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Cuadernos de neuropsicología

versão On-line ISSN 0718-4123

Cuad. neuropsicol. vol.4 no.2 Santiago  2010

 

EDITORIAL INVITADA

 

Mecanismos cognitivos en la conceptualización del mundo; La metáfora

 

 

Francisco José Ruiz de Mendoza Ibáñez1; Alicia Galera Masegosa1

 

 

La Lingüística Cognitiva (LC) es una disciplina que, pese a su juventud, ha experimentado un desarrollo vertiginoso en los últimos treinta años1. Uno de los mayores logros de la LC (que la distingue de enfoques anteriores sobre el lenguaje como el estructuralismo y el generativismo chomskyano) radica en no considerar el lenguaje como un sistema autosuficiente, sino más bien como una facultad cognitiva que interactúa con otras capacidades como son la percepción, la atención, la memoria, la emoción y el razonamiento. Por tanto, en LC los significados son parte de nuestro mundo conceptual.

La LC se ha adentrado en el terreno filosófico rechazando el tratamiento dicotómico de las categorías, procedente de la filosofía aristotélica, y adoptando la Teoría de los Prototipos de Rosch2, quien afirma que las categorías entrañan una estructura interna que comprende desde los mejores ejemplos de una categoría hasta los más periféricos.

Lakoff & Johnson, en los inicios de su desarrollo de la Teoría de la Metáfora Conceptual (TMC), defienden una visión "experiencialista" del lenguaje o realismo experiencial3, que rechaza lo que ellos denominan "el objetivismo" y que deja prácticamente al margen el punto de vista fenomenológico, a pesar de los puntos en común de este último con las ciencias cognitivas. Algunos autores como Geeraerts4 defienden que, en lugar de crear una filosofía propia para la LC, hubiera sido más apropiado ahondar en la base filosófica del realismo experiencial, es decir, la fenomenología. Geeraerts apunta que las raíces más profundas de la LC se encuentran en la revolución fenomenológica en la filosofía, sobre todo en la rama que parte de las ideas de Merleau-Ponty5. Este filósofo ensalza la importancia de la consciencia y la intencionalidad en la unión del cuerpo y la mente con el entorno. La corporeidad (embodiment) no es una cuestión sólo del cuerpo, sino del cuerpo a través de la mente. Merleau-Ponty afirma que la consciencia está presente en la experiencia corporal del mundo. Esta afirmación engloba los principios básicos de la LC: realismo, experiencialismo y la corporeidad en el sentido de mente corpórea.

Estas críticas de índole filosófica no ponen en duda la validez de los postulados defendidos por Lakoff & Johnson. Sí lo han hecho, en cambio. psicolingüistas como Glucksberg6. Para este autor la metáfora es un aserto que establece una relación de inclusión entre sus términos; así, en Mi abogado es un tiburón, la palabra tiburón pasa a designar cualquier criatura con características depredadoras, de forma que el abogado se identifica como un elemento más de la clase de tales criaturas. Sin embargo, esta visión de la metáfora no se sostiene cuando, como se detalla más abajo, nos encontramos ante metáforas basadas en la correlación de experiencias. Así, en MÁS ES ARRIBA (por ej. Suben los precios) no se puede decir que clasificamos la cantidad como un tipo de altura. El origen de esta metáfora está en nuestra experiencia de ver cómo el aumento en cantidad se correlaciona comúnmente con una elevación de niveles, como ocurre, por poner por caso, al llenar un vaso de agua o al apilar objetos uno sobre otro.

En la versión más temprana de la TMC Lakoff y Johnson defienden que tanto el lenguaje como el pensamiento están ligados y se estructuran de acuerdo con la experiencia corpórea (embodied experience). Así, la experiencia perceptual y espacial es la base para la categorización del mundo de manera que estas categorías (que pertenecen a dominios concretos) se hacen corresponder con dominios más abstractos como los de la emoción, el tiempo o la estructura. Por tanto, la metáfora queda definida como un conjunto de correspondencias (conceptual mapping) entre un dominio fuente (más concreto) y un dominio meta (más abstracto). La función de la metáfora es ayudar a pensar y razonar sobre el dominio meta en función de la estructura y lógica del dominio fuente. Así, la metáfora deja de considerarse, a diferencia de lo que se postula en la tradición clásica, como un elemento embellecedor de la lengua y pasa verse como un instrumento esencial en la conceptualización del mundo que nos rodea. Un ejemplo de metáfora conceptual que se formula en esta fase inicial de la TMC es LA IRA ES UN FLUIDO CALIENTE DENTRO DE UN CONTENEDOR. Íntimamente relacionada con esta última, también encontramos la metáfora LA IRA ES CALOR. A través de estas metáforas, podemos hablar de un concepto abstracto en el dominio meta (la ira) a partir de uno más concreto y tangible en el dominio fuente (un fluido caliente en un contenedor). La base de la metáfora proviene de un proceso de conflación experiencial, o asociación de dominios conceptuales a través de la experiencia, ya que con la ira nuestro cuerpo experimenta una serie de reacciones algunas de las cuales (especialmente la sudoración y el enrojecimiento de la piel) sugieren un aumento de temperatura corporal. De este modo podemos explicar frases como Me hierve la sangre o Como sigas por ahí, voy a reventar. Otro ejemplo de metáfora conceptual es EL AMOR ES UN VIAJE; es decir, hablamos metafóricamente del amor, que es abstracto, valiéndonos del concepto de viaje: los amantes son viajeros, la relación amorosa es un vehículo, las dificultades en la relación son impedimentos al avance del vehículo, etc. Estas correspondencias metafóricas hacen que expresiones como Esta relación no va a ninguna parte tengan sentido.

