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Summa psicológica UST (En línea)

versão On-line ISSN 0718-0446

Summa psicol. UST (En línea) vol.10 no.1 Santiago  2013

 

Sección Especial

 

Las cosas que se llevan en la mochila: el poder en comunidades de okupación rural españolas¹

 

Things that are carried in the backpack: power in spanish rural occupy communities

 

 

María Teresa Ramírez²

Universidad Autónoma de Barcelona

 

 


RESUMEN

En este texto presento algunas reflexiones sobre los discursos que buscan generar una alternativa al modelo hegemónico propuesto por el neoliberalismo. Para esto, me centro en el discurso sobre el poder de un grupo de personas vinculadas al movimiento de okupación rural español. Comienzo desde las motivaciones que tienen las personas de este grupo para buscar una forma de vida cotidiana alternativa a la hegemónica, y las dificultades, centradas en la propia comunidad, con las que se han encontrado para lograrlo. Desde aquí, expongo las concepciones que tienen sobre el poder, utilizando como marco interpretativo la teoría de Foucault. Luego me centro en la forma en que este grupo busca superar estas dificultades, principalmente vinculada al "reconocimiento individual" de las emociones. Sobre este punto termino con algunas reflexiones críticas ligadas a conceptos como tecnologías del yo y subjetivación.

Palabras clave: poder, subjetivación, emociones, okupación rural.


ABSTRACT

In this text I present some reflections on the discourses that aim to generate an alternative to the hegemonic model proposed by neoliberalism. For this, I focus on the discourse about the power of a group of people linked to the Spanish rural occupation movement. Beginning from the motivations of people in this group to find a way of daily life alternative to hegemonic one and difficulties, centered on the community itself, with which they have been found to do. From here, I discuss the ideas that they have about the power, using interpretative framework Foucault's theory. Then I focus on the way this group seeks to overcome these difficulties, mainly related to the "individual recognition" of emotions. On this point I end up with some critical reflections linked to concepts like technologies of the self and subjectification.

Keywords: power, subjectification, emotions, rural occupation


 

 

Introducción (o del origen de la investigación)

Conversaba con una amiga que vive en una comunidad rural en Barcelona sobre sus experiencias y las dificultades con la que se ha encontrado para realizar este proyecto de vida. Ella tenía la sensación de ir cargando con una mochila de cosas que no sabía bien qué eran, pero que la llevaban- a ella y a su comunidad- a repetir esquemas y a hacer, muchas veces, más de lo mismo.

Yo llevaba en la cabeza algunas lecturas e ideas respecto a las relaciones de poder y los mecanismos de gubernamentalidad, y me pareció que algo podíamos hacer juntas. Le conté en lo que andaba y me propuso que trabajáramos abriendo el tema dentro del movimiento, y que buscáramos cuáles eran esas cosas que andan cargando, dónde aparecen y de qué formas. Como fruto de ese trabajo surgieron diversas reflexiones relacionadas con las relaciones de poder, con qué se entiende por poder y cómo se lleva este poder en la vida en comunidad.

¿Y por qué llevaba estos temas dando vueltas en mi cabeza? He formado parte, a lo largo de mi historia, de distintos colectivos. He construido, desarmado y reconstruido grupos de discusión y trabajo en los que hemos creído en la posibilidad de cambio al orden social que nos enmarca. Me interesa la posibilidad de plantear una alternativa al estilo de vida y construcción de gobierno que propone el modelo neoliberal inserto en nuestras sociedades occidentales.

También he trabajado temas de participación, organización, redes. Tanto en organizaciones sociales como en escuelas de Chile, y siempre me he cuestionado si realmente se genera cambio o si no he hecho más que reproducir con mis prácticas y conversaciones los discursos dominantes.

Me pregunto finalmente, cuánto de las prácticas que buscan ser disidentes, críticas, de resistencia, no son más que prácticas ligadas a, en términos foucaultianos, relaciones de dominación que se mantienen y reproducen en nuestros discursos. Y ante eso, entiendo la investigación como una posibilidad de sospechar, de cuestionar, de quitar velos a las relaciones de poder insertas en los discursos. Esto es, más que nada, que siento la necesidad de desentrañar las relaciones de poder que se han instalado y asentado en nuestra sociedad. Siguiendo a Balasch, García & Ema (2005), mirada crítica es aquella que tiene un doble objetivo: por una parte buscar politizar un orden determinado, es decir, desnaturalizarlo, mostrando las relaciones de poder que están detrás de su consolidación como orden hegemónico y, por otra parte, contribuir a la constitución de un orden diferente.

Considero que el mundo está ordenado para ciertas personas, pero ¿qué pasa con el resto? Algunos buscan cómo acomodarse a este orden, otros lo ven, les molesta pero le siguen y otros lo intentan cambiar, resisten activamente a él.

Es en este grupo de personas donde me interesa trabajar, y desde ahí, y retomando que esta investigación se enmarca dentro de la investigación crítica, buscando desentrañar, desnaturalizar, relaciones de poder asentadas en los discursos de algunos activistas okupas y a la vez, generar un cambio, que no es otra cosa que mirar en conjunto (investigadora-activista) estos dispositivos de poder y buscar otras formas.

Ahora bien, con estos puntos aclarados sobre el lugar desde el que miro, investigo, me relaciono y escribo, paso a contextualizar esta investigación, realizada con un grupo de personas de lo que llamaré en este texto "comunidades de okupación rural de España". Utilizaré este nombre para referirme al colectivo con el que he trabajado, sin embargo, no pretendo generalizar respecto a la okupación, a la vida en ruralidad ni sobre este grupo en específico. Lo que aquí sostengo es fruto del trabajo de un año con algunas personas que comparten un discurso.

Llamo a este grupo bajo un mismo nombre porque considero que hay ciertos aspectos bastante homogéneos en cuanto a motivaciones e ideas políticas (que es parte importante de lo que expongo en este texto) que los hace compartir objetivos y discursos y también, porque ellos se agrupan, aunque sin un nombre concreto.

Me encontré con ideas políticas bastante consensuadas y elaboradas, con motivaciones muy fuertes de hacer trayectorias de vida distintas a las establecidas por el modelo neoliberal y también muchas dificultades para lograrlo.

Las reflexiones que presento en este texto son el resultado de observaciones participantes realizadas durante alrededor de 10 meses, conversaciones informales, una entrevista en profundidad y una entrevista grupal a la que llamé grupo de reflexión. Me focalizaré en la descripción de este grupo porque es una de las fuentes principales que utilizo para argumentar los resultados de la investigación y porque tiene características que la diferencian de un grupo de discusión, que es lo que más usualmente se utiliza como técnica grupal.

El grupo tenía para mí la relevancia de ser el espacio de contraste y profundización de las reflexiones que yo llevaba elaborando, pero quería que se convirtiera en un grupo donde todos pudiéramos poner nuestras reflexiones sobre el poder. Un grupo en el que pudiéramos desnaturalizar relaciones de poder y reflexionar sobre formas alternativas. Un espacio con tres objetivos: abrir mis propios cuestionamientos sobre las relaciones de poder en las comunidades; recoger tensiones y vivencias con que distintas personas, de distintas edades, experiencias y partes de España se aproximaban a estas cuestiones; y entregar algunos "masticados" teóricos que sirvieran a la reflexión de las personas que participaban de este grupo y a sus comunidades.

