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Universitas Psychologica

versão impressa ISSN 1657-9267

Univ. Psychol. v.6 n.2 Bogotá ago. 2007

 

ARTÍCULOS ORIGINALES

 

Escala de Racismo Moderno: propiedades psicométricas y su relación con variables psicosociales

 

The Modern Racism Scale: psychometric properties and its relationship with psychosocial variables

 

 

Manuel Cárdenas*

Universidad Católica del Norte, Chile, * Escuela de Psicología, Facultad de Humanidades, Universidad Católica del Norte. Av. Angamos 0610, Antofagasta, Chile. Correo electrónico: jocarde@ucn.cl

 

 


ABSTRACT

An adaption of McConahay, Harder and Batts’ (1981) moderm racism scale is presented for Chilean population and its psychometric properties, (reliability and validity) are studied, along with its relationship with other relevant psychosocial variables in studies on prejudice and ethnic discrimination (authoritarianism, religiousness, political position, etc.), as well as with other forms of prejudice (gender stereotypes and homophobia). The sample consisted of 120 participants, students of psychology, resident in the city of Antofagasta (a geographical zone with a high number of Latin-American inmigrants). Our findings show that the scale seems to be a reliable instrument to measure the prejudice towards Bolivian immigrants in our social environment. Likewise, important differences among the subjects are detected with high and low scores in the psychosocial variables used.

Keywords: modern racism, prejudice, immigration, Chile.


RESUMEN

Se presenta una adaptación a la población chilena de la escala de racismo moderno de McConahay, Hardee y Batts (1981), de la que se estudian sus propiedades psicométricas (fiabilidad y validez) y su relación con otras variables psicosociales relevantes en los estudios sobre prejuicio y discriminación étnica (autoritarismo, religiosidad, posición política, etc.), así como su relación con otras formas de prejuicio (estereotipos de género y homofobia). La muestra quedó compuesta por 120 sujetos, estudiantes de la carrera de psicología, residentes en la ciudad de Antofagasta (una zona geográfica con alta recepción de inmigrantes provenientes de otros países latinoamericanos). Los análisis realizados muestran que la escala parece ser un instrumento fiable para medir el prejuicio hacia los inmigrantes bolivianos en nuestro entorno social. Asimismo, se detectan importantes diferencias entre los sujetos con puntajes altos y bajos en la escala, en las variables psicosociales utilizadas.

Palabras clave: racismo moderno, prejuicio, inmigración, Chile.


 

 

Parece un hecho evidente que en Chile el prejuicio y los estereotipos hacia las minorías étnicas no se han alterado mayormente en el último tiempo, como tampoco las acciones discriminatorias que se derivan de éstos, situación que se manifiesta en un rango de conductas que van desde las expresiones verbales de disgusto hasta los ataques violentos. Si bien la población en general puede parecer más tolerante, creemos que una mirada más profunda nos revela los serios problemas de convivencia que existen en el seno de nuestra sociedad y las condiciones de inequidad de trato a las que son sometidas las personas inmigrantes. Por otra parte, las actitudes de la población hacia las minorías sexuales sólo han sido estudiadas en nuestro país dentro de sondeos de opinión muy amplios y por medio de instrumentos que pocos datos aportan con respecto a sus características psicométricas.

En contraste con las antiguas expresiones de prejuicio racial o étnico, abiertamente hostiles, hemos podido constatar la aparición de nuevas formas, que lejos de indicarnos una disminución del prejuicio tienden a mostrarnos la adaptación de éste a los nuevos valores de nuestra época (supuestamente igualitarios y democráticos). Esta sustitución, caracterizada por ser gradual y por ciertas formas de expresión de corte más sutil e indirecto, contribuye a encubrir y oscurecer el hecho de que la discriminación sigue ejerciéndose. También permite desviar la atención de las funciones que ésta cumple (segmentación y jerarquización social) y del hecho de favorecer a determinados grupos sociales.

