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Psicologia Escolar e Educacional

versão impressa ISSN 1413-8557

Psicol. esc. educ. v.5 n.1 Campinas jun. 2001

 

ARTIGOS

 

Depresión en adolescentes. Relaciones con el desempeño acadêmico

 

Depression in adolescents. Relationship with academic achievement

 

 

Mirna Viviana Pérez1; Sebastián Urquijo1

Facultad de Psicología, Universidad Nacionalde Mar del Plata

Endereço para correspondência

 


RESUMEN

El objetivo de este trabajo fue, por un lado, explorar los indicadores de depresión en escolares adolescentes, de acuerdo al sexo, la edad y el tipo de escuela a la que concurren y, por otro lado, determinar su relación con el desempeño académico en las áreas de lengua y matemática. Los instrumentos empleados para el relevamiento de datos fueron un Cuestionario de Depresión para niños y pruebas de logro utilizadas en operativos provinciales de evaluación de calidad educativa. Se trabajó con una muestra de 888 alumnos del 7º y 9º año de EGB., de ambos sexos, asistentes a escuelas públicas y privadas. Los resultados globales indicaron débiles correlaciones negativas estadísticamente significativas entre los indicadores de depresión y el rendimiento escolar en ambas áreas. Sin embargo, un análisis pormenorizado de acuerdo al sexo, la edad y el tipo de escuela, indicó que esa asociación depende de estas variables y que los efectos se observan en las mujeres y en los alumnos de las escuelas públicas.

Palabras claves: Depresión, Desempeño académico, Adolescentes, Tercer ciclo de E.G.B.


ABSTRACT

The aim of this work was, to explore the depression index in young students, according sex, age and school type, and, to determine relationships between academic achievement in Math and Spanish. Instruments used to collect data were the Children’s Depression Scale (CDS) and achievement tests used in the Argentine operative for educational quality evaluation. Sample was 888 students, 7º and 9º grade of private and public elementary schools. General results indicate low and negative correlations between depression indicators and academic achievement in Math and Spanish. However, a detailed analysis in function of sex, age and school type, indicate that this association depend of these variables and the effects appear only in women and public schools students.

Keywords: Depression, Academic achievement, Adolescence, Third high school level.


 

 

INTRODUCCIÓN

Según Lang y Tisher (1997), y de acuerdo a la literatura científica, los síndromes depresivos en niños y adolescentes muchas veces no llegan a ser diagnosticados. Este hecho puede atribuirse a diferentes motivos: 1) las manifestaciones clínicas son distintas a las de los adultos, 2) los niños e incluso los adolescentes no son capaces de identificar lo que les ocurre como depresión, y 3) los adultos relevantes en la vida del niño y el adolescente no pueden creer que a esa edad se sufra de depresión, y además el hecho de admitirlo puede significar para ellos un fracaso como padres o educadores. Cuando se identifica un cuadro depresivo en un niño o joven debe resolverse el problema de si puede considerarse un fenómeno normal propio de su estadio de desarrollo, o representa un fenómeno patológico. Al respecto, Lang y Tisher (1997) opinan que la literatura científica muestra una considerable confusión sobre el concepto y la presencia de la depresión en la infancia y la adolescencia y, que esto, genera la necesidad de explorar esta entidad utilizando métodos sistemáticos y estructurados.

Por otra parte, los informes sobre la frecuencia dela depresión en adolescentes varían mucho. En la revisión de la literatura que realizan Lefkowitz y Tesiny (1980) se observa que un 20% de la población infantil parece presentar los síntomas de problemas depresivos observados normalmente en muestras clínicas. Más preocupantes resultan los resultados reportados por Meierhofer (1971) sobre un estudio longitudinal con más de 50 niños, donde observó que en un 25% de los casos surgieron estados depresivos. Contrasta con este dato un informe de Nissen (1971), quién encontró estados depresivos graves y moderadamente graves solo en un 1,80% de los casos de una muestra de 6.000 sujetos. Se supone que las principales razones de la amplia variedad de frecuencias observadas serían las divergencias en el significado del concepto de depresión, la diversidad de las muestras y los instrumentos utilizados para evaluarla.

