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Revista Mexicana de Orientación Educativa

versão impressa ISSN 1665-7527

Rev. Mex. Orient. Educ. vol.4 no.10 México  2007

 

ARTÍCULO

 

Los Orientadores Educativos Mexicanos ante la Sociedad del Conocimiento y la Globalización

 

 

Gabriela Cabrera López*

 

 


RESUMEN

A partir del análisis de contenido realizado a las ponencias sobre Globalización y Orientación presentadas en el 6º Congreso Nacional de Orientación Educativa AMPO 2005, se establece que en el actual escenario de desarrollo económico y social de México se observan avances y grandes rezagos en diferentes sectores de la población urbana y rural. Ante este panorama, los profesionales de la OE, corresponsables de la educación de las futuras generaciones, han de asumir una postura crítica y una práctica orientadora que contribuya a concienciar a los estudiantes de las oportunidades que habrán de aprovechar y generar, para lograr un desarrollo personal y profesional comprometido con su sociedad. Concluye advirtiendo la necesidad de impulsar procesos sociales orientados a modificar el actual modelo de globalización liderado por el gran capital.

Palabras clave: globalización, educación, orientación, orientadores, práctica orientadora.


 

 

El contexto de la labor orientadora en México

El escenario socioeconómico del México actual, según el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) 2005, se caracteriza por: una población de aproximadamente 105 millones de habitantes, de la cual 25% se ubica en áreas rurales. Actualmente se han alcanzado: una esperanza de vida de 75 años, una tasa bruta de natalidad de 20.5%, y una prospectiva de envejecimiento de más del 80% de la población para el año 2020 (AMPO, 2005; Cordero y otros, 2006).

De acuerdo con la Secretaría de Educación Pública, la escolaridad máxima promedio es de 7.5 años para la población de más de 15 años. De la población total, sólo un reducido 20% tiene acceso a la educación superior; mientras que únicamente 6.9 millones de personas de más de 18 años tienen un grado o más de enseñanza superior. Sólo el 14% logra egresar de la licenciatura. La población económicamente activa es de 41 millones de habitantes, de los cuales, 40 tienen empleo en algún sector, y de estos, más del 57% lo hace en el sector terciario: servicios y comercio. Desde hace una década la economía crece a menos de 2% anual, lo que significa poca inversión y menos empleos o empleo precario.

En México y específicamente en el sector público, los orientadores educativos1 conforman un colectivo de aproximadamente diez mil profesionales, 60% de los cuales brindan sus servicios en la educación básica, seguidos de un 28% en la enseñanza media, y sólo un 12% lo hace en la enseñanza superior. Adicionalmente, se cuenta con tres sistemas escolares en la enseñanza básica, y seis sistemas de bachillerato en todo el país, con sus respectivos planes de estudios. Tal diversidad si bien obedece a políticas educativas nacionales y regionales de formación propedéutica y técnico especializada, también dificulta acciones orientadoras concertadas entre sistemas de un mismo nivel y entre niveles contiguos. Este es el escenario y las situaciones que originan los planteamientos siguientes, por parte de los orientadores mexicanos.

Las voces de las y los orientadores mexicanos

Se concibe a la globalización como un proceso social dinámico, movilizador de estructuras económicas, políticas y culturales, que se expresa en cambios de gran envergadura que, a su vez, producen otros cambios significativos en menor escala. Su punto de apoyo e impulso ha sido el avance en las tecnologías de la información y la comunicación (TIC's) que facilitó y aceleró adelantos científico-tecnológicos de fuerte repercusión en los procesos industriales de producción; en las formas de acumulación del capital; en la diseminación del conocimiento que se generaba en los centros de investigación y educación superior; y en la difusión de la información haciéndola accesible a mayores capas de la sociedad, con lo que las formas de vida y concepciones sobre el mundo, también se han modificado. Pero los efectos han sido desiguales, dependiendo de la región del mundo que se analice (Cabrera, 2005). En México, la experiencia gubernamental de más de una década de políticas neoliberales, tiene como principal resultado el incremento de niveles de pobreza en más de 50% de la población actual y, en consecuencia, una de las poblaciones latinoamericanas con mayor desigualdad social.

