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Revista Mexicana de Orientación Educativa

versão impressa ISSN 1665-7527

Rev. Mex. Orient. Educ. v.5 n.13 México fev. 2008

 

 

El efecto de la orientación vocacional en la elección de carrera

 

 

Teresa De León Mendoza; Rafael Rodríguez Martínez*

 

 


RESUMEN

Elegir el área profesional donde una persona se va desenvolver toda su vida, no resulta sencillo y mucho menos cuando el individuo no dispone de las herramientas para realizar una opción certera y fundamentada. El discernimiento vocacional es un proceso que genera contradicciones en los jóvenes, repercutiendo visiblemente en las actitudes de estos, quienes en muchas ocasiones no cursan inmediatamente estudios superiores, o deciden cambiar de carrera por falta de orientación vocacional. En el CBTa Nº 1 de la Partida, Coahuila, los alumnos de nuevo ingreso tienen que elegir entre cinco opciones que se ofrecen desde el momento de su inscripción, y mientras algunos señalan ciertas carreras como primera opción, otros dejan su respuesta en espera de recibir información y después tomar una decisión. Por ello, la escuela les imparte un curso-taller de Orientación vocacional que integra aspectos en torno a un proyecto personal-ocupacional, así como información relativa a los intereses, aptitudes y preferencias universitarias con la aplicación de pruebas psicométricas. En este trabajo se evalúa el efecto que dicho curso tiene para los alumnos de nuevo ingreso.

Palabras clave: Orientación vocacional, Intereses, Aptitudes, Preferencias universitarias, Elección, Carreras.


 

 

Introducción

Los jóvenes al momento de elegir su carrera profesional, suelen caer en la indecisión acerca de cuál será la dirección apropiada. Por ello es necesario que la Orientación vocacional posibilite al estudiante a interactuar con las características propias y las de el horizonte profesional, por lo que el orientador tiene la responsabilidad no sólo de ubicar en un área específica al estudiante, sino de capacitarlo para que maneje con instrumentos eficientes, un mundo interno y profesional cada día más cambiante y complejo.

Es relevante mencionar que la noción de Orientación se desarrolló en un principio en el restringido campo de lo vocacional, es decir, a una inclinación innata que guía el interés del individuo hacia determinadas actividades.

Los cambios que ha experimentado el concepto de Orientación son consecuencia de la evolución de los factores históricos y sociales. Así, en sus orígenes y hasta 1925, el concepto es consecuencia de necesidades socioeconómicas: ajustar las características y capacidades de cada persona a los requerimientos de una profesión, con el objetivo de alcanzar el máximo rendimiento en el trabajo (Vidal, Javier, 2001; González, J. R. y Omaira, L., 2003)

Un aspecto a señalar, en este sentido, es lo planteado por el Dr. John D. Krumboltz de la Universidad de Stanford en la conferencia inaugural del Congreso de la Association for Educational and Vocational Guidance (IAEVG), celebrada en Suiza, donde indica que para estos tiempos es necesario hacer nuevas consideraciones relacionadas con los objetivos de la Orientación Vocacional, además de tomar en cuenta los eventos fortuitos, «casualidades» u oportunidades que se dan alrededor de las personas.

De un tiempo atrás, se viene tratando de desarrollar lo que se han denominado la Teoría de la Casualidad Planificada (Planned Happenstance Theory). Esta teoría surge como una modificación o enmienda a la teoría del aprendizaje en la Orientación Vocacional presentada por el autor en 1996 y la cual fue una ampliación de la Teoría del Aprendizaje Social en la Toma de Decisiones Vocacionales.

Las proposiciones básicas en esta teoría son que los humanos nacen con características y predisposiciones diferentes en un tiempo y en un espacio específico que ni siquiera sus padres pueden predeterminar. Además de eso, crecen en un ambiente en donde ocurren muchos eventos fortuitos que proporcionan innumerables oportunidades de aprendizaje, tanto positivas como negativas. Los individuos pueden además generar estos eventos y pueden capitalizarlos para así maximizar sus posibilidades de aprendizaje.