De acuerdo al DSM-IV (American Psychiatric Association, 1995), el trastorno depresivo mayor, tanto en adolescentes como en adultos, es dos veces más frecuente en mujeres que en varones. En la edad prepuberal los niños y las niñas están afectados en la misma proporción. El riesgo para el trastorno depresivo mayor a lo largo de la vida en las muestras de población general ha variado entre el 10 y el 25% para las mujeres y entre el 5 y el 12% para los varones. La prevalencia puntual del trastorno depresivo mayor en adultos en muestras de población general ha variado entre el 5 y el 9% para las mujeres y entre el 2 y el 3 % para los varones. En relación a la Distimia, el DSM-IV (American Psychiatric Association, 1995) indica que en los niños el trastorno distímico parece presentarse por igual en ambos sexos y provoca frecuentemente un deterioro del rendimiento escolar y de la interacción social. En general, los niños y adolescentes con un trastorno distímico están irritables e inestables, además de tristes. Tienen una baja autoestima y escasas habilidades sociales, y son pesimistas. La prevalencia-vida del trastorno distímico es aproximadamente del 6%. La prevalencia puntual del trastorno distímico es aproximadamente del 3%. Las tasas de prevalencia para los trastornos depresivos parecen no estar relacionadas con la raza, el nivel de estudios o de ingresos económicos, ni con el estado civil. Aportando alguna información adicional, Lang y Tisher (1997) sostienen que la prevalencia de la depresión, entre los 8 a los 16 años, no presenta diferencias entre sexos y que conforme al aumento gradual de la edad los niños mayores tienden a ser menos depresivos. Sin embargo, un estudio sobre la depresión infantil dirigido por Cabaco (1995), analizando la influencia del medio de residencia y del sexo, reporta la existencia de diferencias significativas a favor de un perfil mejor en el medio urbano y entre los varones.

La revisión de la literatura, tal como fue expuesta al inicio de este trabajo, revela que la depresión infantil y adolescente se asocia, con mucha frecuencia, con el deterioro del rendimiento escolar. Por ejemplo, encontramos que Rosemberg, Schooler y Schoembach (1989) comprobaron la existencia de una relación causal bidireccional entre autoestima y depresión asociada a la delincuencia juvenil y a un desempeño académico pobre. En 1995, Rosemberg, Schooler, Schoenbach y Rosemberg encontraron que la autoestima académica es un buen predictor del rendimiento escolar. Según Luthar y Blatt (1995) los sujetos con alto grado de autocrítica muestran mayor depresión que se asocia con dificultades en el desempeño académico y el funcionamiento interpersonal. En general, según Reinherz, Frost y Pakiz (1991), los adolescentes con altos valores de depresión reportan mayor número de problemas emocionales y de conducta, logro académico inferior y mayor abuso de drogas. French, Conrad y Turner (1995) encontraron que los adolescentes caracterizados como antisociales y rechazados por sus pares tenían dificultades de ajuste, depresión y bajos logros académicos. En 1990, Kordacova analizó la relación entre el éxito en la resolución de problemas y los rasgos de personalidad pero, a diferencia de los resultados de otras investigaciones, la hipótesis de la relación entre el fracaso en la resolución de problemas y los rasgos de personalidad negativa tales como nerviosismo, agresión espontánea y depresión no fue confirmada. Por su parte, Hamilton, Asarnow y Tompson (1997) trabajaron con una muestra clínica y encontraron que el desempeño académico de los niños depresivos fue similar a los sujetos normales y mejor que el de los esquizofrénicos.

