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Cuadernos de neuropsicología

versão On-line ISSN 0718-4123

Cuad. neuropsicol. v.1 n.3 Santiago nov. 2007

 

PONENCIAS CONGRESO / COMMUNICATIONS CONGRESS

 

Esquizoanálisis: corporalidad y coordinación grupal como alternativa de trabajo psicoterapéutico

 

 

Catalina Sánchez*; Tatiana Cuevas Z.*; Pablo Klimpel F.*; Daniel Patiño M.Φ

Universidad ARCIS

 

 


RESUMEN

Esta ponencia-taller tiene por objetivo insertar a los participantes en una experiencia grupal de trabajo psicoterapéutico de manera práctica. El marco teórico del taller toma como base epistemológica el Esquizoanálisis en tanto “meta-modelo” como dirá Guattari (1989); el psicoanálisis grupal de Anzieu y Kaës y las herramientas de trabajo corporal desarrollados tanto en la vegetoterapia carácteroanalítica de W. Reich, como en el análisis bioenergético desarrollado por A. Lowen. Luego, se explicará de manera técnica y metódica, lo vivido por los participantes en relación con las herramientas teóricas y metodológicas de trabajo grupal.


 

 

INTRODUCCIÓN.

Los modelos mencionados, nos permitirán pensar en términos estéticos y afectivos, viendo al sujeto como proceso colectivo en relación directa con las pautas sociales y culturales que determinan la producción de subjetividad en el contexto contemporáneo.

El presente trabajo nos invita al constante replanteamiento y experimentación de nuestras prácticas de intervención, en concordancia con el contexto de trabajo inmediato. Además, tomar contacto con nuestra coraza muscular, nuestras sensaciones corporales y abrir paso a la expresión de las emociones. A su vez, el modelo a la base, busca ser una herramienta efectiva para el trabajo grupal en contextos de deprivación sociocultural y afectiva como los observado muchas veces en los llamados “contextos populares”.

 

METODOLOGÍA.

El taller consta de dos fases.

Fase1:

• Inicio. Presentación breve de los coordinadores y del contexto de este tipo de trabajos.

• Trabajo corporal de calentamiento y estiramiento. Actividad corporal aeróbica, de expresión, y de relajación.

• Dinámica grupal.

• Plenario.

Fase 2:

• Explicación del trabajo grupal vivido por los participantes de manera metodologica, aportaciones teóricas, posibles aplicaciones.

• Discusión, preguntas, comentarios.

Mínimo de Participantes: 10

Máximo de Participantes: 45

 

MARCO CONCEPTUAL Y FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA.

Gergen (1970) nos invita a pensar la psicología como una herramienta que debe estar precisamente dentro de los marcos sociales e históricos que le toca vivir y dar testimonio. No hacerlo es correr el riesgo de quedar fuera de la historia, es decir, de los márgenes actuales de la vida social actual. En la actualidad se cruzan muchas demandas dadas por los difíciles y cambiantes contextos de trabajo y la psicología como reto debe dar cobijo a tales problemas si su rol es ser efectiva como herramienta al servicio de la sociedad.

Desde las cifras estadísticas, Chile se encuentra en un proceso de crecimiento y equilibrio macroeconómico que según nos dicen los datos actuales es de un 5% al año. Se nos presenta al modelo económico liberal, como la mejor alternativa de desarrollo social, en relación con los procesos de la globalización. Tenemos tratados como el TLC que nos insertan dentro de la red global de intercambio económico trayendo consigo nuevos productos e información. Tenemos el auge de las mediaciones tecnológicas como teléfonos celulares, televisión por cable, Internet, correos electrónicos, videojuegos, fotologs, etc.

Estas nuevas tecnologías traen consigo nuevos “procesos de comunicación y conforman las interacciones comunicativas y sociales32”(Orozco,2002) dando paso a un nuevo tipo de relaciones de sociales, mediadas por maquinas tecnológicas donde los procesos de interacción social se caracterizan por ser globales y simultáneos y los intercambios afectivos “cuerpo a cuerpo” ya no son la norma. Lo que a modo de hipótesis trae consigo nuevas consideraciones en relación al tiempo, el espacio y una subjetividad mediada por la tecnología a la cual podríamos darle el apelativo de “maquínica”.