Desde hace ya unos años se han detectado serios problemas en las escalas de medidas que buscan dar cuenta del prejuicio, ya que sus ítems se han vuelto predecibles y, por lo mismo, la respuesta a ellos es la socialmente deseable. Consecuentemente, han surgido diversos constructos (y sus respectivos instrumentos) que intentan detectar y dar cuenta de las “expresiones modernas” del prejuicio y la discriminación, entre los que se cuentan los de “prejuicio sutil” (Pettigrew & Meertens, 1995), “racismo aversivo” (Gaertner & Dovidio, 1986) y “racismo moderno” (McConahay & Hough, 1976).

El constructo “racismo moderno” enfatiza la naturaleza “ideológica” del prejuicio y su temprano enraizamiento social (el cual no estaría necesariamente vinculado con la experiencia personal). En este sentido, se refiere a conductas simbólicas que apuntarían a develar la idea de que el exogrupo estaría violando valores arraigados y ejerciendo una excesiva e ilegítima presión para alterar el status quo. Se trataría de personas que creen que la discriminación es un asunto del pasado y que las minorías están presionando con mucha fuerza y rapidez para instalarse en lugares en los que no son queridos (McConahay, 1986). Estas expresiones indirectas y “frías” (en contraste con las tradicionales que se suponen más directas y “en caliente”) implican una racionalización de las conductas de discriminación que llevaría a cambiar los tradicionales sentimientos hostiles, tales como el odio o la ira, por otros como la desconfianza, la inseguridad, el disgusto o el miedo. A su vez, éstos llevarían a la evitación del contacto (Gaertner & Dovidio, 1986).

En su origen la escala original estuvo conformada por siete ítems (McConahay et al., 1981), a los cuales se le añadieron con posterioridad otros complementarios (McConahay, 1986). Los autores defienden su escala argumentando que resulta más sensible para detectar las nuevas formas de expresión del racismo, dado que ha sido construida con ítems menos reactivos que las escalas convencionales. En este sentido, intenta indagar en las expresiones sutiles del racismo y en sus factores más indirectos o simbólicos, lo que la constituye en un instrumento poco sensible al sesgo de deseabilidad social. La escala de “racismo moderno” ha enfatizado la necesidad de generar ítems que no generen una reacción directa que impida que los sujetos contesten de una forma “adecuada”, simplemente para no tener que asumirse abiertamente como prejuiciosos o racistas a la “antigua usanza”.

Esta escala ha sido probada con buenos resultados en diferentes contextos (Augustinos, Ahrens & Innes, 1994; Lepore & Brown, 1997; Navas, 1998) y ha mostrado ser un instrumento fiable para medir el prejuicio en sus expresiones contemporáneas. Una serie de estudios y análisis sobre la escala nos indican coeficientes de fiabilidad (alfa de Cronbach) sumamente variables que van desde 0.51 a 0.86 (Biernat & Crandall, 1999), así como coeficientes de fiabilidad test-retest que van desde 0.72 a 0.93. Con respecto a las medidas de validez, el constructo racismo moderno manifiesta correlaciones bajas, e incluso negativas, con escalas que miden formas tradicionales de prejuicio (r = -0.30 con la escala de Schuman & Harding (1963); r = 0.38 con el “termómetro de sentimientos anti-negro”). También se han reportado correlaciones con una variedad de indicadores políticos y sociales, tales como religiosidad convencional (r = 0.41), patriotismo (r = 0.40), actitudes negativas hacia minorías estigmatizadas (r = 0.47) y sexismo (r = 0.47) (Glick & Fiske, 1996).

El trabajo que presentamos a continuación pretende adaptar la escala a la población chilena, con el fin de observar su funcionamiento en nuestro entorno y testear la relación del contracto medido por la escala de “racismo moderno” (prejuicio) con otras variables psicosociales relevantes.

