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Alternativas en Psicología

versão impressa ISSN 1405-339X

Altern. psicol. vol.17 no.29 México ago. 2013

 

 

Depresión, autoestima y características de personalidad asociadas al género en estudiantes rurales de México

 

 

Irina Lazarevich11; Héctor Javier Delgadillo-Gutiérrez12; Fernando Mora-Carrasco13; Ángela Beatriz Martínez-González14

Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco.

 

 


RESUMEN

El propósito de este trabajo fue evaluar y relacionar la sintomatología depresiva con autoestima y características personales asociadas al género en estudiantes de zonas rurales del Estado de Tabasco en México. Se realizó un estudio transversal en que se encuestaron 459 estudiantes (42% mujeres y 58% hombres) en el año 2009. Se aplicaron los Inventarios de Depresión de Beck, de Autoestima de Coopersmith y de Masculinidad y Feminidad de Lara Cantú. Las mujeres presentaron mayor prevalencia de la depresión y autoestima más baja que los hombres. Los hombres obtuvieron puntajes más altos en características instrumentales (asertivas), mientras que las mujeres en expresivas (emotivas). En ambos sexos la instrumentalidad, seguida por la expresividad, tuvieron una asociación positiva con autoestima y negativa la depresión. Las características de expresividad negativa (sumisión) se asociaron con baja autoestima y depresión. En conclusión, este tipo de estudios pueden ayudar a desarrollar programas educativos y preventivos enfocados a las necesidades específicas de los jóvenes de zonas rurales.

Palabras clave: depresión, autoestima, género, estudiantes, medio rural.


ABSTRACT

The purpose of this study was to evaluate and associate depression with selfesteem and personal characteristics associated with gender in students from rural areas of the State of Tabasco in Mexico. A cross-sectional study of 459 university students (42% women and 58% men) was performed in 2009. The instruments used were the Spanish versions of Beck's Depression Inventory, Coopersmith Inventory for self-esteem and Lara Cantu Inventory for genderrelated characteristics. A higher prevalence of depression and lower self-esteem were found in women in relation to men. Men report higher scores of instrumentality (assertiveness) and women of expressiveness (emotionality). In both sexes instrumental characteristics (followed by the expressiveness) had a positive association with self-esteem and negative with depression. Negative expressivities characteristics (submission) were associated with low self-esteem and depression. In conclusion, these studies may help to develop educational and preventive programs targeted to the specific needs of Mexican rural youth.

Key words: depression, self-esteem, gender, students, rural environment.


 

 

Introducción

La prevalencia de la depresión es más alta en las mujeres que en los hombres (con un rango, aproximadamente, mujer/hombre de 2/1) tanto a nivel internacional como en México (Kessler, et al., 2003; Medina-Mora, et al., 2003; Salgado y Díaz-Pérez, 1999). Para explicar estas diferencias, el trastorno depresivo ha sido conceptualizado y estudiado a través de diferentes perspectivas, las cuales involucran desde aspectos médicos hasta influencias socioculturales y las de roles de género.

Las evidencias empíricas (Patel, et al., 2005; Salgado y Díaz-Pérez, 1999) han mostrado mayor diferencia entre hombres y mujeres en la depresión y distimia en regiones rurales, lo que sugiere que los roles de género tradicionales, el aislamiento geográfico y bajo nivel educativo, pueden agudizar las diferencias en la prevalencia de los trastornos mentales por sexo. Sin embargo, este tipo de estudios han recibido una menor atención en el ámbito rural de México lo que dificulta la comparación de los datos con las comunidades urbanas (Jiménez, Bojorquez, Blas, Landa, y Caraveo, 2005).