Si evaluamos la existencia de diferencias según el sexo, un estudio realizado por Au (1995) sobre el efecto del fracaso académico y las atribuciones causales sobre la desesperanza aprendida de quienes tienen bajo desempeño académico, indicaría que los varones tenían más experiencias de fracaso académico y desesperanza aprendida que las mujeres. Por el contrario, los resultados de Rothenberg (1995) sugieren que para las niñas, los grados medios pueden ser ocasión de una significativa disminución de su autoestima y desempeño académico. Las razones de ello no están claras, peroinvolucran a varios factores. Uno de ellos, sería el trato preferencial que los varones reciben en la clase. Comparadas con los varones, las adolescentes padecen mayores niveles de estrés, y tienen mayor probabilidad de ser depresivas, y de cometer suicidio. La depresión en las jóvenes se halla asociada a sentimientos negativos acerca de su cuerpo y apariencia. Desde el punto de vista preventivo, los padres pueden colaborar educando a las chicas libres de expectativas estereotipadas de roles, preguntando regularmente sobre la participación de sus hijas en el colegio, escuchando sus preguntas y quejas sobre pares y adultos, y teniendo cuidado de que no reciban mensajes contradictorios. Los docentes pueden apoyar la participación de las niñas en los cursos académicos, tratar directamente cuestiones de género, y desarrollar programas escolares que ofrezcan igualdad de oportunidades a niñas y niños.

En relación a la prevención, Jaycox, Reivich, Gillham y Seligman (1994) evaluaron la eficacia de un programa para prevenir el desarrollo de síntomas depresivos en escolares con técnicas de terapia cognitiva con el objeto de reducir los síntomas depresivos y dificultades relacionadas a problemas de conducta, bajo desempeño académico y baja competencia social. Los síntomas depresivos fueron significativamente reducidos y la conducta en la clase mejoró significativamente con el tratamiento del grupo. Por otro lado, Zhang (1994) halló que la mejora a partir de la intervención con el modelo de resolución de conflictos constructivos incrementa el apoyo social y disminuye la victimización para los estudiantes. Los cambios en las relaciones interpersonales de los estudiantes permiten aumentar la autoestima y tener actitudes positivas hacia la vida. A su vez, disminuir la depresión y la ansiedad favorece el locus de control interno lo que contribuye a aumentar el logro académico.

De lo expuesto previamente, se desprende la conclusión lógica de que el estudio de la frecuencia de los estados depresivos en los adolescentes y su asociación con la edad, el sexo y el nivel socio-económico, es significativa por sí misma, pues aporta gran información y posibilita estudiar su relación con otras variables. Asimismo, dado que las etapas sucesivas del desarrollo individual abren posibilidades de intervenciones psico-sociales para promover la salud, es precisamente la adolescencia un período crucial donde se consolidan muchas actitudes y pautas para la propia vida que merecen ser estudiadas para favorecer el afrontamiento de los jóvenes. La transición a la adolescencia es una etapa compleja en la cual muchos valores pueden ser replanteados. Las disfunciones familiares (pobre habilidad comunicativa, interacciones abusivas, etc.) y las presiones ambientales (exigencias académicas, constante movilidad y disponibilidad de drogas), podrían llevar a la depresión y a la falta de habilidad para afrontar el estrés aumentando el riesgo de suicidio (Capuzzi, 1994). Y no debemos olvidar la actual situación que atraviesa la sociedad argentina, caracterizada por una fuerte crisis socio-económica que supone importantes repercusiones en la familia y en la escuela.

Objetivos

1. explorar las características de los estados depresivos en adolescentes y su asociación con la edad, el sexo y el nivel socio-económico.

2. explorar las relaciones entre la depresión y el rendimiento escolar en adolescentes.