El trabajo del orientador/a es facilitar el aprendizaje de destrezas, intereses, creencias, valores, hábitos de trabajo y cualidades personales que capacitan a cada persona (orientado, usuario, cliente, etc.) para crear una vida satisfactoria en un mundo laboral constantemente cambiante.

De acuerdo con Molina (2001), la Orientación vocacional en la Educación Básica es un proceso dirigido al conocimiento de diversos aspectos personales: capacidades, gustos, intereses, motivaciones personales, en función del contexto familiar y la situación general del medio donde se está inserto, para poder decidir acerca del propio futuro.

En las definiciones anteriores se recrea la práctica de la Orientación en lo vocacional, donde el orientador, que bien puede ser el docente, ha recibido un entrenamiento y preparación que le permite ofrecer asesoría y asistencia a los alumnos y les ayuda a tomar decisiones para progresar con éxito en su vida estudiantil y profesional.

La Orientación intenta descubrir el potencial de cada sujeto y ver que cada uno tenga su oportunidad para desarrollar ese potencial al máximo, en lo que mejor pueda ofrecer a sí mismo y al mundo. Se plantea como un proceso o conjunto de acciones para ayudar a otros en la solución de situaciones críticas y conflictivas o en la satisfacción de necesidades para el logro de un estado de bienestar.

Con una visión de la Orientación dirigida al ámbito educativo, podemos definir a la misma como «un proceso destinado a atender a los alumnos en los aspectos de su personalidad, a lo largo de todos los niveles educativos»

Chacón Martínez (2004), en La Orientación Vocacional en Educación Media, plantea el análisis de las necesidades de los estudiantes de este nivel, referidas a toma de decisiones, elección de carrera, viabilidad de la decisión, y la transición de la vida estudiantil al mundo laboral.

La asistencia orientacional en el área vocacional ha sido objeto de atención en Venezuela, por ejemplo, donde en la década de los ochenta se desarrollo un plan nacional a través del Centro Nacional de Asesoramiento Vocacional y Profesional (CENAVOP), integrado por una red de centros regionales y apoyados de la infraestructura de los servicios de orientación de los planteles. El objetivo de este centro era sistematizar el proceso de Orientación vocacional de forma que respondiera a las necesidades de los destinatarios y a los requerimientos de los planes de desarrollo en el país (Ministerio de Educación, 1980).

El programa de Orientación Vocacional «Decidiendo mi Profesión» se encuentra inserto en la propuesta curricular del Ministerio de Educación para la educación media y diversificada de (1998), dentro del componente de desarrollo personal social.

En el programa, se entiende por Orientación de carrera el esfuerzo consciente y sistemático de la escuela y del entorno social, con el objeto de ayudar a los estudiantes del ciclo diversificado a que se conozcan a sí mismos, conozcan las oportunidades de estudio y trabajo que les ofrece el entorno y tomen una decisión de carrera consciente y responsable.

El diseño de programa ofrecido, además de estar inserto en la oferta curricular vigente de educación Media y Diversificada, tiene su fundamento socio-político desprendido del artículo 103 de la Constitución Bolivariana de Venezuela y el artículo 6-7- 23 de la Ley Orgánica de Educación Vigente.

Para muchos docentes, jóvenes, padres, directivos, los alumnos de la Educación Media y Diversificada no reciben una asistencia en Orientación vocacional que les proporcione herramientas, que facilite una toma de decisiones de carrera, firme, consistente y responsable.

Esta apreciación muy generalizada no tendría ninguna relevancia si los destinatarios del sistema educativo evidenciaran un tránsito efectivo y eficiente tanto en su formación profesional como en el desenvolvimiento laboral. Menos aún si la consecución de una plaza de estudios en una Universidad o en el campo laboral se lograra sin ninguna dificultad.

En Venezuela, la ubicación del contingente de jóvenes en la educación profesional y su ulterior ingreso en el campo laboral ha resultado, tanto para las instituciones educativas como para el sector laboral ,un verdadero problema; a través del tiempo se ha venido observando que los institutos de educación superior resultan insuficientes frente a la asistencia y formación de un extenso colectivo de jóvenes que no encuentran ubicación ni en la educación superior, ni en el campo laboral.