Teniendo en cuenta que nos movemos en una sociedad donde el discurso democrático pretende ejercer una fuerte presión igualitaria y antidiscriminatoria, y tomando en consideración los datos más relevantes disponibles en la literatura psicosocial sobre prejuicio y discriminación, nuestras principales hipótesis serán: 1) Esperamos encontrar diferencias significativas entre los sujetos con alto y bajo puntaje en la escala de “racismo moderno” en una serie de variables (que nos servirán como indicadores de validez). Concretamente, se encontrarán diferencias significativas en: 1.1) la cantidad de mociones positivas que se expresan hacia los inmigrantes bolivianos; los puntajes altos son los que menos emociones positivas expresan; 1.2) se hallarán diferencias significativas entre los sujetos con puntajes altos y bajos en la escala, en la cantidad de emociones negativas tradicionales; 1.3) los sujetos con puntajes altos en la escala (prejuiciosos) manifestarán mayores niveles de autoritarismo; 1.4) religiosidad; y, 1.5) medidas de agrado de contacto significativamente menores. Por otra parte, se espera encontrar 2) una alta correlación entre los puntajes de los sujetos y los obtenidos en otras escalas que miden nuevas expresiones del prejuicio (escala de “prejuicio sutil”) y 3) correlaciones bajas entre los puntajes de los participantes en la escala de “racismo moderno” y otras que midan prejuicio en su forma tradicional (escala de prejuicio manifiesto); 4) se espera que los sujetos con puntajes altos en la escala de “racismo moderno” puntúen de forma significativamente más alta que los sujetos no prejuiciosos en otras escalas que miden formas diferentes de prejuicio (homofobia, estereotipos de género); 5) los sujetos con puntuación baja en la escala se caracterizarán por su deseo de mejorar la situación del exogrupo analizado, tanto en lo referido a sus derechos y ayudas que la administración debería brindarles, como respecto a las políticas futuras a seguir con ellos.

 

Método

Muestra

La muestra se compuso por 120 estudiantes, 43 hombres (35.6%) y 77 mujeres (64.2%), cuyas edades fluctuaban entre 18 y 34 años (media de 21.96 y desviación típica de 3.45), y que se encontraban cursando el primer año de la carrera de psicología en la Universidad Católica del Norte.

Instrumento

El instrumento utilizado consta de tres secciones. La primera estaba destinada a recabar información sobre datos sociodemográficos de la muestra y sobre algunas características de orden general, tales como: sexo; edad; nivel socioeconómico (se consideró el auto-reporte del nivel económico familiar y los ingresos del conjunto de los miembros de la unidad familiar); categorización política (medida en un continuo que va desde 1, “extrema izquierda”, a 6, “extrema derecha”); pertenencia a alguna minoría (ya sea sexual, religiosa o étnica. En los casos de las personas que marcaron alguna alternativa que las situara como minoría, sus datos fueron retirados de la planilla final).

La segunda parte quedó compuesta por la escala de “racismo moderno” en una versión de 10 ítems, adaptada para medir el prejuicio hacia inmigrantes bolivianos. La escala de respuesta oscilaba entre 1, “totalmente en desacuerdo”, y 6, “totalmente de acuerdo”.

En la tercera parte se incluyó una serie de escalas y medidas adicionales, a saber:

Escala de autoritarismo de derechas (Altemeyer, 1988; Seoane & Garzón, 1992): hemos utilizado una versión adaptada para la muestra nacional (á = 0.86). La escala quedó compuesta por 30 ítems cuyas opciones de respuesta oscilaban entre 1, “totalmente en desacuerdo”, y 6, “totalmente de acuerdo”.

Escalas de prejuicio sutil y manifiesto (Pettigrew & Meertens, 1995): hemos utilizado una versión con 10 ítems manifiestos, y sólo 7 de los 10 sutiles (que son los que resultaron ser pertinentes para medir la homofobia). Cada una de las subescalas tenía opciones de respuesta que oscilaban entre 1, “totalmente en desacuerdo”, y 6, “totalmente de acuerdo”. La fiabilidad para la escala manifiesta fue de 0.74, y para la escala sutil de 0.73. Un análisis factorial nos muestra que para la escala sutil sólo aparecen dos dimensiones (los ítems referidos a diferencias culturales y a la ausencia de emociones positivas aparecen aglomerados en un único factor. La otra dimensión es la defensa de los valores tradicionales).

