SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.8 número20La Orientación en Venezuela Desde el Modelo Educativo BolivarianoUna Mirada Femenina al Cine Mexicano índice de autoresíndice de assuntospesquisa de artigos
Home Pagelista alfabética de periódicos  

Revista Mexicana de Orientación Educativa

versão impressa ISSN 1665-7527

Rev. Mex. Orient. Educ. vol.8 no.20 México  2011

 

REMANDO en la cultura...

 

Hojas sueltas...

 

 

Riverohl Foundations Inc.

Facultad de Ciencias de la Educación, Universidad de Carabobo, Venezuela

 

 

A la memoria de Chava Flores, Carlos Monsiváis Y Don José Iturriaga

 

I) La Santa Cruz de los Albañiles...

En México existe una celebración tan importante como singular, el día de la Santa Cruz. El festejo es de los albañiles y lo hacen ruidosamente desde las primeras horas del día 3 de mayo, la ciudad despierta con el estruendo de los juegos pirotécnicos. Desde muy temprano los albañiles preparan el festejo, lucen limpios y hasta perfumados como pocas veces, con entusiasmo inusitado habilitan altares improvisados para la realización de la misa conmemorativa en los predios donde construyen grandes o pequeños inmuebles; no importa si es una modesta casa o un gran edificio, el fervor es el mismo. Después del rito religioso, sigue la gran comilona de carnitas bañadas y asadas en jugo de naranja, chicharrón, barbacoa, abundante ración de tortillas, una variedad de chiles, todos los manjares acompañados de ásperas y rupestres bebidas como pulque, cerveza y tequila en dionisiacas cantidades.

 

La Calle de la Machincuepa

Érase una vez, que en el barrio de la Soledad vivía Don Mendo de Quiroga y Suárez, marqués de Valle Salado, quien había llegado a la capital de la Nueva España en 1714, Don Mendo sufría de distintas y agobiantes enfermedades, la Gota era una de sus peores males, el dolor recurrente lo ponía de mal humor, su temperamento gruñón y déspota terminó haciéndose más rancio y avinagrado. Gracias al comercio y la usura Don Mendo logró hacerse de una considerable fortuna, su avaricia también le obsequió una salud deteriorada. Sucedió que un día recibió de España la infausta noticia de la muerte de su hermano y peor aún, la noticia venia acompañada con la solicitud de adoptar a la hija del difunto. Sin otra alternativa, días después Don Mendo recibía a la sobrina, la señorita Paz Quiroga quien era joven, bella, terriblemente caprichosa y egoísta. Era tan insoportable como el tío. La convivencia entre ambos era muy tirante y retadora, Paz no aceptaba la disciplina de Don Mendo y éste sufría por la creciente soberbia de la sobrina, doblegar ese orgullo beligerante de la joven se convirtió en una obsesión. Con un ramillete de enfermedades que lo tenían al borde de la muerte y no teniendo un pariente de mejor calaña que la bella Paz, Don Mendo no tuvo más remedio que nombrarla como su única heredera.

Más temprano que tarde, Paz se enteró de la última voluntad cifrada en el testamento por el viejo colérico Mendo, y con ansiedad esperaba que"pasara a mejor vida". Sin embargo, más tarde que temprano la vanidosa joven se enteró de la genial jugarreta que su tío le había hecho mediante una de las cláusulas testamentarias. Don Mendo ponía como única condición para que Paz recibiera la herencia, cotizada en tres millones de pesos (una verdadera fortuna para ese tiempo), que en la Plaza Mayor se montara un escenario en donde a la vista de un numeroso público testigo, al cual debía convocarse con anticipación, la sobrina debía ejecutar una espectacular machincuepa (maroma). Al principio la señorita Paz se negó a realizar semejante acto que lo consideraba humillante. Sin embargo, recapacitó y guardo por un rato su orgullo y mascullando sus reproches y regañadientes llevó a cabo el espectáculo frente a la gran multitud congregada. Paz de Quiroga sorprendió a todos con una gran machincuepa, apenas cumplió el mandato, entre la burla desatada y estruendosa del auditorio y el desprecio de los hispanos, la joven regresó apuradamente a su casa, se encerró por varios días, finiquito los trámites de la herencia y a hurtadillas abandono la casa y regresó a España con su nueva fortuna. Por este hecho, un tramo importante de la calle de la Soledad, durante muchos años fue conocida por la Calle de la Machincuepa, en memoria de ese acontecimiento fabulesco.1

 

Templo de Santa Cruz de Nuestra Señora de la Soledad.