De igual forma, el reducido número de alumnos que logran un lugar para estudiar, en ocasiones no tienen ninguna inclinación hacia la carrera donde se logró el cupo, generándose una situación digna de estudiar.

Es importante destacar que el programa que se imparte en el CBTA Nº 1 (institución de nivel medio-superior) contempla el uso de la psicometría, aunque no con la idea de dar al estudiante un diagnóstico o ubicación sino con el propósito de incrementar la información acerca de sí mismo y que se facilite el proceso de comparación al momento de elegir la carrera.

El material que se utiliza en esta teoría de procesos (Rimada Peña, B. 2000) para identificar paso por paso qué es lo que ocurre en la mente al elegir carrera, es transparente y eficiente; este material permite realizar y manejar una radiografía vocacional a través de la cual podemos descubrir las áreas dominantes de los alumnos.

Eeste estudio se realizó en el Centro de Bachillerato Tecnológico Agropecuario Nº 1, localizado en el ejido La Partida, de Torreón, Coahuila, ubicado a 25º 35’ 53’’ de latitud norte y 103º 17’ 48’’ de latitud oeste, a una altura de 1113 metros sobre el nivel del mar y una temperatura promedio anual de 25º C.

El Centro cuenta con una población de nuevo ingreso de 450 a 480 alumnos por semestre, distribuidos en doce grupos, siendo esta población a la que se les aplica el programa de Orientación vocacional.

Una de las actividades que se requiere en el ámbito educativo es esta orientación, a la que se considera de primordial importancia por su papel en la vida futura del estudiante.

La Orientación vocacional se define como un proceso de ayuda para los estudiantes en general, sea para los de nuevo ingreso como para el resto de los alumnos del nivel medio superior que se encuentran cercanos a su inserción laboral o a la elección de su carrera universitaria.

Rimada Peña (2003) dice que el estudiante necesita de otras personas que lo orienten y lo apoyen en la elaboración de su proyecto de vida, en donde el joven acumulará información tanto interna como externa. El estudiante debe aprender a reconocer sus intereses, aptitudes y áreas universitarias dominantes, de manera que cuente con elementos para una mejor elección vocacional.

Sabemos que elegir lo que se hará en el futuro es siempre un desafío inquietante, mucho más cuando se es joven y se piensa en ello por primera vez. La Orientación vocacional le brinda dos direcciones: por una parte, es necesario un conocimiento de sí mismo y, por otra, es necesario conocer las ofertas que las instituciones educativas presentan, la realidad del mercado laboral de la región, así como las grandes líneas del desarrollo del país.

Además, el joven debe discriminar lo que espera su familia y sobre todo lo que él espera de sí mismo; no sólo importa qué va a hacer, sino también que lo que haga, sea hecho con amor, creatividad y entusiasmo.

 

Justificación

Es necesario que la Orientación posibilite al estudiante a interactuar con las características propias y las de un horizonte profesional a través del desarrollo de habilidades, por lo que el orientador tiene la responsabilidad no de ubicar meramente en un área ocupacional al estudiante, sino de capacitarlo para que maneje un mundo interno y profesional cada día más cambiante y complejo, con instrumentos más estables y eficientes.

La Orientación vocacional le proporciona al estudiante, todas aquellas experiencias que le permitan modificar su percepción en el horizonte electivo. Por tanto, el enfoque que se propone plantea que el hombre debe ser educado para el servicio de la libertad, y que cualquier toma de responsabilidad exige que todas las potencialidades del ser humano se pongan en juego.

El servicio que se imparte en el CBTA desde hace ya algunos años, ha permitido brindar apoyo tanto a los jóvenes de nuevo ingreso, como a los próximos a egresar.

Normalmente se recibe un promedio de 450 alumnos de nuevo ingreso a los que que se les imparte el programa, a fin de que seleccionen la carrera de acuerdo a sus intereses y aptitudes.

