desconfianza generalizada y de sometimiento

Al interior del Departamento de Psicología, en el ámbito administrativo, se produce la pérdida definitiva del Instituto (Muñoz, 2007, Entrevista Personal) lo que implica, en los hechos, que la Psicología en la Universidad de Chile asume un rol preferentemente docente. Por otra parte, la asunción del nuevo director de la carrera de Psicología correspondió al psicólogo Luis León Melo, quien inicia la designación no democrática de los directores, la cual perdurará durante todo el período dictatorial.

Básicamente, hasta este período, no existe registro de mayor actividad en el Departamento de Psicología, hasta la asunción de Moisés Aracena. A juzgar por lo declarado por la mayoría de los entrevistados como Palma (comunicación personal, XX julio de 2007), Reyes (comunicación personal, 20 de julio de 2007), Rojas (comunicación personal XX de 2007), Muñoz (comunicación personal, XX de julio de 2007) Droguett (comunicación personal, 24 de julio de 2007) y Poblete (comunicación personal, 9 de julio de 2007), Aracena constituyó uno de los personajes más controvertidos durante este período. En este sentido, Palma (comunicación personal, XX julio de 2007), Reyes (comunicación personal, 20 de julio de 2007) y Rojas (comunicación personal XX de 2007) destacan el carácter persecutorio y abiertamente hostil de este director. En cambio, otros como Muñoz (comunicación personal, XX de julio de 2007) y Droguett (comunicación personal, 24 de julio de 2007) reconociendo un carácter conflictivo, destacan la labor administrativa cumplida por él en el Departamento.

Hacia fines del año 1980, y en consonancia con las políticas neoliberales implantadas principalmente en esa década, se promulga el Decreto con Fuerza de Ley N° 1 referido a la posibilidad de que los planteles universitarios tengan autonomía académica, lo que según el artículo 4 implica la “potestad de la universidad para que por sí misma la forma como se cumplan sus funciones de docencia, investigación y extensión y la fijación de sus planes y programas de estudio” (DFL-1, p. 2)25.

La transformación general implementada por las reformas neoliberales en Educación produjo diversas consecuencias para los programas de Psicología. Al decir de algunos, implicó que, por un lado, la Psicología, cuyos cultores lucharon para abrirse campo, se le diera un reconocimiento como carrera profesional solamente impartida por universidades, según destaca Muñoz (comunicación personal, de julio de 2007).

Sin embargo, es de resaltar en líneas generales el impacto negativo de estas reformas. El efecto más inmediato, y apreciable hasta la fecha, es que la carrera de Psicología, al no disponer de mayores exigencias para su implementación, pudieren ser impartidos por cualquier universidad, (las cuales, con la facilidad de constitución que la ley permite, han proliferado26) lo que ha hecho que, de las dos carreras existentes hasta el año 1981, se llegue a la cifra de 130 programas para el año 2006 (Consejo Superior de Educación, 2006).27

En concreto, la creación de las nuevas carreras de Psicología comenzadas por la Universidad Gabriela Mistral, Universidad Central y Universidad Diego Portales, implicó que el Departamento de Psicología ejerciera una función examinadora ante estos nuevos programas y contribuyera a la obtención de la autonomía de éstas (Muñoz, comunicación personal, XX de julio de 2007; Droguett, comunicación personal, 24 de julio de 2007).

Históricamente, la Escuela y posterior Departamento de Psicología dependió siempre de la Facultad de Filosofía, que en el transcurso de los años recibió diferentes denominaciones: Facultad de Filosofía y Educación, Facultad de Ciencias Humanas, Facultad de Filosofía, Humanidades y Educación. Pero en 1988 se crea la Facultad de Ciencias Sociales, de la cual Psicología formaría parte28 (Anales de la Universidad de Chile, 1988).

Respecto de los criterios de admisión, posterior al Golpe, éstos no se siguieron realizando en el Departamento, aunque existían de manera latente criterios de admisión que discriminaban a estudiantes que tuviesen aspectos tales como: discapacidad física, epilepsia y homosexualidad (Palma, comunicación personal, Julio de 2007; Rojas, comunicación personal, Julio de 2007). Más tarde, se retoman las pruebas de aplicación psicológica, pero manteniendo los criterios discriminatorios mencionados29.