En Mayo del año 2007 se realizó en Navarra un encuentro de okupación rural llamado "No sólo de huertos vivimos, jornada sobre convivencia", en las que participaron alrededor de 180 personas de distintas comunidades, principalmente rurales, de distintas partes de España. El encuentro giró en torno a talleres que abordaban temas relacionados con la convivencia, como autoestima, resolución de conflictos, comunicación y afectividad. Allí realicé una invitación abierta, para un máximo de 15 personas, a conversar sobre el poder en las comunidades. El grupo fue, por tanto, conformado por personas que estaban interesadas en reflexionar sobre este tema y que decidieron apuntarse.

Me importaba que este grupo de reflexión fuera de participación voluntaria, en el propio ambiente y que la forma de trabajo la definiéramos en conjunto. Esto porque yo no iba con respuestas ni con verdades, tenía varias reflexiones y temas que quería que conversáramos, pero me interesaba que los temas que salieran y la forma en que los abordáramos tuviera sentido para quienes participaban del grupo, desde sus experiencias cotidianas y para sus experiencias cotidianas. Finalmente, me importaba que la conformación del grupo no tuviera más criterios representativos que el interés común por abrir discursos sobre el tema.

Primero expliqué que el propósito era conversar el tema de las relaciones de poder dentro del colectivo, por qué era para mí interesante esto: creía que era un tema importante, presente y muy poco abierto y reflexionado en el movimiento. Propuse que para trabajar las relaciones de poder podíamos focalizarnos en la relación con el mundo-discurso externo (por ejemplo, los medios de comunicación o los desalojos) o en las relaciones dentro de sus comunidades y ellos mismos. Posiblemente marcado por el objetivo de la jornada en la que realicé este grupo de reflexión, la conversación se centró en la segunda opción: la convivencia en comunidad.

Comenzamos conversando sobre las motivaciones que les llevaron a vivir en comunidades y las cosas en las que creían al tomar esa decisión. A partir de ahí el proceso llevó a las dificultades con las que se han ido encontrando en este proceso. El grupo duró cerca de cuatro horas. La duración fue decidida por el grupo, de acuerdo a cómos se desarrolló la conversación y los temas que emergentes. La forma de trabajo fue una conversación abierta, en la que cada integrante planteaba sus experiencias, dudas, reflexiones. En este artículo intento mostrar, cuáles son los temas concretos que aparecieron y generar un proceso de abstracción de estas dificultades comunes a todas las personas y comunidades.

Los sueños iniciales: construir otra forma de vida

Lo primero que abordamos fueron las motivaciones. Me encontré con que hay dos tipos de motivaciones ligadas a la decisión de incorporarse a algún grupo de okupación rural y que, me parece, son a la vez las bases del proyecto político de este movimiento. La primera motivación tiene relación con la idea de romper con normas-roles-categorías que son sentidas como disfuncionales y/o coartantes en el esquema de vida "normal" y construir una forma de vida alternativa.

Creo que eso es de los mensajes que la gente tiene más claro, y es que esto es otra forma de vida. (EI01:417)

La segunda motivación, que podría asociarse, es la búsqueda de una vida en comunidad como respuesta a lo que se percibe como "individualismo de la sociedad actual".

La comunidad

Hay comunidades que viven en una casa, en varias casas y en pueblos enteros. Comunidades de distintos tamaños y también con características específicas sobre sus modos de vidas, pero que tienen como factor común una manera de hacer y entender las relaciones.

Asumo que nos necesitamos unos a otros, de hecho eso es lo que buscamos nosotros ¿no? Vivir en comunidades, satisfacer colectivamente. (EI01:377)

Vivir en comunidad como si fuera estar fuera de algo ¿no? Marcar una delimitación pero realmente todo el mundo tiene esa necesidad de vivir en comunidad y cada uno se la crea a su modo, hay gente que se acerca a un club de futbol para sentirse respaldado… Igual el hecho de vivir y okupar y eso es un poquito más ¿no? (GR01:16)

Es en este punto cuando surge la pregunta ¿qué es ese poquito más que diferencia la okupación de algún otro grupo? La idea de "satisfacer colectivamente" resuena de distintas maneras y podría encontrarse ahí una clave a la pregunta formulada. La búsqueda de estrategias que permitan satisfacer los distintos niveles de necesidades de las personas que conforman el colectivo se encuentra fuertemente asociado al proyecto político de la okupación rural. Gran parte de la energía diaria se dedica al mantenimiento de esta vida en comunidad, ya sea desde la organización administrativa del grupo, el trabajo para lograr la alimentación de sus miembros o las relaciones interpersonales.

Ahí tú te das cuenta que te han enseñado, a separar lo político de tu vida privada, las cosas colectivas de las privadas, y ahí es donde realmente te das cuenta de cómo van ligadas unas con otras y de cómo cuando se hunde la convivencia realmente se hunde tu proyecto político con ello. (EI01:147)

Es relevante el peso, dentro de las prioridades políticas de cada persona, que se le da a la convivencia y al logro de la vida en comunidad. Para algunas es un objetivo en sí mismo, en tanto implica volver a un sistema organizativo-social que se asocia a culturas primitivas (a sistemas de organización anteriores europeos o a una "idealización" o pretensión según cierto imaginario de las modalidades vinculantes de ciertas culturas latinoamericanas); para otras, es el medio que permite romper con ciertas normas que sienten impuestas desde el discurso hegemónico.

En nosotros lo que arraigó es como una especie de necesidad vital ¿no? Por recuperar un mundo comunitario rural que sabemos que ha existido, y no hace tanto tiempo antes. (GR01: 47)

Me apetece vivir en una comunidad pequeña para romper normas. Este es el objetivo para mí de la vida en comunidad. (GR01:428)

Para mí… Realmente lo que me gustaría poner en cuestión cuando me voy a vivir con más gente es el modelo de familia ¿no? (GR01:35)

Detrás de estas concepciones respecto a la comunidad hay dos elementos que me parece interesantes profundizar. Por una parte, se puede encontrar que hay una mirada crítica ante lo que se percibe como un creciente individualismo de las sociedades occidentales, y por otra parte, la necesidad de compartir un discurso que pueda hacer resistencia al aquel definido como dominante.

Vivir en comunidad implica un quiebre. Si bien todos vivimos en comunidad, y a esta altura hablar de que somos entes sociales es un lugar común, al estar basado gran parte del proyecto de okupación rural en la construcción de un estilo de comunidad como sistema de vida con características específicas, se está intentado construir alternativas lo que se entiende como modelo de vida hegemónico de la sociedad neoliberal.

Son comunes las alusiones de rechazo al modelo económico neoliberal y a la importancia de aprender a establecer vínculos y relaciones sociales distintas. Es muy común escuchar frases del tipo "hay que currarse a sí mismo y la comunidad es el espejo que se necesita para eso" o "nos enseñaron a trabajar y funcionar en el sistema, pero no nos han enseñado a relacionarnos con otras personas". Abordaré con mayor profundidad este tema más adelante, en el apartado sobre poder y emociones.

La convivencia en comunidad como centro de esta forma de vida, me hace pensar en la necesidad de construir un discurso alternativo, apoyado por un grupo de personas que remen en la misma dirección. Debido al peso (mediático, social, histórico) del modelo de vida propuesto por el neoliberalismo, sería prácticamente imposible sostener, desde la posición de sujetos aislados, un discurso alternativo o, en términos foucaultianos, de resistencia. De este modo, el énfasis y la relevancia que se hace en este colectivo al trabajo en la comunidad, sería una condición mínima que permite sustentar el discurso de resistencia a través del modelo de vida que proponen.