Los estudios epidemiológicos que buscan encontrar el impacto de los factores socioculturales, específicamente de los roles de género, en la distribución diferencial de psicopatologías entre hombres y mujeres se basan principalmente en la evaluación de autoestima y de personalidad que pueden contribuir a la emergencia de los síntomas depresivos. La autoestima se ha estudiado como uno de los principales indicadores de bienestar psicológico y se ha mostrado que la alta autoestima personal y social puede ser considerada un factor protector de la salud mental (Jiménez, Mondragón y González-Forteza, 2007). Según algunos estudios, la autoestima es más baja en la mujer que en el hombre, y estas diferencias, aunque pequeñas, se inician desde la adolescencia (Parra y Oliva, 2004). Lo anterior, al parecer, surge de los patrones de socialización de género que son menos consistentes en las últimas décadas, pero todavía están presentes en la educación de las niñas. Así, mientras que la socialización masculina enfatiza la autonomía, la autoconfianza y la independencia, la socialización femenina sigue promoviendo la expresión emocional, la búsqueda de intimidad y la dependencia de otros (Díaz-Loving, Rocha y Rivera, 2007; Lara, 2008; Matud, 2008; Rocha, 2009). Estas características se asocian con una autoestima devaluada y posición subordinada, además no proporcionan los recursos psicológicos adecuados para la solución de problemas (Matud, 2004, 2008).

Por lo anterior, los estudios que han diferenciado a los hombres y a las mujeres, respecto a su personalidad, se han centrado principalmente en la presencia de dos grupos de características: instrumentales o asertivas - orientadas a las metas, acción y autonomía-, y expresivas o emotivas -orientadas a las relaciones personales, afectivas y necesidades de los demás- (Díaz-Loving, et al., 2007; Matud, 2008).

Además, se han constatado que ciertas características de la identidad femenina, asociadas a dependencia emocional, alta emotividad y pasividad contribuyen a la sintomatología depresiva (Díaz-Loving, et al., 2007; Lara, 2008; Matud, 2004, 2008). En muchos casos, especialmente en la población rural mexicana, las mujeres todavía están socializadas de tal manera que el ánimo deprimido y el sufrimiento es una parte inevitable de su feminidad. Por otro lado, los rasgos de machismo, es decir dominio-agresión, frecuentes en la cultura mexicana, también son indeseables en la personalidad humana y guardan una relación con baja autoestima y mayor prevalencia de la depresión y ansiedad (Díaz-Loving, et al., 2007; Lara, et al., 1993).

Aunque el proceso de modernización ha llevado a importantes cambios económicos y a nuevos patrones culturales y actitudes personales, es difícil hablar de una cultura única en México. Se observa una gran heterogeneidad cultural dada por diversos niveles de urbanización, nivel socioeconómico y educación (García-Campos, 2008). Por otra parte, los estudios sobre los roles de género realizados en las poblaciones urbanas (en muchos casos en poblaciones estudiantiles), son insuficientes dado que dejan invisibles "los cambios generacionales" del medio rural.

Tabasco es un estado con población predominantemente rural, con altos índices de marginación, con bajos índices de desarrollo humano y con una desigualdad de género en la distribución de los ingresos laborales, principalmente en zonas indígenas (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, 2007).

La identidad de género se construye de manera dinámica con el tiempo y con la cultura (Rocha, 2009), pero no se sabe cómo los jóvenes tabasqueños del medio rural enfrentan el dilema ante lo tradicional y moderno. Por lo anterior, el propósito de esta investigación es:

1. Evaluar la sintomatología depresiva, autoestima y las características de personalidad asociados al género (instrumentales y expresivas) en estudiantes de la educación superior, provenientes de las zonas rurales de Tabasco;

2. Establecer una relación entre depresión, autoestima y los rasgos personales asociados al género.

 

Método

Se realizó un estudio transversal, descriptivo y observacional basado en cuestionarios de autoinforme.

Participantes

En la muestra tomada por conveniencia participaron 459 estudiantes de ambos sexos de tres institutos superiores tecnológicos del Estado de Tabasco (Superior de Macuspana, Superior de la Zona Olmeca y Superior de los Ríos), provenientes de las zonas rurales, de una población de 2 739 alumnos. La edad del 99.7% de los participantes era entre 17 y 25 años con una media de 19.8 años (DS de 2.36) para las mujeres y 20 años (DS de 2.07) para los hombres.