Este recinto religioso inició su historia siendo una de las capillas para indígenas pobres y miserables, fue construida por los franciscanos en la medianía de siglo XVI, aún con la herida abierta de la conquista de Tenochtitlan, allá en el paupérrimo lugar colindante con el albarradón de San Lázaro, los barrios de la Candelaria, Laguna de los Patos, Santo Tomas la Palma y San Jeronimito. La asidua y masiva presencia de los fieles obligó a que la capilla se transformara en templo. Fueron los agustinos quienes la convirtieron en el templo más grande e importante de la región, principalmente fueron los comerciantes hispanos y criollos de la región los que contribuyeron con sus diezmos a la obra. Al templo se le construyó un gran atrio para que los indígenas y demás pobres recibieran el servicio religioso. Por la gran cantidad de feligreses de estrato social bajo se le llegó a identificar como la catedral indígena de la ciudad.

 

La Patrialgia de los remeros

Es muy probable que lo remeros, (es decir quienes hacemos, producimos, vendemos y promovemos la Revista Mexicana de Orientación Educativa) padezcamos de"Patrialgia". Este padecimiento, descubierto y caracterizado por el querido maestro Don Pepe Iturriaga es una dolencia que tenemos quienes nacimos en el DF o aquellos que en esta compleja ciudad echaron raíces. La"Patrialgia" es un"dolor de patria", porque no tenemos aparentemente un terruño que nos identifique. Somos chilangos, fuimos catrines, capitalinos, defeños (¿que es eso?), esto explica la"necesidad de tener una patria chica", decía Don Pepe. Por eso – advertía- era necesario descubrir nuestra ciudad, saber que nacimos en una tierra pródiga de historias, identificarnos con ella y sus necesidades, solo de esa manera nos curaremos de la Patrialgia. Los remeros hemos promovido el antídoto contra la"Patrialgia" entre nuestros familiares y amigos. Así cada año caminamos por el CHCM y nos descubrimos mejor como habitantes de esta terrible megalópolis; al mismo tiempo que le declaramos nuestro odio, la amamos; así como lo sentía el poeta Efraín Huerta.

 

Una evangelización clasista

El proceso de evangelización en la Nueva España no pudo superar las clases y las castas sociales, tampoco predominó el principio religioso de “todos somos iguales ante dios". Mentira. Por ejemplo, las nombradas capillas indígenas se edificaron para evangelizar y mantener a los indígenas, negros, mulatos, etc., alejados de los suntuosos templos circunvecinos a la Catedral Metropolitana, en donde solamente podían acceder a los atrios. La mayoría de las capillas indígenas fueron edificadas en las regiones más pobres de la ciudad, aun es posible encontrarlas en la parte sureña y oriental del Centro Histórico de la Ciudad de México. En los barrios de San Juan, San Antonio Abad, San Lucas, Tlaxcoaque, La Viga, Santo Tomás la Palma, La Merced, Manzanares, La Soledad...2

 

Nuestra Señora de La Soledad y la soledad

Es interesante el nombre original y completo del ahora conocido templo de"La Soledad", su denominación completa es Templo de Santa Cruz de Nuestra Señora de la Soledad. Este título es un enunciado metafórico que nos invoca dos simbolismos lacerantes de la fe católica: la imagen tortuosa de la cruz y la desolada sensación que provoca vivir en soledad. La alegoría de cargar la cruz, significa soportar resignadamente el fardo de la ignominia y de desventuras que nos ha tocado vivir como destino imperturbable y no modificable, ese fatalismo cifrado en la expresión,"ya ni modo". La soledad es ese vacío que se forma en nuestra existencia cuando tratamos de hablar con nosotros mismos, para comprendernos, sin obtener respuestas. En soledad se vive un cautiverio de desesperados silencios que sólo confirman estridentemente nuestra condena. Para la religión cristiana, este fatalismo es la mayoría de las veces loable. Por eso los sacerdotes animan a los fieles a cargar su cruz como destino, ya que con la muerte vendrá la nueva vida, en donde será premiado el martirio y la resignación; mientras más sufran, mejor.