El cuestionamiento a "la norma"

Hay que romper con unas cosas preestablecidas que te han intentado inculcar. (GR01:87)

Como hemos visto, la idea de desarrollar otro modelo de vida está muy presente entre las motivaciones iniciales de quienes participan de estas comunidades. Hay una mirada crítica respecto a lo que es considerado como normal (lo esperado, lo que es definido como verdad, lo que se asume) y una intención de buscar caminos alternativos.

Tú antes has preguntado que cuales eran las cosas que nos motivaban para tirar, yo creo que cuáles eran las cosas que nos estaban desmotivando para no continuar haciendo lo que hacíamos ¿no? Para no continuar rascándonos en una farsa que nos habían inculcado. En, pues, sistemas patriarcales, con democracias, con capitalismos, con cosas que llevadas a la práctica el ser humano no va para el lugar que debiera ir o para donde entendemos que debiera ir. (GR01:61)

Esta cita ilustra la postura crítica y la motivación de romper con un modelo de vida que ha perdido sentido. Se evidencia en esta frase el quiebre que se busca hacer con el modelo de vida hegemónico propuesto por el neoliberalismo: el capitalismo como modelo económico, la democracia como sistema político y el patriarcado como sistema de relaciones.

Surge paralelo al quiebre, con el discurso dominante y su modelo de vida, la necesidad de desarrollar un trayecto y un discurso alternativo.

Es ir buscando fórmulas para crear cosas distintas de las que ya hay, porque lo que ya hay igual no te satisface. (GR01:91)

Entre las motivaciones que dan el impulso inicial a incorporarse a la okupación rural no siempre se dan estos dos procesos de manera simultánea. En algunos casos las personas parten desde una necesidad de salir del sistema, sin mucha claridad sobre qué se quiere como alternativa o sin un proyecto definido, mientras que en otros casos, la decisión sí involucra los dos procesos, iniciando desde una opción política respecto al camino a seguir, al modelo de vida que se quiere construir.

En las dos citas siguientes se ilustra esta diferencia en las motivaciones iniciales:

Casi casi que para, entré a este ámbito por casualidad y, y lo hice por cuando tomé la decisión de empezar fue por el aprendizaje que estaba seguro que iba a tener y una vez adentro tengo bueno se abrió todo este mundo, bueno la mayoría de las cosas de las que habláis no las conozco profundamente pero si veo todas las puertas que se abren cuando entras aquí, pero vaya de eso no era consciente cuando entré, cuando entré era consciente de que, ehh tenía dos carreras pero no sabía nada y, podía continuar con la rueda porque de hecho era muy fácil, pero no sentía, sentía que no me llenaba y ahí, al romper un poco con esto me encontré con, con la respuesta de las personas que me rodeaban […] bueno cuanto más, más continúo, más cosas veo y de mundo diferentes y vaya, sí que me siento satisfecho ¿no? Siento que este es el camino. (GR01:59)

Y entonces para mí es este cúmulo de cosas que uno ve y dice, coño, yo puedo hacer algo y es cuando rompes y decides pasar a la acción ¿no? Y a tu modo humilde, a tu pequeña manera, intentar sentir por uno mismo que cambiar es posible, cambiar los roles de los comportamientos con los demás o cambiar las energías que utilizas para crear, cambiar ¿no? Y vas sintiendo que es posible. Que plantas una semilla y crece, que es así de simple ¿sabes? Además con la conciencia de que hemos mamado, vaya, con el concepto de que yo he mamado cantidad de cosas del sistema y que en parte, aunque no quiera las tengo ¿no? Y ahí es el trabajo ¿no? Voy a reproducir eso, no lo voy a reproducir, entonces ahí está un poco la vista. (GR01:61)

 

En concreto, ¿qué se pretende transformar?

Hasta aquí he intentado abstraer los elementos que consideré permitían unificar las motivaciones que impulsan a las personas a incorporarse a una comunidad de vida rural. A continuación abordaré cuáles son las normas concretas que en un principio sintieron como disonantes o que, una vez dentro de la okupación, han visto como un impedimento para el proyecto que intentan desarrollar.

Principalmente las normas que se pretende modificar se relacionan, o con aspectos del modelo de producción neoliberal, o con formas de relaciones que se producen dentro de los grupos. No es extraño que el tipo de cosas que estén más abiertas en el discurso de este grupo sean aquellas que implican quiebres más profundos con el discurso dominante, ya que es en la intensión de construir un discurso distinto, alternativo, que el peso del discurso hegemónico se hace sentir, o para seguir con el título de este artículo, que las cosas que se llevan en la mochila se hacen sentir.

Me parece importante rescatar cuáles son estas normas porque son los problemas con los que se han encontrado, de los que hay mayor conciencia, en los que hay una búsqueda de formas alternativas y sobre los que se están reflexionando las dificultades que conlleva la intención de cambio.

Ahora bien, desde el quiebre con el modelo, los temas que aparecieron están ligados a las formas de producción, el valor del dinero como mecanismo de control-intercambio, el rol del trabajo en este esquema, el uso del tiempo y las estructuras sociales-relacionales que se entienden como básicas.

E: ¿Y qué es lo que buscan romper? Como dices tú, ¿qué son esas cosas que les estaban molestando?

P12: Yo creo que desde siempre la manera de, en el trabajo, para compartir más que nada, como volver ¿no? A compartir.

P06: Para mí… Realmente lo que me gustaría poner en cuestión cuando me voy a vivir con más gente es el modelo de familia ¿no? (GR01:31-35)

Más crítica al sistema, al modelo de la ciudad, para ir a hacer el trabajo ¿no? Para lo que se supone como vida en la ciudad ¿no?… O sea eso, al sistema capitalista… la familia, los amigos. (GR01:36)

A mi no me gusta ser como todo el mundo. (GR01:51)

Respecto a las normas que se producen y re-producen dentro de las comunidades, las dificultades que aparecen son de un nivel más concreto. Al reflexionar sobre aquellas cosas que buscan cambiar dentro de sus comunidades, las preocupaciones están principalmente relacionadas con las jerarquías dentro de comunidades, que se espera sean horizontales, y sobre las formas que se formulan para la toma de decisiones.

Cuando empezamos a trabajarlo ahí, empezamos a trabajar de nuevo, se volvió a reproducir esas relaciones de poder con lo cual fue algo que no se llegó realmente a trabajar y las relaciones de poder tienen que ver en este caso con capital cultural o quien tiene más información, con quien ha llegado primero, con quien tiene todo el bagaje de experiencia, con el género y con la actividad que dentro del colectivo tú has desempeñado habitualmente. (GR01:175)

Interesante es, en este punto, el discurso respecto a las asambleas ya que son parte fundamental del sistema organizativo de las comunidades, es el espacio para la toma de decisiones de todo tipo, el lugar en el que la comunidad pone sus preocupaciones y propuestas, y es también un lugar donde aparecen muchas tensiones, muchas de las cosas que se cargan en la mochila.

La facilidad en el lenguaje que una persona puede tener en una asamblea, que es el lugar donde se toma una decisión puede afectar mucho. (GC01:244)

Aunque en el discurso y en ciertas prácticas podría parecer que las normas relativas a cuestiones de género no son una dificultad en estas comunidades, siguen siendo una preocupación importante, principalmente desde las mujeres. En general, había acuerdo en que si bien el tema se ha trabajado bastante, existen ámbitos donde persisten grandes diferencias, y que estas diferencias se encuentran a un nivel que hace muy difícil que se aborde, porque tienen un carácter predominantemente simbólico o son procesos que acontecen de manera implícita.

