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Revista Mexicana de Orientación Educativa

versão impressa ISSN 1665-7527

Rev. Mex. Orient. Educ. v.5 n.11 México jun. 2007

 

REMANDO POR LA CULTURA

 

Hojas sueltas...
21 de febrero de 2007, día de San Pedro Damiano

 

 

A la Nanci Villegas

 

 

I
Nunca es tarde para hablar del fin de año, el 2006. Estuve leyendo novela como no había sucedido hace un buen tiempo. Me deleité con Almudena Grandes (autora de las «Edades de Lulú»), descorché «Historias de mis tristes putas» del Gabo. Pero, déjeme contarle que en una «librería de viejo» muy grande que se encuentra en Donceles, encontré el tomo II de la novela de W. Somerset Maugham «Of human bondage » (Servidumbre Humana). La obra originalmente editada es voluminosa, como de unas 500 páginas más o menos, pero en la edición que hallé, fue impresa en dos tomos. Le comento, el interés que tenía por volver a leer la obra era tanta, que no me importó comenzar con el segundo tomo. Disfrute tanto la lectura, a pesar de realizarla a la inversa, que no me importó conocer el desenlace. Pese a un recuerdo frágil de la trama inicial, mi interés era enorme que no me importó tanto leer el primer tomo; inclusive, haber conocido el final de la novela, incrementa mi interés por degustar el principio.

II
El «Damiano», como llegó a ser reconocido por sus admiradores y enemigos, fue un ilustre profesor de la Universidad de Parma. A pesar de la elocuencia y pasión que imprimía a su cátedra, mérito suficiente que justificaban su fama más allá de la vida académica, era infeliz por un vacío inexplicable del alma. Por eso y ante la vida ligera y corrupta de la sociedad de su tiempo, se enclaustró voluntariamente durante 15 años, de donde jamás salió de su celda y solo se alimentó de pan y agua, así luchó contra todas las pasiones y placeres mundanos. Pero a solicitud del Papa Gregorio VII, debido el avance de la reforma luterana en las principales cortes europeas, se convirtió en un gran antireformista. Se enfrentó a enardecidas multitudes de protestantes a quienes regresó al catolicismo. A él se debe el epígrafe: Lo que tu eres yo lo fui, lo que yo soy tu serás. Acuérdate de la muerte y vivirás para siempre.

III
En la esquina, donde ahora se tocan las calles de Jesús María y Corregidora, el 7 de octubre de 1922 fue inaugurado el Cine Progreso Mundial (después llamado únicamente cine Mundial). El cine fue construido utilizando la estructura del Convento de Jesús María, erigido en el siglo XVII, y fue un recinto real porque recibía buen dinero de las arcas de Felipe II, quien allí internó a una «hija natural y loca» (según las habladurías de esa época) a la que sin éxito trató de ocultar en la Nueva España. En el cine Mundial, no obstante la recargada ornamentación ecléctica, era fácil identificar la majestuosidad de lo que fue el convento, por ejemplo, en el proscenio (donde se encontraba la pantalla de proyección, se localizaba el altar mayor, la nave central fue ocupada para el lunetario, sólo fue agregado en un segundo nivel y a los costados, un área para palcos y la galería. Por ese motivo tuvo que techarse el patio del convento para ampliar la capacidad del cine. En la parte exterior, durante más de medio siglo del XX, fue respetada la fachada de ajaracas, gárgolas, almenas moriscas; las ventanas octagonales del exconvento, las ventanas tipo H con sus respectivos balcones y la imagen de Jesucristo en la hornacina barroca de la esquina.
Desde los años sesenta comenzó el deterioro del cine y el predio; el mantenimiento se relajó mucho y el lugar terminó siendo un gran depósito de basura.

IV
Estaba enamorado y en nada correspondido; de plano me sentía mal. Tome conciencia de mi desgracia cuando crucé el umbral de la Prepa, cuando caminé sin rumbo preciso hasta que llegué a Jesús María; se me ocurrió balsámicamente tomar un helado en la nevería del Cine Mundial. Había visto mis calificaciones reprobatorias de Biología y Mate II. Sabía que eso sucedería en forma inevitable por ausencias e incapacidades; aún así me sentía traicionado por todos. No entendía cual de los fracasos se ocupaba de flagelarme sin misericordia, el amor no correspondido o la reprobada. Frustrado y adolorido, inicié la taciturna tarea de consumir el postre. Terminé y el sentimiento de soledad me condujo a la siguiente puerta, la taquilla del cine; se exhibía la película «Servidumbre Humana». La trama del film me dejó perplejo: un estudiante (Philip) de medicina, que en realidad deseaba ser un reconocido pintor, reprobaba y reprobaba; además, estaba enamorado perdida e irremediablemente de una mesera (Mildred) que lo rechazaba....
Para colmo, Prepa 2 se parecía mucho a la escuela de medicina londinense de la película, donde también se exhibían los triunfos o fracasos escolares en las vitrinas colgadas de las paredes en los patios. Terminada la función y caminando rumbo a la calle de Bolivar, con la serenidad de la noche, me reconfortó pensar en el cuerpazo de Kim Novack (Mildred) y reflexionar sobre las coincidencias de la vida real y la película. Solo así y ya acostado en mi catre, con la mirada fija en la oscuridad del techo de mi modesta habitación, sentí que la conciencia era más benévola y reconciliadora conmigo....

V
Unos minutos antes que concluyera el 31 de diciembre de 2006, terminé la novela de W. Somerset y experimenté otra vez la misma soledad de preparatoriano; en un momento sentí que vivía un encierro similar al del «Damiano», pero no de 15 años, sino de 30 y que los fracasos y las reprobadas se encontraban a la vuelta de la esquina....

 

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