Instrumentos

Para evaluar la sintomatología depresiva se utilizó el Inventario de Depresión de Beck (Apiquián, Fresán, y Nicolini, 2000) que evalúa los síntomas depresivos a nivel cognitivo, motor, afectivo y somático; consta de 21 ítems con cuatro opciones de respuesta (de 0 a 3) según la intensidad de síntoma; alfa de Cronbach de 0.87 a 0.95. La depresión fue calificada según las normas de calificación para México y el criterio original del Inventario de 10 puntos en adelante (Jurado, et al., 1998).

Para medir la autoestima se utilizó el Inventario de Coopersmith, versión para adultos, validado para la población mexicana, que consiste de 25 preguntas con respuestas dicotómicas; el alfa de Cronbach es de 0.81 (Lara, 1993). Se tomó como media de la población 15.8 puntos.

Respecto a las características de personalidad asociadas al género, se aplicó el Inventario de Masculinidad y Feminidad de Lara Cantú, desarrollado especialmente para la población mexicana (Lara, 1993). El cuestionario consiste en 60 reactivos divididos en cuatro grupos que miden la instrumentalidad (masculinidad): seguro de sí mismo, autosuficiente, independiente, entre otras; la expresividad (feminidad): sensible a las necesidades de los demás, comprensivo, afectuoso, cooperador; la instrumentalidad negativa (machismo): agresivo, dominante, autoritario; y la expresividad negativa (sumisión): indeciso, dependiente, pasivo, resignado, entre otras características, con una escala de Lickert de 1 a 7. Las respuestas de cada grupo se suman y se dividen entre 15, obteniendo la media de cada grupo de rasgos. En cuanto a los coeficientes de confiabilidad, los valores de 4 subescalas de las mencionadas se situaron en un rango aceptable de 0.72 a 0.92 (Lara, 1993).

Procedimiento

Se solicitó a los participantes su colaboración para responder a los instrumentos y se obtuvo el consentimiento informado. Los estudiantes contestaron la encuesta en un salón de clase. El proyecto había sido aprobado por el Comité de Ética de la Universidad Autónoma Metropolitana.

Análisis

Para comparar la prevalencia de la depresión por sexo se utilizó el test de chi cuadrada. Se relacionaron autoestima y depresión mediante la regresión lineal simple. Se compararon los cuatro grupos de las características personales mediante el análisis de varianza para un criterio de clasificación (sexo). Las características personales se relacionaron con depresión y autoestima mediante regresión lineal simple. Se utilizó el programa JMP 8 para el análisis estadístico de la información.

 

Resultados

La tasa de respuesta fue de 100%, no se tomaron en cuenta para el análisis 28 de 487 encuestas, dado que fueron entregados incompletas. Respecto a las características sociodemográficas, de 469 estudiantes 192 (42%) fueron mujeres y 267 (58%) hombres; 20 (4.4%) casados o en unión libre y el resto solteros; 109 (23.7%) trabajaban además de estudiar.

Se encontró alta prevalencia de sintomatología depresiva en ambos sexos, 122 (63.5%) en las mujeres y 138 (51.7%) en los hombres, con una diferencia por sexo chi cuadrada 6.43 (p = 0.011). La media de autoestima fue más baja en las mujeres que en los hombres (15.05 vs. 16.6, p = 0.0008). La autoestima en ambos sexos se relacionó en forma negativa con depresión (coeficiente de regresión = - 0.58).

Al medir las características personales y compararlas por sexo, se encontró que los hombres presentaron mayores niveles de instrumentalidad positiva y negativa y las mujeres presentaron mayores niveles de expresividad. En el caso de expresividad negativa (sumisión), no se encontró diferencia por sexo. (Véanse Tabla 1 y Figura 1).

 

 

Las características instrumentales seguidas por las expresivas, en ambos sexos, tuvieron una asociación positiva con autoestima y negativa con depresión. Los rasgos de expresividad negativa (sumisión) se consideraron patológicos dado que la relación con autoestima y depresión resultó inversa (Véanse Tablas 2 y 3).