A nivel de trabajo reproductivo, quien se encargan de que las asambleas se organicen, que los procesos funcionen, quien se encarga de la reproducción del grupo, eran mujeres quien se encarga de llevar el micrófono en las mani, de llevar los carteles, de llevar la voz cantante en las asambleas, eran niños. (GR01:317)

Como que es algo que se supone está tan superado y que en verdad a nivel explícito está superado es como difícil de tocar y al final se nota que está ahí yo que sé, en miradas, en palabras, en pequeños gestos en, quizás se nota mucho en ausencias, no sé en las mismas conversaciones, en las mismas bromas. (EI01:199)

No era sólo partir al monte…

Luego del discurso "bonito" sobre lo que pretendían con la okupación, aparecieron las dificultades con las que se han encontrado en este proyecto. La incorporación a la vida en comunidad conlleva, en muchos casos, una ilusión respecto a la idea de quiebre con el modelo, en tanto se espera que el cambio se produzca con la distancia física del espacio simbolizado como contenedor del modelo de vida que se pretende transformar.

Con el correr del tiempo y las experiencias en la vida de comunidad y en el campo, esta ilusión desaparece y el espacio rural tiende a ser desmitificado. Aparecen en la misma comunidad muchas de aquellas cosas que se pretendían quebrar.

P04: Cuando te vas al monte piensa que has llegado a un punto donde todo va a estar bien y de pronto te das cuenta que de lo que huías está ahí también y se reproducen ahí también.

P06: A mí el concepto de huida es que me... E: ¿Concepto de qué?

P06: De huida, el concepto este de plantearse las cosas como que, parece que la distancia geográfica te crea una distancia vital también, pero, en la práctica nosotros hemos reproducido el juego ¿no? (GR01:77-83)

Con la pérdida de esa ilusión inicial se incorpora la idea de que las normas están en uno mismo y no en el espacio urbano o en las "otras" personas. La siguiente cita muestra como la ilusión de cambio se ancla en el hecho de salir de la ciudad, y el posterior descubrimiento de que aquello que se buscaba cambiar está también dentro de la comunidad y dentro de las mismas personas.

La ciudad, que es el símbolo igual donde se ve más en evidencia ¿no? Pero el hombre está en todas partes y los problemas que lleva el hombre están en todas partes. (GR01:87)

Las normas que se creían estaban ligadas a un abstracto, pasan a sentirse y vivirse dentro de cada una. Las normas, usando términos de Haraway, están encarnadas y es una misma quien las reproduce, quien las actualiza a través de las conductas cotidianas.

No es más liberal o emancipatorio el campo, así las cosas en el contexto social, cultural y político, el echo de que tu quieras romper con una cosa o con tu vida de la ciudad y haces el paso para ir al campo no quiere decir que no sigas con lo mismo y con la misma socialización y todo eso, ya, y entonces hay que ver cuantas relaciones de poder se están reproduciendo. (GR01:101)

A partir de las reflexiones surgidas en este punto, del descubrimiento que las normas estaban dentro de cada persona y que no son algo externo fácil de "romper", aparece el cuestionamiento a las relaciones de poder dentro de la comunidad. Las personas comienzan a cuestionar sus propias prácticas y la influencia que tienen y han tenido en la reproducción del modelo que intentan rechazar, las conductas y prácticas cotidianas de los compañeros de comunidad y las bases sobre las que ésta se ha conformado.

 

¿Es el poder el monstruo?

El poder en el discurso de resistencia

Dentro de este grupo de personas, la cuestión del poder tiende a connotarse como una lucha ante el discurso de poder más tradicional, asociado a una cierta tensión de la okupación con "el mundo externo" (con los medios de comunicación, el gobierno, el modelo neoliberal, la ciudad, etc.). Ello, en lugar de cómo se ejerce poder con el mismo discurso de resistencia de la okupación o en las relaciones dentro de cada comunidad.

La visión sobre el poder es acerca de una lucha contra el poder, entendiendo por poder el Estado, sus estructuras, etc. Es decir, un discurso donde el poder tiene una connotación negativa, en tanto se entiende como una existencia en sí misma, que es ostentado sólo por algunos y que se vincula a lo que se quiere cambiar.

 

Yo creo que el tema del poder es un tema tabú, es un tema que cuesta hablar y que cuesta visibilizar que las relaciones de poder sí que existen. (GR01:159)

El que sea un tabú para este colectivo, pensar que el poder está dentro de las comunidades, también da cuenta de esta concepción negativa. Pero co-existe a la vez otra mirada. En tensión con la concepción tradicional y negativa del poder, me encontré con una visión más cercana al enfoque presentado por Foucault, que ya se deja ver desde las mismas motivaciones que he expuesto como base política de este colectivo.

Y a mí sí que me parece bien ver cuáles son los mecanismos del poder y que abordáramos un poco este cuento de ver estos mecanismos ¿no? Y con esos mecanismos ver cómo esta maquina funciona y cómo podemos modificar las piezas para que el funcionamiento sea distinto. (GR01:111)

La teoría sobre el poder propuesta por Foucault concibe que el poder no es algo que se pueda obtener, como si fuera una entidad estática y tangible. El poder no es una sustancia adquirible o depositada en algunos que pueden hacer con él lo que gusten. Desde este enfoque teórico el poder es un movimiento entre dos fuerzas distintas que están en continuo juego, generando una relación que está produciéndose constantemente. Todas somos parte de esas fuerzas en juego, por lo que el poder está presente en cada una de nosotras. El poder lleva en sí la posibilidad de resistencia.

El poder tiene que ser analizado como algo que circula, o más bien, como algo que no funciona sino en cadena. No está nunca localizado aquí o allí, no está nunca en las manos de algunos, no es un atributo como la riqueza o un bien. El poder funciona, se ejercita a través de una organización reticular. Y en sus redes no sólo circulan los individuos, sino que además están siempre en posición de asumir o ejercitar ese poder, no son nunca el blanco inerte o consintiente del poder no son siempre los elementos de conexión. En otros términos, el poder transita transversalmente, no está quieto en los individuos. (Foucault, 1979, p. 144)

En la siguiente frase se puede apreciar la tensión entre las dos formas de entender el poder: como algo estratégico y como algo sustantivo. Esto es, concepciones ligadas a la visión del poder como capacidad creativa y como una existencia estática que hay que transformar.

P08: La cuestión es que yo no veo tan diferente que era un poco lo que decías si te he entendido bien es que con el monstruo que nos tenemos que enfrentar es que el poder existe, lo reproducimos, si, de otra manera, a lo mejor intentamos hacerlo de otra manera pero lo que hemos ido reproduciendo.

E: Ya, pero ahí mi pregunta. ¿El monstruo es el poder?

P08: No, es el uso que se hace del poder muchas veces ¿no? Pero la evidencia es que existe y de nuevo insisto que si estamos aquí es porque nos hemos enfrentado a esa situación ¿no? […] Y yo creo que otra vez hay que hacer toda una revisión y toda una crítica de, lo que tú decías, cual es la denuncia que portamos. (GR01:115-119)

También es posible encontrar en el discurso de este grupo referencias al ejercicio de poder que implica la okupación rural, tanto desde el quiebre de normas como desde la búsqueda de nuevas formas de plantearse la vida, lo que conlleva la idea de que el poder no es algo que esté fuera de uno mismo y/o que haya que luchar en su contra.