La importancia de esta teoría es innegable, ya que no sólo es de utilidad inestimable para los estudios lingüísticos, sino que también ha demostrado su aplicabilidad en otras ciencias como es el caso de la terapia psicológica (por ej. las metáforas de cada individuo revelan parte de su arquitectura conceptual, que puede ser manipulada por el terapeuta7) y en estudios sociales. Versiones más recientes de la TMC están íntimamente relacionadas con el ámbito de la neurología. En una versión más tardía de la TMC Lakoff & Johnson8 incluyen cuatro teorías que contribuyen al refinamiento de su planteamiento inicial. Entre ellas se encuentra la teoría neural de la metáfora de Narayanan: las conexiones neurológicas que se generan durante un proceso de conflación se mantienen activas posteriormente, de manera que ejercen influencia sobre ambos dominios. Las otras tres teorías que Lakoff & Johnson incorporan al desarrollo de la TMC son la propia teoría de la conflación de Johnson (que tiene lugar entre juicios y experiencias motosensoriales en la niñez), la teoría de la metáfora primaria de Grady (la metáfora primaria surge automáticamente de la interacción con el entorno y posteriormente se combina con otras metáforas primarias para crear metáforas complejas) y la teoría de la integración conceptual (conceptual blending) de Fauconnier & Turner (la co-activación de diferentes dominios conceptuales da lugar a nuevas inferencias). Los últimos avances de Lakoff y Johnson en la TMC hacen hincapié en la naturaleza automática e inconsciente de la adquisición de metáforas primarias.

Contribuciones más recientes al desarrollo de la TMC9 apuntan a una clasificación de la metáfora más refinada, que tiene en cuenta diferentes criterios:

(i) Según el número de correspondencias entre los dominios fuente y meta distinguimos sistemas de una sola correspondencia o noestructurales, como es el caso de metáforas ontológicas del tipo Juan es un león, y sistemas complejos o estructurales del tipo TRATAR UNA ENFERMEDAD ES LUCHAR EN UNA GUERRA, del que surgen varias implicaciones: la enfermedad es el enemigo, el cuerpo humano es el campo de batalla, la infección es un ataque por parte de la enfermedad, los medicamentos son un arma, etc.).

(ii) Los diferentes tipos de correspondencias nos llevan a realizar la siguiente distinción10: metáforas de parecido (resemblance metaphors) basadas en similitudes entre fuente y meta (es el caso de Tus ojos son dos luceros, donde la luminosidad de los ojos se equipara metafóricamente a la de un lucero), y metáforas de correlación (correlation metaphors) basadas en la conflación de conceptos (por ej. EL AFECTO ES CALIDEZ, que integra en una dos experiencias que suelen venir asociadas: la sensación de calidez cuando se dan muestras de afecto y los propios sentimientos de afecto, como refleja la expresión un cálido abrazo).

(iii) Según la naturaleza del dominio fuente encontramos, en primer lugar, metáforas situacionales, que requieren la expansión metonímica del dominio fuente. Un ejemplo de metáfora situacional es Se marchó con el rabo entre las piernas: la situación en la que un perro va con el rabo entre las piernas (dominio fuente) ha de expandirse metonímicamente para alcanzar el marco completo en el que un perro ha sido maltratado, lo cual le hace marcharse con el rabo entre las piernas. Es esta situación completa lo que se hace corresponder con el dominio meta, en el que encontramos una persona que se marcha cabizbaja al haber sido maltratada. En segundo lugar, las metáforas no situacionales se subdividen en metáforas de imagen (de escaso contenido conceptual, como en el caso de Su cabello es del rojo del fuego, en la que simplemente se superponen dos imágenes) metáforas proposicionales (LAS DISCUSIONES SON GUERRA, donde el concepto abstracto del dominio meta se comprende de acuerdo a una realidad no situacional: Sus argumentos me abatieron) y metáforas de esquema de imagen (estos esquemas, como 'parte-todo', 'arriba-abajo', 'dentro-fuera', 'movimiento', 'camino', 'objeto', son el fruto de cómo conceptualizamos nuestra relación dinámica con el entorno; por ej. aplicamos la metáfora LA ORGANIZACIÓN ES ESTRUCTURA FÍSICA cuando hablamos del tejido conceptual de una historia o de estructurar las ideas; en estas expresiones el dominio fuente está constituido por una propiedad del esquema de objeto, la estructura física, normalmente referida al orden en la distribución de sus partes o elementos más importantes).