Por tanto, los orientadores mexicanos advierten una relación histórica entre la Sociedad del Conocimiento y el discurso del Neoliberalismo, en la que la globalización se aprecia como una manifestación más de la hegemonía del gran capital...» (Muñoz, 2005). Así, se afirma que la verdadera dimensión de los cambios originados por la llamada Sociedad del Conocimiento, tiene que ver con las necesidades del mercado y la producción, que exigen un nuevo educando capaz de hacer frente a esas necesidades» (Hernández, 2005), lo cual da lugar a una resignificación de la relación orientador-orientado, remontando prácticas prescriptivas o paternalistas y transitando hacia una co-construcción del trabajo dentro y fuera de las aulas o gabinetes de Orientación.

La globalización ha transformado la vida de los actores sociales a través de diferentes dimensiones. Una de ellas es la vertiente cultural filtrada en las instituciones, la posibilidad de pensar la realidad desde los programas y modelos racionales que atienden los comportamientos de los sujetos inadaptados, diferentes a los convencionales que reproducen la realidad social y consumen lo que oferta el mercado (Vuelvas, 2005). Se observa que niños cada vez más pequeños asumen comportamientos adultos, con requisitos y necesidades diversas. A la vez, pareciera ser que hay un sentimiento generalizado de vacío existencial (Rodríguez, 2005). Estos jóvenes comportan una clara conciencia de la exclusión social que padecen, así como un posicionamiento en pro de los marginados, lo que pudiera ser considerada como la más trascendente manifestación actual de la rebeldía juvenil (Meneses, 2005). Es por ello que hoy también se alerta sobre la conveniencia de centrar la atención en las características de los individuos, de las personas, de los estudiantes (Rodríguez, 2005).

Desde la reflexión y la praxis, Gerardo Munive (s/f) identifica algunos aspectos o elementos claves a tomar en cuenta en la intervención orientadora, estableciendo su ubicación antes y después de la presencia de la globalización en la vida cotidiana de las personas.

Antes, el aspecto [valor] de mayor interés para la gente solía ser la espiritualidad; ahora éste resulta ser la corporalidad. Antes, la sexualidad podía ejercerse responsablemente o estar reprimida, mientras que ahora, esta puede ser libre o ejercerse de manera irresponsable. Anteriormente, las formas de comunicación más usuales eran el diálogo y la lectura, con lo cual se estimulaban el ejercicio de la retórica, el pensamiento crítico y la argumentación; hoy, las imágenes —TV y multimedia— predominan en la comunicación. Antes, la principal etapa de la vida era la adultez, pues en ella se cosechaban los frutos —trabajo estable, vivienda y familia— cultivados en la juventud; ahora, la etapa más promovida socialmente es la juventud, en una exaltación del goce inmediato de los productos del trabajo, cuya temporalidad suele ser menor. De ahí que, antes, tenía una alta valoración para el esfuerzo como medio para conseguir fines determinados; mientras que ahora, se impulsa su logro bajo la premisa del menor esfuerzo. Antes, desde la familia, en la escuela y en los círculos sociales, se estimulaba el ahorro; ahora, por el contrario, se promueve el consumo y la obtención de bienes y satisfactores diversos, mediante el crédito.

Lo anterior arroja pistas para encuadrar el trabajo educativo, formador, de la intervención en Orientación, a la par que permite vislumbrar algunos de los cambios que el orientador educativo ha de realizar en su práctica profesional. Con base en estas reflexiones, se identificaron sugerencias concretas que se describen a continuación.

a. Desde la disciplina de la OE, se requiere

• Avanzar hacia una teoría y praxis comprometidas con las necesidades actuales de la población hacia quien se dirigen las acciones.