Esto se relaciona con la mirada foucaultiana que poder y resistencia; ambas son superficies de una misma moneda, en tanto son las dos fuerzas constituyentes de una relación en constante producción. La resistencia es inherente a las relaciones de poder como posibilidad siempre abierta de cambio. La posibilidad de resistir al poder, finalmente no es otra cosa que la posibilidad de ejercer el propio poder.

Al crear una comunidad ya estás, estás destruyendo el poder en términos absolutos ¿vale? Estás, estás destruyendo un determinado modelo de gestión autoritario bla bla bla de gestionar el poder y que creo hay que gestionar de otra manera simplemente ¿Vale? (GR01:131)

A mí me pasa que cuando cogemos un grupo y nos vamos a vivir juntos al campo estamos haciendo algo con plena libertad que a lo mejor no es tanto libertad de acción como libertad de concebir ¿no? Y realmente hay un margen de autonomía ¿no? En el cual te puedes mover en el campo pero también en la ciudad, de otra manera, pero también ¿no? Pero la libertad de concebir es igual, de que pensar lo que se puede hacer y ayudar en el grupo y a lo mejor esas son las cosas donde está el poder. (GR01:195)

Además, en estas dos citas se muestra la concepción que puede existir en el colectivo respecto a la vida en comunidad como forma de buscar autonomía y mayor libertad. La libertad estaría, para este grupo, en la posibilidad de mirar críticamente el modelo de vida hegemónico, el cuestionar las categorías que reproducimos cotidianamente reificando un orden determinado y en la búsqueda de formas alternativas.

Por ejemplo para mí de las cosas que más sensación de poder me genera es el no sentir dependencia de las cosas que se supone debería sentir, no tener necesidad de comprar, no tener necesidad de ir igual, no tener necesidad de depilarme, pero claro, no siempre siento que no tengo esa necesidad, pero cuando no la tengo es increíble, el salirme del modo tener, saber ser capaz de salir de ese marco y sentirlo de verdad a dentro, no se a mí se me hace sentir súper poderosa. (EI01:361)

El poder en la convivencia

Hasta ahora, he centrado mi análisis en el marco político de este colectivo como discurso de poder. He argumentado que el proyecto político de la okupación rural es un discurso de resistencia al modelo dominante y que, en cuanto capacidad de creación, es percibido como una práctica activa de poder. Me interesa a continuación referirme a cómo esto acontece al interior de la comunidad.

Hay dos ámbitos que quiero considerar. El primero es el de las prácticas cotidianas de este modelo de vida alternativo y, el segundo, es el de las relaciones entre las personas de la comunidad.

Sobre las prácticas, me parece importante retomar el tema de la reproducción de normas con las que se han encontrado las personas de este colectivo dentro de la comunidad. No basta con intentar vivir de otra manera porque en esa nueva forma reaparecen las normas con las que se ha crecido. Son producto de la repetición cotidiana y no una existencia que se pueda aislar.

Y en la conversación emerge la reflexión de que si esto les ha pasado con las normas no es que el poder sea algo contra lo que haya que luchar. El poder es la capacidad de cada persona, del colectivo, de cuestionar un discurso o una práctica determinada y generar un actuar distinto. La autonomía, para este grupo, está en la posibilidad de mirar críticamente y decidir la forma de vida que se quiere llevar.

E: ¿Dónde está el poder para ti ahí?

E001: Mmm... en la capacidad de autonomía, en poder decir fuera de la norma como quiero que sea mi vida y poder llevarlo a la práctica, aunque luego muchas veces no pueda llevarlo a la práctica. (EI01:323-325)

El segundo aspecto que quiero abordar referido al poder en la convivencia es el de las relaciones dentro de la comunidad. En la conversación surge rápidamente la búsqueda de una comunidad horizontal, sin jerarquías, pero a la vez, se asume que las asimetrías existen, y que ellas son producto de una manera de relacionarse que es funcional, al menos en un inicio, para los involucrados.

Es un proceso aprender esto, pero creo que uno de los presupuestos básicos de estar en asamblea o en comunidad es decir explícitamente que es horizontal y es que no hace falta que te pidan la opinión, porque tú puedes darla si quieres y si no quieres no la das, porque una de dos yo estoy diciendo a ver, dame tu opinión, ahí algo está fallando. (GR01:235)

En esto de las relaciones de poder lo que yo veo es que si hay personas que, que ejercen poder sobre otras es porque hay personas que dan también, ceden su poder […] y si las dos personas están de acuerdo, o sea si yo sigo preguntando y la otra persona me sigue respondiendo, ahí está creada ya la relación ¿no? Ya está, y romper con esto si es, cuando ya es, se ha convertido en hábito es muy difícil[…] siempre son la dos personas, tanto la persona que está ejerciendo ese poder como la persona que está cediendo, bueno al menos la, así es como hemos hablado ¿no? (GR01:153)

Me parece interesante en esta frase la idea de que la persona "sometida" ha optado por ceder su poder y que esto tiene una función para ella. Se expresa así la idea de que el tipo de relaciones que se establece son producto de dos fuerzas que se han establecido de una determinada forma, y que por dominante que ésta sea, hay posibilidad de cambio. Retomaré este tema al abordar la relación entre emociones y poder.

Otro aspecto que aparece en esta cita es la percepción de dificultad de cambio cuando una relación se ha definido de una manera determinada y se ha establecido de esta forma en el tiempo. Detrás de esta concepción está la idea de que en la reproducción de ciertas pautas o normas estas se naturalizan, y de la complejidad que involucra el desarmar algo que está naturalizado.

Como ya he señalado, la vivencia de este colectivo del poder como capacidad de movimiento y cambio aparece en tanto existe la convicción de posibilidad de hacer una vida distinta. La idea de que una puede construir su propia vida, sin tener que ajustarse al discurso dominante, da cuenta de la percepción de poder en cada persona y de la libertad de cada uno para usarlo, en cuanto existe la posibilidad de decisión de reproducir o quebrar este discurso, esto es, la posibilidad de resistencia.

Al establecerse una relación de la forma que sea (entre personas, entre ideas, entre acciones e ideas, etc.) se establece una norma. Esta, con el tiempo y la repetición la relación se hace natural, se fija como una verdad.

Así como la posibilidad de resistencia al discurso neoliberal para este grupo está en plantear una forma de vida alternativa; dentro del colectivo, la resistencia está en la mirada crítica a las relaciones que hay en la comunidad y a las prácticas cotidianas que se han asentado. Es necesaria una práctica constante de reflexión crítica, de aceptar que ahí mismo se reproducen conductas y normas que no necesariamente responden al camino alternativo que se intenta trazar, de desnaturalización y de construcción de formas alternativas.

No basta con reconocer que se reproducen las normas del discurso hegemónico, no basta con querer hacerlo distinto, es necesario el cuestionamiento constante ante nuevas estructuras y normas que se reifican como normalidad. Pero ¿cómo hacer para no reproducir si se llevan las normas encarnadas? La respuesta a esta pregunta, en este grupo, está muy ligada al tema emocional, de trabajo con uno mismo o, en términos "psicológicos" de desarrollo personal.