 

El barrio de La Soledad

En el entorno del barrio de La Soledad vivía la leperuza, el populacho, los leperillos, la gente más pobre de los pobres de la ciudad, el corazón de la Nueva España, así como se encontraban trabajadores como"los albañiles, los tocineros, cargadores de los carros de la limpia, los veleros, los curtidores, los empedradores de las calles (...)", también existía"otra porción de los que dedican a ocupaciones para los cuáles no se necesita mas que seguir la rutina, sin tener que ejercitar la inteligencia, pues todas ellas se reducen á un recio trabajo personal que no deja sino una módica retribución, apénas bastante para cubrir las mas imperiosas necesidades, entre las cuales cuentan las de fumar y beber pulque y aguardiente".3

 

La destrucción del barroco y del arte sacro indígena

En una charla en el COL.MEX. con Don Pepe Iturriaga, sapiente y ameno como siempre lo fue conversando, decía que la primera de las cuatro etapas destructivas que ha sufrido el CHCM, fue en la segunda mitad del siglo XVIII, cuando el 45 virrey de la Nueva España (1766–1771) el marqués Carlos Francisco de Croix en aras de de imponer el estilo neoclásico sobre el barroco, pero sobre todo: borrar cualquier vestigio que significara un reconocimiento a la capacidad creativa de los indígenas en el esculpido barroco - el cual fue promovido y apoyado con entusiasmo por los jesuitas, expulsados finalmente por de Croix – ordenó destruir portadas e interiores barrocos de muchos edificios. Por desgracia no todos los edificios pudieron obtener su nueva faz neoclásica, porque ya no pudieron ser rescatados, de esta manera la ciudad perdió una gran riqueza arquitectónica.

El templo de la Soledad fue construido gracias a la gran actividad que desplegó desde 1753 su párroco el doctor Gregorio Pérez Cancio, prácticamente entregó su vida a esta obra. Incluso, se dice que defendió al templo de la campaña antibarroca de Croix. Después de la muerte del párroco Pérez Cancio en 1789, el templo fue modificado y la obra terminó a principios del siglo XIX con un estilo neoclásico, como actualmente podemos apreciarla. Muy cerca del templo de la Soledad, aún puede admirarse el trabajo del albañil y artesano indígena en el barroco del templo de la Santísima Trinidad (Calle de Emiliano Zapata esquina Santísima), que presenta una de las portadas más bellas y logradas de ese estilo. La lista de edificios religiosos y públicos aún es generosa, pese al intento destructivo de Croix, tan sólo vale la pena citar: el Sagrario Metropolitano de la Catedral Metropolitana, Los templos: San Bernardo, San Francisco, Santo Domingo; Antiguo Colegio de Cristo, etc. Excepcionalmente cabe mencionar uno de los recintos más bellos y admirables del barroco en nuestro país, como lo representa el Exconvento Mercedario, también ubicado en una de las zonas perennemente pobres de la ciudad como lo es el barrio de Roldán.4

 

La tiendita de Don Pepe

"La Soledad" fue una de esas tienditas de la esquina, ubicadas en uno de esos barrios populares habitado de inmigrantes pobres del interior de la república mexicana, que profusamente surgieron en el DF durante la etapa de expansión y urbanización de la ciudad, allá por los años cincuenta del sigo XX. Bueno, esta tiendita tuvo como dueño a Don Pepe, dicho así de simple, jamás nadie supo de sus apellidos, ni que tuviera familia alguna. Vendía de todo, abarrotes, pan, leche, legumbre, algunos productos para atender primeros auxilios, hasta productos de perfumería barata. Don Pepe fiaba la mercancía sin intereses y atendía con una amabilidad natural al cliente a quien llegaba a provocarle una sonrisa y hasta una sonora carcajada. Él platicaba cualquier tema, ya sea sentimental, político, deportivo, personal; se mostraba como docto en cualquier conocimiento y sobre todo en proporcionar soluciones a problemas de amor. Platicaba con todos, niños, jóvenes, adultos; hombres y mujeres, solteros o casados, con los honrados y hasta con los raterillos del barrio."La Soledad", era el ágora del barrio, el lugar en donde todos los vecinos se encontraban para convivir, terciaban la charla con Don Pepe, él mediaba en la polémicas ácidas y álgidas, contaba anécdotas de su vida, cuando salió de su pueblo equis para emplearse como albañil. Entre la luz de la tarde vespertina y la tenue oscuridad de las 7 de la noche, convertía la tienda en un lugar de bohemia, convocaba a los trovadores y aligeraba su fatiga con música y prolongados sorbos a boca de botella, de tequila.