Esta “nueva” subjetividad “maquínica” en directa relación con las mediaciones tecnológicas ya nombradas, hace sentido con lo que Guattari plantea en relación a que: “Las actuales máquinas informática y comunicativas no se contentan con transportar contenidos representativos, si no que contribuyen igualmente a la confección de nuevas disposiciones de enunciación individuales y colectivas33” (Guattari, 2000, p: 16).

Esta consideración nos abre un campo de comprensión al fenómeno actual de los mass media e Internet, dada la proliferación de la comunicación por correos electrónicos, Messenger y fotologs por ejemplo. Esta consideración pone en juego la consideración de la subjetividad y los sujetos sociales como producidos por múltiples instancias dadas por el sistema familiar social-ambiental y tecnológico. Tenemos los cambios al medio ambiente con problemáticas como el calentamiento global y la contaminación y el fin de muchas especies vivas así como de las materias primas, el peligro de la continuidad de la calidad del aire y el agua como lo conocemos hoy y porqué no nombrar los alimentos transgénicos.

Podemos tomar en cuenta los debates en relación a la precariedad del trabajo, la subcontratación y el desempleo por ejemplo, así como los cambios en el referente de familia “monoparental”. Todo parece mutar y la estabilidad no parece ser la norma. Tenemos a los programas de desarrollo fabricados por Mideplan ejercidos a través de agencias como Fosis, Sence, Sernam, Injuv, etc. Que son los espacios de promoción-prevención y desarrollo que intentan dar pie a las demandas sociales actuales. Aunque la ficha CASEN 200334 nos diga que el porcentaje de la pobreza nacional era en el año 1998 de un 21.7% y en la actualidad es de un 4.7%.

Esto no quita que la asistencia, aun sea marginal en muchos lados y se vivan índices de pobreza material y ciudadana que contrastan con los índices de desarrollo social, aunque en términos estadísticos la brecha parece menor. Si tomamos en cuenta los datos que nos entrega el ministerio de salud a través del departamento de epidemiología en la encuesta nacional de calidad de vida y salud hecha el año 200035 como vemos a continuación:

 

 

Podemos ver que “La enfermedad crónica más frecuente es la hipertensión arterial, que le ha sido diagnosticada a un 10,3% de los chilenos”36 , un 2% de los hombres dice haber tenido depresión así como un 6% de las mujeres dice sufrir alguna forma de depresión. Un 2% de los hombres hasta el año 2000 tenía obesidad y un 4% de las mujeres tenia el mismo problema. Podemos ver el auge de trastornos depresivos, en los hábitos alimenticios bulimia y anorexia, crisis de pánico, estrés, etc. Esto por el lado de lo que podríamos llamar “salud mental”, pero también constatamos la poca participación social de los sectores sociales llamados “marginales” así como la ruptura de muchos de los vínculos familiares y afectivos, situaciones como el maltrato, el abandono y porqué no, el “endeudamiento” como modo de vida de gran parte de la población, generando un contexto poco auspicioso. Frente a estos diversos contextos ¿Cómo se sitúa la Psicología para dar cuenta y abasto a estas demandas? ¿Nuestras prácticas son pertinentes a la hora de trabajar en la multiplicidad de contextos actuales?

Todo parece decirnos que en la actualidad, la neurosis –como modo de comprensión- dejó de ser el correlato de sociedad en que vivíamos “Los cuadros neuróticos han dado paso a alteraciones prepsicóticas37.. “tales como depresiones, estructuras borderlines, trastornos alimenticios, desórdenes de personalidad, descompensaciones narcisistas, etc.38”. (Valencia, 2004)Decir esto, significa que la neurosis dejó de ser el correlato común de lo “psicopatológico”.

Un modelo de análisis, basado en la neurosis, se haya incapaz del todo, para comprender la complejidad de la sociedad actual. Esto significa que teorías como el psicoanálisis que fueron labradas a principios de 1900-1930, corresponden a un modelo de sociedad, donde la producción de subjetividad era distinta a lo que podemos encontrar hoy.