El vínculo del poder con las emociones: las posibilidades del sí mismo

En las reflexiones que hacen las personas del colectivo okupa rural a raíz del darse cuenta que las normas que buscaban cambiar no estaban en un espacio específico, sino que eran parte de ellos mismos y que por tanto, el espacio de reproducción de estructuras, formas, discursos es el de las relaciones, se abre un espacio de acción, de cambio que ya no es afuera, en las estructuras tradicionales. Pero, ¿en qué se juega para este grupo el cambio? Si el tema ya no son estructuras de poder "afuera" ¿cómo han hecho para trabajar las normas que van cargando? ¿Cómo entienden este vuelco?

Una de las cosas que más ha llamado mi atención del discurso de este colectivo es lo incorporado que está en la conversación cotidiana el tema del trabajo con una misma, el hacerse cargo de los propios conflictos, emociones y dificultades para poder vivir en comunidad y no cargar a "los otros" con las cosas de uno.

Parte de la base de vivir en comunidad parece estar, para este grupo, en el establecimiento de relaciones interpersonales que impliquen un vínculo afectivo importante, en el que haya un involucramiento "sincero" de cada persona. Esta idea ya había aparecido previamente en este texto en dos momentos: en el ideal de horizontalidad en el colectivo, a través de la necesidad de relaciones donde las personas fueran "conscientes" de sus debilidades y fortalezas; y en la construcción de un modelo de vida alternativo que sea apoyado en el grupo, en la idea de un colectivo que sea una "red de apoyo" para mantener cotidianamente el discurso de resistencia.

La vuelta hacia el individuo

En términos del tipo de relaciones que hay dentro de las comunidades, el compartir aspectos personales (como pueden ser las propias dificultades y temores) y el dar cuenta de estos procesos grupalmente, son elementos importantes para lograr dentro de este colectivo el cambio buscado. Establecer relaciones interpersonales que se diferencien de lo que se comprende como modelo individualizante del discurso neoliberal (esto es, las personas encerradas en sus casa, temiendo al extraño, cumpliendo un rol productivo y de consumo, "desconectadas" de sus propias necesidades y emociones) estaría para este grupo, primero en la reflexión personal sobre las "características personales" ("conocerse a sí mismo") y, luego en la visibilización y abordaje con el colectivo de estos aspectos que "la norma" ocultaría.

No es el hecho de separarte de algo físicamente ¿no? Es un proceso más interior, yo creo, de romper con cosas que tú crees que no son buenas para ti ¿no? Que no te gustan, eso es lo que crea el cambio. (GR01:87)

Una vez que se ha visto que las normas no están afuera, el quiebre comienza en el individuo mismo, en el reconocimiento de sus propios límites y capacidades, para construir la comunidad desde esta base. Este reconocimiento individual involucra tanto aspectos emocionales y afectivos como aspectos prácticos (por ejemplo, las facilidades y conocimientos en el trabajo). El cambio ya no está en las estructuras externas, el cambio que se busca es dentro, en cada persona, en la forma de relacionarse, y es para cada una y para la comunidad. No se piensa en un cambio de la "sociedad".

Muchas veces yo tengo que aceptar mis limitaciones pero también tengo que conocer mis virtudes ¿Sabes lo que quiero decir? Y aceptar las limitaciones conlleva esto ¿no? Aceptar que yo no podría organizar una asamblea de 40 personas, no, entonces pues hagámoslo en conjunto. (GR01:151)

Al preguntarme por qué esta necesidad de reconocer debilidades y fortalezas, he visto que a la base está la idea de que esa es la posibilidad de complemento y horizontalidad entre las personas del colectivo. Con el fin de validar la posibilidad de aporte del otro, se hace necesario reconocer individualmente qué falta por aprender o en qué se requiere ayuda. Y, desde el otro lado, el reconocer en qué cada una puede ayudar al resto, o en qué se siente segura y cómoda, se establece lo que se entiende –y aspira– como relación horizontal, donde todas aportan.

En términos emocionales, esta conciencia individual marca dentro del colectivo la posibilidad de establecer relaciones más simétricas, donde exista un complemento que permita el desarrollo de quienes forman parte de la comunidad y los vínculos no se forjen desde las propias carencias, dificultades y temores. En la siguiente frase se muestra, por una parte, la expectativa respecto a las relaciones, donde las distintas partes aportan y se benefician del vínculo y, por otra parte, el cuestionamiento a su factibilidad, y en eso, la crítica (la búsqueda de diferenciarse y hacer un quiebre) a como son establecidas las relaciones por la mayoría de las personas.

Ahí está el error, creo en no aceptar que estamos limitados, del mismo modo que tenemos grandes virtudes tenemos grandes limitaciones ¿no? Y no estamos acostumbrados a vivir en, en, en, en una, recíproca. En que tú me das yo te doy ¿no? Tanto energéticamente como en los campos, y lo que utilizamos más es robar. Creo que somos bien vampiros ¿no? Vamos todo el día chupando la energía como de los demás para hacernos grandes nosotros y es lo que veo que ocurre en, como una necesidad casi humana ¿no? Innata, pero no quiero llegar a creer esto ¿no? (GR01:171)

Relacionado con esto, aparece también en el discurso de este colectivo la idea de las emociones como obstaculizadores y/o potenciadores de las relaciones interpersonales. Se explican las relaciones de dominación o asimétricas como una decisión guiada por la incapacidad de ambas partes de vincularse de igual a igual, incapacidad marcada por una imposición o por una sumisión que es funcional para quienes forman parte de esa relación.

Hubo un momento en que en la asamblea éramos tres, bueno éramos más, pero éramos tres los que estábamos ahí realmente más acaparar toda la autoridad, anteponer nuestro ego delante de la unión de la asamblea, del conjunto y entonces hubo un momento en el que nos tuvimos que sentar los tres a ver que coño estábamos haciendo, a que estábamos jugando. […] A veces realmente aceptar la condición de uno mismo ha errado, ha antepuesto su ego delante del bien común, es rectificar y realmente el cambio pasa por aquí ¿no? Por aceptar uno mismo sus defectos y como trabajar, y entendiendo que nadie parte de esta base, que nos han enseñado todo lo contrario ¿no? Anteponer siempre nuestras necesidades, nuestro ego nuestro mundo por delante de todo lo demás y entonces cualquier pequeño gesto que ayude a cambiar esto no hay que quitarle mérito. (GR01:141)

Esta frase muestra a una persona que se vio a sí misma ejerciendo un rol autoritario dentro de su comunidad, quebrando con el ideal de horizontalidad. Al "ver" esto que ocurría, se cuestiona qué lo lleva a actuar de esa manera, interpretándolo como una necesidad del ego y una incapacidad de reconocer a los otros que convivían en su comunidad. El mecanismo utilizado para modificar el tipo de relación que se había establecido en ese grupo fue la explicitación de lo que pasaba, el auto-reconocimiento y la búsqueda personal de un cambio.

También en la frase se repite la crítica a la forma de relaciones que "nos han enseñado" de las que se buscan diferenciar. Son estas las cosas asociadas al modelo neoliberal que son cuestionadas por este grupo de personas y que buscan quebrar. Se puede ver aquí que el quiebre que se busca hacer es individual. Es la persona que decide cambiar algo de sí que le molesta y/o que molesta a su comunidad. El cambio es individual, hacia adentro y no a las estructuras, a un otro, hacia afuera.

Ahora bien, desde la otra posición, la de sumisión a un tipo de relación, se plantean algunos aspectos relacionado con las emociones similares a los anteriores. La posición que se adopta se entiende como una respuesta marcada por aspectos emocionales que llevan a las personas a ceder su poder.