 

 

La mayor parte de los participantes, 190 (71%) de los hombres y 127 (67%) de las mujeres, presentaron ambas características en forma simultánea (de 4 a 7 puntos de escala de Likert), así como 20 (7%) de los hombres y 9 (5%) de las mujeres presentaron niveles bajos (menor a 4 puntos) de estas características. Respecto a una sola característica que se encuentra en forma predominante de la personalidad (grado moderado y alto de expresividad y leve de instrumentalidad o viceversa), se encontró que 45 (17%) de los hombres fueron expresivos, así como 12 (4%) instrumentales, es decir, tienen personalidad masculina tradicional positiva. En el caso de las mujeres, 49 (26%) fueron expresivas (personalidad femenina tradicional positiva) y 7 (4%) predominantemente instrumentales (Véase Figura 2).

 

 

Discusión

La prevalencia de la depresión en los participantes del presente estudio (57% en promedio) fue más alta que en las poblaciones adultas reportadas en la literatura, pero consistente con estudios realizados en jóvenes universitarios entre 18 y 25 años, que han mostrado prevalencias de 11.8 al 66.6%, incluyendo la ansiedad (Agudelo, Casadiegos, y Sánchez, 2008; Amézquita, González, y Mejía, 2003; Arias, 2004; Feldman, Goncalves, Chacón, Zaragoza, y Bagets, 2008). Con relación a la vulnerabilidad a la sintomatología depresiva de este grupo, es necesario considerar que los jóvenes se encuentran en el proceso de transición a la etapa adulta y en el inicio de su vinculación con la sociedad mediante las relaciones interpersonales, académicas y laborales. La desesperanza ante el futuro y ante el proyecto de vida, en muchos casos, puede colocarlos también en un grupo vulnerable respecto a la sintomatología depresiva (Agudelo, et al., 2008). Es importante tomar en cuenta que las encuestas a los jóvenes fueron aplicadas entre la quinta y sexta semanas del curso escolar y que la carga académica puede aumentar el estrés emocional y, como consecuencia, la sintomatología depresiva como han señalado Agudelo, et al., 2008; Amézquita, et al., 2003; Arias, 2004; Feldman, et al., 2008.

Respecto a la prevalencia de la depresión por sexo, se encontró que fue más alta en las mujeres que en los hombres (63.5% vs. 51.7%), aunque la diferencia no fue tan pronunciada como en otros estudios (Kessler, et al., 2003; Medina-Mora, et al., 2003; Patel, et al., 2005; Salgado y Díaz-Pérez, 1999). Estos hallazgos coinciden más con los trabajos realizados en las poblaciones estudiantiles en los cuales la diferencia por sexo es menor en comparación a la población general, o incluso no se encuentra (Agudelo, et al., 2008; Amézquita, et al., 2003; Arias, 2004; Feldman, et al., 2008), dado que estos datos varían mucho de acuerdo a la muestra y que la depresión en la mujer tiene una correlación con determinantes socioculturales y socio-demográficos, tales como la edad, nivel de escolaridad, número de hijos, lugar de residencia (rural/urbano), así como con el nivel socioeconómico (Matud, Guerrero y Matías, 2006; Matud, 2008).

Un aspecto importante para explicar la mayor prevalencia de la depresión en las mujeres estudiantes del presente estudio, está relacionado a la diferencia en el enfrentamiento al estrés entre hombres y mujeres. Mientras que la socialización masculina promueve una respuesta racional, un control interno y las estrategias centradas en la solución del problema, la socialización femenina refuerza estrategias menos eficaces, es decir, una mayor expresión y enfrentamiento emocional ante las dificultades. De manera más específica, la identidad femenina relacionada con "la indefensa aprendida", suele asociarse a la sintomatología depresiva (Matud, 2004).

En este estudio las mujeres rurales mostraron menor autoestima que los hombres lo que coincide con algunos datos reportados en la literatura (Parra y Oliva, 2004). También se encontró una relación inversa entre autoestima y depresión, hecho que permite una vez más considerarla no sólo un factor relevante en el desarrollo de la personalidad, sino en la salud mental (Jiménez, et al., 2007). Por lo anterior, la construcción de la autoestima, específicamente femenina, desde las etapas tempranas de vida puede ser un recurso importante tanto para el mejor manejo del estrés como para el desarrollo de una mayor autonomía y eficacia personal.