 

En la esquina de mi barrio

En la esquina de mi barriohay una tienda
que se llama la"Ilusión del Porvenir",
frente de ella está la fonda de Rosenda
que los domingos le echa al mole ajonjolí.
Frente se encuentra la botica la Aspirina en donde surte su receta mi amá,
tiene junto la cantina"Mi oficina" donde cura sus dolencias mi apá y le sigue la mejor carnicería, donde vende el aguayón Don Baltasar.

En la esquina de mi barrio compañeros un lugar de movimiento sin igual,
los camiones, transeúntes y los perros no la cruzan sin tener dificultad, cuando no habido moquetes con güeritos o algún un zonzo que el camión ya lo embarró, otras veces solo hay gritos y chiflidos o se escucha al cilindrero trovador...

Contra esquina en donde está la pulquería
hay un puesto de tripitas en hervor,
allá ajuera siempre está la polecía y
allí tiene su cuartel el cargador.

De ese lado vende pan la cucaracha y le sigue las persianas del billar,
el tafite ya paró allí su carcacha porque llega con sus cuates a jugar,
Don Fernando va tras una muchacha
y Lupita su mujer, va de tras.

En la esquina de mi barrio compañeros
el lugar donde he perdido mis quereres,
donde ayer brillaba un farol como lucero,
lo rompieron y se echaron a correr.
En la esquina me encontró la amargura
con su risa y su esplendor,
y el carro recogiendo la basura,
y entre tanto desperdicio, va mi amor.

Chava Flores

 

Don Pepe

Don Pepe era de complexión media, moreno de piel, robusto de cuerpo y gordo de cara. Tenía un aspecto de oaxaqueño. Su rostro dejaba ver los estragos de la vida bohemia que llevaba. Sus manos cálidas y ágiles para pesar, cargar y saludar mostraban las cicatrices, la callosidad y la dureza de quien ha realizado el trabajo duro e inclemente del albañil. Don Pepe llegó a juntar un capitalito, producto de sus ahorros como albañil y en un par de años comenzó como abejita a surtir la tiendita. Vivía en la trastienda, en un cuarto muy modesto, con el mobiliario solamente necesario para medio comer y descansar. Los domingos solamente atendía en la mañana, después iba a escuchar misa al templo de la Soledad, regresaba a la tienda y desaparecía. Al inicio del día lunes, muy de madrugada atendía la tiendita, al mismo tiempo que le sonreía a la semana que lo ponía en acción. De vez en cuando, visitaba a"su pariente", la Torre Latinoamericana. Con esa familiaridad se refería a la magna obra, con orgullo presumía haber trabajado en su construcción como cuchara oficial.

 

La ilusión del Porvenir

No es difícil recordar a gente trabajadora, sabia y atenta como Don Pepe, o como Doña Paulita o"El Güero". Tanto la tiendita de Doña Paulita, que atendió por el rumbo de la creciente Neza de los años sesenta, como la tiendita del"Güero" (ubicada en el mismo barrio de la tiendita de Don Pepe), cada una en su espacio y tiempo, y sin abandonar la costumbre de fiar, generaron los recursos necesarios para que cada miembro de su respectiva y prolífica prole, pudieran formarse como personas responsables y trabajadoras.

Es posible que las historias de trabajo y esfuerzo también se encuentren en los orígenes y desarrollo de otras tiendas de barrio como"La Ilusión del Porvenir","La Lupita","El Fénix", "La Fe","La Esperanza","El Pichicuas","El Güero","La Gloria", "El Cuerno de la Abundancia","La Pirata","El Tendajón","La Luz","El Baratero","La Chiquis","El Vellocino de Oro","El Progreso","La Acapulqueña","La Norteña","La Sandunga", "Dios Nunca Muere","La Surtidora","La Alegría","Don Toño", "La Fortuna","No es para Tanto","La Amistad","Una pura y dos con sal","El Ganón","El Chipotles de la Colonia","El Mero mero","La Tiendita","El Barzón", El Rey Midas","La Santísima Trinidad","Pancho","La Güera","Doña Meche", etc. Tampoco se descarta que el esfuerzo de superación familiar se haya gestado en las familias españolas que emigraron al país durante y después de la dictadura franquista, que las expulsó del terruño, en la segunda mitad de 1930, y se vieron obligadas al exilio y a una vida nueva en nuestro país. Con su sarcasmo humorístico Marco Almazán le llamó a este fenómeno migratorio español, sea por causa del exilio o por otras razones, el"Rediezcubrimiento de México". Una cantidad considerable de tiendas de vinos y abarrotes, ubicadas en barrios populares, como:"La Andaluza","Las Delicias de Gijón","La Lonja Asturiana","La Nueva Galicia","El Rapto de las Galias","La Madrileña","La Luz de Vigo","La Rosa del Guadalquivir","La Macarena","El Puente de Toledo","La Sevillana","Granada","El Cid","La Barcelonesa","La Europea", etc, dan cuenta de este hecho que se suma al paisaje de la ciudad. El actor mexicano Joaquín Pardavé reivindicó y mitifico la laboriosidad del tendero hispano arraigado en México, en las dos películas que dirigió y actuó:"Los Hijos de Don Venancio" (1944) y los"Nietos de Don Venancio", (1945) la trama de ambos films se desarrolla en la tienda,"La Ciudad de Oviedo".5

