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Temas em Psicologia

versão impressa ISSN 1413-389X

Temas psicol. vol.21 no.1 Ribeirão Preto jun. 2013

http://dx.doi.org/10.9788/TP2013.1-13 

ARTIGOS

 

Predictores de la intención de consumo intensivo episódico de alcohol en adolescentes

 

Binge drinking intention predictors in adolescents

 

Preditores da intenção de consumo intensivo episódicode álcool em adolescentes

 

 

Raquel I. PeltzerI; Romina BrandarizI; María Ayelén BiscarraII; Pablo Santángelo Karina CondeIII; Mariana CremonteIV

IFacultad de Psicología de la Universidad Nacional de Mar del Plata, Mar del Plata, Argentina
IIFacultad de Psicología de la Universidad Nacional de Mar del Plata, Mar del Plata, Argentina Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Buenos Aires, Argentina
IIIFacultad de Psicología de la Universidad Nacional de Mar del Plata, Mar del Plata, Argentina
IVFacultad de Psicología de la Universidad Nacional de Mar del Plata, Mar del Plata, Argentina Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Buenos Aires, Argentina

Dirección para correspondencia

 

 


RESUMEN

El consumo intensivo episódico (CIEA) constituye un problema de salud pública que afecta a los más jóvenes. El estudio de los determinantes cognitivo motivacionales de este patrón de consumo es un área reciente y en creciente desarrollo. Una de las teorías que se ha mostrado adecuada para la explicación de esta conducta es la Teoría del Comportamiento Planeado (TCP). Este trabajo tiene como objetivo estudiar la relación entre la intención de CIEA, la actitud, la norma subjetiva y la percepción de control conductual en estudiantes secundarios diferenciándolos por género. Método: La muestra fue intencional, de estudiantes secundarios (n = 185) de la ciudad de Mar del Plata (Argentina) de 12-18 años. Se utilizó un cuestionario que indagaba sobre: patrones de consumo, variables de la TCP, edad y sexo. Se realizaron análisis de regresión jerárquica para varones y mujeres por separado, considerando la intención como variable dependiente. Resultados: La principal variable que predice la intención de CIEA, tanto para varones como mujeres es la actitud. La norma subjetiva resultó predictora únicamente en mujeres. Conclusiones: las creencias y evaluaciones respecto al CIEA juegan un importante papel en la disposición para realizar el comportamiento. En el caso de las mujeres también incide la norma subjetiva. Si bien este estudio posee algunas limitaciones, sus resultados permiten aproximarse al estudio de los factores cognitivos motivacionales relacionados con el CIEA en adolescentes, de acuerdo al género.

Palabras clave: Consumo intensivo episódico de alcohol, teoría del comportamiento planeado, adolescentes.


ABSTRACT

Binge drinking (BD) is a public health problem that affects younger people. The study of cognitive motivational determinants of this consumption pattern is a growing and recently developed area. One theory that has proved to be adequate for the explanation of this behavior is the Theory of Planned Behavior (TPB). This paper aims to study the relationship between BD intention, attitude, subjective norm and perceived behavioral control in high school students, by gender. Method: The sampling was intentional, comprising high school students (n = 185) of the city of Mar del Plata (Argentina) from 12 -18 years old. A questionnaire was developed inquiring about: habitual consumption pattern, TPB variables, age and gender. Hierarchical regression analyses were conducted for men and women separately, considering intention as the dependent variable. Results: The main variable that predicted intention of BD, for both, males and females, was the attitude. The subjective norm was a predictor only in females. Conclusions: Beliefs and evaluations regarding the BD play a significant role in the disposition for the behavior. For females, subjective norms also affected intention of BD. While this study had some limitations, results highlight the importance of the study of cognitive motivational factors related to BD in adolescents by gender.

Keywords: Binge drinking, theory of planned behavior, adolescents.