Aunque se ha esperado mayor diferencia en la personalidad por sexo en los estudiantes rurales, las medias de los rasgos asociados al género en el presente estudio mostraron patrones bastante similares. Tanto hombres como mujeres presentaron las características de cada grupo: puntajes altos en instrumentalidad y expresividad positivas y bajos en negativas, lo que sugiere que la mayoría de los estudiantes tabasqueños tienen personalidades saludables. A pesar de que los hombres obtuvieron mayor intensidad de instrumentalidad y de machismo, se observan las mismas tendencias en las mujeres. Los puntajes de expresividad fueron altos en ambos sexos y más en las mujeres. Estos datos apoyan los resultados recientes de Díaz- Loving, et al. (2007) quienes, al utilizar una escala semejante en una población urbana de 11 a 79 años, mostraron patrones similares entre los sexos aunque también mayor intensidad de la instrumentalidad en los hombres y de los rasgos expresivos en las mujeres. La dimensión afectiva sigue siendo más alta en la mujer que en el hombre, en casi todos los estudios mencionados, tanto a nivel nacional como internacional, y más aún en las localidades rurales, como muestra este estudio, lo cual podría ser otro determinante explicativo de las tendencias depresivas en la mujer. En la categoría de sumisión no se encontró diferencia entre los sexos lo que, probablemente, se relaciona con el hecho de que el estudio se realizó en una población estudiantil o con lo que las identidades tradicionales se encuentran en un proceso de cambio.

Finalmente, debido a los cambios socioculturales ocurridos en México, surge la pregunta ¿Qué tan presente es la identidad tradicional de género en los estudiantes de zonas rurales de México? En este trabajo se pudo observar cómo se combinan las características instrumentales y expresivas en los jóvenes rurales. Igual que en otros estudios, la mayoría de los estudiantes tabasqueños presentaron personalidades mixtas (equilibradas entre lo instrumental y expresivo) lo que sugiere que, en general, los jóvenes tienen identidades íntegras. Estos datos apoyan las investigaciones realizadas a nivel nacional e internacional que reportan los resultados semejantes (Díaz- Loving, et al., 2007; Tweng y Campbell, 2008).

Otro hallazgo importante es que la instrumentalidad se asoció con alta autoestima y baja depresión en ambos sexos, seguida por la expresividad, aunque en menor grado. El estudio también destacó que la categoría de expresividad negativa (sumisión), caracterizada por indecisión, inseguridad, pasividad y dependencia, es el patrón más patológico de la conducta tanto para las mujeres como para los hombres, lo que fue acorde al trabajo reciente de Díaz-Loving, et al., (2007).

Las limitaciones del estudio consisten en tomar un grupo específico de la población que no permite extrapolar los resultados obtenidos a otras poblaciones. El corte transversal no identifica la cronicidad de la depresión y tampoco determina la relación causa-efecto. El instrumento de Masculinidad y Feminidad de Lara Cantú se basa en los rasgos estereotipados para hombres y mujeres mexicanos y no mide masculinidad y feminidad per se que son constructos mucho más amplios. Además, a diferencia de las escalas clínicas que evalúan la personalidad, ésta no puede distinguir la normalidad de psicopatología.

Tomando en cuenta lo anterior, se puede concluir que es necesario realizar más investigaciones en localidades rurales, así como desarrollar los programas preventivos, capacitando a los educadores y profesionales de la salud. Los niveles más altos de la depresión en las mujeres, resultados de este estudio, implican la necesidad de tomar en cuenta género como determinante específico de riesgo para esta psicopatología. La optimización de los rasgos instrumentales podría contribuir a una personalidad más equitativa, saludable, con mayor autoestima y menor depresión, sobre todo en las mujeres. Así, los estudios como éste pueden ayudar a conocer la dinámica en la construcción de género en nuevas generaciones y aportar nuevos elementos para enfrentar problemas o necesidades específicas de las comunidades rurales de México.

 

Referencias

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11 Departamento de Atención a la Salud de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco.
12 Departamento de Sistemas Biológicos de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco.
13 Departamento de Atención a la Salud de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco.
14 Departamento de Atención a la Salud de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco.