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Cuadernos de neuropsicología

versão On-line ISSN 0718-4123

Cuad. neuropsicol. vol.3 no.2 Santiago dez. 2009

 

Editorial

Editorial

 

Orgullo y Prejuicio

 

Pride and Prejudice

 

Roberto Polanco - Carrasco

 

 

Así tituló la novelista británica Jane Austen (1775 – 1817) una de sus obras más importantes y una de las primeras comedias románticas en la historia de la literatura.

La novela describe poco más de un año de la vida de la familia Bennet y un grupo de dinerados jóvenes en el Londres de fines de siglo 18. Considerada una obra de "educación personal", Austen ilustra con maestría, como tanto el orgullo como el prejuicio pueden causar malos entendidos y alejarnos de las personas que nos interesan. Sus protagonistas Elizabeth y Darcy, deberán madurar y aprender de sus errores para poder estar juntos, superando por un lado el orgullo de clase de Darcy y por otro los prejuicios de Elizabeth hacia él.

Tanto el orgullo como el prejuicio se pueden encontrar, del mismo modo, rondando como fantasmas los espacios de la formación profesional. Revisemos algunos datos; actualmente en Chile, cerca del 40% de los alumnos que entra a estudiar psicología, no lo hace por una directa vocación hacia la carrera. Más bien se trata de una elección guiada por el deseo de mejorar la situación económica y buscar asenso formando parte de un grupo profesional todavía cotizado a nivel social.

¿Cómo respondemos a esta evolución del cuerpo de estudiantes universitarios? Un dato interesante es que en la actualidad, 7 de cada 10 universitarios constituyen la primera generación en conocer estos centros1. ¿De que forma podemos inculcarles el orgullo por lo que hacemos?

Vivimos en un mundo en donde la necesidad de destacarse es imperiosa y donde la competencia justifica incluso los prejuicios ligados a la nacionalidad, universidad de procedencia, adherencia a tal o cual línea o escuela terapéutica, trabajo con psiquiatras y otros especialistas médicos, etc. Todos argumentos usados para establecer una especie de jerarquización y diferenciar a un profesional de otro. A esto se añade la creciente "inflación de los cartones" ¿causa y/o efecto? de la diversa oferta en educación superior, no sólo en Chile sino que en Latinoamérica.

El valor que le damos a las cosas no deja de ser importante, sobretodo si alimenta prejuicios positivos o negativos. Por ejemplo, un estudio observó que la eficacia del placebo entregado a un grupo de pacientes, variaba según el precio del mismo2. Es decir, pese a que a ambos grupos (caso y control) se les dio el mismo placebo, los resultados fueron significativamente mejores en el grupo al se le administró el placebo más caro. ¿Será esto homologable al valor de la consulta psicoterapéutica?, La pregunta no es menor dada la amplia diversidad de intervenciones y precios disponibles en el mercado.

¿Será el orgullo en lo que hace el terapeuta, aquello que alimenta el prejuicio que se encuentra a la base de los resultados obtenidos? Un estudio señala que los psicólogos clínicos, creen o confían más en su propia experiencia y métodos particulares de tratamiento, que en los datos o evidencias aportados por estudios sobre otras técnicas o modelos de tratamiento más efectivos3. La psicología basada en pruebas o evidencias está empezando a despuntar, buscando un lenguaje común y contribuyendo a un mejor desempeño de la disciplina. Sin embargo, la experiencia individual y los prejuicios de muchos psicólogos y psicoterapeutas prevalecen, en sobrados casos, a la hora de planificar y emprender el tratamiento con sus pacientes/clientes, impidiendo en base a gustos o creencias particulares, un desarrollo como el que se ha 2 Estudio merecedor del Ig Nobel de medicina 2008. Publicado en el Journal of the American Medical Association, 299: 1016-1017, March 5, 2008 3 Perspectives on Psychological Science, Timothy B. Baker, Richard M. McFall, and Varda Shoham. obtenido en otras áreas de la salud, por falta de conocimiento y practica de los aportes de las investigaciones en nuestro campo y campos vecinos.

 

¿Como estar al tanto de estos avances?

La publicación científica constituye el último paso de la producción científica. Un paso indispensable pues el conocimiento que no se socializa, que no circula, no puede ser asimilado y confrontado al escrutinio público, por tanto pierde su principal sentido. Educarnos en la lectura critica de los nuevos hallazgos, nos ayudara a dejar al margen las opiniones personales y los prejuicios. Quizás saliendo de nuestra madriguera, podremos aceptar que a veces no lo hacemos tan bien como creemos, y que todavía queda mucho por aprender, hacer y desarrollar en psicología.