RESUMO

O consumo intensivo de álcool (CIEA) é um problema de saúde pública que afeta pessoas mais jovens. O estudo dos determinantes cognitivos motivacionais desse padrão de consumo é uma área em crescimento e desenvolvimento recente. Uma teoria que se mostrou adequada para a explicação desse comportamento é a Teoria do Comportamento Planejado (TCP). Este trabalho tem como objetivo estudar a relação entre a intenção de CIEA, atitude, norma subjetiva e controle comportamental percebido em estudantes do ensino secundário, fazendo diferenciação por sexo. Método: a amostragem foi intencional, estudantes do ensino secundário (n = 185) da cidade de Mar del Plata (Argentina) de 12-18 anos. Foi utilizado um questionário que perguntava sobre: padrões de consumo, variáveis das TCP, idade e sexo. Foram realizadas análises de regressão hierárquica para meninos e meninas separadamente, considerando a intenção como a variável dependente. Resultados: a principal variável que prediz a intenção de CIEA nos dois sexos é a atitude. A norma subjetiva foi um preditor só no sexo feminino. Conclusões: as crenças e avaliações relativas à CIEA desempenham um papel significativo na disposição para realizar o comportamento. No caso das mulheres, também afeta a norma subjetiva. Embora este estudo tenha algumas limitações, os resultados permitem um abordagem para o estudo dos fatores cognitivos motivacionais relacionados à CIEA em adolescentes, de acordo com o gênero.

Palavras-chave: Consumo intensivo episódico de álcool, teoria do comportamento planejado, adolescentes.


 

 

El consumo de alcohol constituye un problema de salud pública en todo el mundo, pero en las Américas aun más que en otras regiones, ya que el consumo promedio es un 50% mayor (Monteiro, 2007). Cabe destacar que la prevalencia de consumo no es homogénea entre los países de la región. En este sentido, de acuerdo al estudio de patrones de consumo de alcohol desarrollado por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO; Sojo, 2012), se pueden diferenciar dos subregiones: México, Nicaragua, Costa Rica y El Salvador tienen una prevalencia de consumo menor al 50% de la población; mientras que en América del Sur y el Caribe la prevalencia de consumo alcanza hasta el 83% de la población adulta. La elevada tasa de consumo que existe en el Cono Sur resulta preocupante, ya que el alcohol por sí mismo contribuye a más enfermedades y muertes que cualquier otro factor de riesgo, incluyendo el consumo de otras sustancias psicoactivas, el tabaquismo, el sobrepeso y la obesidad (Monteiro, 2007). Resulta más preocupante aun teniendo en cuenta que los jóvenes comienzan a consumir alcohol a los 10 años (Monteiro, 2007) y que el inicio temprano en el consumo de alcohol está vinculado a fracaso escolar, abuso de drogas, delincuencia y conducta antisocial en la adultez (Curie, 2004). Asimismo se ha demostrado que los adolescentes beben de forma perjudicial, y que sus hábitos de consumo ocasionan lesiones de tránsito, intentos de suicidio, homicidios y violencia, agresión sexual y comportamientos sexuales riesgosos, entre otros (Obot & Room, 2005). El patrón de consumo en esta población se caracteriza por la ingesta excesiva de alcohol en una sola ocasión (Heather & Kaner, 2001; Obot & Room, 2005). Esta modalidad de uso de alcohol, denominada Consumo intensivo episódico de alcohol (CIEA) o binge drinking, corresponde al consumo de cinco o más tragos o unidades estándares (UE; National Institute on Alcohol Abuse and Alcoholism [NIAAA], 2004). Las consecuencias sociales y sanitarias de este patrón son graves; además, constituye un factor de riesgo para el desarrollo posterior de abuso/dependencia de alcohol (Parada et al., 2011). Este patrón de consumo es particularmente alto entre los jóvenes de la región. En Brasil, de acuerdo a una encuesta realizada en estudiantes secundarios de escuelas privadas de San Pablo, el 25% de los adolescentes reporta al menos una ocasión de consumo intensivo episódico; y una encuesta realizada en escuelas públicas revela que el 10 % de los estudiantes de bajos ingresos presenta esta modalidad de consumo (Carlini-Cotrim, Galina, & Chasin, 1998). En Argentina, en jóvenes de educación media la prevalencia de CIEA es aproximadamente del 60%, siendo mayor entre los varones (66%) que entre las mujeres (54%). La tendencia muestra un aumento sostenido a lo largo del tiempo para ambos sexos, siempre con valores superiores para los varones (Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico [SEDRONAR], 2010). A nivel local, resultados correspondientes a un estudio realizado con adolescentes de entre 13 y 18 años en escuelas de nivel secundario de Mar del Plata, indican que el 92% ha consumido alcohol alguna vez, el 52 % presenta un patrón de consumo de tipo intensivo episódico de alcohol, y la prevalencia entre los varones es significativamente mayor que entre las mujeres (Lichtenberger, Marconato, & Rodriguez Nocco, 2011).

