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Revista Mexicana de Orientación Educativa

versão impressa ISSN 1665-7527

Rev. Mex. Orient. Educ. vol.6 no.14 México  2008

 

ARTÍCULO

 

Investigación-Acción y Orientación: Experiencias desde la Investigación Educativa

 

 

Luisa Rojas Hidalgo*

 

 


RESUMEN

La Investigación Acción (IA), es un método cónsono con los distintos ámbitos de acción humana, una herramienta para la construcción de escenarios de donde emergen simultáneamente la expansión del conocimiento y la búsqueda de alternativas de solución a problemas. Lo que es pertinente con el compromiso de la Orientación del siglo XXI; generar acciones en pro del desarrollo humano. La IA como método cualitativo para la investigación, ha permitido acercamiento a la comprensión de la realidad humana, lográndose Orientación desde su propia realidad, en diversas experiencias que a continuación se presentan, llevadas a cabo por estudiantes y docentes de la Facultad de Ciencias de la Educación, Mención Orientación de la Universidad de Carabobo. Venezuela.

Palabras clave: investigación acción, método, Orientación, educación.


 

 

Ante la Realidad Humana

Cuando el objeto de estudio en una investigación tiene que ver con la existencia, con la vida en sí, es necesario partir de una concepción de hombre, hombre como sujeto, como persona. Más aún en esta civilización moderna, donde el empuje tecnocientífico pretende su cosificación, emerge la urgencia de acercarse a la comprensión de lo humano; desde lo humano mismo. Teniendo como visión que toda investigación relacionada con las ciencias humanas debe estar apartada de toda pretensión reduccionista de la cientificidad impuesta, y dar apertura a la diversidad caracterizadora de lo humano y al surgimiento de nuevas miradas, de nuevas ciencias.

Ciencia que debe ser capaz de admitir distintas formas de racionalidad, incluyendo la razón emocional, la diversidad cultural y de métodos. De reconocer la subjetividad y la interioridad como aspectos cognoscibles y científicamente válidos. De allí la inquietud ¿Qué métodos nos aproximarían a la exploración de la realidad humana? Corresponde esta nueva forma de conocimiento a los métodos cualitativos para la investigación.

Éstos, permiten proximidad a la profundidad y comprensión de la realidad humana negada hasta el siglo XX, cuando comienza a sentirse la irrupción de una época que obliga al abandono de la lógica disciplinaria y del paradigma de la simplicidad, suponiendo la reelaboración de los discursos predominantes de la Modernidad. A pesar de esto, las inquietudes e interrogantes continúan aflorando; ¿Cómo hacer de lo cualitativo un mapa de representación de lo humano?

De allí la necesidad de centrarnos « en lo que la vida humana nos presenta como más auténtico, real, empírico y concreto, es decir, en la experiencia de vida misma tal como es sentida, experimentada, vivida y percibida, ( … ) el «mundo vivido» o «mundo de vida» (Martínez, 1996: 11). Por eso la crucialidad de resguardar ese mundo vivido cargado de significancias, debe ser este punto de partida para la elaboración conceptual de toda ciencia humana. Su omisión en cualquier afán de aferramiento al espíritu científico positivista, no sería más que la negación de la propia existencia.

Esto sustenta la pertinencia de considerar las opciones ofrecidas por las Ciencias Sociales, donde la identidad entre sujeto y objeto es inmanente. Ya que como Ciencia Humana, la investigación en esta área trata con seres humanos, con sus razones culturales, de clase, de grupos etéreos u otro motivo, que poseen común sustrato de identidad con el investigador, es decir que «(…) el observador es de la misma naturaleza que el objeto, el observador mismo, es una parte de su observación» (Lévi Strauss, 1975, Citado por De Souza Minayo, s.f.: 12), lo que lo hace solidario y comprometido; coinvestigador. Lo que le da al objeto de estas ciencias ese sentido de esencialmente cualitativo y comprensivo.

Esto, entendiendo toda realidad social como el dinamismo mismo de la vida individual y colectiva, completamente impregnada de significados. Representa esta realidad mayor riqueza que cualquier teoría, pensamiento o discurso alguno elaborado sobre ella. Además, estas Ciencias poseen instrumentos y teorías capaces de lograr una aproximación a la diversidad de la vida de los seres humanos en sociedades, abordan el constantemente el conjunto de expresiones humanas que emergen de sus estructuras, procesos, sujetos, significados y representaciones. (Ob. Cit.)