 

MÉTODO

Participantes

Se trabajó con 888 alumnos de 7º y 9º año de escuelas públicas (tres marginales, de bajos recursos/alto riesgo y tres céntricas, de recursos medios/mediano riesgo) y privadas (tres escuelas céntricas, de altos recursos/bajo riesgo) de la ciudad de Mar del Plata, Argentina. 447 del sexo femenino -253 de 7º año de EGB y 194 de 9º año de EGB, y 441 de sexo masculino, 247 de 7º año de EGB y 194 de 9º año de EGB-. La media de edad del total de la muestra fue de 13,47 años. La media de edad de los alumnos de 7º año fue de 12,83 años y la de los alumnos de 9º fue de 14,36 años. El criterio de selección fue la asistencia a clase el día de administración de los instrumentos de evaluación. Finalmente, se obtuvieron datos completos de 706 sujetos

Instrumentos

Para evaluar la depresión se utilizó la adaptación española del Cuestionario de Depresión para niños (CDS) de Lang y Tisher (1997) compuesto por 66 elementos, 48 de tipo depresivo y 18 de tipo positivo. El Total Depresivo (TD) agrupa 6 subescalas: RARespuesta afectiva, que indica el estado de humor de los sentimientos del sujeto; PS- Problemas sociales, indica dificultades en la interacción social, aislamiento y soledad del niño; AE- Autoestima, se relaciona con sentimientos, conceptos y actitudes del niño en relación con su propia estima y valor; PM- Preocupación por la muerte/salud, alude a sueños y fantasías en relación con su enfermedad y muerte; SC- Sentimiento de culpabilidad, se refiere a la auto-punición del niño; y DV- Depresivos varios, incluye cuestiones de tipo depresivo que no pudieron agruparse para formar una entidad. El Total Positivo (TP) agrupa 2 subescalas: AA- Ánimo-alegría, que alude a la alegría, diversión y felicidad en la vida del niño, o a su incapacidad para experimentarlas; y PV- Positivos varios, incluye aquellas cuestiones positivas que no pudieron agruparse para formar una entidad.

Para evaluar el desempeño académico se utilizaron las pruebas de logro en las áreas de Lengua y Matemática utilizadas en los operativos de la provincia de Buenos Aires para la evaluación de la calidad educativa. La prueba de matemática consto de 30 ítems, en tanto la evaluación de lengua constó de 35 ítems para el nivel de 7° grado y 39 ítems para 9° grado diferenciados en tres partes que permitieron conocer el progreso en la escucha, la lectura y la escritura de textos.

 

RESULTADOS

Inicialmente, en la tabla 1, pueden compararse los estadísticos obtenidos en este estudio para todas las escalas, con la primera muestra de control original y los resultados de la adaptación española del instrumento realizada por TEA.

 

Se puede observar que los resultados obtenidos en este estudio son similares a los resultados recogidos en otras poblaciones, para todas las escalas. Esto supone una nueva evidencia a favor de la fiabilidad y validez del instrumento y alienta los supuestos de que las diferencias socio-culturales no interferirían con los resultados.

Acorde a los objetivos del trabajo y con el fin de explorar las características de los estados depresivos en adolescentes, relacionadas al desempeño académico, presentamos los resultados y analizamos sus diferencias de acuerdo con la edad, en función del curso al que asisten (tabla 2), el sexo (tabla 3) y el tipo de escuela (tabla 4).

Se observa que las puntuaciones medias para el Total Depresivo son superiores en los alumnos con menor edad (7º año). Con relación al desempeño académico, observamos que tanto en matemática, cuanto en lengua, las medias de los resultados obtenidos por los alumnos mayores (9º año) son superiores a las medias de los alumnos menores (7º año). El análisis estadístico, utilizando la prueba t para comparación de medias, indica que las diferencias entre séptimo y noveno año son significativas para el Total Depresivo (t=3,900 con p=,000), para el desempeño en matemáticas (t=-2,621 con p=,009) y para el desempeño en Lengua (t=-8,888 con p.=,000).