La mayoría de las investigaciones sobre CIEA tienen como principal objetivo caracterizar a los bebedores según variables sociodemográficas como sexo, edad, o rasgos de personalidad (Oei & Morawska, 2004). Si bien se reconoce la importancia de estos factores, la información que proporcionan es limitada debido a la dificultad de operar sobre ellas. Por ello, es fundamental la identificación de determinantes más próximos de los comportamientos. Uno de los modelos que ha mostrado evidencia empírica para estudiar los determinantes psicosociales de los comportamientos en salud es la Teoría del Comportamiento Planeado (TCP). Esta teoría postula que entre los determinantes más próximos del comportamiento se encuentra la intención, que se refiere a la disposición de la persona a realizar una acción específica, y al esfuerzo que planea invertir en ella. A su vez, la intención está condicionada por los siguientes factores cognitivos-motivacionales (Ajzen, 2002; Armitage & Conner, 2001).

Actitud: es la evaluación general del comportamiento de interés y refleja las características más individuales. Tiene dos componentes: las creencias acerca de las consecuencias del comportamiento (creencias conductuales) y la correspondiente evaluación (positiva o negativa) acerca de esas acciones (evaluaciones de los resultados).

Norma subjetiva: refleja la percepción del sujeto respecto a las creencias y comportamientos de los otros significativos sobre la conducta en cuestión y la motivación para actuar de acuerdo a dichos modelos. Esta variable mediaría la presión social percibida para realizar o no la conducta.

Percepción de control conductual: refleja la percepción que tiene el sujeto sobre la controlabilidad para realizar el comportamiento. Se refiere tanto a factores externos (barreras o facilitadores del ambiente) como internos (habilidades propias). Este modelo ha sido ampliamente utilizado con éxito en la predicción de una amplia variedad de comportamientos, entre ellos el consumo de alcohol (Ajzen, 2001). Estudios meta-analíticos sobre la TCP (Armitage & Conner, 2001) informan que, en promedio, este modelo da cuenta de un 39% de la varianza en la intención de realizar un comportamiento y de un 27% de la varianza en la realización efectiva del mismo. Pese a que es reciente su utilización en el estudio de los factores cognitivos motivacionales que inciden en el CIEA, la TCP ha demostrado un alto nivel de explicación acerca de la intención y del consumo mismo (Cooke, Sniehotta, & Schuz, 2007; Jamison & Myers, 2008; Johnston & White, 2003). Sin embargo estos trabajos en su mayoría estudian la población universitaria. De acuerdo con la TCP (Ajzen, 2001, 2002) la importancia relativa de cada factor en la determinación - tanto de la intención como del comportamiento - varía de acuerdo a la conducta evaluada y a los grupos estudiados. Estudios realizados en distintos países con población de estudiantes universitarios coinciden en que la actitud predice la intención de CIEA. Sin embargo, la contribución de la norma subjetiva en la predicción de la intención de este comportamiento varía. La relación ha sido probada en los estudios de Jamison y Myers (2008) y Johnston y White (2003). Collins y Carey (2007) no han confirmado esta relación, y según Wall, Hinson y McKee (1998) el impacto de la norma subjetiva en la intención se presenta en los varones. Por ello, para determinar el peso de las variables Ajzen (2001, 2005) señala la importancia de realizar estudios específicos para distintos comportamientos y poblaciones. El presente trabajo se propone estudiar la relación entre los factores cognitivos motivacionales (actitud, norma subjetiva y percepción de control conductual) y la intención de CIEA en estudiantes de nivel secundario diferenciándolos por género. Conocer estos determinantes conductuales que se relacionan con este patrón de consumo es fundamental para diseñar y desarrollar intervenciones efectivas que apunten a comportamientos saludables.

 

Método

Participantes

Se utilizó una muestra no probabilística de 185 alumnos de 3 escuelas secundarias de gestión privada de la ciudad de Mar del Plata. La edad de los estudiantes estuvo comprendida entre los 12 a 18 años (Media = 14.27 años; SD =1.8 años). El 54% eran mujeres. El 87,7% consumió alcohol alguna vez y el 31,4 % de estos presentó al menos una vez en el pasado Consumo intensivo episódico de Alcohol (CIEA).