Investigación-Acción y Orientación

La Ciencia Social debe ser crítica, debe hacer a los seres humanos más conscientes de sus propias realidades, más seguros de sí mismos, más escudriñadores de sus posibilidades y alternativas. Debe conllevarlos al darse cuenta de su propio potencial creativo e innovador, de su capacidad de transformación de sus propias vidas, hacerlos forjadores de sus propios destinos, respetando su libertad. (Martínez, 2004) Ante lo cual surge como reflexión la interrogante ¿Qué método podríamos proponer entonces, para la exploración de una realidad tan marcada por la especificidad y la diferenciación?

Más aún, cuando es desde la Orientación que se intenta aportar interpretaciones sobre el comportamiento humano. Por lo que requerimos de una Orientación con una nueva visión. Es imperativo el abandono del centralismo en el humanismo en la que ha estado empeña en encerrarse, que le ha dejado una reducida visión de crecimiento y autorrealización, marcada por la simplicidad de una relación de ayuda o trabajo de autoayuda, como modelo de asistencia al sujeto, que persiste en fomentar desde la mismidad del ser único e irrepetible; olvidando al ser social y por ende a la sociedad.

En otros casos, encontramos una Orientación con una visión meramente centrada en una religiosidad extrema, donde el mundo es construido desde lo puro, lo tranquilo, lo etéreo, lo que acarrea un retraimiento de la realidad, y deja a un lado su sentido social, sin darse cuenta que los cambios a nivel personal, no resuelven la problemática estructural de la sociedad como tal, sino que pueden ocasionar ese retraimiento a un mundo ficticio. Corre así el riesgo la Orientación de caer en el vacío y dejar por fuera su verdadero sentido social.

Entonces ¿Desde dónde asume la Orientación su función social? ¿Desde dónde orientamos? Desde la propia realidad humana. Es aquí donde la Investigación-Acción, se presenta como método natural y cónsono con toda actividad referida a cualquier ámbito de acción humana. Su aparente sencillez esconde e implica una nueva visión del hombre y de ciencia.

Desde esta perspectiva, la Investigación- Acción realiza simultáneamente expansión del conocer científico y el ofrecimiento de alternativas de solución a un problema, aumenta la competencia de sus participantes, los convierte en sujetos coinvestigadores. Esta se lleva a cabo en una situación concreta surgida dentro del propio contexto social, usando la realimentación de información en un proceso cíclico. Es primordial tener presente que toda realidad adquiere significado de acuerdo al contexto de donde emerge, el mismo contexto ofrece o asigna significado a las cosas, en esa interacción de cada una de ellas con los elementos del mismo. De allí, la dificultad de hacer un adecuado entendimiento de una entidad, si la ubicamos fuera de su propio contexto.

Entendiendo que el método es como el camino del pensamiento y de la práctica ejercida durante y para el abordaje de la realidad, ocupa un lugar central en el interior de las teorías, se debe pensar en él como la articulación entre contenidos, pensamientos y existencia. Por lo que debe incluir tanto concepciones teóricas para el abordaje, como todas las técnicas que posibiliten la construcción de la realidad y la inspiración divina, creativa del investigador. Nada puede ser intelectualmente un problema, de no ser primeramente, un problema de la vida práctica (De Souza Minayo, s.f.).

En este sentido, La Investigación- Acción Implica una nueva visión del ser humano y de la ciencia, «(…) es una metodología de resistencia contra ethos positivista, (…) considera el análisis científico inaplicable a asuntos relacionados con los valores, e incluye supuestos filosóficos acerca de la naturaleza del hombre y sus relaciones con el mundo físico y social». (Martínez, 2004: 240) Representa para los grupos sociales un proceso donde el rigor científico de la ciencia y la realidad humana logran tal convivencia que facilita todo proceso de desarrollo y emancipación humana.

Además, rechaza toda noción positivista de racionalidad y objetividad como verdades, favorece la visión dialéctica de la realidad. Es esto, uno de los valores que conllevan a un alto nivel de validez de la Investigación-acción, a través de las etapas que conforman su proceso metodológico, inspiradas en los modelos de Kurt Lewin, quien utilizó este término por primera vez en 1944. La describe como una forma de investigación, desde la hibridación del enfoque experimental de la ciencia social, con programas de acción social. De sus etapas Martínez (2004) refiere las siguientes: Etapa 1: Diseño general del proyecto, etapa 2: Identificación de un problema importante, etapa 3: Análisis del problema, etapa 4: Formulación de hipótesis, etapa 5: Recolección de la información necesaria, etapa 6: Categorización de la información, etapa 7: Estructuración de las categorías. Etapa 8: Diseño y ejecución de un plan de acción. Etapa 9: Evaluación de la acción ejecutada. Para posteriormente repetir el espiral del ciclo desde la segunda y última etapa, lo que permite incluir cambios necesarios en el plan de acción.