Quizás el problema mayor frente a la publicación de evidencia en psicología, sea la falta de una masa crítica de científicos (acorde con el número de profesionales en ejercicio) que permita formar una comunidad viable de intercambio y crecimiento.

Implementar el hábito de la revisión de artículos es una tarea ardua. Existe el riesgo de naufragar en el océano agitado de información de este siglo, con 2,5 millones de artículos en revisión de pares por año, en alrededor de 25 mil revistas en todo el mundo. ¿Quien puede mantenerse al día?, ¿Que papel juega el docente en la selección de los criterios para navegar exitosamente en este mar de información, en donde se entremezclan datos de mayor y de menor relevancia?, ¿De que manera podemos incentivar la publicación?, no para incrementar la contabilidad publica de la ciencia psicológica, sino por convicción de que cada aporte puede ser una mejor y probada herramienta dentro de nuestro campo, y porque no decirlo, dentro del crecimiento y cambio de la sociedad. Y también para que algún día, los autores no le den la espalda a las publicaciones regionales en pro de las revistas del norte.

Dentro de la historia de la medicina, podemos encontrarnos con toda una serie de tratamientos ineficaces. Sería iluso pensar que en el devenir de la psicología como disciplina, no contemos con un catálogo interesante de errores e imprecisiones que sin embargo, son necesarias para avanzar a nuevos y mejores estrategias o abordajes terapéuticos.

Recordemos por ejemplo, entre los tratamientos ineficaces recientes, la administración de insulina para tratar la esquizofrenia, o la terapia hormonal para prevenir la enfermedad cardiovascular, o como no fueron escuchados el Húngaro I. F. Semmelweis4 en la segunda mitad del siglo 19, cuando frente a las causas de la fiebre puerperal, recomendaba que los médicos lavaran sus manos pues podían transportar la muerte en ellas": Vale la pena mencionar al escocés James Lind, cuando realizó el primer estudio controlado para precisar el mejor tratamiento para el escorbuto5. Lo destacable no es que 4 Para los interesados se recomienda el excelente texto de Louise - Ferdinand Céline. Alianza Editorial, Madrid, 1968, 1985). 5 Lind Separó 12 marineros aquejados por el escorbuto y los trató de 2 en 2 con Sidra, Vinagre, Ácido sulfúrico diluido, nuez moscada, agua de mar y naranjas, conservando el resto de su dieta. propusiera las naranjas como cura, ya que algunos navegantes lo mencionaban en sus escritos, sino el recrear condiciones para descartar objetivamente entre las alternativas de moda la realmente efectiva.

Se podría decir que hacemos lo que hacemos porque otros lo hicieron antes o porque así nos lo enseñaron o nos obligaron a hacerlo (docentes, políticas estatales de atención en salud) o porque creemos que debemos hacerlo o por temor a lo que el cliente espera de nosotros o por último, porque es lo más común, de moda o "serio" dentro del medio.

Mas allá de discutir si la psicología es una ciencia o un arte, debemos observar que en el fondo como todas las demás ciencias, no es mas que una actividad humana que no puede sustraerse a la tradición y expectativas de quienes la practican: psicólogos, docentes de psicología y de los usuarios: pacientes/clientes y publico en general. Ya que si bien puede sustentarse muchas veces en ciertos datos objetivos, todavía persisten demasiados rituales, prejuicios y orgullos que impiden avanzar.

¡Extrapolemos la lección de Jane Austen a nuestro terreno!, el desarrollo de la psicología basada en pruebas o evidencias y todo lo que esto nos pueda entregar, será saboteado si no vencemos nuestros propios prejuicios y el orgullo quizás generado por lo "mucho" que creemos conocer del "objeto de la mente6".

 

 

1 Los interesados en estos datos pueden revisar la editorial "Siete de cada diez; o el verdadero factor de impacto" en Cuad. Neuropsicol. vol. 2 n° 2; noviembre 2008.
2 Estudio merecedor del Ig Nobel de medicina 2008. Publicado en el Journal of the American Medical Association, 299: 1016-1017, March 5, 2008
3 Perspectives on Psychological Science, Timothy B. Baker, Richard M. McFall, and Varda Shoham.
4 Para los interesados se recomienda el excelente texto de Louise - Ferdinand Céline. Alianza Editorial, Madrid, 1968, 1985).
5 Lind Separó 12 marineros aquejados por el escorbuto y los trató de 2 en 2 con Sidra, Vinagre, Ácido sulfúrico diluido, nuez moscada, agua de mar y naranjas, conservando el resto de su dieta.
6 El objeto de la mente; Revista de Psicología - Vol. 4 (2007), pp.103 – 129.