En los resultados obtenidos en un seguimiento realizado en un período de cinco años (2001 a 2005) en el que se han recibido a 2,155 alumnos, de los cuales 1,807 han sido asesorados y 367 han solicitado cambios, un porcentaje de 21.4 de los alumnos que ingresan y que ya habían seleccionado carrera, cambian de opción una vez que han recibido el programa de Orientación vocacional.

Todo esto nos permite evaluar el impacto del programa y darnos cuenta que de la necesidad que tienen los jóvenes de contar con espacios educativos que les permita conocer y desarrollar una visión a futuro.

Sin lugar a duda, existen muchas causas que afectan a la Orientación; podemos mencionar entre ellas: la falta de unificación de una metodología que permita realizar esta tarea; la falta de credibilidad en el servicio al que ven como un mero trámite administrativo sin relación con teorías; la falta de profesionales con el perfil de orientadores; o la falta de seriedad al nivel de autoridades educativas en este proceso formativo, pues existen en nivel medio orientadores que sólo son vistos como prefectos.

 

Aplicación de la metodología

El Centro ofrece seis carreras: Técnico en Informática, Técnico en Mantenimiento de Equipo Agroindustrial, Técnico en Agronegocios, Técnico en Agroindustrias y Técnico Agropecuario.

Los alumnos de nuevo ingreso fueron incluidos en este programa y distribuidos en 12 grupos, aunque sólo 366 terminaron el curso-taller. Los instrumentos usados forman parte de metodología de Rimada Peña (2000) que consiste en un enfoque de procesos cognitivos–perceptuales en donde la Orientación profesional universitaria se sustenta en la aplicación de pruebas psicométricas: inventario de intereses; inventario de aptitudes, e identificación de preferencias universitarias.

Este material está diseñado de tal manera que nos permite realizar y manejar una radiografía psicológica a través de la cual podemos ubicar y descubrir las áreas dominantes de los alumnos. La metodología nos permite un autoevaluación, seguida por las instrucciones del orientador; por el número de pruebas aplicadas y el total de alumnos, es un trabajo que requiere tiempo.

El total de pruebas de la metodología son cinco, de las cuales se aplican tres a los alumnos; ellos van formando una carpeta con los ejercicios que se realizan, es decir, las pruebas psicométricas y los ejercicios propios de la información externa, como trípticos, donde analizamos las carreras que la escuela ofrece, sus planes de estudio, campo laboral y componentes profesionales de cada una de las carreras.

Para medir el impacto que la Orientación tiene en la elección de carrera y el efecto de la edad, sexo promedio de Secundaria, lugar de origen (rural o urbano), y tipo de Secundaria de procedencia (Técnica, General, Estatal) en los alumnos de nuevo ingreso del semestre agosto 2004–enero 2005 del CBT, se revisaron los resultados del Programa de Orientación que se aplicó al total de los alumnos (N=366).

El trabajo experimental consistió en la aplicación de una encuesta al inicio del Taller para recuperar información necesaria sobre las variables en estudio y conocer las opciones de carrera que eligen en primer término (selección pre-taller); es decir, la opción con las que los alumnos llegan a la institución.

El curso-taller incluye en primer término el llenado de inventarios que permiten al alumno conocer sus aptitudes, intereses y preferencias universitarias y en segundo término que el alumno conozca las opciones de carreras que ofrece la institución. Al finalizar el semestre, los alumnos contestan nuevamente la encuesta para conocer sus opciones de carrera (selección post-taller), e identificar si este cambio fue producto del curso recibido.

Los inventarios o pruebas psicométricas que se aplican son:

Inventario de Intereses.- Tiene como propósito medir e informar al estudiante en qué grado existe en él un interés o respuesta afectiva hacia determinada actividad ocupacional, lo que permite un diagnóstico acerca de probables opciones, encontrado utilidad en este instrumento para que el alumno confirme, corrobore o descubra sus fortalezas. Los intereses analizados en esta metodología son 12: Biológico, Mecánico-artefactual, Campestre, Geofísico, Servicio Social, Literario, Organización, Persuasivo, Cálculo, Contabilidad, musical Artístico– Plástico, y Científico.