En esto de las relaciones de poder lo que yo veo es que si hay personas que, que ejercen poder sobre otras es porque hay personas que dan también, ceden su poder, por, cada uno por sus motivos ¿no? Al menos por mi parte la inseguridad que yo tengo en determinados aspectos hace que ceda mi poder a otras personas. (GR01:153)

Pero el sentimiento es no, pero creo que eso es algo muy personal y tiene que ver con la autoestima, es que me cuesta mucho sentir que yo estoy ejerciendo poder. (EI01:353).

En ambos casos, el conocimiento de sí mismo y la confianza en sí, parecen ser la clave detrás de la posibilidad de cumplir con el tipo de relaciones esperadas. Está aquí también la idea de que cada persona tiene el poder de decidir qué tipo de relaciones quiere establecer y desde dónde lo hace.

Como he ido argumentando en este texto, este grupo de personas sostiene que el quiebre con el modelo hegemónico es en las prácticas individuales de los miembros del colectivo, y éstas son entendidas como el ejercicio del propio poder. A su vez, la posibilidad de ejercer el propio poder se asocia con sentirse segura y confiar en una misma.

 

Conclusiones

Con este texto he querido reflexionar sobre cómo es entendido el poder por un grupo de personas que intenta una práctica de vida cotidiana alternativa a aquellas consideradas como hegemónicas que coinciden con un discurso neoliberal, además de las dificultades con las que se han encontrado en este proceso, principalmente vinculadas al descubrimiento de que aquellas cosas que quería cambiar no estaban en un espacio físico determinado sino que las llevaban dentro de sí mismos. En la segunda parte del texto expuse la forma en que este colectivo busca romper con estas categorías o normas que lleva cada persona dentro. Quiero concluir este texto con algunas preguntas que surgen, desde mi posición de investigadora, respecto a esta manera de abordar el asunto.

La primera cuestión que considero importante de mirar se relaciona con la producción de subjetividades en este proceso de "autoconocimiento". Tomando como base reflexiva los desarrollos teórico en torno al rol normativizador que ha jugado la psicología, y la patologización de ciertas formas de ser (Rivero, 2005; Rose, 1999), cabe cuestionarse sobre la normatividad que puede encontrarse tras esta idea de conocimiento de sí mismo.

El proceso de "reconocerse" puede asociarse con la necesidad de que las personas actúen dentro de ciertos parámetros determinados o esperados, y en ese caso jugaría un rol de normatividad dentro del grupo, como un ejercicio de autogobierno de parte de las personas del colectivo. El riesgo es que el reconocer fortalezas y debilidades individuales sea vivido como un mecanismo de control, de aceptación y de pertenencia al colectivo, en tanto se esperan ciertas "formas de ser" que se han definido como aceptables (explícitas o implícitas). Esto es, se espera por un lado personas que "reflexionen y sean conscientes de sí mismas" a través de la "conexión" con sus emociones (esto lo abordaré un poco más adelante), y por otro lado, se espera que esto se ponga en el colectivo y que las personas de la comunidad "sean" de una forma acorde a este proceso reflexivo. De este modo, el mecanismo que se espera permita cuestionar las normatividades que cada uno carga se convierte en un mecanismo normativo funcional al gobierno de la subjetividad. Por gobierno de las subjetividades, entiendo que desde el modelo liberal:

(…) se plantea la reconstrucción del individuo- ciudadano como un sujeto activo que participa en el gobierno de sí mismo, fundamentando su discurso del control en la promesa de poder crear individuos que no necesitan ser gobernados por otros, sino que se gobernaran y controlaran por sí mismos. (Sandoval, 2002, p. 167)

De esta forma, las personas en este proceso reflexivo de autoconocimiento se vuelven gobernantes de sí mismos, decidiendo "cómo quieren ser y qué quieren hacer", normados por tecnologías del yo insertas en el colectivo y en las expectativas que ahí se han creado. "Las más modernas tecnologías del yo, se encuentran conectadas con estas formulas en las cuales los sujetos se ven compelidos a configurarse a sí mismos como criaturas libres, capaces de autogobierno" (Rose, 1999 en Rivero, 2005, p. 122)

Entre estas tecnologías del yo, la confesión ha jugado un rol fundamental en la construcción de esta subjetividad: "Foucault ve la confesión […] como un componente central en la expansión de las tecnologías para la disciplina y el control de los cuerpos, las poblaciones y la propia sociedad" (Dreyfus & Rabinow, 2001, p. 205). Así como la Iglesia, el sistema médico, el sistema jurídico son instituciones que han cumplido este rol de confesionarios, me parece que habría que mirar como el colectivo, y específicamente la asamblea juega este papel dentro de este grupo. ¿A qué tipo de conocimiento se apunta con esta idea de conocer-se? ¿A qué tipo de poder está ligada esta práctica? ¿Qué mecanismos de subjetivación se activan?

En una comunidad hay una identidad grupal. Hay algo que la define. (GR01:269)

La segunda línea de reflexión que quiero bosquejar se refiere a la idea de que las emociones o lo afectivo" son de un nivel distinto que "lo racional". Esto se puede ver desde dos aristas del discurso de este colectivo. Por una parte en la visión de un yo natural que es necesario alcanzar a través de la "autoreflexión" o el "autoconocimiento" y, por otra, en las reflexiones en torno al cómo abordar, en la comunidad, este componente del sujeto.

Lupton (1998, en Gil,1999) plantea que las emociones son entendidas en el discurso cotidiano como algo natural y, desde ahí, como auténticas, diferenciándose de lo artificial, lo que nos hacen "actuar" escondiendo nuestra naturaleza, que sería lo aprendido socialmente y lo vinculado a la razón:

"La emoción es vista siempre como un universal, una característica del ser humano, que se actualiza a cada momento en todos y cada uno de los individuos de la especie, otorgándoles pues su característica "humanidad". Por lo tanto, la emoción es la prueba de la existencia de un residuo de humanidad. Es la denominación de origen de todo individuo, garantiza que el susodicho pertenece a la especie en cuestión". (Gil, 1999, p. 99)

Como ya he señalado, para este grupo el trabajo con las emociones, con la afectividad, son componente importante del tipo de relaciones que buscan establecer en las comunidades. Se espera que, al igual que el discurso que se ha instalado en nuestras sociedades occidentales (solo como un ejemplo de esto puedo nombrar los miles de libros de autoayuda que existen en el mercado), las personas gestionen sus emociones, las conozcan, las controlen como única forma de alcanzar un grupo con relaciones horizontales, donde todas se respeten y respeten a los otros.

En la siguiente frase, dicha a raíz de la toma de decisiones en las asambleas, queda clara esta idea de que hay un aspecto emocional que influye en la comunidad y que adquiere vida propia, donde puede encontrarse la idea de las emociones como naturales, o lo propiamente humano.

Había un ambiente que va por debajo del proceso de las decisiones sin que nos diéramos cuenta, una parte emocional. (GR01:311)

Con esto se abrió en el grupo una larga discusión sobre cuáles son las formas más adecuadas de incorporar lo afectivo o emocional en la construcción de comunidad. Asumiendo que, por ser algo que no es pensamiento, necesita una forma de abordaje distinta a la que se usa para "lo racional". Queda en la siguiente frase de manifiesto el carácter diferencial que se le da a "lo afectivo" de "lo racional".