El “sujeto de lo inconciente” en el psicoanálisis corresponde a saber, a “una perfomance oral, individual, centrado generalmente en cierto Habitus familiarista de la subjetividad en el contexto de las sociedades industriales desarrolladas39”. Cabe decir que si estamos en un contexto de sociedad de control40 donde lo que esta en juego es el control de los espacios y las interacciones en lugares abiertos como dice Deleuze, a través de los equipamientos colectivos de Internet y los mass media que nos abren a una constante multiplicación de posibilidades al instante por ejemplo, la subjetividad actual no tiende a conformarse en relación a la Neurosis cuyo correlato es la represión, como lo muestra Foucault en su análisis a las sociedades disciplinarias donde el acento estaba en la repetición de las actividades en espacios cerrados. Por ejemplo para Foucault41 (1977) el control de las conciencias, el control religioso y civil por medio de la implantación de mecanismos sociales complejos con objetivaciones en leyes y normas, es una muestra clara del ejercicio del poder. El poder visto no como un “en si” dado por una jerarquía, si no por una interacción, una relación de fuerza de la que todos/as participamos. En este sentido el lugar ultimo de inscripción de los discursos y por donde circulan las relaciones del poder es el cuerpo como producción biopolitica es decir como forma de producción de vida normada por lo político entendido como lo publico. Teniendo en cuenta los entramados del poder por donde circula la construcción de subjetividad actual, es que decimos que la subjetividad contemporanea guarda mayor relación a la psicosis, lo pre-psicotico.

Esta incapacidad teórico-practica para dar cuenta de los contextos actuales, no sucede sólo con el psicoanálisis, si no a todo cuerpo teórico que no tenga la capacidad de replantearse, nos lleva a no tener prácticas de intervención eficaces que guarden relación con un contexto enmancipatorio de los sujetos de acuerdo a su contexto social. Por ejemplo, basta con recordar al conductismo o el cognitivismo, la neuropsicología clásica, o las “teorías de la información” y los proceso computacionales de “imput” o “output” de la “mente”, estos paradigmas pueden funcionar, pero la pregunta es ¿de qué forma? ¿Que formas de dominación reproducen al interior de sus prácticas de manera intencional o no?

Deleuze y Guattari, dirán en el “Anti-Edipo” (1973) que debemos entender la producción subjetiva actual en términos esquizofrénicos, en relación con el sistema de producción capitalista de la sociedad contemporánea, así como en relación a un paradigma estético de base.

Estos autores plantean un sujeto dinámico, no fijo ni estable. En este sentido hablamos del acontecimiento42 (Deleuze, 1989) como aquello que constantemente se impone en el vivir de manera inmediata, lo brutalmente inmediato como dirá Foucault. El acontecimiento que escapa a las pautas establecidas por los conceptos y la racionalidad es lo que producirá el sentido que le damos a las cosas que nos suceden, de esta forma el lenguaje es posterior ya que una vez que ocurren las cosas las ponemos en palabras, el acontecimiento produce lo que llamamos sentido, sentido y valor que le damos a las cosas que nos suceden.

Si hablamos que el lenguaje es posterior entonces hablamos de instancias pre-verbales por lo tanto de una lógica afectiva, por sobre una lógica que seria racional instrumental. Guattari dice al respecto “Sabemos que en ciertos contextos sociales y semiológicos la subjetividad se hace individual; una persona tenida por responsable de sí misma se sitúa en el seno de relaciones de alteridad regidas por usos familiares, costumbres, leyes locales y jurídicas… en otras condiciones, la subjetividad se hace colectiva, lo cual no significa que se torne exclusivamente social. El término “colectivo” ha de entenderse aquí en el sentido de una multiplicidad que se despliega a la vez más allá del individuo, del lado del socius, y mas acá de la persona, del lado de las intensidades preverbales tributaria de una lógica de los afectos más que de una lógica de conjuntos bien circunscriptos”43 (Guattari, 1996, p: 20) ¿Qué quiere decir con instancias preverbales tributaria de una lógica de los afectos? Como bien dice Pablo Fernández (2005)44: “Toda racionalidad es un orden, y se nota que el lenguaje es un sistema de ordenamiento del mundo, puesto que establece distinciones, clasificaciones, antinomias, jerarquías y secuencias en un mundo que no las tiene de suyo sino hasta que aparecen las palabras que lo van nombrando, y por ende, lo que no se ajusta a las categorizaciones del lenguaje, queda fuera de la racionalidad que es lógica, secuencial, inteligente y argumentativa”... “las psicologías sociales que empiezan trabajando con pensamientos colectivos o grupales o comunales, acaban haciéndolo con relaciones Interpersonales, como si eso fuera un gaje del oficio de fijarse en el lenguaje. Este nivel interpersonal de la comunicabilidad del lenguaje, es en sí mismo una institución de la sociedad”

La psicología (social), cuando se preocupa de las interacciones en el territorio del lenguaje, habla desde una racionalidad ilustrada e instrumental. Pero para entender lo afectivo, los conjuntos, las formas, los procesos, hay que tener en cuenta que hay cosas extra-lingüísticas y para esto no nos sirve una lógica racional e instrumental, o de los conjuntos bien circunscriptos como dirá Guattari.

Esta dimensión puede ser recogida desde un paradigma Estético como dice Guattari (1991) que rescata los procesos llamados “primarios” de la primera infancia, la capacidad alucinatoria y creativa del deseo como garantes de sentido, estados que pueden ser reconocidos en el enamoramiento, el arte, los “estados místicos” meditativos y la locura.

Aquí hablamos entonces de “Esquizoanalisis”, si el psicoanálisis es un modelo de análisis del psiquismo basado en la neurosis, el esquizoanalisis “aborda todas las modalidades de subjetivación iluminado por el modo de ser en el mundo de la psicosis”45

En la actualidad vivimos el régimen social llamado por los autores “capitalismo mundial integrado” (CMI) no solo es un sistema de bienes y servicios, si no que coordina los valores sociales y produce afectos, códigos y subjetividad. En este sentido hacemos una lectura de un inconciente pragmático, estético que esta en constante producción de sentido. Este no se analiza en términos de la triangulación edípica, si no a través de procesos esquizofrénicos, procesos primarios, llamados pre-edipicos.

El “CMI” actual genera una constante codificación y descodificación de los flujos de significado, monetarios, del deseo a través de los medios de comunicación de masas y del orden institucional, no solo en relación a la familia como construcción de identidad, por lo que Edipo no seria el correlato de las sociedades contemporáneas y es aquí donde el psiquismo no se clausura en Edipo o la metáfora del padre como dirá Lacan, toda comprensión del psiquismo y la subjetividad pasa antes por el campo histórico social antes que la familia, Edipo solo seria una fantástica represión del deseo, que desde esta óptica es visto como potencialidad creativa y afirmación de si.

La idea de la triangulación edípica del psicoanálisis basada en las nociones de la representación, el fantasma y la castración son propios de la subjetividad codificada por la producción semiótica con que opera el capitalismo actual. La idea de la falta y la castración como deuda (nótese endeudamiento, cuentas por pagar etc.) muestra la relación actual del deseo producida como dice Guattari “como efecto de mercado, un efecto de la producción de consumo: falta producida, inventada, inyectada”46. No como algo constitutivo de la subjetividad humana como en el psicoanálisis. Por lo que hablamos de una comprensión política del síntoma.

De esta manera Deleuze y Guattari entienden a la Esquizofrenia de dos formas: como “la universal producción primaria realidad esencial del hombre y la naturaleza”47 y la esquizofrenia-clínica producida como enfermedad.

La noción del acontecimiento nos lleva a generar un constante replanteamiento de nuestros modos de intervención a partir de los mismos contextos de trabajo, dado que no hay un modelo universal que sea equiparable en todas las circunstancias.