Inventario de Aptitudes.- Este inventario permite medir e informar al estudiante en qué grado existe una habilidad o aptitud ocupacional, así como la disposición para ejecutar alguna actividad ocupacional y las respuestas que ha desarrollado en su entorno. Las aptitudes analizadas con esta metodología son 13: Abstracto–Científica, Coordinación viso-motriz, Numérica, Verbal, Persuasiva, Mecánica- artefactual, Social, Directiva, Organizacional, Musical, Artístico–Plástica y Espacial.

Inventario de Preferencias Universitarias.- Tomando en cuenta que la mayoría de los estudiantes de bachillerato aspiran a una carrera universitaria, este ejercicio permite que el alumno desarrolle una visión a futuro sobre el mundo universitario. Esta metodología realiza una clasificación de las carreras que existen en seis áreas: Físico–Matemáticas, Química, Biológicas, Administración, Sociales y Humanidades.

Al término del curso se realiza una reunión de padres de familia con el propósito de dar a conocer la misma información dada a los estudiantes; en esta ocasión se contó con una asistencia aproximada de 350 padres de familia que pudieron recibir la información para ayudar a sus hijos en la elección de carrera.

Para el proceso de evaluación del programa, los datos relativos a los alumnos inscritos, estudiantes que recibieron el curso, número de alumnos que cambian de elección y porcentajes correspondientes, fueron capturados en una hoja electrónica y procesados para obtener la información estadística descriptiva básica. También se registraron los datos socioeconómicos de los alumnos (edad, sexo, promedio de secundaria, y lugar de origen -urbano o rural- y secundaria de procedencia: general, estatal o técnica). Los datos sobre el efecto de las variables socioeconómicas en la elección de carrera, se analizaron por medio X2 (chi Square Tutorial, CONNOR-Linton), a través del siguiente modelo matemático:

 

 

 

Resultados y discusión

Los resultados generales del diagnóstico realizado sobre el efecto de la Orientación vocacional en la elección de carrera en los alumnos de nuevo ingreso del semestre agosto 2004–enero 2005, arrojó que de los 366 alumnos atendidos, 124 de ellos (33%) cambiaron de carrera después del Curso- Taller.

Este dato nos permite afirmar que los resultados validan la hipótesis de que al momento de su ingreso al CBTa, algunos estudiantes no tienen información suficiente para la elección de carrera, ya que el porcentaje de los que deciden cambiar su primera elección es bastante significativo.

Lo anterior resalta la importancia del proceso de Orientación vocacional, ya que si se considera a la motivación como uno de los principales elementos para el aprendizaje, el seleccionar correctamente la carrera a estudiar se convierte en una herramienta importante para conservar o incrementar la motivación del estudiante y por lo tanto su rendimiento escolar.

El programa de Orientación Vocacional instituido demuestra así su importancia administrativa y educativa, ya que por una parte favorece una mejor distribución de los alumnos entre las diferentes opciones de carreras que se ofrecen, y por otra, más importante aún, auxilia para la toma de decisión de los alumnos en lo referente a la carrera a elegir.

1. Definición del objetivo.- Este paso permite clarificar qué es lo que se quiere elegir, el objetivo es elegir una carrera congruente con el sujeto (congruente es elegir una opción u opciones de acuerdo con sus intereses y aptitudes) es decir conocer el qué para luego saber el dónde. Aquí se toma en cuenta los cinco principios rectores de la decisión vocacional:

Principio de congruencia.- el alumno elige sus opciones de acuerdo a sus intereses y aptitudes.

Principio de realidad.- el alumno elige sus opciones de acuerdo a las ofertas de trabajo.

Principio de semejanza.- el alumno elige la carrera de una misma familia, si la que eligió en primer termino no se encuentra a su alcance.

Principio residual.- el alumno elige de varias opciones y de diferente familia la que tenga en segundo, tercer o cuarto lugar.

Principio de aleación.- el alumno hace una aleación, si tiene preferencia por dos carreras de familias diferentes.

2. Ganar información interna y externa.- El alumno que toma una decisión debe tener información disponible para realizar el proceso; en éste existe un sujeto cuya historia personal (información interna) le ha construido una serie de aptitudes e intereses que tendrán preferencias sobre otras. Al hablar de información externa nos referimos al conocimiento también relevante de las ofertas educativas a través de materiales impresos, visitas a las instalaciones, etcétera.