Se puede observar que los resultados obtenidos en este estudio son similares a los resultados recogidos en otras poblaciones, para todas las escalas. Esto supone una nueva evidencia a favor de la fiabilidad y validez del instrumento y alienta los supuestos de que las diferencias socio-culturales no interferirían con los resultados.

En este caso, se observa que las puntuaciones medias para las variables abalizadas son superiores en las mujeres, sustentando la idea de que presentan niveles más elevados de depresión pero, sin embargo, tienen un mejor desempeño académico. El análisis estadístico, utilizando la prueba t para comparaciónde medias, indica que las diferencias entre varones y mujeres no son estadísticamente significativas para el desempeño en matemáticas (t=,181 con sig=,857) pero si son significativas para el Total Depresivo (t=5,543 con sig=,000) y para el desempeño en Lengua (t=2,391 con sig.=,017).

Cuando analizamos los resultados en función de la asistencia a escuelas privadas o a escuelas públicas las diferencias se hacen más evidentes, en el sentido de que los alumnos de escuela públicas, presentan niveles más altos de depresión y desempeños académicos marcadamente inferiores a los obtenidos por los alumnos de escuelas privadas. Los resultados de los análisis estadísticos utilizando la prueba t para evaluar diferencia de medias, indican que las diferencias entre escuela pública y escuela privada son estadísticamente significativas para todas las variables analizadas: para el Total Depresivo (t=5,358 con sig=,000), para el desempeño en matemáticas (t=-17,121 con sig=,000) y para el desempeño en Lengua (t=14,810 con sig.=,000).

 

 

Siguiendo los objetivos del trabajo y con el fin de explorar la asociación entre las características de los estados depresivos en adolescentes y su desempeño académico, realizamos un análisis de correlación lineal que indicaron asociaciones negativas estadísticamente significativas entre el Total Depresivo y el desempeño en Matemáticas (r=-,299, con sig<,01), y el desempeño en Lengua (r=-,257 con sig<,01). Estos resultados indican que existe una asociación estadísticamente significativa entre los indicadores de depresión y los resultados de las pruebas de desempeño académico. Esa asociación es débil e indicaría la existencia de una leve tendencia que sugiere que, a medida que aumentan los niveles de depresión disminuyen las puntuaciones en el desempeño académico. Sin embargo, como los análisis realizados permitieron verificar la existencia de diferencias en función del sexo, el curso y el tipo de escuela, creemos que resulta importante discriminar el análisis de esta tendencia global, separando estas variables. En la tabla 5 se presentan los resultados.

En estos resultados encontramos muchos datos llamativos. Inicialmente, y contradiciendo el efecto general observado anteriormente, observamos que las correlaciones entre indicadores de depresión y desempeño no resultan significativas, en ningún caso, para los alumnos de las escuelas privadas, independientemente de su sexo o del curso al que asistan.

 

Al centrar la atención en los alumnos de las escuelas públicas, observamos un efecto consistente para los hombres, tanto de 7º cuanto de 9º, en ambas pruebas y para las mujeres de 7º en lengua y de 9º en matemáticas, que representa una asociación mediabaja, negativa y estadísticamente significativa entre el Total Depresivo del CDS y los resultados del desempeño académico. Esta tendencia indicaría que, a medida que aumentan los niveles de depresión disminuyen las puntuaciones en las pruebas de logro, confirmando los supuestos iniciales de este trabajo.

Finalmente, para completar el análisis de las características de la depresión en nuestra población, determinamos el porcentaje de sujetos, discriminados por sexo, curso y escuela, que presentaron puntuaciones superiores al percentil 75 y al percentil 90. Debemos recordar que, de acuerdo a Lang y Tisher (1997), puntuaciones superiores al percentil 75 indican un gran desvío de la media, representando indicadores de depresión infantil; y puntuaciones superiores al percentil 90 indican valores extremos que suponen la marcada presencia de indicadores patológicos de depresión. A continuación, en la tabla 6, presentamos los porcentajes de sujetos que obtienen puntuaciones superiores a los percentiles 75 y 90, discriminados por sexo, curso y tipo de escuela. En estos resultados, se observan claramente las tendencias destacadas anteriormente.