Instrumentos

Se diseñó un cuestionario que evaluó las siguientes variables:

Variables de la Teoría del Comportamiento Planeado. Se elaboró un cuestionario siguiendo las recomendaciones formuladas por Ajzen (2002). Se realizó una prueba piloto en una muestra de estudiantes secundarios similar a la estudiada (n = 100). Luego de efectuar análisis psicométricos se obtuvo un instrumento compuesto por 16 ítems que evalúa la intención de consumo excesivo en el próximo mes, la norma subjetiva, y el control conductual percibido. La actitud se evaluó mediante un diferencial semántico de 8 pares de adjetivos opuestos. Se incluyeron adjetivos que se referían a aspectos: instrumentales (si el comportamiento logra algo, por ejemplo, útil/inútil), emocionales y vivenciales (cómo se siente el sujeto al realizar un comportamiento, por ejemplo, placentero/displacentero) y aquellos que capturan la evaluación general (bueno/malo) (Ajzen, 2002; Francis et al., 2004). Todas las dimensiones se midieron a través de una escala de respuesta tipo Likert de 5 puntos.

Para analizar la dimensionalidad de cada una de las escalas se empleó Análisis Factorial Exploratorio con método de extracción Máxima Verosimilitud. La medida de adecuación Kaiser-Meyer-Olkin alcanzó un puntaje superior a .5 (entre .65 y .80) y la prueba de esfericidad de Bartlett estuvo por debajo de .05 (p< .001), validando el procedimiento del análisis factorial. Por otra parte, para comprobar los supuestos de normalidad de la muestra, se indagaron los índices de simetría y curtosis de cada una de las variables, y se obtuvieron valores iguales o menores a ± 1.6, considerados por la literatura adecuados (George & Mallery, 2003). Se utilizó Análisis Paralelo (Ledesma & Valero-Mora, 2007) para decidir el número de factores a retener, y se determinó la unidimensionalidad de las escalas. La escala Intensión está constituida por 3 ítems, Actitud y Norma Social por 7 ítems y Control por 5 ítems. Los ítems que conforman cada escala presentan una carga factorial igual o superior a .40. Las propiedades psicométricas de cada escala y ejemplos de ítems se muestran en la Tabla 1. Los adjetivos de las escalas se presentaron alternados en los extremos de manera tal que no siempre el primer estímulo fuera positivo, para minimizar el sesgo de conjunto de respuesta o la tendencia a responder a los ítems del cuestionario de la misma manera independientemente de su contenido (Francis et al., 2004). Para el cálculo del puntaje total de cada escala en primer lugar se recodificaron los ítems invertidos y luego se sumaron los puntajes.

Patrones de Consumo y Tipo de Bebida. Se utilizó el método de frecuencia-graduada, que consiste en preguntar, para cada cantidad de unidades estándar, la frecuencia con que la persona las consume. Las respuestas están pre-categorizadas, la indagación parte de una mayor cantidad y frecuencia de consumo y se va disminuyendo progresivamente. Se consideró como CIEA la ingesta de 5 unidades estándar o más en una misma ocasión. Si bien no existe consenso respecto a las cantidades consideradas para el cálculo del CIEA (véase por ej una revisión sobre este tema en Giménez Costa, 2011) y esto dificulta las comparaciones con otros estudios, se consideró la ingesta de 5 o más unidades estándar en una misma ocasión, sin distinción para varones y mujeres, de acuerdo a como se realiza en otros estudios a nivel nacional en este grupo de edad (SEDRONAR, 2010).

Variables Demográficas. Se realizaron preguntas que indagaron edad y sexo de los participantes.

Procedimiento

El presente trabajo forma parte de un proyecto mayor que cuenta con el aval de un Comité de Ética de Investigación. Los cuestionarios fueron administrados durante el horario de clases por un docente a cargo del curso. La administración de los cuestionarios se realizó en el contexto de tareas docentes con el consentimiento de los directivos de la institución. El docente estuvo presente durante la administración para contestar las dudas que pudiesen surgir en el momento. Los cuestionarios se completaron de manera individual y anónima. Previamente se les explicó a los participantes los alcances de la investigación, que su participación era voluntaria y se aclaró que los datos serían tratados confidencialmente.

Análisis de los Datos. En el presente trabajo se evaluó la predicción de la intención del consumo intensivo episódico de alcohol a partir de las variables del modelo de la Teoría del Comportamiento Planeado: norma subjetiva, actitud y percepción de control conductual. Para ello se realizó un análisis de regresión jerárquica considerando como variable dependiente la intención de CIEA y como independientes al resto de las variables. Previamente a este análisis se realizó un análisis de correlación para establecer la asociación entre las variables.de la TCP. Las variables independientes se introdujeron en dos bloques: (a) edad; (b) actitud, norma subjetiva y percepción de control conductual. Esta estrategia de análisis, utilizada en estudios similares (Norman & Conner, 2006), permite examinar la utilidad de las variables de la TCP en la predicción de la intención del CIEA controlando los efectos de la edad.