Escala de estereotipos de género: se trata de una escala de 12 ítems a través de los cuales el sujeto debe manifestar su acuerdo o desacuerdo con algunas proposiciones que se refieren a patrones conductuales estereotipados de mujeres (roles tradicionales), de modo que sea posible medir el grado de prejuicio con relación a las mismas. La escala de respuesta oscilaba entre 1, “totalmente en desacuerdo”, y 6, “totalmente de acuerdo”, y su fiabilidad fue de 0.81.

Escala de emociones (Rueda & Navas, 1996): se trata de una escala compuesta por 15 emociones (tanto positivas como negativas), en la que los participantes deben indicar si los inmigrantes bolivianos han producido en ellos dichas emociones. Las opciones de respuesta son “sí” y “no”.

Escala de religiosidad: Se trata de una escala de cuatro ítems por medio de los cuales se indaga sobre la identificación con los miembros de la comunidad religiosa, la importancia de la religión en la identidad del propio sujeto, los pensamientos que el sujeto tiene sobre sí mismo, en términos de sus creencias, y sobre la cercanía percibida con los otros miembros de su comunidad. La escala de respuesta va de 1, “nada”, a 6, “totalmente”. La fiabilidad para dicha escala fue de 0.89. Además, se agregaron preguntas sobre la frecuencia de asistencia a servicios religiosos y sobre la religión que practica el sujeto (grupo de pertenencia).

Medida de poder relativo: se trata de una variable que indaga sobre el grado de poder (capacidad para tomar decisiones, libertad de desplazamiento, poder económico, influencia en la administración, etc.) que tienen los inmigrantes bolivianos con respecto a los ciudadanos chilenos. La escala de respuesta tiene 10 opciones, desde el 10, “nada de poder”, al 100, “muchísimo poder”. Además, se evalúa si dicha distribución de poder le parece apropiada.

Contacto con inmigrantes: se trata de una serie de preguntas que buscan recabar información sobre la existencia de contacto, su frecuencia e intensidad, con personas de origen boliviano.

Derechos y política futura a seguir con los inmigrantes: se indaga la opinión de los sujetos sobre los derechos de los inmigrantes (si éstos deberían ser ampliados, restringidos, dejados tal cual están, o si deberían ser eliminados) y sobre las políticas que el Estado debería seguir con ellos (dejar que todos permanezcan en Chile, expulsarlos a todos del país, expulsar a los que han cometido delitos o que no tienen papeles de residencia, expulsar a los que no tienen trabajo estable y, finalmente, aumentar la vigilancia policial para evitar problemas de delincuencia y drogas).

 

Resultados

Fiabilidad

Las pruebas de consistencia interna revelaron unos adecuados niveles de confiabilidad para la RMS, y el coeficiente alfa de Cronbach fue de 0.83. Todos los coeficientes de correlación ítem-total son superiores a 0.30.

Análisis factorial

Los resultados obtenidos por medio de un análisis factorial, procedimiento de extracción de componentes principales con rotación varimax, nos revelan la presencia de dos factores principales que explican el 50.52% de la varianza total. Las medidas de adecuación muestral nos muestran un buen ajuste de los datos (KMO = 0.85 y prueba de esfericidad de Barttlet: x2 = 315,33; p < 0.001).

El primer factor, que explica el 30.89% de la varianza, queda conformado por los ítems 1, 2, 4, 5, 6, 7 y 8. Desde nuestro punto de vista, este factor hace alusión a una dimensión de “amenaza y temor” que apuntaría a revelar una percepción de que los inmigrantes han alcanzado un nivel de influencia demasiado alto, y que cuestionan la actual repartición de derechos entre la minoría y la población grupal.

El segundo factor, que explica el 19.63% de la varianza, incluye los ítems 3, 9 y 10. Al parecer, esta dimensión alude a los elementos relacionados con la “comprensión y apoyo” que los ciudadanos chilenos deberían brindar a los inmigrantes. En todo caso, se trata de un factor complejo, ya que contiene los ítems inversos (3 y 9) y la interpretación queda oscurecida cuando intentamos vincularlos con el ítem 10, que apunta a que los inmigrantes no deberían estar donde no se les quiere. Otros estudios han reportado igual agrupación de los ítems inversos (Navas, 1998), lo que sugiere que podría tratarse simplemente de la influencia de ese hecho.