Se observan puntuaciones superiores e indicadores más fuertes de depresión en las mujeres que en los hombres, en los sujetos de 7º año que en los de 9º año y en las escuelas públicas que en las privadas. Consecuentemente, el grupo con mayor cantidad de puntuaciones extremas está compuesto por las mujeres de 7º año de las escuelas públicas y el grupo con menor porcentaje de puntuaciones extremas, está formado por los varones de 9º año de las escuelas privadas.

 

 

CONCLUSIONES

Al respecto de las diferencias que pueden existir en los niveles de depresión de acuerdo a la edad de los sujetos, nuestros resultados permitieron confirmar que las puntuaciones que indican niveles superiores de depresión, son superiores en los alumnos con menor edad (7º año), confirmando la opinión de Lang y Tisher (1997) en cuanto sostienen que conforme al aumento gradual de la edad los niños mayores tienden a ser menos depresivos.

Con relación a las diferencias entre sexos, nuestros resultados indican, de forma significativa, que las puntuaciones medias de depresión son claramente superiores en las mujeres contradiciendo, por un lado, a Lang y Tisher (1997), quienes sostienen que la prevalencia de la depresión, entre los 8 a los 16 años, no presenta diferencias entre sexos y, por otro lado, a los resultados presentados por Au (1995) que indicarían que los varones tenían más desesperanza aprendida que las mujeres. Sin embargo, los datos extraídos de nuestra muestra confirman los resultados obtenidos por Cabaco (1995), quién también reporta la existencia de diferencias significativas a favor de un perfil mejor en los varones, o de Rothenberg (1995) que sugiere que, comparadas con los varones, las adolescentes mujeres tienen mayor probabilidad de ser depresivas, y de cometer suicidio. En este caso, supone que la depresión en las jóvenes se halla asociada a sentimientos negativos acerca de su cuerpo y apariencia.

Cuando analizamos los resultados en función de la asistencia a escuelas privadas o a escuelas públicas, es decir, a escuelas con alumnos que tienen un nivel socio-económico alto o a escuelas con un nivel socioeconómico bajo, las diferencias entre las puntuaciones de depresión se hacen más evidentes, en el sentido de que los alumnos de escuela públicas, presentan niveles más altos de depresión que los obtenidos por los alumnos de escuelas privadas. El estudio realizado por Cabaco (1995), analizando la influencia del medio de residencia y del sexo, reporta la existencia de diferencias significativas a favor de un perfil mejor en el medio urbano.

De acuerdo a varios trabajos presentados en la introducción, la depresión infantil y adolescente se asocia, con mucha frecuencia, con el deterioro del rendimiento escolar. Así lo demuestran los resultados obtenidos por Rosemberg, Schooler y Schoembach (1989), Rosemberg, Schooler, Schoenbach y Rosemberg (1995), Luthar y Blatt (1995), Reinherz, Frost y Pakiz (1991), French, Conrad y Turner (1995). Sin embargo, existen estudios como el de Kordacova (1990) o el de Hamilton, Asarnow y Tompson (1997) quienes no encontraron diferencias significativas en el rendimiento académico de niños depresivos o niños normales. En nuestro estudio, cuando exploramos la asociación entre las características de los estados depresivos en adolescentes y su desempeño académico, encontramos asociaciones negativas estadísticamente significativas entre el Total Depresivo y el desempeño en Matemáticas y en Lengua. Y estos resultados indican que existe una asociación estadísticamente significativa entre los indicadores de depresión y los resultados de las pruebas de logro. Esa asociación es débil, pero significativa, e indicaría la existencia de una leve tendencia que sugiere que, a medida que aumentan los niveles de depresión disminuyen las puntuaciones en el desempeño académico, confirmando los resultados citados con mayor frecuencia en la literatura. Sin embargo, como en los resultados anteriores realizados en función del sexo, el curso y el tipo de escuela, encontramos muchos datos llamativos debemos destacar que las correlaciones entre indicadores de depresión y desempeño no resultan significativas, en ningún caso, para los alumnos de las escuelas privadas, independientemente de su sexo o del curso al que asistan. Al centrar la atención en los alumnos de las escuelas públicas, observamos un efecto consistente para los hombres, tanto de 7º cuanto de 9º, en ambas pruebas y para las mujeres de 7º en lengua y de 9º en matemáticas, que representa una asociación media-baja, negativa y estadísticamente significativa entre el Total Depresivo del CDS y los resultados del desempeño académico.