En el campo de la psicología social se han estudiado las diferencias de género respecto a las creencias y factores que se relacionan con el consumo de alcohol en general y al CIEA en particular, por lo que los análisis se realizaron por separado para varones y mujeres. Esta estrategia de análisis permite estudiar en cada grupo los determinantes en la intención y ha sido utilizada en otros estudios (Wall et al., 1998).

Para el análisis y gestión de datos se usó el paquete estadístico SPSS versión 15.0 y el software The Visual Statistics System 7 (ViSta), ambas versiones para Windows.

 

Resultados

Los análisis previos respecto a los datos se realizaron de acuerdo a lo sugerido por Pallante (2010) y mostraron que los mismos no violaban las asunciones necesarias para los análisis de regresión. Los coeficientes de Tolerancia no fueron mayores a .10 y FIV menores a 10; los índices de correlación entre las variables no sugirieron colinealidad, las variables independientes correlacionaron con la dependiente y el análisis de los gráficos de Probabilidad Normal Plot (P-P) de la regresión de residuales estandarizados y Scatter plot de los residuales estandarizados no sugirió desviación respecto a la normalidad ni homocedasticidad.

La intención correlaciona de forma positiva con las variables de la TCP. Esta correlación es fuerte con la actitud, la norma social y moderada con el percepción de control conductual (Tabla 2). Es decir, una actitud más positiva, así como la percepción de una mayor presión social por parte de los otros significativos y mayor precepción de control conductual se relaciona con una mayor intención de CIEA.

Predicción del Consumo Excesivo Episodio de Alcohol en Varones

En los varones la edad explica un 22% de la intención de consumo CIEA (R2 = .240, R2 corregida= .226) siendo un predictor significativo de la intención. La inclusión de las variables de la Teoría del Comportamiento Planeado (Modelo 2) aumenta el poder explicativo a un 63% (R2 = .665; R2 corregida = .639, Δ R2 .425).

Los valores β de la edad resultan en el segundo modelo no significativos, lo que indicaría que sus efectos en la intención de CIEA se encuentran mediados por las variables de la Teoría (Tabla 3). La actitud es la única variable que muestra valores β significativos (β .528 p <.0001).

Predicción del Consumo Intensivo Episódico de Alcohol en Mujeres

La edad contribuye en un 29% en la varianza de la intención (R2 = .296, R2 corregida = .287). Incluyendo la variables de la TCP (modelo 2) el valor explicativo aumenta pasando a ser de un 69% (R2 = .706, R2 =corregida .691, Δ R2 = .407). De la misma manera que en el caso de los varones, al incluir las variables de la TCP la edad deja de ser predictora de la intención de CIEA. Las variables que muestran valores β signifi cativos son la actitud (β .521 P <.0001) y la norma subjetiva (β .381 P <.0001; Tabla 4).

 

Discusión

Casi un 88% de los estudiantes encuestados ha consumido alcohol alguna vez, y de estos, un 32% al menos lo ha hecho de forma intensiva en una misma ocasión en el último mes. Esta pre-Casi un 88% de los estudiantes encuestados valencia es similar a la encontrada en estudios ha consumido alcohol alguna vez, y de estos, un llevados a cabo en Córdoba (Argentina) por Pilatti et al. (2010), sobre patrones de consumo en adolescentes, en el que se indica que el 30% de los estudiantes presenta CIEA. Sin embargo, la prevalencia de CIEA es menor a la encontrada en otras investigaciones realizadas en nuestro país, por ejemplo estudios del Observatorio Argentino de Drogas señalan que de los estudiantes de 13 a 17 años de enseñanza media que consumen alcohol, un 60% consumió aunque sea una vez más de 5 unidades estándar en una ocasión (SEDRONAR, 2010). A nivel local un estudio previo muestra una prevalencia del 50% de este patrón de consumo en estudiantes de escuelas secundarias (Lichtenberger et al., 2011). La menor prevalencia hallada en nuestro estudio en parte podría deberse a la edad de los participantes ya que, a diferencia de los estudios citados, se incluyeron jóvenes a partir de los 12 años y el pico de este patrón de consumo se alcanzaría a partir de los 15/16 años. Sin embargo, estos hallazgos dan cuenta de la gravedad de la problemática, constituyendo el principal problema en jóvenes escolarizados (SEDRONAR, 2010). Existe evidencia que en los adolescentes el consumo intensivo episódico de alcohol puede causar daño fisiológico en el cerebro (que madura hasta los 25 años de edad), incrementar de cuatro a cinco veces el riesgo de desarrollar dependencia del alcohol, y ocasionar consecuencias agudas (como conductas de riesgo sexual, accidentes de tránsito, homicidios y suicidios; Obot & Room, 2005). Con respecto a la relación entre las variables de la Teoría del Comportamiento Planeado (TCP) y la intención de CIEA, los resultados obtenidos señalan que la actitud es una variable predictora tanto en varones como en mujeres. Esto sugeriría que esta variable constituye uno de los antecedentes que tiene mayor poder en la formación de la intención, resaltando la importancia de las creencias (variables cognitivas) y su evaluación (componente afectivo) en la decisión de los adolescentes de consumir en exceso en una ocasión. Como señalan Wall et al. (1998), valoraciones más positivas respecto al comportamiento (CIEA) se relacionan con una mayor intención de realizar esta conducta. Este hallazgo coincide con los estudios realizados desde la TPB y el consumo intensivo ocasional (Collins & Carey, 2007; Cooke et al., 2007; Dempster, Newell, & Marley, 2005; Jamison & Myers, 2008; Johnston & White, 2003; Norman, Armitage, & Quigley, 2007; Norman, Bennett, & Lewis, 1998; Norman & Conner, 2006; Wall el al., 1998).