Muchas de las teorías como decíamos anteriormente, han sido producidas en un contexto de sociedad distinto al nuestro y si tomamos el reto de dar cabida a los contextos populares en nuestra propuesta, nos damos cuenta que muchos de los paradigmas de la psicología fueron construidos para un sector social con acceso a la educación y al conocimiento, es decir un sector de la población letrado y “desarrollado”.

Algunas teorías nos hablan que en los contextos “marginales” se carece de la capacidad de “insight”, de “replantearse”. Pero desde esta perspectiva, entendemos que los supuestos que están a la base de dichas acciones, sólo guardan relación con un sector de la sociedad que es el “ilustrado”, por lo tanto no tienen una efectividad “universal”.Podemos ver que en personas sin acceso a la educación, su capacidad de abstracción en los términos del lenguaje o la palabra es precaria, si se lo compara con personas que sí pudieron acceder a educación. Esto es importantísimo tener en cuenta, a la hora de ver que muchas de nuestras “psicoterapias” trabajan al nivel del lenguaje hablado.

De esta forma, “La discursividad oral” se presenta como un impedimento para dar cuenta de la diversidad de contextos y el acontecimiento que en sí escapa a los registros formales del lenguaje. Es por esto, que apelamos a una lógica afectiva, como fue explicado anteriormente.

Los afectos nos remiten a la emocionalidad y las intensidades en el ámbito de la experiencia. Experiencias por las cuales somos atravesados en tanto cuerpos, en nuestras relaciones cotidianas, cotidianos que finalmente configuran el sentido de nuestros estados de ánimo, preferencias, gustos y opciones.

Estos cuerpos nos hablan, cuerpos que son un mapa viviente de los conflictos que una persona ha de atravesar a lo largo de su proceso de maduración. Cada curva, cada músculo hablan de cierto capítulo y de cierta constelación de relaciones.

“El carácter del individuo tal como se manifiesta en su patrón típico de conducta también está descrito gráficamente a nivel somático por la forma del movimiento del cuerpo. La suma total de las tensiones musculares consideradas como una gestalt... constituye la ‘expresión del cuerpo’ del organismo. La expresión del cuerpo es la vista somática de la expresión emocional típica que en el nivel psíquico se considera como ‘carácter’.” (A. Lowen, 1959)

La idea de ser humano que existe en la Bioenergética es la de un ser compuesto de corrientes energéticas las cuales corren libremente por el cuerpo. Esto le permite ser espontáneo en la vida, emotivamente adecuado a las circunstancias, y ser capaz de entregarse libremente en la sexualidad a su pareja; Sin embargo, sin desconocer la posibilidad de encarcelamiento emocional de la vida, el carácter se representa por sensaciones aprisionadas en las corazas musculares (músculos espáticos), situación que limita la energía (libido) disponible en el sujeto para su vida cotidiana. Al quedar aprisionada la energía se limita la capacidad emotiva y expresiva de la persona, lo cual puede dar sujetos poco efusivos de sus necesidades y emociones. Por lo tanto, la idea del trabajo bioenergético es des-hacer estos impedimentos, y dejar fluir la libre emotividad corporal. Es por esto, que W.Reich y A.Lowen introducen elongaciones, ejercicios, trabajo con la respiración y el cuerpo, como una forma efectiva de trabajo psicoterapéutico, que nos inserta en una comprensión mas amplia de la subjetividad dentro de lo afectivo.

La vivencia de la afectividad nos lleva a hablar de la comunidad, los grupos, y la colectividad, también es remitirnos a los antiguos clanes, y tribus, los buenos tiempos del animismo como dirá Guattari, las danzas, las máscaras, los cantos, las iniciaciones y los ritos, pinturas en el cuerpo… donde la subjetividad transitaba por espacios diversos de conformación, no existiendo la noción de trabajo como tal, la experiencia no se conformaba de manera aislada “diferenciada de otras esferas económicas, sociales, religiosas, políticas”48 (Guattari, 1996, p: 122).

Este espacio alucinatorio del deseo (el grupo) como dirá Anzieu, dado por la creación y la fantasía, es lo que rescatamos como parte del contexto de trabajo, los que nos trae un tipo de eficacia distinta dadas por la experimentación y la creación.