 

Don Chava, un remedio efectivo más contra la"Patrialgia"

Con la idea de continuar nuestro tratamiento contra la"Patrialgia", las y los remeros caminamos siguiendo la ruta de las Capillas Indígenas y llegamos a la Calle de la Soledad, admiramos edificios que se mantienen en pié a pesar de haber sido construidos respectivamente en los siglos XVI, XVII, XVIII y XIX. Y nos sorprende su resistencia para ser habilitados como bodegas y comercios de ropa, hilados, juguetes, ropa para vestir al "niño dios" (según la fiesta de la Candelaria), plásticos, etc. Llama poderosamente la atención el edificio que ostenta el número 66, porque ese lugar, por decreto del 11 de abril de 1980, publicado en el Diario Oficial de la Nación, fue considerado como monumento nacional, ya que en ese lugar nació el 14 de enero de 1920 el compositor Salvador"Chava" Flores Rivera, el genial compositor musical y excelente cronista de los barrios pobres y populares del México del siglo XX. Chava Flores describió buena parte de la cotidianidad de los albañiles, tenderos, boticarios, carniceros, policías, vecinos, feligreses, etc.; de las fiestas y costumbres de los barrios con sus gorrones, amores y desamores. Don Chava ironizó magistralmente el mexican dream:"a que le tiras cuando sueñas mexicano" , y mucho antes que el actual Secretario de Hacienda Ernesto Cordero, de la administración calderonista, le concediera poderes mágicos al devaluado gasto familiar de seis mil pesos mensuales, Don Chava mordazmente ya se burlaba del machín que calculaba el gasto familiar en dos pesos...."Mira Bartola ahí te dejo dos pesos, pagas la renta, el teléfono y la luz , de lo que sobre coge de ahí para tu gasto y guárdame el resto para echarme mi alipus". Don Chava, murió el 6 de agosto de 1987.

 

Don Pepe y la soledad

Un jueves de noviembre, la tiendita"La Soledad" mantuvo cerrada la cortina. Así se mantuvo un día más. El viernes por la tarde, un grupo de vecinas preocupadas abrieron la tiendita y descubrieron el cuerpo sin vida de Don Pepe que yacía descuadrado en la cama, sólo acompañado de una botella de tequila medio llena, ni siquiera un perro había. En el barrio se organizó el velorio, sobre una mesa rústica descansaba el corpulento cuerpo, una gran tina llena de cebolla debajo de la mesa desprendía un efluvio que agredía los ojos y competía con el aroma silvestre de los ramos de flores con el que se homenajeaba a Don Pepe. El tendero fue enterrado en el panteón civil, la tiendita ya no abrió su cortina. El espacio del crédito y quizás la etapa de fiar terminó con la muerte de Don Pepe. El espacio del ágora en el barrio también había muerto.

Epílogo:

Hoy no se fía,
Mañana tampoco,
Es más:
Nunca se volverá a fiar
(atent. Oxo, Seven-Eleven, K, etc.)

 

 

Martes 3 de Mayo de 2011,
Día de la Santa Cruz

 

 

1 González Obregón, Luis (1935). Las Calles de México. Editores Unidos Mexicanos.
2 Rivera Cambas, M. (1972). México, Pintoresco Artístico y Monumental. Tomo II (copia facsimilar de la primera edición de 1883). Editorial de Valle de México. México (pp. 157 y ss.)
3 Idem. pp. 146 (las letras y palabras en cursiva representan un sic, debido a que se respeta la gramática de la referencia).
4 Idem. 158.
5 García Riera, E. (1998). Breve Historia del Cine Mexicano. Primer Siglo 1897–1997. IMCINE. CONACULTA. Canal 22 y Universidad de Guadalajara, México (pp. 133–134).