 

 

Indicaciones de validez y análisis de correlaciones

Para poner a prueba nuestras hipótesis hemos creado dos grupos de sujetos utilizando como criterio la media de la MRS. En general, se puede afirmar que nuestra muestra manifiesta un moderado o bajo grado de prejuicio hacia los inmigrantes bolivianos. La media total en la escala fue de 2.57, aunque expresa una alta dispersión de puntajes (desviación típica = 0.93). Los estadísticos descriptivos para cada ítem pueden observarse en la Tabla 2. De este modo, el grupo de sujetos con puntajes bajos en la MRS es de 58 (que representan el 48.53% del total) y el de puntuación alta asciende a 62 (equivalente al 51.7% del total). Los sexos se distribuyen de forma equitativa en ambas categorías (de los 58 con puntajes bajos, 21 son hombres y 37 mujeres, mientras que en el grupo de puntuación alta, los hombres llegan a 22 y las mujeres a 30). Al comparar las medias de hombres y mujeres en la MRS apreciamos que no existen diferencias significativas en dichos grupos (T (118) = 1.12; p > 0.05). El paso siguiente ha consistido en verificar si existen diferencias significativas en la cantidad de emociones positivas y negativas expresadas por cada grupo (puntajes altos y bajos en la MRS), para lo que hemos realizado un procedimiento de pruebas t para muestras independientes. Los resultados obtenidos nos informan sobre la presencia de diferencias, tanto para la expresión de emociones positivas (T (114) = 2.08: p < 0.05), como para las expresiones emocionales negativas (T (86,136) = -3.85; p < 0.001).

 

 

Lo anterior implica que los sujetos prejuiciosos expresan significativamente menos emociones positivas que aquellos que puntúan bajo en la MRS y menos emociones negativas. Esto resulta ser congruente con nuestras hipótesis, ya que los constructos modernos están vinculados a la idea de que los sujetos prejuiciosos no expresarán emociones hostiles hacia las minorías, pero que tampoco manifestarán emociones positivas (lo que se cumple para los prejuiciosos, mientras que los sujetos no prejuiciosos son quienes manifiestan dichas emociones).

A continuación realizamos una serie de comparaciones de medias que nos permiten apreciar si existen diferencias entre los sujetos con puntajes altos y bajos en la MRS, en una serie de variables reportadas como importantes en la literatura psicosocial. Con respecto al grado de autoritarismo, hemos encontrado diferencias significativas (T (117) = -6.37; p < 0.001) entre los sujetos prejuiciosos (media de 3.13) y los no prejuiciosos (media de 2.42) en los puntajes a la escala WRA. Esto muestra niveles mucho menores de autoritarismo y conservadurismo.

Por otra parte, las ideas políticas de los sujetos parecen jugar un papel relevante. De este modo, hemos hallado diferencias significativas entre los sujetos de izquierda (media de 2.04), centro (media de 2.67) y derecha (media de 2.9), en sus puntuaciones en la MSR (F (2,112) = 7.35; p < 0.001). Las pruebas post-hoc realizadas nos informan que las diferencias se encuentran entre los sujetos de izquierda con relación a los de centro y derecha (que formarían un grupo homogéneo). Ello significa que aquellas personas que definen sus ideas políticas como de izquierda tienden a ser menos prejuiciosos con respecto a los inmigrantes bolivianos que aquellos de centro o derecha.

En cuanto a los niveles de religiosidad, podemos afirmar que los sujetos con puntuaciones altas en la MRS no manifiestan niveles significativamente más elevados de dicha variable (T (106) = -1.36; p > 0.05). Cabe señalar que, además, la variable religiosidad correlaciona de forma significativa con la medida de autoritarismo (r = 0.44; p < 0.001). La correlación entre la escala de religiosidad y la de racismo moderno es, aunque significativa, bastante baja (r = 0.19; p < 0.05).