Anzieu nos dice que el grupo se organiza en relación a la fantasía y que éste se vive como el sueño y el síntoma; el grupo es vivido como el interior del cuerpo de la madre por lo que da la posibilidad de “renacer”. En los grupos se escinde el yo y nos identificamos con el espacio del grupo; la identidad se da en términos parciales. Y para fines psicoterapéuticos, Kaës nos dirá que así el grupo podrá procesar lo que el individuo no puede.

De esta forma, dentro del grupo se trabajan aspectos psicodinámicos que el setting individual no puede alcanzar, transformándose en un espacio de trabajo intra, inter y transubjetivo. A estos niveles de análisis se trabaja con el sujeto, con sus relaciones así como también con la posición histórica y social que éste ocupa.

El trabajo grupal también nos permitirá que la transferencia se mueva dentro del espacio grupal y no quede anclada en el terapeuta, de forma de poder brindar un espacio terapéutico que no tenga la total dependencia en el psicólogo, sino que más bien poco a poco el grupo vaya conformándose como un espacio en el cual los sujetos traen sus problemáticas y las comienzan a trabajar por sí mismos, rompiendo con la posición de poder y dependencia frente al profesional, conformando en ultima instancia y como objetivo del proceso, que se formen grupos autogestados, que logren constituir su propia identidad y que mediante su propia acción logren hacerse cargo de sus necesidades. Así, el terapeuta va tomando distancia paulatinamente hasta que se vuelve innecesario, constituyendo el espacio grupal como una producción subjetiva particular.

En el dispositivo de trabajo grupal, se trabaja principalmente con la articulación del setting (la articulación de un contexto de trabajo) en sí, esto se refiere a las dinámicas y ejercicios con los cuales se trabaja y que tienen distintas finalidades según lo que se requiera del grupo. Es el trabajo de diseño del setting, que se refiere a cómo se construye la sesión, a cómo se disponen las distintas dinámicas mediante las cuales se movilizaran a los integrantes del grupo. También se trabaja con estados de conciencia, esto es referido principalmente a la característica del grupo como un espacio que tiende a la regresión de los sujetos, al constituirse como un vientre materno, como una envoltura que contiene; en situación de grupo los sujetos se encuentran cara a cara, se miran y se hablan, trabajando la paranoia que inunda los espacios sociales, de forma que el estado de conciencia a partir de la disposición espacial de los integrantes en la situación de grupo, cambiará el estado normal de estos, acostumbrados a la individuación.

Este cambio en el estado de conciencia también está referido al trabajo corporal que se realiza en el dispositivo; mediante el trabajo físico se activa el cuerpo, y se tiene conciencia de él, al activar físicamente a los integrantes, éstos entran en un nuevo estado de conciencia que logra bajar un poco la paranoia y los mecanismos de defensa inherentes al psiquismo, de forma de hacerlos mas receptivos al trabajo. Otro punto importante es el trabajo o más bien, la distribución de la transferencia, que en el dispositivo grupal tiene la particularidad de poder distribuirse en la totalidad del grupo más que en los terapeutas de forma que los integrantes trabajen entre sí, constituyéndose el terapeuta como un coordinador del trabajo y no como la figura principal del dispositivo.

El dispositivo trabaja a su vez con supuestos, principalmente a la articulación del grupo, estos se refieren al clivaje que se produce en el grupo o más bien a cómo los integrantes forman grupo. Es de esta forma, que según kaës y Anzieu se presentará el llamado supuesto básico de dependencia, que está referido a que la transferencia se sitúa directamente sobre los coordinadores, conformándose el grupo mediante la direccionalidad y coordinación del terapeuta.

La ilusión grupal está referida a la propia producción del grupo. Este al constituirse como un lugar de realización alucinatoria del deseo, puede hacer emerger en el espacio grupal tanto fantasías individuales como grupales, ilusión mediante la cual se articulará el grupo en pos de ésta, logrando el clivaje de los integrantes en relación a la ilusión.