El conocimiento obtenido de ese espiral de ciclos de reconocimiento reiterativo, guardan similitud con el círculo hermenéutico del que habla Dilthey (en Ob. Cit.), donde las partes se comprenden viendo el todo y el todo viendo las partes: planificación, ejecución, observación de la acción planeada, y sus resultados dan apertura a la reflexión sobre la misma realidad e insumos para el replanteamiento de la acción. Procedimiento que parte de la sencillez, llega hasta la complejidad de todo proceso humano. Va de lo conocido a lo desconocido, siempre en permanente contacto con la realidad concreta, que ofrece información para elaborar las categorías, estructurar y programar la acción.

Posteriormente se observan los efectos y consecuencias de la misma, para evaluar los logros, reflexionar sobre la nueva situación emergida y programar una nueva acción más cercana a la realidad palpada y sentida. Así con esta retroalimentación y el espiral autorreflexivo mediante una acción dialéctica relacionante de la teoría y la práctica, en ciclos constructivos y acumulativos de la acción y la reflexión, se va logrando la proximidad a las metas deseadas.

Representa así esta metodología, un reto para la Orientación, al surgir la inquietud de cómo construir su corpus, sus referentes para la acción. Se debe partir de la aceptación de la diferencia, por lo que debe producir diferentes paradigmas de Orientación para las diferentes culturas y para los diferentes mundos de vida. Estando aquí plasmado el compromiso de la Orientación, de los Orientadores y Orientadoras de este nuevo siglo, para lo cual requerirán de esa nueva visión para el conocimiento, la comprensión y el logro de la aproximación a la complejidad humana; desde donde y para donde accionaran.

De tal manera, que lo más importante del ejercicio profesional de Orientadores y Orientadoras es la ubicación en el momento actual, en el contexto real; en el siglo XXI y en la sociedad venezolana; percibida, sentida y vivida desde nuestra propia experiencia, no desde la sociedad ideal que continúan empeñados en ofrecen muchos autores. Por lo que es pertinente considerar que «Toda tribu conocida, pasada o presente, ha tratado de asegurar sus modos de vida, de ayudar a sus jóvenes a convertirse en miembros cabales de la sociedad y de eliminar algunas de las presiones que padecen (…)» (Beck, 1966: 9)

Experiencias desde la Investigación Educativa

En la Facultad de Ciencias de la Educación, de la Universidad de Carabobo, el Departamento de Orientación a través de la Cátedra Métodos de Investigación, ha comenzado un acercamiento a esa nueva manera de abordar la investigación, pretendiendo proximidad a lo humano. Los estudiantes, cursantes de los últimos semestres de su formación como Licenciados en Educación Mención Orientación, en experiencias compartidas con docentes como tutores o asesores orientadores del proceso, se han atrevido a emprender una acción investigativa, que representa el hacerse participe como sujetos coinvestigadores en situaciones que los han acercado al mundo donde vivimos.

Un quehacer investigativo que a la par les da oportunidad y apertura para hacer Orientación, desde y para realidades propias de los sujetos involucrados en estas experiencias llevadas a cabo desde la Investigación Educativa en distintos contextos del estado Carabobo, Venezuela. Donde el desarrollo de Programas de Orientación bajo la perspectiva de la Investigación- Acción, ha permitido generar acciones en pro del desarrollo humano. Además del acercamiento vivencial al compromiso de la Orientación del siglo XXI, como es todo lo que involucra el aprender a vivir juntos. A continuación se presentan algunas de las experiencias.

Primeramente está un Programa de Orientación para ación, como: Para la Prevención del Abuso de Bebidas Alcohólicas en Barrio Popular La Trinidad en Valencia (López y Villa, 2005), generado posterior al diagnóstico participativo donde la misma comunidad identificó, a través de sus informantes claves, el consumo excesivo de bebidas alcohólicas como factor perturbador del equilibrio social. Información emanada desde la discusión en grupos, la observación participante, entrevistas abiertas, diálogos coloquiales y registros anecdóticos; todo orientado para la categorización y posterior estructuración y programación de la acción.

Acción que al ser desarrollada de manera cíclica, generó insumos para el replanteamiento de la acción desde los espacios surgidos para la integración y participación de la comunidad a través de compartir experiencias, donde reflexionaron sobre debilidades y fortalezas desde lo personal y social. Además, lograron darse cuenta que la participación de todos es pilar fundamental para el desarrollo comunal.