 

DISCUSIÓN

Una de las consideraciones que se deben hacer cuando nos referimos a la Psicología en Chile, es que ésta no se inicia cuando se crea la carrera de Psicología. En efecto, la Psicología como disciplina formal tiene más de 100 años de tradición, si es que se considera como hito la importación de docentes alemanes entrenados con Wundt, que se instalan en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile. Sin embargo, y siguiendo lo planteado por Toro y Villegas (2001), más importante es comprender los procesos que están ligados al desarrollo de la Psicología, más que simplemente acentuar hitos, como lo ha hecho la historia tradicional. De todas formas, también es cierto que el mito de la fundación, - como ha sido definido en otro contexto por Vezzetti (1996) y Klappenbach (2006) al respecto de las tradiciones historiográficas - proporcionan a quienes los recuerdan un sentimiento de unidad, que creemos es necesario que existan, aún cuando en muchos casos puedan ser imprecisos.

Como lo demuestra esta propuesta de abordaje de la Historia de Psicología en la Universidad de Chile, la Psicología está en estrecho contacto a su contexto social, ya sea de forma activa - en el caso de determinadas épocas históricas, como a fines de los ‘60 y principios de los ’70- o como consecuencia de procesos históricos que la traspasan y de los cuales no puede fácilmente resistirse o evadirse -como las Reformas a la Educación Superior, que han permitido la creación de más de 100 programas de Psicología en más de 40 universidades -. Este mismo prestigio nacional es la que justamente implicó directamente que la Psicología, al igual que otras disciplinas como la Sociología, sufriera la persecución de muchos de sus miembros. Lo más notorio para la profesión es que también psicólogos se prestaron para cumplir las órdenes del aparato represivo. Creemos en este sentido que evidentemente hay una falencia en la formación, pero también en el círculo profesional (particularmente en instituciones como el Colegio de Psicólogos) en cuanto a pronunciarse mucho más claramente sobre esta participación.

Asimismo, un “hallazgo” interesante surgido a partir del análisis de contenido de las entrevistas, es notorio que, después de la creación como carrera, los estudiantes han sido constructores de su propia formación. En este sentido, en la Universidad de Chile éstos han luchado por cambiar la malla curricular, un fenómeno que, a 60 años, curiosamente se ha vuelto a tomar protagonismo en la actualidad.

Razones de espacio impiden enunciar más conclusiones desprendidas del estudio historiográfico de la Psicología en la Universidad de Chile. Sólo cabe señalar que los autores del presente artículo creen que el estudio de la Historia de la Psicología nacional no debiese ser una rama “exótica” a la formación general de los psicólogos, sino más bien estar incluida como parte del currículum. De esa forma, también se contribuiría a encontrar una identidad común a la Psicología chilena que matice, complemente o reemplace a aquélla que frecuentemente se importa de afuera (Estados Unidos o Europa). En este sentido, y para finalizar, es probable que no existan grandes teóricos de la Psicología o figuras que hayan jugado un rol gravitante en el escenario nacional; sin embargo, sí es válido señalar que cualquier disciplina, al tener miembros que adscriban a ella y que habiten en contextos y culturas específicas, indudablemente que le entrega, al menos parcialmente, un ethos que le es particular.

 