El cuerpo grupal está referido a experimentar el grupo como un cuerpo, esto se refiere a vivenciar el grupo como un todo donde las psiquis individuales se funden conformando una grupal, de modo que el propio narcisismo de los integrantes catextízan (invisten) el espacio grupal, libidinizándolo y cargándolo con energía, de forma que el grupo es vivenciado como parte de sí, debido al investimiento que realizan los propios integrantes en situación de grupo.

A partir de estos conceptos primarios en relación a la teoría grupal se comienza el abordaje del grupo con fines terapéuticos, el dispositivo permite un espacio de contención, de nutrición y lo más importante, un espacio de producción.

En el contexto actual la individuación del ser ha concluido en eliminar progresivamente cualquier manifestación masiva, cualquier organización, las organización sociales se encuentran en el ocaso de su actividad, el capitalismo ha inundado todos los espacios existenciales, ha plagado toda relación social haciéndola impersonal, maquínica, de forma que el dispositivo grupal es a la vez una apuesta política en relación de potenciar los grupos humanos, de potenciar la organización, desde el síntoma se pueden abordar los grupos y que en sí mismos se constituyan bajo su propia producción, que sean espacios en donde se produzca subjetividad, alejada de cualquier doctrina, alejada de cualquier dirección, que las personas mediante su propia acción, mediante su propio deseo, mediante su propia organización, generen nuevas prácticas, nuevas relaciones, que se autodeterminen y autonomicen, es una tarea titánica, el dispositivo no pretende realizarla, solo brindamos el espacio, solo brindamos la posibilidad.

 

REFERENCIAS

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Φ *Estudiantes de Psicología Universidad ARCIS
32Orozco (2002) “Mediaciones tecnológicas y des-ordenamientos comunicaciónales” Texto formato PDF.
33Guattari, Félix (2000). “Cartografías Esquizoanalíticas”, “Liminar” Pág.: 16. Ediciones Manantial, Buenos Aires, Argentina.
34Información Disponible: http://www.fundacionpobreza.cl/archivos/indicadorespobreza.pdf
35Referencia en pagina del Ministerio de Salud: http://www.minsal.cl/
36Datos entregados por la: PRIMERA ENCUESTA NACIONAL DE CALIDAD DE VIDA Y SALUD Ministerio de Salud de Chile (2000). Instituto Nacional de Estadísticas CHILE
37Cf. F. Navarro, (1996) “Caracteriología post-reichiana”, Sao Paulo
38Valencia. P (2004) “Psicoterapia, esquizoanálisis y contextos populares”, Universidad Arcis, Chile. Texto disponible en http://capsyg.universidadarcis.cl
39Guattari Félix. (2000). “Cartografías Esquizoanaliticas”, Cáp.:2 “Las Energéticas Semióticas”. Pág.: 70. Ediciones Manantial, Buenos Aires, Argentina,
40Deleuze (1996) “Conversaciones 1972-1990”, “Post-scriptum sobre las sociedades de control” en Traducción de José Luís Pardo Pre–textos, Valencia, Segunda edición, Texto Formato PDF
41Foucault, Michel (1977). La historia de la sexualidad. Tomo I. La voluntad del Saber. Siglo XXI, México
42Deleuze (1989) “La lógica del sentido” Cáp. 1: Primera serie de paradojas, del puro devenir” Pág.: 22. Paidos, Barcelona.
43Guattari, Félix, “Caosmosis”, 1996, Cáp.:1 “Acerca de la producción de subjetividad”, Pág.:20.Ediciones manantial, Buenos Aires, Argentina.
44Fernández Christlieb, Pablo (2005) “Los dos lenguajes de las dos psicologías de lo social” Athenea Digital - num. 8:
45Guattari (1996) “Caosmosis” Ediciones manantial, Buenos Aires, Argentina.
46Guattari, Rolnike (2004): “Micropolítica. Cartografías del deseo”. Editorial traficantes de sueños. España
47Guattari, Deleuze: (1972) “El antiEdipo: capitalismo y esquizofrenia” Barcelona, España, Editorial: Paidos.
48Guattari, Félix, “Caosmosis, (1996), Cáp. 6: “El nuevo paradigma Estético” Pág.:122. Ediciones manantial, Buenos Aires, Argentina.

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