Además de apuntar hacia una clasificación apropiada y precisa de la metáfora, se han realizado estudios con el propósito de explorar las interacciones entre dos o más metáforas, así como la interacción entre metáfora y metonimia.

Según Ruiz de Mendoza11, una cadena metafórica se define como la interacción entre dos o más metáforas. Podemos distinguir dos tipos de cadena metafórica:

(i) Una de las metáforas se integra en la estructura fuente-meta de una segunda metáfora. En inglés, un ejemplo de este tipo de cadena metafórica se encuentra en el enunciado She got the idea across to me ('Ella me hizo llegar la idea' – de manera que ahora entiendo la idea), en la que la metáfora IDEAS ARE (MOVING) OBJECTS ('LAS IDEAS SON OBJETOS (EN MOVIMIENTO)') se integra en UNDERSTANDING AN IDEA IS PERCEPTUALLY EXPLORING AN OBJECT ('ENTENDER UNA IDEA ES EXPLORAR UN OJECTO PERCEPTUALMENTE').

(ii) Dos dominios fuente se hacen corresponder con el mismo dominio meta, lo cual tiene como consecuencia la combinación de las inferencias conceptuales de ambos dominios fuente. Este es el caso de la expresión He slapped some sense into me (lit. 'Abofeteó algo de sentido común hacia dentro de mí', es decir, 'Me hizo entrar en razón de una bofetada'), en la que se ve el sentido común como un objeto que se puede hacer entrar en una persona mediante una bofetada. El primer dominio fuente contiene un causante de movimiento, un objeto cuyo movimiento se causa y un destino del movimiento causado. El segundo dominio fuente es el de la posesión de objetos, con un poseedor del objeto, que se hace corresponder, al igual que el destino del movimiento, con el objeto efectual (el receptor de la bofetada) en el dominio meta.

En cuanto a las interacciones entre metáfora y metonimia, Goossens12 fue pionero en este aspecto. Sin embargo, el trabajo de Ruiz de Mendoza y sus colaboradores13 ha mejorado sustancialmente este primer intento. Estos autores postulan la existencia de diversos tipos de interacción: expansión metonímica (de una de las correspondencias) del dominio fuente, expansión metonímica (de una de las correspondencias) del dominio meta y reducción metonímica del dominio meta. Recientes estudios presentan un análisis exhaustivo de estas pautas de interacción en relación con proverbios y expresiones 14 (en inglés y español), verbos frasales15 y metáfora multimodal.16 Un ejemplo que puede iluminar este punto es Cortarle las alas a alguien. En este caso, 'cortar' en el dominio fuente se corresponde con 'quitar' algo a alguien en el dominio meta. 'Las alas' es expandido metonímicamente en el dominio fuente, y se interpreta como la habilidad para volar, que a su vez se correlaciona en el dominio meta de la metáfora con la libertad de alguien. Por tanto, cortarle las alas a alguien se interpreta como privarlo de su libertad.

La evolución de la LC, en general, y de la metáfora conceptual, en particular, ha sido más que notable en los últimos años. El desarrollo de este mecanismo conceptual nos ayuda no sólo a comprender el lenguaje sino a categorizar y conceptualizar el mundo, lo cual justifica el gran número de estudiosos que dedican su esfuerzo al estudio de este fenómeno, más allá del pequeño resumen esbozado en este artículo.

 

REFERENCIAS

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2. Rosch, E. (1977), Human categorization. En Warren, N. (ed.), Studies in Crosscultural Psychology, 1 – 49. Academic Press, Nueva York/ Londres.

3. Lakoff, G. & Johnson, M. (1980), Metaphors We Live By. Chicago University Press, Chicago.         [ Links ]

4. Geeraerts, D. (2003), The interaction of metaphor and metonymy in composite expressions. En Dirven, R. & Pörings, R. (eds.), Metaphor and Metonymy in Comparison and Contrast, 435-468. Mouton de Gruyter, Berlín/Nueva York.         [ Links ]

5. Merleau - Ponty, M. (1945), Phe'nome'nologie de la Perception. Gallimard, París.         [ Links ]

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1 Centro de Investigación en Lenguas Aplicadas. Universidad de La Rioja. España. www.cilap.es