Hablarlo con palabras, ufff. Se usan otros lenguajes. Tenemos que crear palabras para hablar de esto, y quizás la asamblearia no sea el mejor espacio para esto. Hay que buscar mejores herramientas para tratar estas cosas. No se puede clavar un clavo con una sierra. (GR01:372)

Siguiendo lo planteado por Gil (1999), este asujetamiento a las emociones, esta mirada de las emociones como algo natural, individual, no sería más que una tecnología del yo: "Mientras más controlamos nuestras emociones para ser individuos libres y soberanos, más sujetos de la subjetividad individualista somos" (p. 187).

He señalado en esta fase final del texto que, por una parte, el discurso ligado a las emociones las sitúa como un aspecto natural del ser humano, como esencia de éste, y, por otra parte, se busca en el colectivo que las personas reflexionen de manera individual reconociendo estos "estados emocionales" para que no afecten el buen funcionamiento del grupo. Volveré sobre esto más adelante.

Ahora bien, si entendemos que el poder es una constante producción, en tanto movimiento entre fuerzas diversas que lo conforman, cabe preguntarse cómo este movimiento, que opta por hacer resistencia a un discurso específico, aporta a la re-creación de este discurso en lo cotidiano o por la posibilidad de que su propuesta alternativa que no reifique un modelo dominante. Siguiendo con los términos de Foucault, la cuestión es sobre los "apoyos" o "desniveles" del discurso okupa en la producción del discurso de poder hegemónico.

¿Cómo podría este discurso, tan centrado en el quiebre y en la búsqueda de formas alternativas de relaciones y de trayectorias de vida, apoyar al discurso del modelo dominante? Lo pregunto porque me parece que la crítica que se hace al individualismo del discurso del modelo neoliberal, se resuelve de una manera individual, sosteniendo que las emociones son elementos personales, que hay que conocer y gestionar para poner de manera adecuada en el colectivo.

Las ideas de este colectivo de establecer un modo de vida "comunitario" en la ruralidad, es entendido como una forma de resistencia al estilo de vida propuesto por el modelo hegemónico. El discurso del movimiento okupa rural pretende ser una fuerza de resistencia al modelo neoliberal, sin embargo, la construcción de sujeto en el discurso de este colectivo es acorde a las necesidades de la sociedad occidental actual: sujetos consumidores, individuales, que se dejan se abren a la satisfacción de sus necesidades:

Me parece que más que buscar ser una propuesta social es una propuesta personal emmm para, de cómo construir la vida cotidiana, de como hacer la vida de uno, que es una propuesta distinta a la propuesta emmm neoliberal. (GR01:411)

Los discursos de uno u otro bando no se configuran como antagonistas, por tanto, uno y otro se configuran interrelacionadamente, se influencian y se modifican.

Tomás Ibáñez (1991) señala que habría que cuestionarse el rol de las minorías como productoras o engendradoras del cambio social. Éstas más bien serían las portadoras de un cambio que viene desde el centro mismo del sistema, y que por su carácter de grupo minoritario estarían más sensibles a la innovación, convirtiendo entonces estos grupos en portavoces de un cambio que luego se difunde en el discurso mayoritario.

La construcción del discurso mayoritario requiere de la influencia de nuevos discursos, de discursos alternativos, innovadores, que lo movilicen, y son en parte estos discursos de resistencia los que, de uno u otro modo, pueden propagarse en las masas, instalándose como nuevas verdades que se reifican.

"Las minorías portadoras de innovación son sólo eficaces en la medida en que su mensaje se inscriba en las grandes líneas de la evolución social […] La sociedad es de una naturaleza tal que sus mecanismos regulados son al mismo tiempo reproductores y modificadores de lo que ya está instituido: la naturaleza del sistema es preservada y al mismo tiempo se asegura su evolución constante. Finalmente, lejos de provenir de los "márgenes" o de la periferia, las innovaciones son a menudo engendradas en el centro mismo del sistema, incluso si son las minorías las primeras en sensibilizarse, expresar y recoger los términos del cambio. Las minorías suelen ser los receptores precoces de un cambio iniciado en el interior del instituido, cambio que ellas explicitan y contribuyen a difundir". (Ibáñez, 1991, p. 282)

Retomando ahora lo que planteaba anteriormente sobre las emociones, la propuesta de sujeto para el mundo occidental actual está ligada a ser agente de su subjetivación:

"Cada vez hay una 'gestión' diferente de la subjetividad, hoy por hoy la subjetividad es la gestión de las emociones, eso hace individuos que se relacionan entre sí, que pueden vivir dentro de una jerarquía y sentirse libres y autónomos al mismo tiempo y que nada desean con más fervor que poder ser dueños de su propia esclavitud: poder descubrir y experimentar intensamente sus más íntimas emocione". (Gil, 1999, p. 112)

Es decir, planteo que este discurso ligado a las emociones, al autoconocimiento, a la giro individual del sujeto para las relaciones en la comunidad, son parte de, asimismo, el discurso individualista de la sociedad neoliberal, y que, el colectivo okupa es una minoría más que ha sido sensible a una necesidad planteada desde el sistema. Una vez más veo aquí que poder y resistencia son una misma cosa.

El asunto no es con este grupo de personas en específico. No estoy hablando de cosas que pasen sólo con este colectivo. La construcción de subjetividades, la reproducción de las prácticas hegemónicas, el desarrollo de discursos alternativos que finalmente son "absorbidos" (o, como ya he planteado, habría que decir re-absorbidos) por las "masas", convirtiéndose en vanguardia de la innovación del discurso social, podría apreciarse en distintos grupos minoritarios.

Tampoco intento decir que no tenga valor lo que aquí se hace, o que no tenga sentido buscar prácticas alternativas sino que "el problema está más bien en saber cómo se van a evitar en estas prácticas –en las que el poder necesariamente está presente y en las que no es necesariamente malo en sí mismo– los efectos de dominación" (Foucault, 1990, p. 139). La pregunta que me guía no se encuentra relacionada con cómo hacer algo totalmente distinto, sino con el grado de reflexión crítica que existe respecto a los mecanismos que sustentan los discursos dominantes. La pregunta, siguiendo a Foucault (1990), tiene relación con el cómo del poder, cómo se ejerce, en qué tecnologías se moviliza.

Acaso en la reproducción de normas ligadas a un discurso dominante, en la instalación de normas alternativas que se sedimentan como verdades de una práctica específica, o en las formas que se utilizan para cuestionar normas, el proceso puede desencadenar en la producción y reproducción de subjetividades que son prácticas disciplinarias de autogobierno. Queda en cuestionamiento la idea de resistencia como una práctica opuesta a la hegemonía: es una captura específica, un riesgo controlado.

Quizás, como decía una de las persona del grupo de reflexión, más que romper con los símbolos que se han asociado a una práctica determinada, la cuestión está en convivir con ese símbolo, asumir que es parte del sí mismo y cuestionar los efectos que produce. O la cuestión está en no dejar de cuestionarse.

 

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¹) Investigación realizada en el Máster de Investigación en Psicología Social de la Universidad Autónoma de Barcelona (2007).
²) Con el apoyo del Programa Alβan, Programa de Becas de Alto Nivel de la Unión Europea para América Latina, beca nº(E06D103541CL) y por el Gobierno de Chile (Becas Chile). Correspondencia dirigida a: Universidad Autónoma de Barcelona, Departamento de Psicología Social. Edificio B, Campus UAB. Bellaterra 08193 (Cerdanyola del Vallès). Correo-e: mtramire@gmail.com. Teléfono: +56- 62937805.