En lo que se refiere a las medidas de agrado, se puede observar que no hay diferencias en el grado de contacto y en el nivel de intimidad establecido con inmigrantes bolivianos, pero sí en lo relacionado con el agrado que dicho contacto produce en los sujetos (T (106) = 3.54; p < 0.001), lo que indicaría que más que la cantidad de contactos establecidos entre grupos lo relevante sería la percepción de la calidad de dichos contactos.

Al comparar los puntajes de los sujetos altos y bajos en la MSR con otros instrumentos que miden el constructo prejuicio, nos encontramos con diferencias significativas, tanto para la escala de prejuicio sutil (T (118) = -6.3; p < 0.001), manifiesto (T (118) = -7.8; p < 0.001) y de roles de género (T(118) = -5.2; p < 0.001), así como correlaciones que también lo son (r(sutil) = 0.53, r(manifiesto) = 0.64 y r(género) = 0.57; para todas p < 0.001) para los tres casos respectivamente. Estos datos revelarían que los sujetos prejuiciosos hacia los inmigrantes bolivianos mantendrían también prejuicios –expresados tanto de forma sutil como manifiesta– contra los homosexuales, y tendrían una imagen sumamente estereotipada de los roles femeninos. En nuestras predicciones esperábamos que los sujetos con puntajes altos en MRS los tuvieran también en la escala sutil, pero no en la manifiesta. De esta anomalía (sumada a la ya considerada sobre la expresión de emociones negativas) podría derivarse el cuestionamiento de que el constructo medido por la MRS implique acercarse a una forma de expresión diferente del prejuicio, con respecto a las medidas arrojadas por escalas tradicionales (aunque de todas formas parece ser útil para medir el prejuicio en nuestro entorno).

Al considerar en la muestra lo adecuado o no que es la distribución de poder en nuestro país, la casi totalidad manifiesta que éste favorece con mucho a los ciudadanos nacionales (media de 28.50 sobre un total de 100 puntos), aunque la mayoría (62.5%) considera que esta repartición inequitativa es poco adecuada.

Finalmente, nos corresponde revisar la opinión de los participantes del estudio sobre los derechos y ayudas que el Estado debería otorgar a los inmigrantes bolivianos, así como de la política futura a seguir con ellos. Como podemos apreciar en la Tabla 3, entre los sujetos con puntajes bajos en la MRS las opciones tienden a orientarse hacia la ampliación de los derechos de los inmigrantes (82.45%). Una nueva anomalía surge al analizar la opción de los sujetos prejuiciosos, ya que buena parte de ellos opta por ampliar los derechos de los inmigrantes (38.7%), similar porción por mantenerlos tal cual están (lo que es coherente con nuestras predicciones), y una no despreciable proporción aboga por su restricción (17.74%). Al analizar si es significativa la relación entre pertenecer a la categoría de puntajes altos o bajos en la MRS e inclinarse hacia un tipo particular de opción en torno a los derechos de la inmigración, nos encontramos con un vínculo claro entre ambas variables (x2 (3) = 23.65; p < .001; Phi = 0.44).

 

 

Adicionalmente, al analizar la opinión de los participantes de nuestra muestra a propósito de la política futura que el Estado debería seguir con los inmigrantes (Tabla 4), nos encontramos con que las predicciones que habíamos realizado vuelven a cumplirse. A saber, los sujetos poco prejuiciosos optan por la permanencia de todos los inmigrantes en Chile (36.2%) y por expulsar sólo a quienes han cometido delitos o se encuentran en situación irregular (62.06%). Para los sujetos altamente prejuiciosos las opciones más escogidas son las que tienen que ver con la expulsión de los indocumentados y de aquellos que cometen delito (67.74%), así como de un aumento de la vigilancia policial (16.13%). Por otra parte, al realizar análisis que nos permitan verificar la relación entre ambas variables (pertenecer a la categoría alto o bajo puntaje en MRS y optar por un tipo particular de política a seguir con los inmigrantes), constatamos la presencia de una relación estadística significativa (x2 (4) = 11.55; p < 0.05; Phi = 0.31).