Como anticipamos, los alumnos de escuelas públicas, caracterizados por su pertenencia a sectores socioeconómicos y culturales más desfavorecidos presentan puntuaciones superiores en los niveles de depresión. Evidentemente, los resultados indican que estas características depresivas más acentuadas en este segmento de población, se asocian de forma significativa al rendimiento académico, incidiendo negativamente a medida que aumentan los indicadores de depresión. Y este efecto es más marcado en los sujetos de sexo masculino. Se podría pensar que las condiciones socioeconómicas desfavorables del medio además de las necesidades básicas insatisfechas generan sentimientos de indefensión, caracterizados por la desesperanza, el sufrimiento y la marginación con tal intensidad que no pueden ser compensados a través de mecanismos psicológicos naturales. Y esta presión, no podría dejar de influir el desempeño académico. La ausencia de motivación, la creencia de que la realidad no podrá ser modificada o la sensación de que la asistencia a establecimientos educativos no generará cambios en las condiciones de vida, comprometerían los procesos de enseñanza y aprendizaje de los sujetos. Finalmente, al analizar las puntuaciones superiores al percentil 75, que indican un gran desvío de la media, representando indicadores de depresión infantil; y puntuaciones superiores al percentil 90 indican valores extremos que suponen la marcada presencia de indicadores patológicos de depresión, encontramos que las frecuencias encontradas en nuestra población muestran una tendencia marcada que indica puntuaciones superiores e indicadores más fuertes de depresión en las mujeres que en los hombres, en los sujetos de 7º año que en los de 9º año y en las escuelas públicas que en las privadas. Consecuentemente, el grupo con mayor cantidad de puntuaciones extremas está compuesto por las mujeres de 7º año de las escuelas públicas y el grupo con menor porcentaje de puntuaciones extremas, está formado por los varones de 9º año de las escuelas privadas.

Y esto resulta interesante pues es sintónico con el DSM-IV (American Psychiatric Association, 1995), ya que el trastorno depresivo mayor, tanto en adolescentes como en adultos, es dos veces más frecuente en mujeres que en varones, a pesar de que nuestros resultados contradicen la idea de que en la edad prepuberal los niños y las niñas están afectados en la misma proporción. En relación a la Distimia, el DSM-IV indica que en los niños el trastorno distímico parece presentarse por igual en ambos sexos y provoca frecuentemente un deterioro del rendimiento escolar y de la interacción social. En general, los niños y adolescentes con un trastorno distímico están irritables e inestables, además de tristes. Tienen una baja autoestima y escasas habilidades sociales, y son pesimistas.

 

REFERENCIAS

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Endereço para correspondência:
Facultad de Psicología, Universidad Nacional de Mar del Plata.
Funes 3280, cuerpo 5, nivel 3.
7600 - Mar del Plata – Argentina.
TE/FAX: +54 (223) 475-2526 - 475-2266
e-mail: urquijo@mdb.edu.ar

 

Recebido em: 17/08/2001
Revisado em: 23/10/2001
Aprovado em: 20/11/20011

 

 

1Docentes e Investigadores del Grupo de Investigación en Psicologia Cognitiva y Educacional.