3. Evaluar y seleccionar la carrera.- La evaluación es considerada como el proceso más adecuado para elegir una opción entre varias.

4. Ver circunstancias y generar alternativas.- El alumno aprende a confrontar su elección con las circunstancias; en algunos casos tendrán que generarse alternativas, como estudiar una carrera semejante o residual.

 

 

5. Verificación.- Consiste en un mecanismo de supervisión que permite al alumno verificar sus decisiones.

Este modelo permite, gracias a los pasos y secuencias, diagnosticar con precisión los mecanismos de retroalimentación y verificación de sus productos. El paradigma de procesos que sustenta Rimada Peña (2000) para alcanzar los objetivos que se proponen, funciona también como un organizador de la secuencia lógica en que deben aparecer las lecciones y las operaciones mentales adecuadas como observación, clasificación, ordenamiento y prueba de hipótesis, entre otras.

El modelo permite resolver problemas de elección de carrera de manera diferenciada y precisa, desarrollando también el metaconocimiento. La mayoría de los orientadores coincidimos en que una decisión consiste en preguntarse qué se puede hacer con mayor facilidad, qué es lo que le gusta, qué ofrece el medio donde se desenvuelve, con la idea de incorporarse a un campo ocupacional.

El método aquí propuesto considera que para lograr los fines citados se deben tener en cuenta tres grandes componentes procesales:

El primer componente procesal es aprender a obtener información interna: Inventarios de intereses, aptitudes y preferencias universitarias; de este último se desprende la segunda parte que consiste en la aplicación de dos o más inventarios, de acuerdo con las áreas sobresalientes que el alumno haya obtenido. Por lo regular se toman tres áreas dominantes para la aplicación de los siguientes, y observar sus sub-tipos o sub-áreas y sus familias de carreras.

El segundo componente procesal es manejar la información externa: conocer la información del horizonte profesional y campo de inserción laboral, tanto en su región como en el país.

El tercer componente procesal es la comparación: En este se comparan las fuentes de información y se elabora un perfil profesional para cada estudiante; todo esto con miras a facilitar el cuarto componente.

El cuarto componente, la decisión: Consiste en que el alumno, apoyado con los elementos anteriores, esté preparado para su decisión vocacional al momento de egresar, e incorporarse al mundo laboral o profesional.

 

Conclusión

El Programa de Orientación vocacional permite a quienes han tenido la experiencia de trabajar con la metodología instituida en el CBTa, el experimentar innumerables emociones, que lamentablemente no se han podido registrar; entre ellas, el grado de satisfacción tanto del orientador como del alumno.

Los resultados encontrados en la presente investigación nos señalan la necesidad que tienen los jóvenes de contar con espacios educativos que les permitan conocer y desarrollar una visión a futuro, ya que aparte de ausencias en el conocimiento, los alumnos muestran falta de motivación, pues desconocen las fortalezas o debilidades que les lleve a la toma de decisiones.

Sin lugar a duda, existen muchas causas que afectan a la Orientación; podemos mencionar entre ellas la no unificación de una metodología que permita uniformidad en la tarea; o la falta de credibilidad en el servicio que se le ve como una cuestión de tramite administrativo sin conocimiento de las teorías que justifican su importancia; o la falta de profesionales con el perfil de orientadores; o la falta de seriedad de las autoridades educativas en este proceso formativo, pues existen en el nivel medio, orientadores que sólo son vistos como prefectos.

 

Orientar a un joven en la elección de su carrera, más que una rutina de detección de aptitudes, es la ocasión de darle sentido a una vida, y por ello rescatarla de la mediocridad.
G. Perzga

 

Bibliografía

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* Rafael Rodríguez Martínez es profesor–investigador del CBTA No. 1, Ejido La Partida, Torreón, Coahuila, México. Teresa De León Mendoza es pasante de Maestría en Psicología-Orientación. Correo.- tere_orientadora@yahoo.com.mx