 

 

Discusión

Los resultados obtenidos revelan que la escala de “racismo moderno” (MRS) de McConahay et al. (1981) es un instrumento fiable para medir el prejuicio hacia los inmigrantes bolivianos en nuestro entorno social. La estructura factorial de la escala apunta a revelar que el constructo estaría vinculado a una dimensión de “amenaza y temor” y a otra de “apoyo y comprensión”, las que sustentarían las dimensiones propuestas por los autores de la escala.

Por otra parte, las significativas correlaciones encontradas con otras escalas que miden el mismo constructo (prejuicio sutil) y con toda una variedad de variables psicosociales (medidas políticas, religiosidad, estereotipos de rol, etc.) indicarían también la validez del constructo. De este modo, es relevante señalar que la imagen que se forma de aquellas personas (ya sean hombres o mujeres, pues no existe diferencia entre las puntuaciones de ambos) que puntúan alto en la MRS es muy sugerente. Se trata de personas con un pensamiento político de derecha, religiosas, autoritarias, con altos niveles de prejuicio hacia otras minorías (homosexuales) y con roles de género bastante estereotipados y que manifiestan una cantidad significativamente más alta de emociones negativas que los sujetos no prejuiciosos.

Ahora bien, si los datos anteriores nos confirman la idea de que la MRS está efectivamente midiendo el prejuicio, otros nos harían dudar de que éste tenga un carácter particularmente diferente de las medidas tradicionales (al menos en nuestro entorno). Lo anterior lo afirmamos debido a una serie de hechos entre los que cabe destacar, en primer lugar, la alta correlación (R = 0.64) encontrada entre la MRS y la subescala que mide “prejuicio tradicional” de la escala de Pettigrew y Meertens (1995). Este mismo hecho ya fue resaltado por otros autores (Weigel & Howes, 1985) que encontraron altas correlaciones (r = 0.67) entre la MRS y otras escalas (MRAI) que miden el prejuicio clásico o de vieja usanza. Esta correlación encontrada en nuestro estudio es aún mayor que la que se logra con la escala de “prejuicio sutil”, lo que pondría en duda no sólo el constructo, sino además la idea de no reactividad de las escalas. Es decir, el contenido medido por sus ítems estaría suficientemente claro para los sujetos y por ello no exento de deseabilidad social. Esta crítica es consistente y ha sido desarrollada en otros estudios (Fazio, Jackson, Dunton & Williams, 1995). En todo caso, debemos ser cautos ya que la versión de la escala de “prejuicio sutil” y “prejuicio manifiesto” que hemos utilizado indaga sobre la posición de los sujetos hacia los homosexuales (medida de homofobia).

Por otra parte, no deja de ser llamativo que la MRS coincida altamente con escalas que miden un constructo tan diferente como el de las políticas conservadoras o, simplemente, el autoritarismo (Sniderman & Tetlock, 1986). En nuestro caso, las puntuaciones de la escala que analizamos concuerda en varios aspectos tanto con la escala RWA (Altemeyer, 1988), como con la de roles de género (estereotipos), lo que nos indica que la MRS podría estar midiendo formas de prejuicio tradicionales. Es probable también que dichas escalas que intentan detectar las nuevas formas de prejuicio no se desplieguen con eficacia en nuestro medio, en el que tenemos sobradas muestras de que el prejuicio sigue siendo una práctica poco sutil. Es decir, el prejuicio de antiguo cuño sigue estando presente cotidianamente en enormes segmentos de nuestra población, la que sin sutilezas de ningún tipo sigue generando imágenes del otro (inmigrante, minorías y mujeres) que lo degradan y que le sirven, en última instancia, para sostener y reforzar su posición de privilegio dentro de nuestras sociedades. En este sentido, la escala sería útil para medir el prejuicio en nuestro contexto, pero debemos ser cautos a la hora de afirmar si las expresiones de ese prejuicio son “modernas” o simplemente “tradicionales”.

 

Referencias

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Recibido: diciembre 26 de 2006
Revisado: abril 19 de 2007
Aceptado: mayo 24 de 2007

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