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ΦLic. Psicología, Universidad de Chile
φEstudiante de Psicología, Universidad de Chile
6En la última década se podría afirmar, sin temor a equívoco, que han crecido las investigaciones respecto a la Historia de la Psicología en Chile. En efecto, se pueden mencionar algunos trabajos que directa o indirectamente aluden al desarrollo de esta disciplina del conocimiento a nivel nacional: la tesis sobre Historia de la Psicología de Miranda y Navarro de 1995; el artículo de Pizarro (1999) sobre las imprecisiones históricas; la revisión de los Anales de Psicología del equipo encabezado por Descouvières (1999); los 50 años de Psicología en la Escuela de Psicología de la Universidad Católica por Bravo Valdivieso (2004), la Historia de la Investigación Científica de la Psicología en Chile en sus volúmenes I (2005) y II (2007) de Villegas y Rodríguez, así como el capítulo sobre la formación del psicólogo en las Américas de Toro y Villegas (2001) que se refieren de una u otra forma a la Historia de la Psicología de Chile . Sin embargo, el conocimiento acumulado aún es insuficiente considerando no sólo los desarrollos en el mundo anglosajón, sino en países como Argentina, Perú u otros. Más aún, dicha bibliografía es discordante en relación a los distintos hitos que han marcado la Psicología nacional (Pizarro, 1999).
7Su llegada indudablemente está relacionada con el contexto político cada vez más progresista en la segunda mitad del siglo en cuestión. De esta manera, algunos intelectuales como Valentín Letelier, , presidió como secretario en la legación chilena en el Imperio Alemán desde 1881 a 1885 para conocer, entre otras materias, el sistema de educación de dicho territorio. Inferimos que, dada su labor en la creación del Instituto Pedagógico, haya considerado valiosa la contribución de la Psicología en la Educación. En este último punto, y a propósito de un folleto en defensa del Instituto Pedagógico, se refiere de manera encomiástica a la labor de Schneider, considerándolo un intelectual de la Psicología de renombre mundial (Instituto Pedagógico; en Montebruno, 1942)
8Es de especial importancia destacar que Tirapegui señala que la aplicación de este instrumento no es de validez universal en nuestro país, sino que está circunscrita a la población infantil de las escuelas públicas (1928).
9Como consecuencia del movimiento antes mencionado, los estudios impartidos, como señalan Díaz et al. (1967), quedaron sujetos a un programa dividido en Unidades Previas, Ramos Teóricos Fundamentales y Prácticas: el primero, consistía en cátedras de Biología, Anatomía, Fisiología, Introducción a la Filosofía, Sociología, Antropología Cultural, Estadística Elemental y Avanzada; el segundo, en cátedras de Psicología General, Psicología del Niño y el Adolescente, Psicología Fisiológica, Psicología de la Personalidad, Psicología Social, Psicología del Aprendizaje, Psicología Experimental, Psicoanálisis, Psicología General Avanzada, Historia de la Psicología: y las prácticas se dividían en Profesionales, Reuniones Clínicas y Seminarios. Según estos autores, el propósito era orientar la formación del psicólogo a un aprendizaje relacionado con cuatro áreas de especialización: Psicopedagogía, Psicología Clínica, Psicotecnia y Criminología. Este formato de programa se mantuvo alrededor de 12 años.
10La introducción de esta asignatura refleja el interés por desarrollar herramientas de manejo interpersonal que posteriormente se convertiría en la apertura formal a la Psicología Clínica
11Tensión que perdura hasta el día de hoy.
12De estos se puede mencionar a Oscar Ahumada, Arturo Piga, Zulema Valdivieso, Eduardo Vilches, Antonio Santa Cruz, entre otros.
13La Escuela de Psicología (ámbito docente); el Instituto Central de Psicología (investigación y extensión); y la Sección de Psicología General, (Cátedras de Psicología General de la Facultad).
14Académicos que asesoraban al Director.
15Agrupamiento triestamental
16Consistían en desarrollar equipos de trabajo especializado en las diversas áreas de la Psicología (Clínica, Educacional, Social, Industrial y Psicobiología)
17Modo de Financiamiento distinto al Universitario.
18Disminución de la cantidad de ramos por Semestre de 8 a 5.
19Se modificaron por evaluaciones progresivas.
20Se complementa el programa de formación básica con un programa de cursos electivos con la finalidad de acentuar las especializaciones.
21Esta medida se da con el propósito de aumentar el número de Psicólogos. Hay que entender que en esos tiempos las únicas instituciones formadoras de psicólogos eran la Universidad de Chile y la Pontificia Universidad Católica.
22El Departamento propiciaba cursos de post-grados de la actualización a psicólogos egresados o titulados de la Universidad.
23Elizabeth Lira (2006) menciona que las Ciencias Sociales, en ese tiempo, gozaba de un gran número de intelectuales en América Latina.
24Distinta suerte corrieron otros programas pertenecientes a las Ciencias Sociales, como es el caso de Sociología
25Por otra parte, este Decreto firmado en dictadura establece que “La autonomía y la libertad académica no autoriza a las universidades para amparar ni fomentar acciones o conductas incompatibles con el orden jurídico ni para permitir actividades orientadas a propagar, directa o indirectamente, tendencia político partidista alguna. Estas prerrogativas, por su esencia misma, excluyen el adoctrinamiento ideológico político, entendiendo por tal la enseñanza y difusión que excedan los comunes términos de la información objetiva y de la discusión razonada, en las que se señalan las ventajas y las objeciones más conocidas a sistemas, doctrinas o puntos de vista” (Art. 6. DFL- 1, 1980).
26De ocho universidades hasta el año 1981, actualmente existen 61. Más aún, ha obligado a que no sólo las instituciones privadas deban autofinanciarse, sino que también se ha hecho esto extensivo a las universidades del Estado y, por consiguiente, a las respectivos programas de pre y post grado.
27Por otra parte, a esto se debe sumar la pérdida de la tutela del ejercicio de la profesión por parte del Colegio de Psicólogos, entregando a los mecanismos de mercado principalmente su regulación
28Esta dependencia se mantiene hasta el día de hoy.
29En los 90’se cuestionaron estos criterios, los que posteriormente fueron eliminados.
*Se utilizaron los Anales de la Universidad de Chile, revisando Actas, Decretos y Consejos Universitarios en distintos años.

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