Es relevante mencionar la importante participación en esta experiencia de la Organización de Alcohólicos Anónimos conjuntamente con Hogares Crea de Venezuela y el Instituto Autónomo Regional de Vialidad del Estado Carabobo, quienes al involucrarse y asumir compromiso con la comunidad, hicieron grandes aportes al trabajo desarrollado, en armoniosa integración con las coinvestigadoras; ellas también miembros de la comunidad.

Otro, fue el Programa de Orientación para fomentar relaciones interpersonales en la Unidad Educativa «Ambrosio Plaza» en Morón (Calanche y Rondón, 2005), el cual surgió desde el diagnóstico llevado a cabo a través de la observación participante y entrevistas semiestructuradas, donde se involucró el personal directivo, docente, del cual forma parte una de las coinvestigadoras, administrativo y obrero de la institución; donde afloró la necesidad de resolver situaciones dadas por las relaciones de conflictos entre este personal.

Dicho programa se desarrolló de manera cíclica, la sistematicidad en su implementación y evaluación simultánea fueron marcando pautas para el replanteamiento de próximas acciones. Todo en correspondencia a una estructura teórica de la Orientación como proceso inherente a lo educativo, como práctica dependiente de las condiciones socio-históricas- culturales del contexto de la acción. Y como proceso que se corresponde con las diversas etapas, situaciones y vivencias de los seres humanos, abarcante tanto de lo individual como de lo social.

Todo esto, permitió la acción reflexiva para el reconocimiento de la importancia que tiene cada ser humano como ser individual y social, y de la interacción como base de la convivencia y la vida social. Elementos fundamentales para el logro de bienestar y desarrollo colectivo, aspectos primordiales para la preservación de la humanidad.

En este sentido, la comunicación, la empatía y la cooperación surgieron como elementos esenciales para fomentar relaciones interpersonales efectiva y para el armonioso desarrollo de un ser integral, capaz de ser copartícipe de cambios y transformaciones dentro de sus espacios de convivencia, tanto en el ámbito social como laboral; teniendo presente la inseparabilidad de ambos. Aspectos que además se revierten en el desarrollo armonioso de la institución implícita en este proceso de Investigación-Acción.

También está un Programa de Asesoramiento Vocacional para la Toma de Decisiones en la Elección de Mención, para Estudiantes del Ciclo Básico de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Carabobo (FaCE UC) (Cáceres y Tovar, 2005). El mismo fue llevado a cabo de manera sistemática a lo largo de las siguientes etapas: Diseño general del proyecto, identificación del problema, análisis del problema, formulación de hipótesis provisionales, recolección de la información, estructuración teórica de la información, diseño e implementación de un plan de acción, evaluación de la acción ejecutada para cambios pertinentes en próximas acciones.

Para el diagnostico de necesidades vocacionales se escogieron ocho sujetos participantes, cursantes del segundo semestre del Ciclo de formación básica de la Licenciatura en Educación en la ya referida institución, en el periodo lectivo 1/2001, como informantes claves. La recolección de información se logró a través de entrevistas semiestructuradas y un cuestionario con preguntas abiertas, que permitió abordar el fenómeno o situación a investigar sin contaminación alguna; dejando fluir la espontaneidad del mismo.

Esto, sustentado por la Teoría Humanista o Teoría de Asesoramiento centrada en el Cliente, de Carl Rogers, La Teoría de las Carreras de John Holland, la Teoría del Desarrollo de la Carrera de Donald Súper y el Modelo de Toma de decisiones de John Krumboltz. Con la mirada puesta en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1.999), la Ley Orgánica de Educación (1.980), y el Código de Ética del Profesional de la Orientación (2.001); como soporte legal.

El Plan de acción estuvo conformado por Jornada de Talleres con contenidos programáticos relacionados a las necesidades emergentes desde los propios sujetos involucrados, tales como; carencia de identidad vocacional definida, influencia familiar en la toma de decisiones vocacionales. Los mismos, se desarrollaron de manera simultánea a las actividades evaluativas, centradas en modelos cualitativos, empleando la Autorrevelación como técnica principal. Los hallazgos evidenciaron que los estudiantes del Ciclo Básico de la FaCE UC, necesitan Asesoramiento Vocacional para la toma de decisiones acertadas en la elección de la mención a seguir.

Por otra parte, esta una vivencia titulada El Orientador como Promotor Social: Una experiencia en la Unidad Educativa «José Antonio Martín» de Puerto Cabello (Da Costa y Granadillo, 2006); investigación que se desarrolló en cinco fases propias del método, estructuradas de la siguiente manera: Diagnóstico el cual se llevó a cabo a través de observaciones participantes y entrevistas semiestructuradas como técnicas de recolección de información, mostrando como necesidad existente, escasa interacción institución-comunidad. En relación a esto, se planificó Jornada de Talleres acordes a dicha necesidad, y se desarrollaron de manera sistematizada y simultánea con la evaluación, para la reiteración de nuevas acciones.