• Revisar los principios que guían la Educación y el sentido de ésta (Ávila, 2005).

• Contribuir a una comprensión crítica de la realidad social y asumir su papel de vinculante educativo

• Impulsar el desarrollo de competencias, la promoción de potencialidades y el desarrollo intelectual (Hernández, 2005).

• Integrar estrategias de análisis sobre el contenido y función de los medios masivos (Estrada, 2005).

• Consolidar modelos de intervención y evaluación a través de la investigación basada en el Constructivismo Tecnocientífico (Gutiérrez, 2005a); orientados a resolver los problemas educativos como son el rezago, el bajo rendimiento académico, entre otros. (Soto, 2005). b. Desde los Orientadores Educativos, se requiere que:

• Redefinan su papel e intervención profesional (Ávila, 2005).

• Asuman una postura reflexiva y crítica respecto de su práctica profesional (Hernández, 2005).

• Incrementen su participación profesional o académica en cuerpos colegiados, particularmente en escenarios escolares.

• Conozcan más esta Sociedad del Conocimiento (Nava, 2005)

Una necesaria toma de postura

El proceso globalizador no es ciertamente un fenómeno reciente, sino que tiene sus orígenes desde las primeras prácticas de expansión comercial y cobra mayor auge después de la Revolución Industrial con la internacionalización del capital. Por tanto, la globalización ha estado ligada desde su inicio a factores económicos cuyos efectos negativos han acendrado las desigualdades sociales. En particular, debido a la primacía de las leyes del mercado como factor regulador de la oferta-demanda, esta se ha dejado sentir en el acceso al empleo calificado, generándose una creciente presión del sector empresarial sobre la educación, específicamente la que ofrecen las instituciones de enseñanza superior, demandando a estas una formación ad hoc a sus necesidades, orientada a satisfacer un fin único: la mayor producción a menor costo. La amenaza es permanente en todas las latitudes del planeta, convertir un derecho universal: la educación, en un bien o servicio, susceptible de comercializarse.

Pero todo lo anterior no implica que la globalización sea un proceso nocivo en sí mismo, antes bien, apoyada en el avance de las tecnologías de la información y la comunicación, ha favorecido la diseminación del conocimiento, la conformación de redes de información que impulsan no sólo el desarrollo científico, tecnológico y humanístico de las sociedades, sino que ha incidido en la vida cotidiana de una importante capa social —minoritaria en países en desarrollo—, afectando sus costumbres, valores y creencias, contribuyendo eficazmente en una mejora sustancial de su calidad de vida (Stiglitz, 2006).

Ante esto, se hace impostergable avanzar en la construcción de procesos sociológicos contrahegemónicos, para afrontar el actual modelo globalizador liderado por los Estados Unidos, con el propósito de que la globalización, como factor de intercambio y enriquecimiento social y cultural, sea un proceso de mejora en los índices de desarrollo humano, tal como ha sucedido en las sociedades de los países del hemisferio norte.

 

Bibliografía

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* Presidenta de Mesa Directiva Nacional 2006-2008, de la AMPO, A. C. Psicóloga por la UNAM y Doctora en Ciencias de la Educación por la Universitat de Barcelona, España. Orientadora educativa y académica de tiempo completo en la Subdirección de Planeación de la Dirección General de Orientación y Servicios Educativos de la UNAM. Especialista en procesos de transiciones académicas, elección de carrera y toma de decisiones en general. Correos: ageecl@servidor.unam.mx y gabicabrera60@hotmail.com
1 Se han considerado tanto a los orientadores que brindan asesoramiento psicopedagógico individual y de pequeño grupo o Tutoría, como a quienes imparten Orientación como asignatura a grupos académicos; v.g. Formación Cívica y Ética; Desarrollo Humano o Estrategias de Aprendizaje.