En cuanto a los factores que reflejan la influencia social, solamente en el caso de las mujeres se observó que la norma social es, conjuntamente con la actitud, predictora de la intención de CIEA. Esto podría deberse a una mayor dependencia en relación a los otros significativos, lo que condiciona la intención y la realización efectiva del comportamiento. En relación a esto, Álvarez-Bermúdez, López-García, Rodríguez-Aguilar, Alonso-Castillo y Armendáriz (2009) han demostrado que el consumo de alcohol es utilizado por las mujeres como un favorecedor de la socialización, buscando con esta conducta una mayor aceptación de su entorno. Por último, la percepción de control conductual no resultó ser predictora de la intención de CIEA, ni en varones ni en mujeres. Esto podría deberse a la dificultad señalada por otros autores para la operacionalización del constructo; algunos estudios (Asensio & Bellester, 2001) consideran que se vincularía a la ambigüedad que subyace al concepto, ya que se puede confundir con el de dificultad-facilidad en situaciones en las cuales se considera que existe control a nivel consciente por parte del individuo de la conducta a realizar, pero en realidad puede resultar muy difícil llevarla a cabo.

Este estudio presenta algunas limitaciones. En primer lugar se trata de una muestra de estudiantes de escuelas secundarias de gestión privada de nivel socioeconómico medio y medio alto, por lo que sería necesario replicar el estudio en otros establecimientos. En cuanto al cuestionario, la escala de percepción de control es la que demostró menores índices de fiabilidad. Esta dimensión ha demostrado ser problemática a la hora de su medición (Armitage & Connor, 2001). A pesar de tratarse de un estudio piloto con las consiguientes limitaciones, este trabajo permite aproximarse a la importancia del estudio de los factores psicosociales relacionados con el CIEA. Evaluar los determinantes cognitivos-motivacionales asociados de esta modalidad de consumo permite detectar información pertinente para el diseño de intervenciones. Si los jóvenes consideran el CIEA como algo agradable y seguro (entre otras creencias y valoraciones) estas evaluaciones tendrían que contemplarse al momento del diseño de programas destinados a prevenir este patrón de consumo. En el caso de las mujeres sería conveniente incluir, juntamente con la valoración, la presión social que las mismas sienten en relación al CIEA. En este sentido incluir los aspectos cognitivos motivacionales en las campañas, políticas y programas de intervención posiblemente podría ayudar a alcanzar los resultados esperados de disminución del CIEA en los adolescentes.

 

Referencias

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Recebido: 05/07/2012
1ª revisão: 20/12/2012
Aceite final: 11/01/2013

 

 

Dirección para correspondencia:
Facultad de Psicología, Universidad Nacional de Mar del Plata, Complejo Universitario
Funes 3250, Cuerpo V, Nivel II
Mar del Plata, Argentina 7600
E-mail: ripeltzer@gmail.com, rbrandariz@gmail.com, ayelen.biscarra@yahoo.com.ar, pablop6s@yahoo.com.ar, kaconde@yahoo.com.ar y mariana_cremonte@yahoo.com.ar