Esta experiencia, permitió apertura de espacios para la sensibilización, donde emergió comprensión de la problemática desde los mismos sujetos afectados. Además, afloraron alternativas para mejorar dicha situación, involucrado el personal directivo, docente, orientadores y miembros de la comunidad. Lo que también permitió la valoración de los espacios para la reflexión y el intercambio de ideas como herramienta favorable para las relaciones humanas, para la integración y armoniosa relación institución-comunidad. Siendo esto fuente de la interacción social necesaria para el fortalecimiento y desarrollo de las instituciones y comunidades; teniendo presente su interdependencia.

Siendo esto, pertinente con el modelo educativo venezolano que se comienza a implementa en estos momentos. El cual, requiere de la reorientación del quehacer educativo en todos sus aspectos, desde lo cultural, social, ético, político y moral. Desde donde se pretende perfilar el rescate del rol fundamental de la escuela, como centro de promoción social, fomentadora de todo proceso de restauración y cambio social, donde es preponderante la labor del equipo de orientación.

Por último, está el Programa de Orientación Vocacional para la Misión Ribas de la Unidad Educativa «Lagos de los Tacariguas» (Carballo, 2006). Cuya relevancia está centrada en el hecho de haber sido una de las primeras experiencias donde la Orientación tuvo acercamiento a un nuevo espacio del nuevo Modelo Educativo Bolivariano, que comenzaba a instaurarse para esos momentos. Además, la coinvestigadora formó parte, como facilitadora, de uno de los equipos pioneros del programa.

La Misión Ribas fue creada en Octubre de 2003, a través de una comisión presidencial de participación comunitaria para el plan extraordinario Misión José Félix Ribas, y para Noviembre del mismo año inicia legalmente este plan con la visión de potenciar el trabajo interinstitucional y la participación comunitaria en la resolución de la problemática educativa venezolana. Generando así nuevos espacios y modalidades de estudios convencionales y no convencionales, dando apertura a la inclusión y al proceso de formación de los nuevos republicanos.

Este proceso investigativo se desarrolló en cuatro fases: El diagnostico, realizado a través de entrevistas y observación-participante de los estudiantes, llamados aquí vencedores, lo que condujo el proceso de categorización, desde donde emergieron como necesidades de los sujetos, la carencia de asesoramiento e información sobre vocación y posibles alternativas para la continuidad de su formación profesional, además de la necesidad de la inclusión del orientador en este nuevo espacio educativo.

La segunda fase fue la planificación donde se realizó la programación conformada por Jornada de Talleres acordes con dichas necesidades. Ejecutados en la tercera fase. El plan de acción se desarrolló de forma simultánea con la evaluación de las acciones del programa, lo cual permitió llevar a cabo esta cuarta fase del proceso, y reorientar las acciones necesarias. Logrando al final orientar a vencedores hacia la toma de decisión vocacional, y constatar la importancia de desarrollar programas para fortalecimiento personal y social. Todo con un apoyo teórico sustentado en teorías sociales, considerando los constantes cambios productos de la evolución social de todo espacio.

Para concluir, es importante señalar que estas experiencias no se presentan como realidades absolutas, ni con la pretensión de mostrarlas como modelos investigativos acabados, sino para compartir con ustedes estas vivencias enriquecedoras y gratificantes tanto para los docentes orientadores del proceso, como para los estudiantes coinvestigadores. Quienes además de incursionar de una manera un tanto formal en el quehacer investigativo, dejaron aportes de significancia para las comunidades implícitas en las investigaciones; enriqueciendo así su espíritu de noveles Docentes Orientadores Investigadores.

 

BIBLIOGRAFÍA

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*) Lic. En Educación Mención Orientación.. Magíster en Educación. Mención Orientación. Cursante Doctorado en Ciencias Sociales: Salud y Sociedad. Docente de FaCE, UC. Dpto. Orientación. Campus Barbula. Docente Coordinador CB «Simón Rodríguez» Puerto Cabello. Estado Carabobo. Venezuela. PPI Nivel Candidato, Ciencias Sociales, 2006. Correo de la autora: ljrojash@cantv.net. Ponencia presentada en el I Congreso Latinoamericano de Orientación Profesional de la ABOP y VIII Simposio Brasilero de Orientación Vocacional y Ocupacional. Brasil del 16 al 18 de agosto de 2007.